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1. ¿Qué es la personalidad?

Por personalidad se entiende el conjunto de dinámicas psíquicas que son características de


una misma persona, es decir, a su organización mental interior, que determina el modo en que
dicha persona responderá ante una situación determinada.

Dicho de otro modo, la personalidad es un patrón de actitudes, pensamientos y sentimientos


recurrentes, que son más o menos estables a lo largo de la vida de un individuo y que permiten
cierto grado de predictibilidad respecto a su modo de ser.

Este término, tomado de la psicología, es de uso corriente en el lenguaje cotidiano, pero su origen se
encuentra en el término latino «persona», que era la máscara empleada por los actores del teatro de
la antigüedad, a la hora de representar personajes reconocibles.

Así, inicialmente dicha palabra tenía que ver con los roles encarnados por los actores, y de algún
modo luego se trasladó a otras áreas de la vida, pasando a ser «personas» únicamente
los ciudadanos de pleno derecho (y no, por ejemplo, los esclavos). Eventualmente el término
engendró el adjetivo «personal» y de allí provino personalidad.

Hoy en día entendemos que la personalidad es una serie de rasgos mentales que permiten
distinguirlo de los demás, y que además son más o menos fieles a sí mismos a lo largo del tiempo.
Sin embargo, la personalidad puede cambiar, modificarse paulatinamente a partir del tiempo y
de las experiencias vividas.

2. Características de la personalidad
La personalidad es un patrón funcional coherente consigo mismo (aunque no exento de
contradicciones), generalmente consolidado y resistente al cambio. Sin embargo, es capaz de
operar de forma diferente en situaciones distintas, dado que se trata de formas psíquicas
interiorizadas, que no dependen tanto del afuera.

Por otro lado, los elementos de la personalidad tienen que ver no sólo a las respuestas ante
estímulos y situaciones determinadas, sino también al estilo de vida, las creencias y motivaciones, e
incluso las concepciones del mundo.

3. Componentes de la personalidad
Conforme a la escuela y el modelo de pensamiento del psicoanálisis, especialmente de los estudios
de Sigmund Freud (1856-1939), la personalidad de los individuos está conformada por tres factores
importantes que operan en conjunto y por separado:

• El Yo. También conocido como lo consciente o la consciencia, es el componente de nuestra mente del
cual más percepción tenemos, ya que está constantemente diciéndonos dónde estamos y haciendo
qué, o cómo estamos. Ello implica tanto la percepción del mundo externo, como los
• los pensamientos y el mundo interior. Su función es brindarnos un Principio de realidad respecto a la
existencia.
• El SuperYo. Comprendido como el conjunto de interiorizaciones que definen el «deber ser» sobre a
nosotros mismos, es decir, es la instancia en donde se encuentran grabadas las leyes existenciales,
sociales, culturales, etc., que provienen del exterior, y que sirven para brindarnos un Principio de
perfeccionamiento respecto de nosotros mismos.
• El Ello. Identificado como el inconsciente de Freud (aunque no son sinónimos), se refiere al contenido
bloqueado o reprimido de nuestra mente, que se vincula con nuestras necesidades primarias y
biológicas, como la alimentación, la reproducción, etc. Está encargado de brindarnos el Principio del
placer.

4. Factores de la personalidad
Conforme al modelo de los Grandes Cinco (Big Five, en inglés), todas las personalidades están
determinadas por una serie de factores que se dan en distinta proporción en cada individuo. Estos
cinco factores son:

• Factor O (de Openness o apertura). Se refiere al grado de apertura que un individuo presenta
respecto a las nuevas experiencias, al cambio y la variedad, e incluso la curiosidad. Los individuos
dotados de gran apertura son inquietos, imaginativos, originales y deseosos de valores no
convencionales. Su polo opuesto lo constituyen sujetos más conservadores en lo social y en la vida,
que prefieren el ámbito familiar y las experiencias más controladas.
• Factor E (de Extraversion o extroversión). La extroversión se refiere a un alto grado de
sociabilidad y de interés por situaciones sociales, por la compañía de otros y la tendencia a evitar la
soledad. Los individuos extrovertidos requieren de estimulación social constante y están muy volcados
al mundo externo, a diferencia de sus opuestos, los introvertidos, que le rehúyen a las situaciones
sociales, se sienten a gusto en su mundo interior y suelen valorar la soledad.

• Factor C (de Conscientiousness o responsabilidad). Alude al autocontrol, la planificación y el compromiso, tanto en la


organización como la ejecución de las tareas. También se la conoce como “voluntad de logro” y los individuos que la
poseen en altas dosis suelen ser los llamados workaholics o adictos al trabajo, que manifiestan altísimos grados de
compromiso con las tareas emprendidas. Por el contrario, sus opuestos son personas poco confiables y comprometidas,
informales o laxos con sus principios morales.

• Factor A (de Agreeableness o amabilidad). Se refiere a las tendencias interpersonales, específicamente a la empatía y
la capacidad de vínculo con el otro. Las personas con alto nivel de amabilidad tienden a ser consideradas, altruistas,
confiadas y solidarias, mientras que las personas con baja amabilidad tienden a relacionarse de maneras más hostiles.

• • Factor N (de Neuroticism o neuroticidad). Este último rasgo tiene que ver con la inestabilidad emocional fruto
de ansiedad, preocupación y percepciones catastróficas de las cosas, que son consecuencia de la imposibilidad
de la mente de prever y controlarlo todo. Las personas con alto nivel de neuroticidad suelen ser ansiosas,
estresadas, poco sociables, y pueden incurrir a menudo en la depresión, la irritabilidad o
la vulnerabilidad. Por el contrario, los bajos niveles de este rasgo tienden a personalidades más
estables, menos preocupadas por el control y más relajadas.

5. Tipos de personalidad

Existen muchas y muy diversas formas de clasificación de la personalidad, dependiendo del enfoque
psicológico o psicoanalítico y del método específico que se emplee para comprenderla. Por citar un
ejemplo, el psicoanalista Carl Gustav Jung (1875-1961) propuso una clasificación de 8 tipos de
personalidad, que son:

• Pensamiento-introvertido. Aquellas personalidades que están más interesadas por las ideas que por
los hechos, es decir, por su realidad interior que por los demás. Son propensas a las reflexiones, los
pensamientos abstractos o los desafíos teóricos.
• Sentimental-introvertido. Personalidades contenidas en su propio mundo emocional, poco
propensas a lidiar con el mundo exterior, pero capaces de hacerlo a partir de lo emotivo, en lugar de lo
reflexivo del caso anterior. Son propensas al apego, pero en un círculo íntimo y cerrado.
• Sensación-introvertido. Típica de artistas y creadores, esta es la personalidad más preocupada por
la experiencia subjetiva del ser, lo cual puede conducirlos a vivir en un mundo irreal, construido a su
propia medida.

• Intuición-introvertido. La típica personalidad de los soñadores, es decir, de quienes están más pendientes de lo que
pasará, lo que podría pasar o lo que les gustaría que pasara, que con el presente real. Están, a su manera, en contacto
con su contenido inconsciente y pueden ser talentosos creadores.

• Pensamiento-extrovertido. Aquellas personalidades más interesadas en los hechos y en el afuera, que su mundo
interno, sobre todo como fuente de teorías y reflexiones, ya que se vincula racionalmente con el mundo. Sus emociones
y sensaciones son, por ende, reprimidas, y suele descuidar sus vínculos socio-afectivos.

• Sentimiento-extrovertido. Es el perfil de las personas más empáticas, sociales y ajustadas al entorno comunitario,
típicas de aquellos a quienes gusta cuidar de los demás o que se sienten bien protegiendo a terceros. Su actividad
intelectual se enmarca necesariamente en lo que sienten.

• • Sensación-extrovertido. Se vincula con lo real a partir de las sensaciones que le evoca, es decir, prestando
mucho interés a lo que el entorno real y los demás le hacen sentir. Es la personalidad típica de quienes viven en
busca del placer, y por lo tanto suelen buscar nuevos estímulos constantemente.

Intuición-extrovertido. La personalidad del aventurero, de quien cambia de perspectivas una vez


que consigue el objetivo deseado, pero nunca para de moverse. Suelen ser carismáticos y entusiasman
a terceros con sus ideas, siéndole fiel a su intuición más que a sus sentimientos y sus razonamientos.

6. Trastornos de personalidad
Los trastornos de personalidad son rasgos de la personalidad que se muestran inflexibles,
desadaptativos, en lugar de contribuir a la adaptación y al desempeño vital. Sabotean el
desempeño social o emocional de los individuos, y a menudo conducen a complicaciones más serias.

No suelen tener cura o tratamiento fácil, ya que forman parte de la personalidad del sujeto, o
sea, son parte de él.

Los trastornos de personalidad pueden ser muy distintos entre sí y siempre obedecen a condiciones
sumamente particulares del paciente, pero a grandes rasgos pueden resumirse en tres grupos:

• Personalidades excéntricas y raras, como el Trastorno de Personalidad Paranoide, Trastorno de


Personalidad Esquizoide o Trastorno de Personalidad Esquizotípico.
• Personalidades erráticas, emocionales y teatrales, como el Trastorno de Personalidad
Histriónico, Trastorno de la Personalidad Antisocial, Trastorno de la Personalidad Naricisista o Trastorno
Límite de Personalidad.
• Personalidades con marcada ansiedad, como el Trastorno de Personalidad Dependiente,
Trastorno de Personalidad Obsesivo-Compulsivo, Trastorno de la Personalidad Evitativo.

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