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COMO VIVIR LA NAVIDAD:

La Navidad es la fiesta del amor, y de la vida, es el día de la gran manifestación


del amor salvador de Dios en el niño que nos nace, en el hijo que se nos da;
Navidad en sencillas palabras, es el nacimiento de Jesús.

Cada año cuando llega la Navidad la gente la concibe de maneras diferentes:


algunos como una tradición folklórica con mucha comida y bebida, otros como la
fiesta para adornar sus casas con luces arbolitos y pesebres, otros para
reencontrarse con sus seres queridos y compartir regalos, para otros es una
fiesta para que los niños disfruten de nuevos juguetes, y para muchos es solo un
comercio.

Todos los años la mayor parte de la gente pierde el significado real de la Navidad,
la celebran de alguna forma, pero están muy lejos de la verdad. La Navidad más
que una fecha concreta, se convierte en un acontecimiento salvador; es el
encuentro de Dios con nosotros.

En éste hermoso tiempo de Navidad es oportuno preguntamos: ¿Cómo debemos


vivir la Navidad? Desde el punto de vista familiar, es importante recuperar la
costumbre de comer y compartir en familia, armar el pesebre, cantar villancicos,
ayudarse unos a otros, y entre todos como familia cristiana, ayudar a los que
están afuera y no tienen nada, compartir un poco de lo que tenemos con esos
hermanos que tanto lo necesitan; Y entonces así estaremos también ayudando a
nuestra comunidad a vivir la Navidad. Porque el cristiano es el que debe ser, en su
propio ambiente signo vivo de Cristo.

Por eso es importante vivir la Navidad y no simplemente unas fiestas


decembrinas, para ello debemos:

- Participar frecuentemente en la misa durante el adviento.

- Reunirse diariamente en familia para esperar la llegada de Jesús y poder


descubrir la necesidad que tenemos de él; esto se logra a través de la oración en
familia y el rezo de la novena de Navidad, la cual se inicia el día 16 de diciembre.

- Dedicar tiempo para pensar y meditar ¿Cuál es la verdad de la Navidad? Hasta


que nos sintamos sobrecogidos por el asombro, el agradecimiento y el gozo.
- Preparar en nuestros hogares el nacimiento, recuperando así una tradición
cristiana, es importante bendecir el pesebre en reunión familiar.

- Para la Nochebuena participar en la misa, es allí donde Jesús se nos da y lo


recibimos para que nazca en nuestra vida, una vez en casa y en familia bendecir la
mesa y compartir la cena de Navidad.

Hagamos posible la esperanza regalando no solo cosas materiales, sino lo que de


verdad puede hacer felices a nuestros hermanos, los hombres y mujeres de
nuestro tiempo.

- El regalo de escuchar
- El regalo del cariño
- El regalo del favor
- El regalo de la gratitud entre otros.

La expresión “FELIZ NAVIDAD” nunca debería ser un saludo convencional, para


quedar bien. Debe significar para cada uno de nosotros: feliz nacimiento del que
es la vida y nos da la vida. Feliz presencia del amor de Dios entre nosotros.

“Preparen sus corazones y Dios los llenará con su alegría”. “Abran sus hogares y
Jesús los inundará con su presencia”. Que la tierna mirada de Dios nos llene de
paz el alma; Eso será Navidad.

La Navidad es contemplar a Dios, lo cual nos lleva a decir que la contemplación


del niño Jesús en el pesebre, nos cura de nuestra ceguera con su luz, y nos sana
de nuestras heridas con su ternura. Por ello la mejor forma de acompañarlo y
vivir esa Navidad es a través de la octava de Navidad, acompañando al niño Jesús
recién nacido en sus ocho primeros días.

Es importante recordar que la octava de Navidad se comienza el día 25 de


diciembre, y contiene muchas fiestas universales, tales como: San Esteban el
primer mártir, San Juan apóstol, los Santos inocentes, la sagrada familia y
culminando el primero de enero con la fiesta de Santa María Madre de Dios. Se
debe rezar esta octava en familia, con un acto penitencial, a la luz del evangelio,
con una meditación personal y finalmente una acción de gracias. Ello nos ofrece
una maravillosa oportunidad de experimentar más plenamente el nacimiento de
Jesús.
Finalmente podemos decir que la Navidad, siempre llena y fecunda por la acción
del Espíritu Santo, es una fiesta de Dios y una fiesta del hombre y así nos
comprometemos a:

- Proclamar y vivir, el amor, la misericordia y la belleza que salva y dignifica.


- Renovar y vivir, el anuncio de Jesucristo, como claro evangelio de la familia
y de la vida con paternidad y maternidad responsables.
- A defender y promover la dignidad humana de todo el hombre y de todos
los hombres.

La Navidad es la fiesta de la paz, pues en Jesús se da la paz a los hombres. Esa paz
que ningún otro puede dar, y la paz siempre es la esperanza que se anhela
cuando hay división, violencia, injusticia. Cuando hay enfrentamiento,
desencuentro y a veces también muerte. La Navidad es un regalo de amor, un
regalo para la vida; por eso ante el niño Jesús se silencian las palabras guerra,
odio, venganza y muerte, y renacen las palabras amor, esperanza y libertad.

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