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Es una traducción hecha por fans y para fans.
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Poderosos, leales, inolvidables
3
Sigue a los Titan
a medida que encuentran el verdadero amor…
Sinopsis 5 Ocho 73

Dedicatoria 6 Nueve 86

Nota de la autora 7 Diez 93

Epígrafe 8 Once 103

Prólogo 10 Doce 109

Uno 12 Trece 120


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Dos 19 Catorce 127

Tres 27 Epílogo 135

Cuatro 37 Siguiente libro 138

Cinco 50 Sobre la autora 139

Seis 58 Créditos 140

Siete 66
El mundo de Jasmine Freeman está a punto de caer alrededor de ella y el único
responsable de ello no es otro que su primer amor, Derek Titan. No lo ha visto en diez
años, y ambos van a descubrir la verdad de lo que sucedió en ese entonces.
Jasmine creció siendo rica y ajena a la destrucción que su padre causó a su
alrededor. Derek estaba del lado equivocado de las pistas. En diez años sus vidas se 5
invertirán. Él ahora es un magnate billonario y ella trabaja duro, pero apenas subsiste
debido a las prácticas comerciales poco éticas de su padre.
Derek viene buscando venganza y en su lugar se entera que tiene un hijo medio
crecido y la mujer con la que ha estado enojado durante tantos años no es quien
pensaba que era. Ambos luchan contra la pasión que todavía sienten el uno por el otro,
pero al final es irresistible.

Baby for the Billionaire #1


6
Este libro está dedicado a mi hijo, Johnathan, que me trae tantas alegrías.
Siempre me hace reír y estoy orgullosa de él todos los días. De verdad es único y mi
vida no sería la misma sin él en ella. Te amo, Johnathan.
Este es el comienzo de la serie de los Titan. Adoro escribir libros de romances
familiares porque creo que el aspecto de la familia es tan importante como el romance
mismo. Mi vida sería realmente solitaria sin mi familia. Los amo y haría cualquier
cosa por ellos. Quería que los Titan sean primos porque amo a muchos de mis primos
como si fueran mis hermanos. Mi prima Tracy solía arreglarme el cabello y
maquillarme todo el tiempo cuando era una niña. Me hizo vestidos de fiesta y luego,
cuando pudo conducir, me llevaba. Recuerdo lo estupendo que pensaba que era que
mi prima genial pensara que yo era lo bastante especial como para estar con ella. La
idolatraba de niña. A decir verdad, todavía lo hago. Ella es maravillosa y graciosa, y 7
puede hacer de todo, desde coser y peinar a poner sus propios pisos y estantes. Es una
súper mujer.
Tengo muchos recuerdos afectuosos de mi familia, y usaré algunas de esas
experiencias en los distintos libros que escriba. Espero que llegues a amar a los Titan
tanto como a los Anderson. Adoro que mis protagonistas masculinos sean hombres
fuertes y poderosos y amo el cuento de la Cenicienta.
Gracias, como siempre, a todas aquellas personas que me inspiran cada día a
seguir escribiendo, y por todos sus maravillosos comentarios y reseñas. Me gusta
mucho escuchar de mis fans e intentar responder a todo. La mejor manera de
contactarme es a través de Facebook. Amo conversar con todos ustedes y también
saber lo que opinan.
Melody Anne
S
e encontraba a menos de treinta centímetros mientras lo miraba fijamente
con ira derramándose de ella. La había visto enojada antes, pero
esperaba que comenzara a salirle vapor por las orejas en cualquier
momento. Su propio enojo estaba alzándose hasta la superficie. ¿Cómo se atrevía ella
a hablarle así?
Presionó el botón de su teléfono.
—No quiero nada de interrupciones en este cuarto. No me interesa si el lugar
se encuentra en llamas —gruñó en el interfono.
—Sí, señor —llegó la respuesta y luego la conexión quedó muerta.
Comenzó a avanzar sigilosamente hacia ella. Ella pareció darse cuenta de su
predicamento, porque comenzó a retirarse rápido. Su mal humor se evaporó, a
medida que sus ojos se agrandaban. Debía verse un poco más atemorizante de lo que 8
pensaba, pero su tranquilidad lo había abandonado y su ira estaba hirviendo.
Ella fue quien lo abandonó porque él era pobre. Ella era la que pensaba que
todavía era requerida y poderosa. Ella siguió intentando restregarle en la cara que
había sido reemplazado por su novio. Ni siquiera podía pensar, estaba muy enfadado.
La hizo retroceder hasta que sus piernas golpearon la mesa. Quedó presionada
contra la dura superficie. No había escape. Su respiración se aceleró, haciendo que
sus senos se alzaran y cayeran contra su pecho. Sus mejillas estaban ruborizadas, sus
labios estaban hinchados por la costumbre nerviosa de morderlos.
Sus ojos todavía seguían agrandados con temor. Si solamente se hubiera
tratado de temor, podría haber sido capaz de frenar su enojo, pero también vio algo
de excitación en sus profundidades. Ella todavía lo deseaba, pero se estaba
conteniendo, tanto como se estaba conteniendo él. ¡La necesitaba ahora!
Sintió un gruñido bajo retumbar en su garganta. Cerró la pequeña brecha
entre ellos, aplastando sus labios en los de ella. La cogió del cuello para acercarla,
empujando su lengua contra sus labios, exigiendo entrar.
Ella levantó la mano para empujarlo, pero en vez de eso acabó aferrándose a
su camisa. No podía detener la traición de su propio cuerpo. Se encontró en llamas
cuando los labios de él pasaron de casi abusivos a seductores. Accedió a su boca y
luego enredó su lengua con la de ella.
Podía sentir el calor acumulándose en su núcleo. Él profundizó el beso,
acercándola más. Ella no supo dónde terminaba su cuerpo y comenzaba el de él. Sus
manos fueron deslizándose hacia arriba detrás de su cuello acercándolo todavía más.

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Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

U na estrella cayó de los cielos y Jasmine observó con sorpresa mientras


la luz lentamente se apagaba para luego desaparecer por completo.
Sentir la mano de Derek acariciando su espalda era pura dicha,
y sentía que podía permanecer acostada aquí toda la noche, nunca regresando al
mundo real. Este lugar que habían creado juntos era perfecto: Sin un padre diciéndole
que estaba mal, sin preocupaciones, sin problemas.
—Te amo tanto, Jasmine —le susurró Derek en el oído—. Eres mi mundo, mi
vida.
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—Sabes cuánto te amo —respondió ella, alzando la cabeza para aceptar un
suave beso de sus labios. Su cuerpo se deshizo nuevamente ante el más mínimo tacto
de él.
—Odio tener que llevarte de regreso a casa esta noche —dijo, acercándola más.
—Entonces no lo hagas —le rogó.
—Tu padre nos perseguirá —le dijo.
—No me importa. Sé lo que quiero y eso es estar contigo, Derek.
—Entonces deberíamos escaparnos juntos. De hecho, he estado pensando
mucho en ello, sobre mudarnos de aquí. —Cuando ella se estremeció, él añadió—:
Solo contigo, amor; nunca te dejaría atrás. Esta es mi idea. Mi padre estará de acuerdo.
Está comenzando su nuevo negocio. Es infalible. Quiere que lo maneje junto con él,
pero tengo sueños más grandes que manejar una tienda de computadoras. Quiero ir a
la ciudad, meterme en prácticas para alguien como Bill Gates, aprender de ellos y ser
alguien —dijo, pasión fluyendo a través de su joven voz.
—Ya eres alguien especial, Derek. Ganaste mi corazón y te lo he dado para
siempre —dijo, besándolo en el cuello mientras la luna llena iluminaba sus cuerpos
desnudos con su luz.
—Tú me haces sentir especial… me haces sentir como si no hubiese nada que
no pueda hacer.
—Eso es porque eres Superman —le dijo con una risita—. Sin dudas eres más
poderoso que una locomotora…
Él se rio, luego volvió a ponerse serio.
—¿Qué dices? Cuidaré de ti si vienes conmigo. Podemos casarnos y comenzar
nuestras vidas en la ciudad —prometió—. Incluso puedes ir a la escuela de cocina y
abrir esa cafetería de la que siempre hablas. —Él se emocionaba más a medida que
hablaba.
Jasmine se detuvo mientras pensaba en lo que le estaba pidiendo. ¿Podía dejar
todo atrás? Si Derek se iba, sin embargo, ¿por qué se quedaría? Nada valía la pena
conservar. Amaba a su padre, pero él era tan frío la mayoría del tiempo… ¿cuánto
podría extrañarla? Finalmente superaría su enojo y su relación sanaría, aunque podría
tomar unos cuantos años.
Derek tendría que volver. Su padre y primos estaban aquí, y eran más cercanos
que la mayoría de familias. Los tres eran más hermanos que primos. Ella estaría
comenzando una nueva aventura con el chico que amaba, pero estaría cortando 11
completamente sus lazos aquí.
—Sí. Iré contigo. No obstante, tienes que darme unos días —pidió.
Derek la puso encima de él con una risa. Jasmine estaba un poco dolorida, pero
el placer superaba por mucho la incomodidad. Los dos habían hecho el amor bajo las
estrellas, su alegría brillando todavía más.
Iban a forjar un nuevo camino para ellos dos. Nada podía detenerlos de su
destino.
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

10 años después…

O
tra noche, otra fiesta, aunque por una vez probablemente no habría
otra mujer. Derek Titan miró en torno a la sala repleta de gente y tuvo
que obligarse a no bostezar. No podía soportar el asistir a eventos
donde todos bebían demasiado, reían ruidosamente y se esforzaban demasiado en
impresionarse entre sí.
Derek sabía que era lo que las mujeres consideraban un buen partido. Diablos,
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una estúpida revista había hecho una reseña con los solteros más cotizados de Seattle
y puso su foto en el primer puesto. Había estado furioso e intentó que lo quitaran del
artículo, pero su abogado había soltado una perorata sobre tonterías como la libertad
de expresión. De acuerdo, había algunos buenos puntos en la Primera Enmienda, pero
no había visto muchos. Desde que el artículo, había sido abordado incluso por más
mujeres con sus ojos en el premio.
La revista enumeró sus ingresos como equivalentes a los de Bill Gates. Aunque
un poco exagerado, esa parte al menos había estado relacionada a los negocios. Pero,
¿qué posible interés o importancia tenía la frase trillada “alto, oscuro y apuesto”? ¿Y
qué si tenía un metro ochenta y dos, con hombros anchos? Tuvo náuseas cuando leyó
“músculos ondulantes”. El condenado autor incluso dio un consejo sobre cómo
conocerlo: No te molestes en acosarlo en el gimnasio, odiaba esos lugares, pero
comiencen a correr, porque él corría cada mañana y a veces también en las tardes, ya
que era una gran manera de aliviar su estrés.
Aunque lo daba a entender, al menos el artículo no decía la que resultaba ser
su segunda manera de aliviar el estrés. Pero esta era: En el instante en que llevara a
una mujer a su cama, se alejaba, y eso no era algo para inspirar la lectura femenina de
la revista. Claro, muchas mujeres intentaron que se quedara, pero nadie mantuvo su
interés más tiempo del que le tomaba abotonarse sus pantalones.
Había dejado que una sola mujer lo derrotara en el juego del sexo. Y después
que su corazón había sido roto por Jasmine, y destruido por la aventura empresarial
de su padre, no estuvo interesado en ninguna otra mujer, excepto claro, para el sexo.
Su prioridad por mucho tiempo había sido su venganza. Pensó que una vez la
consiguiera, pensaría en sentar cabeza.
Una mujer pasó junto a él usando demasiado perfume y eso lo trajo
abruptamente a la realidad. Suspiró, a la vez que agarraba un vaso de vino de uno de
los camareros que pasaban.
Estas fiestas se trataban de aquellos que tenían más por ofrecer. Las mujeres
estaban al acecho y los hombres de caza. Él no estaba interesado.
Observó mientras un par de señoritas pasaba, cargadas con diamantes y
vestidos cortos. Estaban intentando llamar su atención y normalmente haría el día más
divertido coquetear un poco, dándoles la impresión de que tenían posibilidades. Pero
hoy no era ese día. Tenía un rampante dolor de cabeza y estaba enfadado por haber
sido convocado a esta aburrida fiesta.
—Ahí estás, muchacho. ¿Qué estás haciendo escondido en el rincón? —Daniel
Titan, su padre, se había acercado para cuestionarlo.
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—Me estoy preguntando por qué estoy aquí cuando preferiría estar en casa con
un whisky escocés y descansando mis pies —respondió Derek.
—Estás aquí debido a que recibiste un pedido de tu padre. Tengo algunos
asuntos que discutir contigo después —dijo Daniel en una voz franca.
—¿Y no podía esperar hasta mañana? —preguntó Derek.
—Oh, vive un poco. Siempre estás tan ocupado sumando más millones a tu
cuenta bancaria que no te detienes a oler el cabernet Sauvignon —dijo su padre.
—Vivo plenamente. Demonios, estuve en Milán la semana pasada.
—Estuviste en Milán por negocios, eso no cuenta —le dijo su padre.
—Para mí, el momento ideal es mezclar el placer con los negocios —le dijo
Derek meneando las cejas. Los dos hombres se relajaron—. De verdad, papá, tengo
un dolor de cabeza. ¿Qué es tan importante que no podía esperar hasta mañana?
Una vez que Derek hizo su primer millón, mudó a su padre a la ciudad. Daniel,
ahora el director financiero de su inmensa corporación, había ayudado a la compañía
a crecer todavía más. Pero su padre había pasado varios momentos complicados
mientras Derek estaba creciendo.
—David Freeman está aquí esta noche y está hablando con algunas personas,
intentando conseguir inversores —dijo Daniel, sus ojos entrecerrándose ligeramente
mientras miraba al hombre que había destruido su subsistencia algunos años antes.
Derek se puso al instante en alerta. Buscó en la sala, divisando a su enemigo.
David fue quien lo convirtió en el hombre de negocios despiadado que era.
—Es muy tarde para él. Para mañana por la mañana sabrá que su compañía es
mía, no importa lo que intente esta noche —dijo Derek.
Mientras Derek observaba a David, una hermosa mujer se acercó a él,
poniéndose de puntillas para darle un beso en la mejilla. David ni siquiera se molestó
en darse la vuelta y saludarla. El hombre no notaba nada alrededor de él a menos que
tuviera signos de dólares encima, ni siquiera a su impresionante hija.
Los ojos de Derek se entrecerraron hasta ser rendijas. No había visto a Jasmine
por diez años y estos le habían sentado muy bien. No era para nada lo que había estado
esperando, no obstante, con su suprema frivolidad, debió saber que ella se enfocaría
primero y principalmente en su apariencia.
Su vestido se aferraba a su cuerpo en la parte superior, cayendo tanto en el
frente como detrás. Sus curvas estaban aún más pronunciadas ahora que su cuerpo 14
había madurado. Su brillante cabello oscuro estaba recogido en un clásico moño, con
rizos flotando alrededor de su delicado rostro. Sus ojos cafés oscuros una vez lo habían
fascinado. Tenían una cualidad hipnótica, con su engañosa inocencia brillando a
través de esas pestañas gruesas.
Su vientre se tensó ante el hecho de verla, y eso lo enfadó. ¿Seguía siendo un
completo idiota por ella? Casi lo había destruido y sin embargo todavía la deseaba.
Pero estaba bien. Después de todo, su venganza completa la incluía; volvería a tenerla
en su cama y entonces ella rogaría que no se fuera. Los loqueros podrían llamarlo
cierre. Para él, todo era más primitivo.
—Me voy ahora, papá. No hay nada que él pueda hacer esta noche y mañana
es un día ajetreado para mí —dijo Derek. Tras estrechar la mano de su padre, se dio
la vuelta y se marchó de la sala, sin siquiera mirar detrás.

Jasmine vio a Derek a través de la sala y fuego y hielo batallaron dentro de ella.
¿Cómo se atrevía a caminar como si el lugar le perteneciera? Ella conoció su lado más
amable, más bondadoso, pero ese chico hace mucho tiempo desapareció.
Probablemente nunca existió más allá de su imaginación juvenil.
El hombre que había visto esta noche, no era el chico que había tomado su
virginidad y prometido un para siempre. Deseó poder olvidarse de ese verano hace
tantos años atrás cuando había esperado en la iglesia abandonada todo el día, esperó
y esperó, teniendo la esperanza de que algo le hubiera sucedido que lo hiciera llegar
tarde. Cuando el sol se había desvanecido del cielo, finalmente había admitido que él
no iba a ir. Todo había sido mentiras.
Lo observó ahora, mientras se daba la vuelta y salía de la sala. Era por mucho
el hombre más sexy del lugar, con su esmoquin a medida y penetrantes ojos azules.
Tenía un cuerpo exquisito, a pesar de que estaba sentado en una oficina todo el día.
Su corazón se estremeció, recordándole esas largas noches de verano recorriendo y
lamiendo esos duros músculos.
No tenía idea que el mundo estaba a punto de ponerse de cabeza. Pronto iba a
aprender que el hombre que pensaba como su héroe, su padre, no era quien realmente
pensaba que era. Esta sería verdaderamente su última noche de inocencia. Cuando la
mañana llegara, nada volvería a ser lo mismo.
A medida que Derek desaparecía a la vuelta de la esquina, no pudo evitar
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pensar en el verano diez años atrás. Había sido un tiempo cuando de verdad creía en
cuentos de hadas y magia.
Había crecido siendo muy rica en un pequeño pueblo en las afueras de
Washington, Seattle. Su padre era dueño de una compañía de varios millones de
dólares y ella siempre había tenido más de lo que la mayoría de las personas podía
esperar.
Él había escogido su hogar en el pueblito, había pensado ella, para poder vivir
en una zona agradable. Más tarde aprendería que en realidad escogió vivir allí para
poder ser el gran hombre del campo. Le gustaba sentirse superior a todos aquellos
alrededor de él, pero entonces ella no lo sabía. Había sido joven e ingenua. Había
aprendido los siguientes meses cuánto había ocultado su padre de ella.
Su madre murió durante el parto, por lo que nunca la había conocido. Su padre
nunca volvió a casarse, aunque salía con muchas mujeres. Ninguna de ellas le prestaba
atención por lo que no desarrolló apego por ninguna. A veces, pensaba que sería lindo
tener a una mujer que la ayudara a escoger un vestido o le enseñara cómo arreglarse
el cabello. El personal era fantástico y siempre la consentían, lo cual irritaba a su
padre.
Había visto a Derek en la escuela desde que era joven, pero llegó a conocerlo
el verano antes de su último año en la preparatoria. Él había sido del barrio pobre. Su
familia había sido pobre, pero él estaba decidido a tener éxito en su vida y cambiar las
cosas. Terminó ayudándola con matemáticas y pronto fueron inseparables. Había
amado sus ansias y motivación y la manera en que hablaba de cualquiera. Ella pensó
que era cada uno de sus cuentos de hadas vuelto realidad.
Se encontró pasando cada momento en vela con él. Cuando su padre descubrió
que estaba saliendo con un chico del lado pobre del pueblo se había puesto furioso y
le exigió acabar con la relación. Era la primera vez en su vida que su padre le decía
que no podía tener algo que ella deseaba. También era la primera vez que lo había
desafiado.
Había sido terca, dando zapatazos y continuó viendo a Derek a espaldas de su
padre. Amaba que pareció gustarle ella y no su dinero. Nunca la dejaba gastar su
dinero en él, jamás. Trabajaba duro para una compañía de construcción, lo cual la
frustraría a veces, porque quería que estuviera con ella y no en el trabajo.
Él simplemente se había reído, pero siempre la compensaba los fines de
semana. Ese último fin de semana que habían estado juntos, se escaparon y fueron a
acampar al bosque. Había hecho el amor con él por primera vez. Fue la experiencia 16
más mágica que había tenido. Él le propuso matrimonio esa noche y ella aceptó. Iban
a encontrarse en la iglesia abandonada en las afueras del pueblo el domingo y huirían
juntos. Él había estado ahorrando todo su dinero y se iba a dirigir a la ciudad para
hacer algo de sí mismo.
Había ido a casa, luego de haberse ido toda la noche y su padre había estado
gritando que estaba muy enfadado con ella. Ella le había dicho que ya era mayor de
edad y podía hacer lo que quisiera. Le dijo a su padre que amaba a Derek e iba a
casarse con él. Su padre había parecido aceptar su decisión, porque se había puesto
inquietantemente tranquilo y la besó en la mejilla. Eso fue algo raro ya que
normalmente no era un hombre de expresar afecto abiertamente.
Dijo que ella tenía razón y estaba orgulloso que tomara decisiones adultas.
Luego le preguntó si podía ayudarla con algo. Ella había estado tan feliz que su padre
aceptara su decisión que se lo contó todo.
Al día siguiente terminó llegando tarde a la iglesia porque tuvo que hacer
algunos recados que su padre le había pedido hacer. Sabía que tendría el resto de su
vida con Derek por lo que podía esperar un par de horas para huir con él. Sabía que él
la esperaría. Estaba confiada en su relación.
Llegó a la iglesia y se sorprendió que no estuviera allí, pero pensó que había
estado ocupado igual que ella. Esperó y esperó. Se sentó allí toda la tarde hasta que
finalmente aceptó que él no iba a llegar cuando el sol comenzó a ocultarse en el cielo.
Se había arrastrado de regreso a casa, llorando todo el camino. Cuando entró
en la casa y su padre la vio, la había tomado en sus brazos y preguntado qué sucedía.
Había llorado contra él y finalmente le contó que Derek no apareció.
Él siguió acariciándola en la espalda diciéndole que todo estaba bien. Le había
explicado que nunca confió en el chico y que por eso había sido tan sobreprotector.
Ella nunca sospechó que su padre tuvo que ver con que Derek nunca llegara.

Derek abandonó el hotel y estaba pensando en ese verano también, pero sus
recuerdos eran muy diferentes a los de Jasmine. Tenía tanta amargura sobre ese día,
pero si lo pensaba realmente, eso fue lo que lo formó en el hombre que era ahora.
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Se había enamorado perdidamente de la chica. Nunca había pensado que sería
digno de salir con alguien tan increíble como ella, pero estaba decidido a serlo.
Cuando acabó ayudándola con la tarea de la escuela y encontró una conexión, fue
incapaz de mantenerse alejado.
Pensó que ella era tan diferente de los otros chicos que tenían dinero. Su familia
era la más rica del pueblo y su padre se regodeaba de ese hecho. Caminaba por ahí
con sus trajes hechos a medida y conducía costosos autos. Diablos, la casa del hombre
era una obra maestra por lo que todas las personas inferiores a él podían apreciarla
desde la puerta.
Cuando él y Jasmine hicieron el amor por primera vez y se dio cuenta que ella
le había dado su regalo más sagrado, estuvo abrumado. Se propuso de inmediato y
decidió huir con ella, para hacer lo correcto.
Planeaba dirigirse a la ciudad y hacer algo de sí mismo para poder continuar
dándole todas las cosas a las que estaba acostumbrada. Quería asegurarse que nunca
le faltara nada. Quería ponerla en un trono y malcriarla. Le daría todo lo que ella
quisiera.
Había aparecido en la iglesia lleno de ingenuos sueños adolescentes y un bolso.
Cuando escuchó pasos acercándose, se había dado la vuelta con anticipación. Su
corazón se hundió cuando vio a su padre. El hombre se acercó con una sonrisa
empática plasmada en su cara.
—Derek, lo lamento, pero Jasmine me pidió que viniera a hablar contigo —
había dicho David. Derek no comprendía por qué ella enviaría a su padre—. Jasmine
dijo que no podía enfrentarte, pero no quería irse de aquí. Tengo algo de dinero aquí
para ayudarte en tu camino. Dijo que planeabas irte a la ciudad y quiero ayudarte a
llegar allí —dijo con esa misma sonrisa en su cara.
Derek sintió a su mundo desplomarse bajo sus pies. El hombre sacó un sobre
lleno de billetes de cien dólares. Se lo tendió a Derek. David estaba intentando pagarle.
Fue como si estuviera diciendo: Gracias por el entretenimiento para mi hija, pero tus
servicios ya no son necesitados.
—No quiero tu dinero —le espetó Derek. David siguió sosteniendo el sobre,
como si no pudiera creer que el chico del lado equivocado de la ciudad no saltara por
tener tanto dinero.
—Jasmine esperaba que esto apaciguaría tus sentimientos y te ayudara a seguir
con tu vida —tuvo el descaro de decir David.
—Dile a Jasmine no, gracias —gruñó Derek, luego se dio la vuelta y se marchó. 18
Nunca miró hacia atrás. Había estado enfadado cuando David le había ofrecido
pagarle, pero cuando descubrió que fue idea de Jasmine vio todo rojo.
No podía creer lo equivocado que estuvo respecto a ella. Lo que más lo enojaba
era el dolor atravesando sus venas ante el conocimiento de que no la volvería a ver.
Mientras se dirigía de regreso a su casa de la infancia prometió que algún día la tendría
rogándole que lo aceptara de vuelta y entonces él sería quien se marcharía.
Había regresado a su casa, despedido de su padre y luego se marchó a la ciudad.
Trabajó día y noche hasta que compró su primera compañía. Era excelente en su
trabajo. Encontraba compañías que estaban al borde de la quiebra, las compraba y las
dividía, haciendo enormes sumas de dinero. Su primera absorción había conducido a
muchas, muchas más. Ahora valía mucho más de lo que Jasmine había valido y estaba
a punto de cobrarse su venganza.
Se bebió su escocés y fue a la cama. Su día sería uno ajetreado mañana y quería
estar bien descansado para lo que iba a venir. Finalmente tendría a Jasmine a su
merced, cuando a su papi ya no le quedara dinero.
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

D
erek estaba sentado ante su escritorio, con una enorme sonrisa de
suficiencia en su cara. Los papeles estaban firmados y ahora era el
propietario de La Corporación Freeman. Se sentía increíblemente
bien. La había tomado justo debajo de las narices de David, sin que siquiera el hombre
fuera consciente de lo que estaba pasando.
David sabía que su compañía se encontraba en problemas, pero no sabía de la
absorción hostil. La victoria de Derek se sentía mucho mejor, sabiendo que David
había entrado a sus antiguas oficinas hoy solamente para encontrarse con la seguridad
de Derek. 19
Había estado tentado de estar allí, sentado en la silla del hombre, solo para
poder ver su reacción. Apenas había sido capaz de detenerse, pero tenía mucho tiempo
para regodearse. Se dio la vuelta y miró por las enormes ventanas de la oficina,
mirando a la pujante ciudad de Seattle. Siempre se sentía bien cuando adquiría una
nueva compañía, pero esta era diferente. Esta era el pináculo de todo para lo que había
estado trabajando por los últimos diez años.
Derek escuchó una conmoción afuera de la oficina y se dio la vuelta para
encontrar que el hombre en cuestión había logrado colarse hasta su puerta. La
secretaria de Derek llegó detrás de él.
—Señor, no puede entrar allí. —Estaba intentando decir, su voz y sus ojos
asustados.
—Está bien, Lana, puedo ocuparme de esto —le dijo. Ella se disculpó y se
quedó allí, sin saber qué hacer—. Puedes llamar a seguridad, tengo la sensación de
que el señor Freeman necesitará ser escoltado del edificio una vez que acabemos de
hablar —terminó. La sonrisa nunca abandonó su cara. Esta confrontación estaba
llegando más rápido de lo que había anticipado.
—¡Pedazo de mierda! —le gritó David.
—Es bueno volver a verte, David —dijo Derek, nunca perdiendo su
tranquilidad.
—Estaba arreglando las cosas y entonces te abalanzas y robas mi compañía
debajo de mis narices —continuó gritando el hombre. Estaba tan enojado, su cabeza
estaba completamente roja y apenas podía hablar. Cuanto más enojado parecía David,
más calmado se sentía Derek.
—Supongo que deberías dirigir tu negocio un poco más inteligentemente y no
dejarlo vulnerable para una adquisición —dijo Derek. David parecía como si quisiera
saltar a través del cuarto y estrangularlo. Derek miró al hombre, que pareció mucho
más inmenso cuando todavía era un adolescente. Ahora parecía encogido y viejo. Fue
satisfactorio.
—Dirigí mi negocio exitosamente, por más de cuarenta años, pomposo pedazo
de basura. Puedes haber engañado al resto del mundo, pero sé de dónde vienes y quién
eres realmente —le espetó David.
Derek estaba perdiendo algo de su calma. Entrecerró sus ojos en el hombre que
había cambiado su vida. Sabía que David estaba intentando sacarle una reacción, pero
se negaba a morder el anzuelo.
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—A diferencia de ti, David, mantengo un ojo protector y vigilante sobre mi
negocio. Pude haber comenzado en el lado equivocado de la ciudad, como te gusta
señalar, pero tomé decisiones para cambiar mi vida y ahora tú eres el que no tendrá
nada —dijo, con una sonrisa burlona.
David arremetió contra él, cuando los guardias de seguridad entraron a la sala.
Derek alzó la mano, para detenerlos de sujetar al hombre. Quería intentar lanzarle un
puñetazo. Derek normalmente no era una persona violenta, pero sería para su
completo disfrute golpear a David en su patética mandíbula.
David vio la mirada en los ojos de Derek y retrocedió rápidamente.
—Esta no es la última vez que oirás de mí —dijo, todavía sin irse.
—Seguridad, por favor, escolten al señor Freeman de mi edificio. Informen en
la recepción que ya no es bienvenido a poner un pie en las instalaciones —terminó.
Entonces volvió su cabeza, como si no le importara en lo más mínimo.
—Pagarás por esto, solo espera —gritó David, mientras los hombres lo
arrastraban. Derek continuó sonriendo mientras se reclinaba en su asiento y una vez
más miraba los papeles que le daban la propiedad de La Corporación Freeman.
Derek presionó el botón.
—Lana, ¿puedes, por favor, traerme la lista completa de empleados para La
Corporación Freeman y los documentos financieros?
—Sí, señor, tendré la información en pocos minutos —respondió, tan eficiente
como siempre. No sabía cómo había sido tan afortunado de encontrarla, pero si ella
alguna vez se retiraba la pasaría mal buscándole un reemplazo.
Le trajo la información y se puso a trabajar. No había hecho su normal
investigación al adquirir la corporación. Normalmente conocía el negocio por dentro
y por fuera antes de tomarlo. Simplemente no le había importado en este caso. Iba a
comprarlo sin importar qué. Ni siquiera le importaba si la compra terminaba
costándole millones; tenía dinero de sobra. Esto se trataba sobre su orgullo y nada
más.
Mientras estudiaba los papeles a la tarde, lo sorprendió encontrar que había
razones legítimas para mantener a la compañía como estaba, en vez de separarla como
normalmente haría. Si David hubiera dirigido las cosas como se suponía, la
corporación nunca habría entrado en peligro de ser tomada. El hombre era más idiota
de lo que Derek había pensado originalmente.
Tendría que pensar lo que iba a hacer con respecto a esta. Si decidía dejarla
intacta, lo primero en desaparecer sería el nombre. Derek no dejaría el nombre de ese
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hombre sujeto a cualquier aspecto del negocio.
La Corporación era un gran productor de equipamiento médico. De hecho,
hacían productos de calidad, pero tenían un horrible departamento de marketing. Si
las personas correctas fueran traídas, podía decidir mantener la compañía junta.
Mientras estudiaba los papeles en el trascurso de los siguientes días, descubrió
que David había malversado millones de dólares. Esa fue una de las razones por las
que la compañía estaba en tal estado debilitado. Dejaría que su departamento legal se
encargara de ello. No le importaría si el hombre terminaba en la cárcel. Simplemente
sería la cereza del pastel.
En el minuto que David había puesto la corporación en el mercado de valores;
tuvo inversores a los que rendir cuenta. Dado que David había estado robando de esos
inversores por años, iban a querer respuestas. Sonrió más cuando pensó en la vida de
David continuando yéndose por el desagüe.
Dejó a todo el personal en sus trabajos por el momento, pero habían enviado
circulares notificándoles que iban a tener que defender sus trabajos. Normalmente
dejaba todo eso a su equipo, pero dado que esta operación era personal para él, estaría
manejando muchas de esas entrevistas él mismo.
Derek tenía un par de socios confiables yendo con él y estaba como un niño en
la mañana de Navidad. Era momento de ir a su nueva compañía y hacer algo de
investigación. Había tomado la decisión de mantener la compañía como estaba, pero
mucha gente perdería su empleo y habría muchas nuevas contrataciones. Llevaría
meses poner todo en orden.
Estaba preparándose para ir, cuando su padre entró en su oficina.
—¿A dónde vas, hijo? —preguntó su padre.
—Voy a la nueva compañía hoy. Tengo que eliminar a varios del personal y
acordar con recursos humanos contratar nuevos empleados —respondió en tanto se
dirigía al ascensor.
—Iré contigo, dado que soy un gran juez de carácter —dijo, mientras se subía
al ascensor con él. 22
—Sería estupendo. Podría necesitar una persona extra en la que confíe —
respondió Derek. Sabía que su padre era blando, pero también era un hombre de
negocios astuto y sabría en quién podía confiar para quedarse y quién era demasiado
leal a David como para ser tenido en cuenta.
—Hijo, sé que este ha sido tu sueño desde que esa bolsa de basura te lastimó,
pero tienes que recordar que la mayoría de esos empleados ni siquiera conocían a
David Freeman. Son iguales a ti y a mí, intentando ganarse la vida —razonó su padre.
—Odio cuando tienes razón, pero lo sé. La mayoría de las posiciones ejecutivas
serán reemplazadas. Simplemente no puedo confiar en las personas que trabajaron
más de cerca con David. No estoy preocupado por ninguno de los trabajadores de la
fábrica. Mi equipo se asegurará de comprobar los antecedentes, pero aparte de eso los
dejaré en paz, bueno, no completamente en paz —añadió.
—¿Qué? —preguntó su padre, con confusión.
—David les pagaba muy poco a los trabajadores de la fábrica, mientras
abultaba los bolsillos de los ejecutivos. Apenas llegan al salario mínimo —dijo Derek
con enojo—. Voy a alzarles la paga y ofrecer bonos por alta producción de trabajo y
terminación temprana de proyectos.
—Es por eso que eres tan exitoso, hijo, realmente te preocupas por el núcleo
de la compañía —lo elogió su padre. Derek sabía lo que era apenas ser capaz de
sobrevivir y no le gustaba ese sentimiento. Siempre trataba bien a sus empleados.
Tenía una tasa muy baja de reemplazos. Una vez que las personas llegaban a trabajar
para una de sus compañías, no se iban.
—El malnacido ni siquiera les ofrecía seguro médico a los trabajadores. No es
de extrañar que estuviese perdiendo todo —continuó Derek enojado.
—Bueno, solo recuerda que estas personas están asustadas por sus trabajos y
no saben que eres diferente. Sería una muy buena idea si lo primero que haces es pedir
una reunión con ellos y los calmas —dijo Daniel.
—Tienes razón, de nuevo. No estaba planeando hacerlo, pero pediré una
reunión a primera hora mañana. Quiero pasar el día de hoy mirando y luego
eliminando a algunos del peso muerto —le dijo Derek.
—Parece que tienes un plan, hijo —ofreció Daniel, mientras le daba palmadas
a Derek en la espalda.
Viajaron a la nueva oficina en silencio. Derek estuvo inmensamente satisfecho
al ver al equipo trabajando en el nuevo cartel del frente. El viejo estaba abajo y el 23
nuevo cartel iba a subir con el nombre de su corporación en él. Cada vez que veía eso,
su corazón saltaba en su pecho con orgullo.
Sabía que tenía que desmantelar la mayoría de las corporaciones que compraba.
Hacía mucho dinero con eso, además algunas de las compañías no podían
solucionarse. Eso sí, adoraba mantener enteras a las buenas, haciéndolas de nuevo
competitivas. Podía darle muchos puestos de trabajo a las personas y la sensación de
éxito, mientras las arreglaba, era lo que lo motivaba.
Derek entró al edificio, rodeado por los mejores miembros de su equipo y su
padre. Sabía que todos ellos ofrecían una vista intimidante y disfrutaba las miradas en
las caras de los miembros del personal cuando caminaron por el pasillo.
Se acercaron a seguridad. Ese había sido el primer cambio que había hecho.
Siempre ponía a su propio equipo de seguridad, de inmediato. No quería que los
anteriores dueños pusieran un pie en los edificios luego que él los adquiría.
—Buenos días, señor Titan, es bueno verlo —lo saludó el guardia.
—Hola, Tim. ¿Cómo está todo? —preguntó.
—Toda ha estado bien en los últimos días. El señor Freeman intentó entrar el
día después de la adquisición, pero lo escoltamos fuera y no ha regresado desde
entonces —informó el hombre.
—Tengo nuevas credenciales y nadie entra sin una de ellas. Todos los
empleados que se conservan recibirán su credencial antes de que se marchen hoy.
Habrá mucha gente que se irá y no los quiero husmeando y causando problemas.
También quiero que varias personas de seguridad suban al piso veinticinco para
escoltar a las personas cuando sean despedidas. Hoy, desafortunadamente no va a ser
agradable.
—Sin problemas, señor Titan, los enviaré arriba de inmediato —respondió.
—Aquí está tu credencial y algunas para tus hombres. Unos trabajadores
vendrán en los siguientes días a poner teclados numéricos en todos los ascensores y
salidas. Aquí está la lista de los hombres que vendrán a hacer el trabajo. Estos hombres
y solamente ellos tienen permitido entrar. Si su compañía intenta enviar reemplazos,
llámame y te haré saber si están aprobados o no —terminó.
—Entendido, jefe —contestó Tim, entonces se puso a trabajar haciendo
llamadas telefónicas.
24
Derek pasó la primera parte de la mañana explorando el enorme edificio. Pasó
más tiempo en los pisos inferiores, evaluando la fábrica y a sus trabajadores. Ellos lo
estaban viendo con temor y supo que su padre tenía razón; tenía que hablar con ellos
pronto. El trabajo iba lento y notó varios errores obvios que se estaban haciendo. Supo
que mucho de eso tenía que ver con la falta de entusiasmo por la baja paga y otra
parte, con el hecho de que estaban muy inseguros de sus futuros.
Decidió llamar a una reunión inmediatamente. No era culpa de los empleados
que el anterior dueño fuera un hombre horrible. Derek sabía que las actitudes de ellos
cambiarían, una vez conocieran los cambios que iba a hacer.
Les habló a sus hombres, que fueron en busca del encargado de cada piso. Solo
les tomó como treinta minutos y tuvo a todos los trabajadores de la fábrica reunidos.
Miró a la enorme audiencia. Había como quinientos rostros mirándolo con miedo. El
mercado laboral estaba ya terrible y todas estas personas tenían miedo de unirse a las
filas de los desempleados.
Se paró en el podio improvisado y agarró el micrófono.
—Mi nombre es Derek Titan y soy el nuevo dueño de esta compañía. Primero,
quiero asegurarles a todos que vamos a mantener la compañía abierta —comenzó.
Escuchó a varias personas soltar las respiraciones que estaban conteniendo. También
vio muchos rostros en la multitud relajarse visiblemente—. Habrá algunos cambios,
pero creo que les gustará lo que tengo en mente. Beneficiará a cada uno de ustedes.
He mirado a través de los registros financieros y han estado terriblemente mal pagados
y sin beneficios ofrecidos. Recibirán un diez por ciento de aumento y les ofreceré
seguro médico. Para el final del día, recibirán la documentación que demuestra los
cambios. Tendrán que pasar a través de una verificación de antecedentes antes de
seguir trabajando aquí, pero verán que las cosas van a ser mucho mejores —siguió
hablando.
Ahora estaba viendo sonrisas en la audiencia y algunos boquiabiertos. Tuvo
que contener su propia sonrisa de que se extendiera por su cara. Tenía que parecer
confiado y a cargo. No podía parecer un amigo. El jefe debía ser respetado, no
necesariamente agradar.
—Si trabajan duro para mí y cumplen los plazos de producción, serán
recompensados. Quiero cambiar esta compañía a lo que debería ser. Hacen productos
de calidad aquí, así que hagamos una compañía de calidad también. Quiero que los
inversores caminen a través de estas estaciones y vean a los empleados contentos,
haciendo un trabajo de máxima calidad. Mientras mejor lo hagan, más bonos
obtendrán. Instalaremos a algunos representantes de recursos humanos aquí en las
oficinas y traeremos a cada uno de ustedes en los siguientes días para que firmen el
25
papeleo. Esta es una nueva corporación y si eligen irse les ofreceremos un paquete de
indemnización. Si tienen preguntas, por favor, esperen hasta que sean llamados para
que podamos avanzar rápidamente —terminó—. Por favor, regresen al trabajo y sus
encargados los llamarán en los próximos días. Necesito que todos los supervisores,
por favor, se reúnan conmigo aquí —concluyó.
Explicó lo que estarían haciendo con más detalle a los supervisores, luego se
dirigió a las oficinas ejecutivas. No había muchas personas en los alrededores. Vio
unas pocas secretarias, que miraban de manera cansada en su dirección cuando
pasaba, pero no muchos otros.
Llegó hasta la vieja oficina de David Freeman y suspiró con deleite. Al pasar
a través de la puerta, sintió una abrumadora sensación de logro. Los muebles ya habían
sido reemplazados. No había querido sentarse en el mismo asiento o usado el mismo
escritorio que ese hombre. No había tocado las otras oficinas, pero esta sería suya
cuando estuviera trabajando allí y necesitaba estar cómodo.
Se sentó en su silla y giró hacia las ventanas. La oficina no era tan agradable
como la de su oficina principal, pero serviría. Ya había hecho un cambio completo
por lo que había nuevos pisos de madera de cerezo y costosos muebles. Tenía piezas
invaluables de arte colgando en las paredes y un avanzado sistema de líneas de
computadoras. Le gustaba rodearse de las cosas más finas de la vida.
Disfrutó de la vista desde las inmensas ventanas y sus pocos minutos de paz,
antes de tener que continuar con su día. Iba a ser uno muy largo y sabía que tendría
suerte si salía de allí antes de la medianoche. Las personas nunca se ponían contentas
al ser despedidas y tenía a mucha gente que debía irse. Suspiró, mientras se daba
vuelta para regresar a la computadora y comenzaba a mirar los archivos.

26
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

J asmine entró al conocido edificio, teniendo que contener sus lágrimas.


Afuera se encontraban unos hombres, trabajando en colocar el nuevo cartel.
Era una prueba más de que la compañía ya no le pertenecía a su padre. En
todos estos días había intentado contactarlo, preguntarle lo que había
sucedido. Él ni siquiera le había dicho que la empresa estaba en peligro de ser
adquirida.
No le estaba contestando el teléfono, ni tampoco le regresaba las llamadas.
Había ido a su casa varias veces y le dijeron que no se encontraba. Volvió a intentarlo
esa mañana, pero no fue capaz de atravesar los portones y se encontró con el cartel de 27
una inmobiliaria en el jardín delantero.
Jasmine estaba intentando entender qué era lo que sucedió y por qué su padre
no le hablaría. Sabía que el nuevo propietario de la compañía tenía programado estar
allí ese día y estaba decidida a conseguir respuestas. Había trabajado tan duro por años
y tenía la esperanza de algún día ser la dueña de la compañía que tanto le importaba,
pero esos sueños ahora habían desaparecido.
Se habría marchado por las puertas cuando la absorción tuvo lugar, pero no
podía pensar en ella sola. Su enojo se disolvió un poco mientras pensaba en su
hermoso hijo. Se parecía tanto a su padre que le causaba dolor a veces extrañar al
hombre. Tenía que recordarse que su padre no era el mismo hombre que solía ser.
Comenzó a pasar el escritorio de seguridad, cuando fue detenida.
—Lo siento, señorita Freeman, pero hay algunos procedimientos nuevos ahora,
¿puede venir hacia aquí? —le dijo el nuevo guardia.
—¿Qué está pasando, Tim? —preguntó, perpleja. Le agradaba realmente el
hombre. En una situación estresante, había sido amable y servicial. No intentó
intimidar a las personas, como habían hecho algunos de los viejos guardias. Ella había
estado cerca de presentar un caso por acoso sexual sobre el último jefe de seguridad,
pero su padre la había disuadido, diciendo que se vería mal para la compañía. Se había
asegurado de nunca quedar sola en el edificio con el anterior guardia, no obstante,
porque no confiaba en él.
—Tenemos un nuevo sistema de seguridad que está siendo implementado —le
dijo. Buscó a través de su computadora hasta que encontró el nombre de ella. Escribió
algunas cosas en la caja y le entregó la nueva identificación—. Esto es solamente
temporal. El jefe está haciendo varios recortes y cuando acabe, los empleados
restantes recibirán identificaciones permanentes —terminó, pareciendo apenado. Ella
tuvo el mal presentimiento de que iba a ser una de las despedidas. Tuvo que suprimir
las lágrimas una vez más.
Se subió al ascensor y tomó un aliento fortificador. Si iba a caer, ciertamente
iba a hacerlo luchando, pensó con determinación. Este jefe nuevo sonaba como todo
un desgraciado.
Ella actualmente era la jefa de personal y adoraba su trabajo. Le encantaba
trabajar con gente diariamente. Había contratado a la mayor parte de los trabajadores
de la fábrica y temía más por ellos que por nadie más. Peleó con su padre muchas
veces para darles mejores sueldos y beneficios, pero él la había tratado como a una
niña, diciéndole que no sabía nada sobre dirigir un negocio exitoso.
Era irónico, considerando ahora que había perdido su negocio. ¿Por qué no
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había hablado con ella y explicado lo que estaba pasando?
Jasmine caminó hasta su oficina, encontrando a varios extraños allí, mirando
en su computadora y archivos.
—¿Qué está pasando aquí? —exigió.
—¿Quién eres? —preguntó una rubia extremadamente atractiva con su
arrogante voz.
—Sucede que soy la directora de Recursos Humanos y esta es mi oficina.
¿Quién demonios eres tú? —respondió.
—Soy Amy y somos el actual equipo de Recursos Humanos, trabajando en
quiénes se quedarán o se irán. El presidente nos pidió que te acompañáramos a su
oficina de inmediato, cuando regresaras —dijo la maliciosa mujer.
—Sería un placer ver al hombre —espetó Jasmine, a la vez que se daba vuelta
sobre sus tacones altos. Le cantaría las cuarenta a ese hombre. Era rudo tener a
personas revisando sus cosas sin consultarla primero. De todas maneras, creía que iba
a ser despedida, así que diría lo que quisiera.
Conocía bien el piso y salió furiosa hacia la vieja oficina de su padre pensando
que el hombre la escogería para sí. Después de todo, era la más grande del edificio y
el tipo parecía tener algunos serios problemas de poder de control. Amy estaba
corriendo detrás de ella, intentando alcanzarla.
Pasó a la secretaria, que le dio una expresión sorprendida, para luego parecer
confundida. Jasmine ni siquiera se molestó en llamar a la puerta. La abrió de golpe y
avanzó hacia el escritorio. El hombre estaba sentado con su espalda hacia ella, pero
no le importó. La escucharía bien igual.
—¿Quién demonios te piensas que eres, enviando a un montón de extraños a
mi oficina a buscar en mis archivos? Habría estado más que contenta de mostrarles lo
que quisieran, pero la manera en que estás dirigiendo las cosas es una completa
invasión a la privacidad tanto mía como de los empleados —gritó. Pocas veces alzaba
la voz, pero estaba tan enojada, que no podía controlarse.
—Lo siento tanto, señor Titan. Ella regresó del almuerzo y luego salió
corriendo de la oficina antes de que pudiera detenerla —dijo Amy un poco sin aliento.
Todo el mundo de Jasmine pareció detenerse cuando la mujer dijo su nombre. Él se
giró lentamente en su silla y sus ojos se encontraron.
No pudo respirar, mientras se daba cuenta que el hombre que había puesto de
29
cabeza su mundo otra vez no era otro más que su ex amante. Sus rodillas no la
sostenían y se hundió en la silla, la que fue por suerte puesta detrás de ella. Se miraron
fijamente el uno al otro mientras los segundos pasaban.
—Gracias, Amy. Puedes dejarnos ahora —fue todo lo que dijo, en esa fría y
controlada voz que había adquirido.
—Pero señor, dijo que quería a alguno de nosotros mientras despedía a las
personas… —comenzó a protestar ella.
—Dije que te fueras —le dijo a la mujer. Lo miró con sorpresa y luego le
mandó una mirada asesina a Jasmine, antes de salir por la puerta, la cual fue cerrada
de un portazo detrás de ella. Jasmine pudo ver que la mujer pensaba en Derek como
algo más que su jefe.
A Jasmine no le extrañaría que estuviera durmiendo con sus empleadas. Estaba
forrado ahora y al parecer, pensaba que podía hacer lo que quisiera.
—No me di cuenta que trabajabas aquí. Supongo que debí pasar más tiempo
estudiando los archivos del personal —le dijo finalmente. Había pensado que la
princesa no había trabajado un día de su vida. Estaba seguro que no podía trabajar
realmente aquí tampoco, sino más probablemente jugaba en la oficina todo el día
cobrando un enorme sueldo. Eso había acabado para ella.
—¿Por qué harías esto? —le preguntó. No entendía por qué querría destruir a
su padre. Derek había sido quien se había marchado, ¿por qué regresaría a su vida de
una manera tan terrible?
—Era un buen trato —le respondió con sus fríos ojos. Ella sintió su enojo
elevándose nuevamente ante su actitud desdeñosa. Era un bastardo sin corazón. Se
sentaron, mirándose fijamente entre sí. Ella se negaba a ser la que rompiera el
silencio—. ¿Qué posición tienes aquí? —le preguntó con una sonrisita como si no
pudiera imaginar que ella sabría trabajar. Su tono la enfureció aún más.
—Soy la jefa del personal y hago un estupendo trabajo —dijo con los dientes
apretados. Él no dijo nada mientras buscaba su archivo en la computadora. Se sentó
allí, revisando su archivo por unos diez minutos, mientras ella echaba humo sentada
en la silla.
—Parece que has trabajado aquí por unos seis años. Me sorprende que fueras
a la universidad —dijo con una mirada burlona en su dirección.
—Me gradué la mejor de mi clase y soy excelente en mi puesto. Si me despides, 30
te demandaré por despido injustificado —le espetó.
Derek sonrió por sus palabras. Su pensamiento inicial fue despedirla, pero la
idea de ser su jefe parecía mucho más atractiva. Controlaría su sueldo, lo que
significaba controlar su vida, porque papá no sería capaz de sacarla de apuros, ya no.
El hombre estaba en banca rota y casi tan pobre como Derek cuando había sido un
niño.
Derek miró a través de su archivo un poco más de tiempo y le sorprendió el
bajo salario que cobraba. Si ella hubiera estado trabajando en la misma posición en su
principal compañía, le estaría pagando casi el doble. Su padre era un hombre egoísta,
incluso con su propia hija, parecía. Derek no comprendía cómo eso le generaba
sorpresa.
—Pronto descubrirá que no me tomo bien el ser amenazado, señorita Freeman.
No voy a despedirte hoy, pero permanecerás en el equipo por el momento a prueba.
Si no trabajas hasta mis más estrictos estándares entonces serás liberada del trabajo
—dijo a la vez que se reclinaba en su silla.
Ella quiso ponerse de pie y abofetearlo en su engreído rostro. Nunca en su vida
había estado más furiosa. ¿Cómo podía mirarla tan fríamente? ¿Cómo pudo haberse
convertido en este hombre de corazón cruel? Estaba tan agradecida por nunca haberle
contado sobre su hijo, porque estaba segura que hubiera intentado quitárselo de la
misma manera que adquiría sus negocios.
—Hago muy bien mi trabajo. Esperaré ser tratada como cualquier otro
empleado aquí. Tampoco quiero volver a hablar contigo —dijo a la vez que se ponía
de pie para marcharse. Tenía que encontrar pronto un baño, donde poder
desmoronarse en privado.
Antes de haber dado más de unos pocos pasos él la sujetó por el brazo y de
pronto se encontraba parada muy cerca de él. Maldijo a su cuerpo traidor por querer
inclinarse hacia él. Su aroma estaba invadiendo sus sentidos, haciendo que el calor se
reuniera en su centro. No, no, no, se gritó a sí misma. Se negaba a dejar que la afectara.
—Sería difícil tratarte como a cualquier otro empleado ya que eres la única
aquí en la que me hundí profundamente mientras gritabas mi nombre —le susurró al
oído, llevando sus labios a centímetros de los suyos—. Y lamento tener que decirte
esto, pero como jefa del personal estarás trabajando muy cerca de mí mientras
tenemos muchos trabajos que reemplazar en las próximas semanas. Si no puedes
manejar la posición, por favor, siéntete libre de irte ahora —gruñó.
Se suponía que Derek la estaba afectando, pero estaba muy enojado con la
traición de su propio cuerpo. En el instante que la tocó, su brazo recibió una descarga
31
a través de la punta de los dedos, directamente hacia su entrepierna. Su aroma, el cual
era mucho más delicado que la mayoría de las mujeres, lo rodeó. Quiso atraerla a sus
brazos y tomarla inmediatamente sobre su escritorio nuevo.
Estaba intentando jugar con ella y en cambio, fue el que resultó quemado. Si
no fuera por los ojos de ella agrandándose con deseo o el hecho de que su respiración
se estaba tornando superficial, habría perdido completamente el dominio de sí. Verla
desearlo le regresó algo de fuerza. La tendría nuevamente, pero sería en sus términos,
y él sería quien se marchará, dejándola queriendo más.
Tomó cada gramo de control, pero dio un paso hacia atrás y se apoyó
casualmente en el borde de su escritorio. Parecería que ella no lo había afectado en
absoluto. Era bueno en ponerse máscaras.
Ella apretó las manos a sus lados mientras recuperaba el control. Los labios de
él se alzaron en las comisuras en una sonrisa burlona mientras esperaba a que ella
saliera.
—Primero, lo que sucedió en el pasado acabó hace mucho tiempo. No he
pensado en ti desde el último día que estuvimos juntos. Si no lo hubieras mencionado,
me habría olvidado completamente que tuvimos sexo —le mintió a él. Tuvo algo de
placer cuando su sonrisita se borró de su cara y sus ojos se entrecerraban en ella—.
Segundo, puedo manejar lo que sea. Si necesitamos trabajar juntos puedo soportar
estar cerca de ti. Simplemente prefiero que no ya que me repugnas —le espetó
mientras salía. Corrió por el pasillo y entró en el baño de mujeres, donde vació su
estómago. Se sentó en el suelo por varios minutos mientras recuperaba la compostura.
No sabía cómo iba a ser capaz de trabajar para el hombre que le había roto tanto el
corazón que había temido llegar a involucrarse en otras relaciones.
Intentaría trabajar para él todo el tiempo que pudiera, pero a su vez, comenzaría
a buscar otro trabajo, pero no podía vivir sin un sueldo. Tenía que pensar en su hijo.
Se calmó y luego regresó con orgullo a su vieja oficina. Amy alzó la mirada para
mirarla con odio. Ella le regresó la penetrante mirada. Tenía cero tolerancias para las
mujeres celosas.
—Por favor, podrían moverse, tengo que llegar a mi escritorio —dijo, orgullosa
por la autoridad en su voz.
—¿No te despidió? —preguntó Amy sorprendida, antes de poder evitarlo.
—No tiene razón para despedirme, soy excelente en mi trabajo —contestó
Jasmine. Amy salió de la sala, Jasmine supuso que para descubrir si le estaba diciendo
la verdad—. Tengo que reunir varias cosas para ir con el señor Titan, ¿puedo por
favor, tener algo de privacidad? —les pidió a las personas en el cuarto, con voz
32
acerada. Pudo estarlo preguntando, pero si se negaban a irse, entonces ya no lo pediría,
sino que lo exigiría. Esta seguía siendo su oficina y la quería para sí sola.
Las otras dos personas se marcharon sin decir palabra. Supuso que iban a
buscar al jefe para descubrir si ella podía echarlos de ahí. A ella la tenía sin cuidado.
No había nada que ocultar, pero no sentía que tuviera que compartir el espacio con un
montón de extraños.

Derek volvió a sentarse en su escritorio luego de que Jasmine se marchara.


Estaba enojado con ella, pero aún más consigo mismo. No podía creer que la hubiera
dejado afectarlo. El objetivo de toda esta venganza era afectarla, no lo opuesto.
Se encontraba muy satisfecho de encontrarla trabajando en la compañía. Había
estado planeando cortarle su ingreso de dinero al hacer quebrar a su padre. Habría ido
antes a la oficina de haber sabido que ella era una empleada. Debió haber investigado
más para poder estar preparado para verla esa tarde. Las cosas estaban yendo mucho
mejor de lo que había anticipado. Había estado esperando que apareciera en su puerta,
rogándole tenerle misericordia a su padre.
En vez de eso, la tenía trabajando para él. Ese pensamiento hizo que su
entrepierna se tensara nuevamente. De verdad la quería debajo de él una vez más. Sin
embargo, no la tomaría hasta que tuviera más control sobre sí mismo. Todo el asunto
consistía en darle una lección por haberlo dejado, no volverse a enamorar de ella.
Se pasó una mano por el cabello en señal de frustración por lo fácil que ella lo
afectó. Alguien llamó a la puerta y luego entró Amy. No le gustaba personalmente,
pero era implacable cuando de negocios se trataba y una buena adición a su equipo.
Se acercó tranquilamente a él, no controlando del todo la furia en sus ojos.
—Pensé que íbamos a discutir sobre todos en la oficina ejecutiva, quiénes se
quedaban o despedíamos —dijo en una voz muy seductora. Eso no le provocó nada a
él.
—Supongo que estás hablando de la señorita Freeman —dijo.
—¿Freeman? —preguntó sorprendida—. ¿Está relacionada al antiguo dueño?
—terminó, perdiendo algo de su normalmente fría compostura.
33
—Sí, es la hija y voy a dejarla conservar su puesto por el momento —expresó
en una voz que no dejaba lugar a discusión.
—¿Vas a conservarla en alguna especie de estrategia de poder? —preguntó
esperanzada.
—Algo así —respondió despreocupadamente. La respuesta pareció
complacerla. Una vez más se puso en modo seductor. Él suspiró, mientras pensaba
que probablemente iba a tener que despedirla. Se estaba tomando demasiadas
confianzas y empezaba a presionar los límites.
Se acercó de costado a él.
—Quieres que te consiga algo de almorzar, estoy hambrienta. O podría ordenar
algo y podríamos comer mientras discutimos algunas estrategias más —sugirió
mientras se sentaba en el borde del escritorio.
Normalmente, se habría excitado al ver a una sexy dama subida al borde de su
escritorio, mostrando deliberadamente sus piernas descubiertas. Sin embargo, nunca
había estado atraído por Amy. Ella no era su tipo, en lo más mínimo. Le gustaban
personas con menos hambre de poder en su cama.
—¿Por qué no van tú y los demás a almorzar? Tengo mucho que hacer antes
de empezar a traer a los empleados. Además, estaré repasando algunos registros con
la señorita Freeman en un rato —le dijo.
Sus ojos se entrecerraron nuevamente ante la mención de Jasmine, y eso
afianzó su decisión de dejarla ir. No iba a tolerar a una mujer celosa en sus oficinas,
en especial cuando no tenía nada de que estar celosa.
Hubo otro golpe en la puerta y luego dos de sus empleados más confiables
entraron, pareciendo un poco exhaustos. No eran fácilmente perturbados, por lo que
se preocupó.
—¿Qué sucede? —les preguntó.
—La señorita Freeman prácticamente nos echó de su oficina y no estábamos
seguros de lo que usted quería por lo que pensamos que era más sensato venir a hablar
en vez de causar una escena —dijo Greg.
—Ya veo, bien, hicieron lo correcto. La señorita Freeman y yo charlaremos,
pero ahora vayan a almorzar y resolveremos las cosas esta tarde —dijo Derek.
Necesitaba un descanso. Era difícil cuando tenías que despedir gente, en especial
cuando la adquisición fue una completa sorpresa para todos los involucrados. Nunca 34
disfrutó de esta parte de su trabajo. Esta compañía sin embargo era una excepción y
aquellos que fueran despedidos lo serían porque se lo merecían.
Los dos hombres se fueron antes de que pudiera cambiar de idea. Amy se quedó
por un momento y luego los siguió, saliendo por la puerta. Llamó a su oficina principal
y habló con el personal de allí. Los tuvo organizando un paquete de indemnización
para Amy y tendría su trabajo terminado antes de que acabara el día. Una vez que ella
regresara del almuerzo, la enviaría allí. Odiaba que las cosas se complicaran. Tenía el
presentimiento de que no iba a irse en paz, lo cual era muy malo.
Ordenó algo de comida para que fuera entregada y después se dirigió a la
oficina de Jasmine. Se paró en su puerta y la observó por un instante. Estaba absorta
en lo que estaba haciendo y no lo notó parado allí por varios minutos. Cuando
finalmente alzó la vista y sus ojos se cruzaron, fue como si hubiera sido golpeado en
las tripas de nuevo. De verdad esperaba que eso desapareciera pronto.
—¿Has reunido los archivos? —le preguntó, orgulloso de que su voz llevara
una nota fría que hizo a tantas personas temblar en sus zapatos.
—Sí, tengo todo listo, pero sería mejor hacerlo aquí. Hay demasiado y
requerirá de varios viajes llevarlo a tu oficina —dijo.
—Prefiero mi oficina. Tenemos una mesa grande donde podemos apoyar todo,
además, ahí es donde estaremos llamando a las personas —dijo, esperando a que
cediera a sus deseos.
Soltó un suspiro de frustración antes de ponerse de pie.
—Bien, podemos hacerlo a tu manera, pero no voy a romperme la espalda
cargando todas estas cajas allí —le dijo y luego salió hasta la puerta con la relevancia
de una reina, esperando a que sus sirvientes la siguieran.
Antes de que Derek pudiera detenerse, sintió una sonrisa cruzar sus rasgos.
Definitivamente era atractiva cuando se enojaba y había estado enojada desde que
había entrado a su oficina. Ahora estaba esperando a la increíblemente eterna noche.
Derek agarró a varios de los guardias de seguridad para transportar las cajas a
su oficina. Para cuando tuvieron todo allí, su almuerzo llegó. Ordenó mucha comida
y le ofreció algo a Jasmine, pero ella se negó. Sonrió por su terquedad.
—¿Podemos empezar? No puedo quedarme hasta tarde —le dijo.
Al instante lo irritó que estuviera imponiéndose a su autoridad. Decidió que era
momento de ponerla en su lugar. Ya no era la hija del jefe. Tenía que entender eso
rápidamente.
35
—Tienes que darte cuenta que durante la reestructuración de una compañía de
este tamaño habrá muchas noches de trabajo extra. Espero que pongas las horas
necesarias para hacer de este lugar un éxito, si esperas conservar tu trabajo —le dijo,
sin espacio para la piedad.
Sus hombros se desplomaron y se sorprendió no sentir alegría al verla
derrotada. No pudo descubrir qué estaba pasando con él. Quería destruirla, entonces
¿por qué su pequeña victoria no estaba latiendo a través de sus venas?
Ella sacó el primer archivo y lo repasaron. Él tenía dos pilas diferentes en la
mesa. Había una pila con los expedientes de los empleados que iba a dejar ir, sin
oportunidad de conservar sus trabajos. La otra era una pila de archivos donde los
empleados al menos tendrían la oportunidad de ser entrevistados por él. Si le gustaba
lo que tenían para decir, conservarían sus posiciones. Si la entrevista no iba bien se
irían.
Amy y sus hombres habían regresado y la envió a las oficinas principales. Ella
resopló cuando salió por las puertas. No se perdió la mirada que lanzó en dirección a
Jasmine. Eso solo reforzó su decisión de dejarla ir.
Envió a sus hombres a la sala de conferencia en la puerta de al lado, con un
puñado, así podrían comenzar a llamar a los empleados para despedirlos. Pudo
escuchar los gritos a través de las paredes cuando algunos de esos empleados, muy
vocalmente, expresaban su indignación.
Eran las seis de la tarde cuando Jasmine alzó la mirada con cansancio.
—De verdad tengo que ir a casa, tengo algo que hacer esta noche —le dijo.
Sus ojos se entrecerraron a unas peligrosas rendijas a la vez que se preguntaba
qué tenía que hacer. ¿Llegaba tarde para una cita? Sabía que no era su asunto, pero
había decidido que la deseaba nuevamente y no quería a otro hombre interfiriendo.
—Podemos trabajar mañana un poco más. Puedo ver que nos tomará toda la
semana —le dijo. Iba a encontrar una excusa para ir a su casa en los siguientes días
para descubrir por qué estaba tan apresurada por dejar la oficina.
—Gracias —murmuró, como si se estuviera ahogando al decir las palabras
amables. Ella se marchó rápidamente, como necesitando alejarse tan rápido como le
fuera posible. Derek estaba cansado y decidido a dar por terminada la noche.
Salió del edificio, el que prácticamente estaba vacío, salvo por el personal de
seguridad. Manejó hasta su casa, queriendo que la noche acabara para poder estar con
36
ella de nuevo. Intentó convencerse de que era por su venganza, pero cuanto más
tiempo pasaba con ella, más se difuminaba la línea.
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

J azmines atravesó corriendo la puerta del gimnasio de la escuela. Ni siquiera


había tenido tiempo para ir a casa y cambiarse de ropa. Su hijo estaba en
cuarto grado y muy orgulloso de formar parte del equipo de lucha libre. Él
tenía una pelea que comenzó hace unos veinte minutos y rogaba no
habérselo perdido. Odiaba perderse cualquier evento en su vida.
Atravesó las puertas y vio donde los chicos se encontraban sentados. Se acercó
a él y quiso darle un beso, pero sabía que eso lo avergonzaría frente a todos sus
amigos.
—No me perdí tu pelea, ¿no? —preguntó preocupada. 37
—No, mamá, soy el siguiente —dijo con un encogimiento de hombros. Él
estaba intentando actuar como si no tuviera importancia, pero pudo notar el alivio en
sus ojos de que estuviera allí.
—Bien. Lamento llegar tarde, pero hubo trabajo extra que hacer en la oficina
—explicó.
—Está bien, mamá —le dijo con su muy conocedora voz. Era un niño tan
bueno. No podía imaginarse su vida si él en ella. Caminó hasta las gradas y se sentó.
Cuando fue el turno de luchar de su hijo, fue la que más vitoreó y aplaudió en la
multitud cuando él ganó.
Él corrió hacia ella y después le dio un raro abrazo en público, olvidándose por
un minuto que era demasiado mayor para darle a su madre afecto público.
—Estoy orgullosa de ti —le exclamó a su hijo.
—Gracias, mamá. Tengo que volver con el equipo ahora —dijo, mientras
prácticamente iba bailando de regreso con sus compañeros. A ella le encantaría volver
a ser un niño, sin preocupaciones y emocionarse fácilmente. Su estómago se apretujó
cuando pensó en la emoción que recorrió su cuerpo cuando Derek había estado parado
tan cerca de ella.
Apartó esos pensamientos de su cabeza. Ahora estaba con su hijo y no pensaría
en Derek. Tenía que tolerarlo en la oficina, pero no le iba a permitir que invadiera su
tiempo privado. Suspiró, a la vez que se daba cuenta lo difícil que iba a ser mantener
al hombre lejos de su cabeza cuando tenía que trabajar con él durante todo el día.
Los años le habían sentado muy bien al hombre. Sus músculos de jovenzuelo
habían madurado y cuando se había quitado la chaqueta, exponiendo sus hombros
anchos y grandes bíceps, había tenido que luchas por no babear. Una vez había
conocido su cuerpo tan íntimamente como conocía el suyo propio y extrañaba la
sensación de sus manos sobre ella. No había tenido las manos de un hombre sobre ella
en demasiado tiempo.
Tal vez era momento de volver a tener citas. El capitán del equipo de lucha le
había pedido salir y ella lo desalentó. Tal vez podría aceptar la invitación, tendría que
pensarlo y no hacer algo apresurado solo porque sus hormonas estaban alborotadas.
La competencia terminó pronto y ella y Jacob se dirigieron al auto.
—¿Te gustaría salir a comer esta noche? —le preguntó.
—¡Sí! ¿Podemos comer pizza? —le rogó. El chico podía comer pizza de
desayuno, almuerzo y cena si lo dejara. 38
—Suena perfecto —respondió y se dirigieron al local. Le dio un puñado de
monedas de veinticinco para los videojuegos y se sentó observándolo desde la mesa.
Comieron pronto y se dirigieron a casa. Ambos estaban agotados por su agitado día y
rápidamente se fueron a la cama.

A la mañana siguiente, Jasmine tomó el ascensor hasta su piso, intentando


ignorar las mariposas en su estómago. Estaba esperando que Derek tuviera otras cosas
que hacer ese día y no quisieras pasar todo el tiempo con ella en la oficina otra vez.
No sabía cuántos días seguidos podría soportar estar con él a solas todo el día, antes
que explotara.
El hombre olía demasiado bien para un ejecutivo estirado y cuando estaba con
él, no podía deshacerse de las imágenes de ella rodeada por sus brazos. Tenía que
admitir que no solo se había alejado de ella, luego de robar su inocencia había
regresado para tomar la compañía de su padre también. Era despiadado y sería mejor
que recordara eso.
De ninguna manera podía permitirle conocer a su hijo. Él se preocupaba
solamente de sí mismo y cualquier cosa que considerara suya, la tomaría sin piedad.
Se sentó ante su escritorio y no pasaron más de cinco minutos para que su
comunicador estuviera zumbando. Lo levantó, ya sabiendo quién estaba en el otro
extremo.
—¿Dónde te metiste? He estado intentando comunicarme contigo por una hora
—espetó la voz de Derek desde la otra línea.
—Llegué aquí hace unos minutos y son veinte minutos antes, como se supone
—dijo con frustración.
—Ven aquí. Tenemos que repasar el resto de los archivos —ordenó y luego
colgó.
De manera cansada se puso de pie y caminó hasta su oficina. La secretaria no
se encontraba allí y había pasado muchas oficinas vacías a lo largo del camino. De
verdad estaba cambiando todo en el edificio. Todos esos rostros familiares iban a
desaparecer. No le gustaba particularmente ninguna de las personas que estaban
siendo despedidas, pero era agradable tener rostros familiares a su alrededor. Había
algo de consuelo en ello. 39
Jasmine pasó la puerta y Derek tuvo que asegurarse que sus rasgos
permanecían inexpresivos. Ella estaba asombrosa en su traje de falda verde.
Combinada con sus ojos a la perfección. Una vez más se había recogido el cabello en
un moño poco halagador, el cual quería deshacer, pero su rostro era impresionante.
Apenas usaba maquillaje, siendo ella una de las pocas mujeres que simplemente no lo
necesitaban.
Ella se sentó ante la mesa y él se sentó junto a ella. Si ligero aroma vagó hasta
él y pude sentir su pulso comenzar a acelerarse y sus jadeos comenzar a ser muy
pesados. Tendría que tomarla más pronto de lo que planeó solo para sacarla de su
sistema. Entonces su libido podría regresar a la normalidad.
Sabía que la estaba afectando tanto como ella a él. Pudo ver su pecho alzándose
más rápido cuando su respiración se profundizó. Incluso podía ver su pulso acelerado
a través de la delicada piel de su cuello. Iba a tener probar sus límites de control ese
día.
Se acercó a ella más de lo que era necesario. Pudo ver que ella quería alejarse,
pero su actitud terca se negaba a permitirse mostrarle alguna debilidad. Sus hombros
se estaban rozando cuando él se inclinó para mirar el archivo que ella había abierto
frente a ella.
—Entonces, ¿qué has estado haciendo los últimos diez años? —le preguntó.
Por una vez en su vida no tenía el más mínimo interés en el trabajo frente a él que
necesitaba hacerse.
—Eso no es de tu incumbencia. No tiene que ver con mi trabajo —espetó e
intentó hacer que regresara su atención al archivo—. Este es Anthony, trabaja en
contabilidad. He hablado con él en algunas ocasiones e incluso recurrí a mi padre
porque me pareció que estaba metido en algunas prácticas de negocio poco éticas.
Pero mi padre dijo que estaba bien. Yo personalmente, no confiaría en él —terminó,
mientras empujaba el archivo más cerca de él.
Traer a colación a su padre fue tan bueno como arrojarle agua helada en la cara.
Su libido fue puesta en espera mientras tomaba el archivo. Miró a través del
expediente excepcionalmente detallado y luego agregó al hombre a la pila para
despedir. Continuaron pasando a través de varios archivos uno por uno y en su mayor
parte estuvieron de acuerdo en quiénes merecían una oportunidad de quedarse, pero
de vez en cuando llegaban a un punto muerto.
Ella discutiría para que alguna persona se quedara, pero perdería. Una vez que
él se decidía con algo, era difícil hacerlo cambiar.
Ella pasó a otro archivo y defendió al hombre para que quedara empleado. Él
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lo repasó y decidió dejarlo ir. Lanzó su archivo a la pila de despedidos y ella lo quitó.
—De verdad creo que tienes que entrevistar a Henry. Es un buen hombre y
hace un trabajo excepcional. Ni siquiera lo conoces, así que puedes darle la cortesía
de al menos hablar contigo, antes de despedirlo —exigió.
Derek alzó los ojos ante su arrebato. Ella había discutido por pocas personas,
pero no había sido tan enfática al respecto. Se preguntó quién sería este Henry y si
probablemente fuese la razón para tener que irse ayer. Lo movió a la pila de las
entrevistas. Solo porque quería ver quién era la competencia.
—Gracias —dijo, aunque salió a través de sus dientes apretados y no sonó para
nada como un “gracias”. Sonó más bien como si quisiera decirle varios insultos.
—Tengo que comer algo, salgamos —dijo él, necesitando repentinamente salir
de las oficinas por un rato.
—Comeré aquí —dijo ella, rechazándolo del todo. A él no le gustaba ser
rechazado, lo cual era mejor que ella aprendiese en este momento.
—Será un almuerzo de negocios así que me acompañarás —exigió. Agarró su
chaqueta y caminó hacia la puerta, manteniéndola abierta para que ella saliera. Si las
miradas mataran, él se habría derretido en el lugar.
Ella se puso de pie bruscamente y lo siguió. Él prácticamente pudo ver el vapor
que despedían sus orejas. Lo divirtió su actitud y se sorprendió por esa diversión. No
estaba acostumbrado a ser tan abiertamente desobedecido, pero le gustaba que ella no
tuviera miedo de desafiarlo.
Los llevó a un restaurante que disfrutaba varias veces a la semana. El personal
lo conocía bien y los llevaron a una mesa privada en el fondo del restaurante. Le
gustaba el lugar por su privacidad cuando tenía que hablar con un cliente o llevar una
cita. Lo usaba para diferentes propósitos. Era una persona que no se metía con algo
bueno cuando lo encontraba.
Jasmine entrecerró sus ojos mientras miraba el entorno del íntimo restaurante.
Era media tarde y había velas encendidas en las mesas. Ella lo fulminó con la mirada
en la espalda a la vez que lo seguía a la mesa en la esquina.
Si de verdad él se pensaba que iba a intentar seducirla, iba a recibir otra cosa.
La camarera los hizo sentar y luego les preguntó lo que les gustaría beber. Él ordenó
té helado. En ocasiones normales, Jasmine no bebía alcohol, en especial en medio de
un día laboral, pero tenía la sensación de que iba a necesitar una copa, si iba a
conseguir pasar el resto del día sin gritarle.
—Tomaré una copa de vino tinto —dijo con una sonrisa. Él alzó las cejas, pero
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no dijo nada. Ella estaba probando sus límites. Veamos si la despediría por tomar una
copa de vino en el almuerzo al que la había obligado a acompañarlo.
Sus aperitivos llegaron y Jasmine descubrió que estaba hambrienta. La comida
era excelente y desapareció con rapidez. Derek se rio entre dientes mientras ella miró
su plato. Ella siempre había disfrutado de las buenas comidas, el buen vino y el
increíble sexo. Su ingle se apretó una vez más.
El resto de la comida llegó y comieron cómodamente. Ella dejó que sus
defensas bajaran y charló con él mientras el vino le aflojaba la lengua y la comida
saciaba su estómago.
Se disculpó para ir al baño y acomodarse el cabello cuando Amy se acercó a
ella por detrás. La mujer no parecía contenta para nada.
—Veo que te estás poniendo cómoda con el jefe —gruñó la mujer. Jasmine
desconocía que ella había sido despedida. Ahora se dio cuenta que no la había visto
en la oficina en toda la mañana.
—Es un almuerzo de negocios, no es que sea de tu incumbencia —dijo Jasmine
y luego se dio la vuelta.
—Parecía mucho más cómodo que un simple almuerzo de negocios. No me
pondría tan cómoda de ser tú. Le gusta añadir muescas al poste de su cama, pero se
aburre rápidamente y luego las arroja más rápido —dijo Amy con enojo.
Jasmine se la quedó mirando mientras se daba cuenta de lo que la mujer
hablaba. Ella era una de las arrojadas. Estaba horrorizada de que sus pensamientos se
convirtieron en realidad.
—Veo que estás comprendiendo. Sí, hemos sido íntimos por mucho tiempo.
De hecho, estaba esperando que me propusiera matrimonio en cualquier momento,
pero parece que él quiere seguir siendo un mujeriego más tiempo antes de asentarse
—dijo Amy con una mirada petulante en la cara.
—¿Cómo puedes querer estar con un hombre que no te será fiel? —preguntó
Jasmine.
—Puede tener sus aventuras ahora, porque una vez que ponga ese anillo en mi
dedo, será mío y no tendrá más deseos de encontrar a prostitutas —dijo como si de
verdad no le importara y luego miró a Jasmine, implicando que ella era una de esas
putas. Salió del baño, dejando a Jasmín mirando fijamente tras ella.
Se tomó unos minutos más, antes de finalmente regresar a la mesa. Derek la 42
estaba mirando con curiosidad. Ella se dio cuenta que había estado ausente por un rato
largo. No le dijo nada, simplemente tomó su chaqueta y comenzó a dirigirse a la
puerta. No le ofreció pagar su parte del almuerzo. Él había insistido en que viniera
con él, así que podría pagar por la comida demasiado cara.
Derek pagó y luego la encontró afuera en la acerca del frente. No podía
entender qué había cambiado desde que ella se había marchado de la mesa al momento
en que regresó del baño. Había estado comenzando a relajarse alrededor de él antes
de marcharse.
Lo puso contento que estuviera nuevamente en guardia. Era demasiado fácil
olvidarse quién era ella cuando era encantadora.
Condujeron en silencio de regreso a la oficina y el ascensor estuvo lleno de
tensión a medida que los números lentamente avanzaban hasta el último piso.
Ciertamente la escuchó soltar un suspiro de alivio cuando las puertas se abrieron. Ella
saltó como si perros de caza la estuvieran persiguiendo. Disfrutó del vaivén de sus
caderas mientras la seguía a lo largo del pasillo hasta la oficina.
El espacio estaba inusualmente cálido y la boca comenzó a hacérsele agua
cuando ella se quitó la chaqueta, revelando una blusa de seda con tirantes. En el frente
caía, para mostrar un poco de escote, incrementando su deseo de ver más. Le abrazaba
las generosas curvas y mostraba su pequeña cintura a la perfección. Sin la chaqueta
puesta, podía ver la curva de sus caderas, que la falda realzaba. Se había puesto más
curvilínea con la edad y ahora tenía el cuerpo de una mujer, en vez de la figura delgada
de una adolescente.
La boca se le puso seca, en tanto luchaba por no sujetarla y sentir cómo esas
curvas se amoldaban a sus manos. Sus senos solían caber a la perfección en sus manos.
Ahora podía notar que estos se desbordarían de sus palmas. Sus pantalones una vez
más se estrecharon. Se sentó rápidamente, así ella no vería su reacción.
Ella recogió otro archivo, regresando al trabajo.
—Necesito un descanso de mirar todas esas carpetas. Sigamos y hagamos
algunas entrevistas —le dijo—. Muévete hasta mi escritorio y toma un cuaderno.
Quiero que anotes algunas cosas. Comenzaremos con tu buen amigo, Henry —dijo
con una mueca. Quería entrevistar al hombre para luego arrojarlo sobre su culo.
—Está bien para mí, después de todo eres el jefe —dijo ella con demasiada
dulzura goteando de su tono. Él entrecerró sus ojos cuando le echó un vistazo. No le
gustaba que se burlaran de él; estaba de verdad tentado a mostrarle una lección o dos
sobre meterse con él.
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Llamó a Henry y le dijo que se reportara a la oficina de inmediato. Jasmine lo
fulminó con la mirada en cuanto colgó.
—No tienes que ser tan rudo todo el tiempo —murmuró. Él lo dejó pasar
porque justo llamaron a la puerta. El hombre fue rápido, tal vez porque no estaba
haciendo nada de trabajo.
—Hola, señor Titan, soy Henry Andrews —dijo el hombre, cuando entró, con
la mano extendida. Derek la estrechó y luego entrecerró sus ojos. El hombre estaba a
finales de los treinta y lo que las mujeres considerarían atractivo. Su trabajo se estaba
deslizando de entre sus dedos y el pobre tipo no tenía el más mínimo conocimiento de
ello—. Jasmine, me estaba preguntando dónde has estado —dijo cuando la vio. Se
acercó a ella y le dio un beso en la mejilla.
Derek estaba comenzando a ver todo rojo de nuevo. No podía importarle menos
lo que el hombre tuviera que decir, iba a ser despedido. Tomó toda su fuerza no lanzar
fuera físicamente al hombre y decirle que nunca pusiera un pie en la empresa otra vez.
Sin embargo, tenía que hacer las cosas de manera correcta, o su departamento legal
se le lanzaría encima.
—Como sabes, Henry, estamos recortando a algunos empleados. Siempre hay
un montón de reemplazos cuando una compañía es adquirida. Tienes unos pocos
minutos para decirme qué es lo que haces aquí y defender tu trabajo —dijo Derek con
su voz más fría.
Pudo sentir a Jasmine haciendo hoyos en su espalda con su mirada fija. Supo
que estaba siendo más cruel de lo normal, pero al instante le disgustó el hombre.
—Lo que Derek quiere decir es que estamos revisando todos los archivos de
los empleados y sabemos que eres un miembro invaluable. ¿Puedes hablar de tu
trabajo? —dijo ella, mucho más agradable de lo que él había sido.
Derek quiso gritarle, eso no es lo que quise decir, pero entonces sonaría como
un niño teniendo un berrinche. Se sentó en su silla y apuntó sus ojos fríos directamente
en Henry, que no tenía idea de su agresión o solo fingió no notarla.
Henry comenzó a hablar sobre su posición en el departamento de Marketing.
Enumeró los proyectos y las variadas propuestas que actualmente tenía en obra.
Expuso cosas que quería implementar desde hace meses, pero había sido ignorado. El
humor de Derek estaba empeorando, cuando se dio cuenta que el hombre de verdad
sabía de lo que estaba hablando y de verdad sería un fuerte activo para la empresa.
Puso su archivo en el escritorio y Derek miró a través de las notas organizadas.
David había estado reprimiendo a Henry y se imaginó que la única razón por la que 44
Henry se había quedado debía ser Jasmine, porque sus talentos estaban siendo
desperdiciados. Por más que quisiera deshacerse del hombre, tenía que tener la cabeza
fría primero.
Ni una sola vez había dejado que una mujer se metiera entre él y los beneficios
de su empresa y Henry definitivamente podía ayudar a sumar más beneficios. Nunca
le mostró al hombre los pensamientos pasando por su cabeza, pero se puso de pie, le
agradeció por venir y lo envió de vuelta a su trabajo.
—Te dejaremos saber de nuestra decisión mañana —dijo, refiriéndose a la
empresa como nosotros, en vez de yo.
En cuanto Henry dejó la sala, Jasmine se dio la vuelta hacia él. Caminó hacia
él y había fuego en sus ojos. Él se vio increíblemente excitado por la imagen que ella
mostraba.
—¿Cómo te atreves a actuar como un idiota? ¡Pomposo y corporativo drone!
—le gritó.
Se encontraba a menos de treinta centímetros mientras lo miraba fijamente con
ira derramándose de ella. La había visto enojada antes, pero esperaba que comenzara
a salirle vapor por las orejas en cualquier momento. Su propio enojo estaba alzándose
hasta la superficie. ¿Cómo se atrevía a hablarle así?
Presionó el botón de su teléfono.
—No quiero nada de interrupciones en este cuarto. No me interesa si el lugar
se encuentra en llamas —gruñó en el interfono.
—Sí, señor —llegó la respuesta y luego la conexión quedó muerta.
Comenzó a avanzar sigilosamente hacia ella. Ella pareció darse cuenta de su
predicamento, porque comenzó a retirarse rápido. Su mal humor se evaporó, a medida
que sus ojos se agrandaban. Debía verse un poco más atemorizante de lo que pensaba,
pero su tranquilidad lo había abandonado y su ira estaba hirviendo.
Ella fue quien lo abandonó porque él era pobre. Ella era la que pensaba que
todavía era requerida y poderosa. Ella siguió intentando restregarle en la cara que
había sido reemplazado por su novio. Ni siquiera podía pensar, estaba muy enfadado.
La hizo retroceder hasta que sus piernas golpearon la mesa. Quedó presionada
contra la dura superficie. No había escape. Su respiración se aceleró, haciendo que
sus senos se alzaran y cayeran contra su pecho. Sus mejillas estaban ruborizadas, sus
labios estaban hinchados por la costumbre nerviosa de morderlos.
Sus ojos todavía seguían agrandados con temor. Si solamente se hubiera tratado
de temor, podría haber sido capaz de frenar su enojo, pero también vio algo de
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excitación en sus profundidades. Ella todavía lo deseaba, pero se estaba conteniendo,
tanto como se estaba conteniendo él. ¡La necesitaba ahora!
Sintió un gruñido bajo retumbar en su garganta. Cerró la pequeña brecha entre
ellos, aplastando sus labios en los de ella. La cogió del cuello para acercarla,
empujando su lengua contra sus labios, exigiendo entrar.
Ella levantó la mano para empujarlo, pero en vez de eso acabó aferrándose a
su camisa. No podía detener la traición de su propio cuerpo. Se encontró en llamas
cuando los labios de él pasaron de casi abusivos a seductores. Accedió a su boca y
luego enredó su lengua con la de ella.
Podía sentir el calor acumulándose en su núcleo. Él profundizó el beso,
acercándola más. Ella no supo dónde terminaba su cuerpo y comenzaba el de él. Sus
manos fueron deslizándose hacia arriba detrás de su cuello acercándolo todavía más.
Él gruñó, mientras ella enredaba su lengua con la suya. No podía acercarse lo
suficiente. Presionó su dolorido centro contra la excitación de él y se sorprendió al
descubrir que el gemido que escuchó había sido su propia voz.
De pronto, él la tomó por las caderas y la sentó sobre la mesa, moviéndose para
poder entrar entre sus piernas. Su falda de seda se deslizó fuera del camino y luego él
estuvo empujándose hacia delante. La mesa tenía la altura perfecta, por lo que se
ajustó contra ella de la manera más íntima posible. Apretó su erección contra su
centro, necesitando quitar la ropa del camino.
No podía pensar más en nada salvo en su necesidad. Estaba hambriento y solo
ella podía satisfacerlo. Rompió el beso el tiempo suficiente para bajar dejando un
rastro de besos a lo largo de su cuello. Apartó la blusa en segundos y jadeó de placer
ante el trozo de encaje, que apenas contenía sus increíblemente lujuriosos senos. Se
derramaban del material, rogando que los tocara.
No la decepcionó. Le quitó el sostén y ahuecó el glorioso peso en sus manos
mientras bajaba la cabeza para tomar el pezón rosa oscuro endurecido dentro de su
boca. Succionó el capullo rosa dentro de su boca y sintió a su erección pegar un salto
cuando ella gimió de placer. Los ruidos de éxtasis rápidamente lo empujaron a que
terminara. No podía pensar, demonios, apenas podía sostenerse en pie.
Movió la cabeza para agasajar a su otro pezón y luego llevó sus labios hacia
los de ella, ya no siendo más capaz de evitar besarla. Mientras continuaba besándola
con años de pasión reprimida, se deshizo de sus pantalones y luego le rasgó las bragas.
Ella gimió cuando se presionó con su abertura húmeda.
Con su mano buscó entre sus piernas para sentir si estaba lista para él. Estaba
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mojada, caliente y apretada, y no pudo esperar otro segundo más. Quitó la mano y con
un rápido empuje, se abrió paso profundamente en su centro.
Gimió en completo éxtasis, mientras su eje era sujetado por sus pliegues
apretados. No iba a durar mucho. Continuó besándola, mientras la tomaba por las
caderas y se empujaba profundamente dentro y fuera. Estaba gritando de placer,
mientras empujaba su longitud profundamente en su cuerpo. Ella lo rodeaba, su calor
apretado y fue lo más placentero que sintió jamás.
Nunca había tenido un placer tan intenso o sexo tan placentero en su vida. Ella
había sido una niña antes, ahora era toda una mujer. Ella gritó y entonces sintió su
apretado calor comenzar a apretujarlo con convulsiones. Todo su cuerpo comenzó a
temblar y eso fue todo lo que tomó para enviarlo sobre el borde. Gimió mientras
lanzaba su liberación profunda dentro de ella.
Su cuerpo siguió estremeciéndose mientras seguía conectado a ella hasta que
el último espasmo atravesó sus cuerpos. Reacio se retiró y la miró. Estaba ruborizada,
sentada en la mesa, con sus hermosos senos expuestos y su boca hinchada por sus
besos.
Su cabello normalmente perfecto había sido liberado de su moño y con las
mejillas ruborizadas, era la criatura más preciosa que había visto antes. Se veía como
si acabara de ser devorada, lo que lo hizo querer volver a empezar todo de nuevo.
Se estaba preparando para besarla, ya sintiendo una pérdida sin su tacto. La
expresión de ella cambió de una de completa satisfacción a terror por lo que había
hecho. Supo que el momento había acabado y ahora era tiempo de las consecuencias.
Ella alzó la mano y lo abofeteó con fuerza en la cara antes de saber lo que
estaba sucediendo. Lo sorprendió el dolor del golpe. Se llevó la mano a la mejilla,
sintiendo el calor. Sonrió un poco ante la fuerza que ella había mostrado. Nunca había
tenido una mujer que tuviera esa reacción luego del sexo. Por lo general, ellas
ronroneaban de contentas. Sabía que era un gran amante.
Rápidamente dio un paso hacia atrás, porque sonreír había sido algo erróneo.
Ella estaba furiosa.
—Lamento eso, Jasmine, pero no puedes culparme por todo el asunto, no
dijiste nada para detenerme —le dijo, con su voz normalmente engreída de nuevo en
juego.
No se estaba sintiendo nada tranquilo, pero de ninguna manera le mostraría 47
eso. Si pensó que una vez iba a ser suficiente para quitarla de su sistema, había estado
muy equivocado. Requeriría estar con ella un tiempo antes de ser capaz de dejarla ir
finalmente. La sola idea de entrar en su calor apretado de nuevo hizo que su presión
sanguínea se elevara, entre otras cosas.
Jasmine lo fulminó con la mirada y juntó su ropa. Bajó la mirada a sus bragas
desgarradas con horror y luego caminó hasta el baño privado y cerró la puerta con un
resonante clic. No la cerró de golpe como tantas mujeres en un ataque de furia
hubieran hecho. El clic pareció mucho más una declaración. No volvió a aparecer en
un rato largo. Derek agradeció por el tiempo para recobrar la tranquilidad.
Cuando Jasmine salió finalmente del baño, su rostro era una máscara. Nadie
sería capaz de decir que acababa de deshacerse en sus brazos. Era casi tan buena como
él usando una máscara.
—Eso no volverá a suceder —le dijo, en la voz más profesional que pudo
reunir. Él vio sus palabras como un desafío y nunca había sido capaz de resistirse a
uno.
No le dijo nada. Estaba sorprendido que ella no saliera rápidamente de su
oficina como muchas otras mujeres habrían hecho, maldiciéndolo, o intentando gritar
acoso sexual. Estaba impresionado. Ella se sentó a la mesa y comenzó a pasar a través
de los archivos una vez más.
Llamó a la secretaria y pidió que trajeran bebidas y luego le dijo que dejara la
puerta abierta. No confiaba en sí mismo estando solos, encerrado en la oficina con
ella por el resto de la tarde. Estaba pasando un infierno sabiendo que ella se encontraba
allí mismo, con nada debajo de esa falda que evitara que la tocara otra vez.
Pasaron el resto del día llamando a gente a la oficina para las entrevistas. No
estuvo realmente encantado de descubrir que ella tenía razón sobre la mayoría de las
personas que vinieron. Aquellos que ella había luchado por salvar eran inteligentes y
sabían cómo hacer sus trabajos. El único que estaba luchando realmente por dejar ir
era Henry.
A las cinco en punto, Henry asomó la cabeza en la puerta.
—Hola, no quiero interrumpir, pero olvidé decirte que Gina quería invitarte
este fin de semana a alguna fiesta de velas que va a hacer —le dijo a Jasmine. Su risa
fue la primera verdadera desde que Derek había regresado a su vida.
—Dile que me encantaría ir. ¿Puedo llevar algo? —le preguntó.
—También me dijo que no trajeras nada. Se aseguró de que cumpliera eso ya
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que siempre te complicas la vida al hacer tus propias fiestas increíbles. Dijo que es su
turno mimarte un poco —agregó con una sonrisa.
—Está bien, lo entiendo, dile que no puedo esperar y veré a los dos este fin de
semana —respondió.
—De ninguna manera me quedaré con ustedes dos. Sin ofender, pero me
tomaré el día con los chicos para hacer algo de tiro —dijo. Luego se dio la vuelta y
dejó la sala. Derek se sintió un poco estúpido por sus celos ahora, considerando que
el hombre obviamente estaba casado.
Al menos no tendría que despedirlo. Pensó que incluso podría discutir por una
invitación para ir a practicar tiro con ellos, así podría pasar por la casa y comprobar a
Jasmine. Ella se puso de pie y tomó su chaqueta.
—No hemos terminado todavía —dijo él automáticamente.
—He acabado. Tengo algo que hacer esta noche. Es mi hora normal de salida
y todos los demás empleados se están yendo. No hay nada que no pueda esperar hasta
mañana. Despídeme si quieres, ya no me importa —dijo con desafío. No esperó su
respuesta; simplemente marchó fuera de la sala.
Él se quedó sentado allí, un poco sorprendido y un poco excitado. No estaba
acostumbrado a ser desafiado, jamás. Tan impresionado como irritado. No estaba de
cuál emoción era más fuerte. Decidió dar por terminado el día y reunió sus cosas y
salió.
No fue hasta que alcanzó su vehículo que se dio cuenta que no había usado
protección. No podía creer lo estúpido que había sido. Nunca se olvidaba de usar
protección, era una de esas reglas sobre las que era enfático. Estaba seguro que no
había nada de qué preocuparse, pero mantendría un ojo puesto en ella en los siguientes
meses. Supuso que su trabajo estaba a salvo por al menos ese tiempo.

49
Traducido por Myr62

Corregido por Nanis

D
erek llegó a casa y encontró a su primo sentado en su estudio con una
bebida en la mano y una sonrisa en su rostro. Estaba inmensamente
complacido de ver al hombre. Estaban más cerca de lo que cualquier
hermano podría ser.
—Voy a tener que hablar con el portero de nuevo sobre mantener a la gente
indeseable, fuera de aquí —dijo Derek, sin creer una palabra de ello.
—Sí, sé lo que quieres decir, parece que dejan entrar a cualquier viejo
vagabundo de la calle ahora. Ya no hay seguridad en el hogar —respondió Drew.
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—Al menos estamos de acuerdo —dijo Derek.
—¿Cómo te va, primo? —le preguntó Drew.
—Estoy muy bien, Drew, ¿y tú?
—Bueno, desde que encontré tu whisky de cien años, me siento muy bien —
dijo Drew con una sonrisa traviesa en su rostro mientras sostenía la cara botella, que
tenía mucho menos líquido.
—De acuerdo, si vas a beber mis mejores cosas, lo menos que puedes hacer es
servirme un vaso —dijo Derek mientras se quitaba la chaqueta y se enrollaba las
mangas.
—No hay problema. ¿Cómo te trata el mundo corporativo de la toma de
posesión? —preguntó Drew mientras le entregaba el vaso.
—Finalmente conseguí mi compañía —dijo Derek con una sonrisa genuina.
No tenía que explicar cuál era esa compañía. Drew había crecido con él. Había estado
allí cuando Jasmine lo dejó y había estado allí a su lado mientras planeaba su
venganza.
Drew era de la misma zona que él y estaba tan decidido a salir como él. Siempre
había sido él, Drew y su otro primo, Ryan. Sus padres eran hermanos, así que
compartían el mismo apellido. Los padres de Ryan habían muerto en un horrible
accidente automovilístico cuando tenía diez años y se había mudado con Drew, al lado
de Derek. Los tres chicos habían sido inseparables.
Todos se habían ido a los veinte años y habían hecho éxitos de sus vidas.
Permanecían en contacto, tanto como su trabajo lo permitía y a veces Derek realmente
odiaba la distancia que los dividía.
—Eso es más allá del gran Derek, ¿cómo pasó todo esto? —preguntó Drew
con interés genuino.
—David era un muy pobre hombre de negocios y todo lo que tenía que hacer
era esperar mi tiempo y sacarlo. Finalmente cometió demasiados errores, dejando las
puertas abiertas para que entrara y asumiera el control. Se ha sentido muy bien, pero
pensé que de alguna manera me sentiría mejor, como algo de realización o algo así.
—Creo que solo estás creciendo y vengarte no es tan importante como solía ser
para ti. ¿Qué vas a hacer con la empresa?
—He decidido mantenerla intacta. El producto es en realidad de alta calidad y
hay más de quinientos empleados en la fábrica que perdería sus puestos de trabajo si
lo divido. Creo que harán un trabajo espectacular una vez que se les pague lo que 51
realmente deberían —respondió Derek.
—Te volviste suave de corazón, ¿eh? ¿Qué pasó con mi serpiente de primo de
corazón frío?
—Supongo que como has dicho, he crecido y puedo pensar más allá de mí de
vez en cuando —dijo Derek, un poco incómodo con los elogios.
—No te preocupes, no voy a contar tus secretos al mundo. Todos pueden pensar
que sigues siendo un chacal —dijo y le dio un puñetazo en el brazo.
—De acuerdo, suficiente sobre mí, ha pasado demasiado tiempo desde que
hablamos por última vez, dime lo que has estado haciendo —exigió Derek.
—Acabo de regresar de España. Nosotros abrimos otro complejo. Tienes que
venir a quedarte allí, es una belleza —dijo Drew.
Sacó una carpeta y Derek miró a través de las fotos. Sin duda era un complejo
impresionante, lleno de alarmas y controles digitales.
—Tiene tres piscinas de tamaño olímpico, un spa de uso completo, un par de
salas de entrenamiento de primera calidad y mucho más. Es un paraíso para damas y
un sueño para los hombres. Debería recibir un premio por este lugar —dijo Drew con
entusiasmo.
Derek decidió que iba a tomar unas vacaciones allí, una vez que terminara con
la situación de los empleados. Había visto las primeras fases de este nuevo complejo
y no se había dado cuenta que había pasado tanto tiempo desde que había hablado con
su primo.
Derek estaba acostumbrado a quedarse en algunos lugares agradables, pero
durante los últimos cinco años se quedaba en los lugares de su primo siempre que
podía. Le gustaba revisar el servicio de Drew, ya que no podía estar en todos los
lugares a la vez, pero realmente le gustaban los complejos también. Eran de primera
calidad y él obtenía el mejor servicio que en cualquier hotel regular.
Había podido quedarse con ellos sin que supieran quién era al principio y
hacerle una revisión honesta a su primo, pero su nombre era demasiado conocido
ahora y el empleado lo reconocía desde el momento en que atravesaba las puertas. No
importaba, el servicio era excepcional, si sabían quién era o no.
—Ella es mi favorita, hasta ahora. Sabes, es una vida difícil viajar a todos estos
lugares exóticos. —Drew suspiró. No podía contener la enorme sonrisa que separaba
su cara. Los chicos nunca habían estado fuera del estado de Washington hasta que
llegaron a los veinte años, por lo que la enorme cantidad de viajes que hicieron ahora
era casi incomprensible. 52
—Necesito seriamente permitirme más vacaciones. Ahora que he adquirido
Freeman Industries, puedo ir más despacio —dijo Derek. Tenía solo treinta años, pero
había experimentado tanto en su vida que se sentía mucho mayor.
—Sí, creo que veo unos cuantos cabellos grises allí —lo incitó Drew.
—Puedo ser unos meses mayores que tú, pero todavía puedo patearte el trasero
—dijo Derek no queriendo decir nada con eso.
—Sí, estoy muy asustado. Vamos a salir de aquí. Necesito una hamburguesa
grasienta y una cerveza. Este scotch está bien, pero a veces una botella fría de brote
es lo único que llega al lugar —dijo, antes de vaciar su vaso.
—Suena bien para mí, Drew. El trabajo ha sido estresante. Será bueno ir a un
garito de comida grasosa — estuvo de acuerdo.
Derek subió rápidamente las escaleras y se puso unos vaqueros y una camiseta.
Golpeó su gorra de béisbol favorita, desgastada. Sonrió mientras se miraba en el
espejo. Las personas con las que trataba en el mundo corporativo ni siquiera lo
reconocían en su ropa de tiempo libre. Le gustaba eso. Le recordaba sus raíces. Por
suerte, nunca se topó con ninguno de ellos en su local de comida grasosa favorito, que
pasó a ser un bar de música country en el que tocaban algunos de los mejores talentos
sin descubrir de alrededor. Incluso había ayudado a algunas de las bandas, sin su
conocimiento, enviando su música a algunas de sus conexiones.
Los muchachos se metieron en la gran Pick-up Ford de Drew y salieron. El bar
estaba a una hora en auto, cuando no había mucho tráfico. Durante la hora pico podía
tomar varias horas. Por suerte el tráfico no estaba mal y estaban sentados a una mesa
en un momento.
Cada uno ordenó hamburguesas, patatas fritas y cerveza, luego se sentó a
escuchar la banda. Este era uno de los pocos lugares que sabía que tocaba música en
vivo, siete días a la semana y siempre era bueno.
Se sintió relajado. Se las arregló para empujar su estrés lejos y disfrutar de la
conversación con su primo. El día estaba resultando ser uno de los mejores que había
tenido en demasiado tiempo para recordar.
Estaba sentado, comiendo su comida y bebiendo su cerveza, cuando su primo
interrumpió su estado semi comatoso.
—¿No has visto a Jasmine todavía? —preguntó Drew. Derek empezó a
ahogarse con el sorbo de cerveza que acababa de tomar. Drew le golpeó la espalda,
mientras luchaba por recuperar el aliento—. Supongo que eso es un sí —supuso Drew. 53
—Ella trabaja para la corporación. —Derek finalmente logró decir.
—Vaya, ¿cómo está funcionando? ¿No la has despedido aún? —preguntó.
Drew sabía que Derek quería venganza de la chica que le había roto el corazón.
—No, todavía no la he despedido. Quiero que se arrepienta de su decisión de
echarme a la basura antes de arrojarla sobre su trasero —dijo. La idea de lanzarla era
cada vez menos atractiva para él. Su primo levantó las cejas, mientras estudiaba a
Derek.
—Ya veo —dijo Drew, mientras ponía una sonrisa en el rostro.
—¿Qué ves? —preguntó Derek.
—Te estás enamorando de la chica de nuevo, en lugar de al revés —lo incitó
Drew.
—No sabes de qué estás hablando —soltó Derek. Estaba enojado, más consigo
mismo que con Drew, porque pensaba que podía haber algo de verdad en sus palabras.
—Oye, han pasado diez años y la gente puede cambiar—dijo Drew.
—No olvidaré lo que me hizo —le dijo Derek a Drew y a sí mismo.
—Bromas aparte, eres un tipo inteligente. Sigue tu instinto y sabrás qué hacer
—le dijo Drew. Una de las razones por las que Derek amaba a Drew era que, aunque
el mundo lo veía como un gran playboy que no podía tomar nada en serio, era
realmente muy inteligente y el hombre más cariñoso que conocía. Le gustaba
proyectar la imagen de sí mismo como el chico despreocupado, pero tanto Derek
como Ryan lo conocían. Se les permitió ver un lado de Drew que nadie más llegó a
ver—. Además, primo, siempre pensé que Jasmine era una verdadera trampa y ustedes
dos estaban destinados a estar juntos. Tal vez el destino este interviniendo por ustedes
dos, por fin.
—Está bien de esta basura emocional. Salgamos de aquí, regresemos a mi casa
y bebamos demasiado —dijo Derek. Drew estuvo de acuerdo con él. Pagaron la
factura, dejando a la camarera una propina muy generosa y luego se dirigieron a la
camioneta para el largo viaje de vuelta.
Si la gente pudiera ver a los primos en su tiempo libre, no tendrían idea de
cuánto valían. Les gustaba llevar ropa vieja, que era sobre estilos diversos de
comodidad y les gustaban los bares tipo garito mucho más que los restaurantes cinco
estrellas. Habían jurado no olvidar nunca de dónde venían y en diez años habían sido
fieles a ese voto.
54
Derek se calmó rápidamente cuando regresaron a casa. Sabía a lo que su primo
se refería y no estaba tratando de obtener una reacción, pero eso le hizo pensar
demasiado en lo que realmente eran sus intenciones hacia Jasmine. Ella fue la que se
escapó y él esperaba ser lo suficientemente fuerte esta vez para no dejar que ella lo
rompiera.
Sabía que ciertamente era más maduro, pero parecía volver a su infancia
cuando miraba aquellos ojos verdes de mar. Ella estaba haciendo su camino
golpeándolo por lo bajo. Se endurecería de nuevo cuando regresara a la oficina.
Demonios, por lo demás, solo necesitaba unos días más, antes de poder estar
seguro que la operación sería supervisada por su competente personal. Podía controlar
a la compañía desde su oficina principal y no tener que ver a Jasmine más. Eso no
sonaba atractivo. Maldición, iba a tener que poner cierta distancia entre ellos.
Decidió que lo haría una vez que la sacara de su sistema por última vez.
Necesitaba llevarla a la cama un par de veces más y luego perdería el interés. Siempre
perdió el interés una vez que la persecución había terminado.
Sonrió para sí pensando que había calculado todo el asunto. Todavía no estaba
enamorado de ella; solo estaba disfrutando de la persecución.
Jasmine llegó a la escuela justo a tiempo para recoger a Jacob. Llegó corriendo
por el pasillo y le dio un gran abrazo. Amaba los raros momentos en que se dejaba ir
y le permitía abrazarlo.
—¿Cómo fue tu práctica? —le preguntó.
—Fue realmente genial, sujeté a Timmy en tres segundos —murmuró
entusiasmado.
—Buen trabajo, Pequeño Hombre. ¿Se levantó y le diste un apretón de manos
después?
—Por supuesto, mamá —dijo rodando sus ojos. Le encantaba haberle enseñado
a su hijo lo suficiente como para que ser educado fuera una segunda naturaleza para
él. Ella odiaba cuando los hombres, o las mujeres se regodeaban en sus victorias. Le
había enseñado que tener buen espíritu deportivo era tan importante como ganar el
juego.
55
Algunos de sus entrenadores le habían dicho lo impresionados que estaban con
él. Le habían dicho que era inusualmente respetuoso con sus compañeros y sus
entrenadores. Había agradecido con orgullo. Ella era una madre típica y pensó que su
hijo no podía hacer nada mal, pero cuando alguien lo confirmó, flotó en una nube.
—Timmy me preguntó si podía quedarme la noche del viernes, él tiene una
fiesta de cumpleaños y van a Skate World —le preguntó, con emoción saliendo de él.
—Hablaré con la mamá de Timmy y me aseguraré de que esté bien, pero no
veo ninguna razón por la que no puedas.
—Gracias, mamá, eres la mejor —dijo con una de sus sonrisas que transformó
su rostro en algo parecido a su padre. Cuanto más mayor se hacía Jacob, más se parecía
a Derek. Rezaba para que nunca se conocieran, porque el parecido era demasiado
grande como para ser pasado por casualidad.
Realmente no ayudaba que a Jacob le gustara que su cabello lo cortara de una
cierta manera ahora, que era casi la misma imagen del corte del de Derek. Sacudió sus
pensamientos y revolvió el cabello de su hijo.
Salieron y el entrenador de Jacob se les acercó.
—¿Cómo estás, Jasmine? —preguntó.
—Estoy bien. ¿Y cómo estás, Chuck?
—Lo estoy haciendo genial. Jacob se olvidó de agarrar uno de estos volantes.
Tenemos un torneo el sábado a partir de las dos —dijo mientras le entregaba un
pedazo de papel.
—Eso suena divertido. ¿Hay algo que pueda traer?
—Siempre sé que puedo contar contigo —dijo con una carcajada—. ¿Sería
demasiado pedirte que traigas un plato principal para el almuerzo? Tengo algunas
personas trayendo bebidas y fruta, pero nadie se apuntó con un plato principal. Puedes
hacer sándwiches si quieres, pero sé que te gusta tener todo de lujo —dijo, con una
sonrisa coqueta.
Ella era bien conocida por sus platos creativos y eso era por lo que nadie más
había firmado para el lugar.
—Me conoces bien —dijo con una carcajada—. Por supuesto, haré algo bueno.
Tengo que asegurarme de que estos muchachos se alimenten en abundancia. —Podía
ver que estaba tratando de esforzarse para pedirle que volvieran a salir y después de
su tarde con Derek no deseaba una cita. Le dio sus excusas y se alejó rápidamente.
Realmente le gustaba Chuck. Él era un entrenador fenomenal, pero no se sentía
56
atraída por él. Era realmente muy malo porque era un gran tipo. Puede que tuviera que
superarse a sí misma e ir a la cita.
—Suena como que vas a tener un fin de semana muy ocupado —le dijo a Jacob
mientras conducían hacia casa.
—Lo sé. No puedo esperar a la fiesta. Trevor dijo que estaba teniendo un pastel
de helado —dijo Jacob, prácticamente rebotando en su asiento.
—Recuerda que estás luchando al día siguiente, así que, si comes demasiada
comida chatarra, te enfermarás en tu encuentro y vomitarás encima de tus oponentes.
—Eso sería genial —exclamó. Jasmine sacudió la cabeza, realmente no
entendía a los niños a veces. Se dio cuenta que tenía que dejar pasar algunas cosas.
—De acuerdo, recuerda que te advertí cuando te sientas enfermo el sábado por
la mañana —dijo con la sabia sonrisa de una madre. Jacob puso los ojos en blanco,
pero permaneció en silencio.
Llegaron a la casa y les hizo una buena cena y luego arrojó una pelota en el
patio trasero. Le encantaba cuando el tiempo cooperaba y podía pasar tiempo al aire
libre con su hijo. A pesar de que Seattle era una ciudad estupenda, a veces la lluvia
era un poco demasiado.
Necesitaba ahorrar algunos fondos y llevar a Jacob a unas vacaciones en el
invierno, para alejarse de los oscuros cielos. Comenzaba a ser demasiado a veces y
ella estaba empezando a estar un poco deprimida. Eso no era justo para Jacob ni para
ella.
Jugó con la pelota con él hasta que no pudieron ver más y luego finalmente
entraron, así él podría tomar una ducha y prepararse para la cama. Temía ir a la oficina
al día siguiente, pero lo haría con la cabeza en alto.

57
Traducido por Myr62

Corregido por Nanis

J asmine atravesó aquellas puertas una vez más y se dirigió lentamente hacia
el ascensor. Pensó en subir las escaleras, solo para retrasar lo inevitable,
pero no creía que pudiera respirar cuando llegara al piso veinticinco.
Al menos era viernes. Podría sobrevivir un día más. Los últimos
días habían estado llenos de una increíble tensión sexual, por lo menos para ella. No
creía que Derek hubiera pensado en el tiempo en su mesa desde que se había subido
los pantalones. Apenas siquiera la miró. Estaba tratando de convencerse de que eso
era algo bueno.
Se sermoneó todo el camino hasta la cima del edificio. Podía pasar un día más. 58
Estaban cerca de sus últimos archivos y luego probablemente volvería a la oficina
central y ella podría relajarse.
Sonó la campana del ascensor, que la hizo saltar. La puerta se abrió y salió
como si estuviera en la milla verde, caminando sus últimos pasos a la sala de
ejecución. Ni siquiera se molestó en entrar en su oficina. Sabía que en el momento en
que se sentara, Derek la llamaría y exigiría que llegara a su oficina.
La correa de su bolso se deslizó por su hombro y sus manos estaban llenas con
el café, por lo que no podía hacer nada al respecto. Entró en la oficina de Derek y
suspiró. Por supuesto que estaba allí, delante de ella. El hombre nunca dormía hasta
tarde, ni aparecía siquiera hasta dos minutos antes de las siete de la mañana.
Estaba acostumbrada a ser la primera en trabajar, pero era imposible con él. No
podía llegar antes, ya que tenía que mandar a su hijo a la escuela. Colocó la taza de
café extra delante de él y luego tomó su lugar delante del montón mucho más pequeño
de carpetas de personal.
—Gracias —murmuró Derek, mientras tomaba la taza, sin siquiera mirar hacia
arriba. Ella solo le había traído uno, porque el otro día había entrado con un gran
macchiato de caramelo y él le había tirado uno de cincuenta y le había dicho que le
trajera uno también, ya que ella se detenía allí de todos modos.
No se había molestado en preguntarle si tenía inconveniente, no se había
molestado en preguntarle el plazo, había asumido que lo haría por él. No había sido
una batalla que valía la pena luchar, así que solo compró el café. No era como si
tuviera que salirse de su camino. Además, él ahora pagaba por el suyo también y los
chutes de cafeína de la mañana no eran baratos.
Ella en serio viviría de los cafés y nada más, si pudiera salirse con la suya.
Había hecho eso un par de diferentes días y al final, le estaba temblando todo, pero su
casa se había vuelto increíblemente limpia.
—Tenemos un par de entrevistas más para hacer hoy, con el último de los
anteriores empleados. Quiero que vayas a través de las aplicaciones que han entrado
en la semana y limpiar a través de ellos. Encuentra los mejores candidatos y
prográmalos para la próxima semana para entrevistas. Tenemos que conseguir esos
puestos lo más pronto posible —dijo Derek, cuando él finalmente levantó la vista.
Desafortunadamente para ella, cuando levantó la vista, estaba ocupada
observando su cuerpo en lugares inapropiados. Sus cejas se levantaron y ella no pudo
detener el profundo rubor que manchaba sus mejillas. Se apartó de él, rezando para
que fingiera que no había sucedido.
Necesitaba salir de su oficina, porque cada vez que miraba a la mesa, se
59
imaginaba sentada allí con él entre sus muslos. Asintió y luego fingió estar absorta
con el expediente frente a ella.

Derek se sintió duro al segundo que Jasmine entró en la habitación. No


importaba lo sutil que fuera su olor, podía olerlo, aunque estuviera en una habitación
rodeada de gente perfumada. Él había crecido para anhelar su olor y quería enterrar
su cabeza en su hombro y solo atraer el olor de ella y recorrerla. Quería enterrarse en
muchas otras áreas de su cuerpo también.
Cuando levantó la mirada para ver sus ojos en la misma parte del cuerpo en la
que quería hundirse, le tomó todos sus años de férreo control para no agarrarla y
repetir la actuación de la semana anterior. Realmente se encontró sujetando el
escritorio para evitar caminar hacia ella.
Llamaron a los últimos cuatro empleados y solo mantuvo a uno de ellos. La
última entrevista no iba bien.
—Aprecio sus años de servicio con la ex Freeman Corporation pero las
industrias Titan tienen una visión diferente del futuro y no creo que podamos hacer
un buen ajuste juntos —dijo Derek con calma y profesionalmente.
—Lo siento, bastardo, pero vienes aquí con tu toma corporativa y reemplazas
a la mayoría de la gente sin siquiera parpadear. Obtendrás lo que te mereces —gritó
el hombre. Estaba tan enojado, que salía saliva de su boca. Se puso de pie como si
fuera a golpear a Derek. Derek se levantó a toda su altura y entornó su mirada hacia
el hombre—. Veo que eres agradable y acogedora con el enemigo, Jasmine. Tu padre
estaría tan decepcionado de ti, pero eso no es nada nuevo, siempre ha estado
decepcionado. Solo te permitió mantener el trabajo aquí porque estaba demasiado
avergonzado de tenerte fuera ensuciando su buen nombre. Nunca has hecho nada bien.
Se ha quejado muchas veces de ti y de tu hijo bastardo continuó gritando el hombre.
Al segundo que se volvió hacia Jasmine, Derek perdió la calma. Iba a golpear
al hombre y maldecir las consecuencias. Estaba caminando para hacer eso cuando el
tipo habló su última línea. La cabeza de Derek se sacudió hacia Jasmine con asombro,
al darse cuenta que tenía un hijo. No tenía ni idea. No había nada en sus archivos.
Quería saber la edad del chico y si estaba involucrada con el padre. Estaba mucho más
interesado de lo que debería estar. Se sentía como si le hubieran pateado en el
estómago.
60
Su genio volvió a explotar cuando vio su rostro. Estaba tan blanca como un
fantasma y parecía que iba a desmayarse.
—Mi padre no habría dicho eso —susurró ella, sonando como si fuera a
romperse en cualquier momento.
—Ha dicho eso y mucho más. Apenas puede tolerarte. Eres tan increíblemente
ingenua —escupió y dio un paso hacia ella.
Derek salió de su trance y agarró al hombre por su camisa. Levantó al hombre
de sus pies y luego lo arrojó hacia la puerta, donde el hombre tropezó y cayó al suelo.
—Sal de mi edificio, ahora. Si pones un pie aquí otra vez o en cualquier lugar
cerca de Jasmine, serán presentados cargos —gruñó Derek. Parecía un animal salvaje.
Jasmine miró de él al ex empleado y luego de nuevo. Estaba sorprendida y
asustada, todo al mismo tiempo.
—Seguridad —gritó Derek, haciéndola saltar. A los dos segundos entraron dos
hombres grandes y no tuvieron que decir una palabra. Echaron una ojeada al hombre
y lo arrojaron a sus pies, sacándolo de la oficina.
—Esto no ha terminado —gritaba mientras seguían arrastrándolo.
Derek se acercó a Jasmine y la atrajo hacia sus brazos. Ella se resistió por un
momento y luego enterró la cabeza en su hombro mientras los sollozos empezaban a
atravesar su cuerpo. Lo abrazó y sollozó un rato. Normalmente no podía soportar a
las mujeres histéricas, pero había tanto dolor irradiando de ella, que no podía hacer
otra cosa que consolarla.
El hombre dijo algunas cosas realmente odiosas y Derek estaba seguro que su
padre las había dicho todas. Estaba saboreando lo horrible que era. Derek tenía que
cuidarse, porque quizá parecía que había cambiado de la mujer que era hace diez años,
pero una vez le había echado fuera, sin mirar hacia atrás.
Finalmente estaba bajo control y parecía darse cuenta que estaba envuelta en
sus brazos. Se echó hacia atrás y lo miró con los ojos rojos y las mejillas manchadas
de lágrimas. Estaba a punto de levantar la mano y limpiar las lágrimas, cuando ella
retrocedió.
—Lo siento —dijo ella con hipo. Luego se apartó y se dirigió al baño. No salió
por un tiempo. Le dio tiempo para ir a su computadora. Tenía que hacer algunas
investigaciones sobre ella, para averiguar sobre su vida. Quería saber si se había
casado cuando nació su hijo y si estaba casada. Necesitaba saber qué estaba pasando
en su vida. 61
Sabía que iba a tomar un tiempo, pero encontraría la información que quería.
Jasmine finalmente salió del baño, pareciendo mucho más compuesta.
—Derek, hemos terminado con todas las entrevistas de hoy y puedo fácilmente
volver a casa y trabajar en mi laptop desde allí. No he tenido un día personal en años
y realmente me gustaría tomar uno ahora. Normalmente no te lo pediría, pero te
agradecería que me dejaras salir temprano hoy —preguntó, con los hombros hacia
atrás y la cabeza en alto. Ella esperaba tener que discutir con él.
—Está bien. Solo ten esos nombres listos para mí el lunes por la mañana —
dijo, apenas tomando tiempo para mirarla.
Jasmine agarró sus cosas y salió corriendo por la puerta. Pasó por su oficina y
reunió lo que necesitaba durante el fin de semana y estuvo en su auto en quince
minutos.
Jasmine entró por la puerta de su casa y calmadamente dejó sus pertenencias.
Llamó al número de su padre y esperó a que el correo de voz emitiera un pitido.
—Papá, soy Jasmine y esta será mi última llamada a ti. Andy fue despedido
hoy y me dijo algunas cosas. Si lo dijiste entonces sabrás de lo que estoy hablando y
ni siquiera tienes que molestarte en llamarme, porque no quiero hablarte de nuevo. Si
no dijiste estas cosas viciosas, entonces necesitas llamarme y explicar por qué Andy
diría que lo hiciste. Si no tengo noticias tuyas esta noche, entonces supongo que esa
es mi respuesta —dijo sin emoción y colgó.
Se dejó tener un duro llanto, esperando oír de su padre. Siempre había pensado
que era un héroe y la realidad de sus recientes descubrimientos no era agradable.
Estaba siendo aplastada por el negocio de la toma. Enterarse de que su padre no era
lo que siempre pensó, era insoportable.
El teléfono sonó un par de horas más tarde y era reacia a recogerlo. Cuadró sus
hombros y levantó el mango, tranquilamente diciendo hola.
—Soy tu padre —dijo secamente.
—Papá, ¿qué está pasando? No me has llamado. Desapareciste y ahora estoy
escuchando toda esta información que no puede ser verdad —dijo, tratando de
mantener su tono normal. Su padre odiaba las manifestaciones de emoción.
—He oído que esta cómoda con el nuevo jefe —le escupió, ignorando sus
preguntas.
—Estoy tratando de hacer lo mejor de una mala situación —dijo, sorprendida
por su frialdad.
62
—Bueno, siempre fuiste buena en adaptarte, ¿verdad? —dijo. Continuó antes
de que ella pudiera decir algo—. No me dejes un mensaje diciéndome que no te llame.
Si quiero llamar, lo haré. Te he soportado durante años, pero ya he terminado. Es por
ti que lo he perdido todo. El bastardo de tu novio sintió que me tenía que quitar todo
y ahora estás muy cómoda con él una vez más. Veo dónde están tus lealtades —
replicó.
—No estoy bien con él, papá. Solo necesito el trabajo. Tengo un hijo al que
mantener —le dijo.
—Siempre estás llena de excusas, como cuando eras una niña. Ya he terminado
de mimarte. Si puedes conseguir que ese hombre me ayude, entonces puedes
llamarme. De lo contrario, puedes quedarte fuera de mi vida —gritó. El teléfono se
cortó. Jasmine miró fijamente al receptor que emitía un pitido sin entender lo que
acababa de suceder.
No tenía más lágrimas en ella. Tenía que recuperarse por el bien de su hijo. Fue
al baño y se lavó la cara. Se miró al espejo y juró que nunca se aprovecharía de ella
ni sería abusada de nuevo.
Derek recibió todas las llamadas y se sentó a su escritorio buscando
información. Pronto descubrió que Jasmine nunca había estado casada. Ni siquiera
parecía haber estado en una relación seria. Sin embargo, le llevó un tiempo encontrar
información sobre su hijo, porque pensaba que sería un niño pequeño.
Cuando se dio cuenta de la edad del niño, su mundo pareció dejar de girar.
Estaba haciendo un poco de matemáticas en su cabeza y sin importar la forma en que
lo mirara, la fecha de su nacimiento coincidía con el tiempo que había estado con ella.
Sabía que había sido virgen cuando durmieron juntos y no podía imaginar que había
saltado de su cama a otro hombre dentro de un par de semanas.
Era posible pero muy improbable. No tenía ni idea de cuántas horas había
estado sentado allí tratando de averiguar todo. Si era padre, ¿por qué no se lo diría?
¿Por qué no habría venido detrás de él por manutención? Era un hombre muy rico y
ella podría haber intentado explotar eso.
Había estado trabajando con ella durante una semana y no había dicho una 63
palabra sobre su hijo. La única explicación parecía ser que él no era el padre. Pero no
entendía por qué no trataba de pasar al niño como si fuera suyo. Sabía que el plazo de
tiempo iba a funcionar y ella podría haber pensado que él no exigiría una prueba de
ADN.
Necesitaba obtener algunas respuestas y no había manera en el infierno que
esperara hasta el lunes por la mañana. Decidió que iba a ir su casa en ese momento.
Miró su dirección y se sorprendió por el barrio. No era el distrito más pobre, pero
ciertamente no lo que estaba acostumbrada. Demonios, su padre aún vivía en una
mansión; así lo hizo hasta que se vio obligado a colocarla en el mercado.
Vivía en un vecindario de clase media baja y la casa tenía casi la misma
superficie que su dormitorio. No lo entendía. Miró el reloj y se sintió frustrado al darse
cuenta que era cerca de la medianoche. Había estado sentado en su computadora todo
el día y la noche. Tendría que esperar hasta la mañana antes de ir allí. Iba a ser una
noche larga y sin dormir.
Salió al auto y no pudo evitar conducir en dirección a su casa. Tenía que ver si
realmente estaba en el tipo de vecindario que había buscado. Le tomó unos treinta
minutos llegar a su vecindario y fue exactamente como había imaginado.
Disminuyo la velocidad de su auto, mientras miraba los números de la casa,
hasta que vio el lugar. Era una bonita casa. Nadie podía decir que vivía en los barrios
marginales, pero estaba tan acostumbrado a condominios de lujo y a los edificios de
torres, que casi olvidaba cómo eran los barrios de clase obrera.
El lugar era de un color azul pálido, con adornos blancos. Miró el césped bien
cuidado, que debía ser segado, y las muchas flores plantadas alrededor y la cerca de
madera blanca. Vive en el suburbio, pensó, con una risa casi histérica.
Había soñado con vivir en un lugar así cuando creciera. Él y sus primos iban
caminando por los barrios, escogiendo la casa que poseerían y exactamente qué autos
estarían estacionados en el camino de entrada. Sus sueños se habían alejado mucho
de aquel tiempo.
Ahora vivía en el último piso de un inmenso complejo, sin ningún patio a la
vista. Se sentó en su auto, pensando con nostalgia que sería bueno tener un patio. Su
lugar era demasiado pequeño para sus gustos, pero la idea de un patio era muy
atractiva. Si el chico realmente resultara ser suyo, empezaría a buscar propiedades
para construir una bonita casa. Demonios, incluso si el chico no resultara ser suyo, iba
a empezar a buscar. Era hora de tener un poco de tierra y tal vez unos cuantos caballos
y otros animales vagabundeando alrededor. 64
Siguió luchando consigo mismo. Quería golpear su puerta y exigirle respuestas.
No era un hombre paciente y necesitaba saber si tenía un hijo. Si era verdad que ya
había perdido más de nueve años de la vida del niño, no estaba dispuesto a perder un
minuto más.
Debatió consigo mismo durante unos minutos y luego decidió que no servía de
nada causar una escena en medio de la noche. Se movió para encender el auto, cuando
llamaron a su ventana. Normalmente no era una persona nerviosa, pero su corazón
saltó, cuando se volvió para ver el brillante final de una linterna.
Bajó la ventana para ver quién lo interrumpía en medio de la noche. Casi
esperaba que fuera un ladrón para poder tener una excusa para librar sus frustraciones
en alguien.
—¿Qué estás haciendo estacionado aquí, hijo? —le preguntó una voz severa.
Derek tuvo que reprimir la sonrisa que quería levantarse en sus labios. Solo en este
tipo de área un oficial se acercaría y lo llamaría hijo.
—Lo siento, oficial, me perdí y estaba mirando mi BlackBerry para averiguar
cómo dar la vuelta. —La mentira salió de sus labios.
—Déjame ver tu licencia y registro. Puedes apagar el motor mientras reviso las
cosas —dijo el oficial con desconfianza. Derek tuvo que admitir que parecía
sospechoso, sentado frente a la casa, en el vecindario familiar. Porque todo lo que
sabía el oficial es que era un ladrón o un acosador. Estaba un poco incómodo,
considerando que en realidad estaba acechando a Jasmine en ese momento.
—Aquí tiene —dijo Derek mientras pasaba la información por la ventana. El
oficial volvió a mirarlo y luego volvió a su auto. Derek estaba agradecido de que las
luces no estuvieran destellando. Estaba orando que Jasmine estuviera dormida en su
casa y nunca se enteraría de esto.
Derek seguía enojado con ella, pero no necesitaba una confrontación en medio
de la noche, con un oficial como testigo y todas las luces del porche de los vecinos
destellando.
El oficial había desaparecido unos diez minutos, lo suficiente como para
hacerle retorcerse un poco, como si estuviera en la escuela secundaria y acabara de
robar el auto del alcalde, o algo así. ¿Qué le pasaba? No tenía nada de qué preocuparse;
era un hombre de negocios exitoso y respetado.
—Parece todo en orden. ¿Puedo darte alguna indicación? —preguntó el oficial,
mientras se acercaba silenciosamente a la ventana una vez más y brillaba su luz
65
demasiado brillante dentro del vehículo una vez más.
—No, señor, ya lo tengo resuelto —dijo Derek, deseando seguir su camino.
—Está bien, espero aquí mientras te pones en marcha —dijo, casi como una
amenaza. Definitivamente era hora de que se pusiera en marcha. Estaría de regreso en
la mañana y esperaba que hubiese cambiado de puesto porque estaba seguro que si el
mismo oficial se acercaba, iba a ser mucho más sospechoso.
Derek se alejó y pronto llegó a las carreteras principales. Estaba completamente
despierto y para nada emocionado de entrar en su lugar vacío. Se acostó y esperó que
al menos pudiera conseguir unas cuantas horas de sueño.
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

J asmine se despertó con el sonido de golpes provenientes de alguna parte.


Nunca fue una persona madrugadora pero el insistente golpe la puso de un
humor peor del que normalmente tendría al despertarse.
Salió de la cama y bajó con pereza las escaleras, sin molestarse en
ponerse una bata para cubrir la camiseta vieja y los pantalones cortos. Si la persona
era lo suficientemente ruda como para despertarla temprano un sábado, entonces
quien fuera podía lidiar con su ropa de dormir.
Sabía que su cabello sería aterrador y sus ojos todavía estaban entrecerrados.
Tal vez espantaría al visitante no deseado como para que nunca volviera a llamar 66
temprano de nuevo. Abrió la puerta de golpe.
—¿Qué quieres a estas horas? —espetó antes de alzar la vista.
Jadeó cuando vio a Derek parado en su porche delantero. Él no parecía
contento. No tenía idea qué estaría haciendo en su puerta delantera en cualquier
momento, mucho menos tan temprano un sábado.
—¿Es así como saludas a todos tus invitados? —preguntó, con una sonrisa
burlona.
—Número uno, no eres un invitado y número dos, la mayoría de la gente es lo
bastante inteligente como para no aparecer en mi puerta al amanecer, un fin de semana
—volvió a espetarle, sin importarle si estaba siendo grosera.
Inhaló el aroma de café y sus ojos se agrandaron mientras buscaba el
maravilloso olor. Él estaba sosteniendo dos tazas grandes y ella estaba luchando
consigo misma sobre cerrarle la puerta en la cara o agarrar la taza. Ahora estaba
despierta y deseaba mucho ese café.
Derek tuvo que evitar que la sonrisa llegara a sus rasgos ante la mirada de pura
lujuria en los ojos de ella cuando vio el café que estaba sosteniendo. Había tomado la
decisión de último minuto de pasar y agarrarlo. Incluso después de una semana
solamente de trabajar con ella, ya sabía que no era una persona alegre hasta que no
tomara su primera taza. Había aprendido a esperar para hablar con ella hasta que al
menos se hubiera tomado media taza.
Se la tendió como una ofrenda de paz, olvidando por un momento que estaba
allí para exigir respuestas de ella. Ella tomó ávidamente la taza y le dio un largo sorbo
con un suspiro.
Él sintió el suspiro atravesarlo completamente hasta la punta de los pies.
Maldita sea, ella podía ir de casi aterradora a realmente exótica en una fracción de
segundo. Deseaba esa mirada en su rostro cuando se deslizara profundo en su cuerpo.
Sus pantalones se estaban volviendo apretados, mientras más se desviaban sus
pensamientos.
—Eh, gracias por el café, ahora vete y regresa a una hora decente —dijo y
comenzó a cerrar la puerta en su cara. Estuvo tan sorprendido al ser despedido tan
completamente que casi le permitió cerrar la puerta. En el último segundo, puso el pie
en la puerta, deteniendo el progreso. La miró como si hubiera perdido la cabeza.
—Tengo que hablar contigo —casi gruñó.
—Lo que sea, puede esperar hasta el lunes a la mañana. Me traje el trabajo a 67
casa y tendré todo listo para ti —dijo con exasperación. Ella pensaba que estaba allí
por trabajo. Bueno, razonó consigo mismo, ¿sobre qué más pensaría que él podría
ir?
—Voy a entrar, Jasmine. Tenemos que hablar —dijo en su voz más autoritaria.
Ese tono había hecho a más de una persona retroceder y temblar. Ella simplemente se
encogió de hombros como si no pudiera importarle menos.
—Como sea, Derek, apresúrate entonces, así puedo volver a acostarme. ¿Qué
hora es de todos modos? —preguntó. Entonces se dio la vuelta al reloj y jadeó con
indignación a la vez que se daba la vuelta hacia él—. Son las malditas seis y treinta
de la mañana —gritó, como no pudiera creer que él se atrevería a acercarse tan
temprano—. En mi día libre —continuó.
Ahora ella estaba avanzando sin tregua hacia él, con una mirada tan llena de
furia, que lo tuvo retrocediendo un paso verdaderamente. Cuando se dio cuenta lo que
había hecho, se quedó inmóvil, sin estar dispuesto a ceder terreno.
Ella se acercó a centímetros de su cara y le clavó el dedo en el duro pecho.
—Más vale que esto sea una cuestión de vida o muerte —le gruñó. Él estaba
tan increíblemente excitado que olvidó la razón por la que estaba allí o por qué tenían
que hablar.
Agarró la taza de ella, lo que la hizo jadear nuevamente con furia y entonces
puso ambas en una mesa cercana. Entonces la agarró en sus brazos y la besó con todo
el deseo reprimido que había estado conteniendo durante toda la semana.
Ella le pegó un puñetazo en el pecho como por dos segundos y luego su cuerpo
se relajó derrotado. Simplemente estaba planeando besarla, mostrarle que él estaba a
cargo, pero una vez que sus labios se unieron a los de ella, no pudo detenerse. Sus
manos recorrieron su espalda, para agarrar su atractivo trasero y traerla contra su
cuerpo excitado.
Ella jadeó en su boca, mientras su cuerpo se unía al de él y sentía la excitación
presionarse contra su centro. Le arrojó los brazos al cuello y lo estrechó, mientras le
devoraba la boca con la suya. Su mano siguió estrechándola, alzándola
completamente del suelo y los giró por lo que su espalda estaba presionada contra la
pared. Movió sus caderas contra ella, intentando aliviar la intensa presión en sus
pantalones.
La deseaba y si ella entrara en razón y le dijera que se detuviera, podría morir
allí mismo en aquel sitio. Estaba enredando su lengua con la de ella mientras sus
manos le masajeaban su hermoso trasero. Ella era increíblemente curvilínea en todos
los lugares correctos. Su trasero encajaba perfecto en sus grandes manos. Apretó un 68
poco y ella soltó un gruñido de apreciación.
—¿Dónde está tu habitación? —le preguntó, antes de volver a besar hasta
dejarla sin sentido. Ella alzó un brazo y señaló al final del pasillo, sin siquiera hablar.
Tomó eso como un sí de su parte y comenzó a dirigirse en esa dirección, con ella
envuelta en su cintura.
Alcanzó una puerta abierta y pudo oler su aroma flotando hacia él. Supo que
era su habitación. Con grandes zancadas atravesó la puerta y la acostó en la cama. Se
quitó la ropa y luego se presionó contra ella, uniendo sus labios una vez más, antes de
que cualquiera de ellos pudiera darse cuenta que estaban cometiendo un error.
Rompió el contacto el tiempo suficiente para retirarle la camiseta por la cabeza
y quitarle los pantaloncillos. Los arrojó, sin importarle dónde aterrizaran. Finalmente
estaba estirado contra ella completamente, piel contra piel. Sabía que su cuerpo se
encontraba tan en llamas que probablemente la estuviera quemando. No pudo dejar
de tocarla. Su mano recorrió desde sus hermosos senos, bajando por sus muslos y
volviendo a subir.
Finalmente dejó de besarla, solo para dejar un rastro de besos por la suave
columna de su garganta. Lamió a lo largo de su pulso, sintiendo el propio detenerse,
cuando se dio cuenta lo rápido que latía el de ella. Había sido apasionada cuando eran
jóvenes; era realmente exótica como adulta. Se volvió a familiarizar con todas sus
curvas, apreciando la madurez de su cuerpo.
Llevó su boca a los montes de sus senos y succionó el tenso pezón. Ella arqueó
la espalda mientras él continuaba masajeando el dolorido pezón, con su mano
atrayendo la cabeza de él más cerca de su cuerpo. Mordisqueó el duro capullo y luego
lamió sobre el lugar, dándole al otro seno la misma atención, antes de continuar su
viaje bajando por su cuerpo. Quería explorar cada centímetro de ella que había
extrañado en los últimos diez años.
Alcanzó su estómago y pasó la lengua sobre su piel de satén. Cuando fue más
abajo, hacia su centro, descubrió unas pequeñas cicatrices, lo que se sumaba a su
sensualidad. Ella era la mujer más hermosa a la que le haya hecho el amor. Apenas
podía contenerse de explotar en su cama, mientras continuaba su viaje hacia su núcleo.
Finalmente alcanzó su dulce femineidad y pasó la lengua por su hinchada carne
rosada. Era tan increíblemente hermosa. El sabor de ella hizo que su erección latiera
dolorosamente, con el deseo de hundirse dentro de su apretada abertura.
Pasó su lengua y la besó de la más íntima manera en que un hombre puede
besar a una mujer, hasta que se estuvo retorciendo debajo de él y gimiendo su nombre.
Deslizó sus dedos dentro de ella y descubrió que estaba más que lista. No podía
69
esperar más. Se arrastró rápidamente por su cuerpo y unió sus labios de vuelta con los
de ella.
Ella tomó ávidamente todo lo que pudo de él. Estaba frotando sus manos sobre
sus músculos abultados mientras se retorcía para acercarlos más.
—Por favor, Derek —gritó, cuando él todavía no los había unido.
Le abrió las piernas y luego frotó su engrosado miembro a lo largo de sus
pliegues. El calor de ella lo estaba mareando. Estaba tan mojada y caliente, que no
podía seguir jugando. La agarró por las caderas y se empujó dentro con un rápido
movimiento. Ella gritó, mientras él llenaba con su longitud completamente.
Se detuvo por un momento, así podría tratar de controlarse a sí mismo. No sería
capaz de darle placer si no se ponía bajo control. Ella meneó las caderas con necesidad
y él no pudo soportarlo más. Comenzó a empujar con fuerza, dentro y fuera, mientras
sostenía fuertemente sus caderas con sus manos.
Sus lenguas continuaron imitando su acto de amor, enredándose y
empujándose en la boca del otro, mientras ambos gemían por el intenso placer.
Comenzó a empujar dentro de ella con más fuerza y más rápido, a la vez que sentía el
exquisito placer disparándose a través de todo su cuerpo. La sintió tensándose,
mientras llegaba más alto, hacia su liberación.
Jadeó en voz alta y abrió grande la boca, liberándolo. Echó la cabeza hacia
atrás en la cama y gritó mientras su cuerpo comenzaba a convulsionar alrededor de él.
Lo apretó con fuerza, profundo en su útero y él casi pierde la conciencia cuando sintió
su propia liberación dispararse dentro del cuerpo tenso de ella. Se sintió como un rayo
atravesándolo, mientras su erección continuaba bombeando dentro de su núcleo.
Ella todavía seguía sujetándolo con fuerza en espasmos y drenó cada gramo de
él dentro de ella. Fue el orgasmo más intenso que él había sentido en su vida. Su
energía había sido agotada y cayó contra su dulce cuerpo resbaladizo. Ambos estaban
respirando trabajosamente con profundos jadeos de aire.
Se dio cuenta que debía estar aplastándola y giró sus cuerpos por lo que estuvo
sosteniéndola contra él, lado a lado. Seguían conectados de la manera más íntima en
que un hombre y una mujer podrían estar y no podía encontrar la energía para
separarlos. Ella se meneó, pareciendo intentar acercarse más a él, como si no pudiera
dejarlo ir tampoco.
Yacieron así por varios minutos, hasta que sus respiraciones se ralentizaron y
la intensidad de hacer el amor comenzó a disiparse. Supo el momento en que ella se
70
dio cuenta lo que había hecho de nuevo, porque su cuerpo relajado se puso rígido y
comenzó a apartarlo.
Reacio la dejó ir y se lamentó al sentir la conexión rota, cuando ella se liberaba
de su cuerpo. De alguna manera se sintió vacío y no pudo entenderlo. Nunca antes
había querido permanecer unido a una mujer. Siempre había sido el primero en
arrastrase fuera de la cama y marcharse antes de que ella pudiera querer acurrucarse
luego del sexo.
Se dio cuenta que Jasmine de verdad fue la única mujer que había amado, en
vez de solo ser sexo. Nunca había entendido la diferencia hasta ese momento.
Jasmine lo estaba mirando fijamente con los ojos bien abiertos, y llenos de
sorpresa. Agarró rápidamente la sábana y se cubrió a sí misma y él se decepcionó más.
Disfrutaba de mirar su cuerpo curvilíneo y quería seguir explorándola.
—Yo… yo… no sé por qué eso sigue sucediendo —le dijo tartamudeando, en
tanto sus mejillas se llenaban de color.
—Porque tenemos una química innegable —dijo, con su usual sonrisa
engreída. Se estaba sintiendo muy bien en ese momento. No había planeado comenzar
su día extasiándola, pero podía pensar en cosas mucho peores que pudo haber hecho.
—No duermo con desconocidos —soltó.
—No somos desconocidos, Jasmine, así que no intentes esa mierda conmigo.
Eras virgen la primera vez que te tomé y por la sensación de tu cuerpo, no has tomado
a muchos amantes —dijo, con demasiada confianza. Él estaba recostado con toda su
gloria desnuda y los ojos de ellas se desviaban a su parte del cuerpo todavía medio
excitada. Regresó rápidamente su mirada a su cara y entonces sus ojos se
entrecerraron a medida que la sonrisa de él se volvía una de cara completa.
Ella alargó la mano y lo abofeteó una vez más antes de que tuviera tiempo de
reaccionar. Su sonrisa se borró de inmediato y se abalanzó sobre ella antes de que
pudiera alejarse. La sábana se deslizó y su cuerpo quedó apenas cubierto mientras él
la sostenía con su propio cuerpo, el que vez se estaba excitando completamente.
—Te permití abofetearme una vez, no volverá a suceder —gruñó, antes de
trabar sus labios sobre los de ella. Ella mantuvo los suyos apretados y lo fulminó con
la mirada. Él sonrió y luego lamió el labio inferior hinchado antes de llevarlo a su
boca y mordisquearlo levemente. Ella jadeó a medida que el fuego comenzaba a
construirse en su estómago otra vez.
No podía entender como él daba vuelta a todos sus pensamientos racionales
convirtiéndolos en gelatina con apenas un toque. Ya estaba perdiendo la batalla de
71
distanciarse de él. Él pasó la lengua sobre la de ella una vez más, mientras le sostenía
las manos en alto sobre su cabeza. Lentamente se abrió para él y cuando metió la
lengua de nuevo en su boca se meneó de placer. Fue haciéndole el amor lentamente
solamente con la lengua y fue completamente erótico.
Su estómago se estaba apretando, a medida que su deseo despertaba
plenamente de nuevo. Él le sostuvo las manos juntas con las suyas y le quitó la sábana
del cuerpo mientras pasaba la otra mano por todas sus curvas. Pronto ella estuvo
rogándole que le hiciera el amor de nuevo.
—Di que me deseas —gruñó, con su impresionante masculinidad presionada
contra su apertura. Su cuerpo estaba en llamas y lo quería muy dentro de ella, pero no
quería pronunciar esas palabras de rendición. Sacudió la cabeza negándose.
Él la siguió acariciando con su lengua y luego introdujo sus dedos dentro de su
calor húmedo.
—Dilo —le susurró en el oído, enviando un estremecimiento de placer por su
espalda. No podía luchar más contra él. Lo deseaba más de lo que quería el aire.
—Te deseo. Por favor —le rogó finalmente. Él quitó sus dedos y lentamente
se empujó dentro de ella. Donde fueron frenéticos y salvajes momento antes, él ahora
fue gentil y amoroso, empujándose lentamente dentro y fuera.
Su cuerpo estaba estremeciéndose de necesidad, mientras él movía su
impresionante longitud dentro y fuera de su cuerpo, mientras continuaba besando sus
labios, cuello y senos. Ella deseaba más, necesitaba más. Estaba al borde de un risco
y solo él podía empujarla sobre el borde.
Ella le agarró las caderas y comenzó a empujarse hacia arriba contra él,
gruñendo cuando la anchura completa de él se acomodó contra ella.
—Por favor, Derek, más rápido, necesito… —Jadeó. Sus ojos se dilataron ante
sus palabras jadeantes y les dio a ambos el placer que necesitaban y aceleró la
velocidad hasta que una vez más estuvieron gritando de éxtasis. Les dio vuelta cuando
acabaron y la sostuvo entre sus brazos sin estar dispuesto a dejarla ir.
Ella pareció saber que había perdido la batalla y se acurrucó en sus brazos. Él
estaba tan agotado; que ni siquiera podía abrir los ojos. Subió las mantas sobre ellos
y se quedó dormido sintiéndose mejor que nunca en su vida. Lidiaría con el mundo
real pronto, fue su último pensamiento a medida que se dejaba llevar en un profundo
sueño.
72
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

—M
amá, estoy en casa —gritó la voz de Jacob, despertando
a Jasmine de su sueño. Escuchó sus pasos corriendo y
luego lo vio asomarse en la puerta—. Sí, aquí está,
señora Winters, gracias por el aventón —dijo Jacob y luego escuchó la puerta del
frente cerrarse.
—Hola, Jacob —le dijo a su hijo todavía medio dormida y luego miró al reloj.
La sorprendió ver que eran más de las once. Sintió un movimiento a su lado e
instantáneamente se puso alerta. Por un momento, había pensado que todo había sido
un sueño. Los ojos de su hijo se agrandaron cuando vio a Derek. 73
—¿Quién eres? —preguntó Jacob. Jasmine debió verse completamente
aterrada. Su hijo ni una sola vez la había visto con un hombre en la cama. No había
estado con otro hombre desde Derek. Lo miró y descubrió que su completa atención
estaba en su hijo. Ella pudo ni siquiera haber existido.
Quiso saltar de la cama y esconder a Jacob de los ojos conocedores de Derek,
pero era demasiado tarde. No sabía cómo podría salir de esto. No podía creer que le
había hecho el amor, no solamente una vez sino dos, y luego se quedó dormida en sus
brazos, cuando su hijo regresaría. Era simplemente una estúpida. Su mente estaba
peleando por descubrir cómo explicarle a su hijo de nueve años.
Derek continuó mirando al chico, lo que era como mirar a una foto de sí mismo
de chico. No tuvo ninguna duda de que el chico era suyo.
Tenía todo tipo de emociones, compitiendo a la vez, dentro de él. Sobre todo,
había alegría por tener un hijo, había un extremo enojo hacia Jasmine por haberle
ocultado a su hijo. Estaba confundido, porque acababa de tener el mejor sexo de su
vida y sin embargo quería estrangular a la madre de su hijo. No sabía cuál emoción
abrazar primero. Se dio cuenta que su hijo le había preguntado quién era y también se
dio cuenta que Jasmine estaba sentada allí como un ciervo atrapado en las luces
aproximándose de un auto.
—Soy tu padre —dijo. Escuchó la inhalación de Jasmine y ni siquiera se
molestó en mirarla. Tenía mucho miedo de ceder a su impulso de estrangularla. Sabía
que no lo haría realmente, pero estaba bastante furioso con ella en este momento.
—¿En verdad? —preguntó Jacob escéptico. Su rostro se contorsionó en tal
reflejo de sí mismo que quiso gritar de alegría. Estaba conociendo a su hijo. Quiso
saltar de la cama y atraerlo a sus brazos, pero estaba completamente desnudo debajo
de la protección de la ropa de cama. Supo que la única razón por la que Jasmine seguía
en la cama era la misma que él.
—De verdad lo soy —dijo Derek, teniendo que luchar con las emociones
intentando romperlo.
—Si eres mi padre, entonces ¿qué le decías a mamá cada noche antes de tener
que irte? —le preguntó el chico y Derek supo que estaba siendo probado. No había
pensado en esas palabras en todos esos años y, sin embargo, nunca las olvidaría.
Inhaló hondo y murmuró las palabras que no había dicho desde la noche antes
de tener que encontrarse con Jasmine y huir.
—Dulces sueños, princesa, te rescataré de tu torre a la luz de la mañana —dijo,
con un ligero picor en su garganta. 74
Oyó a Jasmine volver a jadear y entonces sintió a su cuerpo sacudirse
ligeramente. Le echó un vistazo y vio las lágrimas cayendo de sus ojos. Entonces
gruñó cuando Jacob saltó sobre la cama y le arrojó los brazos. Se sintió pasmado
mientras sostenía a su hijo en sus brazos por primera vez. Estaba asombrado y
maravillado por el hombrecito. Lo rodeó con fuerza y sostuvo su pequeño cuerpo
contra el de él.
—Eres mi papá —dijo el chico con asombro. Alzó las manos para tocar el
rostro de Derek, como si estuviera intentando descubrir con certeza si era real—.
Mamá dijo que te fuiste por negocios, pero me dijo que un día regresarías y lo hiciste,
de verdad volviste —dijo Jacob, mientras una lágrima se deslizaba por su ojo. Derek
sintió como si su corazón hubiera estallado en su pecho. Jasmine ahora estaba
sollozando junto a ellos en la cama.
Ella observaba mientras padre e hijo se abrazaban y su mundo se sentía como
si se estuviera desmoronando. Se había equivocado tanto al no decirle a Derek sobre
Jacob en el instante que lo vio. Pudo ver el amor prácticamente fluyendo de él.
Le había contado a su hijo todo sobre Derek y cómo había parecido su príncipe
de brillante armadura. Nunca le había contado de su sufrimiento, cómo había esperado
por él en vano en esa pequeña iglesia destartalada. Había querido que su hijo pensara
que movería cielo y tierra para estar con él.
Jacob hablaba a un millón de kilómetros por minuto, mientras le hacía un
montón de preguntas y Derek pacientemente le respondía cada una. Seguían aferrados
el uno al otro y Jasmine se sintió como una intrusa. Se habría puesto de pie, dado
tiempo a solas, pero estaba atrapada debajo de las mantas. Se movió a un lado, pero
su cama no era tan grande y Derek era un tipo grande. Sin importar cuánto se moviera,
todavía seguían tocándose.
—¿Vas a venir a mi combate de lucha libre? —preguntó Jacob, con esperanza
brillando en sus ojos—. Si no quieres, podemos saltarlo —dijo, aunque amaba luchar
y nunca se había perdido un encuentro. Le rompió el corazón cuánto su hombrecito
quería complacer a su padre.
—Nada me haría más feliz que verte luchar —dijo Derek y lo decía en serio.
Se había perdido nueves años ya y no perdería ni un minuto más.
—Es realmente divertido. Pregúntale a mamá. Nunca se pierdes mis juegos.
Siempre grita muy fuerte pero el entrenador dice que está bien porque ella está en
verdad orgullosa de mí —dijo, como si no pudiera entender a las mujeres—. Sin
embargo, me gusta un poco —le susurró a Derek, creyendo que ella no sería capaz de
75
escucharlo. Ella tuvo que contener una sonrisa.
—¿Puedes ir a la cocina por un minuto así tu mamá y yo podemos prepararnos?
—le preguntó Derek. Jasmine estuvo aliviada. Tenía que salir de la cama.
—¿Prometes que no te irás? —le preguntó Jacob, pareciendo al borde de las
lágrimas.
Derek lo volvió a estrechar con fuerza.
—Te prometo que nunca me volveré a ir —dijo y luego fulminó a Jasmine
sobre el hombro de Jacob. Un estremecimiento le recorrió la espalda al ver esa mirada.
No estaba contento con ella. Puso rígida la espalda y le devolvió la mirada fulminante.
Ella no fue quien lo abandonó. ¡Cómo se atrevía a mirarla de esa manera!
—Bien, estaré allí fuera —dijo Jacob, casi como una amenaza, en caso de que
Derek decidiera desaparecer.
Dejó lentamente el cuarto, cerrando la puerta detrás de él. Tan pronto como se
fue, Jasmine agarró la sábana y se bajó de la cama. Corrió dentro del baño y cerró con
llave la puerta. Necesitaba unos minutos para recomponerse antes de tener que
enfrentarlo. Se apoyó contra el lavabo y respiró hondo varias veces. Unos segundos
después, Derek estaba afuera de la puerta.
—O puedes abrir la puerta o la echaré abajo, tú eliges —dijo, con una mortal
voz calma. Ella decidió no ponerlo a prueba.
Él estaba parado allí sin nada más que sus pantalones y el hombre se veía
demasiado sexy después de simplemente bajarse de la cama. No le dijo nada por varios
segundos, sin saber cómo comenzar esta conversación. Decidió ir a la ofensiva.
—No tenías que soltarlo así. ¿Qué si no eres el padre? —dijo y dio un paso
hacia atrás ante la furia de sus ojos.
—Ni siquiera intentes jugar conmigo, Jasmine. Es más que obvio que es mío y
ya me has arrebatado nueve años de su vida. No me quitarás nada más, ¿lo he dejado
claro? —le gruñó, mientras la hacía retroceder a la esquina.
Ella pasó de ofensiva a defensiva en cuestión de segundos.
—No dije que no fuera tuyo, solo decía que debiste preguntarme primero, en
vez de soltarlo así —dijo, un poco temblorosa.
—¿Para poder salir con más mentiras? No lo creo, Jasmine. Cálmate. Voy a
pasar el día con mi hijo y no quiero que sepa que quiero lastimar a su madre —le
espetó, antes de darse la vuelta para marcharse.
76
Derek salió de la habitación y tuvo que contener las lágrimas que escocían por
salir, cuando vio a su hijo sentado junto a la puerta principal. Su hijo tenía tanto miedo
que se fuera de nuevo, que estaba vigilando la puerta. Le probaría al chico que nunca
se iría. No pasarían una sola noche más separados. Pensaría qué iba a hacer con
Jasmine después.
Llevó a Jacob a la cocina y le preparó el desayuno. Padre e hijo se sentaron,
comiendo su primera comida juntos y llegando a conocerse el uno al otro.

Jasmine se deslizó por la pared luego que Derek saliera hecho una furia. Se
sentó allí, sollozando en sus manos y sintiendo pena de sí misma. ¿Cómo era que la
vida había cambiado tanto en solo una semana? Finalmente se puso de pie y entró a
la ducha. Se paró allí hasta que el agua se volvió fría y entonces reacia salió,
temblando. Tenía piel de gallina por todo el cuerpo.
Se puso un chándal y una sudadera, se recogió el cabello en un moño y no se
molestó en ponerse maquillaje. Tenía poca energía incluso para que le importara su
aspecto, aunque iba a salir en público. Simplemente estaba muy asustadas sobre lo
que sucedería luego.
Entró en la cocina ante el sonido de la risa de su hijo. Le sonrió y luego lo besó
en la cabeza.
—Oh, mamá —gruñó y luego puso sus ojos en blanco en dirección a Derek.
Jasmine contuvo el aliento, porque si Derek decía que su madre besándolo era
asqueroso, su hijo nunca más la dejaría hacerlo. Él ya estaba adorando al hombre.
Derek la sorprendió, agarrándola por la cintura, lo que la puso fuera de
equilibrio, por lo que cayó en su regazo. La besó de lleno en los labios y luego la soltó
con la misma rapidez. Se estaba sintiendo mareada a la vez que se ponía de pie. Incluso
enojada con el hombre, la había sentir cosas que nadie más la había hecho sentir jamás.
—Jacob, nunca nos quejamos cuando una hermosa mujer quiere besarnos —le
dijo a su hijo y luego meneó sus cejas hacia él. Jacob se rio y el corazón de Jasmine
se expandió. Derek había dicho lo correcto.
—Qué asco, papá —dijo Jacob con más risitas y luego volvió a comer su
desayuno. Alzaba los ojos cada poco segundo para mirar fijamente a Derek, como
para asegurarse de que no iba a desaparecer. 77
—Tengo que hacerles el almuerzo a los chicos —murmuró Jasmine y se puso
a trabajar en preparar una enorme cazuela de sopa casera y pan recién horneado. Los
aromas provenientes de la cocina estaban haciendo que el estómago de Derek gruñera.
Lo que sea que estuviera preparando olía delicioso.
—El entrenador dice que mamá hace los mejores almuerzos del mundo y es
por eso que siempre quieren que ella haga la comida para nuestros torneos —dijo
Jacob con orgullo.
—Si sabe tan bien como huele, puedo entender por qué el entrenador dice eso
—concordó Derek. Jasmine sintió algo de orgullo recorrerla. Disfrutaba cocinando
para su hijo, diablos, disfrutaba cocinar para cualquiera que lo apreciara.

—Apresúrate, mamá, o vamos a llegar tarde —le gritó una hora después. Ella
estaba poniendo la sopa en el bolso aislante. Había varias cosas que debía llevar hacia
el auto y se estaba poniendo nerviosa, ya que se había quedado dormida y oficialmente
iban a llegar tarde.
—Deja que agarre eso por ti —dijo Derek, haciéndola saltar. No estaba
acostumbrada a tener a alguien allí para ayudarla.
—Gracias —murmuró, renunciando a algunos de sus bolsos.
—Podemos llevar mi auto —ordenó Derek.
—Sí —dijo Jacob y luego jadeó cuando vio el brillante auto negro estacionado
en la acera—. ¿Es tu auto? —preguntó con sorpresa.
—Sí —dijo con suficiencia. Jasmine puso los ojos en blanco ante el embeleso
que estaban compartiendo los dos mientras admiraban el demasiado costoso Porsche.
—Mis amigos vas a pensar que soy genial —dijo Jacob, mientras saltaba en el
lugar ante solo la idea de subirse al auto de lujo.
—¿Quieres que baje el techo? —preguntó Derek.
—Sí —gritó Jacob y luego puso a reírse cuando Derek presionó un botón y el
techo comenzó a retirarse hacia atrás poco a poco. Jasmine no estaba tan emocionada
de subirse al pequeño vehículo. Prefería por mucho su robusta furgoneta.
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Jacob subió al asiento trasero y se abrochó el cinturón. Era bueno que todavía
fuese pequeño porque apenas cabía allí atrás.
De ninguna manera un adulto podría apretujarse en la parte trasera. Ella se
subió reacia en el asiento del pasajero y cuando Derek se sentó en el asiento del
conductor, estuvo agradecida de que el techo hubiese sido bajado. El pequeño auto la
estaba haciendo sentir claustrofóbica y Derek estaba demasiado cerca para sus ya
enervados nervios para manejarle.
Derek puso el auto en marcha y recorrió la calle, adquiriendo velocidad
rápidamente.
—No estamos tan apurados. —Jadeó ella con temor, mientras se sujetaba
fuertemente del tablero.
—Oh, mamá —gruñó Jacob—. Ve más rápido —alentó a Derek. Éste le dio
una enorme sonrisa en el espejo retrovisor y salió a la autopista acelerando. Pasaron
rápidamente a los autos como si éstos estuviesen quietos. Jacob estaba riendo a
carcajadas, en tanto su cabello negro flotaba en el viento y ellos volaban por la
autopista.
Jasmine nunca se lo admitiría a ninguno de los chicos, pero la estaba
empezando a emocionar el viaje en el auto, luego de que su temor inicial se
desvaneciera. Él era un conductor experimentado y recorría los carriles del tráfico con
suavidad, haciéndolo parecer como si estuviesen volando.
Alcanzaron su salida y tuvieron que reducir la velocidad.
—Tenemos que hacer esto de nuevo —gritó Jacob desde el asiento trasero.
Jasmine estuvo de acuerdo en silencio.
—Haremos un recorrido largo luego del encuentro de lucha e iremos a cenar
—le prometió Derek. Jasmine no apreció cómo asumía que ellos no tenían planes.
Ella habría dicho algo, pero no quería pelear frente a su hijo.
Se detuvieron en la escuela y Jacob se aferró a la mano de Derek.
—Vamos, papá, quiero que conozcas al entrenador —dijo emocionado.
—Déjame ayudar a tu mamá a llevar la comida dentro y entonces puedo
conocerlo —le respondió con una paciencia infinita. La impresionó lo bien que se
estaba comportando con su hiperactivo hijo de nueve años. Muchos padres no podían
manejar a sus hijos, luego de años para acostumbrarse y él pareció caer directamente
en el rol de padre. Vería cómo actuaba en una semana o incluso en un mes. Esa sería
79
la verdadera prueba.
Entraron al gimnasio, como un millón de otras familias. Jacob tenía su pequeña
mano aferrada a la de Derek y ella caminaba al otro lado de él. Para el resto del mundo
parecerían la perfecta familia suburbana. Sin embargo, ella conocía la verdad. Sabía
que la confrontación se estaba acercando e iba a intentar prepararse para ello.
Derek apenas tuvo tiempo de poner la comida en la mesa, antes de que Jacob
se lo llevara a rastras. Estaba tan orgulloso de enseñarle su padre al entrenador y a
todos sus amigos. Observó mientras él orgulloso cruzaba el espacio y corría hacia
Chuck.
Chuck los vio con sorpresa y entonces ella observó cuando su ceño se arrugó,
antes de conseguir rápidamente plasmar una sonrisa en su cara y estrechar la mano de
Derek. Supo que él debía estarse preguntando qué estaba sucediendo entre ellos, como
es que nunca antes había mencionado al padre de Jacob.
Jacob debe haberle insistido a Derek que se sentara con él en la zona de
jugadores, sin estar dispuesto a que su padre dejara su lado, porque ella lo vio, al
magnate de los negocios, arrodillarse y sentarse en las esteras. Se le habrían metido
moscas en la boca si ellos dos hubiesen estado cerca de tanto que la tenía abierta. La
cerró rápidamente y preparó la comida para los chicos.
—¿Quién es el hombre sexy junto a tu hijo? —dijo una de las muchas madres
solteras, cuando se acercó—. Por favor, dime que es tu hermano perdido y soltero —
continuó la mujer. Jasmine se sintió al instante celosa, mientras miraba a la bella
mujer, que a diferencia de ella, estaba vestida con un traje ceñido, con el cabello y el
maquillaje a la perfección.
No sabía cómo describir a Derek. No eran una pareja y no lo habían sido por
diez años. Era el padre de su hijo y le había hecho el amor tan ardientemente que
estaba sorprendida que las sábanas no se hayan prendido fuego, pero ella no tenía
ningún derecho sobre él.
—Es el padre de Jacob —dijo simplemente. No sabía qué más agregarle a eso.
—Mmmm, no has mencionado al padre de Jacob antes. ¿Vive fuera de la
ciudad? —preguntó la mujer, con demasiado interés.
—Perdimos el contacto por algunos años, pero no creo que vaya a querer estar
lejos de Jacob más tiempo —dijo.
—Ya veo —dijo la mujer para luego caminar hacia su hijo, quien justamente
estaba cerca de Derek. Jasmine observó cuando la mujer tuvo el valor de fingir
tropezarse y caer hacia Derek. No pudo creer que él se creyera eso, cuando éste alargó 80
los brazos para atraparla. Encima de eso, ella se sentó inapropiadamente cerca de él.
Jasmine pudo sentir su enojo incrementándose a la vez que los dos se sentaban
y charlaban como grandes viejos amigos. Se preguntó qué demonios encontraban tan
divertido, cuando rieron juntos. Se dijo que no era de su incumbencia si él coqueteaba
con alguna mamá de fútbol facilona. Diablos, podía casarse con ella y tener una gran
familia feliz por lo que le importaba, siempre y cuando el hombre la dejara a ella y a
Jacob en paz.
Supo que sonaba como una ex esposa celosa, incluso en su propia cabeza, pero
él ni siquiera estaba intentando ocultar su flirteo con otra mujer cuando ella estaba
parada en el mismo cuarto. Era peor, si consideraba que hace unas pocas horas él
había extasiado su cuerpo. El hombre era un canalla y ella se encontraba mejor sin él.
—Así que, ese es el padre de Jacob, ¿eh? —le dijo Chuck cuando se acercó a
la mesa. Jasmine estaba herida, enojada y necesitaba sentirse bien consigo misma, por
lo que se descargó un poco con el pobre Chuck.
—Sí, había estado ausente por un largo tiempo y quiere volver a conectar con
su hijo —dijo. No quería que todo el mundo supiera de sus asuntos y que Derek
acababa de descubrir que era padre ese día.
—Jacob parece bastante contento con ello —dijo, mientras ambos miraban
hacia Jacob. Derek la estaba mirando directamente y ya no parecía estarse riendo. Tal
vez le molestó un poco tener que estar sentado y verla coquetear, pensó un poco
maliciosamente.
—Sí, Jacob está en verdad emocionado con ello —dijo y entonces se encontró
riendo y, a la vez que le tocaba el brazo. ¿Qué estaba pasando con ella? Ahora estaba
actuando como esa madre zorra, la que tenía sus manos encima de Derek. Tenía que
calmarse.
Los ojos de Chuck se agrandaron ante su tacto y se movió un poco más cerca
de ella. Era un hombre realmente bien parecido. Tenía más o menos la misma altura
y peso que Derek, aunque no tan musculoso. Sabía que muchas madres tenían un
encaprichamiento por él y le coqueteaban, con la esperanza de tener una cita, pero él
por un tiempo pareció tener una fijación por ella. Ella simplemente no había estado
interesada.
—¿Qué harás más tarde? —preguntó y ella pudo verle los engranajes girándole
en la cabeza. La estaba invitando a salir de nuevo, alentado por el coqueteo de ella.
Maldita sea, no había pensado en ello. Antes de poder responderle, sin saber qué iba
a decir, Derek apareció e interrumpió la conversación. 81
—Lo siento, Chuck, vamos a ir a la ciudad esta noche —dijo Derek, a la vez
que la rodeaba con un brazo, dejando que Chuck y cualquier otro hombre en la
habitación supiese que ella no estaba disponible. No entendió lo que él estaba
haciendo, ya que no eran una pareja y hacía apenas dos segundos, prácticamente había
estado babeando en el regazo de otra mujer.
—Oh, estaba pensando en tener una fiesta con pizza para los chicos y así
celebrar el final de su temporada —dijo, recuperándose rápidamente. Ella estuvo
impresionada; debió tener planeado un respaldo en caso de que ella lo rechazara de
nuevo. Se sintió realmente mal. No debió haber dejado que su temperamento se le
descontrolara y usado a él para aplacar sus propios sentimientos.
—Deberíamos pensar hacerlo la siguiente semana, puedo ordenar trofeos para
los chicos, si me das una lista de sus nombres —dijo Derek suavemente.
—Eso sería muy generoso de tu parte —dijo Chuck con sinceridad, quizás un
poco celoso.
—Sería un placer. Me he perdido mucho de la vida de mi hijo y planeo
compensarlo por eso ahora al no pasar otro minuto sin él —dijo Derek, dejando claro
que no se iba a ir a ninguna parte.
—Eso es estupendo, bueno, mejor regreso y dirijo a los chicos —dijo, mientras
se iba apresurado. Supo que Jasmine se encontraba fuera de los límites y estaba
haciendo una rápida escapada. Quiso decirle algo a Derek sobre su comportamiento
arrogante pero no les daría a los entrometidos padres la satisfacción de una pelea en
público.
Derek se agachó y la besó íntimamente, antes de dejarla ir. Estaba marcando
su territorio para que todo el mundo viera. Supo que era alguna cosa de Tarzán, pero
aun así se estaba sintiendo levemente ligera sobre sus pies mientras él regresaba con
Jacob. Finalmente se dio cuenta que lo estaba mirando fijamente y se dio la vuelta,
solo para notar casi cada par de ojos en el edificio puesto en ella. Sintió a sus mejillas
calentarse mientras el sonrojo se apoderaba de sus rasgos.
Tenía que dejar de olvidarse que había un mundo de personas alrededor de ella
cada vez que ese hombre la tocaba. Se ocupó de la comida, solo deteniéndose cuando
fue el turno de luchar de Jacob. Ya no era la fanática más ruidosa en la audiencia,
pensó, cuando escuchó a Derek alentando a Jacob a través de su duelo.
Luego de que Jacob ganase, corrió hacia su padre, quien lo alzó, haciéndolo
girar en un enorme abrazo. Su corazón se conmovió cuando corrió hacia ella a
continuación y dejó que lo besara en la mejilla y lo felicitase. Lo amaba tan 82
profundamente que no había nada que no haría para hacer su vida mejor, incluso si
significaba tolerar a su insufrible ex.
El encuentro terminó y todos los chicos corrieron a la mesa para devorarse la
comida. Estuvo complacida con todos los oohs y aahs mientras los chicos tragaban la
comida como si se tratase de la última. No tomó mucho tiempo que cada trozo fuese
consumido.
Ella siempre se quedaba para ayudar con la limpieza y eso les tomó como una
hora antes de que fueran capaces de irse. La mayor parte de los padres ya se habían
ido a sus casas, pero notó que la madre señora Ligona seguía por ahí, junto con otras
de las madres solteras.
Todos salieron juntos a la puerta, algunas de las mujeres siendo demasiadas
coquetas, en su opinión con un hombre que estaba clamando que estaba tomado. Pensó
que ellas supusieron que, si no tenía un anillo en el dedo, todavía era juego limpio.
Cielos, pensó, a algunas de ellas no les importaría si ella tuviese un anillo puesto.
Estaba viendo un lado complemente nuevo para los padres solteros.
A medida que se aproximaron al auto, las madres miraron con ojos más
anonadados y ella casi pudo ver los signos de dinero haciendo clic en sus cabezas.
Buitres, pensó, de verdad irritada. Chuck divisó el auto y bajó la cabeza un poco,
pensando que estaba fuera de su liga y se marchó caminando más rápido de lo normal.
—Nos vemos luego —dijo Jasmine, a la vez que subía en el vehículo. Solo
quería poner distancia de las mujeres, que una vez había pensado eran sus amigas.
Supuso que la amistad tenía un límite y ése era el impresionante Derek Titan.
—Gracias por toda la ayuda, señoras. Supongo que tengo que estudiar sobre
lucha para conocer mejor lo que hace mi hijo —dijo Derek con un guiño. Jasmine le
echó un vistazo con una expresión sorprendida atravesando sus rasgos. Él estaba
alentando a las mujeres hambrientas de dinero. Ni siquiera pudo averiguar quién era
él. Le hizo un guiño a ella y los sacó del estacionamiento con el sonido de las señoras
riéndose y gritando sus despedidas. ¡Qué alivio!, pensó.

Jasmine estuvo extremadamente irritada con Derek por varias horas luego de
que se dirigieran de nuevo hacia su casa y estacionaran en la entrada. El Porsche
83
parecía fuera de lugar junto a su usada furgoneta. Era otro ejemplo que le enseñaba lo
diferentes que habían resultado sus vidas.
Ella era quien había nacido como la niña más rica de la ciudad, mientras que él
había sido el pobre y que trabajaba por cada dólar que ganaba. Ahora las tornas se
habían dado vuelta y no solo era billonario, sino que ella apenas estaba subsistiendo.
A ella no le importa tanto, pero con el nuevo estatus de él, también venía esa
arrogancia y distancia que no le agradaba.
Bajaron lentamente del auto y caminaron hacia la casa. Jacob apenas podía
mantener los ojos abiertos, pero estaba luchando contra la extenuación. Sabía que su
hijo tenía miedo de irse a dormir para luego despertar y descubrir que su padre había
desaparecido.
Alejar al hombre de su hijo en este momento sería cruel, sobre todo desde que
él había saboreado lo que era ser padre. Deseó poder regresar el tiempo a esa mañana
y haber sido capaz de resistirse a su encanto el tiempo suficiente para sacarlo de su
casa y poder pensar. No quería que su hijo resultase lastimado.
—Es hora de ir a la cama, bebé, puedes ducharte a la mañana —le dijo a su
hijo, mientras lo llevaba a su cuarto.
—Pero no estoy cansado, mamá —dijo, antes de que un enorme bostezo se
apoderara de sus rasgos.
—Diría que ese bostezo dice que estás muy cansado —le dijo dulcemente,
todavía llevándolo a su habitación.
—¿Seguirás estando aquí a la mañana? —le preguntó Jacob a Derek, con
grandes ojos tristes.
—Te prometo que cuando despiertes a la mañana estaré aquí mismo —dijo
Derek, a la vez que se agachaba y alzaba a Jacob en sus brazos como si no pasase
nada. A Jasmine le costaba alzarlo en estos tiempos. Se había vuelto tan grande. La
sobrepasaría en unos pocos años. No supo a dónde se iba el tiempo.
—¿Me leerás mi historia esta noche? —le preguntó Jacob y a Jasmine le dieron
un poco de celos. La hora de la historia había sido de ellos solamente y no quería
compartirlo.
—Me encantaría —contestó Derek.
—Tú también ven, mamá —dijo Jacob, con otro bostezo somnoliento.
—Claro, cariño —respondió cariñosamente. 84
Los tres fueron al cuarto de Jacob. Estaba lleno con sus juguetes favoritos y
afiches de Spiderman por todas las paredes. Se había obsesionado con Spiderman
desde hace más o menos un año y tenía cada afiche y figura de acción que ella había
sido capaz de encontrar.
—Me gusta tu cuarto —le dijo Derek.
—Gracias, papá. Mamá y yo buscamos cosas nuevas todo el tiempo —dijo con
orgullo.
—Eso suena divertido —dijo Derek—. ¿Qué historia quieres escuchar? —
preguntó, mientras le echaba un vistazo a la estantería, que estaba repleta con cada
libro imaginable.
—Puedes escoger. Me gustan todos —dijo, mientras Jasmine lo ayudaba a
encontrar sus pijamas. Rápidamente se cambió y se arrastró en la cama, sentándose
contra el cabecero. Jasmine se apoyó a su lado mientras Derek escogía un libro.
Encontró un libro de superhéroes y leyó la historia, insertando voces de
villanos. Cuando trató de imitar a una damisela en apuros, tanto Jacob como Jasmine
comenzaron a carcajearse por su muy pobre imitación de una mujer.
—Oye, pensé que salió bastante bien —dijo, con una sonrisa. Acabó la historia
y Jasmine metió las mantas debajo de la barbilla de su hijo.
—Buenas noches, amor, te veré en la mañana —dijo y se dio la vuelta para
dejar a padre e hijo solos por un momento.
—Eso no es lo que dices, mamá —le dijo y esperó expectante. Ella miró a
Derek avergonzada y después a su hijo, que estaba esperando.
—Buenas noches, mi joven príncipe, que el nuevo día te traiga aventuras,
tesoros y mucho más —le susurró y abandonó la habitación rápidamente. Le había
dicho las mismas palabras desde que era un bebé. Fue una de sus maneras de darle un
trozo del lado romántico de su padre. Estaba cerca de las lágrimas, ya que Derek
estaba allí pero ya no era su príncipe azul.
Él la siguió a la sala de estar unos pocos minutos después y se quedaron
mirando fijamente entre sí. Supo que era el momento de la confrontación. Solo que
no estaba preparada para ello.

85
Traducido por Myr62

Corregido por Nanis

—¿P or qué lo alejarías de mí? —preguntó Derek, con los ojos


llenos de furia. Lo peor que eso era el dolor que ella veía bajo
esa ira. Le había hecho daño sin querer. ¿Qué esperaba de
ella? Se había alejado de ella, cuando estaba dispuesta a darle toda su vida.
—Al principio no lo mantuve lejos de ti a propósito. No tenía ni idea de dónde
estabas y cuando ya sabía cómo encontrarte, era demasiado tarde. Ya estaba
caminando y hablando y estábamos bien. Los años siguieron pasando —dijo, con una
voz apenas por encima de un susurro.
—Es mi hijo, Jasmine —estaba casi gritando—. ¿Me ibas a decir una vez que 86
empezáramos a trabajar juntos? —preguntó. Ella no dijo nada, pero la mirada que le
dio fue la respuesta que necesitaba—. Ya veo —gruñó.
Empezó a pasearse por la pequeña habitación y se sintió como un ratón en el
camino de una serpiente. Sabía que iba a atacar, pero no sabía cuándo, dónde ni cómo.
Estaba aterrorizada y no quería que la situación fuera peor de lo que era, así que lo
esperó.
—Estoy tan enojado contigo, que ni siquiera puedo pensar. No puedo creer que
pudieras sentarte allí conmigo cada día, sabiendo que era un día más que no estaba
con mi hijo. No puedo creer que tuvieras sexo conmigo y todavía no sintieras ningún
deseo de hablarme de él. ¿Cómo puedes ser tan fría? —le espetó.
—Yo... tú... no lo sé —dijo mientras lanzaba las manos al aire. Él estaba
volcándolo todo en ella. No estaba tomando ninguna responsabilidad por sus propias
acciones. Sabía que estaba enojado y frustrado, pero tenía que admitir que era el que
se había alejado.
—¿Sabías que estabas embarazada esa noche, cuando hicimos todos los
planes? —le preguntó.
—No, no lo sabía hasta al menos un mes después —respondió ella. Realmente
no veía que hubiera hecho ninguna diferencia de todos modos. ¿Por qué se quedaría
atorado por un bebé, cuando no se quedaría con ella?
-—No voy a pasar otro día sin él —le dijo amenazándola. Ella sabía que se
estaba reduciendo a eso.
—¿En serio vas a luchar conmigo por él? —preguntó, apenas capaz de aguantar
los sollozos. Estaba tan cerca de romperse y llorar a sus pies. Sus rodillas ya no la
sostenían, así que se dejó caer en el sofá. Ni siquiera podía mirarlo, estaba muy dolida.
Él permaneció en silencio en la habitación. Ella no podía mirarlo, ya que temía
la mirada en sus ojos. Su silencio parecía ser la respuesta a su pregunta. Sabía que iba
a luchar con ella por Jacob. Tenía nueve años de ser su madre y había hecho el mejor
trabajo posible, pero él tenía el dinero para los mejores abogados y, si la llevaba a la
corte, probablemente ganaría.
No ayudaba a su caso que Jacob estaba tan necesitado de un padre, que había
ligado con él al instante. Los tribunales siempre entrevistaban a los niños. Le
preguntaban si querían estar con su padre o con su madre y con la inocencia de su
hijo, les diría que querría estar con sus dos padres.
87
Ellos mirarían lo que cada padre podría proporcionar y él ganaría sin mover las
manos. Ella lucharía contra él todo el camino, pero solo estaría luchando contra lo
inevitable. Se sentía derrotada y devastada.
—No te llevaré a la corte, Jasmine, pero no porque me importe lo que te pueda
hacer. No mereces mi consideración. No lo haré, porque no haré daño a mi hijo
separándolo de su madre, a quien él obviamente ama —dijo finalmente.
Jasmine sintió un rayo de esperanza. Podía compartir a su hijo. Es posible que
no le gustara estar con su padre los fines de semana, pero podrían resolverlo.
—Gracias —dijo con gratitud.
—No he terminado de hablar —dijo en un tono que hizo que ella levantara la
cabeza para mirarlo—. Dije que no separaría a Jacob de ti, pero también te dije que
no pasaría otro día sin él —dijo y esperó a que comprendiera sus palabras.
Los ojos de Jasmine se abrieron de par en par, al darse cuenta de lo que decía.
—¿Quieres que vivamos juntos? —preguntó sorprendida.
—No deshonraré a mi hijo por vivir con su madre. No voy a permitir que los
otros niños se metan con él, porque su madre es mi amante —dijo con veneno.
—No lo entiendo —comenzó ella.
—Vamos, Jasmine, eres más lista que esto —se burló de ella. Ella continuó
mirándolo inexpresivamente—. Nos vamos a casar —dijo.
Jasmine jadeó, mientras lo miraba abiertamente. Acababa de pedirle que se
casara con él, sin ningún empacho, le había dicho que se iba a casar con él. Ni siquiera
sabía cómo responder.
—Yo... no quiero casarme —finalmente logró tartamudear.
—Eso es muy obvio por tus acciones de hace diez años, pero esto no es sobre
ti, ni siquiera sobre mí, esto es sobre Jacob y lo que es mejor para él, así que te casarás
conmigo porque es lo mejor para nuestro hijo —dijo él. Ya no gritaba ni se burlaba,
estaba tranquilo y parecía casi derrotado, lo cual era peor para ella, porque hacía que
todo pareciera mucho más real. Ella tampoco comprendió su pequeño comentario de
hace diez años, considerando que él fue quien la dejó, pero estaba tan cansada de
discutir.
—Debe haber otra solución más razonable que no sea el matrimonio. Podemos
elaborar un calendario de visitas —intentó una última oportunidad para arreglar la
situación que rápidamente se estaba saliendo de control. 88
—No hay otra solución, te dije que quiero estar con mi hijo todos los días. No
quiero solo visitarlo cada fin de semana y otros días de fiesta alternativos. Ya he
perdido la mitad de su infancia, no voy a perder más —dijo.
—¿Podemos por lo menos tomar unos días para pensar las cosas y hablar un
poco más, esto es todo tan nuevo y ambos estamos emocionales? —le preguntó.
—Jazmín es esto o lo otro —dijo, dejando la amenaza velada no dicha.
—Supongo que tiene sentido —admitió.
—Bueno, me alegro de que te sientas así, pero no pienses que no habrá un
acuerdo prenupcial de hierro. Cuando nuestro hijo cumpla dieciocho años y se vaya a
la universidad, nuestra farsa de matrimonio terminará y luego podremos liberarnos
uno del otro. Sin embargo, no te preocupes, te dejaré con algo y solo piensa que
mientras estemos casados podrás vivir de la manera en la que estás tan acostumbrada.
Puede que no haya sido lo suficientemente bueno para ti hace diez años, pero valgo
mucho más de lo que tu padre ahora —gruñó.
—No me importa tu dinero o lo que me puedas dar; yo no soy la que quiere
casarse. Creo que podríamos encontrar otra solución —dijo bruscamente y dejó
escapar un suspiro de frustración. Cuanto más la atacaba, más furiosa se ponía.
—Estoy cansado, ¿dónde está la habitación de invitados? —preguntó, mientras
se pasaba la mano por el cabello por centésima vez. Ella le mostró la habitación y
luego se arrastró a la suya, sintiéndose derrotada y más agotada de lo que había estado
en su vida.
Jasmine pensó que se metería en la cama y permanecería despierta toda la
noche. Estuvo agradecida cuando sus pesados ojos se cerraron y sintió que el olvido
la alcanzaba.

—Papá —gritó Jacob, mientras se deslizaba en su habitación al amanecer. Su


primer pensamiento fue, por qué se seguía despertando tan horriblemente temprano
y entonces el pánico la superó al ver la mirada de completa devastación en la cara de
su hijo—. Sabía que él no estaría aquí —dijo Jacob mientras las lágrimas corrían por
su rostro y se arrastró en la cama a su lado para sollozar en su hombro.
—Está bien, bebé, él está aquí, está en la otra habitación, no se ha ido —dijo,
89
mientras una de sus propias lágrimas escapaba. Odiaba ver a su hijo sufriendo por
cualquier razón, pero la insoportable angustia de pensar que su padre se había ido era
lo más horrible que había experimentado.
—Oye, amigo, ¿estás bien? —dijo Derek, mientras entraba en la habitación y
vio a Jacob sollozando en sus brazos. Miró hacia arriba y las lágrimas se detuvieron
instantáneamente, mientras una enorme sonrisa alcanzó su cara.
—No te fuiste —exclamó Jacob, mientras saltaba de la cama y abrazaba a su
padre. Derek lo levantó y se sentó en su cama. Ella tomó una posición sentada y tiró
de sus piernas hasta su pecho, abrazándolas fuertemente. Derek la miró con una
expresión que parecía decir, te dije que no había otra respuesta. Ella sabía que él tenía
razón.
—¿Dónde estabas entonces? —preguntó Jacob, mientras miraba de su padre a
su madre.
—Estaba durmiendo en la otra habitación, amigo —dijo Derek, como si eso lo
satisfaría.
—Pero las mamás y los papás duermen juntos. Maryanne dice que cuando su
mamá y su papá dejaron de dormir en la misma cama dejaron de estar casados y
entonces su papá encontró a una nueva persona que Maryanne tiene que llamar mamá,
aunque no le guste. Ella dice que tiene que tener dos casas y no consigue estar con su
mamá y papá juntos, nunca más —dijo en el discurso más largo que ella nunca le
había oído dar. Entonces sus lágrimas empezaron a caer de nuevo al pensarlo.
—Tu mamá y yo no vamos a vivir en casas separadas, Jacob. Pensamos las
cosas anoche y decidimos que ninguno de los dos podría estar lejos de ti. Nos
quedaremos juntos y seremos una verdadera familia —dijo Derek tratando que su hijo
dejara de llorar.
—¿Me lo prometes? —preguntó Jacob con un hipo.
—Te lo prometo. De hecho, puedes ser mi padrino cuando nos casemos —
agregó Derek.
—¿De verdad? ¿Puedo vestir un esmo... esmo...? Oh, no recuerdo cómo se
llaman —dijo Jacob y soltó el aliento con frustración.
—Se llama esmoquin y si eso es lo que quieres usar, entonces eso es lo que
vamos a usar. Tendremos esmóquines iguales —prometió Derek.
—¿Y mamá se pondrá su vestido de princesa? —preguntó.
—Si ella quiere —respondió Derek. 90
—Cariño, no necesito usar un vestido de princesa. Solo vamos a tener una boda
pequeña y parecería tonta llevando un vestido grande y suave —dijo. En realidad,
estaba realmente decepcionada por conformarse con una boda con el juez de paz.
Siempre había soñado que el día de su boda se parecería a un cuento de hadas. Había
aprendido de la manera difícil hace mucho tiempo, que los cuentos de hadas no
siempre se hacen realidad, sin embargo.
—Pero, mamá... espera —se interrumpió, luego saltó de la cama y salió
corriendo de la habitación. Jasmine miró a Derek y se encogió de hombros. Tampoco
sabía lo que pasaba.
Jacob regresó corriendo a la habitación y vio el álbum familiar dos segundos
más tarde. Ella lo agarró, pero Jacob ya se había arrastrado de vuelta al regazo de
Derek y había abierto la tapa. Jasmine podía sentir su cara enrojecida mientras Derek
miraba un libro que básicamente le contaba sus sueños.
—Jacob, tu papá no quiere ver eso-, dijo mientras trataba de agarrar el libro de
nuevo.
—¿Tú sí, no es cierto? —dijo Jacob mientras miraba a Derek.
—Por supuesto que sí —dijo. Estaría de acuerdo con cualquier cosa que Jacob
preguntara. Probablemente el chico podría conseguir de él una motocicleta nueva si
era lo que acababa de preguntar. Ella tendría que hablar de eso con él. En vez de
discutir, se recostó y miró a Derek mientras él la miraba con las cejas levantadas.
—Mira, papá, este es el vestido que mamá quiere usar. Dijo que cuando se
casara sería como un libro de cuentos de hadas y ella sería la princesa que se casaría
con su príncipe y yo llegaría a ser el joven príncipe. Dijo que iba a encontrar un día
una rana e iba a darle un beso y luego se convertiría en su príncipe y la rescataría del
castillo. Supongo que eso significa que eres la rana —dijo Jacob, y luego estalló en
risas.
Derek miró a través de las páginas del libro y sintió como si estuviera
interfiriendo en sus pensamientos. Tenía fotos y notas de todo lo que quería para su
boda de ensueño. Llegó a la parte de atrás del libro y alzó las cejas hacia ella una vez
más, ya que había fotos de lo que ella quería llevar en la luna de miel. Tenía un gusto
excelente y la boca se le hizo agua mientras la imaginaba en unos cuantos trajes.
—Mira, ella tiene que tener una boda de princesa de cuento de hadas. Me hizo
escuchar una tonelada de esos libros de la pequeña princesa. Me dijo que era para
enseñarme cómo ser el príncipe perfecto para mi propia princesa. No me gustan las 91
chicas, pero mamá dice que eso va a cambiar. Realmente creo que ella está equivocada
porque las chicas tienen gérmenes. Está bien si a los papás les gustan las chicas —
dijo como si estuviera otorgando su mayor sabiduría.
—Entonces vamos a darle a tu mamá la boda de cuento de hadas. Puedes
ayudarme para asegurarme de que todo esté bien, ¿no? —preguntó.
Los ojos de Jacob se abrieron de admiración mientras su padre le concedía ese
honor.
—Por supuesto —dijo Jacob con su expresión más seria.
—Bueno, todo arreglado. ¿Quieres un poco de desayuno? —preguntó Derek,
mientras se guardaba el libro bajo el brazo.
—Puedo tomar eso —dijo Jasmine y extendió su mano. Derek la ignoró y salió
de la habitación con su libro, dejándola sola, irritada y sintiéndose un poco excluida.
Estaba tentada de arrastrarse de nuevo debajo de las sábanas y volver a
dormirse, pero sabía que estaba demasiado estresada para cerrar los ojos.
Lanzó las mantas como un niño que tiene una rabieta y entró en el cuarto de
baño pisando fuerte. Decidió en ese momento que no le gustaban mucho los hombres.
Se tomó su tiempo en la ducha y finalmente decidió enfrentar el día y salió a la cocina
con la cabeza en alto.

92
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

—S
é que de verdad te gusta tu casa, pero es que es muy pequeña.
Voy a ponerme en contacto con un agente el día de hoy y
acordar algunas reuniones. Eché un vistazo rápido anoche y
hay algunos lugares realmente buenos en el mercado que me gustaría ver. Preferiría
construir mi propia casa, pero eso tomará demasiado tiempo y quiero que nos
instalemos tan pronto como sea posible —dijo Derek, mientras compartían un picnic
en el parque.
Jacob estaba jugando fútbol con algunos otros chicos, dejándolos solos por
primera vez en el día. Todo su cuerpo se puso rígido ante sus palabras. Le gustaba su 93
casa. Sabía que era pequeña, pero la había pagado toda ella sola y no quería tener que
renunciar a ella.
—No quiero vender mi casa —dijo, a la vez que se cruzaba de brazos y lo
fulminaba con la mirada.
—No tienes que venderla. Puedes alquilarla si lo desea o simplemente dejarla
vacía. Puedo contratar un equipo de limpieza para que vaya una vez por semana y se
asegure de que no le salga moho o resulte dañada —ofreció.
—¿Tengo elección? —le espetó. Sabía que el lugar era demasiado pequeño y
que estarían más cómodos con espacio extra pero su mundo le estaba siendo
arrebatado y sentía que no tenía control sobre nada.
—No soy tu enemigo, Jasmine; estoy intentando hacer lo correcto por mi hijo.
¿Cómo es que querer verlo crecer me convierte en el enemigo? —le preguntó con
exasperación.
Cuando él se expresaba así se sentía como si ella fuera la mala. No era justo
que estuviera torciendo las cosas de esa manera. Iba a tener que superar sus
sentimientos de traición hacia él por haberla abandona, o los siguientes nueve años de
vida iban a parecer una eternidad.
—Tienes razón, estoy siendo difícil, pero tienes que darte cuenta que Jacob y
yo hemos estado bien los últimos nueve años y es difícil cambiar —admitió.
—¿Podemos pedir una tregua por el momento, por el bien de nuestro hijo? —
preguntó él.
—Suena bien —le respondió, queriendo algo de paz.
Derek hizo unas cuantas llamadas mientras Jacob estaba jugando y dentro de
una hora tenía citas en seis sitios diferente. La asombró la velocidad del hombre de
ser capaz de tener resueltas las cosas.
Jacob llegó corriendo y se sumergió en la comida. Todo el momento que estuvo
jugando lo hizo estar muy hambriento.
—Hola, amigo, ¿quieres ir a ver algunas casas? —le preguntó Derek.
—¿Por qué? —preguntó Jacob, sin interés.
—Vamos a buscar un lugar más grande para vivir así tendrás más espacio para
jugar —le dijo Derek. Jacob estuvo muy interesado tras eso. No podía esperar para
irse del parque y mirar las casas. Las primeras a las que fueron dejaron a Jasmine
asombrada. Había crecido en la casa más grande de su ciudad y pensó que era 94
extravagante pero no se comparaba a los lugares que estaban viendo ahora.
Cada casa tenía portones electrónicos, que requerían una clave para entrar
incluso a la entrada. Las casas eran enormes y tuvo miedo de que perdería a Jacob si
se mudaban a alguna de ellas. Se iba a asegurar de que él no abandonara su vista
cuando recorrieran una casa. No sabía lo que Derek estaba buscando, pero las casas
no estaban capturando su interés. Ella estuvo agradecida por ello. Estaba esperando
que los otros lugares fueran un poco más pequeños.
Cada vez que dejaban unas de las casas la agente inmobiliaria parecía
decepcionada, pero a Jasmine la impresionó lo bien que lo cubría. Estaba segura que
la mujer iba a conseguir una increíble comisión si Derek compraba una de las casas,
ya que sus precios eran en millones.
La cuarta casa a la que fueron tenía una entrada similar e igual de grande que
las otras, pero le pareció un poco diferente, no parecía tan fría, como si las personas
que vivieron allí, tal vez fuesen más reales. Tenía un estilo colonial que contaba con
una recepción de tres pisos hecha en roca blanca. La puerta era lo bastante grande
como para conducir un camión a través de ella, pensó, cuando entraron.
—Esta casa solo tiene tres años de antigüedad y fue construida para recibir
invitados. El hombre y su esposa la crearon a su gusto, pero él tiene que regresar al
extranjero por unos años y decidieron seguir adelante y venderla porque él no está
seguro dónde estarán cuando regresen. Sé que si esposa está triste por abandonar esta
espectacular casa —comenzó la agente—. Tiene tanto que ofrecer, como pueden ver
simplemente al entrar por las puertas principales. Algunos rasgos clave de la cada es
que la propiedad contiene veinte acres utilizables, una cancha de tenis de tamaño
completo, una cancha de básquet interior y exterior de tamaño completo, junto con
dos piscinas, una interior y otra exterior. Al parecer, los vendedores tenían hijos
adolescentes que también construyeron una pista de paintball en el extremo sur de la
propiedad, pero si les gustaría que eso fuese quitado sería una tarea simple —dijo
mientras miraba a Jacob, pensando que a él podría gustarle esa característica—. Hay
una bella sala abierta en esta dirección, que puede ser fácilmente usada para
conferencias, bailes o cualquier forma de entretenimiento que les guste. Cuenta con
esta bella araña de Italia que ha sido hecha específicamente para la casa —siguió
hablando a medida que caminaban de cuarto a cuarto.
Jasmine estaba pensando que la araña probablemente valía más que la casa.
—Hay una casa separada encima de la cochera a la que muchas personas les
gustaría usar para que sus invitados o parientes viviesen. Tiene su propia entrada
separada para darle privacidad —dijo mientras miraba a Derek.
95
Jasmine pudo sentir su cara calentarse con enojo cuando se dio cuenta que ella
le estaba mencionando un lugar secreto donde podría ir para un romance como una
ventaja. Ya no le agradaba la agente inmobiliaria en lo absoluto y miró con furia su
espalda a medida que continuaron.
—A lo largo de este corredor hay varias habitaciones, aptas para niños o
visitantes. Jacob puede explorar si gusta pero que no toque las pertenencias de los
propietarios —añadió cuando salió corriendo por el pasillo—. A través de este par de
puertas está la suite principal. Si pasas por aquí tienes otra sala, con otra puerta hacia
el dormitorio principal. Cuenta con dos armarios completos, con hermosos gabinetes
en ellos. El baño principal cuenta con hidromasaje, ducha a pie y ducha a vapor
separadas, como también una sauna. La habitación tiene su propia terraza privada con
una chimenea a gas, tanto en la habitación como en la terraza cubierta. Estoy segura
que hay mucho más que estoy dejando fuera, pero si están interesados puedo darles el
listado completo, el cual tiene todo en él —dijo sin parar.
La mujer sabía cuándo hablar y cuándo quedarse callada, porque salió de la
habitación y los dejó dar un vistazo alrededor. Jasmine odiaba admitir que estaba
impresionada. La casa era palaciega, pero tenía muchos detalles que la hacían sentirla
más como una casa que un hotel y le gustaba más que las otras. Solo desearía que no
fuese tan grande.
—Mamá, mi habitación es tan genial. Tiene un armario enorme, que es tan
grande como mi vieja habitación y encontré una puerta secreta que lleva a ninguna
parte. Estaba oscuro y no tenía mi linterna, por lo que no pude entrar, pero de verdad
me gusta, mamá. Podría conseguir muchos más posters porque las paredes son muy
altas —dijo Jacob cuando llegó corriendo a la habitación completamente sin aliento y
más que emocionado. Derek le dio un vistazo a la cara de Jacob y ella pudo ver que
había tomado una decisión.
—Esta es la que quiero —dijo Derek cuando se dio vuelta hacia la agente
inmobiliaria, que prácticamente estaba salivando sobre sus zapatos. Su rostro se
iluminó con dicha, mientras sacaba una pila de papeles para que él llenara. Jasmine
estaba segura que la mujer estaba contenta por haber decidido aceptar una llamada de
última hora en su fin de semana.
Derek rellenó la información necesaria, mientras la agente le hablaba
animadamente a Jasmine y a Jacob. La mujer probablemente no veía la hora de acabar
e ir a celebrar.
—Diles a los vendedores que les daré cien mil más de su precio pedido si
pueden irse en una semana. También pagaré todos los gastos por escrituración y los
profesionales de la mudanza para que lleven sus objetos a donde sea que deseen. No 96
tendrán que pagar nada; puede ser hecho en un solo día. Quiero sus respuestas para
las nueve de mañana y la quiero por escrito. Si no pueden estar de acuerdo con esas
condiciones entonces encontraré otro lugar —le dijo Derek a la mujer, cuyos ojos se
habían agrandado. Jasmine estaba segura que no estaba acostumbrada a tratar con
clientes como él. También sabía que por más que le gustara la casa, si los términos no
eran cumplidos, se apartaría. Estaba segura que eso fue lo que lo había hecho un feroz
hombre de negocios. Una vez que decidía un curso de acción, se apegaría a este,
incluso si eso significara que no siempre podía conseguir lo que originalmente
deseaba.
—Se los haré saber, pero no estoy segura si todas las inspecciones y depósitos
necesarios pueden ser hechos en esa cantidad de tiempo —dijo, temerosa de perder la
enorme comisión.
—Hablaré con mi gente y no habrá problemas en tener listo lo necesario. Estaré
pagando en efectivo por esta casa, por lo que no habrá problemas de financiamiento.
Si los vendedores están de acuerdo con mi oferta, puedo tener este lugar listo para
pagar en tres días máximo. Estaba siendo amable al ofrecerles una semana para
mudarse —dijo, con su voz autoritaria. El hombre tenía una manera de hablar que
hacía a las personas querer saltar por hacer su voluntad. Era tan poderoso; no había
otra palabra para describirlo.
Si hubiese vivido en el pasado, él sería uno de esos dioses idolatrados por la
gente, no se habría establecido en nada menos. Un estremecimiento recorrió su
columna en tanto se daba cuenta que iba a casarse con él. Siempre tendría que recordar
quién era ella y no desvanecerse detrás de su sombra. También tenía que admitir que
era increíblemente masculino cuando afirmaba su resuelta autoridad.
—Bien, señor Titan, tendré todos los papeles necesarios para comenzar. Me
pondré en contacto con el agente de ventas y con suerte los vendedores, esta tarde. Le
notificaré tan pronto como me hayan dado una respuesta, pero sé que han estado
ansiosos por vender, por lo que no debería ser un problema —dijo ella, pareciéndose
más a la agente segura que había parecido cuando la conocieron unas horas antes.
Estaba intentando realmente mantener su profesionalismo, lo que no podía ser sencillo
con Derek alrededor.
—Lo aprecio y estaré esperando —dijo como si esperar no fuera algo fácil para
él. Tomaron caminos distintos y se dirigieron a la casa de Jasmine.
Cuando se estacionaron frente a su casa, ésta parecía más pequeña que nunca.
Cuadró los hombros a medida que entraba por la puerta. Puede que sea capaz de caber
en la sala de la otra casa, pero había hecho un lugar estupendo para ella y Jacob, y no
había nada malo con ello. 97
Derek se acercó detrás de ella y puso su mano sobre su hombro.
—Jasmine, de verdad no estoy menospreciando tu casa. Solo que mucho de mi
trabajo lo hago desde la casa y necesito más espacio. Jacob también necesitará mayor
seguridad una vez que la prensa se entere que es mi hijo. Tengo muchos amigos, pero
aún más enemigos. Cuando te dedicas a adquirir empresas, haces muchos enemigos.
No dejaré que algo le pase a mi hijo porque alguna persona descontenta decide
lastimarme a través de mi hijo —dijo, intentando razonar con ella.
—Entiendo —dijo Jasmine. No quería seguir hablando de ello, por lo que se
marchó a su habitación para estar sola por un rato.
La agente inmobiliaria llamó un par de horas después y prácticamente estaba
riéndose mientras explicaba que los vendedores aceptaron su oferta. Dijo que podía
encontrarse con él donde sea que gustara al otro día para tener listos todos los
documentos.
Derek hizo una cita para que ella se reuniera con ellos en la oficina y la cabeza
de Jasmine estuvo prácticamente dando vueltas por lo rápido que las cosas se estaban
moviendo. Era un domingo a la tarde y Derek había concertado inspecciones para el
día siguiente y programado el depósito para el viernes. Recibirían las llaves de la casa
antes del fin de semana siguiente.
Jacob estaba chillando de alegría al tener su propia piscina, entre otras cosas.
Llamó a sus mejores amigos y les contó todo al respecto y le preguntó a Derek si
podría tener una fiesta para que ellos pudiesen ver su nueva habitación. Derek,
obviamente dijo que sí, pero que al menos Jacob tendría que esperar un par de semanas
para que pudieran asentarse primero.
Derek ofreció tener a una compañía de mudanzas para que embalara sus cosas
y ella se puso firme. No quería que un extraño anduviera entre sus pertenencias. Él
incluso tuvo el descaro de poner los ojos en blanco. Supo que él estaba pensando que
no tenía nada que ellos querrían, pero ese no era el punto. Sus cosas eran personas
para ella y no las quería manchadas por un montón de extraños poniendo sus dedos
sobre ellas.
Sabía que la mayor parte de sus muebles acabarían siendo donados y eso le
parecía bien. Las cosas que quería conservar las iba a guardar y no había nada que él
pudiera hacer para detenerla.

98

A la mañana siguiente, Jacob llegó corriendo a su habitación a primera hora de


la mañana. Ella estaba empezando a acostumbrarse a ello.
—¿Por qué papá y tú no duermen en la misma habitación? Pensé que cuando
las mamás y los papás estaban casados, querían estar juntos —le preguntó.
—Tu papá y yo hemos estado separados por mucho tiempo, eso es todo —le
dijo.
—¿Eso significa que él no se quedará? —preguntó con sus grandes ojos
aterrados.
—No, Jacob, no voy a ninguna parte, tu mamá tiene una habitación demasiado
femenina, y una cama muy pequeña para tu grande papá. Compartiremos una
habitación en la nueva casa —dijo Derek, mientras entraba uniéndose a ellos.
A ella no le gustó cómo él seguía entrando a su habitación, como si tuviera
todo el derecho de hacerlo. No obstante, una vez más ella no iba a discutir frente a su
hijo.
—Está bien, papá —dijo Jacob, como si todo lo que dijera el hombre fuera oro.
Todos se alistaron y Derek insistió en llevar su auto en la mañana. Le dijo que
era ridículo llevar dos vehículos. Una vez más siguió la corriente, dado que Jacob
estaba muy emocionado de ser llevado a la escuela por sus dos padres.
—Tengo que pasar por mi casa y recoger algunas cosas, ya que no tendré
tiempo esta noche antes de que tengamos que recoger a Jacob —le dijo a ella.
Se detuvieron en el lujoso complejo de departamentos, el cual tenía un guardia
de seguridad en la puerta del frente. Jasmine nunca estuvo intimidada por la cantidad
de dinero que Derek tenía. Extrañaba al chico que solía usar vaqueros de segunda
mano y siempre tenía una sonrisa en el rostro. Este nuevo hombre era mucho más
cínico del mundo que lo rodeaba daba por sentado cosas por las que el adolescente
hubiera estado impresionado.
Entraron a su enorme departamento y aunque era lindo, era muy frío.
Solamente había una foto en todo el lugar y era una versión mucho más joven de él
con los brazos rodeando a sus dos primos. Ella los recordaba bien de cuando eran
adolescentes. Siempre habían sido capaces de hacerla reír. Ella sonrió ante los
afectuosos recuerdos.
—¿Cómo están tus primos? —le preguntó. Se imaginó que les estaba yendo
tan bien como a él, porque los tres habían sido casi inseparables y de ninguna manera
99
él no compartiría su éxito con ellos.
—Están bien. Vi a Drew el otro día y Ryan está afuera en algún otro país en
este momento. Tenemos que juntarnos, ha pasado mucho tiempo —dijo, bajando su
guardia por un momento.
—Siempre me hacían reír —dijo con una sonrisa cariñosa, todavía mirando la
fotografía.
—Son grandes chicos —convino. Empacó algunas ropas y luego la llevó hacia
el ascensor. Fueron a la cochera y en vez de subirse en el Porsche; caminó hacia una
SUV.
Estuvo un poco celosa cuando la destrabó y abrió la parte trasera para poner
sus cosas dentro. Era un vehículo realmente lindo. No entendía por qué el hombre
necesitaba dos autos costosos cuando solo era él.
—Pensé que deberíamos cambiar de vehículos. El auto deportivo es divertido,
pero este tiene mucho más espacio para Jacob —dijo—. ¿Te importa conducir? Tengo
algo de trabajo que podría hacer en el trayecto —preguntó, a la vez que le arrojaba las
llaves. Él lo preguntó, pero esperaba que la respuesta fuese un sí. Sin embargo, ella
tenía muchas ganas de manejarlo, por lo que no se quejó. Entró en el lujoso interior y
notó que apenas tenía unos kilómetros conducidos.
—Debiste haberlo comprado muy recientemente —le dijo ella.
—Me lo entregaron ayer. Pensé que lo necesitaría para Jacob y uno de mis
gerentes dijo que estaba catalogado como uno de los más seguros —dijo como si no
fuera nada importante.
—¿Compraste un vehículo sin siquiera mirarlo? —le preguntó.
—Confío en mi personal —se limitó a decir y luego enterró la cabeza en el
portátil. Jasmine sacudió la cabeza ante lo diferente que era este hombre. El dinero ya
no era una de sus preocupaciones, pero cuando era adolescente había hablado tanto
de sus sueños y lo que planeaba hacer con su vida. Los tiempos realmente cambiaban,
pensó con tristeza.
Llegaron a la oficina y pasaron el primer par de horas repasando las
aplicaciones que había defendido previamente. Derek luego la tuvo el siguiente par
de horas acordando entrevistas por el resto de la semana. Dijo que quería tener
arreglado todo con rapidez, para que la compañía pudiera hacerlo tan bien como
debería todo ese tiempo. Su declaración fue ofensiva, pero ella la dejó pasar. De 100
hecho, estaba de acuerdo con él en muchas cosas. El padre de ella había contratado a
algunas personas cuestionables y la compañía había sido llevada al fondo.
El final del día llegó antes de darse cuenta y por una vez Derek no se quejó
cuando fue hora de irse. Parecía que le gustaba tener un hijo y estaba ansioso por ir a
recogerlo.
—Derek, cuando Jacob no está haciendo deportes, sale de la escuela más
temprano. Era capaz de llevar algo de trabajo a casa conmigo antes, así no tenía que
ponerlo a él en una guardería. Sé que manejas tus negocios de manera diferente, pero
de verdad trabajo bien desde casa y me gustaría continuar haciendo eso —le pidió,
temerosa de que iba a despotricar sobre ella no siendo más la hija del dueño y teniendo
derecho a favores especiales.
—Puedes renunciar si quieres, por supuesto que nuestro hijo es lo primero y
no hay necesidad de que trabajes —dijo directamente.
—No quiero renunciar. Disfruto de trabajar y quiero hacer mi propio dinero.
Solo porque tú tengas más del que una persona necesita, no quiere decir que yo vaya
a estar cómoda gastándolo. Si no quieres que trabaje aquí, entonces puedo comenzar
a buscar otro trabajo —dijo tercamente, con los brazos cruzados sobre su pecho.
—No dije que quisiera despedirte, simplemente te ofrecí que seas capaz de
pasar más tiempo con nuestro hijo. Crecerá antes de que te des cuenta y no quiero que
estés llena de arrepentimientos —dijo, exasperado.
Ella decidió no responder, porque sintió una presión en el pecho al pensarlo.
Verdaderamente le gustaría ser capaz de ir a la escuela más a menudo. Siempre había
estado un poco celosa de aquellas amas de casa ayudando en la escuela durante la
semana con sus hijos. Pasaba mucho tiempo con su hijo y estaba para todos sus
eventos especiales, pero Derek tenía razón, también se estaba perdiendo mucho.
Jacob salió corriendo de la escuela cuando se estacionaron y miró alrededor
con una expresión impaciente en su cara. Miró de pasada el SUV, por lo que ella salió
y lo llamó. Él se acercó, con las cejas fruncidas, decepcionado de que el Porsche no
estuviese allí.
Se detuvieron en una empresa de mudanzas y cargaron el SUV con un montón
de cajas, recogieron comida para llevar y se dirigieron a la casa. Jacob ayudó a su
padre a llevar todas las cajas vacías y los dos entraron a la habitación de su hijo para
comenzar el enorme trabajo de empacar sus pertenencias.
Ella se paró en la puerta y miró en silencio por varios minutos, disfrutando del
sonido de las risas de ambos. Habían estrechado tanto sus lazos en tan pocos días.
101
Estuvo agradecida de haberle dicho a su hijo sobre su padre y que él tuviera tan buena
imagen del hombre porque era un estupendo padre. Hicieron una pausa en su tarea de
empacar y Derek arrojó a su hijo sobre la cama y le hizo cosquillas hasta que las
lágrimas caían de sus ojos, él estaba riendo mucho.
Jasmine se marchó de la habitación reacia y se dirigió a la cocina. Armó varias
cajas y comenzó a decidir qué conservaría y qué donaría. Supo que muchas cosas no
encajarían en su nueva casa, por lo que la pila de donación pareció ser más grande,
mientras sus cajas empacadas no ocupaban mucho espacio.
Derek iba de vez en cuando y arrastraba las cajas hacia la cochera, donde estaba
haciendo una pila ordenada. Le había hablado de dejar que una empresa de mudanzas
al menos fuera y transportara los artículos. Ella estuvo aliviada ya que odiaba esa parte
de mudarse. No le importaba empacar, ya que era como una aventura, descubriendo
artículos que había olvidado que poseía.
Había ciertas cosas de las que no estaba dispuesta a separarse, tales como sus
miles de libros y la vajilla china de su madre, pero había muchas cosas que dejó ir sin
ningún reparo. Al final de la noche, estaba agotada y apenas había hecho una porción
de la pequeña casa.
—Derek, de ninguna manera acabaré esto a tiempo si trabajo durante el día.
Voy a tener que tomarme el resto de la semana para hacerlo —le dijo mientras se
sentaba en el sofá, completamente agotada.
—Estaba pensando lo mismo. De hecho, tenemos un montón de entrevistas
esta semana de todas maneras. Tómate la semana libre y ten listo todo. Te ayudaré
cuando regrese. Ni siquiera tienes que preocuparte por Jacob, pasaré y lo recogeré en
camino hacia aquí desde el trabajo —dijo, sonando tan cansado como ella. Era de
verdad agradable tenerlo allí para ayudar con Jacob; no estaba acostumbrada a eso
para nada.
—Gracias —dijo, antes de arrastrarse de regreso a su habitación y caer en un
agotado sueño.

102
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

L
a semana pasó volando. Jasmine hizo un progreso increíble con las cajas
empacadas y tuvo al centro de caridad local pasando dos veces porque
los objetos se estaban apilando y llenando su sala. Fue algo triste ver sus
cosas lentamente disminuyendo y su casa tornándose más vacía, pero se sintió bien el
tenerlo todo listo.
El viernes a la mañana, Derek iba a firmar el último de los documentos y las
personas de la mudanza iban a recoger sus cosas al mediodía. Se despertó con una
sensación de emoción y también de tristeza. Se encontró deseando mudarse a la casa
nueva. Todo era un poco emocionante. Los dueños anteriores ya la habían desocupado 103
y Derek había enviado a un equipo de limpieza ayer, por lo que todo lo que quedaba
era conseguir las llaves y mudarse.
Derek fue a la oficina y la llamó un par de veces, dejándole saber que todos los
papeles fueron firmados y estaban listos para mudarse. Estaría allí en una hora para
ayudarla con los preparativos finales que necesitaran ser hechos.
Jasmine caminó con lentitud alrededor de su casa una vez acogedora y no pudo
evitar que las lágrimas corrieran por sus mejillas. Esta casa había sido la primera
sensación real de seguridad que ella y Jacob habían tenido. Había estado tan orgullosa
cuando firmó con su nombre en los papeles y supo que el lugar era suyo y nadie podría
quitárselo y ahora se iba a ir de allí. Sintió como si estuviese abandonando su casa
segura.
Ahora todo se encontraba en cajas, o habían desaparecido y ella se iba a
marchar hacia una nueva aventura. Se limpió las lágrimas y decidió que iba a venderla.
El pensamiento de regresar a su casa sola era demasiado deprimente para siquiera
contemplarlo. Caminaría a través de las habitaciones y vería a Jacob en cada esquina
y ahora también se imaginaría la inmensa presencia de Derek allí. Rompería su
corazón un poco cuando alguien más la ocupase, pero al menos, entonces sería amada
y nuevos recuerdos podrían ser creados.
Le diría a Derek que hiciera las llamadas, dado que era bueno en ello.
Conociendo a Derek, estaría vendida en cuestión de días. El hombre tenía una manera
de hacer que las cosas sucedieran mucho más rápido que la persona promedio nunca
podría lograr.
Compuso su cara a tiempo, porque Derek atravesó las puertas y echó un vistazo
alrededor.
—Supongo que no queda nada por hacer más que esperar a los de la mudanza.
Traje algo de almuerzo para que comamos y llamaré a la empresa y los haré venir
antes —dijo.
La empresa de mudanza apareció como unos treinta minutos después de su
llamada. A ella le sorprendió que no se teletransportaran y aterrizaran en las escaleras,
mientras él se encontraba en el teléfono con ellos.
Los hombres eran profesionales y ella no tuvo que decirles o hacer nada.
Vaciaron su casa en el camión en aproximadamente una hora y estuvieron en camino
hacia la mansión donde Derek tenía a alguien esperándolos para dejarlos entrar. Derek
estaba esperándola, mientras ella miraba alrededor de la casa completamente vacía,
con una sensación de completo asombro. Comprobó cada armario dos veces para
asegurarse de no haber olvidado una sola cosa y prolongó su última vez en la casa por
104
unos minutos más.
Tuvo que darle crédito a Derek porque no dijo nada mientras ella arrastraba los
pies. Él incluso salió para darle unos cuantos minutos más a solas. Una última lágrima
se deslizó por su ojo y luego cuadró los hombros, se limpió la cara y salió por la puerta
del frente, cerrando con firmeza detrás de ella mientras se despedía de su vieja vida.
—¿Te encuentras bien? —le preguntó Derek, a medida que se dirigían a sus
vehículos. Fue un momento raro y tierno y casi logró que sus lágrimas regresaran.
—Estoy bien, solo es un poco más difícil de lo que pensé que sería despedirme
de esta casa. Sé que no es mucho, pero ha sido mi cada por casi nueve años —dijo
con un pequeño gimoteo.
—Es un lugar estupendo y lo mantuviste hermoso —dijo con un poco de
incomodidad.
—Gracias, Derek, lo aprecio, aunque sé que no te gusta —dijo poniendo sus
ojos en blanco.
—Podría llamar a los de la mudanza y que la lleven a la propiedad si quieres.
Hay mucho espacio allá —le dijo. Ella lo miró, con la boca abierta, con asombro. Ella
pudo notar que estaba hablando completamente en serio. Si ella se lo pidiese, él
pagaría un precio ridículo para mover su casa, solo para que dejara de llorar.
Comenzó a reír ante la idea, era tan ridícula. Solo se movían las casas cuando
tenían un valor histórico, no movían una casa cualquiera, solo porque la persona se
había encariñado. Se rio incluso más fuerte cuando pensó seriamente en cuánto dinero
gastaría el hombre en un solo día. Estaba segura que era más del que ella gastaría en
un año entero.
—Gracias por la risa, Derek, me estoy sintiendo mucho mejor ahora —dijo y
luego por un completo impulso le arrojó los brazos alrededor del cuello y le dio un
abrazo. Ella no había iniciado el contacto desde que se habían vuelto a unir. Él se puso
rígido por un momento de sorpresa y luego envolvió sus brazos alrededor de ella,
atrayéndola con fuerza.
Ella necesitaba el consuelo y no pudo retirarse. Derek le frotó la espalda y
aunque él era la razón por la que su vida estaba cambiando tan drásticamente sus
manos consoladoras la estaban haciendo sentir mejor. Más tarde pensaría en la ironía
de la situación. Era ciertamente divertido.
Sus movimientos en su espalda dejaron de ser consoladores y comenzó a
llevarla más cerca a la vez que su mano vagaba más abajo con cada pasada. La
105
respiración de ella se hizo más profunda, mientras su tacto comenzaba a incendiar su
cuerpo. Llevó una mano a su barbilla, alzándola la cara. Antes de tener tiempo a
parpadear, llevó sus labios hacia los de ella para un suave beso. Si hubiese sido
urgente, como lo era normalmente, pudo haber sido capaz de resistirse, pero con este
lado amable de él, no tuvo ni una oportunidad.
Le arrojó los brazos al cuello y se apoyó en él mientras él profundizaba el beso,
haciendo que su estómago temblara con necesidad. Envolvió los brazos alrededor de
su cuello, disfrutando la sensación de ser contenida y el sabor de su boca, mientras él
se deslizaba dentro. Ella no parecía poder acercarse lo suficiente.
—No sabía que te estabas yendo —dijo una voz, trayéndola de regreso a la
realidad. Jasmine se apartó de Derek, que parecía un poco sorprendido y se dio la
vuelta hacia el sonido, para encontrar a su anciana vecina parada a pocos metros de
ella. O la mujer fue ajena al abrazo en el que ella estaba, o no le importaba, pero no
parecía preocupada por haberlos interrumpido.
—Sí, Mary, todo pasó tan rápido que no he hablado con nadie de ello —le dijo
Jasmine a su vecina, sintiéndose un poco culpable por mudarse sin decir adiós.
—Bueno, te extrañaremos y al precioso Jacob —murmuró la mujer.
—También te extrañaré y a tus maravillosas galletas de mantequilla de maní
—dijo Jasmine con la voz queda. Se acercó, le dio a su vecina un abrazo y luego se
despidieron.
—Puedes seguirme —dijo Derek, mientras se subía a su vehículo. Ella se subió
a su propia fiable furgoneta, la cual tristemente ya no tenía atractivo luego de haber
conducido la lujosa SUV y lo siguió fuera de la entrada. Miró por el espejo retrovisor
hasta que su casa quedó fuera de la vista. Soltó un profundo suspiro y supo que su
vida cambiaría para siempre.

Se detuvieron en la nueva casa y Derek entró el código para que los portones
se abrieran. Ella manejó por el largo camino de entrada detrás de él, contemplándolo
todo. Había estado allí una sola vez por lo que miró el lugar con nuevos ojos,
intentando empaparse con todo ello.
La casa ciertamente era una pieza de exhibición, con sus inmaculados jardines.
106
Había una sorprendente falta de flores y ella prometió cambiar eso en cuanto pudiera,
pero la fuente en el centro del camino era una linda pieza, tanto reconfortante como
acogedora a la vez. Podría llegar a querer la casa, es decir, si pudiera descubrir cómo
llegar de un lado al otro.
Tuvo que estacionarse en la entrada, ya que había dos enormes furgonetas de
mudanza retrocediendo ala enorme cochera. Había varios hombres llevando cosas
desde la parte trasera de los camiones y caminando arduamente hacia la casa. Derek
y ella entraron y el lugar se veía diferente con las paredes desnudas y sin muebles.
Había varios muebles del departamento, pero la casa anterior de él había sido mucho
más pequeña e iban a tener que comprar muchos más artículos para llenar el lugar.
Sin embargo, la casa se veía mucho mejor para ella, con todas las cosas de los
dueños anteriores desaparecidas. Ahora podía imaginarse sus propias pertenencias
llenando los espacios. Mientras más caminaba alrededor de la casa vacía, comenzaba
a sentirse mejor. De hecho, estaba emocionada de usar la piscina, no estaría disponible
hasta el siguiente día, porque Derek había traído a gente para que le hiciera una
limpieza especial, aunque le había parecido impecable a ella antes. Él había dicho que
quería asegurarse, dado que su hijo nadaría en ella. No pudo discutir eso.
A los hombres de la mudanza les tomó varias horas descargar los camiones y
luego estuvieron en el enorme lugar, solos por primera vez. Se dirigió directamente a
la cocina, más emocionada con esa estancia, que con cualquiera de las otras y
comenzó a desempacar las cajas.
Derek había intentado convencerla de dejar que los hombres de la mudanza
desempacaran, pero parte de la emoción de mudarse era encontrar sus tesoros y
ubicarlos donde ella quisiera. No quería que extraños lo hiciesen, además, nunca sería
capaz de encontrar nada.
—Voy a recoger a Jacob —le dijo y ella miró el reloj. No tenía idea que se
había hecho tan tarde.
—Puedo ir contigo —ofreció reacia. Realmente no quería dejar lo que estaba
haciendo. Por la sonrisa que vio en el rostro de él, se dio cuenta.
—Sigue y continúa con lo que estás haciendo. Parece que estás disfrutando —
dijo y se dio la vuelta para salir.
—Oh mira, hay estantes movedizos en los esquineros —exclamó de pronto—.
Están hechos de una muy buena madera también —agregó como una niña que acabara
de descubrir la marca de un juguete nuevo. 107
Derek la miró como si hubiera perdido la cabeza. La mujer no estaba
impresionada con la mansión de diez millones en sí, sino que estaba embelesada
cuando descubrió pequeños estantes giratorios. No podía entenderla. Salió por la
puerta, mientras ella continuaba explorando todas las grietas de la cocina. Estaba
conmovido por el amor de ella hacia las pequeñas cosas y estaba intentando luchar
contra el tirón de su propio corazón.
Se había enamorado completamente de ella cuando era adolescente, porque a
pesar de que era la niña más rica en la ciudad, nunca lo había presumido, a diferencia
de su padre. Ella siempre había preferido unos vaqueros gastados y una camiseta por
encima de la ropa de última moda. Se había parecido mucho más a él que a los otros
chicos pretenciosos.
Parecía que no mucho había cambiado, si miraba la casa de ella, vehículo y
posesiones. Ella tenía cosas lindas, pero nada decía a gritos extravagancia. De hecho,
su hijo tenía muchas más cosas en su pequeño espacio que ella. Era bastante obvio
que ella amaba y malcriaba a Jacob. Él sabía cuánto ganaba también y era
ridículamente bajo para lo que hacía. Su propio padre no le había dado un aumento en
todo el tiempo que había estado allá. Él había asumido que eso era solamente en los
libros y que su padre le estaba dando más por su cuenta, pero por la manera en que
ella vivía, ya no lo creía.
Tal vez ella no era la persona fría que había pensado que era cuando envió a su
padre para despedirse. Tal vez había otra razón para todo lo que había sucedido.
Estaba decidido a descubrir cuáles fueron esas razones, incluso si ello rompía la semi
tregua que había comenzado a compartir.
Alcanzó la escuela y Jacob estuvo en la acera y subió al vehículo, apenas poco
antes de que él lo detuviera. Estaba hablando a miles de kilómetros por minutos y no
podía contener la emoción de ir a su casa nueva.
Estaba preguntando si todas las cosas habían llegado ya y si la piscina estaba
lista para nadar en ella. Quería saber si Derek le había comprado una pelota de
baloncesto y si podía tener un cachorro. Derek respondió cada pregunta que pudo,
pero no sabía si Jacob lo escuchaba, porque le dispararía otro torrente antes de que
siquiera acabase de hablar.
Se encontró sonriendo ampliamente mientras disfrutaba el entusiasmo
vertiéndose de su hijo. Al menos había hecho feliz a uno con su compra. Sin embargo,
tenía la sensación de que Jasmine iba a sentirse unida a la casa, si su emoción en la
cocina era alguna indicación.
Apenas se estacionó en la cochera antes de que Jacob saltara del vehículo y
corriera a través de la puerta. Lo escuchó saludar a su madre a los gritos, antes de
108
escuchar sus pisadas desvaneciéndose mientras subía corriendo las escaleras. Era
increíble que el chico recordara cómo desenvolverse.
—Espero que no se pierda —dijo Jasmine con algo de preocupación, mientras
escuchaba al tornado de energía que su hijo acababa de dejar detrás.
—Bueno, entonces podremos jugar Marco Polo también —respondió Derek
con una carcajada. Ella lo miró por un momento, entonces se rindió y dejó que la
diversión sobrepasara mientras se reía con él—. Me aseguraré que encontró su cuarto
y luego ver qué puedo hacer para poner el lugar en orden —dijo mientras desaparecía.
Jasmine no vio a ninguno de los chicos por un par de horas, mientras todos se perdían
en sus diferentes proyectos.
Traducido por Flochi

Corregido por Nanis

—B
ueno, mira quién ha ascendido en el mundo —dijo Drew en
el altavoz, mientras esperaba a que el portón se abriese.
—¿Cómo me encontraste? Pensé que estaba
escondido —contestó Derek. Se había preguntado quién estaba tocando el timbre.
—Oh, siempre es fácil encontrar a mi presa —respondió Drew.
—Oye, abre el portón antes de que lo salte y patee tu lamentable culo —habló
la voz de Ryan en el micrófono.
—¿Para qué demonios lo trajiste? —dijo Derek, a la vez que presionaba la 109
combinación para que las puertas se abrieran. Salió a la puerta delantera y esperó a
que sus primos salieran de la camioneta.
—Lindo lugar, ¿tiene espacio extra? —dijo Ryan, cuando subió las escaleras y
le daba una palmada en la espalda a Derek.
—Claro, tengo que contratar a un jardinero —respondió Derek, quien se ganó
otro golpe.
—Diablos, alguien está madurando para ser un verdadero hombre, tienes la
casa, al hijo y pronto a la esposa, ¿qué sucedió con nuestra promesa de ser solteros
para siempre? —dijo Drew mientras se ponía cómodo y atravesaba las puertas.
—Maldita será, no creo que tengas suficiente espacio —gritó Ryan, con un
silbido bajo, a la vez que contemplaba el lugar.
—Lo que sea, Ryan, tus ingresos son iguales, si no es que más que los míos —
replicó Derek poniendo los ojos en blanco.
—Bueno, sí, es más que los tuyos, porque no he lo he derrochado todo en una
casa —contestó el hombre con una sonrisa maliciosa. Él supo que el dinero ni siquiera
había disminuido en lo que se refería a Derek.
Se dirigieron hacia el fondo y al sonido de Jacob chapoteando en el agua. Miró
a los dos hombres y sus ojos se llenaron de curiosidad. Derek los consideraba a ambos
más como hermanos y se los presentó a Jacob como sus tíos. Jacob estaba eufórico al
descubrir que tenía tíos, dado que su mamá era hija única y tenía una familia pequeña.
—Espero que tengas bañadores adicionales, porque voy a meterme en el agua
de una manera u otra y no quiero que te veas mal delante de tu prometida al mostrarle
lo deficiente que eres —dijo Drew con un meneo de sus cejas.
Esta vez fue Derek quien lo golpeó en el brazo y luego lo llevó a los
cambiadores junto a la piscina, que ya estaba surtida con trajes extra. Sus dos primos
se cambiaron rápidamente y pronto los cuatro estaban teniendo una guerra de agua
que tuvo a Jacob riendo sin control.
—Entonces, ¿dónde está Jasmine? No la he visto en una eternidad —preguntó
Ryan.
—Tuvo que ir a recoger algunos alimentos así podríamos comer. Jacob, aquí,
es un pozo sin fondo. Al parecer, a él no le gusta ir a comprar alimentos —dijo Derek
con afecto. Él mismo odiaba ir a comprar comida. No podía esperar a contratar
personal para que se encargara de todo.
110
Jugaron en la piscina un rato más y luego finalmente se arrastraron fuera,
reacios. Se cambiaron de ropa y después ayudaron a Derek a desempacar. Había una
biblioteca de piso a techo por la que Jasmine había llorado. Quería sorprenderla,
poniendo todos sus libros allí. La habitación era bastante grande, con una chimenea
de madera y un ventanal con un asiento. Iban a pasar la semana comprando muebles
para llenar este cuarto, junto con muchos otros.
Con sus primos allí ayudándolo, tuvo la biblioteca y la sala desempacada en
nada de tiempo. Incluso consiguieron colgar la mayoría de las obras de arte en las
paredes. Miró alrededor, sintiéndose bien por su progreso.
Acababan de sentarse, cuando escuchó la puerta de la cochera abrirse. Se puso
de pie para ayudar a Jasmine a cargar los comestibles y Drew y Ryan lo siguieron.
Cuando salieron al garaje, Jasmine los vio y todo su rostro se iluminó.
—Drew, Ryan, es tan bueno verlos —dijo, mientras corría hacia ellos y
arrojaba sus brazos alrededor de uno y luego del otro.
—Jasmine, te ves más hermosa si eso es posible. ¿Estás segura que quieres
quedarte con este holgazán? Creo que puedo convencerte de que el niño es mío y
podemos escaparnos juntos —le ofreció Drew con una sonrisa malvada hacia su
primo.
—Drew, he extrañado tanto tu sentido del humor. Tienes que contarme todo lo
que te ha pasado en los últimos diez años. Estoy segura que hay un sendero de mujeres
con el corazón roto en tu estela —dijo con una sonrisa genuina.
—Sí, Drew es un barril de risas —dijo Derek, no gustándole que Jasmine fuese
tan abierta y tranquila con Drew y tan poco comunicativa con él.
Los chicos agarraron los comestibles y los pusieron sobre la encimera así ella
podría guardarlos. Se sentaron en los mostradores por lo que siguieron charlando con
ella mientras ponía las cosas donde pertenecían y luego comenzaba a hacer la cena.
Muy pronto, increíbles aromas rodearon a los hombres y ella tuvo que
empujarlos de la cocina, porque no dejaban de picotear las cosas.
—Vayan a jugar por un rato y les haré saber cuándo todo esté listo —les dijo.
—Podríamos desaparecer y será tu culpa —dijo Ryan antes de bajarse y salir
de la cocina. Ella acabó la ensalada y metió la cazuela en el horno, por lo que decidió
ir a trabajar en la biblioteca. Estaba de verdad ansiosa por arreglar todo. No podía
esperar hasta el día en que los estantes estuviesen llenos de arriba a abajo. Le tomaría
años, pero parte de la diversión era agregar libros nuevos cada semana.
Entró a la sala y jadeó. Los chicos habían desempacado todo y se veía muy
111
bien. Incluso habían ordenado los libros correctamente. Solo encontró algunos fuera
de lugar. Regresó a la sala de estar, donde estaban sentado y le dio a Derek un enorme
abrazo, el cual lo sorprendió.
—Muchas gracias por acomodar todos los libros, sé que debió haber sido un
poco angustiante, dada la cantidad —habló entusiasmada.
—De nada. Quería que comenzaras a sentirte en casa. Sé que esta casa es un
poco intimidante —dijo con un encogimiento de hombros.
—Fue muy dulce de tu parte —dijo con una sonrisa.
—Oye, nosotros ayudamos, ¿dónde están nuestros abrazos? —dijo Ryan con
una sonrisa maliciosa. Ella se acercó y lo abrazó y luego a Drew. Derek fulminó con
la mirada a sus primos, mientras ellos la sostenían un poco más del tiempo apropiado.
Sabía que sus primos nunca intentarían quitarle a su mujer, pero también sabía que a
los hombres les gustaba subirle la presión sanguínea y estaban haciendo un buen
trabajo.
—No puedo esperar a ir de compras a todas las tiendas de libros usados y llenar
esos estantes —dijo con entusiasmo.
—Apuesto a que los llenarás en una semana y luego nosotros tendremos que
construir más estantes —dijo Drew. Jasmine siempre había sido una ávida lectora en
la escuela. Ella nunca iba a ninguna parte sin al menos un libro en su bolso, solo en
caso de que acabara atrapada en algún lugar. Si tenía un libro, tenía una forma
constante de entretenimiento.
—No puedo esperar a conseguir uno de esos sofás súper cómodos así puedo ir
allí y quedarme dormida con un buen libro —dijo un poco soñadora.
—Oh, primo, parece que has sido reemplazado por un buen sofá y algún héroe
de ficción —bromeó Ryan.
—Están a punto de ser echados sin la cena —los amenazó Derek. Sabían que
era todo palabras y ni siquiera parecieron un poco preocupados.
El temporizador del horno sonó y los hombres se dirigieron inmediatamente al
comedor. Por suerte, Derek ya tenía una enorme mesa y había suficiente espacio para
todos. Ella hizo que los hombres llevaran los platos a la mesa y luego observó con
asombro, cuando todo lo que había preparado desapareció en nada de tiempo.
—Esto está bueno, mamá —dijo Jacob. Los hombres estuvieron rápidamente
de acuerdo con él, entre bocados. Ella se sintió estupenda, porque la cocina era un 112
sueño en la que cocinar y su compañía había disfrutado la comida.
—Creo que en serio deberías abrir un restaurante —le dijo Drew.
—Nunca querría hacer eso, porque entonces se volvería un trabajo y ya no lo
disfrutaría, y en este momento amo cocinar, especialmente cuando es para personas
que le gustan —le respondió.
—Bueno, puedo venir aquí cada noche, para que tengas audiencia —se ofreció
Ryan.
—Cuando quieras —dijo ella, diciéndolo en serio. De verdad le importaban los
primos de Derek y estaba contenta de tenerlos en su vida de nuevo. Es como si todo
hubiera completado el círculo. Tal vez era hora de dejar el pasado y concentrarse en
el aquí y ahora. Derek era un padre increíble y estaba siendo bueno con ella.
Tenía que ser cuidadosa con su corazón, no obstante, porque él ya le había
dicho que solamente estarían juntos el tiempo suficiente para que su hijo creciera. Si
se encariñaba demasiado, la destruiría cuando fuera echada de su hogar y de su vida.
—¿Cuándo es la boda? —dijo Drew, luego de que acabaran de comer sus
postres. Jasmine miró a Derek, porque nunca habían discutido un período de tiempo.
—Deseaba que nos acomodáramos primero en la casa así que creo que en un
mes. ¿Eso te daría tiempo suficiente, Jasmine? —preguntó Derek, poniendo toda la
presión sobre ella.
—Es bastante tiempo —le respondió, sintiendo que un poco del pánico
regresaba.
—Bueno, entonces está acordado. Nos casaremos en cuatro semanas a partir
de hoy. Un sábado siempre es bueno para hacerlo, ¿cierto? —le preguntó nuevamente.
—Eso estaría bien pero honestamente no tiene que ser lujoso. Simplemente
podemos ir al juez de paz o algo así. Jacob podría usar el esmoquin aquí —rogó. No
necesitaba seguir sumando más recuerdos que dolerían más cuando todo hubiera
acabado completamente.
—No puedes casarte así. Esta es tu boda. Querrás fotos, un pastel y por
supuesto, todos tus invitados quieren comida —dijo Drew, lo que la sorprendió. Él
era un conocido playboy y estaba hablando sobre una boda. No parecía ser propio de
él.
—No te preocupes, tendremos una boda verdadera —dijo Derek y luego casi
la fulminó con la mirada; como si estuviese ofendido de que siquiera hubiera 113
mencionado lo contrario.
—Solo estaba intentando hacer las cosas más simples —dijo ella con
culpabilidad.
—Mejor nos vamos yendo, tengo que salir de viaje de negocios mañana —dijo
Drew, a la vez que se ponía de pie—. Gracias por la estupenda comida, Jasmine. No
puedo esperar a regresar por más —le dijo y luego se inclinó para darle un beso de
despedida.
—Sí, muchas gracias, todo estuvo estupendo. Fue increíble conocerte,
hombrecito, y regresaremos a enseñarte algunos malos hábitos —agregó Ryan y le
dio un abrazo a Jacob.
Derek los acompañó a la puerta y la casa de pronto pareció mucho más vacía
sin ellos en ella. Tenían una manera de llevar vida a donde sea que fueran. Ella pensó
que algunas cosas nunca cambiaban.
Todos estaban cansados y llevaron a Jacob a su habitación. Tomaron turnos
para leerle su historia y luego dejaron la habitación. Jasmine había estado tan cansada
la noche anterior que se había quedado dormida con Jacob mientras le leía su historia.
Se dio cuenta que no tenía idea dónde se suponía que iba a dormir.
Salió al corredor y estuvo insegura de la dirección que tomar.
—¿Problemas? —preguntó Derek, sin hacerle las cosas más fáciles.
—Es solo que no sé en qué habitación voy a dormir. He estado tan ocupada,
que no he tenido tiempo de explorar dónde ha sido puesto todo —dijo.
—Pensé que sabías dónde está el dormitorio principal —dijo mientras
continuaba mirándola fijamente. Ella lo miró como un ciervo en los faros de un auto.
No estaba lista para volver a caer en su cama, pero se habían estado llevando bien y
no quería que la tregua acabara. No sabía qué hacer.
Derek la agarró por los brazos y la besó sin pensarlo, mientras amoldaba sus
cuerpos. La tuvo respirando entrecortadamente y su mente estaba completamente en
blanco. Ella podía muy fácilmente ceder a sus propias necesidades y a las de él
también.
La soltó tan de pronto como la había agarrado y la fulminó con los ojos.
—Nunca he forzado a una mujer a estar conmigo y no voy a obligarte. Toma
la habitación principal y tomaré una de las habitaciones de invitados, por el momento.
Rogarás unirte a mí pronto —dijo con una arrogancia que la hizo apretar los dientes.
114
—No contendría el aliento si fuera tú —gritó y luego se alejó de él cerrándole
la puerta en la cara. Derek pensó en ir tras ella por un minuto, antes de darse cuenta
que eso acabaría con ellos en la cama de nuevo, sin nada resuelto.
Podía aguardar por un poco más de tiempo, pero si no venía hacia él pronto,
entonces él sufriría una implosión. Caminó dando largas zancadas hasta el final del
corredor y entró a la única otra habitación con una cama en ella. Se metió en la ducha
y congeló su erección, antes de subirse a la pequeña cama. Se quedó acostado por
horas, imaginándola en su enorme cama tamaño King de cuatro postes, lo que lo puso
duro de nuevo e hizo miserable. No ayudaba que su aroma pareciera estar impregnado
en la cama y lo rodeara. Gimió mientras se revolvía y daba vueltas.
Tendrían que llegar a un entendimiento dentro de muy poco tiempo, o él no iba
a lograrlo. Su cuerpo simplemente no podía soportar el dolor.

Jasmine durmió increíblemente bien. Se sintió un poco culpable por tomar la


cama de Derek, pero vaya cama que era. Era enorme, cómoda y las sábanas y mantas
eran suaves y sedosas. Se había acostado, pensando que estaría despierta por horas,
pero lo siguiente que supo fue que era de mañana. Estiró los brazos y se dio cuenta
que no le dolía nada. Estaba pensando que debería haberse comprado una cama así
hace años.
Tomó una larga ducha en el dormitorio principal y disfrutó cuando los cuatro
cabezales distintos le aplicaron cantidades diferente de presión por todo el cuerpo. Se
quedó como una hora allí y el agua caliente nunca se agotó. No podía esperar a probar
la tina con los chorros.
Jasmine bajó las escaleras para encontrar a Jacob y Derek sentados a la mesa,
comiendo un poco de cereal. Jacob estaba siendo hablador como siempre,
balbuceando sobre su nueva habitación y cómo no podía esperar a invitar a sus
amigos. Sonrió al ver a su hijo tan feliz y emocionado.
Derek la miró y ella casi jadeó en voz alta ante lo desaliñado que se veía. Tenía
círculos oscuros debajo de los ojos, como si no hubiese dormido ni un poco y su ropa
incluso estaba arrugada. No supo qué decir, considerando que ella había dormido
mejor que nunca en su cómoda cama, mientras que él parecía que se había revuelto y
girado durante toda la noche.
—Buenos días —dijo finalmente, casi cantando las palabras, se sentía de
115
maravilla. Derek no respondió; fue más como un gruñido. Ella tuvo que contener la
risa. Era lindo incluso gruñón, arrugado y malhumorado.
Limpió el desastre que ellos hicieron con su desayuno, disfrutando de los
aparatos de última tecnología en la cocina. Quería conseguir más comestibles para
poder hacer un montón de cosas horneadas. No podía esperar a oler la dulzura del pan
de calabaza aromatizando la casa.
—Deberíamos irnos pronto. Tengo que ir a la mueblería, para que podamos
llenar la casa —dijo Derek finalmente. Él estaba en su segunda taza de café y parecía
estar un poco más alerta.
—Suena divertido —dijo Jasmine. No estaba interesada en comprar muebles.
Preferiría ir a comprar comestibles o libros, pero no creía que fuese un buen momento
para mencionarlo, no con su actual humor.
—Voy a cambiarme, pareces que ya estás lista así que dame una media hora y
nos iremos —dijo, mientras prácticamente salía corriendo de la cocina.
Derek bajó las escaleras, todavía con círculos oscuros debajo de sus ojos, pero
viéndose más divino que nunca en lo que él consideraba ropas casuales. Estaba usando
pantalones negros y una camisa blanca. Se veía sorprendentemente bien y a ella le
costó mucho no recorrerlo con sus manos.
Jasmine y Jacob lo siguieron al SUV y pronto se dirigían a la ciudad. Salió del
camino y se estacionó cerca de una enorme mueblería. El edificio debía ser de al
menos tres pisos de alto. Ella salió y comenzó a seguirlos a las puertas, cuando vio
una tienda de libros de segunda mano a unas pocas puertas de distancia. Era enorme
y la estaba llamando.
—¿Puedo encontrarme luego con ustedes en la mueblería? —preguntó. Él alzó
las cejas interrogantes—. Hay una librería en aquella dirección y quiero ir a ver.
Debería tardar unos pocos minutos —casi rogó.
—No tienes que comprar libros usados. Puedo comprarte todo lo que quieras
nuevo —dijo, perplejo de que ella quisiera comprar libros usados.
—Oh no, hay tesoros allí, Derek. Puedes encontrar copias autografiadas y
libros descontinuados. Puedes encontrar las portadas originales y copias antiguas. Es
una completa caza del tesoro entrar a una tienda de libros usados —le explicó, con
genuina emoción vertiéndose de ella.
—Si de verdad quieres… —dijo él, como si no pudiese imaginar la emoción. 116
—Perfecto. Vayan y escojan lo que quieran para la casa. Solo deja la biblioteca
para lo último, por favor. Oh, y por favor, que nada sea negro o de tela marrón y de
verdad no me agrada el cuero porque te hace sudar cuando te sientas en él. Salvo eso
no me importa cómo amueblamos —dijo sin aliento. De verdad quería llegar a esa
tienda. Derek asintió y ella se dio la vuelta y entró corriendo por las puertas de la
tienda.
Derek la observó mientras desaparecía y luego miró a Jacob como si ella
estuviese loca.
—Mamá siempre se comporta así cuando encuentras una nueva tienda de
libros. Estará allí todo el día. Por lo general, intento encontrarme un libro para leer en
una de las sillas cómodas, porque sé que le tomará una eternidad. Ella siempre se
siente mal por el tiempo que tarda, porque luego me compra un helado grande —dijo
Jacob, intentando decidir si valía la pena seguir a su madre.
—Te llevaré a tomar helado y no tendrás que sentarte en la librería todo el día
—dijo Derek, como leyendo sus pensamientos.
—Sí —dijo Jacob, dejando clara su elección y siguiendo a su padre a la enorme
mueblería—. ¿Puedo tener una cama nueva? Sé que mi cama es buena, pero la he
tenido desde siempre y de verdad quiero conseguir una litera para que mis amigos
tengan donde dormir —le rogó Jacob.
—Puedes tener todos los muebles de tu cuarto nuevos. Eres un chico grande y
es hora de que consigas un escritorio y otras cosas que te sirvan mejor —dijo Derek,
sin ser capaz de negarle a su hijo nada—. Vayamos a escoger primero tus cosas —
terminó y tomó la mano de Jacob.
Derek estaba comenzando a sentirse mejor a medida que veía la emoción de
Jacob por las cosas nuevas. El chico estaba tan entusiasmado y emocionado por todo
y Derek estuvo orgullo de la apreciación de Jacob por todo lo que conseguía.
Derek se dio cuenta que Jasmine no lo había malcriado de mala manera. Jacob
era un buen chico en tantas maneras. Apreciaba las cosas y siempre era amable con
todos a su alrededor. Era tan diferente de otros chicos y estaba comenzando a darse
cuenta que Jasmine no era la persona materialista que una vez él había pensado que
era.
La elección de ella en cuanto a muebles era otro ejemplo de quién era. No
quería costosos muebles de cuero. Quería algo que fuese cómodo para ella y sus
invitados. No le preocupaba lo que la gente viese cuando entraran a una sala, le
importaba que se sintieran cómodos. Iba a ser un soplo de aire fresco, en un mundo
117
de tiburones corporativos.
Pronto ordenaron los muebles para cada cuarto en la casa salvo la biblioteca y
Derek se dio cuenta que habían pasado tres horas y todavía no había visto a Jasmine.
—¿Has visto a tu madre? —le preguntó a Jacob.
—Te lo dije. Se olvidó de la hora, como siempre —dijo Jacob, poniendo sus
ojos en blanco.
—Vayamos a buscarla —dijo Derek con una leve sonrisa. Era adorable que
ella se perdiese tanto en sus libros.
Entraron a la librería y encontraron a Jasmine en el mostrador y había cuatro
bolsas llenas a sus pies y dos más en el mostrador. Él miró de ella a las bolsas y de
nuevo a ella. Ella los vio justo cuando la cajera pasaba la tarjeta de crédito.
—Oh, lamento que tomara tanto tiempo, perdí la noción del tiempo, pero
estaban teniendo grandes ofertas y hay libros tan buenos aquí —explicó rápidamente
y luego miró de sus bolsas a ellos con una expresión culpable.
—Será mejor que llevemos esto al auto —dijo Derek con una sonrisa.
—Sé que gasté mucho y lo lamento, pero esos estantes vacíos tienen que
llenarse y tenían buenas ofertas —dijo, siguiéndolo con dos bolsas. Él iba a tener que
volver a buscar el resto.
Tenía curiosidad sobre su idea de lo que era mucho dinero.
—¿Cuánto costó todo esto? —preguntó él.
Su cara se puso roja y él estuvo pensando que ella gastó varios miles de dólares.
A él no le importaba realmente.
—Doscientos veinte dólares —murmuró ella. Apenas pudo escucharla y le
pidió que se repitiera. Cuando lo hizo, se detuvo y la miró fijamente. Ella se estaba
sintiendo culpable por gastar doscientos dólares en libros.
Comenzó a reírse, en voz baja al principio y luego siguió aumentando hasta
que estuvo doblándose por la cintura, riéndose muy fuerte. Estaba intentando
detenerse, pero no podía. Su estómago dolía, de temblar tanto. Le tomó como cinco
minutos controlarse lo suficiente para hablar y para entonces, Jasmine lo estaba
fulminando con dagas en los ojos y Jacob estaba sonriendo como si disfrutase el
sonido.
—No veo lo que encuentras tan gracioso —le espetó ella.
118
—No puedo creer que estés parada con una expresión de culpa en tu cara por
gastar doscientos dólares en libros. De verdad Jasmine, uno de los taburetes que
compramos hoy costó el doble que eso —dijo él, todavía riéndose.
—Bueno, como sea. —Resopló y se dirigió hacia la mueblería. La alegró que
él no estuviera intentando haciéndola sentir culpable por su compra, pero no tenía que
reírse de ella. Su padre siempre le había dicho que desperdiciaba su dinero en libros.
Él no podía entender por qué ella querría leer todas esas tonterías, como él las llamaba.
Ella adoraba sumergirse en sus mundos de fantasía y no le importaba lo que cualquiera
tuviera que decir al respecto.
Derek y Jacob la alcanzaron en silencio y aunque Derek ya no se estaba riendo
abiertamente, todavía podía ver el brillo en sus ojos y supo que se estaba conteniendo.
Ella finalmente sonrió, dándose cuenta que era un poco tonto estar tan molesta. Se
relajó y luego pasó un buen rato encontrando sus muebles.
Primero, tenía que gustarle la tela, y luego probó los diferentes sofás al tacto.
Cuando encontraba un material que le gustaba, se sentaría y vería lo cómodo que era.
Debió haber hecho eso con cien sofás antes de encontrar el que estaba buscando. Los
otros muebles fueron más fáciles de encontrar y pronto acabaron.
Ella no supo que cuerdas Derek tuvo que tirar, pero le iban a entregar todo al
día siguiente. No podía esperar a tener toda la biblioteca acomodada.
Para cuando regresaron a casa, los tres estaban arrastrando los pies. Había sido
un día agotador pero exitoso. Jasmine estaba deprimida por tener que regresar al
trabajo a la mañana siguiente. Estaba disfrutando de arreglar su casa y no quería parar.

119
Traducido por Myr62

Corregido por Nanis

D
urante las próximas semanas, la tensión entre Jasmine y Derek
aumentó. Continuó dejándola tener el dormitorio principal por su
cuenta, pero ella estaba encontrando que estaba muy solitaria en la
enorme habitación. Tenía miedo de que pudiera terminar ganando una vez más e iría
a rogarle que se uniera a ella.
Habían estado planeando la boda juntos, pero en su mayor parte él estaba
haciendo todo. Su vestido estaba siendo hecho para ella y tenía varios accesorios. Ella
estaba enamorada de él, en realidad estaba muy emocionada por el producto
terminado. No sabía cómo Derek había logrado hacerlo, pero el diseñador estaba 120
haciendo el vestido casi idéntico a la imagen que tenía. Jasmine había tomado
fragmentos de varias fotos de diferentes vestidos que le gustaban y lo reconstruyó. El
diseñador era fenomenal y no podía esperar a usarlo.
Ella y Derek comenzaron a llevar vehículos separados a las oficinas, ya que
estaba pasando su tiempo entre la oficina principal y la más reciente toma de posesión
de él. Ya que gente nueva había sido contratada y ocupando sus puestos, él estaba
viniendo solo un día a la semana. También regresaba a la casa más tarde y más tarde.
Jacob estaba comenzando a quejarse con él.
Le prometió a Jacob estar en casa más tiempo, una vez que terminara de
trabajar en su nuevo negocio, pero Jasmine pensó que había mucho más que eso.
Pensó que estaría feliz de no tener que verlo tanto, pero se había acostumbrado a que
estuviera cerca y ahora que estaba desapareciendo, se sentía abandonada en su enorme
casa.
Trató de aprovechar lo mejor de la situación y entretuvo a Jacob tanto como le
fue posible. Él tenía su pijamada y cerca de diez niños vinieron a pasar la noche.
Estaban enamorados de la piscina y la cancha de baloncesto y no podían averiguar
qué hacer primero.
Pasaron de actividad en actividad hasta que se agotaron y se estrellaron en la
guarida, viendo películas de terror y llenándose de comida chatarra.
Jasmine continuó ocupada con su hijo y la boda y pronto pasó casi un mes
entero. Su boda estaba llegando en unos días más y estaba aterrorizada. Apenas había
hablado con Derek desde que se habían mudado y advirtió que buscaría y encontraría
razones para que estuvieran en la misma habitación. Él no parecía sentir lo mismo. Y
estaba rompiendo su corazón nuevamente.
Parecía ser la misma historia de cuando ella era solamente una chica de
dieciocho años. Había conseguido lo que quería, así que ya no quería estar con ella.
Estaba empezando a sentir pánico con toda la situación. Ya estaba dependiendo de él
una vez más y sabía cómo era Jacob, pero no sabía si iba a ser capaz de recoger las
piezas esta vez si él los dejaba.
Jasmine estaba sentada leyendo en la biblioteca, lo cual no era inusual. Jacob
estaba en una fiesta de pijamas y Derek estaba en la oficina, tarde otra vez. El timbre
sonó alertando de alguien en la puerta.
Sabía que no podían ser Drew o Ryan, ya que tenían el código, pero no podía
averiguar quién más estaría allí tan tarde en la noche. Se levantó y contestó el timbre.
—¿Puedo ayudarte? —preguntó, sintiéndose un poco tonta hablando a una
caja.
121
—Soy Amy. Tengo algunos materiales para Derek —dijo la sexy voz
femenina.
Jasmine no podía entender por qué Derek dejaría que una de sus ex novias
viniera a su casa, pero pensó que a él no le importaba que le arrojara la mujer a la cara.
Abrió la puerta y solo esperaba que entrara y saliera rápidamente.
Jasmine la encontró en la puerta, porque quería que la visita terminara pronto.
La mujer parecía la fantasía de cada hombre que cobró vida, con su falda
increíblemente corta, su blusa ajustada a su piel y sus tacones que hacían que sus
piernas parecieran infinitas. Tenía uñas rojas para emparejar su lápiz labial rojo y
Jasmine se sentía un poco intimidada, pues estaba allí de pie, sin maquillaje y su
cabello tirado hacia atrás en un moño muy desordenado.
—Gracias por traer esto. Se lo daré a Derek tan pronto como llegue a casa —
dijo Jasmine, mientras tendía su mano para tomar los artículos.
—Oh, ¿no ha vuelto todavía? —dijo la mujer, como si supiera exactamente por
qué no estaba allí.
Jasmine entrecerró los ojos, sin siquiera pretender ser amable.
—Estará en casa en cualquier momento —dijo Jasmine.
—Lo sé, me reuniré con él aquí. Tenemos mucho trabajo por hacer, así que
estoy segura que puedes encontrar algo más que hacer —sugirió de una manera que
implicaba que ella y Derek tenían mucho más que hacer que negocios. El primer
instinto de Jasmine fue lanzar a la mujer por la puerta de su casa, con el puño, pero
era mejor que eso.
—Bueno, puedes esperar en su despacho —dijo Jasmine con los dientes
apretados. Decidió que si iba a traer a sus fulanas a la casa esto no funcionaría. Iba a
decirle lo que pensaba, más tarde.
Se acostó en la biblioteca para esperar a que regresara a casa y el sueño
finalmente la alcanzó. Cuando despertó eran las tres de la mañana. Se incorporó
rápidamente y miró por la ventana. Se sintió aliviada al ver que el auto de Amy había
desaparecido, pero todavía estaba enojada, le había pedido a la mujer que se dirigiera
a su casa. Había algunos límites que no cruzabas.
Subió las escaleras y se dirigió a su habitación. No estaba allí, así que, en lugar
de buscar por la casa de arriba a abajo, decidió dormir un poco y luego enfrentarse a
él por la mañana.
Rápidamente se desnudó y se metió debajo de las sábanas. Sintió un
movimiento y se sobresaltó al encontrar a Derek en su cama.
122
—¿Qué estás haciendo aquí? —se quejó, mientras trataba de saltar de la cama.
Estaba demasiado enfadada con él para hacer algo.
—Me enfermé de esperar que vinieras a mí y estoy cansado de tu cama —dijo,
mientras sacaba el brazo para sujetarla antes de que pudiera alejarse. Cuando se dio
cuenta que estaba completamente desnuda, gimió de placer y luego sintió que sus
labios se unían a los suyos.
En el momento en que empezó a besarla, pudo sentir la respuesta de su propio
cuerpo. Ella intentó una vez más alejarse, pero él simplemente aumentó la presión de
su boca mientras sus manos comenzaron a frotarse sobre sus curvas.
No habían estado juntos en un mes y ella estaba tan hambrienta como él. Dejó
la pelea y envolvió sus manos alrededor de su cabeza para acercarlo más a ella. Estaba
ardiendo y necesitaba que él se lo quitara. Se olvidó de sus preocupaciones y dejó que
el deseo de su cuerpo se hiciera cargo.
Derek mantuvo la boca en la de ella, empujando su lengua dentro y alrededor
de su boca. Podía sentir el calor acumulado en su núcleo. Estaba presionado a su lado
y ella podía sentir su ardiente excitación presionada contra su cadera. Su necesidad
era abrumadora, deseándolo dentro de ella.
Movió sus labios por su cuello y lamió a lo largo de su pulso golpeando,
haciendo que su cuerpo se retorciera debajo de él. Sus manos se frotaban lentamente
hacia arriba y abajo de su cuerpo, y cuando él rozó su pezón endurecido, su espalda
se arqueó de la cama, deseando mucho más.
Finalmente se movió por los montículos de sus pechos y besó todo el lugar que
necesitaba que tocara. Su lengua corrió alrededor de las capas externas de sus pezones
palpitantes y ella trató de girar en su dirección, así que le llevaría el brote a su boca.
Finalmente hizo lo mismo que su cuerpo le estaba pidiendo y también chupó
el brote apretado en su boca, causando una onda de aligeramiento disparar todo el
camino hasta su núcleo. Podía sentir el calor juntándose y preparándose para que su
erección empujara dentro de ella.
Él masajeó sus pechos con sus manos mientras succionaba y lamía los brotes
hinchados. Ella siguió moviéndose debajo de él, hasta que finalmente bajó por su
estómago y luego no pudo detener el estremecimiento que estaba alcanzando su
cuerpo. Se movió por su superficie lisa y finalmente alcanzó el núcleo palpitante de
su cuerpo.
Mientras su lengua se deslizaba para acariciar sus pliegues, podía sentir la
presión dentro de ella. Él chupó su sensible nudo en su boca y ella se sacudió con el
123
poderoso orgasmo que se barrió a través de ella. Siguió temblando mientras las
ondulaciones la atravesaban una y otra vez. Él lentamente besó su camino por su
cuerpo, sin perder un solo lugar.
Cuando acercó sus labios a los suyos en una suave caricia, sintió como si
pudiera flotar en una nube. Era mágico en su intensidad. Él continuó besándole la
boca y el rostro y su cuerpo empezó a calentarse de nuevo.
Ella lo lanzó audazmente sobre su espalda, para devolver algo del placer que
acababa de recibir. Pasó la lengua por su garganta masculina. Le encantaba el sabor
ligeramente salado de su cuerpo.
Siguió bajando por sus duros pectorales, amando la sensación de sus músculos
temblando debajo de su lengua. Su cuerpo era tan increíble y le encantaba la textura
de su piel lisa y dura. Bajó por su estómago y trazó la línea de vello debajo de su
ombligo. Sus caderas se sacudieron mientras seguía bajando sobre su cuerpo.
Finalmente alcanzó su hinchado pene y lo sostuvo en su mano, frotándolo entre
sus dedos. Rodeó la cabeza y luego lamió el líquido que goteaba. Sus caderas se
sacudieron de la cama con placer, mientras un gemido escapaba de sus labios.
Jasmine finalmente bajó la cabeza sobre el duro eje y lo tomó profundamente
dentro de su boca. Él gimió mientras bajaba la cabeza hacia arriba y abajo de su
miembro, mientras acariciaba de arriba a abajo con su mano. Disfrutaba de la suave
piel sedosa dentro de su boca y continuaba moviéndose hacia arriba y abajo, más
rápido mientras sus gemidos de placer la excitaban.
Se puso rígido y luego agarró su cabeza para apartarla.
—Esto va a terminar demasiado rápido si sigues haciendo eso —gruñó. La
levantó por su cuerpo y ella se montó a horcajadas en sus caderas. Nunca habían hecho
el amor con ella en la parte superior antes y estaba nerviosa sentada allí, con sus ojos
vagando por todo su cuerpo. Ella sintió una sensación de poder y fue increíblemente
erótico.
Él dirigió su eje palpitante hacia su entrada y luego ella se deslizó lentamente
sobre él. Cuando su cuerpo bajó, sintió que la presión crecía y que los instintos
naturales de su cuerpo tomaban el control. Empezó a moverse arriba y abajo de su
erección, mientras su cuerpo allanaba el camino. Estaba tan caliente y húmeda y él se
deslizó fácilmente dentro y fuera de ella.
Podía sentir que empezaba a temblar mientras el orgasmo se acumulaba dentro
de ella. Él levantó las manos para amasar sus pechos, mientras se balanceaban con
124
cada movimiento que hacía. Le frotó los pezones entre los dedos, ligeramente
pellizcándolos, antes de alisar sus manos sobre los picos. Podía sentir el tirón hasta
abajo, profundamente dentro de ella.
Movió una mano y empezó a frotar su nudo palpitante en un círculo apretado,
aumentando aún más la presión. Empezó a moverse rápidamente, mientras su cuerpo
se endurecía. Ella echó la cabeza hacia atrás y apoyó las manos en la cama. Ambos
cuerpos temblaban, mientras continuaba el movimiento de arriba abajo.
Ella empujó hacia abajo con fuerza y luego comenzó a temblar
incontrolablemente mientras el orgasmo oscilaba a través de todo su cuerpo. Podía
sentir el fuego disparando por sus piernas, como se disparaba ola tras ola de placer
intenso a través de ella. Perdió toda la energía, mientras se desplomaba sobre su pecho.
Ambos cuerpos estaban cubiertos por una fina capa de sudor y ella se deslizó contra
su duro pecho, haciendo que sus sensibles pezones se estremecieras.
Él la sujetó de las caderas, para estabilizarla y empujar hacia arriba y hacia
abajo, su cuerpo todavía temblando hasta que se tensó y gritó mientras disparaba su
liberación profundamente dentro de su vientre. Siguió moviéndose unas cuantas veces
más para sacar el placer y luego permaneció inmóvil mientras ella yacía tumbada
encima de él.
Sus manos subían y bajaban por su espalda, alisando su trasero, haciendo que
su aún sensible cuerpo se sacudiera con el placer de su toque. Él le acarició el cabello,
ya que ambos disfrutaron de las consecuencias de su amor. Finalmente giró la cabeza
y la besó suavemente haciéndola caer aún más enamorada de él de lo que había estado
antes.
Finalmente se apartó de él, rompiendo la conexión de sus cuerpos. Ella no sabía
qué hacer y se iba a levantar, pero él se negó a soltarla. Siguió acariciándole el cabello,
el cuello y la espalda, convirtiendo todo su cuerpo en gelatina.
Su respiración finalmente se puso bajo control y se quedaron allí en un silencio
cómodo. Ella estaba empezando a dormirse cuando finalmente habló:
—¿Por qué no solo has abierto las puertas a Amy, sino que la has dejado entrar
a nuestra casa? —le preguntó. Su voz no estaba llena de cólera sino de incredulidad
de que hubiera hecho tal cosa. Ella lo miró sorprendida. No parecía estar contento de
haber dejado entrar a la mujer. Tal vez Amy había mentido acerca de su reunión de
negocios.
—Ella me dijo que tenía documentos de negocios para ti y que tenían una
reunión programada. Realmente hizo que pareciera que los dos eran todavía amantes,
de los cual iba a hablarte, pero como que me distrajiste —dijo, apenas por encima de
125
un susurro. Realmente no quería que él confirmara que era amante de otra mujer, sobre
todo después de hacerle el amor tan apasionadamente. Era difícil para ella imaginar
que podría estar con ella así, y luego ir y estar con otra mujer.
Él la miró por unos momentos, parecía estar sorprendido.
—Nunca he dormido con esa mujer, de hecho, ella estaba empezando a
empujar los límites de su empleo y la despedí hace un mes y no la he visto desde
entonces. Me sorprendió bastante entrar en mi despacho para encontrarla sentada allí,
medio desnuda. Rápidamente la escolté fuera de las instalaciones —dijo, con una voz
que no dejaba duda de que decía la verdad—. Era muy obvio que ella vino aquí esta
noche para hacer una actuación para mí, lo que entendí en su mente demente, pero lo
que me estaba molestando es que no podía entender por qué la habrías dejado entrar.
Supongo que nunca mencioné que ella ya no era una empleada y ¿por qué habrías
pensado que éramos amantes? —le preguntó.
—El día que estábamos comiendo juntos, ella estaba en el baño y me dijo que
no solo eran amantes, sino que esperaba que le propusieras matrimonio en cualquier
momento. Pensé que realmente querías estar con ella, pero descubriste que tenías un
hijo y estabas haciendo lo correcto por él. Realmente me molesta porque no puedo
dormir contigo mientras estás teniendo relaciones sexuales con otras mujeres. Sé que
no nos vamos a casar por amor, pero no quiero que ninguno de los dos tome a otros
amantes si compartimos la misma cama —dijo.
Ella se había alejado de él, porque no quería que viera el dolor en sus ojos. No
quería que él supiera la verdad de lo mucho que realmente le importaba. No era
irrazonable para ella pedirle que no tuviera una amante. Había una serie de razones
además del amor por la que ella haría esa petición.
—Quiero compartir una cama contigo Derek, si vamos a ser fieles el uno al
otro. —Finalmente ganó el valor de decir. Era muy difícil para ella, ya que la última
vez que le había abierto el corazón, se había alejado sin mirar hacia atrás.
Derek la volcó sobre su espalda otra vez y cubrió su cuerpo con el suyo. Ella
estaba sorprendida, cuando su erección completamente hinchada estaba en su entrada,
rogando para entrar. Él abrió suavemente sus piernas y se deslizó dentro de su calor
todavía húmedo.
Inmediatamente sintió que la presión comenzaba a crecer, mientras él
lentamente empujaba dentro y fuera de ella. Estaba empezando a perder todos los
pensamientos, incluso de lo que estaban hablando.
—No tengo ganas de estar con ninguna otra mujer cuando estoy contigo. No 126
he dormido con otra desde que regresaste a mi vida y te garantizo que no lo haré. Eres
mía ahora —gruñó, antes de cerrar sus labios sobre los suyos.
Jasmine sintió una sensación de paz, junto con la presión de su cuerpo, mientras
continuaba acariciándola con las manos y el cuerpo. Ellos hicieron el amor varias
veces más esa noche, como si no hubiera manera de que ninguno de ellos pudiera
obtener suficiente uno del otro. Estaría muy cansada durante la próxima semana.
Traducido por Myr62

Corregido por Nanis

E
ra el día de su boda y Jasmine estaba teniendo dificultad para respirar.
Había sido depilada, encerada, planchada y cualquier otro mimo
inimaginable tanto que no reconocía a la persona que se veía mirando al
espejo.
Se dio la vuelta en un círculo lento para verse a sí misma. El vestido era todo
lo que podría haber imaginado y mucho más. Tenía capa sobre capa de seda y encajes
que caían en cascada por su cuerpo. La parte superior estaba ajustada y la hacía parecer
una verdadera princesa. Derek incluso le había comprado una tiara, que era más que
un poco sospechoso, contenía diamantes reales en ella. No lo había dejado fuera de su 127
vista por un momento.
Tenía que admitir que el personal que había contratado había hecho un trabajo
espectacular, porque se veía muy bien. Suspiró mientras se encontraba en la sala de
espera. Él había sido muy reservado sobre dónde se llevaba a cabo la boda real, ella
estaba en una enorme tienda con particiones. Iba a ser recogida en cualquier momento,
para ser llevada al sitio.
—Señora Freeman su carruaje está aquí —le dijo una de las personas. Salió y
sintió lágrimas en sus ojos al ver el carruaje. Era algo directamente escapado de
Cenicienta y era absolutamente perfecto. Había cuatro caballos blancos tirando de él
y un portero que llevaba un esmoquin pasado de moda, manteniendo la puerta abierta.
Derek realmente había pensado en todo para hacer de la boda un verdadero cuento de
hadas y se quedó sin palabras.
Se deslizó hacia el carruaje por la suave alfombra colocada hasta la puerta. Uno
de los asistentes sostenía la cola de su vestido, para que no se arrastrara por el suelo.
El portero la ayudó a entrar y luego un par de personas más arreglaron su vestido.
Pronto el carruaje se adelantó y miró por las ventanas abiertas, preguntándose
qué podría venir a continuación. No había visto a Jacob en todo el día y no podía
esperar a ver cómo se veía en su pequeño esmoquin. Había estado tan entusiasmado
con todo el evento.
Doblaron una esquina y entonces vio a dónde iban y su aliento se enganchó en
su pecho. ¿Por qué él haría eso? Sabía que él estaba enojado con ella por mantener a
su hijo lejos de él, pero ¿por qué iba a tomarse tantos problemas para darle la boda de
cuento de hadas que siempre había querido y luego elegir el punto que significó el
desamor completo para ella?
Cuando se detuvieron frente a la pequeña iglesia, se quedó esperando sola y
notó que él había estado ocupado. El pequeño edificio, que una vez había sido
condenado, estaba ahora completamente remodelado. Era la misma iglesia y parecía
estar como cuando fue construida originalmente, pero ahora estaba completamente
arreglada y había flores decorando las escaleras, que llevaban a su interior.
Se negó a dejar el auto. El portero se quedó allí y parecía un poco apenado,
mientras la novia se negaba a salir. Sintió una lágrima resbalar por su rostro y no le
importó si su maquillaje se arruinaba. No le importaba nada de eso. Lo único que le
importaba era que incluso el día de su boda Derek sentía que debía castigarla por
alguna razón desconocida.
Le dijo al conductor del carruaje que la llevara de regreso y él la miró como si
hubiera perdido la cabeza. Sabía que había sido contratado por Derek y no había
manera de que se fuera con la novia todavía en el carruaje, pero tenía que intentarlo. 128
Vio abrir las puertas y luego Daniel bajaba las escaleras. Siempre había amado al
padre de Derek y aunque normalmente hubiera estado feliz de ver al hombre, hoy no
era uno de esos días.
Se acercó a las puertas y la vio llorando en silencio. No dijo nada durante unos
instantes mientras permanecía allí y luego le tendió silenciosamente un pañuelo para
que se limpiara la cara.
—¿Qué ocurre, Jasmine? —preguntó, con lo que parecía verdadera
preocupación.
—¿Por qué quiere hacerme tanto daño? No entiendo por qué elegir este lugar
para nuestra boda. Este es el lugar en que me dejó de pie y por mi cuenta. ¿Está él
incluso ahí, o todo esto ha sido una gran broma para él? —dijo, sin importarle siquiera
que era a su padre al que estaba hablando.
Los ojos de Daniel se abrieron de sorpresa mientras hablaba con él, pero solo
le dijo que volvería. Habló suavemente al conductor y luego le dio unas palmaditas
en la mano y volvió a entrar en la iglesia. El carruaje repentinamente se movió una
vez más y Jasmine se sorprendió y se puso muy feliz cuando dio la vuelta a la esquina.
Él no se movió lejos, pero al menos ella no tenía a la vista el lugar que sostenía tanta
angustia.
Estaba tratando de decidir si debía o no irse con su enorme vestido o
simplemente sentarse allí hasta que el conductor decidiera que podían irse. Entonces,
la puerta se abrió de nuevo y Derek se deslizó a su lado. Él miró su cara en confusión
mientras sus lágrimas caían en silencio.
—Mi padre dijo que necesitaba hablar contigo, así que aquí estoy. Tenemos un
acuerdo Jasmine y espero que seas lo suficientemente inteligente para recordar eso.
He hecho todo lo posible para hacer de esto la boda que querías —le dijo con una voz
casi cínica.
—¿Por qué elegiste este lugar? —preguntó, mientras algunas nuevas lágrimas
escapaban. La miró otro momento antes de hablar.
—Pensé que este lugar era muy apropiado, después de todo es al lugar que
enviaste a tu padre para comprarme y alejarme de tu vida. Pensé que era irónico
casarse en el lugar donde me dejaste saber que no era lo suficientemente bueno para
ti —casi escupió.
Ahora era el turno de Jasmine mirarle con la boca abierta. No sabía de qué
estaba hablando. Él era el que la había dejado, no al revés. Sus lágrimas se secaron en
su confusión y apenas notó cuando él agarró la servilleta y limpió su cara hacia arriba.
129
—Me dejaste, no al revés —apenas le susurró—. ¿Por qué dices que mi padre
te pagó? ¿Por qué dices algo de eso? No lo entiendo —gritó. Estar en este lugar lo
estaba haciendo todo nuevo y fresco. El dolor de ese día todavía la perseguía,
especialmente cuando miraba el rostro de su hijo.
Ambos se miraron unos a otros mientras trataban de averiguar de qué estaba
hablando el otro.
—¿Por qué no me cuentas sobre ese día? —le preguntó por fin. Estaba
empezando a tener un mal presentimiento en su estómago.
—¿Por qué querrías que me humillara más? —preguntó ella. No podía creer
que fuera tan horrible que pudiera disfrutar de su dolor.
—¿Por favor, solo dime todo lo que pasó después de que nos despedimos esa
noche? —le preguntó y el cambio en su tono la alertó de que algo estaba mal. No
parecía condenatorio ni acusador. Sonaba como si realmente quisiera saber lo que
había hecho, así que comenzó a revivir el peor día de su vida.
Ella le contó cómo había ido a casa y le había dicho todo a su papá y que él la
había apoyado. Le contó cómo había ido a la iglesia y esperó hasta que el sol se
hundiera en el cielo. Explicó que nunca había estado más devastada en su vida y
cuando descubrió un poco más tarde que llevaba a su hijo, el dolor había sido doble.
Fue horrible. Lloraba una vez más al final de su conversación.
Derek no dijo nada, mientras le decía la verdad de aquella mañana. No tenía
dudas de que lo decía era verdad. Ahora comprendía que había sido su padre todo el
tiempo y que el hombre había logrado romperlos. Su padre era realmente un hombre
horrible, porque debía saber que el niño que llevaba era suyo y, sin embargo, todavía
no había tratado de arreglar las cosas. El hombre merecía todo lo que le había sucedido
en los últimos meses y mucho más.
Derek finalmente tomó su barbilla en sus manos y la levantó para encontrar sus
ojos tristes con los suyos. Parecía tan destrozada y lo mató saber que él era responsable
de su dolor. No lo había dejado, se dio cuenta y su corazón se llenó de alegría. La
amaba aún más que cuando todavía eran jóvenes e ingenuos.
Amaba a la mujer que era, tanto que no podía creer que hubiera desperdiciado
tanto tiempo y haber intentado intencionadamente hacerle daño. Él se sentía en el
punto más bajo de todos los tiempos y se prometió recompensárselo el resto de sus
vidas.
Él no dijo nada mientras continuaba mirando hacia sus hermosos y tristes ojos.
Él lentamente bajó la cabeza y capturó sus labios con los suyos. El beso fue suave y
130
lleno del amor que desbordaba de él. La besó durante varios minutos, antes de arrastrar
los labios por las mejillas, besar las lágrimas y luego bajó la cabeza para estrechar
suavemente la suave seda de su garganta.
Ella ya no estaba llorando, cuando él siguió besándola suavemente por toda la
boca, cara y cuello. No la estrechó contra él, ya que no quería arrugar su hermoso
vestido, pero su tacto suave le mostraba tanto amor, que era indescriptible.
Él se apartó de ella a regañadientes y una vez más la miró a los ojos.
—Jasmine, tengo mucho por lo que pedir disculpas, muchísimo. —Empezó.
Estaba allí en la iglesia esa mañana. Estaba allí temprano porque no podía esperar a
huir contigo —dijo y sus ojos estaban redondeados con confusión—. Tu padre
apareció. Me dijo que ya no querías estar conmigo y me ofreció mucho dinero para
comenzar mi nueva vida. Realmente creí al hombre. Estaba tan enojado con él y
extremadamente enojado contigo. Pensé que me habías arrojado a un lado, como un
pedazo de basura y he prometido vengarme desde ese momento —dijo con pesar en
su voz. No le dio la oportunidad de hablar mientras continuaba—. Me dolía tanto y
ese pensamiento de venganza era lo que me motivaba, pero cuando te vi de nuevo, me
di cuenta que todavía te amaba. Me mentí a mí mismo y dije que solo quería llevarte
a la cama y luego dejarte, como me habías dejado, pero eso tampoco era cierto. Esa
primera vez que estuvimos juntos de nuevo, después de tantos años, me tiró de los
pies. Cada vez que te toco, nunca es suficiente. Es mucho más que sexo. Es porque te
quiero aún más hoy que hace diez años. Por favor, dime que me vas a perdonar y que
esta boda puede ser un matrimonio real —dijo.
Jasmine lo escuchó, con esperanza empezando a llenar su corazón. Cuando
terminó de hablar, su pecho estaba tan lleno que no entendía cómo su corazón no latía.
Se entristeció al darse cuenta de todos los años que habían desperdiciado, pero se dio
cuenta que nada de eso importaba ya, porque él la amaba y ella realmente lo amaba y
que podrían ser una verdadera familia.
—Lo siento mucho, Derek. Realmente pensé que te habías alejado de mí hace
tantos años. Nunca sospeché de mi padre, pero debería haberlo hecho. Él no es un
buen hombre y en los últimos meses me he dado cuenta de eso. Lamento que te haya
costado la mitad de la vida de nuestro hijo. Debería haberme esforzado más para
encontrarte.
Él devolvió sus labios a los suyos y la besó con tanto hambre y amor, que
estuvo tentada de saltarse la boda y decirle al conductor que los llevara a casa. Como
si pudiera leer sus pensamientos, él se apartó rápidamente y sin confiar en sí mismo
saltó del carruaje. 131
—Eres demasiado tentadora, mujer. Tenemos una boda a la que llegar —dijo,
con una sonrisa brillante-. Habló con el conductor y luego volvió a correr hacia la
iglesia. Esta vez, cuando el auto se detuvo frente a la alfombra, estaba más que
dispuesta a pasar por sus puertas. El portero pareció más que aliviado cuando tomó su
mano y bajó a la alfombra.
El conductor no debió haber querido correr riesgo, porque tan pronto como ella
estaba libre del carruaje, se fue hacia el parque. Ella rio un poco por la velocidad en
la que se fue.
Estaba de pie en la ancha alfombra y podía sentir sus nervios sobrepasándola.
No tenía damas de honor, ni alguien que la llevara por el pasillo y de repente se sintió
tan sola. Ahora podía entender por qué la novia siempre descendía del brazo de su
padre. Era para que ella no se cayera, o correría hacia otro lado. La idea de ese largo
paseo era intimidante cuando estabas sola.
Vio las puertas abiertas, justo cuando los asistentes le arreglaron el vestido.
Daniel volvió a bajar las escaleras y se acercó a ella.
—Voy esta vez, lo prometo —le dijo, con su primera sonrisa real del día. Se
inclinó y la besó en la mejilla. Ella estaba llena de calidez por la fácil aceptación de
este maravilloso hombre.
—No tengo ningún temor de que huyas, Bella —comenzó—. Quería ofrecerte
mis servicios. Sé que tu padre no podría estar aquí hoy, así que pensé que te gustaría
un brazo para apoyarte —le dijo.
Jasmine estaba tan llena de amor por este increíble hombre. Sabía que su padre
no estaba allí porque no quería, no porque no pudiera estar, pero se aseguró de decirle
su frase de una manera que no le doliera. También estaba de pie para ser el tipo de
papá que debió haber sido el suyo. Sus ojos se llenaron una vez más, haciendo que los
asistentes a su alrededor gimieran.
—Ahora no empieces a llorar de nuevo, señorita, o nunca te llevaremos a ese
altar —dijo él, con una risa suave y unos ojos suspicazmente brillantes.
—Sería un honor para mí que me acompañara por el pasillo. —Finalmente
logró superar el nudo en su garganta.
Sus brazos se entrelazaron y lentamente se dirigieron al frente de la iglesia. Las
puertas dobles se abrieron y Jasmine quedó sin palabras por lo que vio dentro. Había
miles de luces centelleantes encendidas por todas partes y el olor de las rosas flotó en
el aire de los cientos de arreglos colocados por todas partes.
La pequeña iglesia estaba llena de adelante hacia atrás, con invitados que 132
estaban todos de pie y se volvieron hacia ella. Tuvo que luchar contra las lágrimas
para no caer de nuevo. Miró por el pasillo, sembrado de pétalos de rosa, a Derek, que
parecía tan apuesto en el frente y Jacob a su lado. Drew y Ryan estaban de pie en el
lugar donde las damas de honor normalmente estarían, sería para que su lado no se
viera tan vacío.
Los hombres eran una vista impresionante, todos vestidos con esmoquin
pasado de moda con colas y camisas blancas. Todos eran realmente impresionantes.
Jacob le estaba sonriendo mientras caminaba lentamente por el pasillo y parecía que
estaba llevando todo en él para no correr y abrazarla. Ella sentía lo mismo.
Cuando sus ojos se conectaron una vez más con Derek, el resto del mundo
pareció desvanecerse y ella no podía mirar a ninguna otra parte. El hombre era
hermoso y no podía creer que era todo suyo. Aceleró su ritmo, sin darse cuenta de lo
que estaba haciendo, hasta que oyó la risa de Daniel.
Llegaron al púlpito y luego Daniel se inclinó y la besó suavemente en la mejilla,
antes de tomar su lugar al lado de su hijo. La fiesta de bodas estaba completa, con
todos esos hombres impresionantes que la rodeaban. Realmente se sentía como una
princesa, con su vestido blanco esponjoso, en medio de hombres masculinos, pero
especialmente con Derek a su lado.
Ella repitió los votos, mientras seguía mirando a los ojos de Derek y todo pasó
en un borrón. Después de la boda, la llevó a la parte trasera de la iglesia, donde se
instalaron enormes tiendas, con los proveedores corriendo alrededor, sirviendo
aperitivos y champán.
Hicieron todas las cosas tradicionales como cortar el pastel y tener su primer
baile. Él lentamente la atrajo hacia sus brazos, su corazón estallando en pura felicidad.
La miraba como si fuera un tesoro enterrado que acababa de descubrir y el nudo en su
garganta no desaparecería.
—Gracias por cuidar tan bien a mi hijo. Siento que tuvieras que hacerlo sola
todos esos años. Siento que hayas pensado que me alejé de ti. Soy un estúpido por
pensar que cualquier cosa podría haber hecho que hicieras eso. Eres la persona más
pura que he conocido y te prometo que pasaré el resto de mi vida demostrándote lo
especial que eres para mí —dijo mientras la hacía girar.
El resto de la gente desapareció cuando compartieron juntos la íntima danza.
Se sentía como si estuviera flotando en una nube. Esperaba que se quedaran en las
estrellas por el resto de sus vidas. Amaba a Derek tanto que parecía imposible. ¿Cómo
pudo haber tenido tanta suerte de tener todos sus sueños hechos realidad?
—Te extrañaba todos los días. Cuando miraba a nuestro hijo me llenaba de una
133
mezcla de alegría y tristeza. Cuanto más viejo se hacía más te eché de menos. Los
primeros días fueron los más difíciles porque quería compartir todos esos momentos
contigo. Nunca he sentido tanto dolor como cuando pensé que nunca estaría en tus
brazos otra vez. Nunca pude odiarte —dijo con los ojos llenos de emoción.
—Ni siquiera hablaremos de los negativos más. A partir de este momento, solo
nos centraremos en nuestro futuro. Si puedes perdonar a un tonto, prometo amarte el
resto de nuestras vidas —dijo. Ella envolvió sus brazos más fuertes alrededor de su
cuello, amando que nunca más tendría que retener sus sentimientos de él otra vez.
Drew se puso de pie y la habitación quedó en silencio. Había mucho ruido por
el tintineo de los cristales.
—Es hora de los brindis —dijo Drew. Ella se sorprendió de nuevo por lo
afortunada que era—. Derek y yo somos más cercanos de lo que ni siquiera los
hermanos podrían ser. Él y Ryan son los dos únicos seres sobre este planeta por los
que yo tomaría una bala hasta hoy. Conozco a Jasmine desde que era solo una pequeña
niña en la escuela primaria y su belleza solo ha sido eclipsada por su verdadero
corazón. Es un gran privilegio tenerla como parte de mi familia, a partir de hoy. Estoy
tan contento de tenerla a ella y a Jacob como adiciones y tomaría una bala por ellos
también —dijo—. Por una vida de felicidad y muchos más bebés por venir, felicidades
Derek y Jasmine —dijo, al atronador aplauso de la multitud.
Jasmine logró separase de Derek y lanzo sus brazos alrededor de Drew y le dio
las gracias por sus amables palabras. Luego envolvió a Ryan y le dijo cuánto lo amaba
también. La noche continuó, con muchas risas, baile y besos y para el momento en
que terminó, Jasmine estaba un poco triste porque acabara.
Daniel había insistido en mantener a Jacob por unos días, para que pudieran
tener una luna de miel adecuada y ella sabía que Jacob sería arruinado por su abuelo.
Había sido recelosa al principio, ya que su único otro ejemplo de abuelo no había sido
bueno, pero en tan poco tiempo estaban increíblemente cerca.
Mientras Derek y Jasmine corrían a través del arroz hacia el carruaje que
esperaba, supo que su vida no podría haber sido mejor que en ese momento. Estaba
equivocada, sin embargo, porque cuando Derek la llevó a su cama como su esposa, se
dio cuenta de la pasión y el amor que se tenían, e hizo todo mejor y mejor con cada
nuevo día.

134
Traducido por Myr62

Corregido por Nanis

J asmine estaba en su segundo lugar favorito en la casa, cocinando una


comida enorme. Estaba tan feliz con su vida que no podía creer lo bien que
las cosas habían resultado. Habían pasado su luna de miel en casa, ya que
ninguno de ellos tenía ningún deseo de ir a ninguna parte sin Jacob. Tenían
mucho tiempo para tomar vacaciones románticas juntos.
Derek juró llevarla a ella y a Jacob a cada uno de los centros turísticos mágicos
de Drew y se iban a ir a su primera aventura a uno de ellos, pronto.
Durante aquella primera noche que estuvieron juntos, él había tomado el
acuerdo prenupcial y lo había quemado en la chimenea. Su confianza en ella era 135
abrumadora y ella sabía que nada los mantendría separados. Realmente iban a ser una
familia unida y ella consiguió su cuento de hadas.
Su familia venía esa noche para celebrar el décimo cumpleaños de Jacob y ella
estaba en la nube nueve. Se dio la vuelta demasiado rápido y su estómago
sobresaliendo topó con la isla. El bebé dio una patada dentro de ella como si dijera,
Oye, cuidado, mamá. Ella se rio en voz alta, mientras se frotaba el lugar.
—¿De qué te ríes sola? —dijo Derek, cuando se acercó detrás de ella y colocó
sus brazos alrededor de su cintura en rápida expansión.
—Me topé con la isla y tu hijo o hija decidió reclamar. No creo que lo apreciara
—dijo, con otra risita. Derek de inmediato cayó de rodillas y levantó su camisa sobre
su estómago para comprobar el área entera.
—¿Estás bien? Creo que deberíamos ir al hospital solo para asegurarnos —
exigió, mientras se ponía de pie. Estaba a punto de recogerla y dirigirse hacia el auto.
—Derek, estoy bien, fue solo un pequeño golpe. Necesito acostumbrarme a
este gran vientre —dijo, disfrutando de su esposo sobreprotector.
—Solo digo que es mejor prevenir que lamentarlo —murmuró y ella podría
decir que él pensaba físicamente hacerla ir.
Ella se rio un poco más y luego lo acercó para besarla. Sabía distraer al hombre.
Se frotó tan cerca como su vientre lo permitía y pronto ambos estaban gimiendo de
placer, mientras sus manos frotaban su cuerpo, para agarrarla por detrás con sus
manos.
—Bueno, ustedes dos son asquerosamente felices juntos y eso nos enferma al
resto, así que pueden por favor, durante dos minutos, arreglárselas para separarse uno
del otro —dijo Drew mientras entraba en la habitación.
Derek se volvió para mirar a su primo, no le gustaba mucho en ese momento.
Jasmine lo dejó ir, lo que favoreció su aversión. Se acercó a Drew y le acercó la cabeza
para poder besarle la mejilla.
—Sabes que solo parloteas. Te vas a enamorar como loco y entonces podré
molestarte. Te amo, Drew Titan y la afortunada mujer que pueda pasar su vida contigo
será increíblemente especial —dijo.
La cara de Drew se puso roja, mientras atraía a Jasmine en un gran abrazo.
—De acuerdo, encuentra a tu propia mujer y deja la mía sola —dijo Derek a su
primo, antes de arrastrarlo fuera de la habitación.
Jasmine los vio alejarse, su corazón se hinchó de amor. Finalmente había
136
hablado con su padre y no había salido bien. Era un hombre triste y huía de sus
problemas. Estaba triste porque prefería que no estuviera en su vida, pero tenía una
nueva familia y ellos eran el tipo de personas que te enorgullecías de llamar propia.
—Algo huele bien aquí, pero asegúrate de que no te excedas —dijo Ryan,
cuando entró en la cocina.
—Ustedes, muchachos, se preocupan mucho, ya sabes —dijo, mientras le daba
un abrazo—. Los chicos están en la piscina —terminó.
—Por qué no tomas un descanso y únete a nosotros, así al menos tenemos una
gran vista —le preguntó, con un movimiento de sus cejas.
—Creo que lo haré. A mis pies les vendría bien un descanso —le dijo y luego
pasó su brazo por el suyo y salió de regreso.
—¿Qué pasa con ustedes, malditos chicos, que manosean por todas partes a mi
esposa? —preguntó Derek mientras salían por la puerta.
—Cuando tu esposa es tan sexy, es demasiado difícil mantener tus manos fuera
de ella —dijo Ryan, mientras se inclinaba para besarle la mejilla. Ella lo golpeó y
luego se acomodó en una de las cómodas sillas.
Derek se dirigió de inmediato hacia ella y tiró de una silla y levantó los pies
sobre su regazo. Inmediatamente empezó a frotarlos. Ella gimió de placer, al insertar
la presión correcta.
—Puedes detenerte en unos diez años —dijo, con un gemido de placer. Se
inclinó y la besó suavemente, antes de continuar. La familia vino y los rodeó y
mientras miraba a su alrededor, sabía que su vida era mucho mejor de lo que había
sido. El bebé le dio una patada en las costillas y ella sonrió—. No te preocupes, sé que
estás allí —susurró y luego contó sus bendiciones, como sabía que haría el resto de su
vida.

137
Drew Titan decide que es
momento de tomarse unas vacaciones
en uno de sus exóticos resorts y acaba
literalmente chocándose con Trinity
Mathews mientras él está surfeando.
Acaban teniendo un tórrido romance
en la larga semana de vacaciones, hasta
que ella descubre que él es el
propietario del resort, y que le ha
mentido. Ella ha renegado de todos los
hombres de negocios, dado que parece 138
no poder encontrar uno que
permanezca siéndole fiel, razón por la
cual acabó en ese resort en primer
lugar. Regresa a su casa para descubrir
que el primer acto impulsivo que ha cometido en su vida la ha dejado embarazada y
sola, eso es hasta que Drew la encuentra y no se irá hasta que ella esté de acuerdo con
casarse con él.
Disfruta de las aventuras que Drew y Trinity toman juntos en esta divertida
historia que tiene amor, pasión, pelea y besos. Los primos de Drew, Derek y Ryan, le
agregan humor e incluso más amor a la aventura y te dejarán deseando un galán
propio.

Baby for the Billionaire #2


139

Melody Anne es una autora éxito en ventas de las populares series: Billionaire
Bachelors, Surrender, Baby for the Billionaire, Unexpected Hero’s, Billionaire Aviators y
algunos títulos solitarios. También tiene una serie para jóvenes adultos: Rise of the Dark
Angel.
Como aspirante a autora, escribió por años, para publicar en 2011 y encontrar su
verdadero amor por la escritura. Teniendo una licenciatura en negocios, adora escribir sobre
hombres de negocios fuertes y poderosos y el mundo empresarial.
Cuando no está escribiendo, pasa tiempo con su familia, amigos y sus muchas
mascotas. Como una chica de campo de corazón, adora los pueblos y las comunidades fuertes
donde ha vivido y se involucra en muchos proyectos comunitarios.
Hasta la fecha, ha tenido ventas por más de siete millones de libros y ha ganado un
lugar en muchas listas de best seller. Pero más allá de eso, ama hacer lo que la hace feliz,
vivir en su mundo de fantasía el 95% del tiempo.
Visita su sitio web: www.melodyanne.com Responde a todas sus fans. También
puedes unirte a ella en Facebook: www.facebook.com/authormelodyanne, o a twitter:
@authmelodyanne. También sigue su blog en authormelodyanne.blogspot.com.
Espera escuchar de ti y agradecerte por tu constante interés en sus historias.
Traducción
Flochi
Myr62

140
Recopilación, revisión y corrección
Flochi, LizC y Nanis

Diseño
Moreline
141

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