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DESARROLLO DEL CAPITALISMO EN AMÉRICA

El desarrollo del capitalismo en América Latina y el Caribe estuvo y está


determinado por las condiciones históricas concretas en las que se desenvuelve.
La fase de acumulación originaria (el establecimiento del divorcio entre el
productor directo y los medios de producción) comenzó aquí, América Latina, una
vez el capitalismo central había entrado en su fase imperialista. Este hecho,
sumado a la incapacidad de imponer el capitalismo mediante una revolución
democrático-burguesa que destruyera de manera efectiva los cimientos del
antiguo orden, determinará el complejo proceso de transición hacia una sociedad
capitalista donde prevalezca un modo de producción concreto: la vía oligárquica o
reaccionaria dependiente de desarrollo del capitalismo. La principal particularidad
de esta es que no consigue transformar por completo las estructuras
precapitalistas, sino que las subordina al capital, manteniendo una heterogeneidad
estructural visible en los diversos modos de producción que conviven, asentando
su evolución en la pauperización de los productores directos y los trabajadores. El
resultado son economías “híbridas”, cuyo grado de “hibridez” determinará el ritmo
del desarrollo. Insertas en la división internacional del trabajo que les reservaba el
puesto de economías primario-exportadoras complementarias del capitalismo
industrial del capital central, incluso el naciente capital industrial de los países
latinoamericanos estará sometido a los vaivenes de la actividad primario-
exportadora, sujeta a su vez a los avatares del capitalismo imperial y sus ciclos
económicos. Los efectos que se desprenden de esta situación son principalmente
tres: la desnacionalización de las economías dependientes, la aplicación
“extremista” de las contradicciones y desigualdades del capitalismo y el desarrollo
basado en las necesidades de las economías metropolitanas (no las propias).

El fin de este Estado oligárquico y el cambio de fase hacia una simplemente


burguesa dependerán de cada matriz estructural, de la relación que cada país
guarda con el exterior y de la correlación de fuerzas sociales y la orientación que
va adquiriendo la lucha de clases. La revolución democrático-burguesa no es más
que una alternativa histórica que no tiene por qué darse para que se desarrolle
una economía capitalista. En el caso latinoamericano, donde la principal vía de
acumulación de capital fue el sector primario exportador, el sector industrial nunca
se atrevió a llevar a cabo una transformación profunda, se detuvo en el mero
reformismo. La gran acumulación de contradicciones que se originan determina el
sentido de la lucha de clases, cuya primera expresión significativa será la rebeldía
del campesinado en proceso de proletarización. Estos movimientos, aunque
lograron grandes gestas, serán incapaces de estructurar un proyecto global de
reordenamiento de la sociedad. La propia estructura desigual y heterogénea del
subdesarrollo determina una gran variedad de situaciones. Incluso el proletariado
propiamente dicho encontrará dificultades para insertarse en la estructura de la
sociedad y no desarrollará una conciencia propiamente proletaria hasta la fase
post-oligárquica, cuando las estructuras de clases adquieren un carácter más
capitalista. Estas clases proletarias lucharán en un primer momento por una
democracia, pero dada la índole de estos grupos, esta lucha incluirá muchas
medidas sociales que van más allá de la simple democracia liberal.

SOCIO PRODUCCION Y GRUPOS SOCIOS PRODUCTIVOS

Hablamos de socioproductividad para referirnos al modelo de producción


colectiva mediado por la conformación de nuevas relaciones sociales bajo los
principios del trabajo liberador, solidaridad, control social y autogestión. La
implementación de este modelo permite el establecimiento de redes productivas
de intercambio y complementariedad de manera consensuada y endógena.1

Las organizaciones socioproductivas trabajan para la construcción de un


nuevo modelo económico fundamentado en el desarrollo de nuevas fuerzas
productivas alternativas al modelo capitalista.2

Dimensiones
Para la caracterización o construcción de un Modelo de Gestión Socio-
Productivo debemos tener en cuenta dos dimensiones articuladas en la práctica
social:

La Dimensión Económico-Política; Articula el conjunto de categorías que


nos explican el tipo de sociedad que aporta a construir una experiencia socio-
productiva particular, así, la dimensión de economía política será la dimensión que
me señale si la experiencia socio-productiva está articulada en una perspectiva de
ruptura con la lógica del capital (Acumulación-Explotación) en la construcción del
socialismo, o si por el contrario produce y reproduce las formas de explotación con
características del Capitalismo.
La Dimensión Tecno-Productiva; Está referida a los procesos de
realización de la producción, es decir a diversas categorías que definen el proceso
de identificación de necesidades de la población, la gestión productiva, del talento
humano, financiera, gerencial y comercialización de los bienes o servicios
producidos.

EL LIBERALISMO ECONOMICO COMO EL SOPORTE PARA EL


CAPITALISMO

Si el desarrollo humano es la visión actual por la que se tiende a integrar al


conjunto de factores que intervienen en el desarrollo, entonces el desarrollo
humano como espacio de encuentro nacional sería una visión de esta integración
para la reconfiguración de los elementos sociales y políticos en función de la
cohesión y armonía social.

Entendiendo el encuentro nacional como el resultado de la unión de


voluntades, se puede concluir que el desarrollo humano también incide en el plano
de lo político, lo que permite suponer una participación activa de todos los actores
del Estado con potestad para decidir el futuro de una nación.

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