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Introducción.
En esta mañana somos desafiados en el trabajo que tenemos como iglesia, Pablo escribe a
la iglesia de Éfeso, esta iglesia estaba ubicada en una ciudad muy importante, era la segunda
ciudad del imperio Romano, solía ser visitada por muchos.
En esta ciudad Pablo funda la iglesia, era muy activa y luego Juan le escribe una carta
quejándose de ella, que había perdido el primer amor.
En la comunidad había divisiones, dificultades y el apóstol le desafía.
Hoy nuestra iglesia necesita ser desafiada a cambiar a impactar la sociedad, a crecer y ser
bendición, pero no podemos lograrlo si no luchamos, trabajamos y crecemos.
Conclusión.
La iglesia del Señor debe confrontarse con este desafío, nuestra iglesia es una comunidad
de creyentes fieles, bautizados y miembros del cuerpo de Cristo, pero nuestra comunidad
necesita luchar cada día por andar dignamente, por sus relaciones y por guardar la unidad,
debe trabajar a través del carisma del Señor; a perfeccionarnos y a edificarnos en el Señor;
a Crecer en santidad, doctrinal, en la
cabeza que es Cristo, en la doctrina y crecer integralmente y unidos.
El desafío del Señor es a tomar una decisión seria y comprometida, a dejar de ser una iglesia
sin sentido, sin propósito y sin fruto, pongamos todo de nosotros para luchar, trabajar y
crecer.
¿Cuánto de ustedes están dispuestos a aceptar el desafío del Señor?