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El papel del Espíritu Santo en la descontaminación el corazón

Basado en: Lo que contamina al hombre-Mateo 15.1-20 (también en Mr. 7.1-23)


La palabra contaminación se refiere a alterar nocivamente la naturaleza de algo.
Hermanos, existen muchos ejemplos de contaminación, pero hay uno que es el más
mortífero, y este es el pecado. En una persona que no es cristiana contaminarse con el
pecado lo contamina más. El hombre por esencia es pecador (Romanos 3:10 dice: no hay
justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios) y si sigue
contaminándose su naturaleza pecaminosa empeora y, lo más grave, continúa siendo
rechazado por Dios. En una persona que si es cristiana el pecado contamina su vida
espiritual, hace contristar al Espíritu Santo (Efesios 4:30 dice: y no contristéis al Espíritu
Santo). Detiene su crecimiento Espiritual. No lo aparta de Dios, porque Dios le ha dado
vida eterna por medio de Cristo Jesús (1 Juan 5:11) y porque el cristiano anda bajo el
Espíritu Santo y está haciendo morir las obras de la carne, es decir, se arrepiente, corrige
sus equivocaciones con la ayuda del Espíritu de Jesucristo y continúa obedeciendo a
nuestro Señor Jesucristo (Mateo 7:24 dice: cualquiera pues que oye las palabras de
nuestro Cristo , y las hace, será comparado como un hombre prudente, que edificó su casa
sobre la roca. En ambos casos las consecuencias de contaminarte con el pecado no son
buenas. Entonces, ¿en dónde se origina el pecado, el cual contamina al hombre? En el
corazón. Vamos a definir “corazón” según la Biblia, para ello vallamos a Efesios 4:23,
este pasaje indica que aquella persona que ha puesto su fe en Jesucristo vive renovando
el Espíritu de su mente. Entonces corazón tiene que ver con nuestra mente, con los
pensamientos más profundos. Romanos 12:2 da la misma idea dice: transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento. El pecado contamina tu corazón, el
espíritu de tu mente, y si no eres cristiano el no limpiar tú corazón no te va a permitir ver
a Dios. Hermanos el Señor Jesucristo en Mateo 15:1-20 nos enseña que la contaminación
del hombre ocurre en el corazón y el quiere que no ocupemos en descontaminar nuestro
corazón.
1. Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo:
2 ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se
lavan las manos cuando comen pan.
3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento
de Dios por vuestra tradición?
4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga
al padre o a la madre, muera irremisiblemente.
5 Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda
a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,
6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento
de Dios por vuestra tradición.
Después el Señor Jesucristo caminó sobre las aguas llegó a Genesaret, allí mucha gente
vino para que sea sanada con solo tocar su manto. Durante su estancia en Genesaret, se
acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos para preguntarle por qué sus discípulos no se
lavaban las manos antes de comer, según la tradición que los primeros escribas y fariseos
habían establecido. En el contexto actual, es parte de la higiene lavarse las manos antes
de comer, y la pregunta que hacían los escribas y fariseos no indicaba que los discípulos
no eran higiénicos. El problema de la pregunta de los fariseos y escribas era con el por
qué debían lavarse las manos antes de comer: ellos creían que el lavamiento de manos
antes de cada comida santificaba su vida. Por ejemplo, si un fariseo saludaba a un gentil,
o si el fariseo tocaba algún objeto del gentil, según ellos sus manos quedaban impuras y
si comían algo con esas manos impuras contaminaban sus vidas, por lo tanto, para
descontaminarte lavarte las manos eliminaba las impurezas de tus manos y evitaban la
contaminación de tu vida. Además, ellos creían que lavarse las manos antes de comer era
similar a los órdenes que Dios daba, por ejemplo, en Levítico 16:23 en adelante, Dios
establece que los sacerdotes se debían bañar antes de hacer la expiación de pecados del
pueblo judío. Por lo tanto, quebrantar el lavamiento de manos era tan malo como
quebrantar los 10 mandamientos. Claramente esta era una tradición que no tenía
fundamento bíblico, que estaba alejada de la gracia y la fe que enseña la palabra de Dios.
Estas doctrinas estaban alejadas de la gracia, porque no hay nada que nosotros podamos
hacer para santificar nuestras vidas, él único que santifica tu vida y te ayuda a vivir en
Santificación es nuestro Dios.
Hermanos, Proverbios 16:25 dice: Hay camino que parece derecho al hombre, pero
su fin es camino de muerte. Y poner una ley una humana por encima de la ley de
Dios es camino de muerte.
Además, en el versículo 4 al 6 el Señor Jesucristo muestra como uno de los mandamientos
de Dios quedaba invalidado por una tradición de hombres. Dios había establecido un
mandamiento: Honra a tu padre y madre (Éxodo 20:12 y Colosenses 3:20) y parte de la
honra es proveer para sus necesidades cuando el padre o madre lo necesite, en Éxodo
21:17 se muestra el castigo para el que hace lo contrario: el que maldice a su padre o
madre muera irremisiblemente. Pero ¿en qué estaban fallando estos falsos maestros? Ellos
habían establecido que un hijo quedaba desligado de ayudar a su padre económicamente,
cuando esta ayuda económica era dada como ofrenda a Dios. Es decir, el dinero no era
dado a su padre sino era dado como ofrenda a Dios. Los escribas y fariseos establecieron
esto porque ellos consideraban que una ofrenda a Dios era más importante que dar una
ofrenda a los hombres. Esa afirmación es correcta, pero los mandatos de Dios no se
contradicen y lo que estaban haciendo ellos es contradecir el cuarto mandamiento. Sin
duda, ellos habían establecido esto con otros fines: la codicia. La ofrenda que
supuestamente iban a dar a Dios no tenía fecha límite y ellos podían darlos cuando ellos
quieran e incluso hasta no la daban.
En Proverbios 21:2 dice: Todo camino del hombre es recto en su propia opinión, pero
Jehová pesa los corazones. Hermanos, Dios conocía las verdaderas intenciones de los
escribas y fariseos.
Sin duda en estos pasajes aprendemos una gran verdad:
Hermanos los mandatos humanos no pueden llegar a ser superiores a los mandatos de
Dios, no pueden estar por encima de la voluntad de Dios y de los principios bíblicos. Sin
duda esta es la razón por la que hoy en día existen muchas sectas en todo el mundo.
Además, aprendemos dos características de un corazón contaminado:
Primero, un corazón contaminado vive de acuerdo a sus propias reglas y no bajo los
mandatos de Dios. Segundo, un corazón contaminado aparenta obedecer los mandatos de
Dios, pero su corazón está lejos de Dios. Esto dice los siguientes versículos:
7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
El Señor Jesús cita Isaías 29:13 para describir la actitud de estos escribas y fariseos.
Aunque este versículo fue pronunciado por Isaías hace muchos años hacia el pueblo de
Israel, El Señor Jesucristo les dice que lo que Isaías dijo bien se aplica a ustedes, porque
de labios me honran y no de corazón, por lo tanto, no adoran genuinamente sino ven las
enseñanzas de Dios como mandamientos de hombres, que fácilmente pueden quebrantar,
pero Jesús los dijo claramente en vano me honran, es decir, esa adoración no sirve.
10. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended:
11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto
contamina al hombre.
A continuación, el Señor Jesucristo explica lo que verdaderamente contamina al hombre:
no lo que entra a la boca sino lo que sale de ella. Sin duda, estas palabras contradecían lo
que enseñaban los falsos maestros, el Señor Jesucristo estaba invalidando lo que
enseñaban los escribas y fariseos. La pregunta sería: ¿entendieron estas palabras los
fariseos? Veamos los siguientes versículos.
12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se
ofendieron cuando oyeron esta palabra?
13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será
desarraigada.
14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán
en el hoyo.
Al parecer entendieron a medias el mensaje, ya que se ofendieron al escuchar que lo que
entra a la boca no contamina la vida espiritual pero no preguntaron a qué se refería cuando
dijo que lo que sale de la boca si contamina al hombre. En sí no les importaba, en este
punto de la historia ellos seguramente ya se habían ido enojados para buscar otra ocasión
en confrontar las enseñanzas de Jesús. Por eso el Señor Jesús dice, dejadlos son ciegos
guías de ciegos, ambos caerán en el hoyo, serán aparatados de Dios porque esa doctrina
no la plantó Dios. Hermanos palabra de Dios es claro frente a esto en 1 Timoteo 6:20
Pablo le dice a Timoteo evita profanas pláticas, evita platicar con otro sobre doctrina que
no sirven para santificación. Además, en Romanos 9:18 dice al que quiere misericordia
Dios le da misericordia, pero el que quiere endurecer su corazón Dios le permite
endurecer su corazón.
A continuación, veremos la explicación de esta parábola.
15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.
16 Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento?
17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la
letrina?
18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios,
las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin
lavar no contamina al hombre.
Aparece el apóstol Pedro en la escena y le pide a Jesús la explicación de esta parábola.
Jesús seguramente enojado porque sus discípulos, a pesar de haber compartido con él
muchas de sus enseñanzas, como el Sermón del monte, donde Jesús menciona claramente
cómo se debe vivir, no entendieron el mensaje que les había dicho a los fariseos y escribas,
les explica a detalle todo el significado de sus palabras. Jesús les explica primeramente
que nada de lo que comen afectará sus vidas espirituales, lo que comen solo pasa por un
proceso metabólico y no te hacen más o menos santo. Seguidamente nuestro Señor
Jesucristo explica lo que verdaderamente contamina al hombre: lo que está en tu corazón,
si lo hay en tu corazón es pecado, esto se manifiesta y no solo indica que estas mal
espiritualmente, sino también afecta la vida de otros.
Hermanos lo que está en tu corazón te contamina, y que cosas puede haber en tú corazón:
los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los
falsos testimonios, las blasfemias, en Marcos 7 se detallan algunos más, las avaricias, las
maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia y la insensatez.
Por lo tanto, el pecado contamina tu corazón, es decir, el espíritu tu mente, y esta
contaminación se manifiesta de alguna u otra manera. Analicemos el siguiente ejemplo,
¿si vemos alguien robar, decimos que ha pecado? Sí, y decimos que su corazón está
contaminado. ¿Si vemos a alguien que no es un ladrón, pero en su mente quiere robar,
decimos que ha pecado? Sí, también ha pecado y de repente no manifestado, pero ya ha
tenido un mal pensamiento. Por lo tanto, el acto de robar solo es una muestra externa de
que ya se ha originado pecado. En ambos casos el pecado ya se originó en la mente, por
eso es que ambos serían declarados pecadores.
En el versículo 20 el Señor Jesucristo declara una vez más que es lo que contamina al
hombre, el pecado que se origina en tu mente, en una persona que es cristiana esto
alimenta su carne y detiene su crecimiento espiritual, en una que no es cristiana el pecado
alimenta su carne y le sigue apartando de Dios. Por el contrario, no obedecer una doctrina
de hombres no te contamina. Y esto seguro que si todas las personas entendieran esto no
habría sectas y sino más cristianos.
Pero, ¿cómo es que se empieza a originar el pecado en mi corazón, en el Espíritu de mi
mente? Para ello debemos entender que toda persona tiene una naturaleza pecaminosa,
pero cuando uno pone su fe en Cristo Jesús uno ya no vive según la carne, ya no vive
pensando y ocupándose en agradar a la carne, ya no vive practicando continuamente el
pecado, sino vive conforme al Espíritu Santo (Romanos 8). El cristiano vive haciendo
morir lo terrenal, Colosenses 3:5, vivimos despojándose del viejo hombre Efesios 3:22,
es decir, vive despojándose de esa naturaleza pecaminosa. Entonces, Colosenses 3 y
Efesios 3 dan la explicación de porque el cristiano aun peca: vive despojándose de su
vieja naturaleza, pero como aún no se ha despojado completamente, pero si está
despojándose continuamente, el diablo y el mundo utilizan todavía estos residuos de la
vieja naturaleza para hacerte pecar en tu corazón, para tentarte y para que tu caigas en él.
Hermanos el diablo utiliza tus sentidos para contaminar tu mente, para tentar a tu carne y
en consecuencia se origine el pecado en tu corazón.
Pero nosotros cada día que la tentación venga y quiera contaminar nuestro corazón
debemos creer que por medio de Jesucristo el Espíritu Santo vive en nuestro corazón, que
nos ha sellado hasta el día de nuestra redención (Efesios 4:30), él es el que nos da
testimonio que tenemos vida eterna (1 Juan 5:11) porque produce en nosotros un nuevo
querer como un nuevo hacer por su buena voluntad, cuando uno pone su fe en Jesucristo
el Espíritu Santo empieza a poner nuevos deseos en nuestro corazón, como leer su palabra
(Efesios 6:17), servirle y nos ayuda a obedecer lo que nos ordena su palabra. Filipenses
2:13.
Hermanos el Espíritu Santo utiliza nuestros sentidos para que nuestro cuerpo sea
luminoso, por el contrario, nuestra carne y el diablo lo utilizan para andar en tinieblas.
Lucas 11:34-36. Si es el Espíritu Santo, el Espíritu de nuestra mente está siendo renovado,
nuestro corazón esta siendo descontaminado, se está limpiando para vivir una vida que
de la honra y gloria a nuestro Dios.
Si andamos conforme al Espíritu Santo, el va a producir el querer como el hacer por
su buena voluntad, él va renovar el Espíritu de nuestra mente para decir no a las
cosas malas que hay en la televisión y a los vicios del internet, podemos decir no a
los chismes, a conversaciones inmorales, podemos decir no a palabras ofensivas o
groseras etc. Hermanos el Señor Jesucristo a través de sus palabras nos explica
claramente que contamina el corazón, solo el Espíritu de nuestro Señor Jesucristo
puede descontaminarnos.

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