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FUNCION EXPRESIVA

La función expresiva, también denominada función emotiva o función sintomática,


suele identificarse con el factor de la comunicación emisor. Con frecuencia lleva
su verbo en primera persona, aunque no siempre (por ejemplo: ¡Qué bonito es el
Mediterráneo!) y su significado suele revelar o desahogar un sentimiento físico
(¡Ay!) o psíquico (¡Maldita sea la economía de este país!) del emisor del mensaje.

Es bueno aclarar que la expresividad no se da aparte de lo representativo, sino


que es una función del lenguaje que permite una proyección del sujeto de
la enunciación pero con base en una representatividad. Así, en expresiones
corrientes como esa mujer me fascina o ¡qué mañana tan hermosa!, predomina,
sin duda, la función expresiva, pero con un soporte de representación simbólica
dado por la alusión a unos referentes.

Para concluir, observemos que la función expresiva o emotiva se manifiesta


gracias a los significados afectivos o connotativos que se establecen sobre la base
de los significados denotativos: cuando hablamos, expresamos nuestro estado de
ánimo, nuestras actitudes o nuestra pertenencia a un grupo social, damos
información sobre nosotros mismos, exteriorizamos síntomas, aunque no
tengamos siempre plena conciencia de ello.

El emisor se comunica para transmitir la información centrada objetivamente en la


realidad exterior referente a las ideas que tiene sobre ella. Permite comunicar a
otros estados de ánimo, las emociones. De ella emana el archigénero literario
lírico o poético.

La función expresiva, llamada también función emotiva o sintomática, es un tipo de


función del lenguaje que se emplea con el propósito de comunicar a un receptor
los estados de ánimo (sentimientos, emociones) del emisor.

El emisor, en este caso, ejerce un papel preponderante en el ejercicio de la


comunicación, toda vez que se vuelve referencia del enunciado.

La función expresiva o función emotiva suele manifestarse o verbalizarse


mediante el uso de la primera persona del singular, aunque no exclusivamente.
Como ejemplo de esta excepción veamos la frase: “¡Qué hermoso es el cielo!”.

EJEMPLOS

¡Al fin! ...

¡Me duele el estómago!

¡Hoy me siento contenta!


Te extraño.

¡Qué pena que el equipo haya perdido! ...

¡Ay!

FUNCION POETICA

La función poética del lenguaje, conocida también como función estética, ocurre
cuando el discurso tiene un propósito estético, de modo que las formas de
enunciación adquieren un alto grado de importancia. Es una de las funciones del
lenguaje identificadas por Roman Jackobson.

Esto significa que el centro de la función poética está en la forma del mensaje que,
más que privar sobre el contenido, le imprime mayor significación y contundencia.

Son propias de la función poética las diversas formas de la literatura: la novela,


el cuento, la poesía, las fábulas, entre muchas otras. Sin embargo, la función
poética no es solo reconocible en la literatura escrita o consagrada al nivel
académico.

Las formas populares del discurso, enmarcadas dentro de determinadas


tradiciones estéticas y culturales, también expresan una función poética. Podemos
citar el caso de los refranes populares, las leyendas populares, los trabalenguas,
las adivinanzas y juegos de palabras.

De esto se desprende que dentro de la función poética, lo estético incluye también


elementos lúdicos que promueven el goce del lenguaje.

El elemento central es la forma del mensaje, ya que un mismo mensaje (con el


mismo contenido) puede comunicarse de diversas formas, recurriendo a diferentes
palabras, expresiones y entonaciones. Esta función es muy utilizada en
literatura: refranes, rimas, poemas, textos dramáticos, canciones, entre otros.
Da poder al discurso

Si algo busca la función poética del lenguaje, es elevar y potencial el mensaje que
se desea transmitir. No se trata solo de embellecer el discurso, sino de darle
cualidades que permitan que quienes escuchan queden impactados con lo que se
dice.

No se sujeta a un solo género literario

Esta cualidad de la función poética indica que esta se puede aplicar a cualquier
género literario, no se limita a ninguno en particular. Por lo cual podemos verlo
aplicado no solo en la poesía, sino también en la novela, en el cuento, en el
ensayo, y en cada forma literaria con sus subdivisiones de forma natural y
siguiendo la personalidad de cada autor.

EJEMPLOS

En casa de herrero cuchillo de palo.

Caminaba muy tranquilo,


Cuando me encontré a un amigo,
Él tomaba un té de tilo
Y yo escapaba de un castigo.

Pablito clavo un clavito, ¿Qué clavito clavó Pablito?

Miraba tranquilo a los peces nadar


Escuchaba en paz los pájaros cantar
Sentía en calma al viento soplar
Pensaba sin prisa en ella al andar.

En casa de herrero cuchillo de palo.

Al que madruga Dios lo ayuda.

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