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Sesión 07

César Vallejo y su contexto sociopolítico:


Democracia y dictadura.
Poema III y IX
ACTIVIDADES DE INICIO:

Entrega de piezas para armado de rompecabezas.

Presentación de la imagen resultado del rompecabezas.

Responden:

 ¿Qué observan en la imagen del rompecabezas que se ha armado?


 ¿Qué tipo de manifestación artística será? ¿A qué pintor famoso pertenece este cuadro?
 ¿Cuál crees que ha sido la intención del al pintor al crear este cuadro? ¿A qué pintor famoso
pertenece este cuadro?
 ¿Qué hecho histórico presenta el autor?
 ¿Cuáles crees que serían las causas que conllevaron a ese conflicto bélico?

¿Podemos evitar estos conflictos?

 Presentación del PPT (Contiene el poema III de España aparta de mí este cáliz de César Vallejo)

Solía escribir con su dedo grande en el aire...

Solía escribir con su dedo grande en el aire:

«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas»,

de Miranda de Ebro, padre y hombre,

marido y hombre, ferroviario y hombre,

padre y más hombre. Pedro y sus dos muertes.

Papel de viento, lo han matado: ¡pasa!

Pluma de carne, lo han matado: ¡pasa!

¡Abisa a todos compañeros pronto!


Palo en el que han colgado su madero,

lo han matado;

¡lo han matado al pie de su dedo grande!

¡Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas!

¡Viban los compañeros

a la cabecera de su aire escrito!

¡Viban con esta b del buitre en las entrañas

de Pedro

y de Rojas, del héroe y del mártir!

Registrándole, muerto, sorprendiéronle

en su cuerpo un gran cuerpo, para

el alma del mundo,

y en la chaqueta una cuchara muerta.

Responde:

 ¿Existe alguna relación entre el cuadro y el poema III de Vallejo?

 ¿Qué expresa Vallejo en estos versos?

 ¿El poeta realiza alguna crítica a la clase política o a la democracia española?

ACTIVIDAD DE PROCESO:
Reflexiona

 ¿Qué es democracia?
 ¿Qué es política?
 ¿Los escritores pueden promover la participación democrática y política a través de sus obras
literarias?
 ¿Consideras que la crisis de la democracia y crisis política genera conflictos bélicos?

FICHA TÉCNICA N° 07
César Vallejo y su contexto sociopolítico: Democracia y dictadura
Contexto histórico social de Europa
La primera guerra mundial (1914), además de muerte genera
problemas económicos, sociales y culturales. El viejo continente e
encontraba en una fase de recuperación, y con la muerte Lenin
(Vladímir Ilich Uliánov), en el nuevo estado soviético se apertura un
periodo de contradicciones y antagonismos que años después
marcarían el cursos de nuestra historia (Merino 1996).
Se respiraba un cambio, nuevos aires que llegaban a romper el orden
moral y conservador legado del siglo XIX.
Asimismo, las relaciones complejas entre el arte y lo social, serán constantes
en la Europa entre guerras. La idea general de cambio había traspasado
todas las fronteras, y ahora el debate giraría alrededor del papel de las nuevas corrientes artísticas en una
sociedad tan hostil como las proclamas y manifiestos de unas vanguardias que estaban en plena ebullición
creativa.”
Vallejo diría al respecto en su artículo Una gran consulta internacional: “Existe una inquietud y esta
inquietud es propia de nuestra época […]. Los grandes males de la historia aturden y sumen al
individuo en la estupefacción y el caos. La guerra de 1914, quiebra y bancarrota de un momento
social de la historia –el régimen burgués– nos ha sumergido y nos mantiene aún sumersos en el
estupor y el desconcierto.”

Presencia vanguardista en Europa y América

Muchos escritores en América y Europa concebirían sus obras con una conciencia
nueva de vitalidad y renovación. Así, el dadaísmo, movimiento fundado por Tzara,
Huelsenbeck y Arp en 1916, al que Breton define co mo un “estado de ánimo”, había
dejado marcadas influencias en el pensamiento surrealista. Para 1924 ambos
movimientos se separan de forma definitiva y el surrealismo acaba por hacer
desaparecer de la escena renovadora a los “agitadores del sistema”, a los dadaístas
que habían planteado la consigna más radical de la época: “El pensamiento se produce en la boca.” (Merino
1996: 24). Para nuestro poeta-periodista, “estos movimientos, a los que califica de “juegos de salón relativos
a la escritura automática, a la moral, a la religión, a la política”, no aportaban nada a la tarea de edificación
del arte nuevo, ya que sus cimientos tenían poca base y se hundían en las palabras vacías y en su falta de
unidad orgánica.” (Merino 1996). Los años sucesivos seguirán siendo duros. Las colaboraciones periódicas
con la prensa de América y Europa apenas le ayudan a aliviar las penurias económicas, que poco a poco le
acercarán a la idea de un mundo cuyos análisis conectan con las realidades sociales y culturales de su tiempo:
“Estoy dispuesto a bajar cuanto pueda al servicio de la justicia económica, cuyos errores actuales sufrimos
[…]. Debemos unirnos todos los que sufrimos de la actual estafa capitalista para echar abajo este estado de
cosas. Voy sintiéndome revolucionario y revolucionario por experiencia vivida más que por ideas
aprendidas.” (Merino 1996)

Pensamiento social vallejiano

Nuestro poeta-periodista se revela como un defensor de la vida por antonomasia. En La defensa de la vida,
sentencia: “Antes que el arte la vida”. Esta frase es potente, porque revela su calidad humana, su renuncia al
arte a cambio de la supervivencia de toda forma de vida a la que él pertenece, de la cual siente es llevada por
otros de forma absurda. Como los escritores de su tiempo, “esos poetas burgueses, que viven a sueldo de
gobierno o con la pensión de familia. […]. Ni un átomo de zozobra sincera, de miedo a las disyuntivas eternas
de las cosas o al hambre y el infortunio personal siquiera.” Imágenes más puras de la muerte que desecharían
la vida por un cuadro Greco. Y remata Vallejo: esos artistas imaginativos, maravillosos hacedores de
imágenes, técnicos perfectos. “Estos artistas pretenden estafar la vida. No lo lograrán”. Revela este artículo,
la lucha por la vida, ante una sociedad que declina al porvenir ante un periodo de después de la guerra y
camino a otra. Asimismo, en La dicha en la libertad, Vallejo explica esa necesidad de que todo lo que el
hombre haga consciente o no, lo hace por alcanzar la dicha; es pues esa “la ley universal”. Pero advierte
después que lograr esa dicha, esa felicidad “sólo es posible por la libertad absoluta”, la cual, junto al respeto
por la vida, adquiere un vuelo a modo de derechos humanos diecisiete años antes de la Declaración Universal,
y refleja su sentir probo y a favor del desarrollo del ser humano.

Respecto a la vida y a la perpetuidad de la raza autóctona en nuestro país, Vallejo escribió en francés la
crónica La inmigración amarilla al Perú. El vate, en claro conocimiento del movimiento social, y por qué no
económico de nuestro país, narra el proceso de llegada de los chinos y japoneses al Perú, dada como indica
el texto, a partir de 1870 y 1873 respectivamente, para satisfacer la carencia de una población indígena
destinada a los trabajos agrícolas. Vallejo, reflexiona sobre el nulo papel de los Gobiernos de ambos países
para adoptar “una posición que pudiera ser considerada como un punto de vista político en relación con los
intereses nacionales o étnicos de los dos países”, frente a la migración que se daba “según los intereses de
los patrones y de los obreros”. Denuncia también la condición miserable en la que los chinos trabajaban en
las haciendas, donde llevaban una “vida simple, primitiva e incluso brutal”, despojados de sus derechos
laborales.

Finalmente realza el “aporte étnico que América Latina necesita, para el crecimiento de su raza, los
elementos de inmigración que pueda enviarle Europa”. Dándonos a entender que él cree en la posibilidad de
una nueva inmigración, lejos del virreinato y el colonialismo opresores.
Actitud del vate santiaguino frente a la política

Según Caudet (1993) respecto al poeta, expresa, “es un hombre que opera
en campos altísimos, sintetizantes. Posee también naturaleza política, pero
la posee en grado supremo y no en actitudes de capitulero o de sectario. Las
doctrinas políticas del poeta son nubes, soles, lunas, movimientos vagos y
ecuménicos, encrucijadas insolubles, causas primeras y últimos fines.” La
sociedad impetuosa ingresa al discurso periodístico vallejiano con el artículo
“El hombre moderno”. Nuestro autor de Masa dice: “La velocidad es la seña
del hombre moderno. Nadie puede llamarse moderno sino mostrándose
rápido. Así lo estatuyen los filósofos.” 65 Las graves consecuencias de la celeridad, la frivolidad y la tecnología
nos están conduciendo a la decadencia como sociedad. Estos dos últimos factores eran inexistentes en los
años veinte, cuando solo había quienes se intrigaban por la rapidez con que su sociedad se movía (rapidez
incrementada hasta nuestros días), disciplina que, heredada o aprendida, en percepción o conciencia nos
lleva a realizar todo en el menor tiempo posible. Y aclara: “no hay que confundir la velocidad con la ligereza,
tomada esta palabra en el sentido de banalidad.” Sentido al que consideramos ya hemos llegado. La
observación como recurso periodístico, así como literario es importante, esto en el sentido de apreciar con
ojo crítico lo que nos rodea. En Literatura a puerta cerrada, ya se trasluce esa banalidad de la que
hablábamos, aunada a la inobservancia del escritor contemporáneo. “Tema caldeado del cual huyen como
lagartijas frioleras casi todos los plumíferos modernos.” Ocultos en sus “gabinetes” los literatos a puerta
cerrada, dice Vallejo, “no saben nada de la vida” estos no se sacuden ante la política, el amor, el problema
económico, la desesperanza o los conflictos sociales y todo creado, agrega, “por la sociedad burguesa.” Este
es un problema que podemos evidenciar hasta hoy, salvando algunos lustros recientes, pero precisamente
en este tiempo el oficio del periodista es totalmente individual en una era digital que como la burguesa de
antaño nos influye y direcciona a sus objetivos. Hoy, estamos seguros, existen varios literatos-periodistas o
solo periodistas de gabinete, que caminan por la ciudad con los ojos cerrados, el “espíritu en descanso”,
insensibles y dominados por sus intereses individuales o elevados.

Vallejo aclara que no es revolucionario por teorías aprendidas, sino por experiencia vivida. Y desde ahí hay
que abordarlo, entender su necesidad de filiación política como hombre, porque como poeta fue individual,
y como periodista hizo lo que le dictó su corazón y su cerebro.

Acusarle de radical o dictatorial, ya no tiene caso. Pues emprendió la marcha de seguir al marxismo, y creyó
hasta el final que ese era el camino para que el hombre alcance su identidad, su ideal de trabajo, su fuerza
en sociedad, sus ideas y anatomía como símbolos para la unión. Con el peso del marxismo en su vida, alcanzan
más profundidad sus críticas sociales y políticas expuestas en sus textos periodísticos, que venimos
abordando. El leninismo, busca ser el camino para concretar las ideas del marxismo, donde la clase obrera es
llamada a imponerse ante la clase burguesa y el capitalismo (imperialismo), para instaurar el socialismo.
¿Cómo? formando un partido comunista, con elementos del proletariado conscientes de su situación. Es
decir, una revolución proletaria. Revolución que, según Lenin, es la única vía para desplazar al Estado
capitalista y lograr que la clase obrera se haga con el poder político.

Nuestro autor, concebía al arte independiente y libre, ajeno a toda influencia interna o externa. Por ello que
marca diferencias entre el político y el poeta.

Marxismo y el pensamiento político vallejiano

El vínculo de Vallejo y el marxismo digamos que inicia a partir de 1928, con el primero de
tres viajes que realizó a Rusia (Unión Soviética) y que le sirven como base para ver hecho
realidad su ideal. Rusia, hasta cierto punto, agrada a Vallejo. El marxismo, junto al
socialismo, supuso para nuestro poeta-periodista el método para alcanzar la igualdad en
el aspecto filosófico, político, social y económico. Por entonces Rusia era leninista, el líder
(Lenin) había fallecido hacía cuatro años y el legado que dejó fue una revolución
palpitante, tenaz en cuanto a que también existían otras corrientes políticas en disputa
del poder. Curioso Vallejo entra en contacto con esa realidad, él deseaba vivir en Rusia,
observar de cerca esos cambios. Vallejo aclara que no es revolucionario por teorías
aprendidas, sino por experiencia vivida. Y desde ahí hay que abordarlo, entender su necesidad de filiación
política como hombre, porque como poeta fue individual, y como periodista hizo lo que le dictó su corazón
y su cerebro. Acusarle de radical o dictatorial, ya no tiene caso. Pues emprendió la marcha de seguir al
marxismo, y creyó hasta el final que ese era el camino para que el hombre alcance su identidad, su ideal de
trabajo, su fuerza en sociedad, sus ideas y anatomía como símbolos para la unión. Con el peso del marxismo
en su vida, alcanzan más profundidad sus críticas sociales y políticas expuestas en sus textos periodísticos.

Vallejo cita a Lenin y recuerda que el proletariado es enemigo del capitalismo, a pesar que este último no
quiera reconocerlo como un enemigo tal. El capitalismo de “espíritu de insultante injusticia y de falsa
benevolencia, quería tomar al proletariado como a un fámulo [sirviente] rebelde, al que no debe concederse
ninguna beligerancia sino castigarle o reformarle.” En todo caso, nuestro poeta apostaba no por la guerra,
sino por la guerra de clases.

CRISIS DE LA DEMOCRACIA EN EL PERÚ

La democracia que queremos construir en el Perú debe mirar siempre por el bien común guiada, como
sostiene Montesquieu, por esa gran fuerza que es la virtud. La democracia es libertad y ésta sólo existe si hay
justicia y fraternidad, legado de la Revolución Francesa. No hay democracia real con tanta corrupción y
pobreza como enriquecimiento. No hay democracia si hay imperio del mercado por encima de la gente y no
un mercado al servicio de la gente y de sus necesidades. La reciente crisis de gobierno no ha ocurrido sólo
por la falta de una plataforma política clara del partido gobernante o por su minúscula alianza de partidos
como soporte gubernamental, o por la ineptitud de Perú Posible o la baja calidad de estadista de nuestro
presidente, o por la carencia de ética en el ejercicio político, indicadores todos comprobados, sino que la
democracia está en crisis y seguirá estándola mientras el modelo neoliberal no sea cambiado. No puede ser
garantía de desarrollo real un sistema que no trabaja en función de un proyecto nacional sino de los intereses
de las empresas transnacionales, que tiene la ganancia como nervio motor, que coloca a la privatización
como eje, la desregulación del mercado, la negación de la participación del Estado y todo lo hace mercado y
no voluntad ciudadana. Es el neoliberalismo el que pone en crisis a la democracia al no resolver las
necesidades materiales ni espirituales de la población.

Es importante resaltar que, no se trata de poner caras nuevas sino de un programa nuevo. Para que el
gobierno sobreviva debe cambiar su modelo, empezando por considerar las potencialidades de los peruanos
y los recursos naturales, bases de toda planificación. Sobre la certeza de qué tipo de sociedad queremos
construir, armaremos el tipo de proyecto nacional. Privilegiaremos áreas, sectores, trataremos de
entusiasmar al empresariado nacional que viene de la quiebra tras el fujimorismo; se apoyará a la micro,
pequeña y mediana empresa así como a la agricultura, bases de todo desarrollo nacional. Industria y agro
son los cimientos de nuestro proyecto teniendo como eje de fondo la inversión estratégica en educación que
forme generaciones. Luego podremos llamar a invertir en lo que constituyan nuestras prioridades de
desarrollo, reservando siempre las riquezas nacionales para el Perú (petróleo, mar, siderurgia, carbón, hulla).
El trabajo, en primer lugar, lo deben generar los empresarios que abran sus empresas, aquellas que han
quebrado o que trabajan a medias. Podemos emular a la Argentina, cuya industria fue destruida en la década
menemista, y hoy cerca de 160 empresas quebradas están en manos de sus ex trabajadores. Sólo así
saldremos de la crisis endémica.

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