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COLECCIÓN ,
DE
ESCRITORES CASTELLANOS
CRÍTICOS
LA CIENCIA ESPAÑOLA
(POLÉMICAS, PROYECTOS Y BIBLIOGRAFIA)
TOMO I
Digitized by the Internet Archive
in 2013
http://archive.org/details/lacienciaespaola01menn
V
LA
CIENCIA ESPAÑOLA
(POLÉMICAS, PROYECTOS Y BIBLIOGRAFÍA)
POR EL DOCTOR
CUARTA EDICION
TOMO I
MADRID >
TIP. OE LA «RE OE ARCH.j BIBL Y MUSEi
Oló^aga, i,— Teléfono 3>*8$
1915
ADVERTENCIA PRELIMINAR
opuestas.
Yo peleaba por una idea; jamás he pe-
leado contra una persona ni he ofendido
á sabiendas á nadie. Y la mejor y última
prueba que puedo alegar de esto es que
28 de Abril de 1887.
CARTA-PRÓLOGO
DE LA PRIMERA EDICIÓN (1876)
memoria de pasadas
las alegrías, los ecos
vagos y soledosos de las distantes campi-
ñas y de las apacibles tonadas, á cuyo
arrullo dormí los sueños primeros, cual si
2
l8 LA CIENCIA ESPAÑOLA
If,5
CARTA-PRÓLOGQ 35
Gumersindo Laverde.
PRIMERA PARTE
de El Selfgovernment y la Monar-
quía doctrinaria, está publicando en
la Revista de España su tocayo de usted don
Gumersindo de Azeárate, escritor docto y en
la escuela krausista sobremanera estimado, he
leído con asombro y malhumor (como sin
duda lehabrá acontecido á usted) el párrafo
á continuación transcrito
" Según que, por ejemplo, el Estado ampare
ó niegue la libertad de la ciencia, así la ener-
gía de un pueblo mostrará más ó menos su
peculiar en este orden, y podrá
genialidad
hasta darse el caso de que se ahogue casi por
completo su actividad, como ha sucedido en
España durante tres siglos."
Sentencia más infundada ni más en con-
63 LA CIENCÍA ESPAÑOLA
LII 5
06 LA CIENCIA ESPAÑOLA
.
LA CIENCIA ESPAÑOLA
i
92 LA CIENCIA ESPAÑOLA
mejantes?
Si el Gobierno y los Cuerpos sabios no to-
man este rumbo, mucho me temo que lleguen
á ser (como ya lo están siendo en parte) una
verdad tristísima aquellas palabras de nues-
tro buen amigo el ilustre literato D. Juan
Valera: "Quizá tengamos que esperar á que
los alemanes se aficionen á nuestros sabios,
104 LA CIENCIA ESPAÑOLA
DE RE BIBLIOGRAPHICA
I. Estudios bibliográficos.
edición.)
124 LA CIENCIA ESPAÑOLA
Bueno, Palomo, Lasso, etc., y la Sociedad de
bibliófilos andaluces (i), han acopiado innu-
merables datos para la bibliografía hispalense,
siendo de lamentar que no se hallen reunidas
en una obra de fácil manejo las noticias hoy
dispersas en manuscritos, libros no frecuentes,
prólogos y artículos de revistas. La Biblioteca
Nacional premió tiempo atrás la Tipografía
Sevillana (siglo xv) del Sr. Escudero y Pe-
rosso.
Cádiz. — Sólo he visto el Diccionario biográ-
fico, de Cambiaso, sobremanera incompleto, y
los Hijos ilustres de Jerez de la Frontera,
obra del Sr. Parada.
—
Córdoba. Hijos ilustres de esta provincia,
manuscrito de D. Luis M. Ramírez de las Ca-
sas Deza conservado en la Biblioteca Nacio-
;
tercera edición.)
—
de hispalenses ilustres omitidos por él. (Nota de la
PRIMERA PARTE 125
—
Asturias de Oviedo. A fines del siglo pa-
sado el docto canónigo de Tarragona, Gon-
Filipinas. —
Don Sebastián Vidal y Soler in-
sertó Catálogo de libros útiles para la
un
historia y geografía de aquellas islas, al fin
de su Memoria sobre los montes de Filipinas,
Véase además el Apéndice VI á las Guerras
piráticas de Mindanao y Joló, publicadas por
el Sr. Barrantes, y algunos artículos del señor
Pan en la Revista de Filipinas.
Con intento más científico que el de las
formado en Es-
bibliotecas regionales, se 'han
paña algunas por orden de materias. Su nú-
mero es, por desgracia, harto breve. Entre
ellas merecen especial recuerdo la Historia
bibliográfica de la medicina española, de
Hernández Morejón, y la que con -el título
de Anales publicó D. Anastasio Chinchilla;
la Bibliografía médica-portuguesa, de Fon-
seca Benavides; La Botánica y los Botánicos
de la Península hispan o -lusitana, obra del se-
ñor Colmeiro (D. Miguel) la Biblioteca mi-
;
de Llamazares, y la de Poetas
Fernández
líricos antiguos y modernos, citada sin indi-
cación de su autor en la Memoria de la Bi-
blioteca Nacional correspondiente á 1872.
En punto á índices y catálogos de biblio-
tecas públicas y particulares, con mencionar,
aparte de los registros é inventarios de di-
versas colecciones formados en los siglos xv„
xvi y xvii sin rigor bibliográfico suficien-
te (1), el Carisi ya citadoi; la Bábliotheca
Graeca Matriíensis, de Iriarte (D. Juan), tra-
bajo el más esmerado que ha salido de manos
de nuestros helenistas; el Specimen bibliothe-
cae hispano-maj'ansiama ; el ligerísimo Ca-
tálogo de Mss. del Escorial, del Sr. Llacayo;
la Memoria de Valentinelle, Delle biblioteche
della Spagna (1860) el Indice de
; los manus-
critos españoles conservados en las Bibliote-
cas de Roma, de Hervás y Panduro; el Ca-
talogue of the Spanish Mss. in the British
Museum, del Sr. Gayangos; el die Manuscri-
ción.)
—
bién á las obras antiguas. (Nota de la tercera edi-
LII 10
146 LA CIENCIA ESPAÑOLA
Jurisperitos
( Canonistas.
—Políticos y tratadistas de Derecho pú-
blico.
14. — Orientalistas.
15. —Humanistas.
16. —Autores que han escrito de ó en lenguas
exóticas.
17. —Poetas españoles que han escrito en grie-
go, en en alguna d)e las lenguas
latín ó
vulgares no habladas en la Península
Ibérica.
18. —Líricos castellanos, galaico-portugueses y
catalanes.
19. —Poetas épicos.
20. —Novelistas.
21. —Biógrafos y bibliógrafos.
22. —Anónimos, seudónimos, plagiarios, curio-
sidades iliterarias. (Obra análoga al
Diccionario de supercherías bibliográ-
ficas, de Quérard, y al de los Anóni-
mos, de Barbier.)
23. — Heterodoxos españoles. (Completar á
Boehmer con la noticia de todos los
que en Iberia extravagaron de la fe
católica antes y después de la Reforma
protestante del siglo xvi.) (2)
24. —Biblioteca de Traductores de lenguas
i muy
querido amigo y paisano: Pa-
que algún revoltoso duende
rece
anda empeñado en hacerme prolon-
gar esta correspondencia. He aquí
que, cuando pensaba continuar hablando con
todo reposo acerca de los medios de facilitar
á la generación actual el conocimiento de
nuestra ciencia antigua, se me atraviesa el
LTI II
IÓ2 LA CIENCIA ESPAÑOLA
(i) En su Disertación
sobre la historia de la
Náutica y de matemáticas que han con-
las ciencias
tribuido á progreso entre los españoles (obra
su
postuma, Madrid, 1846), nos da D. Martín Fer-
nández de Navarrete larga razón de los inventos
de Santa Cruz y noticia y extracto de sus obras
inéditas (págs. 176 á 198). De ellas resulta que
Santa Cruz "hizo un instrumento semejante á una
aguja azimutail, con el cual hallando la línea me-
ridiana por dos alturas de sol, conocía la varia-
ción de la brújula; presentó al Emperador una
carta marina de variaciones magnéticas..., tenta-
tiva hecha siglo y medio después por el Dr. Halley.
que pasa por el primero que, á costa de muchos
y grandes trabajos, publicó en 1700 una carta para
representar la variación de la aguja... ; examinó
las opiniones de Plinio y otros antiguos sobre las
propiedades, origen, nombres y clases del imán...,
y, no satisfecho de su tentativa de conocer la lon-
gitud por las variaciones magnéticas, ni por los
demás procedimientos hasta entonces ideados, ni
por un círculo graduado que él inventó, conoció
la imperfección de las cartas planas y la necesidad
de trazar las esféricas, y así llegó á hacerlas, con
muchos años de antelación á Eduardo Wright ó
á Gerardo Mercator, á quienes, generalmente, se
atribuye esta invención". El maestro Alejo de Ve-
negas, en su Diferencia de libros (iS39). n °s refiere
que Santa Cruz "había hecho cartas de marear
por alturas y por derrotas, y varios planisferios en
secciones del globo, ya por la equinoccial, ya por
los meridianos, y otras para conocer la proporción
que tiene lo redondo á lo plano". Y en otra parte
declara aún más expresamente que "Alonso de
PRIMERA PARTE 169
Yo soy enteramente
extraño á tales dis-
y aunque conozco de visu los libros
ciplinas,
de muchos españoles cultivadores de las cien-
LII 12
,
78 LA CIENCIA ESPAÑOLA
sofos eminentes.
Pues si al extranjero pasamos, no quiero
suponer que el Sr. de la Revilla desconozca
los libros y artículos de Adolfo Franck, Munk,
Ernesto Renán, Rousselot, Saisset, relativos á
Maimónides, Avicebron, Averroes, los místi-
cos, Miguel Servet y otros filósofos peninsu-
lares, hebreos, árabes ó cristianos; ni pienso
que ignore la existencia de una Historia ale-
mana de la Psicología en España, y no dudo
que habrá leído en la antigua Rez'ista de
Edimburgo un estudio de James Mackintosh,
PRIMERA PARTE 185
lii i3
194 LA CIENCIA ESPAÑOLA
cera edición .) 1
—
verdaderos filósofos de entonces. (Nota de la ter-
I98 LA CIENCIA ESPAÑOLA
MONOGRAFÍAS EXPOSITIVO-CRÍTICAS
(Holm, 1861).
Otras varias pueden verse citadas en la exce-
lente Historia de la Literatura romana, de Teuffel,
de la cual tomamos las indicaciones anteriores.
No quise hacer mérito de los trabajos que tienen
por asunto á Séneca el Filósofo, por ser tantos que,
aun limitándonos á los españoles, tenemos una ver-
dadera literatura senequista, como dirían los ale-
manes. Basten para muestra la Vida de Séneca,
por Mártir Rizo (Madrid, 1625); Séneca y Nerón,
por D. Fernando Alvaro Diez de Aux (Madrid.
1641); Séneca impugnado de Séneca en cuestiones
políticas y morales, por D. Alonso Núñez de Cas-
tro (1651); L. Anneo Séneca ilustrado... y su im-
pugnador impugnado de sí mismo, por D. Juan Ba-
ños de Velasco (Madrid, 1670) Comentarios es-
;
de 1856 y 57.
Vita Joannis Ludovici Vivís... á Gregorio
Majansio, generoso valentino, conscripta. Pre-
cede á la magnífica edición valenciana de las
obras de Vives (1782), pero por su extensión
y mérito debe, como otras; producciones aná-
logas de Mayans, colocarse en el catálogo dé-
las monografías (1).
—
Juan Huarte. Diego Alvar ez (autor de una
impugnación inédita de la obra de Huarte).
Estudios de D. Ildefonso Martínez, insertos
en el Círculo científico y literario (Madrid,
1854).
Ensayo sobre la obra de Huarte, por J. M.
Guardia (París, 18515) C 1 )-
N
Doña Oliva Sabuco de antes ; su vida, sus
obras, su valor filosófico, su mérito literaria.
Tesis doctoral de D. Julián Sánchez Ruano
(Salamanca, 1867).
De vita et scriptis Joannis Genesii Sepulve-
dae commentarius. Precede á la edición de las
obras de Sepúlveda hecha por la Academia de
la Historia, y lo escribió Cerdá y Rico (Ma-
drid, 1780).
Francisci Sanctii Brocensis vita, scriptore
Gregorio Majansio. Al frente de las obras del
Brócense, en la edición hecha por los her-
manos Tournes (Ginebra, 1766).
Biografía del maestro Francisco Sánchez
de las Brozas... Dala á luz el marqués de
Morante (Madrid, 1859) en el tomo delV
Catalogas librorum. Hay ejemplares sueltos.
Compúsola el distinguido humanista D. Rai-
mundo de Miguel, aunque no lleva su nombre.
El estoicismo en España, artículo de don
Fernando Belmonte en la Revista de España.
LII i5
226 LA CIENCIA ESPAÑOLA
latín por el P. Flórez, al frente de su comen-
tario al Apocalipsis, dado á luz por vez prime-
ra en 1770 (i).
Elogio de D. Alonso Tostado, obispo de
Avila, por D. José Viera Clavijo, en las Me-
morias y Premios de la Academia Española.
Elogio de Benito Arias Montano, monogra-
fía rica en noticias y bellamente escrita por
González Carvajal, traductor ilustre de los
Libros poéticos de la Biblia. Está inserta en
el tomo VII de las Memorias de la Academia
de la Historia (2).
la tercera edición.)
—
yéndoselo al italiano Realdo Colombo. (Nota de
PRIMERA PARTE 23l
y española (1843).
Sobre las versiones españolas de la Crónica
Trovana (1). Memoria de Mussafia (Viena,
1871).
Traductores ó imitadores españoles de Dan-
te,erudito artículo de D. Cayetano Vidal y
Valenciano en la Revista de España (1869).
El autor prepara un trabajo mucho más ex-
tenso sobre la materia.
Discurso preliminar y observaciones que
anteceden al Romancero general, colecciona-
(2)
—
Española (1884). (Nota de la tercera edición.)
El Sr. Cánovas del Castillo ha dado á conocer
nuevos y peregrinos datos acerca de Villegas. Véa-
se la carta que va al fin del tomo III de nuestros
—
Heterodoxos, 1881. (Nota de la tercera edición.)
248 LA CIENCIA ESPAÑOLA
-del célebre polígrafo en los tomos XXIIT
y XLVIII de la Biblioteca de Rivadeneyra.
En ellos lu/ce su autor, el Sjr. D. Aureliano
Fernández-Guerra, exquisita erudición, méto-
do excelente y gallardísimo estilo.
Sobre las obras sueltas de Lope de Vega.
Artículo de Southey en la Quaterly Review
de 18 18, número 35.
Orígenes del teatro español, obra postuma
de D. Leandro Fernández de Moratín, dada
á luz en 1830 por la Academia de la Historia.
Discursos sobre la tragedia española, por
D. Agustín Montiano y Luyando (Madrid,
1750 y 53).
Lecciones de Literatura dramática, por d'on
Alberto Lista (Madrid, 1836).
Sobre la tragedia española. —Sobre co-
la
—ElCervantes
Quijote y la estafeta de Urganda (1862).
y el Quijote (1872). Estudios
críticos del Sr. Tubino.
Sobre el carácter del Quijote, discurso aca-
démico del Sr. Valera (1864).
Apología de Cervantes por Eximeno (Ma-
drid, 1806).
Pericia geográfica de Cervantes, por don
Fermín Caballero. — Bellezas de Medicina
práctica descubiertas en el Ingenioso Hidal-
go, por Hernández Mcrejón. Jurisprudencia
de Cervantes, por D. Antonio Martín Game-
ro. Cervantes teólogo é Intraducibilidad del
Quijote, por D. José María Sbarbi. Cervan-
tes y la filosofía española, por D. Federico
de Castro. Ideas económicas del Quijote,
por D. Luis Piernas y Hurtado (1).
traducteurs (1837).
Duffield (A. I.) Don Quixote, his critics and
:
LII 17
258 LA CIENCIA ESPAÑOLA
Historia de la ci'ítica literaria desde Luzán
hasta nuestros días. Memoria del Sr. D. Fran-
cisco FernámdSez y González, premiada por la
Academia Española en Suplemento in-
1870.
dispensable á esta obra son los artículos que
sobre ella publicó usted en La Enseñanza y
reprodujo en sus Ensayos críticos (Lugo,
1868).
Noticias para la vida del P. Flórez, recogi-
das por el P. Méndez (1780).
Elogio de D. Juan Pablo Forner, leído por
D. Joaquín Sotelo en la Academia de Juris-
prudencia en 23 de Mayo de 1797. Reimpri-
mióle el Sr. de Cueto al frente de las Poesías
Vega.
Breve reseña del actual Renacimiento de
la Lengua y Literatura Catalanas, por don
Joaquín Rubio y Ors (1877).
Datos y apuntes para la historia de la mo-
derna literatura catalana, por D. J. Leopoldo
Feu. En el tomo II de Memorias de la Aca-
demia de Barcelona.
Vida de Don Nicolás Fernández de Mora-
tín, por su hijo D. Leandro (1821).
Sá de Miranda y su escuela.
Bernaldim Ribeiro, y los bucólicos.
Historia del teatro portugués. Cuatro tomos:
1. ° Gil Vicente y su escuela.
2. a La tragedia clásica y las tragicomedias
(teatro del siglo xvn).
3. ° La Baja Comedia y la Opera (si-
glo xviii).
4. Aimeida-Garrett y los dramas román-
ticos.
Historia de Camoens. Forma dos tomos, uno
de ellos dividido en dos volúmenes.
Además de este extenso y luminoso estudio
sobre Camoens, hay otro biográfico-bibliográ-
fico del Vizconde de Juromenha, que sirve de
tomo primero en su edición de las obras del
gran poeta lusitano (1860), y en inglés uno
de Adamson (Memoirs of Ufe and writings
of Camoens, 1820).
La Introducción de Braga á su Historia
forma un volumen. Ha publicado además una
Historia de la poesía popular portuguesa (in-
troducción á su Romancero) y una colección
de Estudios da Edade Media. Entre las de-
más monografías portuguesas mencionaré:
262 LA CIENCIA ESPAÑOLA
Ensayo sobrela vida y escritos de Gil Vi-
cente, antepuesto por Monteiro á las obras
del Plauto lusitano en la reimpresión de Ham-
burgo (1835).
Biografía de F. Luis de Sonsa, por don
Francisco Alejandro Lobo, obispo die Viseo.
Memoria biographica e littcraria, acerca
de M. M. Barbosa de Bocage, por Luis Augus-
to Rebello da Silva (Lisboa, 1854). Sobre el
mismo poeta hay un extenso trabajo de José
Feliciano de Castilho (París, 1867, dos volú-
menes de la Livraria classica), y otro poste-
rior de Theophilo Braga.
Rebello da Silva publicó datos sobre otros
ingenios de la Arcadia, como Domingo dos
Reis Quita, Garqao y Antonio Diniz.
Le Brésil Littéraire, por Fernando Wolf
(Berlín, 1863).
Los^estudios sueltos de Revistas, Memorias
de Academias, etc., así en Portugal como en
Geopónicos.
La estética en España.
Las doctrinas sobre la Historia (1).
Poetas hispano-latinos modernos.
El culteranismo en España.
La poesía lírico-dramática.
La tragedia clásica.
Escuela poética salmantina.
Los Jesuítas españoles en Italia á fines del
siglo xviii y otros mil temas semejantes á
éstos, que, sin orden, he ido apuntando á
medida que acudían á la memoria y á la
pluma.
El promover la composición y publicación
de tales Memorias toca á las cinco Acade-
mias, según su especialidad respectiva, pero
más particularmente á la de la Historia, que
tiene por instituto cultivar, no sólo la polí-
tica, civil y religiosa, sino también la inte-
lectual, de la Península. Y para que esos tra-
bajos se hiciesen con el debido esmero, con-
vendría que dichas Corporaciones señalaran
para los certámenes plazos más largos que los
de costumbre, teniendo en cuenta las difi-
cultades inherentes á la busca de datos, or-
denación del plan y redacción correcta y ele-
gante. Bien puede asegurarse que cuantos au-
UI 18
274 LA CIENCIA ESPAÑOLA
(1) ¡
España ofrece voces! Plaudite cives! ¡Po-
bre lengua
(2) ¿Quiénes son todos: las roces ó los siglos
\
Vaya una concordancia vizcaína!
PRIMERA PARTE 299
20 de Agosto de 1876.
VI
LII 20
3ot LA CIENCIA ESPAÑOLA
más filósofo que Descartes, más poeta que
Byron, mejor crítico que Villemain ó Sainte-
Beuve? ¿Que tengamos por obras inmortales,
asombro de los nacidos, las Dudas y tristezas,
el Curso de literatura ó las revistas críticas
y padre y cons-
sintéticas de todos tiempos,
tructor de un sistema armónico tan senci-
llo como ingenioso, que no me detendré á
exponer aquí porque ya lo ha hecho brillan-
PRIMERA PARTE 333
tomo siguiente.
(2) En su Historia generis hu monis sigue á Lu-
lio en lo de explicar racionalmente el proceso de
las personas de la Santísima Trinidad. Por cierto
que este racionalismo pugna con otras frases de sa-
bor crudamente tradicionalista que hay en el mis-
mo tratado, y que colocan á nuestro grande escri-
turario entre los predecesores de Bonald
PRIMERA PARTE 335
la
(2) En
tercera edición.)
—
su primera época, se entiende. (Nota de
LII 22
338 LA CIENCIA ESPAÑOLA
fijo con qué razón llama el Sr. de la Re villa
extranjera á la filosofía escolástica (aun la
tomista y escotista); pues, aparte de la tra-
dición isidoriana, de la levadura averroísta y
de las Súmulas, de Pedro Hispano, puede de-
cirseque esa filosofía es nuestra por dere-
cho de conquista, vistos el número y la im-
portancia de los escolásticos peninsulares, y
por eso Leibniz, que entendía de crítica filo-
sófica más que el Sr. de la Revilla y que to-
dos nosotros, llamó filosofía irlandesa y es-
pañola al escolasticismo (i).
La tercera creación filosófica española es
el vivismo, ó sea la filosofía crítica, escuela
menos conocida que las anteriores, porque
tuvo la desgracia de fraccionarse (como que
no era gloria especial de una provincia ni
en el De
corrupta dialéctica; dijo antes, y lo
mismo que Bacon, que la filosofía natural sólo
podía adelantar experimentis et usu rerum;
señaló reglas para corregir el engaño de los
sentidos; tronó contra el afán de generalizar
sin que precedieran experimenta et observa-
tiones variarum rerum in natura, exclamando
con profunda verdad: Ignorant quae jacettt
ante pedes, scrutantur quac nusquam sunt; y
después de haber visto y considerado con eru-
dición y sagacidad maravillosas cada parte
del saber tal como entonces se cultivaba, pro-
PRIMERA PARTE
singularibus experimentis
aliquot colligit
mens universalitatem quae compluribus dein-
ceps experimentis adjuta et confirmata, pro
certa explorataque habetur... Ceteram expe-
rientiae temerariae sant ac incertae, nisi a
ratione regantur, qaae adhibenda est Mis
tanqaam clavas aut gubernator in navi: alio-
qui ferentar temeré, et fortuita erit ars am-
nis, non certa... Quod est in iis cerneré, qui
solis experimentis ducuntur de quorum inge-
nio judicium non censet, rem, locum, tempus
et reliquas circumstantias ínter se conferens,
fieri enim convenit ut experientia artem pa-
riat, ars experientiam regat" (i), considera-
ciones que explana después y en varios lu-
gares largamente. La importancia de Vives
como metodólogo no ha de ocultársele á na-
LII 23
APÉNDICES
I
FOX MORCILLO
Excmo. señor:
la filosofía española.
¡La filosofía española! Ella fué, oasi
desde la asunto preferente
adolescencia, el
LII 25
386 LA CIENCIA ESPAÑOLA
más de un Y
cuán antiguos y auto-
siglo. ¡
He dicho.
II
siglo, no ya á
los fines ó á la mitad, sino ni
aun comienzo, período de general deca-
al
LJI 26
402 LA CIENCIA ESPAÑOLA
Gumersindo Laverde.
Lugo, 9 de Noviembre de 1876.
NOTA FINAL
M. Menéndez.
ÍNDICE
PÁGS.
Advertencia preliminar 7
Carta-prólogo de la primera edición (1876).. 19
—
I. Indicaciones sobre la actividad intelectual
de España en los tres últimos siglos.... 59
II.— De bibliographica
re 105
III.— Mr. Másson redivivo 151
IV. — Monografías expositivo-críticas 201
V. — Prosigúese pensamiento de
el las cartas
anteriores 273
VI. — Mr. Masson redimuerto 305
APENDICES
I. — Fox Morcillo 355
II. —Contestación del Sr. D. Gumersindo La-
verde á la última réplica del Sr. Azcárate. 394
Nota final 409
Este libro se acabó de imprimir en Madrid,
en la Tipografía de Archivos,
Bibliotecas y Museos,
el día 30 de Abril
del año de