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INTRODUCCIÓN

Para comprender la aplicación de una ley extranjera primero es importante


entender los contextos dentro de los cuales es posible que aquella se deba
aplicar. Esto puede ocurrir bajo dos supuestos: que las partes pacten aquella
aplicación o que la ley lo ordene. Este último caso es el más significativo,
puesto que implica que la ley, el máximo representante del poder soberano,
ordena resolver un conflicto con una ley extranjera, de alguna forma delegando
su gran poder resolutivo. Bajo este contexto, (puesto que no sólo se limitan a
la aplicación de una ley extranjera) estas normas que delegan este poder se
denominan normas de conflicto, las cuales necesariamente se relacionan con
elementos internacionales, tales como, la nacionalidad, el domicilio, la situación
de un bien, entre otros. Las normas de conflicto “…son aquellas que determinan
la legislación aplicable a una relación jurídica de Derecho Internacional
Privado”1 o “…aquellas que tienen por objeto determinar la normativa aplicable
a una relación iusprivatista o, en su caso, solucionar los conflictos entre dos o
más legislaciones que giran en torno a ella”2 . Su función es determinar la
aplicación de la ley nacional (ley del fuero o lex fori) y la ley extranjera,
entendiendo ambos conceptos como parte de una mayor extensión normativa,
como conjuntos legislativos u órdenes jurídicos3 . Ante la remisión, puntos de
conexión o vinculación a otros sistemas jurídicos, como si fuesen un puente, el
juez debe aplicar una legislación determinada, pero esta tarea no es sencilla y
conlleva otros problemas derivados de esta interpretación, tales como el
reenvío, la calificación, el orden público, la cuestión preliminar, por nombrar
algunos. En tanto los efectos de la ley aplicable, en este caso, internacional,
cuando es posible su funcionamiento, acarrean toda otra agrupación de
disyuntivas.

la aplicación del derecho material extranjero.

1. la prueba de derecho extranjero.

Naturaleza del Derecho Extranjero aplicable


Hemos sostenido como constante que el objeto básico del Derecho Internacional Privado consiste
en determinar la norma jurídica competente para regir una relación concreta cuando ésta última
está conectada con dos o más normas jurídicas de diversos ordenamientos jurídicos nacionales.
Suele ocurrir que la norma jurídica considerada competente es la norma jurídica nacional. En
este caso, el conflicto de leyes encontrará una solución territorial.
Entretanto, cuando la norma jurídica competente resultante de la norma de conflicto es la norma
jurídica extranjera, entonces estamos en presencia de una solución extraterritorial.
Ahora bien, la norma jurídica extranjera puede encontrar aplicación como norma conflictual, o
formal, o bien como norma material. Para comprender la problemática objeto de éste capítulo es
necesario partir de la premisa de que la norma jurídica extranjera aplicable es la material y no la
formal, pues en este último caso se daría lugar al reenvío, cuestión ya estudiada en uno de los
capítulos anteriores.
"Para evitar que surja la duda que ha emergido en relación con el reenvío, -dice Arellano García-
es preciso que el legislador de cada Estado determine con exactitud que, cuando se refiere a la
aplicabilidad del Derecho extranjero, debe entenderse fue el aplicable es el derecho extranjero
material y no el conflictual".
Aceptada ésta premisa, no se puede eludir la cuestión, objeto de debate doctrinario, de si la
norma extranjera aplicable implica un asunto de hecho, o si se trata de una cuestión de derecho.
No existe en la doctrina un principio de unidad en éste punto.
Goldschmidt se pronuncia al respecto en los siguientes términos: "El objeto de referencia del
Derecho Internacional Privado es el estado real jurídico de un país extranjero, es decir, que el
Derecho Internacional Privado no se refiere a un Derecho, sino a un hecho cuando y en cuanto
indica "Derecho Extranjero".

La aplicación del Derecho Extranjero.

El fundamento de la aplicabilidad de una ley distinta de la territorial para regir una relación en la
que está involucrado el elemento extranjero ha sido siempre materia de discusión esencial en la
doctrina.
Cabe recordar aquí que, cuando se trata el problema del reenvío, los opositores al mismo, según
los cuales cuando la regla de conflicto designaba una ley extranjera competente, no se refería a la
ley extranjera conflictual o formal, sino a la ley material extranjera, presentaban su idea -Bartin y
sus seguidores- bajo la forma de la noción de la soberanía. Sin embargo, estos autores que bien
aferrados a la noción de la soberanía, admiten la aplicación de la ley material extranjera en virtud
de una delegación, es decir, el legislador extranjero encarga al juez del foro en viI1ud de una
delegación que las reglas de conflicto del foro le consienten.
Batiffol, advierte que la ley extranjera no se incorpora al sistema del foro, sino que se aplica en
tanto que ley extranjera; no se está reconociendo autoridad al legislador extranjero con la
aplicación de su ley: "esa ley -dice Batiffol- es aplicada bajo la orden del legislador francés, y
como un hecho observado, es decir despojado del elemento imperativo extranjero... .
En base al respeto a los derechos adquiridos se determina la noción anglo-americana. En efecto,
los autores ingleses y americanos han profesado a menudo que el juez inglés o americano está
llamado a aplicar leyes extranjeras porque él no podría apreciar el valor de los derechos
adquiridos/ vested rights en el extranjero sin tomar en cuenta las leyes, bajo cuyo imperio esos
derechos han sido adquirido.
Si, por ejemplo, él ha de conocer un contrato celebrado bajo el imperio de la ley francesa, él no
podría, so pena de evidente injusticia, considerar ese contrato como obligatorio más que en las
condiciones bajo las que la ley francesa misma lo admite como tal.
LA VIGENCIA Y CONTENIDO DEL DERECHO MATERIAL EXTRANJERO

INTERPRETACIÓN DEL DERECHO MATERIAL EXTRANJERO.

La interpretación jurídica es un tema relevante para la aplicación del Derecho, lo mismo en la


teoría que en la práctica, ya que la dinámica jurídica y la aplicación de las normas no pueden ser
entendidas como el resultado de un proceso deductivo, como mera "deducción-lógica" de lo
establecido en las normas generales, en las sentencias de los tribunales, así como en las
decisiones administrativas.

C.C.V
Artículo 4.- A la Ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de
las palabras, según la conexión de ellas entre sí y la intención del legislador. Cuando no hubiere
disposición precisa de la Ley, se tendrán en consideración las disposiciones que regulan casos
semejantes o materias análogas; y, si hubiere todavía dudas, se aplicarán los principios generales
del derecho.

La citada Convención Interamericana Sobre Normas Generales de Derecho Internacional


Privado, en el art. 2, establece que el juez, y demás autoridades, de conformidad con la
Convención, cuando aplican el derecho extranjero, deberán hacerlo la luz de las normas de
interpretación de ese mismo derecho, y no de la del derecho interno propio.
La doctrina secunda ese criterio ampliamente. Martin Wolff dice al respecto: El juez alemán tiene
que aplicar el Derecho extranjero de 1 misma manera que rige en el extranjero.
En consecuencia, al interpreta los textos legales, deberá tener en cuenta la jurisprudencia
extranjera exactamente en a misma medida en que lo haría el Juez extranjero.
Similar aseveración hace Aguilar Navarro al señalar que: "serán los criterios interpretativos que
imperan en el ordenamiento extranjero reclamado los que el foro deberá tener en cuenta. Hay
que aplicar la norma extranjera tal como se aplicaría por sus propios Tribunales.
Al valorar ese mismo criterio, Yanguas Messia dice: "ella reflejará el auténtico espíritu del
legislador y, sobre todo, servirá más adecuadamente la necesidad social a que la norma responde.
C.- Arellano García advierte, a su vez, que "una peculiar interpretación de la norma jurídica
extranjera por el Foro, en realidad puede entrañar la aplicación de una nueva norma jurídica que
no es la norma jurídica extranjera tal y como se concibe en su país de origen
En conclusión, la interpretación de la ley extranjera se hace de conformidad con los criterios
determinados en la ley extranjera declarada aplicable.

EL RECURSO DE CASACIÓN EN EL DERECHO MATERIAL EXTRANJERO


Dice el artículo 61: "Los recursos establecidos por la ley serán precedentes cualquiera que fuere el
ordenamiento jurídico que se hubiere debido aplicar en la decisión contra la cual se interponen."
En este artículo está comprendidos todos los recursos, ordinarios y extraordinarios, permitidos
en la ley del lugar del juicio. En particular referencia al recurso de casación, debemos señalar que
este procede, en los casos del derecho internacional privado, en cualquiera de los siguientes
supuestos: a) Cuando el juez aplica derecho extranjero, siendo que le está expresamente
ordenado aplicar derecho nacional (indebida aplicación); b) Cuando la sentencia de funda en la
ley nacional y debió fundarse en la ley extranjera (falta de aplicación); c) Cuando la ley extranjera
no se ha interpretado correctamente por la contravención u omisión de los principios pertinentes
del Estado a que pertenece la ley aplicada (errónea interpretación). Cabe recordar, que estos
supuestos de procedencia del recurso de casación se encuentran previstos en el artículo 412 del
Código Bustamante, que conserva su vigencia; "En todo estado contratante donde exista el
recurso de casación o la institución correspondiente, podrá interponerse por infracción,
interpretación errónea o aplicación indebida de una ley de otro Estado contratante a las mismas
condiciones y casos que respecto del derecho material". Desde luego, que la procedencia del
recurso -como lo expresa el Código Bustamante- está supeditada a los requisitos para ello
establecidos en el ordenamiento procesal venezolano, como son los referidos a estos extremos:
Cuantía para el acceso a casación del juicio donde se dicta la sentencia recurrida. Naturaleza de la
decisión recurrida, que la haga revisable en casación. Legitimidad de la parte recurrente.
Tempestividad de la interposición (anuncio y formalización) del recurso. La actitud de Venezuela,
en cuanto a la admisión del recurso de casación por infracción de la ley extranjera, puesta de
manifiesto en las Convenciones Internacionales de las cuales es parte y en el novísimo
instrumento interno (Ley de Derecho Internacional Privado), tiene un valioso antecedente
doctrinal en el criterio sustentado en 1906 por el Dr. César Rivas

SOLUCIONES EN EL DERECHO VENEZOLANO

La aplicación del derecho extranjero José Luis Bonnemaison Magistrado de la Corte Suprema de
Justicia De conformidad con el artículo 2° de la Ley de Derecho Internacional Privado, "el
Derecho extranjero que resulte competente se aplicará de acuerdo con los principios que rijan en
el país extranjero respectivo, y de manera que se realicen los objetivos perseguidos por las
normas venezolanas de conflicto". Puede apreciarse claramente en este texto, que el legislador
venezolano supera la inveterada discusión sobre la naturaleza del derecho extranjero, y admite la
tesis "jurídica", según la cual el derecho extranjero es derecho auténtico y como tal no puede ser
asimilado a una cuestión de hecho. La circunstancia de su extranjería no le quita su esencia
normativa ni su existencia formal. El tratamiento procesal de este derecho, supone que se le
coloque en pie de igualdad con el derecho nacional, porque respecto de ambos, se tratará de la
aplicación de un quid iuris. Es importante destacar que la norma del artículo 2° de la Ley de
Derecho Internacional Privado, así concebida, es la primera vez que se establece en nuestra
legislación interna.
Hasta ahora, el norte en esta materia venía dado por las pertinentes disposiciones del Código
Bustamante y la Convención Interamericana Sobre Normas Generales de Derecho Internacional
Privado. La fórmula del artículo bajo examen constituye el punto culminante del desarrollo de la
doctrina venezolana especializada, que tiene cimera manifestación en la obra de Lorenzo Herrera
Mendoza, y un valioso precedente en la opinión vertida en el año de 1906, por el Dr. Angel César
Rivas, mediante la cual expresaba que, asegurada la aplicación de la ley extranjera, la obligación
de los jueces consistía en investigarla y respetarla de la misma manera como lo haría con la ley
nacional, además de cuidar la interpretación que de ella se hiciera, para que sea en un todo
correcta, de manera que "por ser expresión de ]ajusticia, escape a la censura de casación".
Herrera Mendoza planteó su tesis científica sobre el punto en un trabajo titulado "La Misión del
Juez en la aplicación de la Ley Extranjera", en el cual resumió los argumentos a favor y en contra
de las opuestas tendencias, para concluir en reafirmar la facultad del juez para investigar y
aplicar de oficio las leyes extranjeras.

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