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Análisis Literario del libro “Volver a lo Divino”

de Nery Alexis Gaitán


Nombre: Chelsea Fernanda Sánchez López.
Cuenta: 20181005792
Sección: 1000
Numero de lista: 54

Ante un mundo en conflicto.

Vivimos en un mundo lleno de desastres de todo tipo de desastres, y aunque eso debería
ser lo más catastrófico, no lo es, lo realmente preocupante es el hecho de que somos
nosotros, los seres humanos los que hemos conducido nuestro mundo a este tan
horroroso y deprimente destino. El hombre en su busca de una sociedad perfecta e
intachable, no ha hecho más que crear guerra y conflicto, se ha dedicado a la maldad en
todas sus formas.
“Estamos viviendo en un planeta caótico, altamente contaminado por la mano de los
inconscientes y malvados” (Gaitán, 2018) Y es que esta es nuestra realidad, nos
dejamos llevar por los sentimientos y no pensamos en las consecuencias de nuestros
actos, o aun peor, sabemos cuáles serán las consecuencias y de igual manera hacemos la
maldad. Nos hemos convertido en seres vacíos a los que sólo les interesa el bienestar y
enriquecimiento propio, sin importarnos la vida de los demás, estamos viviendo en base
a una mentalidad egoísta y egocéntrica.
Sin embargo, estamos a tiempo de hacer un cambio, y somos capaces de lograrlo si
ponemos de nuestra parte, y comenzamos a trabajar por un bien común. Lograr este
cambio no es fácil, pues nos hemos acostumbrado al odio, la falta de empatía y a la
maldad, pero es justamente logrando un cambio en nosotros mismos, en nuestra ser, que
vamos a poder cambiar todo aquello que está mal en este mundo, sólo hace falta poner
de nuestra parte, y no perder la meta que no hemos propuesto.

Creencias y fe
Desde muy pequeños, se nos inculcan ciertas creencias, y esto es algo de lo que no
podemos escapar, la diferencia radica en el tipo de creencias o costumbres que
adquiramos, pues estas dependerán de la familia o sociedad a la que pertenezca cada
individuo. La visión que tenemos del mundo y lo que llamamos realidad, parte de estas
creencias, porque es a través de ellas que vamos formando opiniones y críticas.
El problema no sólo son nuestras creencias, el problema es creer que nuestras verdad es
la única verdad absoluta, y discriminar a todo aquel que no crea lo mismo que nosotros,
pues somos seres tan condicionados, que no somos capaces de apartarnos de las
creencias que se nos han inculcado de manera errónea. Buscamos el poder, la
supremacía en todo lo que respecta a nuestra vida, y lo que creemos no es la excepción,
pues queremos que todo el que esté a nuestro alrededor crea lo mismo que nosotros y
que no cuestionen ninguna de nuestras acciones, puesto que las hacemos en base a estas
creencias.
La única forma de comprobar estas creencias es a través de la experiencia, y es esta
experiencia la que nos llevará a la fe, entendiendo la fe como la comprobación de la
verdad. Pero llegar a la fe no es fácil, pues es el resultado de mucho trabajo, eliminando
poco a poco los pecados que nos acompañan a diario, buscando la pureza, y conseguir
dones espirituales, y de esta forma comprobar la verdad espiritual. Es necesario saber
que lo que creemos, los conceptos que tenemos, no están escritos en piedra, y que
nuestro deber ampliarlos. Al hacer esto vamos a fortalecer la fe que tenemos
basándonos en la experiencia, y no sólo en lo que nos han dicho o contado.
Ego, personalidad y esencia
Al ego lo vamos a definir o describir, como todo lo malo y perverso que se encuentra
en nuestra alma. El ego nos gobierna en muchos aspectos; la forma de pensar, la forma
de sentir, y la forma de actuar, y siempre nos induce al error, a la maldad. Hemos dejado
que el ego sea parte de nuestro estilo de vida, justificando a través de él todo lo malo
que hay en nosotros.
Tenemos un amor propio estúpidamente grande, y no es que el amor propio sea un
problema, pues es necesario amarnos a nosotros mismo para poder convivir en paz con
los demás, el conflicto radica en el hecho de que este amor propio que hemos
desarrollado es desmedido alejándonos de la conciencia, guiándonos hacia la ira y a la
acción incluso de lastimar a todo aquel que se atreva a contradecir lo que creemos
cierto.
Este ego, que es una gran energía negativa, nos hace trabajar y actuar de acuerdo a
impulsos, dejándonos llevar por las emociones que sentimos en determinado momento,
sin razonar nuestras acciones al respecto. Al tipo de actitud o personalidad que tomamos
cuando somos determinados a ciertas situaciones, les llamamos un Yo; y cada Yo tiene
su propia manera, de pensar, actuar y sentir, de esta forma vamos personificando los
yoes en nuestra vida diaria, dejándolos tomar su lugar en cada situación que los
identifica.
La esencia de cada persona, es lo más que se encuentra en su alma, son los valores
positivos que poseemos; como la generosidad, bondad y el amor. En esta parte de
nuestra alma también reside el libre albedrio, que “es la capacidad que tenemos de
decidir la naturaleza de nuestro actos; es decir, que somos capaces de determinar si
hacemos el bien o el mal” (Gaitán, 2018). Es una lástima que se encuentre adormecida
pro la mecánica que tienen los yoes, y por el protagonismo que toman en nuestra vida.
Tenemos que aprender a controlar nuestras acciones y no dejarnos dominar por el ego,
que es todo lo negativo que poseemos, y darle más lugar a lo bello de nuestra esencia
como seres humanos. Es urgente que empecemos a eliminar nuestros yoes, o cuando
mínimo controlarlos, porque al salvar nuestra alma de los yoes, nos estaremos
garantizando una vida más plena, una vida más feliz; y no sólo para nosotros mismos
sino para rodos aquellos que nos rodean.
Autoobservación Psicológica de sí mismo
Nos hemos acostumbrado a ver lo exterior, lo ajeno a nosotros, que si vamos a comprar
una caja de leche, es necesario ver la fecha de expiración, porque si no podríamos llegar
a consumirla caducada y esto sería una experiencia poco agradable. Sin embargo, no se
nos ha enseñado a vernos a nosotros mismo, a observar nuestro interior, pues mediante
la autoobservación comenzamos a ver nuestros pensamientos, nuestros pensamientos y
nuestros actos.
La esencia de nuestra alma toma el papel de observador, pues es todo lo bueno que
reside en nosotros, mientras que el ego es su objeto de observación. Para que podamos
auto observarnos bien, es necesario tener los sentidos despiertos, dejarnos llevar por las
cosas que nos asombran de la vida, todo aquello que se nos da mediante un segundo y
que somos capaces de conservar toda una eternidad.
El propósito de la autoobservación es descubrir como es que los yoes se manifiestan en
nosotros, y de esta manera vamos conociendo el porqué de nuestras acciones, por qué
nos dejamos llevar por emociones como la ira, el orgullo, la pereza, etc. Es necesario
que vayamos aprendiendo de ellos, a controlarlos como a entenderlos, pues
generalmente son nuestras formas de defensa ante situaciones que nos hagan sentir
vulnerables.
La charla interior y la canción psicológica
Ya nos ha quedado claro que somos seres perversos, que se dejan manipular por el ego,
así que el primer paso es aprender a tratar al prójimo con amor, con el amor de nuestro
interior, pues generalmente los tratamos de una manera grosera, incluso perversa, sobre
todo si este individuo nos ha hecho algún mal en el pasado. La charla interior son las
conversaciones que entablamos con los yoes dentro de nosotros, y pues, ya hemos
hablado sobre la buena influencia que pueden ejercer los yoes sobre nosotros.
Aunque estemos solos, en el sentido, de no estar con una persona física, nunca estamos
solos del todo, pues siempre estamos conversando con nuestros yoes, sobre las mil
pillerías a las que nos incitan. Y quizás en nuestro día a día, por el ruido de la rutina, y
de nuestras acciones diarias, llegamos a ignorarlos, o por lo menos a silenciarlos cuando
no estamos distrayendo en otras cosas; sin embargo, sólo hace falta ponerle mente a
nuestros ruidosos pensamientos antes de ir a dormir, para darnos cuenta de todo lo que
se habla internamente.
La charla interior se da porque siempre nos estamos cuestionando las acciones o
decisiones que hacemos a diario, pensando en sus consecuencias, y el por qué hicimos,
decidimos o dijimos ciertas cosas en determinado momento, más si estás tuvieron
consecuencias que nos afectaron emocional o físicamente. Cada yo tiene su propia
charla interior, buscando agobiarnos sobre todo lo que hemos hecho, recordándonos
siempre los errores o las cosas malas que hemos hecho, por eso es necesario callarlos,
ignorarlos, que no afecten nuestra vida con pensamientos negativos.
La canción psicológica “consiste en andar contándoles a los demás nuestros dolores,
resentimientos, iras, lamentos, etc. Siempre creemos que los demás nos deben, que están
obligados a tratarnos lindo” (Gaitán, 2018). Y es que vamos por la vida creyéndonos lo
más importante, la última Coca-Cola del desierto, por esto mismo es que cuando no
tenemos esta atención o alguien no nos hace sentir de esta forma nos frustramos, y se
van desencadenando resentimientos, molestias, iras, haciendo dramas porque no hemos
conseguido lo que queríamos, o porque alguien no nos dio la atención que creemos que
merecemos,
Es muy importante que empecemos a observar nuestras charlas interiores, aprender a
manejarlas y saber cuando prestarles atención y cuando ignorarlas, pues si no nos van a
aportar algo positivo, no tiene ningún sentido que les demos importancia. También es
necesario que al hablar tomemos en cuenta si estamos incluyendo yoes en la
conversación, y si es así eliminar cualquier canción psicológica, pues no podemos ir por
la vida creyendo que el mundo nos debe algo, porque entonces nunca encontraremos
una estabilidad emocional.

La no identificación con el mundo material


Los yoes han tomado un protagonismo en nuestras vidas, y es precisamente porque nos
dejamos llevar por ellos y no por nuestra esencia, y es precisamente porque nos hemos
olvidado de nosotros mismos, hacemos todo por impulso. Y es por esto mismo que
debemos vivimos gobernados por el ego, por la perversión, buscando siempre nuestro
beneficio y único interés propio.
Nos hemos convertido en seres materiales, que viven de la apariencia, y de la
aprobación de los demás, creyendo que los lujos y el dinero son la única manera de
alcanzar el verdadero éxito o la verdadera felicidad. El ego nos tiene viviendo en la
fantasía de que todas estas cosas son necesarias e indispensables, que sin ellas no somos
nada, y que nuestro valor como personas dependerá de cuantas pertenencias materiales
tengamos, cuando lo único que debería importarnos es ser personas que marquen vidas,
personas de bien y de valor, personas que valga la pena conocer por lo que son y no por
lo que tienen.

La desintegración de los yoes


Hemos hablado anteriormente de los yoes y de cómo estos nos afectan y no nos
benefician, sabiendo que sólo sacan la peor parte de nosotros, y aunque anteriormente
ya está dicho, hay que recordar otra vez, que eliminar los yoes, es una obligación y no
es opcional. Tenemos que aprender a controlarlos y a eliminarlos, a sacarlos de nuestra
vida, pero para lograrlo, es muy importante tener claro, que está acción no se va a lograr
en nuestras propias fuerzas.
Los yoes no se pueden eliminar antes, ni después de que se han apoderado de nosotros,
esta energía negativa debe eliminarse en el momento preciso en el que empieza a surgir
¿y cómo hacerlo? Pues poniéndolo en las manos que aquel que lo puede todo. Al
identificar que un yo se está apoderando de nosotros debemos recurrir a la súplica y el
clamor a Dios, pidiéndole que tome el control de nuestros sentimientos perversos, y que
no deje que nos dominen, y de esta manera lograremos eliminar el yo que se está
manifestando.
La vida y el gimnasio psicológico
En esta vida somos como un barco sin rumbo, tenemos que saber que estamos expuestos
a mil situaciones que podrían desatar a los yoes internos, pues nos dejamos llevar por
las circunstancias, por lo tanto, nuestra salud psicológica y emocional está a merced de
las circunstancias que nos rodean. Estamos tan afanados con los quehaceres diarios, y
con todas las actividades de nuestra atareada vida que nos olvidamos de nosotros mismo
y ahí es donde les comenzamos a dar cabida a los yoes, dejándolos libres, para que nos
dominen.
Tenemos que aprender que las circunstancias no deben regir nuestra vida, que aun en las
peores situaciones que lleguemos a atravesar, trabajarnos a nosotros mismo debe ser
nuestra prioridad, y no debemos dejar esta labor de lado. Y de esta forma evitaremos
caer en desesperaciones, amarguras, depresiones, lamentos y sufrimientos extremos.
Tenemos que ver la vida como una escuela de aprendizaje, como un lugar de constantes
lecciones que nos ayudaran a alcanzar el éxito y la felicidad.
Las comarcas psicológicas
Siempre hemos tenido la idea errónea de que nos conocemos, incluso nos atrevemos a
decirle a otras personas que “los conocemos como a nosotros mismo”, cuando esto es
una total falsedad. Pues al enfrentarnos a distintas situaciones, nos damos cuenta de que
actuamos de la misma forma en particular, y que estas formas de actuar muchas veces
coinciden con las de otras personas, pues estas situaciones no sólo nos pasan a nosotros,
sino, a la mayoría de las personas en un momento determinado en sus vidas.
Las comarcas psicológicas son las distintas formas o facetas que tiene los yoes, pues así
como hay yoes, malhechores, envidiosos, malvados y pendencieros, también hay en
nuestro interior, yoes tranquilos, bondadosos, amables y muy cooperadores. Estas
comarcas que ya conocemos nos tienen sin cuidado, pues ya estamos familiarizados con
ellas; sin embargo, las que están en nuestro subconsciente son las que nos pueden tomar
por sorpresa.
Debemos andar en constante auto observación, para identificar la naturaleza de los yoes
que se manifiestan en nosotros y así estar conscientes de las comarcas que se van
desarrollando en nuestro diario vivir. También es muy importante que todos los días nos
hagamos una crítica constructiva a nosotros mismos, y de esta manera comprender en
qué momento se manifiestan los yoes en nuestra vida, pues como hemos dicho
anteriormente, dominarlos y eliminarlos debe ser nuestra meta diaria.

Estados y Eventos
Durante toda nuestra vida pasamos distintos sucesos y eventos, algunos marcan nuestra
vida grandemente, mientras que otros quisiéramos no repetirlos, los eventos son ajenos
a nosotros, pues nos siempre pasan bajo nuestro consentimiento. En cambio los estados
son de naturaleza interior, pues somos nosotros los responsables de ellos, pues si
ponemos atención, siempre que alguien nos cuenta algún evento que pasó en su vida, no
nos cuenta su estado, porque generalmente omitimos o tratamos de ignorar la forma
como estos eventos nos afectaron internamente.
Es nuestra deber hacia nosotros mismo, equilibrar nuestros estados con los eventos que
atravesamos en la vida, pues muchas veces estamos emocionados por un evento antes de
que suceda, todo es felicidad y flores, hasta que llega dicho evento y lo único que
hacemos es deprimirnos, en lugar de disfrutarlo. No importa que tan bellos sean los
acontecimientos que nos rodeen si no sabemos encontrarles un valor interior, porque
entonces dejarán de causarnos emociones positivas y comenzaran a ser una tortura.
La forma correcta del amor
El amor es la suma de todos los valores positivos que llevamos en el alma, el corazón se
siente motivado al sentir amor, pues no hay emoción más pura que el amar a alguien y
hacerle saber el valor que tiene para nosotros. Al trabajar sobre nosotros mismos
obtenemos como resultado el amor, cuando eliminamos todo lo negativo y lo
suplantamos por los eternos valores del alma. Pero lamentablemente nos hemos
distanciado del amor al tener apegos de todo tipo que nos hacen aferrarnos de una forma
incorrecta de las cosas.
El amor implica mucho más que ser generosos, caritativos y serviciales también se trata
de respetar y no pervertir nuestro cuerpo físico. Al respetar la ley divina vamos a
respetar a los demás e incluso a nosotros mismos. Es una lástima que en nuestros días el
amor se haya convertido en algo tan superficial como una relación sexual simplemente
como una satisfacción del cuerpo.
Es nuestro deber buscar el bien común, tratar de buscar la paz con todas las personas
que nos rodean, tratar de hacerles más bonita la estadía en esta vida, y de esta forma
también hacernos más felices a nosotros mismos. Somos seres con bondad en nuestro
interior, y la expresión más pura de ella es el amor que podemos expresar, así que no
hace falta que nos amen para nosotros empezar a amar, sólo hace falta sentir el
verdadero significado del amor, y la vida se nos hará mucho más fácil.

Bibliografía.
Gaitán, N.A. (2018). Volver a lo Divino. Editorial Perseo. Tegucigalpa, Honduras. 88
páginas.

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