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EL CONCEPTO DE VERDAD
V
erdad es un significante que desde la premodernidad ha resultado
prácticamente imposible de precisar semánticamente1. Pocos son los filósofos
que se han dado a la tarea de aclarar lo que se quiere expresar con dicha
palabra. De acuerdo con la enciclopedia electrónica Wikipedia, “el término no tiene una única
definición en la que estén de acuerdo la mayoría de estudiosos y filósofos…, y las teorías
sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas”2. Sin embargo, según el filósofo
perenne Aldous Huxley, la palabra verdad ha sido, generalmente, utilizada con tres
significados diferentes: “…A veces es tratada como sinónimo de ‘hecho’, como cuando se
afirma que Dios es la verdad, significando que es la Realidad primordial” (1946, p. 127).
Otras veces “significa aprehensión directa del Hecho espiritual, en distinción con el
1
Deriva del latín veritas, que a su vez derivó de verus, que significa verdadero. Lo que nos deja sin claridad al
respecto.
2
Y tan importante es precisar lo que significa esta palabra que ya Aristóteles había dicho: “para discutir es
preciso empezar por… determinar lo que significa lo verdadero y lo falso” (Metafísica, 2006, p. 105), por lo que
es evidente que sin tener una idea “clara y distinta” (a la Descartes) de esta palabra todo διάλογος se torna
vano.
Leyder Lasprilla
Ken Wilber, en su libro El Ojo del Espíritu, usa el significante verdad con la primera de
las acepciones antes citadas. Para él la verdad es única e inmutable y solo son sus formas de
manifestación las que varían de acuerdo con el contexto histórico y cultural. “Existe… una
distinción importante entre la verdad y las formas que asume la verdad. Porque, aunque la
verdad radical, en sí misma, carece de forma, es atemporal, aespacial e inmutable: las formas
que asume, las ideas, símbolos e imágenes con que solemos representarla, cambian y
evolucionan de continuo. Así pues, la verdad radical es eterna, pero sus formas existen en el
mundo del tiempo y están sujetas a sus leyes; la verdad radical es aespacial, pero sus formas
están ligadas al espacio y son, en consecuencia, finitas y contingentes. La verdad radical no
es, por tanto, ninguna forma o fenómeno concreto, no es una condición entre otras, sino la
condición de todas las condiciones, la naturaleza de todas las naturalezas, la talidad o
esencia de todos los fenómenos y de todas las formas” (1998, pp. 73 - 74).
Asimismo, nos dice que aunque no podamos conocer todas las formas que asume la
verdad, sí que podemos llegar a conocer la verdad. En sus palabras: “Nunca podemos
conocer todas las formas de la verdad –la verdad psicológica, la verdad sociológica, la verdad
económica, la verdad biológica, etc.- porque ellas cambian, evolucionan, se transforman y
complejizan de continuo. Pero, aunque no podamos llegar a conocer todas las formas de la
verdad, sí que podemos, en cambio, conocer la verdad, la realidad absoluta de la que todas
las formas son reflejos aproximados y parciales” (Wilber, 1998, p. 74).
En el mismo sentido, nos aclara que las formas pasadas de la verdad nunca serán
mejores y más adecuadas que las formas presentes que ella asume. Igualmente, plantea,
podemos decir de las formas presentes de la verdad con respecto a las formas futuras que
asumirá. “Con el paso del tiempo la calidad de la comprensión espiritual de la humanidad y
su forma de presentación, son cada vez más –que no menos- adecuadas y profundas”
(Wilber, 1998, p. 76). Por ello no debemos confundir las formas que asumió la verdad en la
premodernidad con la verdad en sí misma, ya que caeremos en el error de creer que la
sabiduría antigua (como se expresaron los filósofos premodernos) es ‘la condición de todas las
condiciones’ o ‘la naturaleza de todas las naturalezas’. “Debemos, pues, ser muy cuidadosos
en especificar concretamente lo que entendemos por <sabiduría antigua> cuando decimos
que <nuestra cultura actual puede enriquecerse con la sabiduría de la antigüedad >. Porque
si por <antigua> entendemos <atemporal>, resulta evidente que nuestra cultura la necesita
urgentemente (como la han necesitado todas las culturas). Pero si cuando hablamos de
sabiduría <antigua> estamos refiriéndonos a las <formas pasadas de la verdad>, debo decir
2
Leyder Lasprilla
Sin embargo, cuando trata “Los cuatro rostros de la verdad” (1998, p. 30), que no son
más que las formas como desde cada cuadrante se validan los conocimientos, se justifican los
captos o se muestran las evidencias, trata semánticamente la verdad como la concordancia
del mapa con el territorio (tercera acepción de Huxley). “El tipo de verdad propio del
cuadrante superior derecho es conocido también con los nombres de verdad
representacional, proposicional o de correspondencia. Desde esta perspectiva, las
afirmaciones son proposicionalmente válidas cuando se ajustan a los hechos objetivos. En
este sentido, el enunciado <afuera está lloviendo> es cierto cuando concuerda con los hechos
que podemos observar. O, dicho de otro modo, las proposiciones están ligadas a observables
individuales empíricos y objetivos y, cuando concuerdan con estos, se dice que son
verdaderos” (1998, p. 30)3.
Así vemos cómo Ken Wilber, para poder expresar la compleja trama de su Modelo
Integral, se ve obligado a usar el significante verdad con más de un significado. Por un lado,
lo toma como la Realidad en sí misma o esencia (naturaleza profunda del Ser); por el otro, lo
toma como la concordancia del mapa con el territorio; y por otro, como una categoría4 que
expresa las formas como desde cada cuadrante se validan los juicios que se hacen.
3
En su enfoque, AQAL, el cuadrante superior izquierdo (Yo) tiene como rostro de verdad la sinceridad (cuán
fiable es el emisor); el cuadrante superior derecho (Ello), que ya dijimos, la verdad (cuánto concuerda el mapa
con el territorio); el cuadrante inferior izquierdo (Nosotros), la rectitud (cuánto pueden los sujetos entenderse
o comprenderse entre sí para legitimarse recíprocamente); y, el cuadrante inferior derecho, el ajuste funcional
(cuánto encaja el hacer de un holón con el hacer de la red compleja a la que pertenece).
4
Las categorías son los conceptos más generales (o fundamentales) de un determinado campo del
conocimiento o del saber que facultan el ordenamiento del discurso para que, en estos, se pueda predicar
correctamente (Lasprilla, E. 2009). Deriva del griego κατεγορία, que significa cualidad de un objeto o
declaración, por cuanto que ellas se refirieren a las características definitorias de la realidad o de un fragmento
de la misma.
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Leyder Lasprilla
Para mí, la verdad es la concordancia del mapa mental con el territorio (tercera
definición de Huxley), de la mente con la realidad o del juicio con aquello a lo cual se refiere5. Con
realidad (o territorio) quiero significar la fisiosfera, la biosfera, la noosfera, la teosfera y todo
lo que se relaciona con ellas; es decir, la Matriz AQAL de Wilber. Yo digo que algo es
verdadero cuando tiene conformidad con la cosa señalada6. Y como la naturaleza de los holones
mentales es su intencionalidad (Fenomenología)7, es decir, la condición de siempre referirse a
otros holones (sean fisiosféricos, biosféricos, noosféricos o teosféricos)8, no es casual que
Arthur Schopenhauer (1788 - 1860) dijera: “Toda verdad es la relación de un juicio con algo
que está fuera de él y [la] verdad intrínseca es una contradicción” (1981, p. 161). El juicio
siempre señala (o se dirige a) algo que no está dentro de él ya que, como muy bien saben los
místicos, la palabra no es la cosa y la cosa puede ser otro juicio también9.
Ahora bien, la conformidad del juicio con la cosa (o la concordancia del mapa con el
territorio) puede ser exacta o aproximada. Cuando la concordancia es aproximada, estamos en
presencia de lo que se denomina verdad relativa y cuando la concordancia es exacta, hablamos
de verdad absoluta10. Un ejemplo de la primera lo podemos encontrar en cualquiera de los
planteamientos científicos que han sido reevaluados con el pasar del tiempo, como la Física
de Aristóteles, la teoría del ímpetus medieval en Dinámica, la teoría del flogisto en Química,
la Astronomía aristotélico-ptolemaica, el estatismo continental en Geología (que Wegener, y
otros, han demolido), la teoría clásica de Henle sobre las bacterias en Patología, la teoría de
las metástasis en Oncología, la teoría mecanicista en Biología, la teoría del universo estático
en Cosmología, etc.
5
Y en Aristóteles encontramos igual concepción: “lo falso y lo verdadero no están en las cosas… Solo existen en
el pensamiento…” (Metafísica, 2006, p. 155).
6
Y digo “cosa” para no dejar atrás el origen etimológico del significante realidad: deriva de realitas, que a su
vez deriva de res-rei (cosa) y la terminación itas (cualidad o condición de). Es decir, que para los primeros
hombres la realidad era lo que tenía la condición de ser cosa.
7
El concepto de intencionalidad no es originario de Edmund Gustav Albrecht Husserl. Él lo toma de su maestro
Franz Clemens Brentano (James Brennan, 1999).
8
Ver Los Tres Ojos del Conocimiento de Ken Wilber.
9
Un ejemplo de ello es este mismo escrito: es un conjunto de juicios (o un macro-juicio) sobre la verdad, que
es siempre un juicio. “La verdad es una propiedad exclusivamente de los juicios” (Schopenhauer, 1981, p. 169).
10
Mi concepto de verdad relativa se corresponde con el concepto de Wilber sobre las formas de la verdad.
4
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11
No es casual que Einstein le haya puesto a su teoría física de la invariabilidad y no de la relatividad. Él
buscaba lo que se mantenía de un marco de referencia a otro (intervalo espacio-temporal) en la horizontalidad
fisiosférica.
12
En el argot wilberiano, los movimientos horizontales a los que me refiero obedecen al movimiento de los
patrones superficiales; los movimientos verticales, al movimiento de los patrones profundos.
13
Desde el v-meme verde todo se ve en términos de marcos de referencia horizontales y por lo tanto reina el
relativismo. Desde el v-meme amarillo la realidad se muestra como un caleidoscopio de holarquías en donde la
horizontalidad no se descarta, por lo que se le da cabida tanto a lo relativo como a lo absoluto.
14
Mientas un hispano-parlante dice que un perro cuando ladra hace “guau-guau”, un germano-parlante dice
que hace “was-was”.
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Leyder Lasprilla
Ahora bien, en la verticalidad hay que tener en cuenta que lo que se puede ver desde
un marco de referencia superior no puede ser visto desde un marco de referencia inferior,
pero lo que se ve desde un marco de referencia inferior también puede ser visto por un
marco de referencia superior. Por ejemplo, lo que un alma perfecta puede ver jamás podrá
ser visto por un alma imperfecta, pero lo que el alma imperfecta puede ver también lo ve el
alma perfecta. Así, debemos tener en cuenta que la variabilidad de los marcos de referencia
como criterio de concordancia de una verdad no debe hacernos pasar por alto el hecho de
que desde lo inferior no puede confirmarse lo superior, ya que no todo lo que se ve desde
arriba puede verse desde abajo. El alma perfecta –siguiendo con el ejemplo- puede ver la
dualidad que se ve desde los niveles inferiores de consciencia, pero los niveles inferiores de
consciencia no pueden ver la unidad que ve el alma perfecta. La variabilidad vertical de los
marcos de referencia debe hacerse siempre en sentido evolutivo, no involutivo (¿qué de lo
que se puede ver desde mi nivel seguirá viéndose desde los niveles siguientes?). Hacer lo
contrario sería como preguntarle a un niño preop si la toma de perspectiva piagetiana es una
realidad del conop o del formop15.
Por otra parte, la realidad señalada o indicada por una verdad permite establecer una
clasificación diferente de la misma. Así, cuando la verdad apunta a la fisiosfera la llamo
verdad fisiosférica; cuando apunta a la biosfera, verdad biosférica; cuando apunta a la
noosfera, verdad noosférica, y cuando apunta a la teosfera, verdad teosférica. “El campo
morfogenético de un cristal es el que le da su forma carácterística”, es una verdad
fisiosférica; “la alegría es la expansión del corazón”, es una verdad biosférica; “la mente
conop es la primera ola de consciencia capaz de asumir roles y de seguir reglas”, es una
verdad noosférica; y “Parbrahm está más allá de Brahmand”, es una verdad teosférica.
15
Con la traslación también debemos tener claro que el cambio horizontal de marco de referencia nunca
puede llevar a que el individuo deje de ver la realidad en cuestión. Si estoy interesado en ver cómo se escucha
desde el alemán y el español el ladrido de un perro, no puedo sustraerme en mi experimento del ladrido de un
perro.
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emociones surgen a partir del sistema límbico” es una verdad biosférica relativa (pues los
místicos muestran que no es a partir de sino a través de). “Los pensamientos son producidos
por la corteza cerebral” es una verdad noosférica relativa (por la misma razón nombrada
inmediatamente antes); pero “la mente formal es la primera estructura que puede pensar
sobre el pensamiento” es una verdad noosférica absoluta (como muy bien lo ha comprobado
el estructuralismo en la psicología evolutiva). “El alma se funde en el Absoluto como lo hace
la gota que regresa al mar” es una verdad teosférica relativa (por cuanto toda analogía es una
aproximación por semejanza -y no igualdad- a una realidad que de otra forma es muy difícil
-o no se puede- explicar16); pero “sólo el alma que se libera puede llegar a Parbrahm” es una
verdad teosférica absoluta (como siempre observan los que han llegado a ese nivel).
16
Los místicos utilizan el lenguaje analógico para expresar las realidades transracionales a quienes no vivimos
en ellas (Lasprilla, E. 2009).
17
La vivencia es correlativa a la biosfera y a la teosfera. La experiencia es correlativa a la noosfera y a la
fisiosfera. La experiencia es la interacción del exterior de un holón animado (organismo) con su mundo externo
o la reflexión (interior) sobre cualquier realidad (recordemos que el pensamiento es en gran parte acciones
interiorizadas). La vivencia es la repercusión interna (biosfera), endointerna, protointerna y primordial
(teosfera) de una experiencia.
18
Esta clasificación se asocia muchísimo con los dos tipos de significados/significaciones establecidas por el Dr.
Eduardo Lasprilla: los significados/significaciones vivenciales y los significados/significaciones referenciales.
19
Un mismo juicio puede ser en un sujeto una verdad referenciada y en otro una verdad
vivenciada/experienciada. El juicio en sí mismo no es ni referenciado ni vivenciado/experienciado (cosa que no
pasa con lo aproximado [relativo] y lo exacto [absoluto], que eso sí es una característica del juicio); quien le da
esos atributos es el sujeto que lo enuncia.
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Leyder Lasprilla
Integrando todas las clasificaciones hechas hasta ahora, encontramos los siguientes
tipos de verdad:
Verdad biosférica absoluto-discursiva (por ejemplo, “el amor por todas las criaturas
vivientes es el más noble atributo del hombre”, porque 1) así lo evidencian todos
aquellos individuos que han alcanzado el gaiocentrismo y 2) quien así se expresó –
Charles Darwin- mataba animales por diversión).
20
De acuerdo con mi clasificación de los números en Gnoseología, Epistemología y Matemática, los decimales
periódicos y aperiódicos no son números, sino pseudonúmeros.
9
Leyder Lasprilla
de todos los tiempos y culturas así lo han contemplado y 2) yo nunca he vivido esa
realidad).
Las verdades empíricas, al ser aquellas en donde los juicios pre-formales concuerdan
aproximadamente con la realidad fisiosférica (“las estrellas permanecen fijas en sus
posiciones”, por ejemplo), constituyen un subtipo específico de verdad fisiosférica relativa
(que pueden ser discursivas o experienciales). Las verdades analíticas o formales, al ser la
concordancia de las premisas mentales establecidas de antemano con las conclusiones que le
suceden (“Sócrates es un hombre; el hombre es un ser mortal; luego, Sócrates es un ser
mortal), son una subclase de verdad noosférica (que pueden ser absoluto-discursivas, absoluto-
experienciales, relativo-discursivas o relativo experienciales). Las verdades empírico-analíticas, que
son la concordancia aproximada del modelo lógico-conceptual con la realidad fisioférica (“la
fuerza de atracción gravitacional entre dos cuerpos es directamente proporcional a sus
respectivas masas e inversamente proporcional al cuadrado de sus distancias”), constituyen
un subtipo diferente de verdad fisiosférica relativa (por lo que pueden ser experienciales o
discursivas).
21
Como se ve, lo más importante es tener claro cada uno de los criterios de clasificación y luego combinarlos;
así podremos ver que no hay juicio que aspire a ser verdadero y que no sea tenido en cuenta en esta
clasificación y en la que más abajo presentaré.
22
Las falencias que descarto son las relativas a la clasificación de verdades absolutas y relativas del pasado
artículo, ya que puede haber verdades relativas para cualquier reino y cuadrante.
23
En el pasado artículo yo decía que la verdad dialéctico-vivencial no solo era de humanos sino también de los
místicos no perfectos, pero aquí la uso en la acepción en que mi padre la usa: la verdad propia de los Seres
Humanos (hombre número 4 de Gurdjieff).
10
Leyder Lasprilla
son verdades biosféricas absoluto-discursivas (“la muerte de una madre amada es muy
dolorosa”, sin haberlo vivido).
Por otra parte, mi clasificación no deja por fuera los juicios que se refieren a las
realidades inferiores de la Matriz AQAL de Wilber (Nosotros y Ellos), ya que los 16 tipos de
verdades enunciadas antes24 pueden referirse tanto a individualidades como a
colectividades. Por ejemplo, “la kosmovisión mágica es inferior a la kosmovisión mítica” (ya
que las visiones de la realidad son intersubjetivas) o “el modo de producción capitalista ha
mostrado mayor eficacia que el socialista” (ya que el fundamento tecno-económico es una
realidad interobjetiva). La primera es una verdad noosférica absoluta en tanto que la segunda,
una verdad fisiosférica absoluta (y es fisiosférica porque tiene que ver con el hacer).
Ahora bien, hay juicios que relacionan un Cuadrante con otro o un reino con otro.
Estos juicios que reflejan acertadamente dichas relaciones los llamo verdades relacionales.
Estas pueden ser discursivas o experienciales/vivenciales, y/o, absolutas o relativas, por lo
que el número total de verdades sube a 20, hasta el momento. Dejo al lector -para no hacer más
largo y tedioso el escrito- la tarea de ilustrarse a sí mismo con ejemplos estos últimos tipos
de verdades.
Sin embargo, todas estas clasificaciones de la verdad dejan por fuera a aquella,
expresada en todo el texto, que se refiere a todos estos tipos de verdades; es decir, estas
clasificaciones no incluyen a la verdad sobre la verdad y sus clasificaciones. Por ello me veo
obligado a acuñar un término que tenga como significado dicha verdad. Ese término es:
Metaverdad. Así, en total, tenemos 21 tipos de verdades diferentes25.
Por otra parte, todo lo que vivencia un alma perfecta, que está más allá de cualquier
tipo de verdad y que jamás podrá ser explicitado con palabras (‘el Tao que puede ser
explicado en palabras no es el verdadero Tao’), es lo que mi padre denominó supraverdad,
aquello que está más allá de toda manifestación a la vez que es la esencia de la misma. Pero
esa misma realidad, cuando estamos en los terrenos de la bondad (Ética) y de la belleza
24
Y digo 16 porque las verdades empíricas, analíticas, empírico-analíticas, dialéctico-vivenciales y dialéctico-
discursivas, están incluidas en las primeras.
25
Aclaro al lector que los diferentes criterios de verdad establecidos por los filósofos de la ciencia que tuve en
cuenta en mi pasado escrito sobre este tópico, son trascendidos e incluidos por los tres criterios gnoseológicos
de validez establecidos por Wilber en su Sistema Operativo Integral: la práctica (de la verdad empírica), la
demostración (de la verdad analítica), la comprobación externa (de la verdad empírico-analítica) y la
comprobación interna (de la verdad dialéctico vivencial), son unas de las diferentes formas que puede asumir
el primer criterio wilberiano de validez: el paradigma, precepto o instrucción (lo que debe hacerse para extraer
la información de interés o promulgar una realidad que nos está oculta). Los otros dos criterios que le siguen a
este, aprehensión y acuerdo comunal, hacen explícito, respectivamente, el contenido de la vivencia/experiencia
y la confirmación o falsación que hacen de los dos pasos previos los individuos cualificados para ello.
11
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Para finalizar, me gustaría decir que si a usted, señor lector, le parece demasiado
larga e innecesaria la lista de verdades aquí expuestas, le recuerdo que la cartografía oriental
más larga, explícita y completa del Gran Nido del Ser constaba de 103 niveles (Wilber, 2000) y
similares comentarios se han hecho sobre ella27. La realidad es supremamente compleja y
aquello que busque reflejarla, debe ser igualmente complejo. (Sin embargo, estoy abierto a
cualquier aporte).
26
La supraverdad, la suprabondad y la suprabelleza, es lo que Wilber –siguiendo el Budismo- denomina
Dharma, Sangha y Buda, respectivamente.
27
Lo mismo le reprocharon a Piaget sus colegas sobre el número posible de combinaciones lógicas que puede
hacer un individuo en el operacional formal: dijeron que 16 eran demasiadas y que podían subsumirse en un
número menor. Sin embargo, hasta la fecha, nadie ha presentado por escrito dicha reducción.
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