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LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson, hoy en día considerada la segunda enfermedad neurodegenerativa


más prevalente, después de la enfermedad de Alzheimer. La EP aumenta la mortalidad de dos a
cinco veces y conlleva un deterioro de la calidad de vida de los pacientes que la padecen1.

Es una enfermedad neurológica idiopática, clínicamente caracterizada por trastornos motores:


bradicinesia (que en fases avanzadas puede llegar a la acinesia), rigidez, temblor en repaso (que
remite o se reduce durante el movimiento voluntario) y alteración de los reflejos posturales, cuyas
consecuencias son la inestabilidad y las caídas frecuentes. Otros síntomas que aparecen durante
el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa son de presentación menos constante, pero
contribuyen a deteriorar la calidad de vida del paciente. Entre ellos destacan las alteraciones:
cognitivas (demencia, pérdida de memoria), de la percepción (alucinaciones, delirio, falsas per-
cepciones) de la emotividad (depresión), de los patrones del sueño, gastrointestinales (sialorrea,
disfagia) y cutáneas (sudación excesiva, seborrea) y la posible presencia de acatisia, dolor
muscular y neuropático y piernas inquietas1.

La enfermedad de Parkinson propiamente dicha es de etiología desconocida y tiene carácter


progresivo e irreversible. Trastornos neurodegenerativos de diversa etiología o la toxicidad de
algunos fármacos (antieméticos como la metoclopramida o antipsicóticos como el haloperidol)
pueden producir parkinsonismos, listos responden de distinta manera a los tratamientos
farmacológicos y, por lo tanto, requieren un diagnóstico diferencial. En familias con síndromes
parkinsonianos se han identificado varios genes que presentan mutaciones puntuales o
deleciones2.

FISIOPATOLOGIA
La lesión fundamental de la EP recae en la parte compacta de la sustancia negra, que forma parte
de los ganglios basales (GB). Los GB están formados por el cuerpo estriado (constituido por el
caudado y putamen, que son contiguos), globo pálido, sustancia negra, núcleo subtalámico de
Luys, y tálamo óptico, que no se incluye estrictamente como GB, pero tiene íntimas conexiones
con estas estructuras3.

En el sistema nigroestriado (que conecta la sustancia negra con el caudado-putamen) le llegan


impulsos de los ganglios basales y estímulos excitadores glutamatergicos. En la vía directa,
inhibidora, cuyo neurotransmisor es el GABA que se dirige a la parte reticulada de la sustancia
negra y la parte medial del globo pálido. Las neuronas estriatales de las que parten esta vía,
expresan receptores D1 (estimulan la actividad neuronal). En la vía indirecta, que parte del
estriado y llega también a la parte reticulada de la sustancia negra y a la parte medial del globo
pálido, después de hacer sinapsis intermedias en la parte lateral del globo pálido y del núcleo
subtalámlco. Esta vía comprende dos sinapsis GABA-érgicas inhibidoras y una glutamatérgica
excitadora. Las neuronas estriatales de las que parte esta vía expresan receptores D2 (frenan la
actividad neuronal)4.

La destrucción de las neuronas dopaminérgicas localizadas en la sustancia negra rompe el


equilibrio de estos complejos circuitos y da como resultado una menor actividad de la vía directa,
(impulsos inhibidores) y una mayor actividad de la indirecta (impulsos excitadores). Este
desequilibrio de los sistemas de modulación motora es el origen de los síntomas de 1a enfermedad
de Parkinson. Presentándose despigmentación y consecuente gliosis, mientras que en las neuronas
supervivientes se ven los cuerpos de Lewy4.

Se estima que la dopamina estriatal está reducida entre el 70 a 90 % cuando ocurren las
manifestaciones clínicas. Igualmente, el 60 al 70 % de las neuronas dopaminérgicas se han
perdido cuando el primer síntoma aparece3
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

Potenciadores de actividad dopaminérgica de acción directa: estimuladores de receptores


dopaminérgicos

LEVODOPA

La administración de dopamina no tiene utilidad en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson


porque no atraviesa la barrera hematoencefálica. Por ello se utiliza un precursor, la levodopa, que
es un aminoácido, producto de la metahidroxilaeión de la tirosina. Que ingresa al cerebro (a través
de un transportador de L-aminoácido, LAT), donde se descarboxila hasta dopamina4.

1) Farmacocinética:

La Ievodopa se capta con rapidez en el intestino delgado. La ingesta de alimentos retrasa la


aparición de levodopa en plasma. Ciertos aminoácidos de los alimentos ingeridos pueden
competir con el fármaco por la absorción desde el intestino y el transpone por la sangre al cerebro.
Las concentraciones plasmáticas suelen alcanzar su máximo en una a dos horas después de una
dosis oral y la semivida plasmática es de una a tres horas. Se metaboliza a través de la
descarboxilación y la metilación en posición 3 por la COMT, dando como metabolito 3-OM-
dopa. La presencia de éste disminuye la penetración de levodopa en el cerebro porque compite
por el transportador. Para reducir el metabolismo de la levodopa, favorecer su paso al SNC y
evitar los efectos adversos mediados por estímulo de receptores dopaminérgicos localizados fuera
del SNC, la levodopa se administra habitualmente con inhibidores periféricos de la dopa
descarboxilasa4.
2) Uso clínico:
Los mejores resultados se obtienen en los primeros años de tratamiento. La dosis diaria de
levodopa debe reducirse con el tiempo para evitar los efectos adversos de cantidades que al inicio
se toleraron bien. Por tales motivos, los beneficios del tratamiento empiezan a disminuir A menudo
después de casi tres a cuatro años de su administración. Cuando se usa levodopa se administra
casi siempre en combinación con carbidopa, un inhibidor periférico de la dopa descarboxilasa,
que disminuye su conversión periférica a dopamina. El tratamiento combinado se inicia con una
pequeña dosis (p. ej.. carbidopa, 25 mg, y levodopa, 100 mg, cada ocho horas con incremento
gradual). Debe tomarse 30 a 60 minutos antes de las comidas2,4.
3) Efectos adversos:

- Efectos gastrointestinales:

Cuando se administra levodopa sin un inhibidor de la descarboxilasa periférica, aparecen


anorexia, náusea y vómito en casi 80% de los pacientes. Estos efectos adversos pueden reducirse
al mínimo si se toma el fármaco en dosis divididas con las comidas o inmediatamente después y
se incrementa la dosis total diaria de manera muy gradual; también puede ser de beneficio tomar
antiácidos 30 a 60 minutos antes de la levodopa2.

- Efectos cardiovasculares:

Se han descrito diversas arritmias cardiacas, taquicardia, extrasístoles vernaculares y, rara vez
fibrilación auricular. Este efecto se atribuye a la mayor formación periférica de catecolaminas. La
incidencia de tales arritmias es baja, incluso en presencia de enfermedad cardiaca establecida, y
pueden atenuarse aún más si se toma levodopa en combinación con un inhibidor de la
descarboxilasa periférica. La hipotensión postural es frecuente, pero a menudo asintomática, y
tiende a disminuir con el tratamiento continuo. También puede aparecer hipertensión, en especial
en presencia de inhibidores no selectivos de la monoaminooxidasa o simpaticomiméticos o
cuando se toman dosis masivas de levodopa2.
- Efectos conductuales:
Se ha comunicado una amplia variedad, entre ellos depresión, ansiedad, agitación, insomnio,
somnolencia, confusión, ideas delirantes, alucinaciones, pesadillas, euforia y otros cambios en el
estado de ánimo o personalidad, tales efectos adversos son más frecuentes en personas que toman
levodopa en combinación con un inhibidor de la descarboxilasa, más que la levodopa sola, al
parecer porque se alcanza una concentración más alta del fármaco en el cerebro. Pueden
precipitarse por una enfermedad interecurrente o una intervención quirúrgica2.

- Discinesias y fluctuaciones:

La más frecuente es la coreoatctosis de cara y porción distal de las extremidades. Las discincsias
se relacionan con la dosis, pero la dosis necesaria para generarlas varía con cada individuo. A
medida que el tratamiento se prolonga, son cada vez más frecuentes ciertas fluctuaciones de la
respuesta clínica a la levodopa. En algunos pacientes, estas fluctuaciones se vinculan con el
horario en que se administra la levodopa (disminución del efecto o acinesia por terminación del
efecto del medicamento). En otros casos, las fluctuaciones del estado clínico no tienen vínculo
con el momento en que se administra la dosis (oscilaciones al azar)2.

4) Interacciones farmacológicas

Las dosis farmacológicas de piridoxina (vitamina B6) incrementan el metabolismo extracerebral


de la levodopa y pueden, por tanto, evitar su efecto terapéutico, a menos que también se administre
un inhibidor periferico de la descarboxilasa. La levodopa no debe administrarse a pacientes que
toman inhibidores de la monoaminooxidasa A o en las dos semanas que siguen a su interrupción,
dado que tal combinación puede precipitar crisis hipertensivas2.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Hurtado F. y col. La Enfermedad de Parkinson: Etiología, Tratamientos y Factores


Preventivos. Universitas Psychologica. Vol. 15(5). 2016. [en línea]. [acceso: 12 de
febrero del 2020]. Disponible en: http://dx.doi.org/10.11144/
2. Katzung B. Trevor A. Farmacología básica y clínica. 13°ed. Ed Mc Graw Hill. Pp: 455-
464.
3. Guerrero A. y col. Enfermedad de Parkinson. Tratado de geriatría para residentes. Vol.
11(2). 2010. Pp: 26-28.
4. Lorenzo P, Moreno A, Leza J, Moro A. Velásquez: Farmacología Básica y Clínica. 18°
Ed. Editorial Médica Panamericana. 2012 pp: 93-95

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