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Introducción a la Convención para la

Salvaguardia del Patrimonio Cultural


Inmaterial.
Frédéric Vacheron*

Plan

Primera Parte: Incorporación del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) y de su


salvaguardia en las Políticas y estrategias de Turismo cultural

● Capítulo 1 : Emergencia del PCI en la Historia del Turismo Cultural y sus aportes
a la noción de sostenibilidad del desarrollo.
● Capítulo 2: Reconocimiento del PCI como elemento constitutivo de la identidad
nacional y diversificación de la oferta turística
● Capítulo 3: Incidencia de los avances de la doctrina de turismo cultural y de las
normas culturales internacionales en las políticas públicas para la puesta en valor
del PCI en el sector turístico.
● Capítulo 4 : El fortalecimiento de las comunidades culturales y su papel en la
valorización del PCI

Segunda Parte: Desafíos y oportunidades de la sostenibilidad del Turismo


relacionado con el PCI

● Capítulo 1 : Identificación de los desafíos de la patrimonialización y la salvaguardia


Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

● Capítulo 2: Oportunidades y riesgos del turismo para la gestión cultural del


patrimonio inmaterial
● Capítulo 3: Identificación de buenas prácticas y de criterios de sostenibilidad del
turismo
● Capítulo 4: Formulación de nuevos indicadores y mejora de la medición del
impacto del turismo sobre el PCI
● Capítulo 5: ¿hacia un sistema de certificación para los programas o proyectos de
turismo relacionados con el PCI?

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Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Primera Parte: Incorporación del Patrimonio


Cultural Inmaterial (PCI) y de su salvaguardia en
las Políticas y estrategias de Turismo

Capítulo 1 : Emergencia del PCI en la Historia del Turismo cultural y


sus aportes a la noción de sostenibilidad del desarrollo.

Como lo constata el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO,


…es un fenómeno inevitable: las razones que han determinado la inclusión de un sitio en la Lista
del Patrimonio Mundial son las mismas que año tras año atraen a millones de turistas. La
convicción de que los sitios del Patrimonio Mundial pertenecen a todos los pueblos del mundo y
deben ser preservados para las generaciones futuras es la piedra angular de la Convención del
Patrimonio Mundial.

A- Patrimonio y Turismo a nivel internacional: Historia de una relación ambigua.


La historia del Turismo Cultural está vinculada a la evolución de la doctrina del desarrollo. En 1963
la Conferencia Mundial del Turismo de Roma, reconoce el papel fundamental que desempeña el
turismo en las economías nacionales, en el comercio internacional y en la contribución para
fomentar la amistad y comprensión entre los pueblos.

De este modo, el turismo está considerado como una gran oportunidad para los países
subdesarrollados - término de aquel entonces -.

Según Kurt Kraft los beneficios generados por el flujo de turistas viniendo de países ricos
contribuyen a subsanar el sueldo negativo de la balanza de pago de los países subdesarrollados.
Kraft veía en el turismo una modalidad casi automática de redistribución de las riquezas. Esta
teoría es muy cercana de la teoría del desarrollo ROSTOW o de la teoría universal del desarrollo
de Truman. Esta teoría hacía hincapié únicamente en las ventajas del turismo sin preocuparse de
la posible recuperación de los beneficios por grupos económicos poderosos ni plantear la cuestión
de las consecuencias sociales nefastas.

El turismo es una oportunidad única y el Banco Mundial no contemplaba aun en su análisis los
posibles efectos económicos, inflación, sociales o culturales nefastos que pudieran generar el
sector turístico.

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Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

No obstante, la aparición de la doctrina del turismo cultural va a matizar esa teoría universal del
desarrollo. La UNESCO empieza a contribuir a la profundizar la problemática “Turismo versus
Patrimonio”, a partir de los años cincuenta con la puesta en marcha de su política de protección de
bienes culturales y luego, con el desarrollo del concepto de Patrimonio Mundial, noción mucho más
ambiciosa que surgió de las grandes movilizaciones y campañas de salvaguardia de los templos
egipcios amenazados por la construcción del embalse de Asuán, o las inundaciones catastróficas
que amenazaron a la provincia de Venecia en 1966.

El turismo cultural o más bien patrimonial se definiría en aquel entonces como un turismo que
toma en cuenta la necesidad de conservación de los monumentos. Está considerado entonces
como una respuesta a los efectos nefastos de un turismo descontrolado pero no cuestiona ni
desafía la teoría universal de desarrollo impulsada por el Banco Mundial. En este momento el TC
es un turismo en el cual se toma en cuenta la necesidad de conservar los monumentos. No
obstante, la idea del Turismo como una oportunidad vital de desarrollo seguía de pie.

A partir de los años 70 se produce un viraje ideológico muy importante con el posicionamiento del
Tercer Mundo y la concientización de los efectos negativos del turismo de masa. Esta toma de
conciencia impugna el dogma de turismo como factor de desarrollo económico automático de las
“ventajas recíprocas” o intereses complementarios. La creación de la Organización Mundial de
Turismo en 1975 ayudó también a este cambio ideológico puesto que muchos miembros de esta
Organización pertenecen al Tercer Mundo.

En 1976 la UNESCO junto con el Banco Mundial organizan un importante coloquio sobre el
impacto socio cultural del turismo. Por primera vez se hará a nivel internacional un análisis
costo-beneficio (maximizar la plusvalía económica mitigando los costos socio culturales).

La actas de la reunión se publicarán bajo la dirección del gran sociólogo holandés Emmanuel de
Kadt y se intitularon ​Pasaporte para el Desarrollo?​ (Tourism Passport for the development?) que
fue una publicación de la Universidad de Oxford en 1979.

Cita de Emmanuel de Kadt: “hasta ahora los planificadores del turismo han tenido en cuenta los
problemas socio culturales y sus efectos sobre las artes y la artesanía solo de una manera
accesoria y con retraso”.

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En las conclusiones de este coloquio no se concibe más el turismo como una actividad de turismo
complementario con ventajas recíprocas, sino como una oposición entre el país de desarrollo
receptor y el país de desarrollado emisor. Se plantea la cuestión de los impactos y uno de los
impactos que se enfatiza en el documento ​Pasaporte para el Desarrollo?​ son los efectos negativos
sobre los valores tradicionales. Se destaca que el turismo puede comercializar “las relaciones
humanas” y puede establecer relaciones comerciales que se sustituyen al intercambio intercultural.

Es importante analizar también la evolución de la política de patrimonio de la UNESCO y su


principal socio, el ICOMOS en el campo del Patrimonio Material. Al principio en UNESCO e
ICOMOS predomina una percepción conservadora del turismo que se define como mencionaba
anteriormente, como un turismo de patrimonio histórico edificado.

La carta de turismo cultural de ICOMOS de 1976 confirma esa concepción casi exclusivamente
basada en una reflexión sobre la relación entre el visitante y el sitio patrimonial. La preocupación
principal es la preservación del sitio que se sitúa en el centro de la definición de turismo cultural.
En 1999 una nueva carta del turismo Cultural de ICOMOS propone una definición mucho más
extensa de la noción de patrimonio. El patrimonio abarca las nociones de paisajes, de
biodiversidad, de prácticas culturales tradicionales.

La preservación de la diversidad cultural y de la biodiversidad forman parte de la definición del TC.


La carta de 1976 tiene como preocupación principal la preservación del valor universal del
patrimonio y de su universalidad. No se hace referencia a las poblaciones locales y menos a los
portadores de las tradiciones. Solo se refiere al público en general y/o a los turistas.

De manera muy diferente, la carta de 1999 menciona expresamente a los pueblos locales, los
pueblos indígenas, las comunidades receptoras. La referencia “de la comunidad humana” de la
carta de 1976 desaparece. Vemos que con la carta de 1999 se introdujo, sin mencionarla
expresamente, la noción de patrimonio inmaterial y se reconoció la comunidad como un actor
fundamental de la valoración y salvaguardia. Esta evolución del patrimonio coincide con la
evolución de las estrategias o el cambio de las estrategias internacionales del desarrollo; a partir
de los años 80 se introdujo por primera vez la idea de que el desarrollo no es solamente
equivalente al desarrollo económico.

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Amartya Sen propuso en los años 80 una definición mucho más amplia del desarrollo. El desarrollo
tiene como objetivo maximizar no solamente el bienestar material sino también el bienestar
humano. Tendremos que volver sobre esta tema a lo largo de este estudio. Esa nueva concepción
del desarrollo tuvo consecuencias importantes para la introducción de la cultura en la noción de
desarrollo y como lo precisa Lourdes Arizpe, la tarea de vincular la cultura al desarrollo fue lograda
por primera vez por los gobiernos en la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales
organizado en México 1982 Mondiacult, que ha establecido una nueva definición de la cultura
antropológica de la cultura. La cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales,
intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba además
de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales.

Esta importancia de la diversidad cultural y de la cultura en el desarrollo sostenible fue reconocido


de manera importante en la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, que
además considera la Diversidad Cultural como un patrimonio común de la humanidad. Para poder
justamente proteger esta diversidad cultural, la UNESCO dispone hoy día de siete Convenciones
Internacionales y otras dos convenciones están en curso de preparación.

B- Reconocimiento de la relación entre Patrimonio Cultural Inmaterial, rol de las


comunidades y turismo cultural en la Convención del Patrimonio Mundial de 1972.

La Convención del Patrimonio Mundial de 1972 originalmente no contemplaba de manera explícita


la problemática del Patrimonio Cultural Inmaterial y no valoraba el rol de las comunidades en la
definición y la gestión del patrimonio. Por consiguiente, manejaba un concepto de turismo cultural
esencialmente limitado a la conservación de los sitios materiales y naturales. No obstante en 40
años de evolución, la Convención operó un reconocimiento de la importancia del patrimonio vivo y
de las comunidades tanto en la gestión como en la definición de las nuevas categorías
patrimoniales.

La aparición de la noción de patrimonio de la humanidad marcó un hito importante en la historia de


la comunidad internacional, pues la conservación y promoción de las diferentes formas de
patrimonio rebasan los intereses nacionales de los Estados o los derechos de comunidades
específicas, y constituyen una expresión tangible o intangible de la comunidad internacional. La
Convención relativa a la protección del patrimonio mundial cultural y natural, de 1972, refleja una
toma de conciencia en los diversos países y es la cristalización del concepto de patrimonio natural

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y material en un instrumento normativo internacional que trata de los sitios culturales y naturales de
valor universal excepcional, y hace referencia al interés general de la humanidad por preservarlos.

El concepto de patrimonio implica la importancia de la preservación de un legado y su transmisión


a las generaciones venideras. Obviamente, desde el principio, se planteó la relación entre las
nociones de patrimonio y diversidad cultural, y cómo asociar los bienes materiales y naturales a las
expresiones inmateriales de la cultura. Aunque se reconocerá mucho después la noción de
patrimonio inmaterial, el concepto de patrimonio mundial ha evolucionado considerablemente en 40
años de existencia, en una dinámica de constante reinterpretación. El concepto pasó de un
enfoque puramente estético y monumental, a otro que se corresponde más con la noción de
diversidad cultural y la variedad de expresiones culturales y naturales en el mundo. La introducción
de la noción de paisaje cultural, a comienzos de la década de 1990, testimonia esta evolución, en
la cual el significado espiritual atribuido, por ejemplo, a la tierra, confiere un valor adicional o muy
relacionado con lo que después se llamará patrimonio inmaterial o espíritu del lugar.

En 2012, no es casualidad si la celebración de los 40 años se haya organizado sobre el tema: el


Patrimonio Mundial y desarrollo sostenible: el papel de las comunidades. Este tema es de especial
interés ya que profundizaremos el concepto de comunidad y su relación con el Patrimonio a lo
largo de este estudio. Durante los últimos años se ha suscitado, a escala internacional, una
profunda reflexión sobre cómo conciliar los imperativos de la conservación, con las inquietudes
acerca de los efectos perniciosos del turismo en los sitios del patrimonio mundial de carácter
cultural o natural. Durante la última década, las relaciones entre patrimonio, turismo y desarrollo
1
han constituido un tema central de numerosas cumbres y congresos internacionales , los cuales
han acordado orientaciones claves para fomentar la sostenibilidad. Asimismo, en seguimiento de
esos trabajos, han sido elaboradas herramientas operativas para que los profesionales del turismo,
los gestores culturales y los administradores de los sitios pudieran aplicar, en la práctica, principios
y concepciones teóricas a favor de un turismo sostenible. Así, por ejemplo, se elaboraron manuales
prácticos sobre la gestión del turismo en sitios de patrimonio mundial con el doble propósito de
preservar el futuro del patrimonio, pero, también, el futuro de un turismo concebido como un apoyo
potencial a los esfuerzos de protección y a la economía local.

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​En 2002, hubo una especial atención sobre el tema: Año de las Naciones Unidas del Patrimonio Cultural;
Primera Cumbre Mundial del Ecoturismo; Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible de Johannesburgo;
congreso internacional celebrado en Venecia en ocasión del trigésimo aniversario de la Convención Mundial.

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Se trata además de dar respuesta a las presiones del cambio climático, la urbanización rápida y
masiva, el turismo masivo, la pérdida de población en las ciudades históricas y los desastres
naturales, los conflictos locales así como el tráfico ilegal de especies.
También, estamos conscientes del impacto de las nuevas infraestructuras que pueden transformar
las condiciones ambientales y paisajísticas del lugar sin contar con los “parques temáticos” seudo
históricos que invaden algunos sitios culturales. Frente a esta situación, los encargados de la
protección del Patrimonio y los administradores de sitios deben redoblar sus esfuerzos para
mantener la credibilidad de los sitios y su estado de conservación.

En este sentido y a pesar de los extraordinarios cambios que ha vivido el mundo desde 1972, el
texto de la Convención contiene principios y orientaciones de actuación que siguen siendo
totalmente válidos tras cuatro décadas de su aprobación. El corto texto de la Convención
compuesta de apenas 28 artículos puede parecer, en una primera mirada, extremadamente
generalista y poco preciso. Sin embargo leído detenidamente, el documento nos señala claramente
los principios básicos del espíritu fundador, los cuales conservan una vigencia y relevancia
fundamentales en el mundo globalizado de hoy.

Entonces, la protección del patrimonio nos llama a adaptarnos continuamente, siendo cada vez
más inventiva, con el fin de resolver las dificultades que a menudo se extienden más allá y a través
de los Estados y sus fronteras. Por ello, es interesante analizar la evolución que vivió el concepto
de patrimonio, la reformulación de las directrices operativas y las nuevas recomendaciones de
UNESCO o de otros organismos especializados.

Todo esta experiencia acumulada consiste una base indispensable que precisa ser conocida y
estudiada antes de abordar el tema del Patrimonio inmaterial estricto sensu. La evolución de la
Convención se refleja por ejemplo con una mejor incorporación de la Comunidad ¿Cómo este
concepto de Comunidad se integró de manera más profunda en la noción de patrimonio o en la
gestión de los sitios de patrimonio mundial?

En 40 años, los proyectos han crecido y se han vuelto más complejos, lo que hace que el mayor
desafío ya no sea sólo salvar templos o iglesias, centros históricos o parques nacionales. El
concepto de Patrimonio es mucho más amplio y se trata de salvaguardar no solo el bien sino
también su entorno y hasta su espíritu. Ahora, hay una tendencia por ejemplo, hacia la inclusión de
los paisajes culturales y los sitios transfronterizos compartidos por varios países.

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Asimismo por ejemplo es destacable la introducción del Criterio 6 en la Convención, que ha


permitido asociar mejor la noción de Patrimonio con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas,
creencias u obras artísticas y literarias que tengan una importancia universal excepcional.
En este sentido, el Patrimonio de la Memoria y del Nunca Más ha podido entrar en la lista y rendir
homenaje a gente o comunidades que han sufrido tragedias humanas. Aushwitz, Hiroshima o
Robben Island son tristes ejemplos que nos recuerdan que el desarrollo de los pueblos y las
comunidades requiere siempre procesos simbólicos previos de memoria y reparación.

Patrimonio y Memoria es un tema crucial para muchas comunidades y fundamentan la


implementación de muchos nuevos proyectos, tales como los sitios de la Memoria de la Ruta del
Esclavo que contribuye a este objetivo.

Como otro ejemplo de mejor de integración de la noción de comunidad, quisiera recordar que en
1992 las directrices operativas adoptaron el nuevo concepto de ​Paisaje Cultural​, conformado por
las obras conjuntas de la naturaleza y la humanidad que expresan una relación larga y estrecha
entre los pueblos y su medio ambiente natural. El paisaje cultural está muy vinculado al concepto
de Comunidad y del patrimonio inmaterial, especialmente en el caso del paisaje cultural asociativo
que se justifica en virtud de las fuertes asociaciones religiosas, artísticas, o culturales del elemento
natural más que en la evidencia cultural que puede ser insignificante o incluso inexistente.

Es interesante notar que en la reciente declaratoria del Paisaje Cafetero Colombiano, el plan de
manejo de este paisaje, incorpora de manera ejemplar la cuestión de las comunidades y del
patrimonio cultural inmaterial.

Por otra parte, las Comunidades y su patrimonio trascienden a menudo las fronteras nacionales.
Las culturas mayas, guaraníes o mapuches por ejemplo viven en varios países. Las instancias y
los textos relacionados a los derechos humanos hacen hincapié hoy día en la necesidad de
reconocer esta situación con el fin de asegurar el ejercicio y goce satisfactorio de los derechos
culturales de estas mismas comunidades. Entendemos entonces mejor en este contexto la
importancia del concepto de Itinerario cultural para estas comunidades y pueblos.

El concepto de ​itinerario cultural​ ​ enriquece la noción de Patrimonio y, al mismo tiempo estimula


el diálogo intercultural, el desarrollo sostenible y el turismo cultural. Los itinerarios culturales
brindan también una oportunidad, a las comunidades, de ejercer sus derechos culturales ya que el
patrimonio y las comunidades trascienden a menudo las fronteras nacionales.

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Esa nueva categoría de itinerario, fue incluida por la UNESCO en 2005 en las directrices de la
Convención del Patrimonio Mundial.

Sin embargo es en 2007, que se operó el más notable reconocimiento del papel de las
Comunidades. Recordamos que en 2002, en ocasión del 30º aniversario de la Convención, el
Comité adoptó la “Declaración de Budapest sobre el Patrimonio Mundial”, basada en cuatro
objetivos estratégicos claves conocidos como las “4C”: credibilidad, conservación, capacidades y
comunicación.​ ​Una quinta “C” fue agregada en 2007: la de ​comunidades​, poniendo de relieve
la importancia de la participación de las comunidades locales en la preservación del patrimonio
mundial.

Por otra parte, muchas comunidades viven en un entorno urbano hoy día y contribuye a la vida
cultural, social y económica y a la sostenibilidad de los centros históricos. ¿Cómo imaginar los
centros históricos sin sus artesanos, sus comerciantes, sus habitantes que confieren al lugar su
carácter, su alma y su espíritu?

El ​paisaje urbano histórico​ es una propuesta de una nueva metodología que responde a la
necesidad de integrar y articular mejor las estrategias de conservación del patrimonio urbano. Se
entiende por paisaje urbano histórico la zona urbana resultante de una estratificación histórica de
valores y atributos culturales y naturales, lo que trasciende la noción de conjunto o centro histórico
para abarcar el contexto urbano general y su entorno geográfico.

Este contexto general incluye por ejemplo, los usos y valores sociales y culturales y los aspectos
inmateriales del patrimonio en su relación con la diversidad e identidad.

Esta nueva herramienta o metodología de trabajo adoptada en septiembre 2011 por la


Conferencia general de la UNESCO en una nueva recomendación, podrá sin dudas contribuir a
una mejor articulación entre la gestión de los centros históricos y las prioridades de las
comunidades que viven en esos mismos centros.

En este debate sobre la Comunidad es importante mencionar la Declaración de Quebec del Icomos
de octubre de 2008 sobre la preservación del ​espíritu del lugar​ para la salvaguardia del
patrimonio material e inmaterial.

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Esta declaración del Icomos propone nuevos conceptos para considerar el espíritu del lugar y hace
algunas advertencias la necesidad de conservar el espíritu del lugar, y recomienda medidas para
conservar y transmitir este espíritu a las generaciones futuras.

Esta noción permite reconocer mejor el carácter vivo y permanente de los sitios y de los paisajes
culturales y da una visión más fuerte, dinámica y ancha e inclusiva del patrimonio cultural. El
espíritu del lugar existe de una forma u otra en todas las culturas del mundo y se refleja
especialmente en los elementos inmateriales.

Esta noción es esencial para la vida de las comunidades que no pueden desarrollarse ni vivir
correctamente sin un entorno, un lugar adecuado: lo que los antropólogos llaman lugares
antropológicos “que se oponen los no lugares” y que ha desarrollado el antropólogo francés Marc
Augé.

Como lo mencionamos anteriormente el turismo puede ser tanto una oportunidad como una
amenaza para el patrimonio y las comunidades. El turismo de masa desde hace muchos años
constituye una preocupación en este sentido. Los gestores del Patrimonio junto con la UNESCO
buscan soluciones y es notable la creación del concepto de la capacidad de carga. Muchos de los
sitios y manifestaciones son frágiles y la relación de calidad-cantidad debe definirse a partir de la
noción de capacidad de carga del sitio. Es un concepto complejo pero necesario para el manejo
sostenible del sitio. No existen fórmulas para determinar la capacidad de carga: son esencialmente
las comunidades locales y los responsables de la gestión de los sitios que deben definir esa
capacidad de carga en términos prácticos y gestionar el sitio para hacer cumplir este número tope.

Otro fenómeno relacionado al desarrollo y el Patrimonio merece una atención especial. La


UNESCO reconoce que la renovación de cascos urbanos ha traído como consecuencia que “a
menudo las rentas se hayan duplicado o triplicado, por lo que es demasiado caro para residentes
de bajos ingresos permanecer en sus casas y barrios, provocando en ocasiones ‘una epidemia
internacional de los desalojos forzosos’ en un proceso de gentrificación a gran escala”. Este
fenómeno de la gentrificación y puede perjudicar gravemente a los habitantes del sitio.

En sus continuos esfuerzos para analizar las tendencias actuales en las ciudades y barrios
históricos, fomentar el diálogo entre los diversos actores urbanos y trabajar hacia el desarrollo de
los entornos de la manera más social, cultural, económica y ambientalmente sostenible, los
gestores culturales deben seguir trabajando con desarrolladores urbanos para participar en

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iniciativas de reflexión sobre el tema de la “sostenibilidad social en distritos históricos” y encontrar


medidas para contrarrestar el fenómeno de gentrificación.

De manera general, los trabajos de supervisión del patrimonio mundial, a menudo demuestran que
muchos de los problemas que afectan a los sitios son resultado de la ausencia de un plan de
gestión o la falta o esencia de algunas piezas claves en el plan o ausencia total de un régimen de
gestión.

Sin embargo, vemos en muchos casos una mejor toma de conciencia y hay que destacar por
ejemplo la integración de la noción de comunidad y del patrimonio inmaterial en algunos planes de
manejo de los sitios de Patrimonio Mundial, tal como es el caso del nuevo plan de manejo de
Colonia del Sacramento en Uruguay.

Todas esas herramientas o nociones que se han adoptado, tienen como propósito apuntar a
mejorar la gestión de los sitios de patrimonio mundial y de la misma manera incorporar la gestión
de sostenibilidad en esta misma gestión.

Esta noción de sostenibilidad es un eje central que existe en todas las convenciones culturales de
la UNESCO (la UNESCO dispone hoy día de 7 Convenciones Internacionales que mencionaremos
brevemente). De hecho, se ha reconocido, que también la cultura y el patrimonio es un nuevo pilar
esencial en la definición de la sostenibilidad del desarrollo. Es decir, que una política de desarrollo
que no toma en cuenta la cultura, la diversidad cultural o la salvaguarda del patrimonio, no es
sostenible.

Sobre este tema, la Convención ha demostrado en los últimos años una capacidad de ajustarse y
adaptarse a la situación del mundo de hoy sin cuestionar su espíritu, sus fundamentos y principios
rectores.

Así, su 34ª sesión (Brasilia en 2010), el Comité adoptó el Plan de Acción de Paraty que contiene
“actividades a implementar con el propósito de integrar una perspectiva de desarrollo sostenible en
la Convención de Patrimonio Mundial”.

En su 35ª sesión en París 2011, el Comité ​adoptó varias enmiendas a las Directrices
Operativas​ ​para que los sistemas de gestión de los sitios de Patrimonio Mundial integren los
principios del desarrollo sostenible.

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Por otra parte, hay que destacar que el Centro de Patrimonio Mundial en los últimos meses, obró
para que se tomara en cuenta el tema del Patrimonio en los resultados de la ​C​onferencia de
Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible, la que se llevará cabo en Rio de Janeiro en
2012 (RIO + 20)​, y en la nueva agenda para el desarrollo que será adoptada en 2015 por la
comunidad internacional.

En las consultas preparatorias de RIO + 20, UNESCO enfatizó varios resultados y ejemplos que
claramente demuestran la relevancia del patrimonio cultural y natural para la economía verde.
De manera más general, cabe destacar la iniciativa liderada por la UNESCO que ha permitido la
adopción de dos resoluciones de la ​Asamblea General de Naciones Unidas en 2010 y en 2011
para integrar la Cultura en estrategias y políticas públicas y superar la ausencia de la
Cultura como tema prioritario de los Objetivos del Milenio.

El plan estratégico para la implementación de la Convención 2012-2022, desarrollado en el


contexto de las reflexiones sobre el “Futuro de la Convención”, y adoptado por la Asamblea
General en Paris 2011, integró en su visión para 2022 la problemática de la convención y del
desarrollo sostenible y las comunidades.

Hay que mencionar la actual formulación de ​política general de la UNESCO sobre los Pueblos
Indígenas​ ​y muchas reuniones sobre cómo integrar mejor a las comunidades en la gestión de los
sitios. Hay que destacar los esfuerzos de las organizaciones especializadas de la sociedad civil y
especialmente ICOMOS. ICOMOS publicó en 2011 las ​“Orientaciones sobre las evaluaciones
del impacto sobre los bienes del Patrimonio Cultural de la Humanidad” y su Asamblea
General adoptó el mismo año la Declaración de París sobre “Patrimonio, motor de
desarrollo”​. ICOMOS Noruega está desarrollando un trabajo sobre la dimensión de Derechos
Humanos en la gestión de los sitios.

Adicionalmente UNESCO e IPHAN (Brasil) organizaron una importante reunión de consulta sobre
patrimonio mundial y desarrollo sostenible en ​Ouro Preto del 5 al 8 de febrero de 2012​.

Esta reunión en la cual participaron 50 delegados entre expertos, órganos consultivos y centros
categoría II, entre otros, brindó la oportunidad de debatir y profundizar el marco general y la
relación entre patrimonio mundial y desarrollo sostenible.

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Hizo notar que preservar el patrimonio y alcanzar un desarrollo sustentable, concebido como un
desarrollo que incorpore las preocupaciones sociales y medioambientales, no debería entenderse
como una meta contradictoria.

El concepto de patrimonio es fundamental para la lógica del desarrollo sostenible como resultado
de la dinámica del patrimonio y la continua relación entre las comunidades y su medio ambiente.
Se enfatizó que el resultado de una interacción dinámica puede atravesar las dimensiones de lo
tangible e intangible.

Por lo tanto, se pidió una definición más amplia del patrimonio en el contexto del patrimonio
mundial, que pondría énfasis en su relación inherente a las comunidades locales y su bienestar.
Esto también reforzaría los vínculos operacionales entre la Convención del Patrimonio Mundial y
las políticas nacionales del patrimonio destinado a mejorar la vida de las comunidades locales, y
fomentar la cooperación entre los países sobre la conservación del patrimonio en nombre del
desarrollo sostenible.

También se hizo notar que si el sector del patrimonio no asume plenamente el desarrollo sostenible
y aprovecha los beneficios recíprocos para el patrimonio y la sociedad, se va a encontrar a sí
mismo como una víctima de, en lugar de un catalizador para un cambio más amplio.

La reunión observó la necesidad de una guía práctica sobre desarrollo sostenible para las
personas involucradas en la protección de los bienes del patrimonio mundial.

Por lo tanto, los participantes concluyeron también que había necesidad de una política específica
que permita integrarla preocupación por el desarrollo sostenible dentro de los procesos operativos
de la Convención del Patrimonio Mundial,

El objetivo de esta política debería:


a) asegurar que el potencial del patrimonio mundial que contribuye al desarrollo sostenible
está plenamente aprovechado;
b) ayudar a los profesionales, ​instituciones​, comunidades y redes que participan en el
patrimonio mundial a que aprovechen los beneficios que la participación en el desarrollo
sostenible puede ofrecer a los bienes del patrimonio mundial;
c) asegurar que las estrategias mundiales de conservación del patrimonio y programas estén
alineados con los objetivos más amplios de desarrollo sostenible.

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La reunión de Ouro Preto, también identificó una serie de “principios generales” que deberían
informar sobre esta nueva política, en relación con los procesos específicos de la Convención.

Eventualmente, la implementación de esta política requerirá que la práctica de la conservación


incorpore un nuevo enfoque multidisciplinario e intersectorial.

Esto deberá complementarse, en lo posible, con una serie de actividades (recomendación de la


reunión de Paraty) que incluyan el desarrollo de un conjunto de indicadores de desarrollo
sostenible, que podría aplicarse a la conservación del patrimonio, a la realización de estudios
específicos y al desarrollo de herramientas de creación de capacidades y programas.

Finalmente, reconociendo el papel crucial de la cooperación internacional en la corrección de


desbalances y lograr un desarrollo sostenible, la reunión de Ouro Preto, recomendó que el Comité
añada a ​sus objetivos estratégicos una sexta "C" para la Cooperación.

También se propuso la posibilidad de elaborar una Declaración Universal de la UNESCO sobre


Desarrollo Sostenible y Bio-Diversidad Cultural, teniendo en cuenta la estrecha relación e
interdependencia entre la diversidad biológica y cultural y la necesidad de una mejor integración y
aprendizaje a través de las convenciones relacionadas con la cultura y biodiversidad.

Las conclusiones de Ouro Preto, sugieren que la conservación del patrimonio, en el contexto de
Río+ 20, podría ser visto como una estrategia para un desarrollo más sostenible, que fomente una
economía más verde y sociedades más unidas y flexibles. Los bienes declarados Patrimonio
Mundial, podrían servir de banco de pruebas donde se podrían explorar enfoques innovadores y
desarrollar modelos de buenas prácticas.

C- Adopción de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial en 2003: Un


hito histórico.

En 2003, el debate sobre la relación entre patrimonio y turismo a escala global se enriqueció y
complejizó con la adopción de la Convención para la salvaguardia del patrimonio inmaterial. En el
presente estudio, explicaremos la disociación histórica habida entre el patrimonio físico y natural,
por un lado, y el patrimonio inmaterial, por otro. Una de las consecuencias de esta división
conceptual y jurídica ha sido un énfasis insuficiente en el análisis de los impactos del turismo en el

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patrimonio inmaterial, exceptuados los casos estrechamente vinculados al patrimonio físico o


natural.

Esta Convención logró un consenso importante a nivel internacional y plasmó en un instrumento


normativo vinculante muchas ideas que la doctrina y la academia estaban trabajando y analizando
desde hace muchos años. La puesta en escena de la cultura popular y sus orígenes; su
reconocimiento normativo y político a escalas internacional y nacional serán analizados en esta
parte.

En su obra ​Culturas híbridas: estrategia para entrar y salir de la modernidad​, Néstor García
Canclini analiza la reciente odisea de “la puesta en escena de lo popular” y expone seis
refutaciones a la visión clásica de los folcloristas:

1. El desarrollo moderno no suprime las culturas populares tradicionales.


2. Las culturas campesinas ya no representan la parte mayoritaria de la cultura popular.
3. Lo popular no se concentra en los objetos.
4. Lo popular no es monopolio de los sectores populares.
5. Lo popular no es vivido por los sujetos populares como complacencia melancólica con las
tradiciones.
6. La preservación pura de las tradiciones no es siempre el mejor recurso popular para
reproducirse y reelaborar su situación.

Esta aclaración de lo que constituye el patrimonio inmaterial ayuda a su mejor definición en el


contexto de la cultura rioplatense. Las visiones folcloristas o románticas limitan este concepto a
culturas tradicionales netamente afirmadas como diferentes, tales como las comunidades
indígenas rurales, y no consideran las culturas híbridas como posibles portadoras o sujetos de una
cultura popular importante. Estos conceptos folcloristas han influenciado el imaginario y todavía
resulta difícil que los rioplatenses valoricen suficientemente lo popular como una propuesta válida
de patrimonización.

La doctora Liliana Barela (Argentina), que coordinó la presentación de la candidatura del tango a la
lista representativa de la UNESCO, describió claramente esta especificidad de la cultura
rioplatense:

16
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Las primeras definiciones de bienes patrimoniales inmateriales, tal como aparecían en


los documentos, enfatizaban en ciertos aspectos –oralidad, condición de riesgo de
desaparición, culturas minoritarias, autóctonas, desarrolladas en territorios y
culturas originarias, vinculadas al pasado- que institucionalizaron una noción de
patrimonio inmaterial restringida respecto de las culturas populares y tradicionales,
y promovieron un imaginario de escaso o inexistente dinamismo de los sectores
sociales involucrados.

En el ámbito internacional, se confirmó el enfoque de García Canclini con la adopción de la


Convención de 2003, primer instrumento multilateral vinculante para la salvaguardia del patrimonio
cultural inmaterial. Con ello, se plantea un nuevo concepto de salvaguardia, que se aleja de las
nociones folcloristas que predominaron anteriormente.

La Convención de 2003 está basada en los acuerdos internacionales, así como en las
recomendaciones y resoluciones previamente existentes en materia de patrimonio cultural y
natural, pero refleja el pensamiento internacional actual en lo relativo a la preservación de la
diversidad cultural y la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

A los efectos de la Convención, por patrimonio cultural inmaterial se entiende los usos,
representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos,
artefactos y espacios culturales que les son inherentes– que las comunidades, los grupos y los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio se
manifiesta, en particular, en los ámbitos siguientes:

1. tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural
inmaterial;
2. artes del espectáculo;
3. usos sociales, rituales y actos festivos;
4. conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, y
5. técnicas artesanales tradicionales.
El patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado
constantemente por las comunidades y grupos –en función de su entorno, su interacción con la
naturaleza y su historia-, a los cuales infunde un sentimiento de identidad y continuidad. Este
patrimonio ha de ser compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos, con
los imperativos de respeto mutuo entre las comunidades y con el desarrollo sostenible.

17
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Son propósitos fundamentales de la Convención salvaguardar este patrimonio, asegurar que se


respete, sensibilizar al público respecto a su importancia, y promover la cooperación y asistencia
internacionales. Los países que ratifican la Convención (denominados Estados Partes) se obligan a
salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio. En el plano internacional, la
Convención establece dos listas: la Lista del patrimonio cultural inmaterial que requiere medidas
urgentes de salvaguardia y la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la
humanidad. El objetivo de estas listas consiste en resaltar los elementos del patrimonio cultural
inmaterial que son representativos de la creatividad humana y la diversidad cultural y, en particular,
los que necesitan ser salvaguardados urgentemente. Además de las listas, se establece un registro
de buenas prácticas, cuyo objetivo será contribuir a la cooperación internacional mediante la
diseminación e intercambio de ejemplos de salvaguardia.

Considerando las obligaciones derivadas de la Convención, es preciso analizar cómo han


evolucionado recientemente las políticas nacionales y el grado de implementación de la
Convención, tanto en Argentina como en Uruguay.

En Argentina y Uruguay, como sucede en muchos países, las expresiones y manifestaciones


inmateriales –algunas de ellas agrupadas anteriormente bajo el nombre de folclor- no fueron, en
general, objeto de un tratamiento patrimonial.

La cultura popular argentina y uruguaya tuvo un doble reconocimiento con la presentación de dos
candidaturas a la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad: el tango y
el candombe. La candidatura del tango fue presentada conjuntamente por Uruguay y Argentina en
septiembre de 2008. En septiembre de 2009, el Comité Intergubernamental decidió la integración
de estas y otras candidaturas a la Lista representativa del patrimonio inmaterial de la humanidad.

Argentina y Uruguay deben encarar ahora un compromiso importante para la salvaguardia de estas
expresiones inmateriales (y de todas las demás que se incluyan en su inventario nacional, puesto
que el compromiso no se limita a los elementos inscritos en las listas internacionales). El término
“salvaguardia” evidencia claramente que el objetivo principal de la Convención es garantizar la
viabilidad a largo plazo del patrimonio inmaterial dentro de las comunidades y los grupos. La
Convención define “salvaguardia” como

… las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad del patrimonio cultural


inmaterial, comprendidas la identificación, documentación, investigación,
preservación, protección, promoción, valorización, transmisión –básicamente,

18
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

mediante la enseñanza formal y no formal– y revitalización de este patrimonio


en sus distintos aspectos​.

Argentina y Uruguay podrían adoptar una política general destinada a promover el patrimonio
cultural inmaterial e integrar sus medidas de salvaguardia en programas de acción; o designar
órganos competentes en la esfera del patrimonio cultural inmaterial y fomentar la realización de
estudios científicos, técnicos y artísticos. Podrían, además, arbitrar medidas técnicas,
administrativas y financieras destinadas a asegurar el acceso al patrimonio cultural inmaterial –al
tiempo que se respeta los usos consuetudinarios por los que se rige el acceso a ciertos aspectos
de este patrimonio-, y encaminadas a crear o reforzar instituciones destinadas a conservar la
documentación.

La documentación plantea dificultades, sobre todo, cuando se trata de tradiciones orales, pues se
teme una “museización” del patrimonio.
Obviamente, la documentación deberá ser dinámica y tener como propósito mostrar el estado
actual de ese patrimonio. Si un elemento del patrimonio cultural inmaterial corre peligro, los
registros deberán reflejar los riesgos que le amenazan. Por consiguiente, los mecanismos de
actualización y observación permanente del patrimonio vivo son imprescindibles para analizar su
evolución o para detectar posibles amenazas o alteraciones.

Además, los Estados argentino y uruguayo deben garantizar el reconocimiento y el respeto al


patrimonio cultural inmaterial en el seno de la sociedad; en particular, mediante la elaboración de
programas educativos, de sensibilización e información, así como actividades de creación de
capacidades para la salvaguardia de este patrimonio y la prestación de apoyo a los medios no
formales de transmisión del conocimiento.

Asimismo, la investigación analizará de qué modo se adoptaron en Argentina y Uruguay algunas


medidas necesarias para garantizar la salvaguardia del PCI:
- reconceptualización del patrimonio,
- interpretación local de los contenidos de los artículos (noción de comunidad, ámbitos de la
convención…),
- reformulación de marcos normativos,
- inventario,
- relación con las comunidades,
- campaña de sensibilización y concientización,
- institucionalización y articulaciones interinstitucionales.

19
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Aunque a menudo consideramos artificial la oposición entre patrimonio material e inmaterial, se


debe destacar que son preocupantes los riesgos que corre el patrimonio intangible, el más frágil de
todos, cuando se alteran sus tradiciones y valores al entrar en relación con –o por el impacto de-
un turismo que falsifica, desvirtúa y descontextualiza elementos patrimoniales para facilitar su
explotación comercial. La afluencia turística puede representar un cambio en la percepción y una
actitud de desacralización respecto a lugares de valor simbólico y espiritual, e induce a cambios
forzados en las prácticas de las comunidades. Las producciones culturales, como las artesanías,
pueden también cambiar de finalidad, pues se reorientan hacia el mercado, se descontextualizan y
se vacían de sus valores simbólicos.

Los expertos en la preservación del patrimonio material, movilizados en redes y en organizaciones


especializadas, se preocuparon por esta relación entre cultura y turismo y reconocieron la especial
vulnerabilidad del patrimonio inmaterial.
Así, en 1999, ICOMOS aprobó su ​Carta internacional sobre turismo cultural​, que hace referencia a
la importancia del patrimonio inmaterial, y el 4 de octubre de 2008, en Quebec (Canadá), durante
su XVI Asamblea General, adoptó la ​Declaración sobre la preservación del espíritu del lugar​, en la
que se afirma lo siguiente:

Reconociendo que el espíritu del lugar está constituido de elementos


materiales (sitios, paisajes, edificios, objetos) e inmateriales (memorias,
relatos, ritos, festivales, conocimientos), que todos sirven de manera
significativa para marcar un lugar dándole un espíritu, declaramos que el
patrimonio cultural inmaterial da un sentido más grande y completo al
patrimonio y, por consiguiente, se debe tener en cuenta en todo proyecto
de conservación y de restauración de monumentos, de sitios, de paisajes,
de rutas, de colecciones y de objetos​.

Ya que los conflictos armados, el fuego, el desarrollo urbano, el turismo de masa y los movimientos
migratorios transnacionales pueden amenazar las tradiciones de los lugares, se debe elaborar
políticas para proteger el espíritu de esos sitios tradicionales pero, al mismo tiempo, permitir el
reconocimiento de nuevos lugares y nuevos espíritus.

A pesar de ello, los estudios dedicados al impacto del turismo sobre las comunidades locales
portadoras del patrimonio inmaterial –por su forma de vida y sus costumbres-, siguen siendo
escasos y, muchas veces, adoptan una perspectiva económica.

20
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Se suele examinar con prioridad cómo aumentar los ingresos gracias al turismo. Por ejemplo,
declaratorias internacionales, como las relativas al tango o a varios carnavales en América Latina
son, sin lugar a dudas, muy atractivas para los inversores turísticos. Debido a que el turismo es hoy
la mayor industria mundial en el sector de los servicios, esa posición es absolutamente
comprensible.

No obstante, descuidar el impacto sobre el patrimonio cultural –sobre todo, si se trata del
inmaterial- conducirá, de modo inevitable, al agotamiento irreversible de este recurso, puesto que,
en definitiva, el turismo también existe gracias a la fuerza de atracción que ejercen las diferentes
culturas intangibles y a la autenticidad de sus manifestaciones.

Se desarrollará en esta parte la especificidad de esta Convención y su relación con el desarrollo


sostenible

D- El Patrimonio: ¿Producto o recurso?

Si se analiza la relación entre el patrimonio y las industrias culturales (especialmente, la turística y


la artesanal) es importante incluir en la reflexión el impacto de la adopción, en 2005, de la
Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales​. Este
instrumento normativo ha permitido colmar un vacío jurídico en la gobernanza mundial, al
establecer un conjunto de derechos y obligaciones, tanto a escala nacional como internacional, con
el propósito de proteger y promover la diversidad cultural. El objetivo general de la convención es
tener en cuenta la diversidad cultural durante la formulación de otras políticas y garantizar que las
políticas culturales contribuyan al acceso igualitario, tanto a las culturas locales, como a las demás
culturas del mundo. La convención constituye, asimismo, un marco regulatorio importante para la
industria turística y refuerza la protección de las expresiones inmateriales en su relación con estas
industrias. Su articulación con la protección del patrimonio inmaterial es, por consiguiente, esencial
para contrarrestar la folclorización de las expresiones inmateriales revitalizadas como resultado de
las medidas de salvaguarda.

De forma general, estas normativas internacionales son el resultado de una larga evolución de la
doctrina sobre la relación entre cultura y desarrollo y, de alguna manera, la consagración del
pensamiento de Amartya Sen, resumido en su artículo “How Does Culture Matter?” (“¿Cómo
importa la cultura en el desarrollo?”).

21
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Sabemos que los planes de desarrollo –incluidos los turísticos- han tendido a ignorar el elemento
esencial que constituye el capital contenido en la diversidad cultural y la creatividad. Así, en
muchos proyectos de desarrollo subyace la noción de un determinismo cultural opuesto a la
diversidad cultural, pues establece que algunas sociedades y culturas tienen mejores capacidades
(mayor capacidad) para desarrollarse que otras y que, en particular, los países multiculturales
tendrán pocas posibilidades de lograr un desarrollo sistemático.

Samuel Huntington divulgó con éxito esta idea tradicional, según la cual el fenómeno de la
globalización puso de manifiesto que algunos países pudieron desarrollarse y otros no según sus
orientaciones culturales. Sen, junto con otros pensadores, descalifica este argumento y desmantela
el mito de que la diversidad cultural constituye un obstáculo para alcanzar los objetivos de un
desarrollo sostenible.

A grandes rasgos, el Sistema de Naciones Unidas ha adoptado los conceptos de Amartya Sen
sobre la relación entre desarrollo y cultura; en lo concerniente al patrimonio cultural inmaterial y su
corolario, la diversidad cultural, Se reconoce que su salvaguardia contribuye a fomentar el
2
bienestar económico y social de los individuos y las comunidades. Destacados economistas han
puesto de relieve el ejemplo de la música de Jamaica –el ​reggae​ y otros ritmos jamaicanos como el
dance hall​ y el ​ska​- que aporta ingresos y empleos sustanciales a la población y, al mismo tiempo,
contribuye, de modo estimable, tanto a la identidad nacional como al prestigio del país, sin
descartar las apreciables ventajas que representa para el sector turístico.

Sin embargo, más allá de algunos ejemplos demostrativos a escala macroeconómica, la


identificación de los beneficios derivados de la salvaguarda del patrimonio inmaterial resulta difícil,
debido a la ausencia de indicadores específicos que permitan medir el impacto de este patrimonio
sobre el desarrollo sostenible.

Estos indicadores no existen; están en proceso de elaboración a partir de estudios en curso,


3
relacionados con una reflexión más general sobre las estadísticas culturales .

2
​Electronic Commerce and Music Business Development in Jamaica: a Portal to the New Economy​.
Document UNCTAD/ITE/TEB/8,2002.
3
Marco de estadísticas culturales de la UNESCO:
http://www.uis.UNESCO.org/template/pdf/cscl/framework/FCS_2009_SP.pdf
Bonet Agustín, Lluís. “Reflexiones a propósito de indicadores y estadísticas culturales.” En:
http://www.gestioncultural.org/boletin/pdf/Indicadores/LBonet-Indicadores.pdf
Bourdieu, Pierre. “Sociología y Cultura.” Grijalbo, México, 1990.
Carrasco Arroyo, Salvador. “Indicadores culturales. Una reflexión.” Econcult, 1999.
Getino, Octavio. “Las industrias culturales y la medición de lo intangible.” Apuntes de la Cátedra de
Industrias Culturales, Universidad de Palermo.
Montiel, Edgar. “El mercado de la producción simbólica. Indicadores económicos de la cultura.”
22
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Si el desarrollo sostenible tiende a mejorar la calidad de vida de las personas, es importante medir
no solamente sus efectos económicos, sociales o medioambientales, sino también su impacto en la
espiritualidad y el mundo afectivo, así como en todos los elementos relacionados con el bienestar
personal y colectivo. Este enfoque holístico es seguramente una de las claves de la gestión cultural
exitosa y, a la vez, uno de sus mayores desafíos. Constituye, de hecho, su fuerza y su debilidad, ya
que lo interdisciplinario no ha logrado todavía una plena aceptación o sistematización en el mundo
académico, en las instancias de cooperación nacionales e internacionales, o en los planes de
gestión de los proyectos de desarrollo a cualquier nivel.

Sin embargo, si bien es importante establecer enfoques o formas integradas de análisis del
desarrollo, no se trata de rechazar, en bloque, la legitimidad de las especialidades y de los
especialistas, sino de intentar unir elementos comunes y pautas en la construcción de nuevas
herramientas de interpretación, evaluación, validación y síntesis.

En esta parte, se profundizará el debate a la pregunta siguiente: “¿la mercantilización cultural


destruye necesariamente el significado de los recursos culturales orientados para los turistas o
adquieren con el impulso turístico nuevos significados para su productores/portadores?”

Las Directrices de la Convención de 2003 aportan algunos elementos de respuesta:


4
La Convención de 2003 y sus directrices ha identificado algunos riesgos vinculado a la relación
entre turismo y PCI.

El verdadero reto será garantizar que esas actividades comerciales no perjudiquen la viabilidad del
patrimonio cultural inmaterial, es decir, que el patrimonio cultural inmaterial pueda seguir teniendo
una función, y un significado para las comunidades y los propios interesados. Que los ingresos
generados beneficien a aquellos que usan y transmiten el cultural inmaterial y que el uso de la
transmisión siga siendo compatible con el desarrollo sostenible.

Según las directrices la actividad comercial puede amenazar la viabilidad del patrimonio cultural
inmaterial, directrices operativas de 116. Es el caso cuando se comercializan los productos
solamente para su venta al turista o solo para la exportación y se desvincula de esta manera a la
tradición del pueblo, lo que tiene como consecuencia la pérdida del significado para la comunidad
a medida que ésta se adapta solamente y exclusivamente a las demandas del turismo.

UNESCO -París. En: ​http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/mx/mx-008/index/assoc/HASH0155.dir/montiel.html


4
Textos fundamentales de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003, (2011), UNESCO.
23
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Las consecuencias son obviamente que puede tener una fosilización y la competencia con
imitaciones baratas importadas, podría afectar la calidad de los productos que llegan así al
mercado.

Las directrices operativas advierten sobre la necesidad de evitar el uso comercial indebido, es
decir la necesidad de lograr un equilibrio entre las relaciones entre las comunidades y los intereses
de la parte comercial, y que el uso comercial no distorsione el significado del patrimonio cultural
inmaterial ni su finalidad para la comunidad de que se trate.

Como bien lo mencionan las directrices se trata de un verdadero reto, el hecho de poder mitigar
los efectos del turismo sobre el patrimonio cultural inmaterial y su salvaguardia.
5
Para ilustrar ese desafío quisiera referirme a un trabajo de investigación de Leticia Maronese en
Buenos Aires y un artículo que ella escribió sobre el “Tango y Turismo: proceso de modificación y
tradicionalización de los espacios tangueros.”

Las mujeres extranjeras, es decir turistas, no se enganchan con los


códigos milongueros. No están acostumbradas a mirar y captar una
invitación a bailar a 20 metros de distancia. En algunos casos es más
gracioso, porque te sacan a bailar directamente, se paran y te miran
directamente y te dicen: - bueno vamos a bailar-

Este ejemplo nos hace reflexionar sobre la dificultad y los desafíos de la salvaguardia del
patrimonio inmaterial y como decía Liliana Barela, la directora general del Instituto Histórico de la
ciudad Buenos Aires, en noviembre de 2009: - creemos que no solo el olvido puede hacer
desaparecer la expresión, la popularidad mundial tiene sus riesgos, por ejemplo la superficialidad
con que se practica el tango en otros países, país exótico de movimientos espectaculares que
nunca existieron en nuestro medio vinculada a “una sensualidad forzada” “que desnaturaliza su
esencia íntima y comunicativa”.

Esa complejidad y este desafío se denominan a veces la paradoja del turismo y lo llamaría el
síndrome del escorpión. El escorpión y la rana es una fábula, en la que un escorpión le dice a la
rana que le ayuda a cruzar el rio prometiéndole no hacerle ningún daño. La rana accede
subiéndole pero cuando está a mitad del trayecto, el escorpión pica a la rana.

5
Maronese, Leticia, ​Tango y Turismo: procesos de modificación y/o tradicionalización a los espacios
tangueros​. Turismo Cultural II. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la ciudad
de Buenos Aires, 2009.
24
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Ésta pregunta incrédula: - cómo has podido hacer algo así? Ahora moriremos las dos-

Ante lo cual el escorpión se disculpa: - No he tenido elección es mi naturaleza.-

Esta fábula ilustra entonces la paradoja del turismo que es ese fenómeno del turismo que de
alguna manera tiene el riesgo de matar lo que desea.

La finalidad de la Convención es salvaguardar el patrimonio inmaterial cuando las comunidades


interesadas así lo deseen. Si no se mitigan los riesgos que penden sobre la viabilidad del
patrimonio cultural inmaterial, éste podría dejar de usarse como patrimonio vivo.

Las representaciones o los bienes pueden seguir produciéndose para un público de turista o de
extranjeros por razones puramente comerciales. En este caso con el propósito de mitigar los
riesgos a la viabilidad del patrimonio la convención y las directrices operativas hacen hincapié en
algunos puntos importantes.

1. La participación y el consentimiento de la comunidad.


2. El fortalecimiento de capacidades incluida la de comunidades, grupos, gestión de
pequeñas empresas vinculadas al patrimonio cultural inmaterial
3. El mecanismo de consulta que incluyan a ongs, expertos y centros de competencia
4. La evaluación de riesgos, supervisión y evaluación y por ende los marcos jurídicos y
códigos de ética para salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial

Gracias al análisis llevado a cabo por la elaboración para la evaluación de las directrices y también
el estudio de casos, podemos destacar algunos ejemplos de mitigaciones:

● Hacer representaciones rituales para turistas al margen de las representaciones de la


comunidad,
● Limitar acceso a turistas a lugares secretos/sagrados para el patrimonio inmaterial,
● Capacitar a los guías comunitarios en explicar a los turistas el significado del patrimonio
cultural inmaterial,
● Decidir en comunidad qué se puede comercializar y qué no se puede del patrimonio
cultural inmaterial.
De manera general el trabajo del Comité Intergubernamental a través de la elaboración de las
directrices y de los estudios de caso, pone a prueba una vez más los nexos entre lo global y lo

25
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

local y plantea la necesidad de una gestión que permita la superación entre las contradicciones
entre intimidad y exotismo, entre lucro y espiritualidad, entre supervivencia y sostenibilidad o por
fin entre escenificación y autenticidad.

También notamos que la gestión del patrimonio inmaterial no es solamente la gestión de un


recurso cultural, sino es también la expresión de ejercicio de los derechos culturales de las
comunidades concernidas.

Es importante mencionar que el centro regional para la salvaguarda del patrimonio cultural
6
inmaterial de América Latina, CRESPIAL , está llevando a cabo reflexiones en torno al patrimonio
inmaterial y los planes y políticas de salvaguarda en particular, una reflexión sobre el impacto que
puede tener las políticas de desarrollo sobre las expresiones inmateriales.

En mayo 2011 en la ciudad de Bogotá ha llevado a cabo un seminario sobre este tema con la
participación de los representantes de los países miembros, y tenía como propósito y objetivo
establecer recomendaciones para la formulación de políticas de cultura inmaterial a partir de
algunos casos presentados por los países.

Dos casos en particular fueron presentados y analizados, que fueron el Carnaval de Oruro en
Bolivia y el Carnaval de Barranquilla en Colombia. En estos dos casos el CRESPIAL hizo un
análisis de las dificultades observadas y del impacto que ha tenido en particular la actividad
turística sobre esos carnavales sobre las expresiones, por ejemplo las apropiaciones indebidas o
la distorsión del propio festival, la invisibilización de algunos grupos portadores. La limitación o
exclusión de portadores nuevos el impacto de la mediatización y de la visión muy exótica que
pueden tener esas expresiones para el turismo, y también un punto importante es la situación de
pobreza de los portadores, a pesar del reconocimiento de esas expresiones como patrimonio de la
humanidad.

Estas observaciones se hicieron para los dos carnavales, se identificaron entonces problemas
comunes pero también, el CRESPIAL hizo una serie de recomendaciones, en torno a los actores
sociales y la participación comunitaria, recomendaciones también sobre las estrategias que hay
que desarrollar en la implementación de los planes de salvaguardia, recomendaciones sobre
instrumentos y metodologías para el monitoreo y la evaluación, y esas recomendaciones son muy
útiles para mejorar los planes de salvaguarda de las expresiones inmateriales.

6
http://www.crespial.org/
26
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

¿Existe un sistema de certificación o de calidad para garantizar que el turismo no pone en peligro
el patrimonio inmaterial en cuestión?

En Argentina, existen algunos sistemas de certificación a nivel nacional: El Ministerio de Turismo


de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Gestión de Calidad Turística, contempla en una
base de datos a los prestadores de servicios que son distinguidos por las Normas - ISO 9001
(Sistemas de Gestión de la Calidad) e ISO 14 001 (Sistemas de Gestión Ambiental).

Además, imparte las Normas IRAM-SECTUR:

Las cuales fueron producto del convenio firmado entre ambas instituciones el 14 de febrero del
2007 surgen las Normas Sectoriales IRAM-SECTUR, herramientas que consideran de forma
integral los principales aspectos que hacen a la prestación de servicios: la gestión de la calidad, la
gestión ambiental y la gestión de seguridad. Puede accederse a ellas a través de
http://www.iram.org.ar​ [1].

Estas normas se enfocan en las diferentes actividades, por eso se encuentran en un nivel
avanzado de los programas de calidad, por ser bien específicas de una materia. De todas
maneras, pueden agruparse en familias de normas que tienen ciertas similitudes.

Entre los principales beneficios para quienes aplican las normas, podemos mencionar los
siguientes:
- Eleva los niveles de calidad en la prestación de los servicios y acredita un comportamiento
respetuoso con el medio ambiente, mejorando la imagen de la empresa frente a sus clientes. Esto
acerca al empresario a la fidelización del cliente.
- Genera beneficios económicos, ya que al hacer más eficientes los procesos de gestión se genera
un ahorro de recursos.
- Facilita la aplicación de soluciones económicas y estables, así como facilita el desarrollo de la
actividad en condiciones de previsibilidad.

Sumado a lo anterior podemos citar a los diversos Programas de Calidad de la Dirección Nacional
de Gestión de la Calidad Turística perteneciente al MINTUR, que constituyen el SACT Sistema
Argentino de Calidad Turística:

- Sistema Inicial de Gestión Organizacional SIGO.

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Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

- Programa Buenas Prácticas en Destinos- BBPP


- Directrices de Gestión: Directrices de Gestión de la Calidad y Ambiental en Playas y Balnearios, -
- Directrices de Calidad Turística para Termas, Directrices de Accesibilidad en Alojamientos
turísticos, Directrices de Gestión Turística en Municipios, Directrices para Bodegas Turísticas,
Directrices para Turismo Familiar.
- Programa de Excelencia en la Gestión- Nivel I,
- Normas IRAM- SECTUR (son 24), Ver adjunto
- Programa de Excelencia en la Gestión- Nivel II,
- Premio Nacional a la calidad,
- Clubes de Excelencia de Calidad, etc.

Actualización de certificaciones: Cada 2 años o 3 años (siempre que el mercado no lo exija con
anterioridad) se realizará la actualización de los programas y en base a las experiencias de
implementación, nuevos problemas detectados, nuevas demandas, tecnologías y avances
científicos.

La validación se realizará a través de los procedimientos y mecanismos que la DNGCT Dirección


Nacional de Calidad estime oportunos.

A nivel internacional, algunos sistemas de sellos o certificaciones constituyen acercamientos


interesantes a esta preocupación y pueden contribuir al estudio de la medición de los efectos
positivos en el bienestar individual y/o colectivo. Por ejemplo, en el campo del turismo sostenible es
interesante destacar que ​el Código mundial de ética del turismo​, adoptado por la Organización
Mundial del Turismo como marco de referencia para el desarrollo racional y sostenible del turismo
mundial, contempla, en su Artículo 4, el patrimonio material e inmaterial.

Más recientemente, en 2009, se creó un Consejo de Sostenibilidad Turística, compuesto por


diferentes grupos de interés en el sector del turismo. Uno de los objetivos de este nuevo consejo es
facilitar la adopción de criterios universales e indicadores para los diferentes sectores de la
industria turística: los Criterios Globales de Turismo Sostenible (GSTC). La formulación de estos
criterios está siendo coordinada por varias organizaciones de las Naciones Unidas, de la sociedad
civil y del sector privado: Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
(PNUMA/UNEP), Fundación de Naciones Unidas (UNF), Alianza para el Bosque Lluvioso
–​Rainforest Alliance​ (RA)-, Organización Mundial del Turismo (OMT), Unión Internacional de
Conservación de la Naturaleza (UICN), Convenio de Diversidad Biológica (CDB), Red de

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Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Certificación del Turismo Sostenible de las Américas, ​American Hotel and Lodging Association
(AHLA), ​Caribbean Alliance for Sustainable Tourism​ (CAST), ​Conde Nast Traveler, Conservation
International​ (CI). ​Expedia, Inc., Fairmont, Federation of Tour Operators​ (FTO), Hyatt, I​ nternational
Council on Monuments and Sites​ (ICOMOS), I​ nternational Hotel and Restaurant Association
(IH&RA), ​Marriott International, Travelocity/Sabre Holdings​, Sociedad Internacional de Ecoturismo
(TIES), ​Tourism Concern, Travel Weekly,​ entre otras.

Esta certificación internacional tiende a remediar la confusión que ha originado la multiplicación de


certificaciones locales sin credibilidad o legitimidad real y a contrarrestar las ofertas engañosas de
“desarrollo sostenible” practicadas por algunas empresas, el llamado “maquillaje verde” (​green
washing​).

Es interesante seguir la evolución de estos criterios, aunque se debe destacar que el elemento
medioambiente es predominante y que ninguna organización representa la problemática del
patrimonio inmaterial. Esta ausencia reafirma la necesidad de profundizar en la reflexión sobre la
relación entre turismo y patrimonio inmaterial, así como su impacto en términos de sostenibilidad,
pues son pocos los organismos que desempeñan un trabajo de análisis sistemático en este campo.

La sostenibilidad está muy estrechamente vinculada con la idea de “calidad” en un sentido amplio
de la palabra.

Por ejemplo, en el campo de la artesanía, se fueron estableciendo criterios en el marco del


programa de Reconocimiento de Excelencia. El programa de la UNESCO para Productos de
Artesanía (en lo adelante, “Reconocimiento”) se propone alentar a los artesanos a crear productos,
de modo innovador, mediante el uso de sus destrezas, diseños y temas tradicionales, con el fin de
asegurar la continuidad y sostenibilidad de la diversidad de las destrezas y tradiciones culturales.

Un panel de selección internacional, nominado por la UNESCO, evalúa los productos presentados
para su certificación con el Reconocimiento. El análisis se basa en cinco (5) criterios, todos los
cuales los productos han de cumplir:

Excelente​: excelencia demostrada y calidad elevada en la destreza y el conocimiento del oficio.


Este criterio está avalado por el uso de materiales y técnicas de alta calidad, así como una
atención especial a los detalles de manufactura.

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Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Auténtico​: expresión de identidad cultural y valores estéticos tradicionales, lo cual se demuestra


por una aplicación bien lograda de la expresión estética y cultural, o de la técnica tradicional de la
artesanía.
Innovador​: innovación en diseño y producción, demostrada mediante una mezcla eficaz y
fructífera de lo tradicional y lo contemporáneo, o de la inventiva y el uso creador del material, el
diseño y el proceso de producción.
Ecológico​: respeto al medio ambiente en la utilización de los materiales y las técnicas de
producción, lo cual se evidencia en el uso de colorantes y fibras naturales, materiales reciclados, y
materiales y procesos de producción inocuos al medio ambiente.
Comercializable​: posibilidad de los productos artesanales de ser colocados en el mercado
mundial. Esto puede relacionarse con la funcionalidad del producto, el empleo inocuo por los
posibles compradores, una relación equilibrada entre precio y calidad, o la sostenibilidad de la
producción.

El producto que satisfaga todos los criterios obtendrá la certificación del “Reconocimiento de
Excelencia”. Lo anterior reconoce el más elevado nivel de excelencia en el oficio y distingue a un
producto como referencia para la producción artesanal.

La búsqueda de la sostenibilidad, que está en el centro de la problemática de la gestión cultural,


reviste hoy un valor estratégico, puesto que, desde 2009, el BID exige que todos los proyectos con
presupuestos mayores de 10 millones de USD tengan que demostrar la sostenibilidad antes de
poder solicitar el financiamiento y firmar un instrumento vinculante.

El sistema de Reconocimiento de Excelencia fue puesto en marcha en Argentina y Uruguay de


modo experimental con resultados muy satisfactorios. Tanto entre los artesanos como a escala
nacional, podría constituir una herramienta eficaz para demostrar la sostenibilidad de los proyectos.

Esta cuestión de la certificación estará profundizada en el último capítulo de la segunda parte y una
propuesta de un modelo de certificación estará elaborada.

30
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Capítulo 2: Reconocimiento del PCI como elemento constitutivo de la


identidad nacional y diversificación de la oferta turística en Argentina y
Uruguay.

A- En Argentina y Uruguay es posible observar dos fenómenos concomitantes relacionados


con los temas antes mencionados.

En primer lugar, se percibe una toma de conciencia de la importancia de la cultura en el desarrollo


económico y social, con un énfasis particular en el patrimonio inmaterial que se expresa en la
integración de la temática en la gestión de las políticas públicas de desarrollo y en la formulación
de muchos proyectos, provenientes tanto del sector público, como de la sociedad civil.
Las instancias encargadas del patrimonio en Argentina y Uruguay están tratando de reforzar las
capacidades técnicas de sus gestores con el fin de afrontar mejor los desafíos que plantea la
salvaguarda del patrimonio inmaterial a escala nacional. Se está reforzando la institucionalidad a
nivel nacional y local mediante la creación de departamentos encargados de este nuevo tema de
política cultural.

Este primer suceso es debido, parcialmente, a la ratificación de los instrumentos internacionales


mencionados y a muchos otros factores internos que trataremos de estudiar; entre ellos, la
afirmación de la legitimidad propia de las culturas indígenas, afro rioplatenses y del mestizaje
(culturas híbridas), y el cuestionamiento, al mismo tiempo, del modelo cultural eurocéntrico y de la
omnipotencia del pensamiento occidental. En este contexto, la puesta en escena de la cultura
popular tradicional constituye una base privilegiada desde donde se redefine la especificidad de la
identidad nacional.

El segundo fenómeno atañe a los nuevos modelos para el desarrollo local, debido a los últimos
percances económicos ocurridos, los cuales obligaron a las comunidades a adaptarse a nuevas
situaciones, y a hacer hincapié en la puesta en valor de su patrimonio mediante el turismo cultural
como actividad dinamizadora de las economías locales. Este “turismo emergente” en Argentina y
Uruguay cuenta con este alto valor agregado que constituye el patrimonio y, en particular, el
inmaterial. La creación de nuevos productos turísticos que ponen en valor un rico pasado histórico
y cultural, y que revitalizan un “legado, a veces, olvidado o invisibilizado”, constituye un complejo
desafío para la gestión cultural y turística.

31
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Considerando la necesidad de estudiar casos concretos de puesta en valor de expresiones


inmateriales mediante el turismo, se propone concentrar la investigación al contexto de la cultura
uruguaya y argentina.

Esta investigación ofrece una oportunidad para precisar el debate sobre la identidad cultural que
está llevando hoy día en estos dos países, indudablemente marcados los dos por el carácter
multiétnico y multicultural de su gente, el fuerte sincretismo de sus formas de expresión y un afán
de modernidad en el que se conjugan, no sin tensiones, un sentido de múltiple pertenencia a las
raíces europeas, latinoamericanas y africanas.

En este sentido, se sintetizará los resultados del debate actual, y los avances normativos y
políticos sobre el reconocimiento de los derechos culturales en Uruguay y la implementación de
proyectos importantes sobre este tema en los dos países.

Capítulo 3 : Incidencia de los avances de la doctrina de Turismo


Cultural y de las normas culturales internacionales en las políticas
públicas para la puesta en valor del PCI en el sector turístico

En este capítulo se analiza los diferentes planes de Turismo vigentes a nivel nacional y local y de
qué manera estos planes integraron la problemática del Patrimonio y más específicamente el tema
del Patrimonio inmaterial.

1. Estudio del Plan Nacional de Turismo Sostenible de Uruguay : En el 2008 el turismo en el


Uruguay significó la llegada al país de 2 millones de turistas, 1.029 millones de dólares,
alcanzando, junto al turismo interno, el 6% del PBI, lo que generó 125.000 empleos
directos .En ese marco el 2 de junio de 2009 se logra la aprobación del Plan Nacional de
Turismo Sostenible 2009-2020 por parte del Consejo Nacional de Turismo (CONATUR), lo
que culminó una serie de instancias de participación a la que fueron convocados durante
10 meses todos los actores del sector turístico, desde las mayores empresas hasta la
central sindical, permitiendo. Durante la preparación de este plan, se realizó una puesta al
día de la información en cuanto al marco en el que se desarrolla la actividad turística y al
ajuste en los conceptos.. En este proceso, se hizo esfuerzo para pensar “el Uruguay
turístico del 2020”. Se analizará el tema de la integración y la visión del Patrimonio
inmaterial en este plan y el impacto de su implementación sobre las comunidades y los
proyectos turísticos.

32
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

El mismo ejercicio se realizará para el Plan Federal del Turismo Sustentable de la Secretaría de
Turismo de la Nación en Argentina y a nivel de la Ciudad de Buenos Aires.

Es importante destacar que se creó el Programa de Gestores en Cultura y Turismo liderado por la
Dirección Nacional de Política Cultural y Cooperación Internacional que tiene como objetivo la
formulación de estrategias y identificación de buenas prácticas relativas a acciones conciliando la
explotación turístico de recursos patrimoniales y las acciones de salvaguardia para su
sostenibilidad se publicó un importante resultado de los trabajos en “Cultura y Turismo, factores del
Desarrollo económico y Social” Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación en 2011.
Desde el gobierno de la ciudad es el ente de turismo quien se encarga del tema turismo cultural.
Para conseguir datos hay que consultar el “observatorio de turismo”
http://www.buenosaires.gov.ar/organigrama/min_produccion.php?menu_id=12573

Es importante también analizar de qué manera la institucionalidad cultural trata el tema del turismo
patrimonial y desarrolla estrategias de sinergias entre los Planes de Turismo y la Política de
salvaguardia del Patrimonio. La buena cooperación con el sector de turismo depende mucho del
nivel de institucionalidad del sector cultural.

Capítulo 4 : El fortalecimiento de las comunidades culturales y su


papel en la valorización de la cultura popular.

La Convención presta especial atención al papel de las comunidades y los grupos en la


salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. Su objeto son más los procesos y condiciones, que
los productos, tal como lo señaló García Canclini en su definición de cultura popular.

Son fundamentales la experiencia vital y el sentido que la gente da a sus expresiones vivas. Así, el
carácter patrimonial de una expresión inmaterial procede, en gran parte, de lo que las comunidades
consideran importante para su existencia, su creatividad, su diversidad o su bienestar. En lo que
respecta al patrimonio cultural inmaterial, el concepto de valor universal excepcional no se aplica,
pues no existe jerarquía alguna: todas las expresiones son valoradas por igual. Las expresiones
reconocidas del patrimonio inmaterial deben ser compatibles con los instrumentos de derechos
humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e
individuos. La Convención reconoce la importancia del patrimonio inmaterial como instrumento de
la cohesión social, el aprecio de la identidad cultural de otros grupos y el desarrollo sostenible.

33
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

La Convención no especifica a qué comunidades o grupos de depositarios de la tradición se


refiere. El término “comunidad” es genérico y requiere una contextualización apropiada para cada
expresión. El espíritu de la Convención es que las comunidades tengan un carácter abierto, sin
estar necesariamente vinculadas a territorios determinados. Las comunidades no son
necesariamente minoritarias y un individuo puede pertenecer a diferentes comunidades a un
mismo tiempo, o cambiar de comunidad. El principio de autodefinición es importante, como sucede
con la definición de pueblos indígenas según las pautas de las Naciones Unidas.

La Convención recalca que el patrimonio cultural inmaterial presente en un territorio debe ser
identificado y definido con la participación de las comunidades, grupos y organizaciones no
gubernamentales pertinentes. Sobre esta base, los Estados Partes han de tratar de conseguir la
más amplia participación posible de las comunidades, grupos y, cuando proceda, individuos que
creen, mantengan y transmitan ese patrimonio, y asociarlos activamente a su gestión.

Segunda Parte; Desafíos y oportunidades de la


sostenibilidad del Turismo relacionado con el PCI
Capítulo 1 : Identificación de los desafíos de la patrimonización y la
salvaguardia mediante el estudio del tango en Buenos Aires y de la
fiesta de la patria gaucha en Uruguay.
1. ¿De qué modo las medidas de salvaguardia se han concebido e implementado, y de qué
modo se ha podido contar con el consentimiento y la participación de la comunidad. Si ha
habido intervención pública para salvaguardar el patrimonio de una comunidad, se debe
analizar si esa intervención no alteró el valor que el patrimonio tiene para su comunidad?
¿De qué modo las medidas de salvaguardia han respetado los usos consuetudinarios o
rituales que regulan el acceso a determinados aspectos de ese patrimonio: intimidad,
secreto, carácter sagrado…?
2. ¿Qué medidas han sido previstas en la puesta en marcha de las políticas y acciones
referidas al patrimonio cultural inmaterial con miras a evitar la folclorización de la cultura?
3. ¿De qué modo se asegura la transmisión de este patrimonio a las generaciones presentes
y futuras?

34
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

4. ¿Cómo se ha podido inventariar las expresiones inmateriales a escalas nacional y local;


cómo se asocian los sujetos de este patrimonio y cuáles son los instrumentos jurídicos de
protección de los derechos de propiedad de las comunidades, los grupos de ejecutantes y
los depositarios de las tradiciones sobre sus usos y expresiones culturales y sociales
tradicionales? ¿Si existe una protección jurídica adecuada para que personas ajenas
puedan utilizar y aprovechar, con fines comerciales, información proveniente de las
tradiciones musicales y orales?

La identificación y salvaguardia del PCI rebasa el objetivo de protección o de preservación; implica,


también, promover el análisis y la solución de los problemas ligados al desarrollo social de las
comunidades, independientemente de si existen o no expresiones incluidas en las listas, bien sean
nacionales o internacionales. El hecho de consagrar, reconocer o, simplemente, identificar
(inventariar) a escala nacional o internacional una expresión como patrimonial, tendrá
consecuencias sociales tales como la especulación o la atracción turística.

Por ello, los procesos de inventario, registro y eventual inclusión en las listas, a los que son
sometidas estas expresiones culturales, no son simples acciones de peritaje mediante las cuales
se les otorga un sello de calidad; más aún, deben incluir una reflexión sobre el impacto de la
gestión en la calidad de vida de las comunidades portadoras de las expresiones.

Uno de los aspectos importantes de la gestión del patrimonio inmaterial es su relación con el
turismo. En primer lugar, las políticas no suelen centrar sus esfuerzos en la conciliación de los
intereses de la industria turística y el bien general de las comunidades. En general, las políticas
están orientadas al bienestar del turista y a la calidad de los servicios que se le prestan. Asimismo,
si la Convención de 2003 otorga un papel esencial a la comunidad portadora de las expresiones
patrimoniales, ello implica que la actividad turística pueda ser rechazada de plano.

Sabemos que la industria turística puede transformar las culturas locales en meros bienes de
consumo orientados a satisfacer las expectativas del turista. Como menciona el antropólogo Marc
Augé (Francia), es importante recordar el vínculo del espacio con la cultura, y defender el concepto
de “lugar antropológico”, en el cual se desarrollan las expresiones inmateriales como ámbitos de la
identidad, de la memoria y de los valores de un grupo. Estos ámbitos se contraponen a los
“no-lugares”, que son los espacios globalizados de la circulación, la distribución y la comunicación
masiva, donde “los procesos identitarios no cuentan y la historia se evapora”.

35
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Como lo explica Adolfo Colombes (Argentina): “El no lugar no constituye en rigor de verdad un
espacio público sino abierto al público, lo que no es lo mismo. Tales espacios carecen de identidad
pero no de dueños.” Para el ensayista, son lugares que devastan nuestro imaginario; allí, “los
pueblos no pueden situar sus valores primordiales, los que constituyen su cosmovisión y sus
núcleos de identidad”.

El turismo puede ser generador de no-lugares. Desalojar las expresiones de sus “lugares
antropológicos” puede ser un efecto nefasto del turismo. Los usos sociales, los rituales y los actos
festivos son actividades fundamentales de las sociedades que estructuran la vida de las
comunidades y de los grupos, y son compartidos y estimados por grandes segmentos de esas
comunidades. Su significado emana del hecho de que reafirman la identidad grupal o comunitaria
de quienes los practican. Se perfila entonces un importante reto: cómo establecer mecanismo que
permitan participar a las culturas locales y les brinden la posibilidad de decidir qué tipo y alcance de
turismo desean, teniendo en cuenta que el conflicto de intereses no se plantea sólo entre la
industria turística y la comunidad local, sino entre los actores locales mismos, que no tienen todos
igual percepción del valor del patrimonio.

Capítulo 2 : Oportunidades y riesgos del turismo para la gestión


cultural del patrimonio inmaterial rioplatense argentino y uruguayo:
caso del tango y de la fiesta gaucha
Salvaguardia y explotación turística: ¿compatibilidad y sinergia?

La necesidad de salvaguardia del patrimonio es evidente. Sin embargo, como bien lo dice Liliana
7
Barela , al hablar del tango:

… creemos que no sólo el olvido puede hacer desaparecer una expresión


cultural: la popularidad mundial tiene sus riesgos; por ejemplo, la superficialidad
con que se practica el tango en muchos otros países, reducido al carácter de un
baile exótico, de movimientos espectaculares, que nunca existieron en nuestro
medio, vinculado a una sensualidad “forzada” que desnaturaliza su esencia
íntima y comunicativa.

7
​Intercambios con Liliana Barela, directora general del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires
(noviembre, 2009).
36
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

La Asamblea General de los Estados Partes de la Convención para la salvaguardia del patrimonio
cultural inmaterial, en su tercera reunión (París, 22-24 de junio de 2010), enmendó las directrices
operativas para su aplicación, con lo cual incorporó esta preocupación en la gestión de este
patrimonio: “Se deberá velar particularmente por evitar el uso comercial indebido, administrar el
turismo sostenible, lograr un equilibrio adecuado entre los intereses de la parte comercial, la
administración pública y los ejecutantes culturales, y por garantizar que el uso comercial no
8
distorsione el significado del PCI ni su finalidad para la comunidad de que se trate. ”

La advertencia nos reafirma que es preciso tomar con cierta precaución y hasta con reserva, la
consideración de la diversidad cultural como una herramienta para fomentar el desarrollo del
turismo. Se trata de dos sectores que se pueden complementar, pero que tienen lógicas y
necesidades diferentes. En este sentido, constituye un avance en la relación entre turismo y
9
patrimonio la irrupción del concepto de desarrollo sostenible . En correspondencia con este
concepto, un turismo sostenible sería el que atiende a las necesidades de los turistas actuales y de
las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades del futuro.

Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse
las necesidades económicas, sociales y estéticas respetando en mismo tiempo la integridad
cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la
vida.

No obstante como señala Carlos A. Hiriart Pardo en las conclusiones al análisis de los efectos que
provocó el turismo sobre la festividad de la Noche de los Muertos en Michoacán (México),
Patrimonio de la Humanidad:

El patrimonio inmaterial es objeto de una gran presión social, económica y cultural, que se ve
reflejada en mutaciones en la autenticidad, identidad y riqueza cultural de la tradición, visiblemente
degradada en los últimos años en los contextos nacionales por la comercialización excesiva de los
espacios públicos, cambios en los patrones de conducta de los grupos sociales que la ofertan
–poblaciones locales- y de la sociedad consumista que la demanda –turistas-, así como por la
ausencia de procesos de gestión pública holística y la falta de compromiso, en muchos casos, de
las autoridades locales y de la ciudadanía, que ceden a las tentaciones y supuestos beneficios

8
​Directrices operativas para la aplicación de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural
inmaterial​. Párrafo 117. Ver también el párrafo 116 en: “Actividades comerciales relacionadas con el
patrimonio inmaterial​.
9
​Informe Brundtland, 1987.
37
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

económicos que propicia la actividad turística poco sustentable. El turismo es una actividad social
alrededor de la cual se forman diversas tramas de relaciones e intereses, que caracterizan su
funcionamiento como un sistema complejo donde se agrupa a usuarios diversos que perciben su
potencial a través de códigos distintos, lo cual le otorga a este fenómeno una dualidad
positiva-negativa según los intereses que se tengan puestos en él, o las expectativas que se
establecen a partir de su potencial para alcanzar objetivos y metas diversas, muchas veces
alejadas totalmente de una visión integral y horizontal que conlleve procesos de manejo
sustentable de los recursos naturales y culturales. Esta práctica, que se inserta en las actividades
de ocio y esparcimiento de la sociedad globalizada, es una de las actividades económicas más
importantes del mundo, se ha expandido en los últimos años en todos los continentes, provocando
una fuerte competencia entre países y al interior de éstos, entre regiones, ciudades y poblados que
pugnan por posicionarse utilizando –entre otros recursos- el patrimonio cultural tangible e
10
intangible, como producto turístico cultural dentro del mercado nacional e internacional .

Según la UNESCO, el turismo mal planificado puede conducir a la degradación ambiental, la


destrucción de los recursos heredados, la enajenación social y la aceptación de estereotipos
culturales.

Nuestro primer objetivo será identificar los riesgos que corren las expresiones inmateriales
rioplatenses y, en consecuencia, proponer alternativas cuyas bases sean la investigación y la
participación comunitaria en las decisiones y la gestión, lo cual permitiría armonizar la relación
entre turismo y diversidad cultural.

Se deberá analizar de qué modo se canalizaron recursos económicos del sector público, estatal y
local, para impulsar la consolidación de una escenificación para los visitantes, iniciando así un
proceso paulatino de “turistización” (hasta transfigurar, en la actualidad, la autenticidad de las
tradiciones mediante la implantación de un conjunto de actividades complementarias destinadas a
satisfacer demandas y necesidades de los turistas), y analizará el impacto sobre el patrimonio
(artesanías y souvenirs, mezcla de referencias culturales, abandono de las tradiciones de su
identidad cultural, e incorporación de prácticas de costumbres de una sociedad urbana
globalizada).

10
​Hiriart Pardo, Carlos A. L​ a festividad de Noche de los Muertos en Michoacán, patrimonio inmaterial en
riesgo. ​(2008
38
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Es importante reflexionar sobre los nexos entre lo local y lo global, y plantear la necesidad de
desarrollar una gestión que permita la superación de las contradicciones entre intimidad y
exotismo, lucro y espiritualidad, sobrevivencia y sostenibilidad, escenificación y autenticidad.

Gestionar el patrimonio inmaterial no es solamente gestionar un recurso cultural, sino una


modalidad del ejercicio de los derechos culturales de determinadas comunidades. Por ello, en su
desarrollo, la investigación deberá someter a escrutinio y debate las relaciones entre turismo y
patrimonio inmaterial, y clarificar aspectos esenciales vinculados con la gestión de salvaguardia:

● ¿Cómo fomentar mecanismos de colaboración interinstitucional para la coordinación de


acciones de turismo y de salvaguarda del patrimonio inmaterial?
● ¿Cómo promover una gestión territorial, local o regional, inclusiva del turismo y el
patrimonio inmaterial, basada en una lógica interdisciplinaria y no exclusivamente de
mercado?
● ¿Cómo alentar formas de gestión turísticas basadas en iniciativas comunitarias?
● ¿Cómo promover el patrimonio inmaterial como un potencial turístico y, a la vez, como un
campo específico, requerido de un tratamiento especial?
● ¿Cómo elaborar e implementar marcos éticos para sensibilizar a los profesionales del
turismo y a los turistas sobre la salvaguarda del patrimonio inmaterial y el respeto a las
comunidades o grupos portadores?
● ¿Cómo medir el impacto del turismo sobre el patrimonio inmaterial y evaluar buenas
prácticas en la cuales la relación turismo/patrimonio inmaterial se aprehenda como una
experiencia intersectorial enriquecedora?
● ¿Cómo enjuiciar iniciativas que establezcan una separación entre el ámbito de la
salvaguardia genuina del patrimonio inmaterial de la comunidad y el ámbito que ofrece al
turista una versión recreada?
● ¿Cómo el hecho de profundizar en la relación entre patrimonio inmaterial y turismo puede
ayudar a redefinir la actividad turística como un fenómeno de intercambio cultural, en el
cual se experimenta una simbiosis vivencial y una experiencia de sostenibilidad auténtica?

Capítulo 3 : Identificación de buenas prácticas y de criterios de


sostenibilidad del turismo relacionado con el tango en Buenos Aires y
la fiesta de la patria gaucha Uruguay.
En este acápite, trataré de definir el significado de sostenibilidad del turismo aplicado al caso del
patrimonio inmaterial y, más específicamente, a los dos casos de estudio escogidos.

39
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Según se recordará, en su definición clásica, sostenibilidad "es la capacidad de la humanidad para


garantizar que satisface las necesidades actuales sin arriesgar la capacidad de que las
11
generaciones futuras satisfagan sus propias necesidades" .
Por razones históricas y de prioridades ecológicas legítimas, esta primera definición está
claramente vinculada a una noción de sostenibilidad medioambiental, pero no integra
explícitamente la cultura. Sin embargo, ¿la salvaguardia de la diversidad cultural y de la creatividad
no serían garantes de cualquier proyecto de sostenibilidad? Una sociedad que no mantiene o no
cultiva sus valores culturales y su identidad, y que no se regenera mediante el fomento de la
creatividad humana, puede realmente desarrollarse de modo sostenible? En consecuencia, desde
hace unos diez años la cultura, que constituye el cuarto pilar de la sostenibilidad, ha sido
reconocida en las declaratorias internacionales, a pesar de las resistencias, y logró integrar
12
parcialmente el concepto de sostenibilidad . Para consolidar esta integración, es necesario
establecer criterios e indicadores que permitan comprobarlo sistemáticamente. Se analizará la
posible aplicación de algunos aspectos de la noción eco turística de “​Límites de Uso Aceptable
(LUA)​” término utilizado para definir el máximo nivel de visitantes que un área puede sostener sin
sacrificar la experiencia del visitante o los valores de los recursos ecológicos, estéticos o naturales.

No existe hoy día una real sistematización de los criterios aplicada al turismo y al PCI. ¿Cuáles son
los criterios que permiten conciliar la salvaguardia del PCI y los intereses del turismo para que se
pueda definir la sostenibilidad de los proyectos que se desarrollen con esta doble perspectiva?

El gestor cultural podría usar herramientas que no fueron elaboradas para el PCI de manera
específica. Una primera fuente de información se encuentra en los sistemas de certificación ya
existentes para el turismo o para la cultura, puesto que no existe ninguno en el campo del turismo
cultural y, aún menos, cuando se trata del patrimonio inmaterial. En el campo más general del
turismo sostenible, se creó recientemente, en el seno de las Naciones Unidas, con sede en Nueva
York, el Consejo de Turismo Sostenible, auspiciado por los organismos internacionales
relacionados con la sostenibilidad turística (UNESCO, OMT, PNUMA), los principales

11
Comisión mundial de medioambiente y desarrollo​. Nuestro futuro común​. Madrid, España : Alianza, 1987.
12
El reconocimiento tácito de la cultura como cuarto pilar del desarrollo aparece en la Cumbre Mundial
sobre el Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (septiembre de 2002) y en los Objetivos del Milenio
(adoptados en la Cumbre del Milenio, celebrada en septiembre de 2000). Se concreta en un total de
ocho puntos, los cuales comprometen a los países a tomar nuevas medidas y aunar esfuerzos en
aspectos tales como la lucha contra la pobreza, el analfabetismo, el hambre, la falta de educación, la
desigualdad entre géneros, la mortalidad infantil y materna, la enfermedad y la degradación del medio
ambiente. Sin embargo, explícitamente, la cultura no se menciona en ninguna parte y sigue ausente en
la mayoría de los programas de cooperación (con algunas recientes excepciones como el Fondo
Español para los ODM, que abrió varias ventanillas sobre cultura y desarrollo desde 2007).
40
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

turoperadores internacionales y otros agentes del sector. Este Consejo ha aprobado los requisitos
que deben contener las certificaciones de sostenibilidad turística.

El Instituto de Turismo Responsable, uno de los miembros fundadores de este Consejo, es la única
institución en el ámbito internacional que, mediante su certificación BIOSPHERE, cumple con estos
requisitos. Esta certificación es la única marca internacional que engloba todos los principios de
turismo sostenible, los cuales se concretan, entre muchos otros, en el fomento de la diversidad
cultural, la correcta gestión y conservación de los recursos naturales, históricos y culturales, y la
cooperación para la convivencia y la paz.

La certificación BIOSPHERE y la concesión de un Premio Internacional de Turismo Sostenible


suponen un factor diferenciador, basado en la responsabilidad y la autenticidad, que se convierte
en una garantía de sostenibilidad y en la identificación de productos de excelencia, lo cual incluye y
supera el concepto clásico de calidad.

Otros sistemas de certificación, como el Reconocimiento Internacional de Excelencia en el campo


de la artesanía, servirán, también, como fuente de reflexión.

Como primer esbozo de propuesta de criterios, se podrá analizar los elementos siguientes:
1. Autenticidad. Se debe decir que se trata de un tema central, tanto para los estudios de turismo,
como para los estudios culturales, por lo que se impone esclarecer su sentido:
1. ¿Cómo examinar su significado?
2. La búsqueda de una autenticidad perdida en las sociedades consumistas, ¿es un mito o
una realidad?
3. ¿Autenticidad objetiva o subjetiva?
4. ¿La mercantilización y la adaptación de los productos al mercado perjudica
necesariamente la autenticidad?
5. ¿Sería oportuno crear sellos de autenticidad?
6. ¿Cómo dialogan los turistas, los portadores de la tradición y los miembros de la industria
del turismo sobre este tema?
7. Representatividad: comprobar el interés de la comunidad portadora.
8. Excelencia o calidad.
9. Creatividad e innovación: una mezcla eficaz y fructífera de lo tradicional y lo
contemporáneo, o de la inventiva.
10. Ecológico: respeto al medio ambiente.

41
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
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11. Comerciabilidad de un producto turístico: la satisfacción de turistas y la rentabilidad para el


sector turístico.
12. Responsabilidad social.
13. Interculturalidad y carácter pedagógico.

Capítulo 4: La formulación de indicadores aplicables a los estudios de


caso

Se trata, seguramente, de uno de los elementos más complejos de este curso, puesto que pocas
referencias existen en este campo. Los indicadores son necesarios para comprobar la
sostenibilidad de los proyectos de turismo vinculados al patrimonio inmaterial y a los criterios de
sostenibilidad que esta investigación pretende proponer. Los proyectos de turismo se definen y
evalúan principalmente desde el campo de la economía con indicadores materiales cuantificables.

13
Los antropólogos como Marcel Mauss han logrado demostrar que muchas tradiciones y ritos se
desarrollan para mantener y/o aumentar el prestigio, la autoridad, la solidaridad… de la comunidad.
Además, no se trata solamente de tradiciones como reiteración de la memoria colectiva, sino,
también, de expresiones que permiten generar y producir aspiraciones para encarar e imaginar
nuevas formas de abordar el futuro.

Estos valores contribuyen indudablemente al bienestar y la evolución de la comunidad y, por


consiguiente, a su sobrevivencia y desarrollo. ¿Cómo medir, y con qué parámetros, tales
conceptos?

Ha habido importantes avances en el campo de los indicadores culturales, pero la mayoría se


refieren a la industria cultural o el patrimonio material y natural.

Bajo ningún concepto, la cultura inmaterial puede ser cuantificada con los métodos actualmente
utilizados para medir la sostenibilidad de los proyectos de desarrollo relacionados con esta forma
de patrimonio.

Mauss, Marcel. ​The Gift: Forms and Functions of Exchange in Archaic Societies. ​London, Cohen and
13

West, Ltd., 1970.


42
Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

La paradoja es que este aspecto de la medición es, a la vez, el más ignorado por los expertos del
desarrollo y, al mismo tiempo, el más importante para definir la noción de bienestar social de una
14
comunidad o un pueblo, según los paradigmas definidos por destacados expertos del desarrollo .

Para medir la salvaguardia (tal y como la define la Convención de 2003) del patrimonio inmaterial
en los proyectos de turismo, es necesario elaborar otro tipo de indicadores que faciliten la
valoración de la sostenibilidad de las propuestas.

Para las dos expresiones que serán objeto de los estudios de caso, dos preguntas fundamentales
podrán guiar nuestra reflexión: ¿cuáles son los aspectos susceptibles de medición?, y ¿qué
metodología aplicar a los aspectos que no son cuantificables según los procedimientos usuales?

Obviamente, será posible cuantificar los aspectos materiales relacionados con los espectáculos o
ferias (cantidad de público, gasto e incremento de capital, beneficios de la venta de productos,
etc.). Pero no será tan sencillo medir los aspectos estrictamente culturales en el sentido
psicológico, espiritual, intelectual, es decir, subjetivo.

No obstante, si bien se reconoce la dificultad de medir lo subjetivo, sí constituye un fenómeno que


se puede observar y valorar. La Convención exige que se valore y se recoja el interés de la
comunidad en las medidas de salvaguardia. Del mismo modo, se podrá seguir aplicando este
criterio de observación subjetiva en las etapas de gestión del patrimonio (explicación etnográfica,
trabajo de campo interdisciplinario, etc.). Esta posición coincide con las ideas de desarrollo
participativo y de los requisitos fundamentales de cualquier proyecto de desarrollo, tal como los
15
define Appaduraï .

A- Técnicas aplicadas para verificar el impacto sociocultural y económico de los proyectos

Este trabajo de investigación se esforzará para identificar los factores objetivos de medición del
impacto del proyecto y los factores subjetivos, según el tipo de patrimonio inmaterial estudiado.

Así, por ejemplo, en el caso del tango, que corresponde al ámbito de las “artes del espectáculo”
según la Convención, se podrá identificar factores objetivos tales como las ganancias de los

14
Appaduraï,,Arjun y Amartya Sen. ​Culture and Public Action. S​ tanford University Press, 2004.
15
Appaduraï, Arjun. “The Capacity to Aspire: Culture and the Terms of Recognition”, 2004.
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Introducción a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Área de Gestión Cultural – FCE – Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

espectáculos, los gastos en instrumentos, vestuario, los montos de los contratos de los conjuntos
musicales y bailarines, los gastos de la puesta en escena, etc.

Los factores subjetivos que se tendrá que observar podrán ser: la importancia del tango como
factor de identidad local o nacional, los niveles de aceptación o rechazo de los cambios en el
sonido, la coreografía o el vestuario; la evaluación desde una visión de futuro con una reflexión
sobre la autenticidad frente a las presiones transformadoras del turismo, la función social de la
expresión y su compatibilidad con su uso económico y comercial. En síntesis, una reflexión sobre
lo que puede permanecer estable y lo que se debe cambiar con la necesaria incorporación de la
innovación para la renovación de la expresión.

En lo que concierne a la cultura gaucha, tomando como expresión de referencia la Fiesta de la


Patria Gaucha, se trata, en este caso, del ámbito “Usos sociales, rituales y actos festivos” según la
Convención. Los factores objetivos que corresponden a esta expresión pueden contemplar la
cantidad de público que asiste al evento o a las actividades paralelas (como los rodeos gauchos),
los gastos o incrementos de capital que produce esta asistencia, los beneficios de los diferentes
servicios asociados al evento (alojamiento, comidas). Por otra parte, se deberá observar factores
subjetivos tales como la importancia de la fiesta como expresión de la identidad local.

Otros importantes factores subjetivos, comunes a ambas expresiones, requieren también


indicadores de medición:
1. El autorreconocimiento de las expresiones inmateriales (identificación de la comunidad
local y nacional en la expresión)
2. El nivel de autoestima (como elemento del bienestar colectivo) que puede aportar la
salvaguardia de una expresión y su éxito como producto turístico
3. El factor de reconciliación o consolidación social a través de un fortalecimiento identitario y
de interculturalidad con los turistas o visitantes en general
4. El nivel de creatividad y innovación inspirados en valores culturales compartidos (nuevo
modo o propuesta de vida)
5. El nivel de satisfacción material que los proyectos han aportado a la comunidad (nuevos
empleos, nuevas carreteras, nuevas tecnologías, nuevos comercios) y de aceptación de
los cambios en los modos de vida.

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B- Técnicas aplicadas especialmente para la medición de los factores subjetivos.

1. Encuesta a través de cuestionario para los stakeholders principales de los proyectos:


representantes de comunidades, autoridades, sector turístico, expertos. Las preguntas de
los cuestionarios variarán según los interlocutores, pero trataran de cubrir los diferentes
indicadores identificados.
2. Observación participante. Se usará esta técnica con el fin de buscar la comprensión
adecuada de los cambios que han operado los proyectos seleccionados. Se buscará la
comprensión e interpretación de los diferentes actores de estos proyectos de turismo
relacionados con el tango y la cultura gaucha. Se seleccionaron lugares como
Tacuarembó, sede de la fiesta de la Patria gaucha y proyectos turísticos significativos que
atañen al tango.

C- Identificación y análisis de los principales impactos negativos del turismo sobre el


patrimonio inmaterial.

Propuesta de un cuestionario tipo para evaluar los proyectos de Turismo de Patrimonio inmaterial :
​Principios generales​: (1) Existe planificación y evaluación de impactos sociales,
culturales, ecológicos y económicos (incluyendo impactos cumulativos y estrategias de mitigación).
(2) La empresa turística está comprometida a manejo del patrimonio inmaterial. (3) Personal de la
empresa tiene capacitación, educación, responsabilidad, conocimiento y conciencia sobre manejo
del patrimonio inmaterial. (4) Hay mecanismos para monitorear y reportar las actividades
relacionadas al PCI. (5) El mercadeo verídico y responsable conduce a expectativas realistas. (6)
Hay retroalimentación de consumidores.
​Aspectos socioculturales​: (1) Impactos, locales y nacionales, sobre estructura social,
cultura y economía local. (2) Adquisición, uso y posesión de los espacios en forma apropiada. (3)
Medidas para proteger la integridad de la estructura social de las comunidades locales. (4)
Mecanismos para asegurar el reconocimiento de los derechos y aspiraciones de las comunidades
locales.
​Aspectos espaciales​: (1) Ubicación apropiada y sentido de lugar. (2) Conservación de
diversidad cultural. (3) Modificación de la expresión y daños de los espacios en lo cuales se
desarrolla la expresión cultural,. (4) Medidas de minimización de impactos de actividades turísticas.
​Aspectos económicos​:​ (1) Prácticas éticas de negocio. (2) Mecanismos para asegurar
que las prácticas laborales y relaciones industriales son justas y están en conformidad con la
legislación local e internacional (al estándar más alto). (3) Mecanismos para minimizar impactos

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económicos negativos y maximizar beneficios económicos para la comunidad local. (4)


Aseguramiento de contribuciones al mantenimiento o desarrollo de infraestructura comunitaria.

En esta parte se explicara los principales riesgos identificados con los principales actores
encontrados:
La desaparición, la folclorización, la mercantilización la cosificación, la fosilización, la
instrumentalización o apropiación indebida, la dominación de turismo cultural y la degradación del
medio ambiente, son algunos de esos identificados

Capítulo 5 : ¿ Hacia sistema de certificación para los programas o


proyectos de turismo relacionados con el PCI?

En primer lugar recordar que habíamos analizado en el capítulo 1 de la primera parte y en el


capítulo 3 de la segunda parte los diferentes sistemas de certificación “generalistas” o
especializados a nivel nacional o internacional.

Se trata ahora de analizar la factibilidad de establecer un sistema de certificación específico al


Turismo de Patrimonio inmaterial. ¿Cuáles son los criterios que permitirían determinar que un
producto turístico que utiliza un recurso patrimonial inmaterial puede ser considerado como
sostenible?

Los criterios de un sistema de certificación deberían demostrar que el proyecto cumple con tres
requisitos generales:
- Salvaguarda del Patrimonio inmaterial
- Calidad del Servicio turístico y rentabilidad comercial
- Mejora de las condiciones de vida de los habitantes
- Impacto del proyecto sobre el entorno, controlado

Requisitos específicos: Los proyectos deberían respetar los criterios relacionados a los siguientes
conceptos.
- Autenticidad
- Accesibilidad
- Respeto del entorno ecológico y cultural (patrimonio natural y material).
- Comercialidad

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- Responsabilidad Social
- Interculturalidad y carácter pedagógico

• ​Autenticidad​. Se debe decir que se trata de un tema central, tanto para los estudios de
turismo, como para los estudios culturales, por lo que se impone esclarecer su sentido:
¿Cómo examinar su significado?
La búsqueda de una autenticidad perdida en las sociedades consumistas, ¿es un mito o
una realidad?
¿Autenticidad objetiva o subjetiva?
¿La mercantilización y la adaptación de los productos al mercado mata necesariamente la
autenticidad?
¿Cómo dialogan los turistas, los portadores de la tradición y los miembros de la industria
del turismo sobre este tema?
¿El proyecto / producto estableció para medir el límite aceptable de cambio o capacidad de carga
con el fin de no poner en peligro la expresión?
● Representatividad​: comprobar el interés de la comunidad portadora.
● Excelencia o calidad​:​ calidad artística, estétitca, artesanal… etc
● Creatividad e innovación​:​ una mezcla eficaz y fructífera de lo tradicional y lo contemporáneo,
o de la inventiva. Se trata de un patrimonio vivo y no de una recreación puramente folklorista.
● Respeto del entorno ecológico y cultural​ ​(patrimonio natural y material): Es importante de
controlar que el plan de salvaguarda de la expresión inmaterial en cuestión tome en cuenta las
exigencias del plan de manejo del sitio de patrimonio cultural, material o de patrimonio
material. Por ejemplo, las explotaciones turísticas de una expresión inmaterial en un centro
histórico, no puede entrar en contradicción con las exigencias del conservación de este mismo
centro.
● Accesibilidad : doble aspecto
Accesibilidad : un derecho
El proyecto tiene que fomentar un principio de accesibilidad a todos (accesibilidad universal).
Los proyectos tienen que ser de carácter inclusivo, es decir, fomentar una accesibilidad
universal. Implica obligaciones inmediatas y obligaciones evolutivas. Cualquier visitante
independientemente de su religión, sexo, orientación sexual, origen cultural, lingüístico debería
tener acceso al proyecto (es una obligación que incumbe a los gestores del proyecto turístico
cultural). La accesibilidad a otras personas, tal como los discapacitados, tienen que ser
alentadas por los gestores del proyecto en las medidas de lo posible (condiciones físicas del
entorno y posibilidades económicas).

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Accesibilidad y la gestión de los flujos

El segundo aspecto de la accesibilidad está vinculado al límite de cambio aceptable o a la


capacidad de carga. Es decir, un proyecto debe prever el número máximo de visitantes que pueden
tener el acceso al espacio de la expresión inmaterial. Este acceso limitado debe estar justificado
por criterios de salvaguarda. Es recomendable prever soluciones alternativas que faciliten el
acceso al conocimiento relativo a la expresión inmaterial y así compensar la imposibilidad de tener
un contacto directo con las comunidades portadoras (ver también criterio sobre “Interculturalidad y
carácter pedagógico”.
• Comerciabilidad de un producto turístico: la satisfacción de turistas y la rentabilidad para el
sector turístico.
• Responsabilidad social: (Condiciones laborales, sociales dignas, etc).
• Interculturalidad y carácter pedagógico.
• El esquema de certificación de “turismo de patrimonio inmaterial” debe tomar en cuenta
algunos estándares mínimos: (1) Enfocarse sobre experiencias personales con las comunidades y
sus expresiones inmateriales para mayor entendimiento y aprecio. (2) Interpretar y concienciar
sobre la sociedad local y cultural. (3) Contribuir de alguna manera a la Salvaguardia de la
expresión inmaterial. (4) Beneficiar económica, social y culturalmente a las comunidades locales.
(5) Promover la participación de las comunidades, donde sea apropiado. (6) Que las
infraestructuras sean apropiados al entorno local.

La idea general de este criterio es que el proyecto debe contribuir al fomento de un entendimiento
mutuo entre el visitante y la comunidad receptora con el fin de evitar tensiones. Además el proyecto
oportunidad para ambas partes y especialmente para el visitante de adquirir una sensibilidad o
conocimiento más profundo sobre la comunidad y su cultura. Por ello, las restricciones de acceso
(capacidad de carga, etc.) deben ser claramente justificadas, explicadas y en la medida de lo s
posible compensadas por alternativas de acceso al conocimiento relativo a la expresión inmaterial
en cuestión (por ejemplo, centro de interpretación a carácter pedagógico con el uso de las nuevas
tecnologías y soportes audiovisuales, fotográficos, discográficos, etc.), o se puede también
contemplar espacios de recreación.

• ​Algunos retos de la certificación:

– Sostenibilidad de la certificación: el fenómeno del “lavado verde” (greenage) ha mostrado


que algunos establecimientos turísticos utilizan el argumento ecológico como una estrategia de
marketing para mejorar su imagen y venta, pero que no han realmente tomado un compromiso

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profundo para la protección del medio ambiente. Estos establecimientos se presentan como
defensores del medio ambiente, pero toman en realidad, medidas mínimas que tienen un impacto
muy reducido para contrarrestar los problemas ecológicos generados por la misma empresa. Este
fenómeno podría aparecer en el caso del Patrimonio inmaterial: “lavado folclorista”. Evitar medidas
de carácter puramente marketing (el hotel promueve la protección del patrimonio inmaterial como
argumento de venta) que no tienen un real impacto en la salvaguarda de la expresión inmaterial.

– Riesgo de confusión entre certificación turística y otros premios, distinciones y sellos


aplicados en el sector turismo, desorientando al consumidor y a toda la industria ya que hay
muchos programas de certificación locales. Necesidad de contar con reconocimiento internacional:
Identificación de un ente acreditador internacional que otorgue credibilidad y respaldo.
– Recursos del programa de certificación: La dificultad radica en hacer entender la necesidad
de invertir en este sistema de certificación. Se trata de una inversión a largo plazo que apuesta en
la calidad y el respeto, así mismo asegurará la supervivencia de las expresiones inmateriales y la
rentabilidad de los proyectos turísticos.

_________________________________________________
*Especialista de Programa de Cultura en la Oficina Multipaíses de la UNESCO para Argentina,
Paraguay y Uruguay con sede en Montevideo. Tiene a su cargo la implementación de varios
programas de alcance nacional o subregional sobre los ejes de acción prioritarios de la UNESCO.
Supervisa la implementación de los proyectos interagenciales en cultura y desarrollo implementado
en el marco UNA ONU en uruguay. Asimismo, tiene bajo su responsabilidad la supervisión del
Proyecto Villa Ocampo en Argentina. Encargado de la cooperación técnica entre UNESCO y el
MERCOSUR Cultural.

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