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SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías 61, 1-3a. 6a. 8b-9

El Espíritu del Señor está sobre mí,


porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren,
para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros la libertad,
para proclamar el año de gracia del Señor,
el día del desquite de nuestro Dios;
para consolar a los afligidos, los afligidos de Sión;
para cambiar su ceniza en corona, su traje de luto en
perfume de fiesta, su abatimiento en canticos.
Vosotros os llamareis “Sacerdotes del Señor”, dirán de
vosotros: “Ministros de nuestro Dios”.
Les daré su salario fielmente y haré con ellos un pacto
perpetuo. Su estirpe será célebre entre las naciones, y sus
vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán
que son la estirpe que bendijo el Señor.

Palabra de Dios.
Salmo responsorial 103

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor,


¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R/.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos


y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R/.

De los manantiales sacas los ríos


para que fluyan entre los montes;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto R/.

Desde tu morada riegas los montes,


y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al hombre. R/.

Cuántas son tus obras, Señor,


Y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía al Señor! R/.
SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 1-6. 14.


22b-23. 32-33

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el


mismo lugar. De repente un ruido del cielo, como de un
viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban.
Vieron aparecer unas lenguas como llamaradas, que se
repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos
de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas
extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.
Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de
todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en
masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía
hablar en su propio idioma.
Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la
palabra:
_ “Judíos y vecinos de toda Jerusalén, escuchad mis
palabras y enteraos bien de lo que pasa. Os hablo de Jesús
Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros
realizando por su medio los milagros, signos y prodigios
que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado
por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de
paganos, lo matasteis en una cruz.
Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros
somos testigos.
Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del
Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha
derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.”

Palabra de Dios.
Aleluya Jn 14,16
Le pediré al Padre que os dé otro Defensor, que esté
siempre con vosotros.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 24-27

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:


- «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo,
que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que
pierda su vida a causa de mí, la encontrará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si
arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la
gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su
conducta.»

Palabra del Señor.

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