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EL VÉRTIGO NUMÉRICO:
Elkin Rubiano
En este ensayo se hace una reflexión sobre la exposición Datamatics del artista japonés
numéricos; el número, base de la programación, no sólo resulta ser para Ikeda un dato
inteligible que se programa sino a su vez un dato sensible que se percibe visual y
auditivamente, un dato que provoca una suerte de sinestesia programada: escuchar los
números y ver los sonidos (el ojo escucha, el oído ve). La inmaterialidad numérica se
numérica.1
se sumergen tanto en las imágenes como en los sonidos. Se trata de una lógica de
1
En su conjunto, Datamatics está conformada por C4I (2004-06), data.tron (2009 y 2011), data.matrix
(2009), data.scan (2011), data.microfilm (2011) y dataphonics (2011). Para que el lector se haga una idea
visual y sonora del trabajo de Ikeda puede consultar los siguientes vínculos:
http://www.youtube.com/watch?v=WgWCLWbT5Hk y http://www.ryojiikeda.com/project/datamatics/
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receptor. Dicho de otro modo, la experiencia del receptor es lo fundamental, puesto que
No es una casualidad, por lo tanto, que este tipo de arte recurra a los nuevos medios y a
la virtualidad, pues no se busca ya que el espectador esté frente a una imagen sino que,
con acariciarlas con la mirada ni recorrerlas con los ojos. Las penetramos, nos
mezclamos con ellas y ellas nos arrastran hacia sus vértigos y sus potencias” (1995: 11).
Si la experiencia es central en este tipo de propuestas tal vez deba señalarse, como
embriaguez y de vértigo que, desde luego, puede resultar excitante. La reflexión de Jean
cuando se contempla, el tiempo desaparece: no hay pasado que pese o se añore ni futuro
incierto que angustie; sólo experiencia del presente. Allí está la potencia del juego:
“Todo juego se juega por el presente, todo juego estético se juega por la percepción del
presente” (Seel, 2010: 205). El arte de los nuevos medios busca construir
entre el placer y el displacer: miro lo insondable del abismo (tengo una sensación de
gusta, doy un paso adelante). La experiencia del abismo es un juego de vértigo que,
desde luego, no busca ninguna finalidad, sólo la experiencia del presente. Presente en el
embriaguez, esto es una forma de percepción que desajusta el flujo ordinario de las
cosas: “…la extrema fineza y fastuosidad del color, la nitidez de la línea, el matiz del
sonido: lo distinto en donde de ordinario falta toda distinción” (Nietzsche, 1988: 227).
música crea una atmósfera sobrecogedora intensificada por la inmersión del receptor en
totalmente.
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Para Martin Seel, el ruido (bien sea sonoro, visual o literario) es una ocasión para
de una realidad amorfa (…) Lo que antes estaba inmerso en un orden social o cultural
se muestra ahora con un aparecer anterior al sentido (…) La realidad hace aparición en
datos que se repite con un sistema de sonido de ocho canales (Texto curatorial).
data.matrix y data.scan) debía atravesarse el patio central del museo para ingresar a la
sala 3 (dataphonics); en este tránsito, el sonido del ambiente, las voces de otras
personas y el canto de los pájaros que abunda en el lugar desaparecen poco a poco
mientras se ingresa por una puerta que conduce a un pequeño corredor hasta llegar,
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“…sonidos que ya no necesitan estar atados a un hecho causal mecánico ni a un tiempo y un espacio
reales y corporales y que ahora son generados, recreados, reproducidos y programados de manera
mediatizada y separados de sus orígenes anatómicos y escénicos” (Bejarano, 2006: 11-12).
¿LOS PREFIJOS EN NEGRITA ESTÁN ASÍ EN EL ORIGINAL? SI NO ES ASÍ, HAY QUE
MENCIONAR QUE EL ÉNFASIS ES SUYO.
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quedado el mundo tal y como lo conocemos y el extravío parece ser la senda. Hay, en
verdad, algo de temor, pues el sonido de los datos parece inyectarse en la cabeza sin
familiares -el teclado del teléfono móvil, el final de la emisión televisiva, el computador
bloqueado-, pero en conjunto y de manera continua son ya otra cosa para la que no
encontramos referencias previas. La única opción posible es dejarse llevar hacia otra
Todo ruido, se sabe bien, hace desaparecer las coordenadas, desorienta, embriaga y
lleva al oyente hasta el límite de su percepción. Pero al mismo tiempo, el ruido, “ese
extremo del aparecer, arroja luz sobre un límite del ser consciente” (Seel, 2010: 240).
mediante una multiplicidad de estímulos en los que el dato puro aparece de modo
sensible. En este sentido, puede decirse que la propuesta de Ikeda no es sólo diseñar
imágenes y sonidos sino, a su vez, proponer una experiencia de tipo perceptivo que bien
puede nos atemorizar o fascinar. Esto porque frente a Datamatics nos sumergimos en un
Obras citadas
Seel, Martin (2010) Estética del aparecer, Buenos Aires: Katz Editores.