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álvarez / las figuras del justo y del injusto en república ii

de estos últimos le otorgan a la obra platónica una dimensión dramática y


estos personajes, devenidos interlocutores, no sólo aparecen delineados
como poseedores de una determinada personalidad, sino también —y
sobre todo— como portadores de cualidades morales y/o puntos de vista
filosóficos.2 Asimismo, en una especie de mise en abyme, los diálogos
ofrecen numerosos y variados episodios donde los mismos interlocutores
construyen, a su vez, otros personajes o figuras (reales o imaginarios)
que no intervienen de manera directa en la conversación, aunque, al
igual que aquellos, representan valores morales y/o enfoques filosóficos.
En este sentido, pueden citarse como ejemplos la personificación de la
Ley en Critón (50a-54d), la delineación de los prisioneros de la Caverna
en República (VII, 514a-517a), la construcción de Protágoras en Teeteto
(170a y ss.) o la presentación de personajes míticos como Giges y Leon-
cio en República (359d y ss. y 439c y ss.).
En este trabajo, teniendo en cuenta esa construcción de personajes o
figuras realizada por los propios interlocutores de un diálogo, nos ocu-
paremos de estudiar particularmente aquellas que efectúan Glaucón y
Adimanto en República y el Extranjero y Teeteto en Sofista. En efecto,
mientras que los primeros delinean las figuras de un sujeto justo y de
otro injusto, los interlocutores de Sofista se encargan de componer la
figura homónima, al tiempo que, uno de ellos, el Extranjero, parece en-
carnar al filósofo. En este sentido, el objeto del presente trabajo supone
explicitar las vinculaciones entre las cuatro figuras señaladas, que hacen
del sujeto justo y del injusto antecedentes del filósofo y del sofista, res-
pectivamente. Ahora bien, dado que las figuras perfiladas por Glaucón y
Adimanto sólo cobran sentido luego de la exposición que realizan estos
hermanos en el libro II, en primer lugar, nos ocuparemos de ella, des-
tacando el conjunto de referencias e interpretaciones de tesis sofísticas
brindadas por los personajes platónicos. En segundo lugar, intentaremos
explicitar los lazos entre la insoslayable presencia sofística en esas expo-
siciones y la figura del sujeto injusto que las corona. En tercer lugar, nos
encargaremos de conectar los rasgos de ese sujeto injusto de República
II con la figura del sofista tal cual es presentada en el diálogo homóni-
mo y, reforzando esa conexión, procuraremos probar que, en paralelo, la

2
Sobre las características que hacen del diálogo platónico un texto dramático, véase
Blondell 2002, pp. 14-7. Además, puede consultarse Nussbaum (1986, pp. 183-6) y
Arieti (1991), quien —de forma extrema— se encarga de leer los diálogos estrictamente
como “dramas”.

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