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bajo los cuales debe ejercerse la abogacía en el Perú y cualquier abogado que patrocine
procesos en el país (aún si fuera extranjero) está en la obligación de cumplirlos. De allí que
el tema que abordamos sea esencial para comprender cómo se encuentra actualmente
regulado el control disciplinario de la abogacía en el Perú.[6]
En el año 2012, la Junta de Decanos, instancia cuya función es unificar criterios, promulgó
el Código de Ética y el Reglamento. El CAL, en una decisión que desde la academia
debemos aplaudir, los aprobó en el 2013;[10] no obstante, no todos los demás colegios de
abogados lo hicieron,[11] aparentemente bajo el entendido de que su promulgación por la
Junta de Decanos bastaba para su entrada en vigencia.[12]
c) Tienen la estructura lógica propia de las normas jurídicas. Son mandatos de conducta
que establecen que ante cierto supuesto de hecho, corresponderá una consecuencia
jurídica.[18] Si bien el Código de Ética contiene diversos tipos de normas,[19] en forma
general, puede afirmarse que contempla normas prohibitivas: si un abogado, incumple el
Código de Ética[20] y se determina responsabilidad profesional,[21] este será
sancionado[22] con alguna de las sanciones establecidas en el Artículo 102 del Código de
Ética.[23]
Conclusión
A partir de lo expuesto, podemos decir que, considerando su origen, contenido, y los
mecanismos con los que cuenta el Estado para conseguir su cumplimiento, el Código de
Ética y su Reglamento contienen verdaderas normas jurídicas con lo cual en el Perú, al
igual que ocurrió en otras jurisdicciones, se habría producido una juridificación de la ética
profesional del abogado.[55]
Existen sólidos argumentos para defender que la falta de publicación del Código de Ética y
su Reglamento en El Peruano no desvirtúan su obligatoriedad. Bajo dichos argumentos, no
cabría que se revoquen las sanciones impuestas en su aplicación (sería vergonzoso que
algo así ocurriera); sin embargo, pensamos que el CAL debería disponer de todas formas
su publicación en el diario oficial en pro de una mejor publicidad.
En el Perú, el Código de Ética constituiría la principal fuente normativa que define cuáles
son los estándares de conducta y, por ende, las “reglas de juego” que debe respetar todo
abogado al ejercer la profesión. Se trata entonces de la principal norma que deben respetar
quienes conocen las leyes mejor que nadie y tienen la loable misión de ayudar a los
ciudadanos a entenderlas, cumplirlas y defender sus derechos.
Finalmente, nótese que la conclusión a la que llegamos en este ensayo, motiva una serie de
cuestiones adicionales: ¿cuándo la conducta de los abogados está sujeta a las normas del
Código de Ética del Abogado[56] (Código de Ética)? ¿están sujetos a dichas normas aun
cuando no ejercen la abogacía? ¿están todos los abogados sujetos a las mismas reglas del
Código de Ética? Resulta preciso analizar estas cuestiones para contribuir a definir una
institucionalidad acorde con las demandas que nuestra sociedad (la de hoy) impone a la
abogacía.