Sunteți pe pagina 1din 2

“¿Sabes por qué lloras —decía citando a Hölderlin— a causa de qué languideces?

¿Sabes qué es
aquello por lo cual has hecho duelo en el fondo de todos tus duelos? No es por algo que hayas
perdido hace apenas algunos años. Nadie podría decir exactamente cuándo estuvo aquí, ni cuándo
se fue. Pero es algo que existe, que está en ti. Tú marchas en busca de un mundo mejor y de un
tiempo más bello

Johann Christian Friedrich Hölderlin (['jo:han 'kʁɪstjan 'fʁi:dʁɪç 'hœldɐlɪn] Lauffen am Neckar,
Ducado de Wurtemberg, 20 de marzo de 1770 - Tubinga, Reino de Wurtemberg, 7 de junio de
1843) fue un poeta lírico alemán. Su poesía acoge la tradición clásica y la funde con el nuevo
romanticismo.

Goethe que a menudo escuché de sus labios. “No la busques en el pasado por medio de la
añoranza, no la busques en el futuro por medio de la esperanza, porque la felicidad está siempre
aquí, está en ti, eres tú quien no estás a su altura”

Johann Wolfgang von Goethe (Acerca de este sonido [ˈjoːhan ˈvɔlfɡaŋ fɔn ˈɡøːtə] (?·i); Fráncfort
del Meno, 28 de agosto de 1749-Weimar, 22 de marzo de 1832) fue un poeta, novelista,
dramaturgo y científico alemán, contribuyente fundamental del Romanticismo, movimiento al
que influyó profundamente.

En palabras de George Eliot (1819-1880) fue «el más grande hombre de letras alemán... y el
último verdadero hombre universal que caminó sobre la tierra». Su obra, que abarca géneros
como la novela, la poesía lírica, el drama e incluso controvertidos tratados científicos, dejó una
profunda huella en importantes escritores, compositores, pensadores y artistas posteriores,
siendo incalculable en la filosofía alemana posterior y constante fuente de inspiración para todo
tipo de obras. Su novela Wilhelm Meister fue citada por Arthur Schopenhauer como una de las
cuatro mejores novelas jamás escritas, junto con Tristram Shandy, La Nouvelle Heloïse y Don
Quijote.1 Su apellido da nombre al Goethe-Institut, organismo encargado de difundir la cultura
alemana en todo el mundo.

Zuleta introdujo entre nosotros la idea de que una sociedad democrática se define por el hecho de
que reconoce el conflicto como elemento constitutivo del orden social y de que la defensa de la
democracia política no es incompatible con las luchas por la transformación de la sociedad.

La cultura para Zuleta no era asunto de una élite excluyente, sino una propuesta universal que
debía llegar a todo aquel que tomara la decisión personalísima de pensar por sí mismo.
Al final de la charla que dictó al M-19 en su campamento explica que hay dos tipos de
revoluciones: las que estallan (como la francesa, la rusa, la china o la cubana), y las que ocurren
pero nunca estallan y producen transformaciones de la vida mucho más profundas y estables,
cuyo mejor ejemplo es el Renacimiento de comienzos de la era moderna, época durante la cual las
gentes comenzaron “a pintar distinto, a pensar distinto y a comportarse distinto”.

Y es precisamente como adalid de esta segunda forma de revolución que el pensamiento de Zuleta
sigue vigente entre nosotros: una revolución de la vida cotidiana, que transforme las relaciones
personales y que convierta la tolerancia y el respeto por las diferencias y las ideas ajenas en
criterios de convivencia. Una sociedad se transforma verdaderamente, no porque se derrumbe el
poder político, sino porque sus miembros encuentran incompatibles sus pautas con las
mentalidades y las condiciones concretas en que viven.

Decía:

Ya tiene un 3 por existir, un cuatro por asistir y un 5 por existir

S-ar putea să vă placă și