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La clínica psiquiátrica del niño de Bercherie Paul

Una clínica específica del niño, con sus propios conceptos, se estableció en el año
1930. En esta época también se produce un declive y extinción de la observación
clínica en la psiquiatría clásica del adulto.
Existen 3 grandes periodos en la estructuración de la clínica del niño:
1. EL RETRASO, UNICO TRASTORNO INFANTIL:
En el primer periodo la discusión de la noción de RETRASO MENTAL tal como la
constituye Esquirol con el nombre de IDIOTEZ. Pinel define el IDIOTISMO como una
anulación de las facultades intelectuales y afectivas, y del conjunto de la actividad
mental, estando reducido el sujeto a una existencia vegetativa con manifestaciones
psicológicas: ensueños, crisis de excitación. Este estado podría ser adquirido e
incurable o congénito e irreversible.
Esquirol separada el idiotismo adquirido o curable (devendrá la demencia) del
idiotismo congénito del que va a hacer la idiotez. Esquirol sostiene con respecto a la
IDIOTEZ: No se trata de una enfermedad sino de un estado en el cual las facultades
intelectuales no se desarrollaron lo suficiente como para que el idiota haya podido
adquirir conocimiento relativos a la educación que reciben los individuos de su edad
situados en las mismas condiciones que él. La idiotez comienza en la edad que precede
al desarrollo completo de las facultades intelectuales y afectivas. No hay posibilidad de
cambiar su estado. La idiotez se origina en la conformación de los órganos cerebrales.
A partir de Esquirol, la descripción clínica de la idiotez es compleja y diversificada. El es
el que distingue entre: el IDIOTA PROPIAMENTE DICHO, el RETRASADO PROFUNDO
REDUCIDO A UNA VIDA VEGETATIVA y el IMBECIL que posee una vida psíquica grosera
y un lenguaje elemental. En las descripciones de la época se puede distinguir entre el
retraso y las psicosis infantiles. Para Esquirol el IDIOTA es aquel que no pudo adquirir
los conocimientos que se adquieren normalmente con la educación, lo que lo opone el
DEMENTE que es aquel rico transformado en pobre mientras que el idiota siempre
estuvo en la miseria, en cuanto al plano intelectual.
Los autores de esta época no creen en la existencia de la locura propiamente dicha en
el niño. Griesinger sostiene que el yo a esa edad aun no esta formado de una manera
estable de forma tal de poder presentar una perversión durable y radical. Las diversas
enfermedades producen en el niño detenimiento del desarrollo que afectan la
inteligencia.
La LOCURA DEL NIÑO es en este primer periodo la IDIOTEZ.
Lo que en este periodo es objeto de discusión es el GRADO DE IRRREVERSIBILIDAD DEL
RETRASO MENTAL. Con respecto a esto existen 2 posiciones:
a. La de Pinel y Esquirol para quienes el DEFICIT es global y definitivo y el
pronostico es negativo.
b. La de los educadores de idiotas, Seguin y Delasiauve, según los cuales el
DEFICIT es parcial la mayoría de las veces, comprometiendo todo el desarrollo
mental, si la educación se limita a sus modalidades tradicionales, pero dejando
abierta grandes posibilidades si se recurre a métodos especiales.
2. LA LOCURA (DEL ADULTO) EN EL NIÑO:
Este periodo se caracteriza por la constitución de una clínica psiquiátrica del niño que
es el calco de la clínica y de la nosología elaborada en el adulto en el periodo
correspondiente.
La clínica de esta época es DIACRONICA, no se trata de describir estados, sino
ENFERMEDADES, desplegando un ciclo de cuadros clínicos a lo largo de evolución
temporal reglada. Luego la clínica se pretende ETIOPATOGENENICA, es decir, que cada
grupo de entidades clínico-evolutivas debe poder sostenerse sobre una constelación
de causas y mecanismos patológicos típicos, con una concepción medica y somática de
los trastornos mentales, concebidos como ENFERMEDADES DEL CEREBRO.
Morel opone las ENFERMEDADES MENTALES ADQUIRIDAS (ejemplos las psicosis
alcohólicas), en las que las causas patológicas surgen de la medicina del cuerpo, a las
ENFERMEDADES MENTALES CONSTITUCIONALES que responden a una degeneración
mental hereditaria o tempranamente adquirida en la existencia. Estas ultimas
conducen a la comprensión de la mayor parte de las enfermedades mentales,
siguiendo el modelo de la idiotez. Estos trastornos se deben a una insuficiencia en el
desarrollo de ciertas facultades. A esta definición se aplica la noción de DESEQUILIBRIO
o DESARMONIA EVOLUTIVA.
Los conceptos de Morel van a orientar la atención hacia la infancia de los alienados y
hacia la existencia del niño con una patología mental. En los trabajos publicados en
esta época se trata de encontrar en el niño, junto al retraso, los síndromes mentales
descritos en el adulto que varían según el autor que se considere: excitación y manía,
depresión y melancolía, obsesiones y fobias, paranoias, alucinaciones y delirios,
perversión, neurosis (histeria, epilepsia, etc.).
Estos trastornos son comprendidos como manifestaciones de tipo TOXICO-
INFECCIOSOS o como la marca de un DESEQUILIBRIO DEGENERATIVO.
La psiquiatría infantil aparece como objeto de curiosidad y un campo complementario
a la clínica psiquiátrica del adulto y no como un verdadero campo autónomo de
investigación. Solo con el cambio de siglo, con la aparición de conceptos de la
nosología kraepeliana y de la paido-psiquiatria, se dispondrá de nociones que tendrán
valor en el campo de la investigación.
En el interior del retraso se distingue entre las formas congénitas de la concepción
clásica, verdaderas DEMENCIAS INFANTILES (causa etiológica del retraso) que se
adquieren en los primeros años. Progresivamente se destaca una entidad particular
que plantea un problema conceptual y es la DEMENCIA PRECOCISIMA. Esta aparece a
los 3-4 años en niños que hasta entonces habían tenido un desarrollo normal, se trata
de un ESTADO DE INDIFERENCIA con negativismo, oposición, trastornos afectivos
(ansiedad), luego una disgregación del lenguaje y diversos trastornos motores. El niño
se hunde luego en una completa idiotez, no se alimenta más de manera autónoma y
pierde el uso del lenguaje. Heller remarca la persistencia de una cierta capacidad de
atención, una conservación de la fisonomía inteligente que diferencia a estos niños de
los retrasados verdaderos.
De este periodo nos viene la noción moderna de psicosis infantil y los problemas que
se ligan a ella.
3. NACIMIENTO DE UNA CLINICA PAIDO-PSIQUIATRICA:
Este periodo se continúa desarrollando actualmente y comienza en el momento en
que se extingue la investigación clínica en la psiquiatría del adulto y el relevo de la
investigación psicopatológica es tomada por el psicoanálisis. El descubrimiento de que
toda manifestación patológica es el resultado de un CONFLICTO PSIQUICO y que este
conflicto, en su expresión actual en el adulto, repite la historia infantil del sujeto,
toman en el cuadro de la clínica infantil una resonancia particular debido a que es de
una situación conflictual actual o reciente que dependen las perturbaciones
psicológicas.
Manifestaciones patológicas de la clínica pediátrica hasta entonces dispersas pueden
aparecer sobre el modelo de la histeria como forma de conversión o de expresión
sustitutiva de las dificultades que encuentra el niño en su vida interior y en sus
relaciones con el medio ambiente. Esta nueva etapa esta caracterizada por la
colaboración con los PEDIATRAS.
Junto a la consideración nueva de las categorías del periodo precedente (neurosis y
psicosis del niño), incluso de la reinterpretación de la herencia de la primera etapa
(manifestaciones caracteriales y psicóticas de los retrasados verdaderos) se desprende
un inmenso campo:

 Enfermedades psicosomáticas propiamente dichas


 Trastornos de comportamiento y manifestaciones afectivas patológicas
 Perturbación del desarrollo de las funciones elementales: motricidad, funciones
esfinterianas, palabra, etc.
Numerosas de estas adquisiciones de la clínica psiquiátrica del niño, reordenan
nociones anteriores menos fecundadas como trastornos llamados constitucionales de
la etapa precedente: habla de la constitución perversa del niño a propósito de un robo
no es igual que considera a un niño que roba como manifestando un tipo de
comportamiento que tiene un valor expresivo y simbólica particular. La palabra
neurosis, que fue mutado a través de la obra freudiana, significa: TRASTORNO
PSICOGENO.
Es en la lengua inglesa, una concepción de conjunto la que se va a destacar, hacen de
la clínica psiquiátrica del niño un TODO HOMOGENEO, el tratado de Kanner es una
referencia de esto. Lo que va a permitir la integración son las concepciones
psicológicas dominantes en los EE.UU, estas van a permitir una anexión de las tesis
psicoanalíticas al funcionalismo.
El funcionalismo americano es un PENSAMIENTO y se opone al elementalismo.
Sostiene que el organismo es un todo, espíritu y cuerpo, y que ese todo esta
comprometido en una tarea permanente y vital de adaptación al medio ambiente. En
este cuadro el PSIQUISMO es una función de mediación entre el medio ambiente y las
necesidades del organismo. Del funcionalismo surge el conductismo que es una
psicología aplicada.
Para Meyer la enfermedad mental debía ser comprendida, no como el aspecto mental
de una lesión cerebral, sino como una CONDUCTA que tiene una función y un sentido
en relación a la historia del enfermo, a su trayectoria pasada, a su situación presente, a
sus capacidades psicológicas, estado somático y cerebro incluido. Mayer formaba
parte de los auditores de Freud.
El fondo sobre el que se dibuja esta psicopatología esta constituida por los trabajos de
Gesell, de inspiración funcionalista y conductista, sobre el desarrollo psicológico del
niño.
Desde esta época la progresión de la clínica psicopatológica del niño se realiza por
intermedio de los estudios psicoanalistas.
Esta clínica pudo integrar los caracteres de la patología que constituye su campo:

 Por un lado, su enlace estrecho al desarrollo psicológico.


 Por otra parte, su labilidad, es decir, la gran mutalidad que conserva el niño en
su estructura mental.

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