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Resumen.
El presente artículo tiene como tema central el agua y su enfoque en los alimentos. El agua
es una sustancia líquida conformada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno unidos
mediante enlaces covalentes, la cual se encuentra presente en el planeta Tierra en sus tres
estados de forma abundante: sólido, líquido y gas. El agua es un factor determinante para
el desarrollo de vida y procesos biológicos además de estar presente en las células y tejidos
animales y vegetales. Esta sustancia presenta diversas propiedades fisicoquímicas y
coligativas que le otorgan características como polaridad, tensión superficial, presión
osmótica, etc.
Particularmente, los alimentos pueden tener una porción grande o pequeña de agua, lo cual
es un elemento determinante para la conservación y seguridad de los mismos; como se
mencionó anteriormente el agua promueve el desarrollo de vida, sin embargo para los
alimentos esto genera un efecto negativo debido a la descomposición de las estructuras del
alimento por parte de microorganismos. El agua presente en cada alimento se conoce como
humedad y se mide en porcentaje, por otra parte se tienen los conceptos de agua libre y
agua ligada, los cuales hacen referencia al agua congelable y no congelable dentro del
alimento; además el agua libre se relaciona con la actividad de agua, la cual es capaz de
propiciar cambios, crecimiento de microorganismos y movilidad del líquido, y se relaciona
directamente con la estabilidad de los alimentos.
Palabras clave.
Abstract.
In the present article, it focuses on water, which is a liquid substance made up of two
hydrogen atoms and one of oxygen linked by covalent bonds, which is present in the planet
Earth in its three states abundantly: solid, liquid and gas. Water is a determining factor on
the planet for the development of life and biological processes as well as being present in
animal and plant cells and tissues. This substance has various physicochemical and
colligative properties that give it characteristics such as polarity, surface tension, osmotic
pressure, etc.
In particular, the food can have a large or small portion of water, which is a determining
factor for the conservation and safety of the same; as mentioned above, water promotes the
development of life, however for food this generates a negative effect due to the
decomposition of food structures by microorganisms. The water present in each food is
known as humidity and is measured as a percentage, on the other hand there are the
concepts of free water and bound water, which refer to the freezing and non-freezing water
inside the food; In addition, free water is related to water activity, which is capable of
promoting changes, growth of microorganisms and fluid mobility, and is directly related to
the stability of food.
Introducción.
El agua es la sustancia más importante para la vida en el planeta Tierra, este líquido
representa un 70% de la superficie y además se encuentra presente en células/tejidos
animales y vegetales., gracias a ella pueden llevarse a cabo un sinfín de transformaciones
bioquímicas y biológicas propias de todas las células activas: comenzando desde los
microorganismos más pequeños hasta el complejo sistema del organismo del ser humano.
La relevancia de la existencia y disponibilidad del agua es tan grande que existen teorías
que consideran que la vida en el planeta surgió gracias a la presencia de este compuesto
que permanece líquido en un intervalo de temperatura relativamente amplio. Sin embargo,
al agua no es considerado como un nutrimento debido a que no sufre cambios químicos
durante su aprovechamiento biológico. [2]
Metodología.
Ley de los Gases Ideales. Un gas ideal es aquel donde todas las colisiones entre átomos
o moléculas son perfectamente elásticas, además no hay fuerzas atractivas
intermoleculares. En este tipo de gases toda la energía interna se encuentra en forma de
energía cinética y cualquier cambio en la energía interna va acompañada de un cambio en
la temperatura. Un gas ideal se caracteriza por tres variables de estado: la presión absoluta
(P), el volumen (V), y la temperatura absoluta (T). La relación entre ellas se puede deducir
de la teoría cinética:
PV = nRT
n = número de moles
R = constante universal de gas = 8.3145 J/mol K
k = A·e -Ea/RT
Donde:
Desarrollo.
La molécula del agua está constituida por dos átomos de hidrógeno unidos por medio de
enlaces covalentes a un átomo de oxígeno, lo cual le confiere una alta polaridad, se crean
estructuras tridimensionales a causa de la hibridación de las órbitas moleculares s y p del
oxígeno; las 1s del hidrógeno comparten dos electrones con las híbridas sp3 del oxígeno.
Igualmente, este elemento tiene un par de electrones libres considerados como fuerzas
separadas, que junto con los dos enlaces covalentes, establece una molécula con una
forma imaginaria de tetraedro (Figura 1).
Figura 1. Estructura tetraédrica de la molécula de agua.
Se considera que estas uniones por puentes de hidrógeno están distribuidas de forma
uniforme en todas las moléculas de agua, formando una red uniforme. Sin embargo otros
modelos suponen la existencia de agua agregada, la cual es de muy corta vida y en
permanente formación, dispersa en un sistema de agua monomérica, donde las moléculas
no están unidas; los agregados se forman y se disocian constantemente, lo que conduce a
una movilidad y fluidez de las moléculas de agua.
Por otra parte se tiene al hielo que es la forma sólida del agua y tiene una estructura que
presenta mayor orden y simetría de moléculas de agua unidas íntegramente por medio de
puentes de hidrógeno, que trae consigo una reducción de la entropía del sistema líquido.
Los oxígenos interaccionan de tal manera que generan planos paralelos de agua, y hacen
que el hielo adquiera un arreglo hexagonal simétrico en donde cada vértice está
representado por un átomo de oxígeno (Figura 4). En el descongelamiento, la estructura
cristalina desaparece y, a medida que el hielo se funde, una molécula de agua puede ligar
más de cuatro de las mismas al reducirse la distancia entre ellas, lo que trae consigo una
mayor fuerza de unión y un aumento de densidad máximo a 3.98ºC; si el calentamiento
sobrepasa esta temperatura, la distancia entre moléculas se incrementa y la densidad se
reduce. Se estima que cuando el hielo se derrite y produce agua líquida a 0 °C, sólo se
rompe el 10% de los puentes de hidrógeno. El aumento del volumen por la reducción de la
densidad cuando se enfría y congela es la razón por la que el hielo flota en el agua; la
densidad del hielo a 0ºC es de 0.9168 g/cm3, mientras que la del agua a la misma
temperatura es de 0.9998, y a 20ºC es de 0.9982.
La ionización del agua pura es mínima, pero influye en la formación del H3O+ causada por
la adición de ácidos, lo que a su vez repercute en la reducción del pH de la solución.
El agua es un buen disolvente debido a su alta constante dieléctrica, la cual es una medida
de la tendencia del disolvente a oponerse a las fuerzas electrostáticas de atracción entre
iones con carga opuesta.
El agua también tiene la capacidad de disolver sustancias no iónicas con carácter polar,
como azúcares, alcoholes, aldehídos, cetonas, aminoácidos, etc, que contienen grupos
carbonilo, amino, hidroxilo o carboxilo que fácilmente interaccionan con ella por medio de
puentes de hidrógeno. Este proceso es el mismo que se utiliza cuando se establecen
dispersiones acuosas de polisacáridos, proteínas y otros polímeros, los cuales no producen
soluciones verdaderas, sino suspensiones coloidales estabilizadas en el agua con dichas
uniones.
Los solutos iónicos, no iónico polar y apolar presentes en el agua genera cambios
significativos en su estructura que ven reflejados en sus propiedades coligativas que son
[1] aquellas propiedades de una solución que dependen únicamente de la cantidad de
partículas de soluto disueltas en el agua por cada kilogramo de solvente, además estas no
dependen de la naturaleza ni del tipo de soluto disuelto. Estas propiedades son la presión
de vapor, el descenso crioscópico, el ascenso ebulloscópico y la presión osmótica.
La presión de vapor se conoce como la presión, para una temperatura dada, en la que la
fase líquida y el vapor se encuentran en equilibrio dinámico, es decir el número de
moléculas que pasan de la fase líquida a la gaseosa en un recipiente cerrado, es el mismo
número que pasa del estado gaseoso al líquido. Su valor es independiente de las
cantidades de líquido y vapor presentes mientras existan ambas. La presión de vapor
saturado depende de: la naturaleza del líquido, la temperatura, la concentración de soluto
en el líquido.
Cuando el agua y una solución se separan por una membrana semipermeable (permeable
al disolvente y no al soluto), la inclinación es que el agua pase a la solución hasta que el
equilibrio de concentraciones se alcance en los dos sistemas. A la presión requerida para
que esto suceda se le llama presión osmótica y aumenta con la concentración de los solutos
disueltos.
[2] El estudio de las disoluciones acuosas parte de los modelos termodinámicos para
sistemas ideales representados en la Ley de Raoult, que no pueden extrapolarse a los
sistemas reales, excepto en concentraciones muy bajas de solutos. Las desviaciones con
respecto a la Ley de Raoult se deben a muchas causas, entre otras a que los solutos tienen
interacciones y forman complejos con ellos mismos o con otros polímeros, haciendo que no
todo esté en solución verdadera, además de que también influye el estado de dispersión,
la estructura de capilares del alimento, etc. En el caso de una solución ideal, la depresión
de la temperatura de congelamiento del agua, ∆t, es proporcional a la concentración del
soluto:
La principal fuente de ingesta de agua para los seres humanos son los líquidos, también se
adquiere de diversos alimentos, como los vegetales con alto porcentaje de humedad, la
leche (87%), huevos (74%) y del pan (40%).
Los hidratos de carbono obtienen 1.1 g y 0.4 g de agua por gramo de lípido y de proteína,
respectivamente; una dieta cuya oxidación de glucosa y lípidos produzca 2,000 kcal por
día, generará 300 mL de agua, aproximadamente.
Es un disolvente líquido inerte de pH neutro es muy importante para los seres humanos, ya
que sirve como medio de transporte de nutrientes en la sangre, regula la temperatura
corporal, etc.
El ser humano debe ingerir una cantidad aproximada de 2,500 mL diarios para llevar a cabo
de manera adecuada diversos procesos biológicos, ya que el organismo pierde agua
continuamente por el sudor, la orina, la respiración y las heces.
- Los alimentos y su distribución de agua.
En general, [2] el contenido de agua de un alimento se refiere a toda el agua que contiene
el mismo de forma global. Sin embargo, en los tejidos animal y vegetal, el agua no se
encuentra distribuida de manera uniforme, por lo que se emplean términos como agua
ligada y agua libre, para hacer referencia a la forma y al estado energético que dicho líquido
guarda en un alimento.
El agua ligada se conoce como aquella porción que no congela a 20ºC, por lo que también
es llamada “agua no congelable”; la determinación de esta porción se puede realizar
mediante el análisis térmico-diferencial, por resonancia magnética nuclear, etc. Por otra
parte, el agua libre, también llamada agua congelable y agua capilar, es la que se volatiliza
fácilmente, se pierde en el calentamiento, se congela primero, además es la principal
responsable de la actividad del agua.
La capacidad de retención de agua es una medida de la cantidad del líquido que puede
quedar atrapado en una red, sin que exista exudación o sinéresis.
Se han propuesto tres zonas hipotéticas en las que se puede dividir el agua contenida en
un producto (Figura 6):
El agua libre será la única fracción que esté disponible para el crecimiento de los
microorganismos y para intervenir en otras transformaciones, ya que el agua ligada se
encuentra unida a la superficie sólida y no actúa por estar “no disponible o inmóvil” sólo una
fracción del agua, llamada actividad del agua (Aw), la cual es capaz de propiciar estos
cambios y es aquella que tiene movilidad o disponibilidad, con ella se puede predecir la
estabilidad y la vida útil de un producto, y no con su contenido de agua. Su valor refleja el
grado de interacción con los demás constituyentes, además de relacionarse con la
formulación, el control de los procesos de deshidratación y de rehidratación, la migración
de la humedad en el almacenamiento, entre otros factores.
La actividad del agua es una propiedad intrínseca y se relaciona de manera no lineal con el
contenido de humedad mediante las curvas o isotermas de adsorción y desorción, para esto
se realizan dos isotermas llamadas de sorción (Figura 7) para un contenido de humedad
constante; la actividad del agua es menor durante la desorción que en la adsorción, o que
para una Aw determinada, la humedad es mayor en el secado que en la hidratación.
Además se puede observar que estos procesos opuestos no son reversibles por un camino
común, fenómeno que recibe el nombre genérico de histéresis (falta de coincidencia o
desviación de ambas isotermas).
Figura 7. Isotermas de sorción.
En general, [2] mientras más alta sea la Aw y más se acerque a 1.0, que es la del agua
pura, la inestabilidad en el alimento será mayor, por ejemplo las carnes, frutas y vegetales
frescos tienen un valor alto de Aw, por lo que requieren ser puestos en refrigeración. Por
otra parte se tiene a los alimentos estables a temperatura ambiente (sin incluir los tratados
térmicamente y comercialmente estériles, como los enlatados), los cuales presentan niveles
bajos en Aw y son los más estables.
Los alimentos de humedad intermedia tienen una larga vida de anaquel y no necesitan de
rehidratación o de enfriamiento para conservarse, en este grupo se encuentran los
alimentos con Aw de 0.65 a 0.86 y de 25 a 50% de agua.
El valor de 0.86 se toma como límite, ya que es suficiente para inhibir bacterias patógenas,
como el Staphylococcus aureus, aunque es insuficiente para evitar hongos y levaduras, por
lo que en su elaboración se añaden sorbatos y benzoatos. (Figura 8)
Esto es consecuencia de que los alimentos al tener sustancias de bajo peso molecular
disueltas, como sales y azúcares, en la estructura se pueden encontrar zonas ricas en
solutos cuya temperatura de congelación se abate considerablemente y no toda el agua se
convierte en hielo en el congelamiento, sino que quedan secciones líquidas ricas en solutos.
Conclusión.
Finalmente, con la información expuesta sobre el agua podemos decir que esta sustancia
es fundamental para la vida en la Tierra, gracias a ella ocurren diversos procesos biológicos,
además de poseer diversas propiedades que son consecuencia de su estructura molecular,
por ejemplo la presencia de puentes de hidrógeno debido a la polaridad de la molécula, lo
cual se relaciona con su uso como disolvente universal.
[2] S. B. Dergal, Química de los alimentos, 4ta edición, México: Pearson Educación, 2006.
[3] O. R. Fennema, Química de los Alimentos, 3ra edición, España: Acribia, 2010.