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Grandes Mentiras y Verdades a Medias: Subjetividad y Distorsión de la Historia

Grandes Mentiras y Verdades a Medias:


Subjetividad y Distorsión de la Historia

Clara Irene Armendáriz Armendáriz*

E novelas
n este trabajo se analizan dos
que tratan episodios
no ser digno de confianza: afirma
algo de manera contundente, y acto
no fuera porque he sido
vilipendiado, vituperado y
específicos enclavados, uno de seguido se contradice sin el menor condenado al ostracismo, y
ellos, dentro de la Revolución pudor. En Columbus, en cambio, la menos a intitularlas Los
Mexicana y el otro, unos años más narración del relato es de tipo relámpagos de agosto (título
tarde. Las novelas que se estudian confesional. El narrador Treviño le que me parece verdade-
son Los relámpagos de agosto de Jorge cuenta su aventura militar con Villa ramente soez). El único
Ibargüengoitia y Columbus de a un supuesto interlocutor perio- responsable del libro y del
Ignacio Solares, donde se señalan dista, al cual nunca se le oye título es Jorge Ibargüen-
las estrategias narrativas emple- pronunciar una sola palabra. El goitia, un individuo que se
adas por los autores para el logro lector puede imaginarse incluso dice escritor mexicano.(2)
de la desmitificación de la historia que Treviño, en voz alta, se confiesa
Las dos características antes
oficial y, en este caso específico, del consigo mismo de sus actos, ya que
descritas de no confiabilidad del
gran movimiento revolucionario. muchas veces mezcla los planos
narrador y de metaficción, se ven
Aquí se destacan algunas tácticas del sueño, de la conciencia culposa,
reflejadas en la cita. El narrador
narrativas que en conjunto contri- del estado febril y de embriaguez
primero asegura, implícitamente,
buyen significativamente a la con el plano de la realidad que
que él escribió las memorias cuando
consecución del mencionado fin. relata. Esta circunstancia hace que
dice “Nunca me hubiera atrevido a
Éstas son: la escasa o nula confia- el lector nunca pueda estar seguro
escribir (...)” e inmediatamente
bilidad de los narradores, la de que exista un auténtico dialo-
después se deslinda de todo
metaficción, la subjetividad de la gador, de la naturaleza de éste, o de
compromiso, al responsabilizar de
historia y la distorsión consciente que lo que cuenta sea la verdad de
todo a Jorge Ibargüengoitia, con lo
de ésta. Todas ellas percibidas por los hechos. Por tanto, y aun cuando
que se advierte su calidad de no
Seymour Menton como caracte- los narradores son completamente
fiable. Por otro lado, con la última
rísticas de la nueva novela histórica. diferentes, ninguno de los dos
aseveración, el autor utiliza la
ofrece una total confiabilidad, y esta
La primera estrategia narrativa estrategia de la metaficción, puesto
situación propicia o contiene en sí
que se hace evidente al lector de Los que, según la definición de
misma el potencial desmitificador
relámpagos de agosto (LRA) y de Brushwood, hay una conciencia de
de la gesta revolucionaria.
Columbus, es precisamente la de narrar. Como dice Ballart, basta que
sus narradores poco confiables, Aunada a la estrategia de la poca el texto invoque la presencia de su
aunque cada uno de ellos lo fiabilidad de los narradores, apa- autor real o que éste se nombre a sí
demuestra de muy distinta manera. rece la metaficción o conciencia de mismo como sujeto de existencia
El general Arroyo de LRA cuenta narrar, según Brushwood; la ficción verdadera, para que haya contraste
en primera persona sus memorias, que habla de la ficción de acuerdo entre la realidad y la ficción. Ballart
según dice, para “deshacer algunos con Lodge o, según Ballart, la se refiere a la metaficción con el
malentendidos, confundir a algu- anécdota inventada que menciona, nombre de ironía de contraste entre
nos calumniadores, y poner los dentro de ella misma, algún el texto y su contexto comunicativo
puntos sobre las íes. . .”(1) Su relato elemento de la realidad, con lo que porque, después de todo, la meta-
desorienta al lector, en tanto que en se señala la calidad fingida de la ficción es un tipo de ironía. El pasaje,
muchas ocasiones da muestras de obra. Esta última peculiaridad de en sí mismo, no encierra aún ningún
hacer resaltar la naturaleza inven- tipo de descalificación respecto a la
tada de la novela se percibe de Revolución. Sin embargo, sí le
*Doctora en Filología por la Uni- inmediato en LRA, en el “Prólogo” anticipa al lector que la historia
versidad Complutense de Madrid, del libro. Allí el general Arroyo le
España. Profesora-Investigadora de la
advierte al lector:
Sección de Estudios de Posgrado e (1) Ibarguengoitia, Jorge Los relámpagos de agosto,
Investigación de la UPIICSA. Correo Nunca me hubiera atrevido México, Joaquín Mortiz, 1998.
electrónico: carmendariz@ipn.mx. a escribir estas Memorias si (2) Ibid.

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que está a punto de comenzar es motivados por la baja pasión de la medias verdades, trata de eludir su
ficticia, por lo que no debe esperar venganza, y el movimiento armado responsabilidad en los desmanes
un apego irrestricto a los hechos se ve disminuido, toda vez que éste en que se ve envuelto. Sin embargo,
históricos a los que ésta hace sólo sirve de pretexto para el la Revolución recibe una buena
referencia. desahogo personal de frustra- dosis de descalificación con esta
ciones, rabias y rencores añejos. escena, toda vez que describe
Columbus, por su parte, da inicio
puntualmente una manera carac-
in medias res a una conversación En otro pasaje metafictivo de
terística del proceder de algunos
entre el narrador y su interlocutor. LRA, el narrador no fiable Arroyo
revolucionarios triunfantes que
En la conversación aquél expone relata cómo celebra su inminente
detentan el poder o que están cerca
su razón principal para haberse nombramiento de Secretario Parti-
de él. El movimiento revolucionario
unido a Villa en el ataque a cular del Presidente Electo Marcos
no es capaz de terminar con ciertas
Columbus, Nuevo México: “joder González:
prácticas y excesos en los que siguen
a los gringos”. Está claro que no
Volviendo al hilo de mi incurriendo algunas capas de la
existe en él una convicción pro-
narración, diré pues, que sociedad. En pocas palabras, el mito
funda de orientación política o
festejé el nombramiento, de que la Revolución Mexicana
social, sino que es solamente el
aunque no con los desór- acabaría con los abusos y las
deseo de venganza del ciudadano
denes que después se me arbitrariedades en todos sentidos,
fronterizo por las afrentas recibidas.
atribuyeron. Eso sí la cham- queda desmentido rotundamente.
Después de la abrupta confesión, el
paña ha sido siempre una de
narrador le propone a su inter- La novela Columbus es toda ella
mis debilidades, y no faltó
locutor “pistear” (beber licor), para una metaficción, una narración
en esa ocasión; pero si el
dar inicio al relato de los porme- consciente de sí misma hecha de
diputado Solís balaceó al
nores de su gran aventura. De este manera oral, con una estructura
coronel Medina fue por una
modo, desde el principio se esta- circular, puesto que la novela
cuestión de celos a la que yo
blecen tres cosas: la primera es que termina exactamente con las mis-
soy ajeno, y si la señorita
el hecho de haber seguido a Villa mas palabras que comienza. Desde
Eulalia Arozamena saltó por
no corresponde a ningún tipo de el principio el narrador Treviño se
la ventana desnuda, no fue
ideología; la segunda, que la dirige a su interlocutor en los
porque yo la empujara, que
narración de los hechos se inicia al términos de “pisteamos (bebemos)
más bien estaba tratando de
calor de las copas y, la tercera, que un rato y te cuento”, por lo que
detenerla. De cualquier
existe la plena conciencia del desde entonces, la narración es un
manera, ni el coronel Me-
narrador de estar dando inicio al acto consciente de contar una
dina, ni la señorita Aroza-
relato de una historia. En este pasaje historia. En esta novela, a diferencia
mena perdieron la vida, así
inicial se vislumbra un atisbo de de la de Ibargüengoitia, el narrador
que la cosa se reduce a un
desmitificación de la Revolución no hace una referencia constante al
chisme sin importancia de
Mexicana, en cuanto que al prota- hecho de tener plena conciencia de
los que he sido objeto y
gonista-narrador de Columbus no su relato, aunque sí lo tiene. En
víctima toda mi vida, debido
le importan los motivos populares cambio, menciona frecuentemente
a la envidia que causan mis
del movimiento, y sólo se une a él el hecho de estar ingiriendo bebidas
modales distinguidos y mi
para satisfacer un deseo personal alcohólicas. De cualquier modo, la
refinada educación.(3)
de venganza. Por otra parte, el Revolución queda igualmente
asalto a Columbus obedece también En primer término se aprecia la desmitificada por la utilización de
a un ajuste de cuentas de Villa con conciencia de narrar del general estrategias narrativas como la de
los norteamericanos. A pesar de Arroyo quien intenta, infruc- no confiabilidad del narrador, la
esto, y de que el ataque tiene lugar tuosamente, clarificar los hechos distorsión consciente y la subje-
fuera del territorio mexicano, el acaecidos durante el festejo por su tividad de la historia.
hecho se encuentra estrechamente próximo nombramiento. Arroyo,
Uno de los pasajes en Columbus
relacionado con la contienda de acuerdo con su característica
se presenta de la siguiente manera:
revolucionaria en México. En otras infidelidad a su palabra, niega que
palabras, dentro de la novela, ni en el festejo haya habido desór- ¿Otro chorrito? Bajo jura-
Treviño como soldado raso, ni Villa denes y, al negarlos, los describe mento que este Jack Daniel’s
como dirigente de una columna con bastante precisión: el correr de no provoca cruda, puedes
militar, actúan en el episodio la champaña, una balacera entre beber cuanto quieras (...)
Columbus pensando en un bene- un político y un militar, y un posible
ficio colectivo para los mexicanos. intento de violación por su parte. (3) Ibargüengoitia, Jorge. Los relámpagos de agosto,
Por el contrario, los dos obran Arroyo, finalmente, con mentiras o op. cit. p. 13.

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Claro que me acuerdo de tu corresponde al acontecimiento real después de todo, estaban de


padre (...) Salud, amigo mío. del asesinato del Presidente Electo acuerdo con los elevados
Por tu padre, cómo no (...) Álvaro Obregón. De modo que postulados de la Revolución
Aquel Juaritos sí que era Marcos González, el Presidente Mexicana.(6)
entrañable, aunque te doliera Electo en la novela que muere de
El pasaje es claramente una
el alma verlo en manos de apoplejía, corresponde en la rea-
distorsión consciente de la historia
los gringos. Por eso lo empe- lidad al personaje histórico Álvaro
por lo absurdo de la escena, toda
zaron a llamar La Babilonia Obregón. De este modo, el autor
vez que presenta al grupo de
pocha o el dump de los norte- está distorsionando consciente-
militares y políticos en un ambiente
americanos. Y no sólo por mente la historia y al hacerlo, cuenta
festivo y frívolo, donde se supone
las diversiones que se abrían grandes mentiras y dice algunas
debe haber pesar y seriedad por el
para ellos (...) sino por la medias verdades. Un ejemplo de lo
fallecimiento de su compañero y
Revolución misma. La Revo- anterior es el episodio en el que un
amigo el general González. La
lución también les divertía y grupo de políticos y militares se
técnica narrativa empleada resulta
les parecía folclórica (...) Los reúnen en el velorio del general
bastante efectiva, porque el autor
paseños se amontonaban en González, según dice el narrador
logra mostrar ampliamente el
las riberas del Río Bravo para Arroyo, “para saborear las últimas
cinismo, la arbitrariedad y el grado
observar las batallas lo más botellas de aquel delicioso cognac
de corrupción a la que estos
cerca posible, aun con riesgo que fuera tan apreciado por el
militares y políticos son capaces de
de su propia vida (...) Y, General González”.5 Ésta es una
llegar con tal de conseguir sus fines.
bueno, una compañía de verdad a medias, en cuanto a que
De esta manera, el autor lleva a
bienes raíces de El Paso es cierto que se beben el cognac. Sin
cabo la desmitificación de la
promocionaba (sic) sus terre- embargo, la verdadera razón de la
Revolución Mexicana porque pone
nos en venta como fuera de la reunión es aún más vergonzosa:
de manifiesto que aun después del
zona de peligro y al mismo tramar una estrategia que les
movimiento armado, las elecciones
tiempo con una excelente vista permita conservar las prebendas
no son limpias, y que el grupo en
del Juárez revolucionario.(4) que habrían tenido, de haber
cuestión sólo lo utiliza como
llegado el ahora fallecido a la
La Revolución resulta desa- pretexto y como escudo para
Presidencia. De cualquier modo,
cralizada en este pasaje porque se perpetrar sus fechorías.
ya sea para beberse el cognac del
habla de ella con gran ligereza. El
muerto, o para planear un futuro En Columbus ocurre algo seme-
narrador, que no es del todo
ventajoso para ellos en la casa de jante en cuanto a la alteración
confiable, habla de que aquélla es
aquél en el día de su velorio, deja consciente de la historia en la
considerada por los norteame-
entrever claramente la calidad narración de Treviño, su prota-
ricanos como una atracción turís-
moral del grupo. De hecho, allí gonista. Los lectores están adver-
tica, como un espectáculo diferente
mismo llegan a un acuerdo que, si tidos de que aquél no siempre
digno de ser visto, y como un
se llega a cumplir, todos salen cuenta el asalto a Columbus de la
atractivo señuelo para la comer-
beneficiados, según les dice Juan misma manera, sino que el relato
cialización de algunos bienes. Aquí
Valdivia, su candidato a la Presi- es subjetivo porque éste depende
se entremezclan las tácticas narra-
dencia: del estado anímico, de la sobriedad
tivas, puesto que al no ser confiable
o de la embriaguez del personaje
el narrador, éste muy bien puede Basta con arreglar con Vidal
que narra. El propio Treviño hace
distorsionar los hechos exage- Sánchez un interinato para
referencia a esta característica de
rándolos. Asimismo, al estar Artajo, quien a su vez arre-
su narración y explica sus razones:
bebiendo el narrador mientras glará una elección con ma-
relata, el alcohol puede cambiarle yoría aplastante para un [Y]o sólo participé en una
el estado de ánimo y con él la servidor de ustedes. (batalla): la invasión a Co-
percepción de sus recuerdos, con lumbus, y aquí me tienes,
Otra vez hubo aplausos.
lo cual hace subjetiva la historia viviendo y bebiendo de
Todos estuvimos de com-
que le llega tanto al supuesto contarla una y otra vez,
pleto acuerdo y quedamos
interlocutor, como al propio lector. enriqueciéndola y enrique-
de vernos al día siguiente en
La distorsión consciente de los el restaurante del Paraíso
hechos, según Menton, se da con Terrenal, para comer juntos (4) Solares, Ignacio, Columbus, México,
Alfaguara, 2da. reimpresión agosto 1997, p.
bastante frecuencia en las nuevas y decidir las medidas que 26.
novelas históricas, y LRA no escapa tomaríamos para obligar a (5) Ibargüengoitia, Jorge, Los relámpagos de agosto,
a esta práctica. La narración de los Vidal Sánchez a acceder a ed. cit. pp. 21-22.
(6) Ibid. p. 25
hechos retrocede a 1928, año que nuestras exigencias, que

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ciéndome, repujándola con virtud de que Treviño, en su afán cuanto encontráramos a


nuevas anécdotas, engran- por sentirse importante, inventa nuesto paso (...) De un lado
deciéndola hasta lo heroico detalles espectaculares para que de esa calle principal, apenas
para atraer más y más clien- éstos le den brillo y realce a su a la entrada, estaba, en efecto,
tes a este mugroso bar—que existencia. Con este elemento el cuartel con sus quinientos
además se llama Los Do- agregado se confirma, una vez más, soldados dormidos: el XIII
rados—,demostración pal- su calidad de narrador no confiable. Regimiento de Caballería de
pable de que cuanto he Paradójicamente, al hacer el narra- Estados Unidos (...) Del otro
intentado de trascendente y dor un mito del asalto a Columbus lado de la calle, quién podía
superior en mi vida se me con alteraciones conscientes o adivinarlo en la oscuridad,
queda en las manos, deján- inconscientes, se desmitifica a la estaban los establos. Pablo
dome sólo una fina e inútil Revolución en su conjunto. Este López nos dijo: al primer
lluvia de polillas muertas.(7) efecto se logra al darse cuenta el disparo que suelte, todos al
lector de que, igual que sucede con galope, al grito de “¡Viva
El narrador expresa abierta-
la historia de Treviño, seguramente México! ¡Mueran los grin-
mente la deformación consciente
la narración del movimiento revo- gos!”, y a acabar con ellos
que hace del relato al agregarle
lucionario también sufre modifi- muchachos, que no quede
detalles gloriosos que en realidad
caciones y, muy probablemente, uno vivo, señalando ense-
no sucedieron, pero que lo hace
éste no sea ni tan glorioso, ni tan guida, para su desgracia, el
aparecer más heroico e interesante.
excelso como se lo han enseñado. lado equivocado de la calle.
De ahí que la nueva novela histórica
Este pasaje novelado es un ejemplo Fue un volado y lo perdimos,
plantee que la historia siempre es
palpable de cómo la historia oficial, como nos ha pasado tantas
subjetiva, toda vez que cada
en la realidad, hace mitos de veces en la historia de Mé-
persona que la cuenta le agrega
personajes y de episodios históricos xico. ¿Qué hubiera sucedido
algo de sí misma. Por este motivo,
al transformarlos en seres y eventos si Pablo López atina?(8)
el lector comprende que la versión
extraordinariamente heroicos y
de Treviño en el texto, es solamente Con los antecedentes de no
sobresalientes. Cierto es que el
una de tantas otras que cuenta a lo confiabilidad del narrador es difícil
incidente Columbus no es en sí la
largo del tiempo y, de ninguna precisar si en esta ocasión éste relata
Revolución Mexicana, pero es un
manera, la versión real y fidedigna la verdad de los hechos o si, por el
evento que tiene lugar durante y
del ataque a Columbus. En este contrario, esta historia es otra gran
por causa del gran movimiento
pasaje el narrador habla de algunas mentira o una verdad a medias. Lo
armado y, por extensión o asocia-
de las técnicas narrativas que el que sí queda claro es que en este
ción, la descalificación de uno le
autor emplea para el logro de la relato, Los Dorados entran a
afecta al otro.
descalificación de la gesta revolu- Columbus a ciegas, arriesgando
cionaria a través de él. Menciona la Es justo mencionar, por otro todo y dejándole toda la respon-
distorsión consciente de la historia, lado, que Treviño dice agregarle sabilidad de triunfo o de derrota al
y pone de manifiesto la subjetividad elementos gloriosos a su relato para azar. El resultado final de la
de ésta al hacer referencia a que él atraer más clientes a su bar. No contienda: diecisiete norteame-
siempre bebe cuando la cuenta. Por obstante, esos momentos grandio- ricanos muertos, la mayoría de ellos
tanto, el lector deduce que si el sos no aparecen narrados en el texto civiles, frente a más de cien muertos
narrador llega a la embriaguez, éste cuando se describe el ataque a y muchos heridos del lado mexi-
puede también tergiversar la Columbus. Contrariamente a lo que cano. El pasaje sirve, de nuevo, para
narración de manera inconsciente puede suponerse, la reseña o el descalificar no sólo la aventura
al decir una cosa por otra o recordar recuerdo de Treviño que se trans- villista en Nuevo México, sino que,
algo equivocadamente. Además, el cribe en la novela, habla de una junto con ella, se rebaja también al
autor insinúa que el relato del que aventura villista bastante desa- gran movimiento armado en Mé-
habla Treviño sería modificado de fortunada y desventajosa para el xico. Lo acontecido en Columbus
cualquier modo, aun cuando el bando mexicano: es, de cierta manera, una muestra
narrador no lo alterara a propósito, en pequeño de la desorganización
La ciudad de Columbus es
y aunque éste fuera abstemio. La del ejército que la Revolución
muy pequeña y en forma de
razón es que existe un factor Mexicana padece en grande.
chorizo—con todos sus edi-
adicional: su estado emocional de
ficios importantes en la Este trabajo muestra la desca-
frustración por no haber logrado
misma avenida, la lificación o desmitificación de la
trascender en la vida. Esta circuns-
Bondary—, así que la estra-
tancia inclina aún más la balanza
tegia era, literalmente, ba- (7) Solares, Ignacio, op. cit. pp. 33-34.
hacia la adulteración del relato, en (8) Solares, Ignacio, op. cit. pp. 171-172.
rrerla, destruyendo todo

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Revolución Mexicana, a través de metaficción o conciencia de narrar, generalmente, por exageraciones


algunas técnicas o estrategias que frecuentemente marca la del narrador. Estas estrategias
narrativas que los autores emplean diferencia entre la realidad y la actúan en conjunto entreverándose,
en las dos novelas analizadas. ficción; la subjetividad de la historia fortaleciéndose las unas a las otras,
Ambos utilizan la no confiabilidad que siempre ocurre y que depende inventando grandes mentiras y
de los narradores, estrategia que le mucho de quién y de cómo la cuenta contando verdades a medias.
impide al lector tener la certeza de y, finalmente, la distorsión cons-
que es verdad lo que cuentan; la ciente de la historia provocada,

Bibliografía
Ballart, Pere, Eironeia: La figuración irónica en el discurso literario moderno, Barcelona, Quaderns Crema, 1994.
Brushwood, John S., La novela mexicana (1967-1982), México, Grijalbo, 1985.
Ibargüengoitia, Jorge, Los relámpagos de agosto, México, Joaquín Mortiz, 1998.
Lodge, David, El arte de la ficción, Barcelona, Ediciones Península, 3ra. Edición, 1999.
Menton, Seymour, La nueva novela histórica de la América Latina, 1979-1992, México, Fondo de Cultura Económica,
1993.
Solares, Ignacio, Columbus, México, Alfaguara, 2da. Reimpresión, 1997.

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