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Otro tema que llama la atención es involucrar a las Municipalidades en esta directiva. Nos
parece una insensatez cuando en el Informe de progreso educativo Perú 2010 se dice “A
pesar de haberse culminado las transferencias de las competencias a las regiones, no se
ha hecho lo mismo con el presupuesto y existen muchas dudas sobre el proceso de
municipalización. En general, se necesita trabajar en desarrollar un modelo claro de
descentralización en el sector educación, en cuanto a cuáles funciones corresponden a
cuales actores. En ese escenario, son pocos los cambios en términos del mayor
protagonismo de la escuela.” (pág. 8).
El punto 8 de la directiva: Municipalización de la Gestión Educativa incorpora de manera
forzada la Municipalidad en la responsabilidad educativa. Y se le reconoce que “debe
coordinar con las respectivas DREy/o UGEL según corresponda, los aspectos
relacionados a la Educación.” (Directiva, pág. 10-11). Se expresa que “La Municipalización de
la Gestión Educativa se viene desarrollando en el marco del proceso de descentralización.
Y como no podría faltar el funcionario que incumpla las normas y directivas incurren en las
faltas pertinentes, citándose la legislación correspondiente. Leyes, Decretos Supremos,
legislativos, Decreto de urgencia, Resolución Ministerial, Resolución Vice Ministerial,
Resolución Directoral conforman la jungla legal (el marco legal de la directiva escolar hace
referencia a 69 normas de diverso nivel) que funcionarios y docentes deben conocer y
aplicar. ¿Es justo?
Nos preguntamos si Las normas de carácter transversal son necesarias cuando ya están
expresadas en la política nacional y la Ley General de Educación y Reglamentos. Si
comparamos con la directiva 2010 en el mismo Capítulo V, veremos que el contenido es
el mismo. Hubo alguna evaluación de lo realizado de manera de insistir sobre los puntos
débiles cualitativos antes que reducirlos a una normatividad dirigista en donde cualquier
responsable puede “lavarse las manos” para justificar omisiones, para dejar en evidencia
que la autoridad no es la que incumple sino los de los niveles inferiores. ¿No se sabe
acaso de la crisis de la educación intercultural bilingüe y la falta de voluntad política para
abordarla? El tema de la educación inclusiva, no puede reducirrse a un mandato, lo que
es una filosofía, una pedagogía. El contenido no dice nada nuevo. La tutoría y orientación
educativa sin duda importante en el proceso educativo, pero falta afinar mejor sus
objetivos que deben ser enfocados desde la perspectiva intercultural. Es fácil subirse a
“olas” o “modas” y a partir de ello hacer campañas. Un ejemplo de ello es lo ocurrido con
el “bullying”. ¿Acaso no sabemos del maltrato que sufren los alumnos dentro de la
institución educativa por parte de sus propios compañeros? ¿Qué se hace para que los
profesores puedan prepararse mejor, actualizarse? La educación ambiental ¿no es un eje
que se desarrolla en el currículo? En Promoción de la cultura y deporte ¿cómo hacer
para que se realicen teniendo en cuenta el desarrollo de actividades comprendidas en el
tiempo y los horarios establecidos en la IE? ¿Cómo se concilian la cultura y deporte en el
ámbito escolar? Sin duda sería necesario precisar los campos y el enfoque para no
trabajar con conceptos reducidos. La investigación y supervisión educativa, sin duda un
tema importante para reducirlo a una norma transversal. Es un tema recurrente en la
formación profesional del docente y su actualización permanente. ¿Y el tiempo y los
recursos? La intención es buena, pero los aportes ¿son socializados? ¿son tenidos en
cuenta para el desarrollo de la política educativa? Las misiones de supervisión educativa
¿en qué consisten? ¿qué evaluación se tiene de las mismas? ¿han servido para algo? Sin
duda no es el espacio para la supervisión, pues su función es otra y no va tan ligada a la
de investigación. Sobre el tema Tecnologías educativas para mejorar los aprendizajes en
el aula ¿qué avances se han logrado? Mucho de lo asignado en el documento está por
alcanzar y se hubiera avanzado más si se hubiese respetado lo que se adelantó en el
quinquenio pasado.
Sin duda los otros temas merecen un análisis que no es el propósito del artículo, pero
están redactados en el mismo sentido y espíritu. Nada nuevo bajo el sol, recordar la rutina
de siempre.
Hubiera sido importante que la directiva escolar 2011, estuviera precedida de una
introducción marco que expresara la política educativa a enfatizar, así como se hace con
el rosario de sustento legal in extenso y al cual ningún docente puede tener acceso
directo por lo laborioso y especializado que es.
La carencia de una introducción marco no permitiría los “bandazos” en los que se debate
nuestra educación a vista y paciencia de autoridades que hablan mucho sobre calidad de
la educación, de los progresos sin duda, pero incapaces de reconocer autocríticamente
que hubiera sido mejor si hubiesen dejado de lado la arrogancia y dedicarse con sentido
profesional a atender los requerimientos de la educación nacional.
Otro enfoque, otra manera más creativa debería intentarse en el diseño y elaboración de
la directiva escolar a futuro. Demasiado acartonada, legalista, rigorista, punitiva, antes que
motivadora, suscitadora de la creatividad, de la innovación. ¿Cómo se desarrollará la
institución educativa autónoma si la mantenemos uncida a la voz de la autoridad, que es
como la voz del amo?