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¿QUÉ ES UN COBOT?

ORÍGENES Y DEFINICIÓN DE ROBOT COLABORATIVO


Mucha gente piensa que los robots son un invento reciente, pero no es así. Durante siglos, en
el Imperio Bizantino, en la antigua China, en la Italia del Renacimiento o incluso en la
conquista del espacio, el hombre siempre ha buscado la manera (con mayor o menor éxito)
de automatizar las cosas. Y los robots han sido la respuesta.
Los primeros robots colaborativos se instalaron en entornos industriales hace casi diez años,
pero son bastante desconocidos para el gran público. La realidad es que cada vez son más los
robots instalados en las fábricas, y los cobots se presentan como la mejor opción para la
automatización industrial, convirtiéndose en la pieza clave para el desarrollo de la Industria
4.0.
El término cobot se utilizó por primera vez en el año 1999. Es un neologismo que surge de
la unión de las palabras “colaboración” y “robot”. Cuando hablamos de los robots
colaborativos es imprescindible utilizar el término cooperación, pues es su principal
particularidad, y para lo que fueron creados, es la de interactuar con los operarios en las
fábricas de manera que la producción consiga unir las ventajas que aportan cada uno
de ellos.
VENTAJAS DE LOS ROBOTS COLABORATIVOS
Según un estudio realizado en 2016 por investigadores del prestigioso MIT (Instituto
Tecnológico de Massachusetts), la colaboración entre humanos y robots es un 85% más
productiva que la de una persona o un robot trabajando por separado. Además, se estima
que solo el 10% de los trabajos son totalmente automatizables.

Además, los robots colaborativos ponen a las personas a la cabeza del proceso creativo ya
que permiten la automatización de las tareas repetitivas y tediosas que no se pueden
automatizar con robots tradicionales. El robot colaborativo hace el papel de asistente del
trabajador. Pero analicemos punto por punto las ventajas de los robots colaborativos:
LOS ROBOTS COLABORATIVOS SON VERSÁTILES
En teoría un robot colaborativo puede tener distintas formas en cuanto a diseño dependiendo
de la función que vaya a realizar. La forma más común de un cobot es la de un brazo
articulado, capaz de atornillar, lijar, coger objetos, pegar o soldar, entre otras.
Sin duda, la versatilidad es una de las mayores fortalezas de los robots colaborativos ya que
son capaces de realizar una gran variedad de tareas que, para las personas, son demasiado
agotadoras, difíciles, peligrosas o incómodas.
Su sencilla programación, que no requiere de conocimientos avanzados, permite que el
cobot pueda realizar las aplicaciones más frecuentes en la industria con una gran precisión:
pick and place, atornillado, montaje, paletizado o CNC, entre otras.
Por oposición, cuando los robots industriales tradicionales (no colaborativos) han de hacer
nuevas tareas con diferentes desplazamientos, requieren de un proceso complejo de
reprogramación.
LOS COBOTS Y LAS TAREAS POTENCIALMENTE PELIGROSAS
En ocasiones, las tareas de las que se encarga un cobot pueden ser tareas que pongan en
peligro al personal de nuestra empresa. Por ejemplo, en Reino Unido, entre 2015 y 2016,
se estima que se han perdido alrededor de 8 millones de días laborables debido a lesiones
óseas o musculares relacionadas con el trabajo.
Por estos motivos, cada vez se emplean más los cobots para realizar tareas en sectores como
la construcción, la industria automotriz, la conducción o incluso en sanidad (destinados a la
asistencia de personas mayores, la manipulación de sustancias tóxicas u operaciones en las
que se requiera una alta precisión).
Además, también están empezando a utilizarse en sectores a priori menos esperados, como
los del espectáculo o de las artes.
RENTABILIDAD DE LOS ROBOTS COLABORATIVOS
La creciente popularidad de los robots colaborativos para la automatización de procesos no
procede exclusivamente de sus capacidades, sino que también se debe a que es un producto
competitivo, al que podrán acceder incluso las pequeñas y medianas empresas. El
promedio de su ROI es inferior a un año, permitiendo a muchas empresas de diferentes
sectores obtener rentabilidad desde el primer momento.
MANEJO E INSTALACIÓN DE ROBOTS COLABORATIVOS
Como hemos explicado anteriormente, la programación del cobot es muy sencilla y no
requiere la intervención de un especialista. Las funciones más simples pueden requerir tan
sólo unas pocas horas de programación.

Además, la Universal Robots Academy, formación online gratuita que permite aprovechar al
máximo las capacidades de un robot colaborativo, elimina las barreras de la automatización,
ofreciendo conocimientos básicos para que cada vez más personas puedan tener acceso a un
robot colaborativo independientemente de su experiencia previa en el manejo de robots.
Por esto, el robot colaborativo se convierte en un compañero perfecto: le liberará de una
gran cantidad de tiempo que podrá emplear en otras tareas de valor.

LOS COBOTS NOS APORTAN SEGURIDAD


Para finalizar, debemos hablar sobre la seguridad que los robots colaborativos aportan a los
procesos industriales. A diferencia de los robots industriales tradicionales, no necesitan
vallado de seguridad, ya que están preparados para trabajar junto a los operarios en los
entornos de producción.
Los cobots están programados para detenerse en el momento en el que entran en contacto.
Basta con que el contacto sea mínimo para que el cobot se detenga y deje de realizar la
función para la que ha sido programado. La instalación de un cobot en una fábrica, al igual
que cualquier otro tipo de maquinaría, está sujeto a un análisis de riesgos.
Además, los robots colaborativos cumplen con los estándares actuales de seguridad. Esto
hace que sean mucho más fáciles de implementar en una fábrica que los robots
tradicionales.
MARCO LEGAL Y PERSPECTIVAS DE FUTURO DE LOS COBOTS
Hay personas que temen, por supuesto, las consecuencias que puede traer el desarrollo de las
nuevas tecnologías. Conscientes de la envergadura del caso, los especialistas de robótica
colaborativa prefieren adoptar una actitud pragmática hacia las normas que regulan el
sector, como la ISO TS 15066 o ISO 10208-1.
La seguridad de los usuarios y la credibilidad pública son dos aspectos a tener en cuenta y
que enmarcan una robótica tradicionalista, pero estas reglas no siempre se adaptan a las
nuevas utilidades de un robot. Es necesario que se establezcan estándares adaptados a los
robots colaborativos cuanto antes, con el fin de controlar su desarrollo sin ralentizarlo.
Porque el hombre siempre ha usado la tecnología para lograr sus fines, para mejorar su
existencia o simplemente para expresarse artísticamente. No debemos rechazar la tecnología
robótica por el simple hecho de prevenir, sino que debemos aceptarla y desarrollarla. El
futuro será de los cobots y esta oportunidad es demasiado buena como para desperdiciarla.

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