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LOS POLÉMICOS SESENTA

Mi padre admiraba en el pueblo cubano su extraordinaria ca-


pacidad de recuperación a través de una historia pautada por
luchas y reveses en el continuado empeño por forjar un pro-
yecto nacional. A las guerras por la independencia siguió la
primera intervención norteamericana; a la derrota de Macha-
Edición / Reinier Pérez-Hernández
Dirección artística / Alfredo Montoto Sánchez do, la mediación Welles; al gobierno de los Cien Días, la re-
Diseño de cubierta / Jorge Luis Pérez Martínez presión del primer batistato. Este prolongado proceso impli-
Ilustración de cubierta / Ustedes, nosotros (1969), de Raúl Martínez. có un aprendizaje y sembró una memoria. La sombra de
Cortesía de Abelardo Estorino Antonio Guiteras se proyectaba en el triunfo electoral de Ra-
Corrección / Alicia Díaz Varona món Grau San Martín, a través del recuerdo de las medidas
Composición computarizada / Ulises Ropón
nacionalistas del 33 y del deseo de liberar la República de su
Todos los derechos reservados dependencia económica y de la corrupción, constituida en uno
© Sobre la presente edición: de sus males desde fecha temprana, con un deterioro acelera-
Editorial Letras Cubanas, 2006 do a partir de la intervención de Magoon. La irrupción del
golpe de Estado de Batista, casi en las vísperas de la elecciones
ISBN 959-10-1192-X
de 1952, parecía cerrar definitivamente el porvenir después
Instituto Cubano del Libro de la defraudación producida por los gobiernos auténticos.
Editorial Letras Cubanas Siete años más tarde, el triunfo de la Revolución anunciaba el
Palacio del Segundo Cabo renacer tantas veces postergado. La República se vestía de
O’Reilly 4, esquina a Tacón, limpio con el arribo de un ejército de barbudos, vencedor en
La Habana, Cuba
un combate asimétrico y, por ello, desasido de compromisos
E-mail: elc@icl.cult.cu con el pasado.

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El triunfo de la Revolución Cubana se producía en un punto que ceder ante la resistencia argelina. Los nombres protagó-
de giro de la historia, cuando los caminos parecían bifurcarse, nicos del despertar del tercer mundo —Nehru, Ho Chi Minh,
y se inscribía, a pesar de haber surgido de manera autónoma, Lumumba, N’krumah— pasaban al primer plano de la actua-
en un panorama internacional caracterizado por señales de lidad internacional. El cambio de tónica se reflejaba en 1960,
cambio y por una intensificación del debate de ideas. Proyecta- cuando en el ámbito de la asamblea de las Naciones Unidas
da hacia el mundo exterior, la isla, hasta entonces circunscri- Fidel recibía en el hotel Teresa de Nueva York, en el corazón
ta a su condición periférica, se convertía en imagen simbólica de Harlem, a personalidades prominentes de la política mun-
de una nueva realidad política con repercusiones en el campo dial. Su presencia allí articulaba la oleada emancipadora con
cultural. las reivindicaciones de los afronorteamericanos que emergían
En el contexto más inmediato de la América Latina, la Re- con fuerza y diversidad de posturas. Pocos años faltaban para
volución Cubana reverdecía las perspectivas liberadoras clau- que la guerra de Vietnam estremeciera importantes sectores
suradas por el derrocamiento del gobierno popular de Jacobo de la sociedad norteamericana, repercutiera en los cotos pri-
Arbenz en Guatemala. Habían transcurrido apenas cinco años vilegiados de los campus universitarios y se hiciera visible en
desde que, en Caracas, la gallardía de Torriello enfrentó la términos de contracultura. Enraizadas en circunstancias his-
prepotencia de Foster Dulles. tóricas precisas y en una memoria cultural concreta, las ideas
desbordaban el doctrinarismo y la capacidad de respuesta de
los partidos políticos. Como había sucedido siempre en el
2 preludio de las revoluciones, pensar dejaba de ser un mero
ejercicio intelectual para convertirse en compromiso vital, en
El recuento de los historiadores, cada vez más simplista, re- una práctica vinculada a la acción transformadora.
duce la confrontación iniciada con el término de la segunda Esas razones hicieron de la Revolución Cubana un para-
contienda mundial a la llamada «guerra fría» que enfrentaba digma. Adherida a las demandas de la realidad, en estrecho
los bloques antagónicos encabezados por los Estados Unidos diálogo entre teoría y práctica, había triunfado sin contar con
y la Unión Soviética, separados por la «cortina de hierro», así la conducción de un partido de la clase obrera, con el Ejército
bautizada por Winston Churchill, excelente publicitario, autor Rebelde convertido en factor integrador de campesinos y de
también de la célebre imagen de la V de la victoria. Sin embar- hombres venidos de la ciudad, fuerza combatiente movili-
go, en los intersticios de ese conflicto dominante, se producía zadora de conciencia. El programa del Moncada sintetizaba
también un acelerado proceso descolonizador. La India había las demandas acumuladas en un proyecto de nación siempre
alcanzado la independencia. Los vietnamitas derrotaban a los postergado y convocaba, con su definición de pueblo, a los
franceses antes de vencer en dura lucha a los norteamerica- trabajadores manuales, a amplios sectores de las capas me-
nos. Nasser había nacionalizado el Canal de Suez. Agotadas dias y a los intelectuales. Una vez en el poder, el proyecto
por infructuosas todas las fórmulas represivas, Francia tenía socialista implícito tomó cuerpo en razón de la necesidad,

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como respuestas sucesivas a las agresiones del imperialismo. truir una nación para encontrar en ella razón de ser y de exis-
Así ocurrió con las grandes nacionalizaciones del año 1960 y tir. Como la isla, la política se vestía de limpio y dejaba de
con la proclamación del carácter socialista de la Revolución mostrar el rostro corrupto de los mercaderes del voto. Tam-
en vísperas de la invasión de Playa Girón. Las estructuras del bién vestidas de limpio, las palabras recuperaban su sentido
estado neocolonial se habían derrumbado. Por primera vez, original. En su inmensa mayoría, los intelectuales rehuyeron
cristalizaba la posibilidad real de construir un país. la complicidad con la dictadura de Batista. El rechazo crista-
lizó en manifestaciones públicas cuando los artistas plásticos
de todas las generaciones convergieron en su Homenaje a
3 Martí, más conocido como antibienal en rechazo a la muestra
hispanoamericana oficial, organizada bajo el patrocinio del
En tales circunstancias, la cultura se colocaba, también por dictador cubano y de su homólogo español Francisco Franco.
primera vez, en el centro de la vida. Marginados hasta enton- Y en el stadium universitario, con el apoyo de la FEU, el
ces, confinados a pequeñas capillas, los escritores y artistas ballet Alicia Alonso recibía el reconocimiento público por su
ocupaban ahora un espacio social mediante la difusión de sus oposición al régimen. Desde la izquierda, animada por el Par-
obras y a través de la ejecución de una política cultural verte- tido Socialista Popular en la clandestinidad, la Sociedad Cul-
brada por instituciones de reciente fundación. En sus manos tural Nuestro Tiempo integraba una minoría de militantes a
estaban la naciente industria del cine, las revistas y editoriales, una zona más amplia de la izquierda en una contrapartida
los museos y galerías, los centros destinados a la proyección cultural al programa del gobierno. En el plano individual, como
nacional e internacional de la cultura. Antes, la bohemia ha- parte de un compromiso ciudadano, muchos colaboraron con
bía sido refugio de la precariedad y el desamparo. Ahora, los las organizaciones que operaban en la clandestinidad. Quienes
proyectos configurados a través del tiempo encontraban cau- habían emigrado por distintas razones, desde los más jóvenes
ce en el policentrismo de las instituciones. Porque el llamado hasta escritores ya consagrados como Alejo Carpentier, regre-
de la Revolución convocaba a generaciones diversas y a los saron para ponerse al servicio de la común tarea en marcha.
portadores de diferentes posturas ideológicas y estéticas. Con el andar del tiempo, la atmósfera de una época parece
irrecuperable. La memoria de los supervivientes se contami-
na con los andares de la vida. Las imágenes nítidas flotan en
4 el ancho territorio del olvido, como iluminaciones en un pro-
ceso de selección y descarte. Engañosamente tangibles, dis-
Los escritores y artistas cubanos procedían, en el momento persos y devorados por el calor y la humedad, los documen-
inaugural de la Revolución, de diversas familias estéticas e tos emergen como señales enigmáticas. En el intento por salvar
ideológicas, constituidas como reductos de resistencia ante lagunas y recuperar una cronología perdida, la investigación
una sociedad hostil. Coincidían ahora en el propósito de cons- posible requiere rescatar, con el acontecer de cada día, el rit-

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mo acelerado de la historia y la huella de una acción cultural coordenadas de un debate contemporáneo impregnado del
multiplicada con el desarrollo de las instituciones, la prolife- auge de las ciencias sociales. La geografía siempre colocó la
ración de revistas, libros, estrenos, conferencias y con la pro- isla en un cruce de corrientes. La historia, ahora, la situaba en
yección pública de intelectuales venidos de todas partes. Por el epicentro del debate internacional. Los acontecimientos
lo demás, la dinámica social y la inminencia de refundar na- internos dialogaban con los sucesos del mundo exterior. Las
ción y cultura, concedían a las nuevas generaciones un prota- represalias de los Estados Unidos, en ritmo acelerado a partir
gonismo sin precedentes. La premura del hacer imponía la de la reforma agraria —remember Guatemala— daban lugar
premura del pensar. La intensidad de la vida intelectual al- a respuestas que articulaban, a través de golpes y contragol-
canzaba una tensión sin precedentes. Sobre el derrumbe de pes, el sueño de liberación nacional y el proyecto socialista.
lo viejo, crecía el espíritu de lo nuevo. El derrumbe fue el Todo tenía que pensarse nuevamente. Las interrogantes im-
título de una novela de Soler Puig y La casa vieja el nombre ponían la búsqueda de fuentes diversas. Circularon manuales
de una pieza de Estorino. Paradójicamente, en ese contexto el de marxismo y se produjo un paulatino acercamiento a los
presente reconstituía la tradición del pasado. El ballet y la clásicos. Los maestros de filosofía eran hispanosoviéticos y,
danza contemporánea se desarrollaban junto al Conjunto Fol- también, latinoamericanos. Marx, Engels y Lenin se comple-
klórico Nacional. El teatro estrenaba a Brecht y a Lope de mentaban con Gramsci, Rosa Luxemburgo, Mariátegui, a los
Vega. Los libros recogían textos recién salidos del horno y que se añadían ensayos recientes tomados de revistas de iz-
ponían en circulación lo mejor de la herencia literaria venida quierda, donde afloraban las múltiples perspectivas proceden-
de todas partes. En las artes plásticas, los salones rendían cuen- tes de Europa occidental y de América Latina. Por otra parte,
ta de la contemporaneidad y las retrospectivas reconocían la el proceso descolonizador introducía los conceptos de tercer
vigencia de los fundadores de la vanguardia. Sin olvidar a los mundo y subdesarrollo. Las palabras de Frantz Fanon esta-
clásicos, la música se lanzaba a la aventura de la experimen- blecían un vínculo profundo con el despertar de los «conde-
tación. Una encuesta de La Gaceta de Cuba, dirigida a dra- nados de la tierra». En tales circunstancias, el estudio de la
maturgos de distintas tendencias —Arrufat, Estorino, Brene, estética dejaba de ser un mero ejercicio académico. Se leía a
Triana—, reflejaba algunos tópicos característicos de la épo- Luckács en español, en italiano, en francés, aunque el intelec-
ca. Todos afirmaban ser deudores de una tradición, desde tual húngaro, a lo largo de una extensa vida de involucramiento
Piñera hasta Chejov. El debate de la cubanía, entre lo nacio- en los conflictos de su país, presentara muchos rostros. En el
nal y lo universal, se resolvía a través del punto de vista de plano teórico, se daban a conocer, asimismo, al italiano Della
cada cual, forjado en el arraigo a la tierra. Volpe y al hispano-mexicano Adolfo Sánchez Vázquez y, con
El compromiso con el cambio establecía el vínculo necesa- un sentido polémico más inmediato, La necesidad de arte, de
rio entre vanguardia política y vanguardia artística, otro de Fischer, y Un realismo sin riberas, de Garaudy. Entre las dos
los tópicos recurrentes en aquellos tiempos. Repensar el país orillas del Atlántico, con el paso de los años y, en particular,
exigía volver la mirada hacia la historia nacional y hacia las desde el triunfo de la Revolución de Octubre, la izquierda

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Prólogo Polémicas culturales de los 60.p65 10 05/12/2006, 13:57 Prólogo Polémicas culturales de los 60.p65 11 05/12/2006, 13:57
había entretejido un pensamiento y una historia, una memo- dialéctica que conjugaba el empleo de las palancas económi-
ria cargada de tensiones, desacuerdos y convergencias, de eta- cas con el desempeño del hombre sustentado en el crecimien-
pas de endurecimiento y de deshielo. La asunción crítica de to de su conciencia. Era la célula primigenia de lo que habría
ese legado era imprescindible en el momento de iniciar el de exponer más tarde en El socialismo y el hombre en Cuba.
camino hacia el socialismo, cuando el presente debía consti- El proyecto emancipador del hombre se articulaba así al de la
tuirse en eficaz eslabón del porvenir, a la vez que sorteaba los sociedad.
peligros reales, la guerra —Girón y la Crisis de Octubre, la El diseño de una estrategia revolucionaria implicaba, asi-
subversión interna y los alzados del Escambray, la agresión mismo, la relectura de la historia de la nación. En las reunio-
económica, la desaparición del mercado azucarero y de los nes de los intelectuales con Fidel, efectuadas en la Biblioteca
suministros petroleros—, así como el aislamiento internacio- Nacional en junio de 1961, todavía bajo los efectos de la cer-
nal con la ruptura de relaciones diplomáticas de los países cana victoria de Girón, apuntaban ya las discrepancias en ese
latinoamericanos con la excepción de México. En circuns- terreno. Se iniciaba una discusión en la que participarían his-
tancias tan complejas, la izquierda se debatía entre tópicos de toriadores de generaciones y formación diversas, inscritos en
distinta naturaleza, desde el modo de conducir la economía distintos ámbitos de la vida académica, desde Sergio Aguirre
hasta la función del arte y la consiguiente valoración de las y Julio Le Riverend, hasta los más jóvenes Manuel Moreno
vanguardias del siglo XX. Fraginals y Jorge Ibarra. El problema se centró en definir la
llamada contradicción fundamental del siglo XIX cubano. Al-
gunos ponían el acento en el enfrentamiento entre la colonia
5 y la metrópoli. Para otros, el eje se colocaba en el antagonis-
mo entre esclavitud y abolicionismo. El asunto resultaba esen-
Comandante guerrillero, inmerso en la solución de los pro- cial, por cuanto en el ayer residían algunas interrogantes del
blemas, a la vez acuciantes y estratégicos en la presidencia presente, sobre todo cuando Fidel subrayaba, al término de la
del Banco Nacional y en el Ministerio de Industrias, Ernesto década, en 1968, la continuidad de los cien años de lucha. La
Che Guevara fue uno de los principales animadores de la po- definición de los términos de la oposición desbordaba la des-
lémica en los fecundos años 60. Entre sus contendientes se cripción del mero acontecer para atravesar, en sus alcances,
encontraban Carlos Rafael Rodríguez y Charles Bettelheim. el conjunto de la sociedad, incluida su dimensión cultural. De
El tema sujeto a debate rebasaba los aspectos aparentemente ahí se derivaba la valoración de los protagonistas de la cons-
técnicos de la Ley del valor. Para el Che, se trataba de definir trucción del andamiaje ideológico del siglo XIX. En torno a
las vías de edificación del socialismo. Su postura crítica respec- José Antonio Saco se radicalizaron las posiciones. En este
to a algunas deformaciones surgidas en el proceso soviético, terreno también el debate trascendía los límites de la isla cuan-
germen de un análisis profético de lo que habría de suceder do Jorge Ibarra, autor de ensayos acerca de la ideología
años más tarde, lo había llevado a privilegiar una concepción mambisa y encargado por el Ministerio de las Fuerzas Arma-

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Prólogo Polémicas culturales de los 60.p65 12 05/12/2006, 13:57 Prólogo Polémicas culturales de los 60.p65 13 05/12/2006, 13:57
das Revolucionaras de dirigir la elaboración de un manual defensor del acceso directo a los textos de Marx, Engels y
sobre historia de Cuba, se enfrascaba desde la revista de la Lenin.
Biblioteca Nacional en una controversia con un conocido aca-
démico polaco. En el fondo de la cuestión se manifestaba,
otra vez, la reivindicación de los rasgos específicos del pro- 6
ceso nacional cubano.
Las polémicas se extendieron, en los años 60, a todos los Abordar en su conjunto las polémicas de los años 60, invo-
campos del saber, porque las ideas en Cuba y en el resto del lucradas en el ancho territorio de las ciencias sociales y la
mundo emergían de razones sustanciales para definir una prác- cultura, exigiría disponer de varios volúmenes y de la contri-
tica concreta, con repercusiones para el porvenir de la huma- bución de varios especialistas. Porque, sin caer en las tenta-
nidad. Se borraban las fronteras entre el ejercicio del pensar y ciones del aldeano vanidoso, lo que en Cuba se dilucidaba
las demandas del hacer. Ese reclamo de la inmediatez impli- tenía resonancias en la América Latina y en sectores signifi-
caba hasta la filosofía, zona muchas veces resguardada de los cativos de la Europa occidental. Descolonización y Guerra
rumores de la ciudad. Las ideas eran armas de la revolución. Fría situaban el debate, por primera vez, en una dimensión
El marxismo se convertía en herramienta fundamental para el planetaria. Lo que sucedía en África y en Vietnam concernía
reconocimiento de los conflictos de la realidad desde la pers- a todos y repercutía en el interior en las antiguas potencias
pectiva de una dinámica transformadora. Los manuales inter- metropolitanas. Asomaba la posibilidad de una futura tercer-
vinieron como vías de acceso a un saber requerido de una mundización, mientras la confrontación entre las superpoten-
amplia difusión entre los nuevos actores de la sociedad, lla- cias satelizaba a los poderes que, hasta la Primera Guerra
mados a una preparación acelerada a partir de insuficiencias Mundial, se disputaron el reparto del universo. Los rasgos
en su formación académica regular. Esa alfabetización filo- originales de la Revolución Cubana en el diseño de la con-
sófica correspondió a las escuelas del Partido, estructuradas quista del poder y de las transformaciones subsiguientes, su
desde los niveles básicos hasta los equivalentes a una ense- desasimiento de concepciones dogmáticas, la convertían en
ñanza superior. De procedencia soviética, los manuales incu- punto focal del debate, en centro fecundante de ideas. Para
rrían en inevitables simplificaciones conducentes a la formu- militantes y escépticos significaba, al decir de Roberto Fer-
lación de recetarios que universalizaban, al margen de una nández Retamar, la «vuelta de la antigua esperanza».
visión historicista, la experiencia concreta de la URSS. De En ese contexto, el campo de la creación artística y literaria
ahí el peligro de un pensar dogmático, ajeno en última instan- tenía sus especificidades. El amanecer de la Revolución de
cia al carácter dialéctico de la obra de los fundadores. En Teo- Octubre había coincidido con una etapa de expansión del pen-
ría y Práctica, revista publicada por las escuelas del Partido, samiento y las artes en Rusia. Desde la periferia de Europa,
se dio a conocer el debate, en el que participaron Leonel Soto apuntaba lo nuevo en las artes plásticas, en la poesía, en la
y Humberto Pérez, por una parte, y, por la otra, Aurelio Alonso, arquitectura, en el cine y en el desarrollo teórico de la ciencia

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Prólogo Polémicas culturales de los 60.p65 14 05/12/2006, 13:57 Prólogo Polémicas culturales de los 60.p65 15 05/12/2006, 13:57
literaria. En el arte y en la política se producía una conver- texto crítico, pero el comentario se divulgó de boca en boca.
gencia revolucionaria. A la eclosión inicial sucedieron tiem- La autora de la canción, Ela O’Farrill, recorrió la ciudad has-
pos difíciles, guerras y pobreza extrema se unieron al desafío ta encontrar a Fidel Castro en una esquina del Vedado. Inte-
hasta entonces impensado de construir el socialismo en un rrogado al respecto, el jefe de la Revolución respondió diver-
solo país. En total aislamiento, las energías se concentraron tido que los desengaños amorosos podían tener lugar en
en el desarrollo de la industria pesada. En dramática circuns- cualquier circunstancia. Escritores y artistas decidieron zan-
tancia de economía de guerra, se cancelaba la aventura expe- jar definitivamente la cuestión. En la Biblioteca Nacional, un
rimental del arte a favor de la inmediatez propagandística. El foro, con ponencias de relevantes personalidades, clausurado
viraje desembocaría en la oficialización de la doctrina del rea- por Alejo Carpentier, se consagró al feeling. El novelista y
lismo socialista en el congreso de escritores de 1934. Apaga- musicólogo cubano aclaraba que la historia de nuestra músi-
da la eclosión de otrora, escritores y artistas habían resultado ca, atravesada por múltiples influencias, tenía poder suficien-
víctimas de la represión. te para asimilarlas sin perder su carácter. Un concierto multitu-
Los cubanos conocían esa historia, tanto como los resulta- dinario dio término definitivo al debate.
dos de una producción artística y literaria que circulaba a tra- La anécdota revela hasta qué punto los escritores y artistas,
vés de las publicaciones en lenguas extranjeras promovidas inmersos en tareas revolucionarias de toda índole, volcados
desde la URSS. No había, sin embargo, unanimidad al res- hacia una intensa labor cultural, pero también participantes
pecto. La perspectiva socialista reactualizaba temas que ha- activos en trabajos voluntarios en la agricultura y en las prác-
bían aflorado desde atrás y que se remitían a un conjunto de ticas de las milicias veían en las normativas del realismo so-
tópicos. El arte de élite se oponía al arte de masa, la creación cialista la amenaza fundamental a la libertad de creación. A
como aventura experimental del conocimiento se contrapo- esa inquietud respondía el «dentro de la Revolución» de las
nía a la teoría del reflejo, la vanguardia se asociaba a la deca- tan citadas Palabras a los intelectuales de Fidel Castro.
dencia del capitalismo, la reivindicación de lo nacional inten- En la Unión Soviética y, en grado variable, en los países
taba frenar las influencias extranjerizantes. En la dinámica socialistas de la Europa del este, la marca del realismo socia-
cotidiana la tensión expectante mantenía una vigilia perma- lista había dejado influencia profunda en las artes plásticas
nente en torno a los temas implícitos en el debate. circunscritas a limitaciones temáticas y a una herencia formal
Un acontecimiento poco recordado revela el clima de la decimonónica. Observador respetuoso de la trayectoria de la
época. La aparición del feeling había matizado el ambiente vanguardia cubana, Juan Marinello guardaba reservas respecto
musical de los años 50 con su carácter intimista, con la elabo- a las tendencias abstractas, en plena expansión en los años 50
ración de las letras y la renovación de las búsquedas armóni- del pasado siglo. Desde la clandestinidad, bajo la dictadura
cas. El asunto estalló al difundirse un comentario de Gaspar de Batista, hizo circular su Conversación con los pintores
Jorge García Galló, según el cual la canción Adiós felicidad abstractos, reeditada nuevamente después del triunfo de la
no tenía cabida en el socialismo. Pocos tuvieron acceso al Revolución. En una de las últimas entregas de la revista Nues-

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tro Tiempo, en 1959, Roberto Fandiño intentaba establecer ración de un pensamiento oficial. Entre nosotros, sin embar-
vínculos entre las expresiones no figurativas y una supuesta go, el asunto resultaba más acuciante. En un ámbito de extre-
política cultural del régimen derrocado. El artículo recibió ma politización nutrida de las vivencias de la lucha contra
rápida respuesta y la polémica no alcanzó mayor repercusión. Batista, de los acontecimientos de la Revolución y de las
Importantes muestras de arte abstracto en los años 60, patro- inquietudes crecientes en el tercer mundo, en Europa occiden-
cinadas por galerías de primer nivel, fueron acogidas de ma- tal y, aún, en el interior de los Estados Unidos, los problemas
nera favorable por un amplio despliegue crítico. del socialismo rebasaban el mero ejercicio de la especulación.
En 1960 desaparecería la dirección de cultura subordinada Eran definiciones que involucraban, en términos concretos,
al Ministerio de Educación y sustituida por el Consejo Nacio- el sentido de un modelo social donde la inminencia del pre-
nal de Cultura, organismo autónomo con mayor jerarquía. Se sente eslabonaba el porvenir.
cerraba de ese modo un ciclo de configuración de las institu- Por su propia naturaleza, la idea del socialismo implicaba
ciones destinadas a ejecutar, en términos prácticos, la política una alta valoración del papel de la cultura que incluía la crea-
cultural. Cada una de ellas tenía perfiles bien definidos. La ción artística y la desbordaba al considerarse un proceso
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) agrupaba a conciente de construcción histórica dirigido al crecimiento
escritores y artistas en torno a sus publicaciones e impulsaba humano como propósito final. La relectura integral de las obras
un importante premio literario contrapartida nacional del que de Marx, incluidos sus trabajos juveniles, colocaba el tema
la Casa de las Américas consagraba a los autores del Conti- de la enajenación en un primer plano. Al referente económi-
nente. El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográ- co de la enajenación del producto del trabajo humano, se aña-
ficos desarrollaba las cinematografías y propiciaba, con su día la necesidad de alcanzar la plena liberación de las atadu-
trabajo editorial, un debate en torno a problemas culturales y ras impuestas por un secular sojuzgamiento social. En este
estéticos. La polémica latente en la cotidianidad se hacía visi- sentido, se establecían vasos comunicantes con el impulso
ble a través de un conjunto de publicaciones con amparo ofi- liberador animado por las vanguardias, consideradas como
cial. De esa manera se propiciaba el diálogo entre distintas herencia válida asimilada por los artistas cubanos. Por lo de-
familias intelectuales, convergentes todas en el proyecto an- más, las rápidas transformaciones de la sociedad y sus conse-
timperialista y socialista. Esa pluralidad se mantuvo a pesar cuencias en el campo de los valores acentuaban las expectati-
del cierre de Lunes de Revolución en 1961. La polémica cu- vas en torno a su repercusión en el ámbito de la creación
bana entroncaba con la que había desgarrado a la izquierda artística que, por primera vez, dejaba de estar confinada a
internacional desde la década del treinta y se reactivó con la exiguas minorías. Esas demandas reforzaban una visión que
crítica al estalinismo planteada por Nikita Jruschov en el XX privilegiaba una percepción ideológica explícita en tanto re-
Congreso del PCUS, seguida por el denominado deshielo que flejo de los fenómenos de la inmediatez. Entroncaba así, aún
flexibilizó zonas de la cinematografía y de la literatura, aun- sin proponérselo, con los preceptos del realismo socialista. El
que no tuvo repercusiones en las artes plásticas ni en la reelabo- rescate de la epopeya, requerido de mayor distancia histórica,

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debía servir de estímulo para los actores emergentes, surgi- En el inicio de la Guerra Fría, la confrontación tuvo su ex-
dos de una masa combatiente, entregada a la lucha cotidiana presión ideológica en el terreno de la cultura. Ya son de sobra
por la supervivencia del país y la construcción de una nueva conocidos los datos que revelan el trasfondo del llamado Con-
sociedad. Ese sujeto que se iba haciendo en marcha acelera- greso por la Libertad de la Cultura y de las revistas publica-
da, estaba cargado de contradicciones, de reminiscencias del das en varias lenguas bajo el patrocinio del CIA. La opera-
pasado y de asomos de futuridad. De ahí, otro ángulo del pro- ción involucró a ingenuos y a mercenarios. Bajo el manto de
blema. La inmersión en la realidad tenía que revelar los conflic- una supuesta neutralidad de la cultura, se trataba de una ope-
tos latentes, propiciar un autorreconocimiento lúcido y desarro- ración política dirigida a socavar la izquierda intelectual.
llar un espíritu crítico. Cuadernos, la versión en español, dormitaba en los estanqui-
llos, hasta que la revelación de las fuentes ocultas del financia-
miento de la empresa derribó el andamiaje y hundieron el
7 intento en el descrédito. Las manos de los intelectuales se
habían mancillado con el dinero sucio de los servicios de in-
La polémica interna cubana tenía resonancias más allá de las teligencia norteamericanos.
fronteras de la isla. En un punto de giro de la historia, se arti- La palabra de la Revolución Cubana, la de sus dirigentes y
culaba a un proyecto revolucionario nacido de circunstancias sus intelectuales, ofrecía nuevas vías para el compromiso. Con
concretas coincidentes con la efervescencia política y social la Segunda Declaración de La Habana, la voz de «una gran
de buena parte del mundo. Animaban el reverdecer del pensa- humanidad» daba la tónica de la época. La revista Casa de
miento y la acción del socialismo. Su cercanía mayor estaba las Américas se constituía en plataforma del pensamiento más
en la América Latina, donde se habían sucedido las dictadu- radical y de una nueva literatura latinoamericana con visibili-
ras amparadas por el imperio y donde la lección de Guatema- dad e identidad bien definidas, con pleno dominio del len-
la constituía una herida abierta. Ofrecía a los intelectuales un guaje de la contemporaneidad. En el arte y en la vida, el deber
de todo revolucionario era hacer la revolución. Sin renunciar
horizonte participativo y rescataba para ellos los vínculos or-
a una diversidad de matices y de puntos de vista, numerosas
gánicos entre política y cultura. Les daba la oportunidad de
publicaciones latinoamericanas se adscribían a estos linea-
recuperar un protagonismo social y, con ello, una historia for- mientos generales.
jada en el Continente desde las guerras de independencia. En Sobrepasado el desconcierto inicial, el imperio diseñó su
esta perspectiva de refundación intervenían las ideas, tan ne- contraofensiva. En el plano político, a la Alianza para el
cesarias como las armas, el cine y la voz personal de los Progreso sucedieron la entronización de las dictaduras y la
cantautores, despojada de los atributos del comercialismo, acción militar contra insurgentes. En el plano cultural, la re-
capaz de saltar las barreras entre lo culto y lo popular, com- vista Mundo Nuevo formuló una versión renovada de la neu-
prometida y cargada de subjetividad. tralidad, dirigida a nuclear a un conjunto de escritores a fin de

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contrarrestar la influencia ejercida por Casa de las Américas. gios de empresa privada. Sabido es que la meta no pudo ser
La ambigüedad aparente del proyecto mostró su verdadero alcanzada en una coyuntura conducente a privilegiar, por en-
carácter cuando se revelaron, una vez más, las fuentes de cima de diferencias de enfoque que nunca desaparecieron, la
financiamiento. La polémica, entonces, había adquirido di- unidad del campo socialista. El conflicto surgido en torno al
mensión continental y, por su envergadura, merece una reco- otorgamiento de los premios UNEAC a Fuera del juego, de
pilación de textos que incluya, junto a los emanados de La Heberto Padilla, y Los siete contra Tebas, de Antón Arrufat,
Habana y de París, los aparecidos en otras publicaciones del anunciaba confrontaciones que quebrantaron los vínculos con
Continente. También en este terreno a la seducción sucedió un sector de la izquierda intelectual y precipitaron los cam-
la represión. bios en la aplicación de la política cultural consagrados por el
congreso de 1971. Una etapa había concluido. Otros debates
vendrían después, a lo largo de los años 80 y 90. Pero, en
8 circunstancias diferentes, se expresarían por otras vías.

La década estaba terminando en 1968. Con fuerte acento


descolonizador y extensa pluralidad de voces, desde Siqueiros 9
hasta quienes mantenían viva la memoria de Trotski, desde
los etnólogos seguidores de Michel Leiris hasta Christiane El valor de las polémicas de los años 60 rebasa su carácter
Rochefort, el Congreso Cultural de La Habana se produjo histórico y testimonial. La relectura del pasado despeja ver-
después de la caída del Che en Bolivia y contenía los gérme- dades y contribuye a iluminar el presente. La historia no se
nes de los movimientos de mayo. Tlatelolco y París parecían repite, pero cualificados por coordenadas diferentes, algunos
anunciar el ímpetu de una izquierda renovada. En los dos la- temas de ayer perduran como cuentas pendientes. Porque la
dos del Atlántico, al modo latinoamericano, los estudiantes historia no ha concluido. El mundo se debate entre agudas
encabezaban la protesta. En México, el movimiento desem- contradicciones. Para construir un sujeto lúcido y participativo,
bocaba en tragedia. En París, el sistema lograría revertir el la cultura y, dentro de ella, el pensamiento y la creación artís-
proceso cuando ya la primavera de Praga y la intervención tica, desempeñan un papel decisivo. Cambiar la vida requiere
soviética volvían a fragmentar la izquierda. transformar la sociedad, alcanzar en ese proceso la plenitud
En el plano interno, los esfuerzos se concentraban en el de un ser humano desenajenado en la conquista del ser a tra-
empeño por acelerar el crecimiento económico, mediante el vés del existir. Por eso, todas las interrogantes siguen siendo
desarrollo de la producción azucarera, proyectada hacia la válidas.
voluntad de alcanzar diez millones de toneladas en 1970.
Todas las ramas de la economía se volcaron hacia esa direc-
GRAZIELLA POGOLOTTI
ción fundamental a la vez que desaparecían los últimos vesti-

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