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Universidad de las Artes

Nombre: Abel Cano Carriel


Fecha: 5 de diciembre del 2019
Materia: Taller intermedio de poesía

Todos los trabajos corregidos (Incluyo los talleres en clases y los deberes)
Talleres:

La flor del muerto


De entre las piedras, pasando por el tallo, el retoño, el muñón de hoja seca y los
pétalos. Navegando entre la noche, en una celda de carne, despidiéndose de la
luna y saludando una antorcha. Desde la mesa, por la hoja de un cuchillo, bajo el
mortero hasta el polvo que reposa en un pozo de porcelana. El agua hierve. La
cuchara le mezcla. Lágrimas le llueven. Entre labios se pierde, se revuelve,
burbujea, se expande. Un golpe, y otro, y otro, hasta que vuelve a la tierra, entre
las piedras, en una coraza de madera.

Ojos de cristal
Entre bocas que gritan sin moverse, termino perdida, hastiada, enferma, pues
buscando el silencio me topo con ojos que danzan tras una máscara de maldad
indiferente. Encapuchadas, mujercitas de porcelana me tienen rodeada en esta
trampa de quietud. Mis dedos ya no se mueven, y mi voz acaba por suicidarse en
mi último suspiro, mientras mis ojos, poco a poco, se vuelven hacia la puerta
donde sigo esperando, quizás, por la siguiente víctima de este festival de
muñecas.

Libertad
El sol, las calles,
los buses, las puertas,
el baile,
el cristal y el viento,
el estallido, los gritos,
la sangre, ropas rotas,
adeptos cadáveres animados.
Deberes:

Comunión
En la noche que te negaba, la cobardía no fue lo único que me inundaría,
y resulta difícil condensar plegarias,
cuando la materia nada
en el vaso con la semilla del enemigo.
¿Eres tú, mi Señor?
Coronado por espinos,
y entre las púas,
la máscara impuesta que surgió de tu última iglesia. Los peces se congregan,
en el cardumen, cada ojo ve de frente al otro,
me enseñan los colmillos.
¡Dámelo ahora, te lo imploro!
sin ello me ahogo,
sin tu carne no soy salvo,
sin tu sangre no soy gracia,
Tócame que es lo único que de ti quiero…

Apocalipsis
Son los progenitores que le imploran justicia a una burla,
donde los vástagos aprenderán a temerle al atardecer,
con un perro que aprendió a ladrar fuego sin quemarse las patas,
escudo de los que sangran lágrimas y lloran cansancio,
sus verdugos que corran sin hallar paz en sus gases lacrimógenos,
olvidaron que somos bastardos, híbridos, hijos de padres y madres,
al final todo se reduce a las heces de una tierra moribunda.

Te necesito
Recogí una rosa de la calle,
bajaba por el boulevard,
le quité el polvo,
se desdibujaron los contornos,
di vueltas,
ante un prado extenso,
y como ciego caminé.
Llegué a un rosal sin rosas,
mis manos vibraban,
sus espinas me sangraban,
la rosa de la calle,
donde caminaba perdido,
y deseé que las espinas fueran tus dedos,
y que la rosa me cubriera entero.

Carta de amor
Un par de cosas te he dicho,
que te acarician,
que te acicalan,
en un trozo de papel,
bajo una luna de tiza,
existo en tus labios,
y tu ausencia no entiendo,
tu esencia me asalta,
esperando un guiño,
esperando una respuesta,
tras la cortina de tu cabello,
y una danza de manos,
donde las veo negras,
te alejas,
me descompongo,
por las cosas que te he dicho.

Paseo de la vergüenza
Empieza al ver mi cicatriz
sobre un reflejo a lo vivido
por 64 pares de ojos
lo que asumía conocido y descartable.
No hay dudas,
a la vuelta de un orgasmo
e innumerables caricias
además de tantas otras cosas
del amor y la belleza
de carne y cabello.
El anuncio de noticias sombrías
del tiempo
sobre superficies de plata
termina descubriendo rasgos.

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