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Guerra de la Restauración

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Para la secesión de Portugal (s. XVII), véase Guerra de Restauración portuguesa.

Para la primera independencia de 1821, véase Independencia efímera.

Para la segunda independencia de 1844, véase Independencia de la República Dominicana.

Guerra de la Restauración

Jura del gobernador y capitán general de Santo Domingo, don Pedro Santana (Museo del
Prado).jpg

Jura del gobernador capitán general de Santo Domingo, don Pedro Santana

Fecha 16 de agosto de 1863-15 de julio de 1865

Lugar República Dominicana

Casus belli Anexión de la República Dominicana a España

Resultado Restauración de la independencia dominicana

Consecuencias Establecimiento de la Segunda República

Beligerantes

Flag of the Dominican Republic.svgSingle Color Flag - 0434B1.svg1 Liberales dominicanos


Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Imperio español

• Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Cuba

• Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Puerto Rico

• Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svgSingle Color Flag - BF0000.svg1 Conservadores


dominicanos

Figuras políticas

Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg Isabel II

Comandantes

República Dominicana José María Cabral

República Dominicana Timoteo Ogando (WIA)

República Dominicana Gaspar Polanco

República Dominicana Gregorio Luperón

República Dominicana Santiago Rodríguez

República Dominicana Benito Moncion

República Dominicana Pedro Antonio Pimentel Flag of Spain (1785–1873, 1875–


1931).svgSingle Color Flag - BF0000.svg Pedro Santana
Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg José de la Gándara

Flag of Spain (1785–1873, 1875–1931).svg José Luis Ceacero Inguanzo

Fuerzas en combate

15 000-30 000 guerrilleros23 29 824-41 000 soldados peninsulares45

10 000 soldados españoles de Cuba y Puerto Rico5

12 000 milicias criollas anexionistas65

27 buques de guerra7

Bajas

Batalla de la Canela:

1 muerto8

4000-7000 muertos63

4000 heridos9

38 piezas de artillería capturadas10 Batalla de la Canela:

72 muertos

10 888 caídos en combate11

30 000 muertos por enfermedad611

10 000 criollos anexionistas muertos y heridos6

+50 000 muertos12

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La Guerra de la Restauración fue una guerra llevada a cabo en Santo Domingo desde 1863
hasta 1865 entre los dominicanos y España, que el conservadurismo dominicano había
invitado de nuevo a tomar posesión del país 17 años después de la Guerra de la Independencia
contra la República de Haití y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se
declararan independientes de España. El 16 de agosto de 1863, un grupo de patriotas
dominicanos liderados por Santiago Rodríguez asaltaron la ciudad fronteriza de Dajabón y
alzaron la bandera dominicana en el Cerro de Capotillo. El grito de Capotillo fue el detonante
de la Guerra de la Restauración. Los dominicanos entraban en combate al grito de "¡Viva la
República!". El grito de guerra de los españoles era: "¡Viva la Reina!".13 La lucha entre los
rebeldes dominicanos y las fuerzas españolas continuó hasta 1865 cuando la reina española
Isabel II decidió abandonar la colonia.

Índice

1 Antecedentes
2 Revueltas preliminares de 1863

2.1 Neiba

2.2 Línea Noroeste

2.2.1 Rebelión de Santiago

3 Guerra restauradora

3.1 El Grito de Capotillo

3.2 La Toma de Santiago

3.3 La Batalla de la Canela

3.4 Derrota en Montecristi

4 Gobierno Restaurador

5 Abandono de las tropas españolas

6 Secuelas

7 Véase también

8 Referencias

8.1 Bibliografía

Antecedentes

El terrateniente y caudillo Pedro Santana fue el promotor de la anexión del país a España en
1861.

En 1861, el general Pedro Santana había arrebatado la presidencia a Buenaventura Báez, quien
había quebrado la Tesorería de la Nación con grandes ganancias para sí mismo. Frente a una
crisis económica, así como la posibilidad de un nuevo ataque de Haití, Santana pidió a España
que retomara el control de su antigua posesión bajo la categoría de provincia, con tan solo 17
años de independencia. Al principio, la monarquía española estaba preocupada, pero con los
Estados Unidos ocupados con su propia guerra civil e incapaces de imponer la Doctrina
Monroe, consideraba que había una oportunidad para reafirmar el control en América Latina.
El 18 de marzo de 1861, se anunció la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general
de la recién creada jurisdicción.

Sin embargo, este acto no fue bien recibido por todos. El 2 de mayo, el general José Contreras
lideró una fallida rebelión, y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití
(cuyo gobierno aunque oficialmente neutral, le preocupaba que España afianzase su poder en
la zona), pero fue capturado y ejecutado el 4 de julio de 1861. Eventualmente Santana
renunciaría a su cargo en enero de 1862 tras sostener diferencias con las autoridades
españolas en Cuba que limitaron su poder y que destituyeron a sus amistades para colocar a
peninsulares en los cargos de poder; la reina Isabel II le confirió el marquesado de las Carreras
como compensación por sus servicios al Reino.
Las autoridades españolas comenzaron a alienar a la población en general mediante el
establecimiento de una política conocida como “bagajes”, que requería que los ciudadanos
entregaran cualquier animal de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de
indemnización. Esto fue especialmente problemático en la región del Cibao en el norte, donde
los agricultores dependían de sus animales para su sustento. Un segundo factor fue cultural: el
nuevo arzobispo de España se horrorizó al descubrir que un gran número de parejas
dominicanas no estaban casadas bajo la Iglesia Católica. Esta situación se produjo debido al
pequeño número de sacerdotes en el país, así como la pobreza y la falta de caminos y
transporte para llegar a una iglesia para casarse. Con las mejores intenciones, el arzobispo
Bienvenido Monzón quería poner remedio a esta situación en un corto tiempo, pero sus
demandas solo irritaban a la población local que había llegado a aceptar el estado actual de los
nacimientos "ilegítimos" de forma normal.

Económicamente, el nuevo gobierno también impuso aranceles más altos para los productos
no españoles y los buques y trató de establecer un monopolio sobre el tabaco, contrariando a
las clases comerciantes también. A finales de 1862, los funcionarios españoles estaban
empezando a temer la posibilidad de una rebelión en la región del Cibao (el sentimiento anti-
español no era tan fuerte en el sur). Por último, había rumores de que España volvería a
imponer la esclavitud y enviar a los dominicanos negros a Cuba y Puerto Rico.

Mientras tanto, España había emitido una orden real en enero de 1862 declarando su
intención de recuperar los territorios que Toussaint Louverture había tomado por Haití en
1794. En un intento de sofocar los disturbios en la región dominicana, las tropas españolas
habían desalojado a los haitianos que vivían en estas áreas a lo largo de la frontera haitiano-
dominicana. El presidente haitiano, Fabre Geffrard renunció a su posición de neutralidad y
empezó a ayudar a los rebeldes dominicanos.

Revueltas preliminares de 1863

Neiba

El malestar general que existía en la ahora colonia de Santo Domingo “ya era evidente en los
meses de noviembre y diciembre de 1862 cuando los oficiales españoles presentían el estallido
de una rebelión en breve plazo”.14 El Cibao, según los informes, era la región más inclinada a
una rebelión.

El comandante Cayetano Velázquez al mando de un grupo de 150 hombres asaltó el pueblo de


Neiba y tomaron cautivo al Jefe militar del mismo, General Domingo Lázala, tomando
municiones y armamento. Este movimiento estaba falto de preparación lo que fue causa de su
fracaso. El alcalde ordinario mandó a arrestar al comandante Velázquez y sus hombres se
rindieron sin poner resistencia alguna.
Esta revuelta estaba desconectada de la conspiración de proporciones faraónicas que se
tramaba en el Cibao, sobre todo en la Línea Noroeste.

Línea Noroeste

En febrero de 1863 un movimiento organizado por el poderoso hacendado Santiago Rodríguez,


Lucas Evangelista de Peña, Juan Antonio Polanco, hermano mayor del general Gaspar Polanco,
Benito Monción, Pedro Antonio Pimentel, entre otros intentó restaurar los pueblos de
Santiago, Puerto Plata, Moca, La Vega, San Francisco de Macorís, San José de las Matas y los
pueblos de la Línea Noroeste (La Línea). Las operaciones de San José de las Matas estuvieron a
cargo de Gregorio Luperón, un humilde puertoplateño que se había unido a la causa, pero
fueron derrotadas por el Coronel de las reservas españolas José María Checo, quien más tarde
pasó al lado de los restauradores.

Atacaron la plaza de Guayubín, pero fueron frenados por el General Fernando Valerio, que
estaba el mando de las reservas militares de la ciudad, aunque luego tuvieron éxito en un
segundo ataque. El General José Antonio Hungría, Comandante de Armas y Gobernador de
Santiago puso en marcha las tropas españolas hacia Guayubín y luego hacia Sabaneta donde
derrocó a los revolucionarios con la ayuda del general Gaspar Polanco, que comandaba la
caballería, todavía al servicio de los españoles.

Rebelión de Santiago

Cuando en Santiago se supo que la plaza de Guayubín había sido tomada por Lucas Evangelista
de Peña y su gente, los directivos de la conspiración en Santiago, que eran los miembros del
Ayuntamiento y otras personas prominentes, se rebelaron. La gesta fue derrocada y el 17 de
abril fueron fusilados frente al cementerio de Santiago el poeta Eugenio Perdomo, Pedro
Ignacio Espaillat, José Vidal Pichardo, Carlos de Lora, Ambrosio de la Cruz, el coronel Pierre
Thomas y el General Antonio Bautista responsables de la revuelta de Santiago

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