Sunteți pe pagina 1din 18

INDICE

Pág.

DEDICATORIA .............................................................................................. 2

PRESENTACCION ……………………………………………………………………………………. 3

INTRODUCCION……………………………………………………………………………………… 4

EL FLAUTISTA DE HEMELIN …………………………………………………………………… 5

EL NIÑO DEL TAMBOR …………………………………………………………………………… 7

EL ELFO CANTOR …………………………………………………………………………………… 10

ELECCION CORRECTA ……………………………………………………………………………. 12

EL LOBO QUE SE SENTIA ORGILLOSO DE SU SOMBRA …………………………… 14

LA LIBREY SU VIOLIN ……………………………………………………………………………... 16

pág. 1
DEDICATORIA
A DIOS:

A el por permitir que este trabajo tan es forzoso se haya podido realizar y por brindarme la
inteligencia y sabiduría necesaria para poder realizarlo.

A MIS PADRES:

A ellos, por haberme brindado los medios necesarios para poder realizar es te trabajo y por su
cariño que es fundamental para mí.

A MI PROFESORA:

Por el aprecio que me tiene y el apoyo que me brinda cada momento que lo necesito.

pág. 2
PRESENTACION
La ciudad de Hamelin en Alemania, especialmente admirada por su gran belleza. Un día, llego
una gran plaga de ratas, la cual eran tan grande que afecto a toda la ciudad. El rey muy fastidiado
con tal acontecimiento ofrece una gran recompensa a aquella persona que pudiera desaparecer,
alejar la plaga de ratas.

Es ahí cuando aparece un joven noble sencillo con ganas de ayudar y llevarse enorme
recompensa, muchos no le creían, más bien trataban de burlarse de él. Al día siguiente, empezó
a tocar una hermosa melodía con su flauta, la cual llamo mucho la atención de las ratas y
quedaron imnotizadas por lo que oían… es así que ante el asombro de todo el pueblo el flautista
consigue alejar a las ratas de la cuidad.

El flautista regresa entonces a reclamar la recompensa, pero se encuentra una indiferencia y


engaño por parte del Rey el cual le dice que no le pagara tanto por solo tocar una flauta.

El flautista empieza a tocar su flauta, pero esta vez no eran las ratas quien lo seguían si no los
niños hamelienses quienes eran arrebatadas de la mano de sus padres, en la cual iban formando
una gran hilera.

pág. 3
INTRODUCCION

Se describe la ciudad de Hamelin en Alemania, especialmente su gran belleza. Hasta que un día,
llego una gran plaga de ratas, la cual eran tan grande que afecto a toda la ciudad.

El rey de la ciudad busca soluciones para la problemática de forma desesperada, contratando al


flautista el cual con su melodía atrajo a todas las ratas y el saco de la ciudad, ahogándolas al río.

El rey estafo al flautista, desprestigiando su trabajo y no quiso pagarle lo acordado. En venganza


el flautista toco su flauta y se llevó a todos los niños de la ciudad. Toda la ciudad quedo triste,
lloraron millones de lágrimas. Luego de ello, el flautista regreso a los niños a la ciudad.

pág. 4
El flautista de Hamelin
PRIMER ACTO

Un día en la ciudad de Homelin se llenó una plaga de ratas, lo cual genero conflicto en la
ciudad dónde los aldeanos reclamaban al Rey.

Carlos: Su Majestad, ¡estamos hartos de las ratas que pululan por las calles! Son demasiadas
como para que podamos acabar con ellas.

Alejandro: Sí, se están comiendo todo lo que tenemos y van a enfermar a nuestros hijos. ¿Qué
haremos al respecto?

Rey: No se preocupen, pues ya he pensado en una solución.

Hace un ademán con la mano y entra en escena un hombre alto y vestido de manera
extravagante. Lleva una flauta en la mano.

Rey: Él es el flautista de Hamelin, un músico prodigioso capaz de lograr cualquier cosa


con el misterioso sonido de su flauta.

Néstor: ¿Y él logrará llevarse a las ratas? ¡No lo creo!

Rey: Muéstrales, muchacho. Expulsa a las ratas de nuestra aldea y te recompensaré


con creces.

El flautista sale de escena, decidido.

SEGUNDO ACTO

Este se lleva la flauta a los labios y comienza a tocar una canción mientras camina de
un lado a otro del escenario. Detrás de él, se ven las sombras de varias ratas (títeres)
que lo siguen como hipnotizadas. Entonces los aldeanos aparecen frente a la pantalla y
hacen expresiones de asombro.

Carlos: ¡No puede ser! ¡Funciona!

Alejandro: ¡Se las está llevando! ¡Váyanse y nunca vuelvan indeseables!

Néstor: Pues parece que lo logró.

Alonso: Vamos a decirle al rey que la aldea está libre de ratas, ¡esto es un auténtico
milagro!

TERCER ACTO

De vuelta en el palacio del rey, el flautista se acerca al trono y hace una reverencia.

pág. 5
Flautista: He cumplido con mi encomienda, Su Majestad. Estoy listo para recibir la
recompensa.

Rey: De acuerdo. Por tus servicios, te daré esta moneda de oro. (Saca la moneda de su
bolsillo y se la tiende).

Flautista: ¿Solo una moneda? Había dicho que sería generoso.

Rey: Ya sé lo que dije, pero tienes que entender que un rey tiene muchos gastos. ¿No
habrás creído que hablaba en serio? Toma la moneda y vete a casa, jovencito. Con la
gratitud de mi pueblo es suficiente para ti.

Flautista: Esto no es justo. ¡Se va a arrepentir!

Rey (enojado): ¡Insolente! ¡Fuera de mi vista ahora mismo antes de que mande llamar
a los guardias!

CUARTO ACTO

De vuelta en las calles y muy molesto, el flautista vuelve a tocar llamando todos los
niños de la aldea, que corren hacia él risueños.

Flautista: Vengan conmigo, niños. Les mostraré un lugar maravilloso.

Los niños se forman en fila y van detrás de él, bailando a sus espaldas. El flautista
recorre el pasillo, y dejar que los niños salgan sin dejar de tocar.

Flautista (al público): Ahora ya lo saben, amigos. Jamás falten a su palabra, pues las
personas mentirosas pierden lo más valioso tarde o temprano.

pág. 6
El niño del tambor
PRIMER ACTO

En las afueras de un pesebre muy humilde, varios pastores se encuentran congregados,


murmurando y al parecer, preparándose para partir a algún sitio. Un pequeño pastorcito
que lleva consigo un tambor se les acerca.

Pastorcito: ¿Qué está pasando?

Gaspar: ¡Ha nacido el hijo de Dios en Belén!

Pastorcito: ¿El hijo de Dios?

Baltasar: Sí, María le ha dado a luz en un pesebre muy humilde y vamos a ir a verlo, para
llevarle regalos. ¿Tú qué le vas a llevar?

Pastorcito: ¿Yo? Pero si yo no tengo nada, soy muy pobre.

Melchor: Algo debes de poder llevarle, todos vamos a regalarle algo.

Mauro: Podrías llevarle algo de queso o de pan.

Morgan: O una manta para que no tenga frío.

Pastorcito: Me gustaría… pero…

Gaspar: ¿Pero?

Pastorcito: Pero no tengo nada que me sobre como para regalárselo a él. (Baja la cabeza
con tristeza).

Todos los pastores se miran entre sí, desconcertados.

Baltasar: Lástima, entonces no podrás ir a visitarlo con nosotros.

Melchor: No te preocupes, estoy seguro de que sus padres entenderán.

Todos se marchan dejando al pastorcito solo.

SEGUNDO ACTO

El pastorcito toca tristemente su tambor, pensando en todos los pastores que han ido
al pesebre.

Pastorcito: ¿Qué tendría alguien como yo que hacer ahí? Si soy tan pobre y tan poca
cosa, el niño Jesús no querrá nada de mí.

pág. 7
Un ángel entra en escena, mirándolo compasivamente.

Ángel: Te equivocas, pequeño.

Pastorcito (sorprendido): ¡Un ángel!

Ángel: Al hijo de Dios no le importa que los hombres le ofrezcan riquezas o poder. Él
vino aquí a entregar todo su cariño y lo único que pide a cambio, es que ellos le den su
amor.

Pastorcito: Pero todos los otros pastores le van a llevar regalos, yo no puedo aparecerme
sin nada.

Ángel: ¿Qué es lo que mejor sabes hacer en este mundo?

Pastorcito: Yo solo sé tocar el tambor.

El ángel sonríe.

Ángel: Entonces una canción será suficiente para demostrarle al niño Jesús cuanto lo
amas.

Pastorcito: ¿Estás seguro de que así será?

Ángel: Sí, recuerda que lo más valioso que puedes brindarle es tu corazón. Y el tuyo es
noble y muy puro.

Pastorcito: ¡Entonces le voy a tocar con todo mi corazón!

Recoge su tambor a toda prisa y sale corriendo de escena.

TERCER ACTO

Todos están reunidos en el nacimiento, adorando al niño Jesús. El pastorcito llega


cargando su tambor y lo miran con sorpresa.

Gaspar: ¿Pero ¿qué haces aquí? ¿No dijiste que no tenías nada que regalarle al niño
Jesús?

Pastorcito: Es que ya lo pensé bien y resulta que sí tengo algo que darle, ¡le voy a dar mi
canción!

Baltasar: ¿Tu canción?

Pastorcito: La canción de mi tambor. Un retumbar que es igual al de mi corazón.

El pastorcito comienza a tocar su tambor y el niño Jesús ríe.

pág. 8
María: Muchas gracias por ser tan bueno con nuestro hijo.

José: De ahora en adelante, siempre te recordaremos como el niño del tambor, por tu
buen corazón y tu instrumento tan noble.

FIN

pág. 9
El elfo cantor
ACTO ÚNICO

En el taller de Santa todos están preparando los juguetes para Nochebuena, pero hay
un pequeño detalle que impide que los elfos puedan trabajar como de costumbre.
Bruno, el más alegre de los elfos, se ha puesto a cantar un desafinado villancico. Tres
de sus compañeros lo observan cubriéndose los oídos.
Anita: ¡Ya lleva casi una hora cantando! Así no podemos concentrarnos.
Elías: Pues alguien tiene que decirle que pare.
Horacio: ¡Yo lo haré! Será un placer decirle que se calle de una vez por todas.
Anita: ¡No, Horacio! Podrías herir sus sentimientos, ya sabes que Bruno es muy
sensible.
Elías: Sí, la última vez que alguien le dijo que tocaba mal el ukelele, se la pasó llorando
tres días.
Santa Claus: entra en escena, consternado al ver que nadie trabaja.
Santa Claus: ¿Pero qué sucede, pequeños? ¿Por qué no están terminando de
ensamblar los juguetes? Ya mañana es Nochebuena.
Anita: Ay Santa, es que no podemos concentrarnos con las canciones de Bruno. Canta
muy mal, pero nadie se atreve a decírselo porque ya sabes lo especial que es.
Santa Claus: ¡Santos osos polares! Pues la verdad es que no es muy afinado… tendré
que arreglar esto.
Elías: Cuidado, Santa. Si Bruno se pone a llorar, ahora sí nadie va a poder trabajar en la
fábrica.
Santa Claus se acerca a Bruno, con una sonrisa nerviosa.
Santa Claus: Es muy linda esa canción que cantas Bruno, pero ¿no estás un poco
cansado de cantar villancicos?
Bruno: Para nada Santa, ¡podría cantar todo el día!
Santa Claus: Ah… ¿y qué te parece si cantas algo… distinto?
Bruno: Puedo cantar una canción navideña de rock.
Saca su guitarra eléctrica y toca desafinadamente, para horror de todo el taller.
Santa Claus: ¡No, no! ¡eso no!
Bruno: ¿Un rap, tal vez?
Bruno comienza a bailar hip hop mientras canta una absurda canción navideña.
Bruno: Feliz Navidad… Feliz Navidad… época de dar… ¡época de amar!
Santa Claus: Eh… no, no amiguito…
Bruno: Entonces, ¿qué tal algo de ópera?
Haciendo como si fuera un tenor, Bruno entona otro villancico con resultados
desastrosos, mientras Santa se rasca la cabeza. Horacio pierde la paciencia.
Horacio: ¡Solo cállate! ¡Nadie quiere que cantes nada! ¡No podemos trabajar con tus
berridos!
Bruno lo mira con sorpresa, mientras Elías y Anita parecen apenados.
Bruno (desilusionado): Oh, así que era eso… perdón, no sabía que molestaba.
Santa Claus: No es que molestes, Bruno. Es que tus amigos no se pueden concentrar y
ya mañana es Nochebuena, ¿comprendes?
Anita: Anímate, Bruno. ¿Qué dices si nos ayudas para terminar temprano y organizar la

pág. 10
fiesta de Navidad?
Elías: Sí, la música estará tan fuerte que podrás cantar sin molestar a nadie.
Anita le da un codazo, pero Bruno sonríe.
Bruno: ¡Una fiesta! ¡Sí! ¿Por qué no lo dijeron antes? ¡Venga, todos a trabajar, rápido!
Horacio: ¿Quién diría que la solución era tan sencilla como mencionar la palabra
«fiesta»?
Los elfos se ponen a arreglar y pintar los juguetes mientras Santa Claus sonríe
satisfecho.

FIN

pág. 11
La elección correcta
PRIMER ACTO

Una enorme fábrica de juguetes, adornada con bastones de caramelo y regalos envueltos
en papel de colores. Al lado de una máquina se encuentra un duende, ensamblando lo
que parece ser una muñeca. Entran en escena otro duende del Polo Norte, acompañado
por dos niños vestidos con pijama.

Durand: Jefe, aquí le traigo a los niños elegidos para conocer a Santa Claus.

Dante: Ah, así que ustedes son Tim y Jimmy. Los estábamos esperando, Santa espera
con muchas ansias conocerlos, ¿saben? Dice que se han portado muy bien.

Tim: ¡Qué emoción! ¡Siempre he querido conocer a Santa Claus!

Jimmy: No puedo creer que realmente estemos en el Polo Norte.

Durand: Ustedes esperen aquí, que yo iré a buscar a Santa.

Sale del escenario mientras su superior se acerca a los niños.

Dante: Déjenme advertirles una cosa, Santa está muy ocupado, tiene mucho que arreglar
para su viaje de Nochebuena. Así que solo tendrán unos segundos para saludarlo.

Tras decir esto, va detrás de su compañero en tanto los chicos comienzan a curiosear.
Jimmy se percata de una bicicleta apoyada en el rincón y corre hasta ella.

Jimmy: ¡Wow! ¡Es igual a la que pedí!

Mientras Jimmy se pone a conducir la bicicleta, Santa Claus entra en escena, callado y
sonriendo.

Tim: ¡Santa! ¡Hola!

Tim abraza por unos segundos al regordete hombre, antes de que este se despida con la
mano, desapareciendo de escena.

Tim: ¿Viste eso? ¡Santa Claus es realmente tan grande como dicen! ¡Y qué barba más
blanca tiene!

Jimmy: ¿Qué? ¿Santa Claus estaba aquí? ¡No! ¡No lo vi! ¡Santa! ¡Santa!

Los duendes vuelven a entrar en escena, apurados.

Dante: ¡Hora de irnos! Los voy a llevar a sus casas.

pág. 12
Los niños lo siguen saliendo de escena, con Jimmy cabizbajo.

SEGUNDO ACTO

En su habitación, Jimmy observa por la ventana con tristeza, suspirando.

Jimmy: ¡Pero qué bobo soy! Tenía la oportunidad perfecta para conocer a Santa y la
desperdicié. Seguro que ya nunca lo volveré a ver.

Santa Claus (fuera de escena): No estés tan seguro de eso, jovencito.

Jimmy se sobresalta y mira alrededor.

Jimmy: ¿Santa?

Santa Claus entra en escena, sonriente y vestido de rojo.

Santa Claus: ¡Feliz Navidad, Jimmy!

Jimmy: Corre hacia él para abrazarlo y él lo recibe con los brazos abiertos.

Jimmy: ¡Santa, perdóname por no haberte escogido a ti! Tú eres lo más importante.

Santa Claus: No Jimmy, lo más importante es pasar tiempo con las personas que
siempre están a nuestro lado, nuestra familia y amigos. Ellos son más valiosos que
cualquier regalo.

El niño asiente con la cabeza y Santa lo toma de los hombros.

Santa Claus: Me alegra que lo comprendieras. Pero eso no significa que no vayas a tener
regalos, acabo de dejar muchos juguetes bajo el árbol para ti. Prométeme que los
compartirás con tus hermanos y amiguitos.

Jimmy: Lo prometo, Santa. Feliz Navidad.

Ambos vuelven a abrazarse con cariño mientras el telón se cierra.

FIN

pág. 13
El lobo que se sentía orgulloso de su
sombra
PRIMER ACTO

Un día dos conejitos hablando y riendo en un profundo bosque.

Lucas: Pero que bien que se está aquí, ¿no lo crees, amiguito? Qué lástima que los otros
animales no quisieron acompañarnos.

Pedro: Es que tenían miedo.

Lucas: ¿Miedo? ¿Miedo de qué?

Pedro: Dicen que por esta parte del bosque merodea un lobo más feroz que ningún otro,
¡con tres metros de alto y fauces enormes!

Lucas: ¡Eso no es más que un absurdo! No existe un lobo así.

Lobo (voz fuera de escena): ¿Quieres apostar?

La sombra enorme de un lobo aparece entre los árboles, y los conejos se sobresaltan.

Lucas: ¡Es él! ¡Es él!

Pedro: ¡Sálvese quien pueda!

Ambos se echan a correr hasta salir, pero el lobo aparece, a tamaño natural, riéndose
con malicia. Mira hacia su sombra y sonríe.

Lobo: ¡Parece que lo hemos vuelto a hacer, sombra querida!

SEGUNDO ACTO

El lobo se encuentra sentado perezosamente contra un árbol, con su enorme sombra a


sus espaldas.

Lobo: Ah, qué bello es sentir tanta tranquilidad en el bosque. Todo es mejor desde que
esos animales se largaron de aquí, ¡indiscutiblemente soy el rey!

La zorra aparece en escena y lo mira con una ceja levantada.

Zorra: ¿Tú el rey? No me hagas reír, sabes que si no fuera por esa sombra tuya no
podrías intimidar a nadie.

Lobo: ¿Qué haces tú aquí? ¿No me tienes miedo?

pág. 14
Zorra: No, yo no soy como esos animales a los que te gusta intimidar. Y al contrario de
ellos, tampoco pienso irme.

Lobo: Pues harías bien en largarte, recuerda que después de todo, sigo siendo un lobo y
ahora mismo no me vendría mal un pequeño bocadillo.

Zorra: Me iré si quieres, pero solo recuerda que un día, un animal más grande que tú te
dará tu merecido. No es bueno que te aproveches de los más pequeños.

La zorra sale de escena y el lobo ríe.

Lobo: «Mi merecido», sí claro. ¡Como si eso fuera a suceder!

TERCER ACTO

Los conejitos vuelven, pero esta vez se notan temerosos. Cuando la sombra del león
vuelve a aparecer, se van saltando a toda prisa y el lobo entra, riendo por lo bajo.

Lobo: ¡Pero cuan intimidante soy! Con este tamaño, bien podría asustar hasta a un león.

En ese instante, un león de gran melena entra por el otro lado del escenario y la sonrisa
del lobo desaparece.

León: Con que esas tenemos, ¿eh? Pues ven lobito, ¡a ver si puedes asustarme!

El león comienza a corretear al lobo, mientras el trataba de pedir ayuda. Sonriente, la


zorra asoma su cabeza.

Zorra: Te lo dije, no es bueno alardear. ¡A ver ahora como te salvas de esta, lobo
aprovechado!

Los conejitos aparecen por el lado opuesto, animando al león.

Lucas y Pedro: ¡Sí, atrápalo! ¡Atrápalo para que aprenda!

Lobo: ¡Socorrooooooo!

FIN

pág. 15
La liebre y su violín
PRIMER ACTO

Había una vez un hermoso bosque donde vivía una liebre y dice. Hay un violín
abandonado debajo de un árbol. Entra la liebre caminando de manera distraída y se fija
en el instrumento.

Liebre: ¡Vaya! ¿Pero quién habrá dejado esto aquí? (Toma el violín en sus manos y lo
examina con asombro). Desde luego, es un violín estupendo. Me pregunto quién sería
tan tonto como para dejarlo.

Zorra: Liebre, nuestros amigos están recolectando comida para el invierno. ¿Vas a venir
a ayudar?

Liebre: Mira lo que me he encontrado, ¿verdad que es bonito?

Zorra: Deja eso y ven a ayudar, que cuando llegue el frío no vamos a poder salir a
buscar comida.

Salen los dos de escena.

SEGUNDO ACTO

Están la comadreja, la zorra, el ruiseñor y el oso recogiendo frutos del bosque cuando
llega la liebre y se sienta en una roca.

Ruiseñor: ¿Hoy si nos vas a ayudar?

Liebre: Luego, que tengo que practicar con mi violín.

Oso: ¡Pero si todos los días has estado practicando y nunca nos ayudas en nada! ¿Cómo
crees que vamos a poder recoger suficiente comida para el invierno si sigues así?

Liebre: ¡Que luego les ayudo!

Comadreja (negando con la cabeza): El invierno ya está a la vuelta de la esquina.


Cuando empiece a hacer frío, te vas a acordar de nosotros.

TERCER ACTO

La liebre camino en la intemperie con su violín, sujetándose el estómago.

Liebre: ¡Qué hambre tengo! No me queda nada de comer en mi casa, tal vez los demás
tengan algo.

Se acerca a sus amigos animales, que se encuentran haciendo una fogata para cocinar
sus alimentos.

pág. 16
Liebre: ¿No pueden darme algo de comer?

Oso: ¿A ti? ¿Qué nunca nos ayudaste? Mientras nosotros nos esforzábamos tú solo
querías practicar con ese tonto violín.

Comadreja: Ahora mira quien vuelve arrastrándose, ¿ya te cansaste de tocar?

La liebre se agacha avergonzada.

Zorra: Amigos, no hay que ser tan malos con él. Se ha equivocado, pero démosle otra
oportunidad.

Oso: ¿Por qué? Si no ha hecho nada por ayudarnos.

Ruiseñor: Pues creo que tengo una idea, ¿qué si nos tocas algo mientras comemos? Las
canciones alegrarán el invierno.

Liebre (alzando la cabeza entusiasmada): ¡Eso sí puedo hacerlo! He mejorado bastante


con el violín.

La liebre comienza a tocar mientras una bella melodía suena de fondo. Todos los
animales comienzan a bailar alrededor de la fogata. Luego, comparten la comida con la
liebre y se sientan a disfrutar de sus alimentos.

Zorra: ¿Ven como la música también puede ser útil?

Liebre: Es verdad, pero reconozco que he sido muy egoísta. De ahora en adelante,
prometo hacerme un tiempo entre las prácticas de violín para ayudarlos más en el
bosque. ¿Me perdonan?

Comadreja: Te perdonamos, pero no te vuelvas a comportar así.

Ruiseñor: Los buenos amigos siempre se perdonan, ¡ahora a comer!

Todos siguen riendo y comiendo, mientras la liebre toca otra canción.

FIN

pág. 17
pág. 18

S-ar putea să vă placă și