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Elabore un esquema destacando La revolución sistemática y la

pragmática de la comunicación.

El enfoque sistémico se apoya en la Según el psicólogo austriaco Paul


cibernética y en la teoría de los sistemas. WATZLAWICK, la comunicación ejerce un
La cibernética es la disciplina que estudia las papel fundamental en nuestras vidas y en
regulaciones y la comunicación en los seres el orden social, aunque apenas seamos
vivos conscientes de ello

Piedra angular para la terapia familiar. A medida que evoluciona y se encuentra


con otras disciplinas afines (teorías
En ella, la comunicación como el fruto de un
cognitivas, lingüística, semiótica,
intercambio de información que se origina
psicoterapia, cibernética de segundo
en una relación.
orden, etc.),

La pragmática se preocupa
por como la comunicación
afecta a la conducta

Desde esta perspectiva, lo importante no es


tanto el modo de comunicarnos o si este es
consciente o no, sino cómo nos comunicamos
en el aquí y ahora y de qué manera nos
influimos unos a otros.
Elabore un ensayo de tres (3) páginas sobre el "Constructivismo y sus
principios de la Terapia Familiar." Debe emitir su criterio personal.

El constructivismo en la psicología se refiere a todas aquellas teorías que no


consideran a los seres humanos como receptores pasivos de experiencias y
aprendizajes, sino como constructores activos de su realidad y experiencias.
En la psicología constructivista, teorías y prácticas se enfocan en el modo en
que los individuos crean sistemas de significado para así dar sentido a su
mundo y experiencias, se centran por lo tanto en la estructura significativa
donde se construye la personalidad del ser humano.

La terapia sistémica constructivista surge en la segunda mitad del S.XX del


encuentro de varios estudios y descubrimientos que suponen un nuevo
paradigma para las ciencias naturales y sociales; el enfoque Sistémico.

La Terapia Sistémica Constructivista permite poner una mirada global sobre el


sistema familiar y sobre el transcurso de los procesos de construcción de la
identidad. Su objetivo es determinar, clarificar y abordar las dinámicas
familiares conflictivas, disfuncionales o desestructuradas.

Como en todas las psicoterapias humanistas, el terapeuta no dirige a la familia,


sino que la acompaña en su proceso de indagación y la apoya, para que pueda
reencontrarse con los valores que han quedado dañados por la dinámica
familiar. Contribuye, con su curiosidad, al acercamiento de la familia a su
historia más difícil; a una realidad que a veces, es tan temida como liberadora.

Poner más conciencia en la dinámica familiar, permite que todos sus miembros
armonicen su visión acerca de la estructura y funcionamiento de la familia,
expresen los temores y creencias que subyacen a su comportamiento, y hagan
explícito lo que cada uno pretende comunicar a los demás por medio de sus
acciones, a veces perjudiciales para él mismo o para los demás.

Cuando aflora y se restituye lo valioso de la familia, cada uno puede saber


quién es y de este modo, queda libre para continuar su propio camino en paz,
juntos o por separado.
Las investigaciones en terapia sistémica constructivista dieron origen a grandes
desarrollos teóricos, necesarios para comprender y elaborar técnicas de
intervención, para tratar las problemáticas que provocan el sufrimiento de las
familias, o de alguno de sus miembros, en las diferentes fases de la vida
propias a su evolución.

Esta nueva forma de entender la Familia provocó el desplazamiento de una


visión INTRAPSÍQUICA a un abordaje complejo, donde se hizo necesario
incluir otros elementos hasta entonces ignorados, lo que desembocó en una
revolución epistemológica y conceptual, facilitando la visión de fenómenos
nuevos que, por otra parte, siempre estuvieron ahí y habían pasado
inadvertidos a los ojos de los clínicos y los intervinientes sociales

El enfoque sistémico es especialmente relevante cuando los conflictos


personales mantienen al individuo atrapado en su familia de origen, y le
impiden funcionar adecuadamente en su vida, o con su propia pareja o familia.

Mediante la Terapia Sistémica Constructivista, es posible profundizar en la


estructura y funciones del sistema familiar, con el fin de clarificar los conflictos
conscientes e inconscientes que existen entre todos sus miembros. Lo ideal
sería que en este tipo de abordaje terapéutico participaran todos los miembros
del sistema familiar, ya que la información está repartida entre todos ellos. Esto
es especialmente necesario en el caso de las patologías severas. Pero no
siempre es posible, por diversas causas: negación a colaborar, fallecimiento,
etc.

Si no participan todos, los resultados serán incompletos. Pero esto, siendo un


inconveniente, no es un obstáculo que impida que uno o varios miembros de la
familia puedan abordar la dinámica familiar desde la perspectiva sistémica y
beneficiarse de ello.

El abordaje sistémico suele ser muy revelador y muy sanador. La indagación


colectiva permite esclarecer el entramado de relaciones familiares conflictivas y
disfuncionales que dan lugar a una desestructuración del sistema. Este es el
contexto en el que surgen y se mantienen muchos de los conflictos personales
y, en los casos más complejos, las patologías idénticas e incluso las patologías
severas. Comprender el origen y la función que el mantenimiento de una
determinada dinámica familiar está teniendo para el conjunto del sistema,
facilita restituir relaciones enquistadas y encontrar nuevas formas de
funcionamiento, que resulten más saludables para todos.

El abordaje sistémico enriquece y aclara el origen de muchos de los conflictos


emocionales. Algunos de ellos pueden proceder de situaciones que, aun siendo
conflictivas o traumáticas, se han considerado una forma de funcionamiento
normal dentro del ámbito familiar. Por ejemplo, si en la familia se ha vivido en
un clima de violencia y ésta se ha banalizado, asumiéndose como algo normal,
es muy probable que luego los hijos maltraten o reciban trato violento, sin ser
muy conscientes de ello.

Abordar la historia familiar desde el enfoque sistémico, puede allanar el camino


de la terapia individual.

Cuando alguien está atrapado en los conflictos familiares del pasado, la


Terapia Sistémica le permite descubrir los finos hilos que aún le mantienen
unido a conflictos de los que él, en realidad, ya no forma parte.

Cuando consiga cortarlos, y liberarse de ellos, podrá hacerse cargo de las


consecuencias que esas vivencias han tenido para él, e intentar resolverlas e
integrarlas, mediante la terapia individual.

El pasado nunca se puede cambiar. Pero el pasado no resuelto aún continúa


activo en cada momento del presente.

Lo importante no es lo que nos hicieron en el pasado, sino lo que nosotros


hacemos, en el presente, con aquello que nos hicieron en el pasado.

Cuando abordamos un problema del presente, que tiene alguna relación con
hechos del pasado, estamos liberándonos poco a poco de sus consecuencias.

Con perseverancia, llegará un momento en que podamos mirar de frente al


conflicto original del pasado y podamos poner más conciencia en lo que
realmente sucedió, para sanar las heridas y continuar avanzando, libres de esa
pesada carga
En la Terapia Sistémica, el cliente no son las personas individuales, sino el
grupo: la familia o la pareja. Cada miembro del sistema familiar ocupa un lugar
determinado en él y cumple unas funciones y responsabilidades específicas.

La Terapia Familiar Sistémica permite descubrir y clarificar las alteraciones de


la estructura familiar o de las vías de comunicación en la familia.

También las repercusiones que eso está teniendo sobre cada uno de sus
miembros.

La puesta en común de los diferentes puntos de vista, permite que afloren


nuevos matices de hechos traumáticos, relaciones conflictivas, instigaciones,
alteraciones estructurales, la posible existencia de secretos familiares, etc.

En la terapia con adolescentes, el enfoque sistémico permite abordar cómo


está asumiendo la familia el proceso de individuación de los hijos, y cómo está
llevándolo a cabo el propio adolescente.

Cuando la familia no ha conseguido transmitir una identidad familiar positiva, y


el adolescente no se siente apoyado por ellos, el proceso de individuación se
complica.

La falta de referencias familiares válidas, puede desorientar al adolescente a la


hora de buscar su identidad fuera del entorno familiar, pudiéndole llevar a
asumir riesgos innecesarios.

En los conflictos de pareja, la Terapia Sistémica permite revisar los respectivos


procesos de individuación, la estructura y funcionamiento de las familias de
origen, la solidez con que se ha construido la estructura de la pareja, y cómo se
han establecido las relaciones con el exterior, especialmente con las familias
de origen.

Todo ello configura un escenario en el que se puede contextualizar el conflicto


de la pareja y, de este modo, descubrir el origen profundo de los problemas.

Toda nueva epistemología precisa de un nuevo lenguaje.

Este nuevo lenguaje no es tanto la introducción de neologismos sino la


reformulación de los conceptos que hasta entonces se daban por válidos.
La principal aportación de la Terapia Sistémica Constructivista fue una
epistemología revolucionaria que nos obligó a los psicólogos a reflexionar
sobre la manera en que hacemos una reflexión, es decir, la reflexión sobre
cómo pensamos lo que pensamos.

Critica personal

En mi opinión, según el constructivismo los seres humanos son los


responsables del significado que le den a sus vidas y, esencialmente,
construyen sus propias realidades.

Por este motivo en los diversos enfoques psicoterapéuticos que caen bajo el
paraguas del constructivismo, el cliente es visto como un participante activo
que crea y determina su propio camino en la vida.

El pensamiento constructivo se diferencia así de otras teorías que ven la


realidad como algo fijo que debe ser descubierto por los clientes.

El constructivismo propone poner más conciencia en la dinámica familiar,


permite que todos sus miembros armonicen su visión acerca de la estructura y
funcionamiento de la familia, expresen los temores y creencias que subyacen a
su comportamiento, y hagan explícito lo que cada uno pretende comunicar a
los demás por medio de sus acciones, a veces perjudiciales para él mismo o
para los demás.

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