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Cuando se está embarazada, hay ciertos factores a los que se debe prestar
atención porque pueden resultar muy perjudiciales para la salud de la madre y del
feto. Estas son las diez más importantes a evitar.
EXPOSICION A PRODUCTOS TOXICOS
Aunque no existen evidencias científicas que especifiquen que la exposición a los
productos de limpieza y otros tóxicos tenga efectos directos negativos en el
desarrollo del embarazo y la evolución del embrión, muchos ginecólogos
aconsejan a las gestantes evitar el contacto con sustancias como los plaguicidas,
insesticidas, el amoniaco mezclado con detergente (juntos despiden gases
perjudiciales), limpiadores de horno, triclosán, etcétera.
Para limpiar se debe optar por detergentes naturales; además se tienen que
emplear mascarillas y guantes de goma con el fin de protegerse. También hay que
procurar que haya buena ventilación.
En el caso de tener que utilizar repelentes, es conveniente elegir aquellos que
están dirigidos a niños, ya que son menos dañinos.
FUMAR
Un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y
Comunitaria (semFYC) pone de relieve que más de la mitad de las mujeres
fumadoras continúan con esta adicción a los cuatro meses de gestación, lo que
resulta dañino porque puede acarrear complicaciones durante el parto (parto
prematuro) y problemas de salud para el bebé.
Estos expertos consideran beneficioso abandonar el tabaco de forma radical
durante este periodo. En su opinión, no tiene razón de ser el argumento tan
escuchado de que es preferible que la mujer se fume un cigarro a que tenga
estrés por la abstinencia.
Igualmente, consumir otro tipo de drogas recreativas es perjudicial para la madre,
pero también perjudican al bebé porque sus componentes nocivos pueden llegar
al feto a través de la placenta. Si la embarazada consume cocaína, marihuana,
heroína, etcétera,
ALCOHOL
A pesar de ello, las mujeres que ignoraban que estaban embarazadas y hayan
consumido alcohol de forma moderada los primeros 15 días de la gestación, no
deben angustiarse porque es muy difícil que el embrión se haya visto perjudicado.
Otro estudio realizado en este caso por la Universidad de California en Los Ángeles
ha asegurado que los bebés de las futuras madres que respiran altos niveles de
monóxidos de carbono y ozono, tienen hasta tres veces más probabilidades de
sufrir malformaciones faciales –sobre todo en la boca- y cardíacas.
EXPOSICION AL HUMO
Algunos niños están expuestos a los tóxicos del humo de tabaco desde el momento
de la concepción. El monóxido de carbono, la nicotina y muchas otras sustancias
tóxicas (mercurio, cadmio o plomo, entre otros) pasan al feto a través de la placenta,
reduciendo la llegada de oxígeno, acelerando su ritmo cardíaco y alterando el
crecimiento y el desarrollo normal de algunos órganos.
Los hijos de madres que fuman en el embarazo tienen más probabilidad de nacer
con bajo peso que los hijos de madres no fumadoras. El consumo de tabaco durante
el embarazo se asocia también con mayor riesgo de muerte perinatal (feto muerto
y síndrome de muerte súbita del lactante), menor desarrollo del pulmón, alteración
en el desarrollo del cerebro (que estaría relacionado con un mayor riesgo de
trastornos de aprendizaje y de conducta en la niñez y adolescencia) y algunas
malformaciones congénitas (labio leporino y paladar hendido y defectos en el
corazón). A largo plazo aumenta el riesgo de que los hijos sean fumadores al llegar
a la adolescencia.