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La pleura normal es una fina lámina lisa y semitransparente que recubre, separadamente
en el lado izquierdo y derecho del tórax, el pulmón y sus cisuras (pleura visceral), la
porción lateral de las estructuras mediastínicas, el diafragma y la cara interna de la pared
torácica (pleura parietal). El espacio entre pleura parietal y visceral se denomina cavidad
pleural. En condiciones fisiológicas, esta cavidad está ocupada por una mínima cantidad
de líquido (0,26 mL/kg).
Excesos moderados en la producción de líquido pueden compensarse por un aumento
en la absorción linfática a través de la pleura parietal, y sólo cuando se sobrepasa esta
capacidad de absorción se acumula el líquido para dar lugar al derrame pleural.
QUILOTÓRAX
Se caracterizan por la presencia de un liquido pleural de aspecto lechoso, completamente
blanco en ocasiones y algo coloreado (amarillento o rojizo) en otras. El quilotórax
presenta ese aspecto por su elevado contenido en linfa y esta causado, en la mayoría de
los casos, por la rotura del conducto torácico debido a un traumatismo (accidental o
quirúrgico) o por invasión neoplásica, en general a partir de adenopatías malignas
(especialmente en linfomas). En raras ocasiones se produce quilotórax por bloqueo
linfático pulmonar, como ocurre en la linfangioleiomiomatosis, que se acompaña con
frecuencia de episodios repetidos de neumotórax y quilotórax.
El quilotórax se clasifica desde el punto de vista etiológico como traumático y no-
traumático.
TRAUMÁTICOS:
No-iatrogénicos: dentro de los últimos se ha descrito incluso casos secundarios a
episodios de tos o vómitos .
Dentro de las causas traumáticas no iatrogénicas se describen las fracturas
espinales, la labor de parto, y las lesiones penetrantes, tanto de arma blanca como
por arma de fuego.
Iatrogénicos: Los procedimientos quirúrgicos torácicos actualmente son la
principal causa traumática, con una incidencia de hasta 4% en la cirugía esofágica,
donde el abordaje transhiatal en comparación con la vía torácica presenta un
aumento en el riesgo5. Tras la resección pulmonar y linfadenectomía de ganglios
mediastinales ocurre en 1,4% de los pacientes, siendo mayor en los estadios N2.
Otras etiologías traumáticas iatrogénicas que lesionan el conducto torácico son la
cateterización de las venas subclavias y la trombosis de éstas secundaria a la toma
de la vía central5.
NO TRAUMÁTICAS:
Se ha descrito las neoplasias, sarcoidosis, insuficiencia cardíaca, síndrome nefrítico,
cirrosis hepática, bocio intratorácico, amiloidosis, síndrome de vena cava superior,
anormalidades congénitas del conducto torácico y enfermedades de los vasos linfáticos
como, síndrome de la uña amarilla y hemangiomatosis. La obstrucción secundaria a
malignidad es la causa más común de quilotórax en general y de los de origen no-
traumático. Los linfomas son responsables del 70% de los casos, con un predominio del
no-Hodgkin, también el cáncer broncogénico es otra causa neoplásica
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La disnea y tos son manifestaciones comunes de los derrames pleurales en general
mientras que el dolor torácico y la fiebre son menos comunes en el quilotórax.
El quilotórax traumático suele desarrollarse en dos a diez días posteriores a la lesión. En
el contexto no traumático, el inicio de los síntomas es más insidioso.
La pérdida rápida de quilo se asocia con hipovolemia y dificultad respiratoria a medida
que el espacio pleural se expande y colapsa el pulmón. Los pacientes pueden presentar
desnutrición debido a la pérdida de proteínas, grasas y vitaminas liposolubles. La
depleción de electrolitos puede llevar a hiponatremia e hipocalcemia. En ciertas
patologías como el linfoma, la primera manifestación puede ser un quilotórax que se
descubre de forma incidental en una radiografía torácica. Es necesario establecer la
diferencia con el pseudoquilotorax, el cual se desarrolla en derrames muy cronicos,
especialmente el reumatoide y el empiema tuberculoso, y presenta un aspecto muy
similar al quilotorax, pero con elevado contenido en colesterol (muy superior al
sanguineo) y relativamente bajo en trigliceridos (< 50 mg/dL [0,5 g/L]). En el verdadero
quilotorax se invierten estos terminos, ya que el valor de trigliceridos suele ser superior
a 100 mg/dL (1 g/L).
DIAGNÓSTICO
La sospecha clínica es muy importante en el proceso diagnóstico.
La Investigación de un presunto quilotórax comienza con la confirmación del diagnóstico
mediante el análisis del líquido pleural, seguido por la identificación del posible sitio de la
fuga, siendo fundamental establecer la etiología. La prueba diagnóstica definitiva es la
toracocentesis con el análisis de laboratorio del líquido pleural. El color del líquido puede
ser engañoso, ya que sólo el 44% de los casos muestran el clásico aspecto blanco lechoso,
mientras que otros son de aspecto seroso, sero-hemático, amarillento, verduzco o
francamente hemático, ya que puede estar manchado con sangre después de un trauma
grave, o que el paciente aún esté bajo ayuno, también puede deberse a desnutrición. Por
lo tanto el análisis de laboratorio es necesario.
El diagnóstico exacto del quilotórax se basa en la presencia de quilomicrones en el líquido
pleural, sin embargo en ocasiones ha sido demostrada la presencia de quilomicrones en
el hemotórax inmediatamente después de una comida, caso en el que procede repetir la
toracocentesis después de varias horas de ayuno.
Cuando no se dispone de la capacidad para demostrar la presencia de quilomicrones,
entonces se dependerá de la cuantificación de los niveles de colesterol y triglicéridos en
el líquido pleural. De esta manera, concentraciones de triglicéridos > 110 mg / dL (1,24
mmol / L) y colesterol < 200 mg / dL (5,18 mmol / L) son diagnósticos de quilotórax. Sin
embargo cuando el paciente está en ayuno prolongado y particularmente si se encuentra
en estado postoperatorio puede ser que se omita el diagnóstico si sólo se basa en la
cuantificación de triglicéridos y colesterol.
Además debe determinarse las concentraciones de proteínas y DHL en el líquido pleural.
Los niveles elevados de DHL obligan a investigar por otras etiologías como cirrosis
hepática. Los pacientes que no presenta traumatismo se les debe realizar tomografía de
abdomen y tórax en busca de lesiones malignas o adenopatías.
La linfangiografía se puede utilizar para demostrar el sitio de fuga o bloqueo. El quilotórax
puede ser diferenciado de un empiema mediante centrifugación, donde el fluido
permanece uniforme, a diferencia del sobrenadante claro que se desarrolla en el
empiema..
TRATAMIENTO
El tratamiento se puede clasificar en tres categorías, tratamiento de las condiciones
subyacentes, manejo conservador y manejo quirúrgico.
Tratamiento de las condiciones subyacentes: Dentro del primero por ejemplo se puede
mencionar los esteroides en la sarcoidosis o los diuréticos en la insuficiencia cardíaca.
El tratamiento conservador: comprende la compensación nutricional y el drenaje
mediante toracostomía con sello de agua a succión continua. En ocasiones la re-
expansión pulmonar se ve obstaculizada por formaciones fibrinosas, lo que
probablemente sólo se resuelva quirúrgicamente. Mantener al paciente nada-vía-oral o
con dietas bajas en triglicéridos de cadena media resuelve el 50% de los quilotórax
traumáticos. Si la fuga persiste a pesar de los triglicéridos de cadena media, entonces
debe considerarse la nutrición parenteral total.
El manejo quirúrgico: está recomendado en los casos donde a pesar de las medidas
conservadoras persiste una fuga mayor de 1,5L/día, mayor a 1L/día por 5 días o
persistencia de drenaje después de 2 semanas. En los casos de quilotórax postquirúrgico
se prefiere la reintervención, ya que en el caso de la cirugía esofágica se ha determinado
que la tasa de mortalidad es del 10% ante la resolución quirúrgica en comparación con
un 50% para el manejo conservador. La ligadura del conducto torácico puede realizarse
mediante toracotomía o toracoscopía.
HEMOTÓRAX
Consiste en la acumulacion de sangre en la cavidad pleural, y no debe confundirse con el
derrame serohemorragico, que es menos denso y suele presentar un hematocrito
inferior al 5%. Por el contrario, en el hemotorax el hematocrito supera a la mitad del de
la sangre y en casos agudos se aproxima mucho a el.
La etiología mas frecuente es la traumatica, ya sea accidental o yatrogena por alguna
maniobra invasiva, pero el hemotorax tambien puede ser espontaneo, secundario a la
rotura de un aneurisma aortico o a una lesion muy vascularizada en algunos casos de
neumotorax espontaneo (hemoneumotorax). En raras ocasiones, el hemotorax se
produce en el curso de la tromboembolia pulmonar, especialmente asociado al
tratamiento anticoagulante; en algunos casos se debe a una hemorragia espontanea por
lesiones tumorales necrosadas. Se ha de considerar la posibilidad de que este causado
por trastornos de la coagulacion o vasculitis. Aunque rara vez produce un hemotorax
clinicamente relevante, se ha de sospechar la presencia de endometriosis ante un
hemotorax que aparece en una mujer en edad fertil.
El diagnostico se sospechara ante un paciente con cuadro agudo de dolor toracico que
cursa con hipotension, anemia y opacificacion total o parcial de un hemitorax. Se
confirmara por toracocentesis.
Desde un punto de vista etiológico, los hemotórax los podemos clasificar en traumáticos,
no traumáticos o espontáneos y yatrogénicos.
Hemotórax traumático
La sangre puede llegar al espacio pleural por lesión de la pared torácica, diafragma,
parénquima pulmonar, vasos sanguíneos o desde estructuras mediastínicas.
Cuando la sangre se acumula en el espacio pleural, ésta tiende a coagularse rápidamente,
como resultado de los movimientos producidos por el corazón y los pulmones.
Finalmente, el hemotórax termina por locularse y tabicarse con rapidez.
Ante cualquier traumatismo, bien sea cerrado o abierto, se debe sospechar la presencia
de un hemotórax. En algunos enfermos no se detecta su presencia en las primeras horas
tras el traumatismo, pero resulta recomendable realizar una radiografía de tórax inicial.
Si el impacto ha sido muy intenso y la situación del paciente lo permite, la realización de
un TAC podrá aportar importante información de posibles lesiones asociadas.
De acuerdo con la extensión radiológica el hemotórax puede clasificarse en tres grados:
1°. El nivel del hemotórax se encuentra por debajo del cuarto arco costal anterior.
2°. El nivel se encuentra entre el cuarto y segundo arco costal anterior.
3°. El nivel está por encima del segundo arco costal anterior.
Hemotorax yatrogénico
Cuando un paciente ingresado presenta un derrame pleural hemático, se debe considerar
el origen yatrogénico. La causa más frecuente de hemotórax yatrogénico es la
perforación de una vena central o arteria por la inserción percutánea de un catéter. De
igual manera, un hemotórax yatrogénico puede ocurrir tras una punción o biopsia
pleural, punción pulmonar percutánea, biopsias transbronquiales o el manejo
endoscópico para tratar las varices esofágicas.
El tratamiento será similar al hemotórax traumático asociado al tratamiento de las
lesiones yatrogénicas detectadas.
Hemotórax no traumático
Los hemotórax no traumáticos son poco frecuentes. La causa más común son las
metástasis pleurales, mientras que la segunda causa más frecuente es la complicación
del tratamiento anticoagulante por embolia pulmonar o patología cardiaca.
El hemotórax espontáneo puede ocurrir como resultado de la ruptura anormal de un vaso
sanguíneo intratorácico, como un aneurisma de aorta, aneurisma de arteria pulmonar,
un ductus arterioso o una coartación de aorta.
En algunos pacientes la causa permanece desconocida a pesar de la toracotomía
exploradora.
Estudio de líquido pleural
Apariencia macroscópica del líquido pleural
Las características del LP pueden proporcionar una información diagnóstica útil. Según su
color, podemos clasificar a la mayoría de los LP en alguna de las siguientes categorías:
acuosos (amarillo claro), serosos (amarillento), serohemáticos (rojo oscuro, similar a la
sangre), purulentos (pus) y lechosos (blanquecino y menos espeso que el pus). (1)
Acuoso trasudado
Seroso DP maligno
Serohemático neoplasias
Lechoso (blanquecino y menos espeso que Quilotórax
el pus)
Purulento empiema
• Anterior: paciente en decúbito supino, cabecera de la cama elevada 30º y elevación del
brazo por encima de la cabeza. Zonas de punción: 2º EIC en línea media clavicular o 4º
EIC en línea media axilar. Indicado en neumotórax, neumotórax a tensión, cualquier
drenaje en niño pequeño, poco colaborador o enfermo grave.
5. Infiltración de anestésico local por planos. Aspirar a la vez que se infiltra, para
confirmar la penetración en el espacio pleural y la presencia de aire
6. Por el mismo punto, introducir aguja o catéter sobre aguja unida a jeringa con 2
ml de SSF con un ángulo de 60º, por encima del borde superior de la costilla, hasta
alcanzar el espacio intercostal.
7. Avanzar el catéter, retirar la aguja, y conectar el catéter a la llave de tres pasos.
8. Aspirar mediante la llave de tres pasos conectada a una jeringa. Se colocará en el
caso de hemotórax la válvula de Heimlich si existe riesgo de entrada de aire del
exterior a la pleura
9. En caso de derrame, extraer inicialmente de 50 a 100 ml de líquido y valorar el
estado clínico del paciente antes de continuar la aspiración.
10. Extraer la aguja o el angiocatéter y realizar radiografía de tórax de control para
valorar resultado y descartar complicaciones posibles.
Complicaciones
■ Mayores:
■ Menores:
• Reflejo vasovagal.
• Dolor en la zona de punción. (2)
NEUMOTÓRAX
El neumotórax se define como la presencia de aire en la cavidad pleural. Este aire puede
tener distintas procedencias, ya sean del parénquima pulmonar, árbol traqueobronqueal,
esófago, órganos intraabdominales, introducirse desde el exterior a través de la pared
torácica y en ocasiones resulta ser la combinacipon de todas estas.
Los cambios fisiopatológicos que produce el neumotórax van a depender de la cantidad
de aire presente en la cavidad pleural y del estado general y funcional del paciente.
Clasificación del neumotórax
Según su etiología
Espontáneo
Traumático
Iatrogénico
Según su tamaño:
Pequeño: separación del margen pulmonar y la caja torácica de <2 cms
Moderado
Grande: separación del margen pulmonar y la caja torácica > 2 cms
Factores de riesgo
Tabaquimo
Sexo masculino
Edad: neumotórax primario en jóvenes y neumotórax secundario en mayores de
55 años de edad.
Fibrosis pulmonar y enfisema
No se relaciona con el esfuerzo físico
Cuadro clínico
Cuadro doloroso agudo (dolor punta de dedo)
Cuadro vegetativo: sudoración, taquicardia, palidez, etc)
Insuficiencia respitartoria
Disnea de variable intensidad
Diagnóstico
Existe timpanismo en la percusión y la intensidad de los síntomas no se relaciona al
tamaño del neumotórax.
Historia clínica con el cuadro clínico característico
Examen físico: disminución de los ruidos respiratorios, aumento de la percusión
torácica
Radiografía de tórax: con este se realiza el diagnóstico definitivo
TAC: casos inciertos o recurrentes
Tratamiento
No farmacológico
Obsrcación
Reposo absoluto
Oxígeno al 100% ya que ha demostrado disminuir el tiempo de resolución del
neumotórax hasta 4 veces
Farmacológico
Analgésicos: AINES
Quirúrgico
Aspiración simple: cuando el colapso pulmonar sea menor, es decir, < 2 cm
Se recomienda valorar al paciente con Rx y 6 horas antes del alta. Las sondas a utilizar
son de número 14 a 22 french. Si el paciente presenta neumotórax mayor o sospecha de
fístula broncopleural se deberá utilizar sondas de número 24 a 28 french.
Colocación de tubo torácico
Se realiza siempre bajo anestesia local y debe cumplir con los criterios para la colocación
de tubo torácico:
Neumotórax mayor
Descompensación clínica
Sospecha de fístula broncopleural
NE secundario grade en pacientes >50 años
Derrame pleural maligno
Empiema
EMPIEMA
Empiema es la acumulación de pus en la cavidad pleural, que puede ocupar parte de la
misma o toda ella. El fluido inflamatorio y la fibrina dentro del espacio pleural es el
resultado de una infección dentro de esta cavidad que evoluciona de líquido acuoso a
una colección purulenta dentro de ella.
La mayoría de los derrames paraneumónicos resuelven sin complicaciones y con poca
significación clínica, pero algunos evolucionan a empiema.
Etiología
Ruptura de un absceso pulmonar.
Ruptura de una bula enfisematosa.
Bronquiectasia abscedada.
Provenir del mediastino o cavidad abdominal.
Post- traumático.
Post-quirúrgico.
Perforación esofágica.
Hematoma infestado.
Iatrogénico (punción pleural)
Fisiopatología
Fase exudativa (1ra semana): caracterizada por un líquido pleural acuoso rico en
proteínas con pocos leucocitos.
Fase fibrino-purulenta (2da-3ra semanas): Líquido más turbio y espeso. Existe
fibrina la que comienza a depositarse en la superficie pleural, predominio de
neutrófilos.
Fase crónica u organizativa (4ta-6ta semanas): Pus espeso, PH menor de 7,20,
organización de la fibrina formando una corteza alrededor del pulmón el cual
queda atrapado.
Clasificación
De acuerdo a su evolución.
Agudo.
Crónico.
De acuerdo a su extensión.
Localizado (encapsulado).
Difuso (libre en cavidad; unilateral o bilateral).
De acuerdo a su comunicación o no con el exterior o los bronquios.
Sin fístula bronquial o parietal.
Con fístula bronquial o parietal.
De acuerdo con el estado del pulmón.
Con pulmón sano.
Con pulmón patológico.
Según su aspecto histológico.
Fase exudativa (agudo).
Fase fibrino-purulenta (intermedia).
Fase organizativa o crónica.
Diagnóstico
Antecedentes
Cuadro clínico: Disnea, dolor pleurítico en la inspiración o con la tos. Puede haber
fiebre alta, escalofríos, vómito.
Examen físico:
o disminución de la expansibilidad torácica, matidez, disminución del
murmullo vesicular.
Laboratorio: Hemoglobina, hematocrito, eritrosedimentación, coagulograma,
grupo y factor, leucograma, gasometría.
Microbiológico: Hemocultivo.
Imagenología: Radiografía de tórax antero posterior, lateral y Pancoast
(borramiento del angulo costofrénico).
Ultrasonido: Determina el volumen de líquidos
Tratamiento
Objetivos:
Lucha contra la infección primaria.
Drenaje de pus.
Expansión pulmonar.
Empiema agudo
Antibióticoterapia.
Tratamiento sintomático.
Medidas de sostén.
Punción pleural. Pleurotomía.
Empiema crónico:
Evacuar bolsones de pus tabicado.
Evacuar fibrina.
Liberar el pulmón.
Lavar la cavidad pleural.
Decorticación pleural.
Drenaje
Fase exudativa (1ra semana).
Toracocentesis y pleurotomía
Fase fibrino-purulenta (2da semana hasta 21 días).
Pleurotomia y toracoscopia
Fase crónica u organizativa (4ta y más semanas)
Drenaje abierto mediante toracotomía decorticación total del pulmón
GRUPO 2
ASMA BRONQUIAL
El asma es un síndrome que incluye diversos fenotipos clínicos que comparten manifestaciones
clínicas similares, pero de etiologías probablemente diferentes. Ello condiciona la propuesta de
una definición precisa, las habitualmente utilizadas son meramente descriptivas de sus
características clínicas y fisiopatológicas. (1)
Desde un punto de vista pragmático, se la podría definir como una enfermedad inflamatoria
crónica de las vías respiratorias, en cuya patogenia intervienen diversas células y mediadores de
la inflamación, condicionada en parte por factores genéticos y que cursa con hiperrespuesta
bronquial (HRB) y una obstrucción variable del flujo aéreo, total o parcialmente reversible, ya
sea por la acción medicamentosa o espontáneamente. (1)
PREVALENCIA
Se calcula que el asma afecta a 300 millones de personas en todo el mundo. Constituye un
problema mundial de salud debido a que afecta a personas de toda edad, con una prevalencia
elevada en varios países en desarrollo. El asma sigue siendo una carga inaceptable para los
sistemas de salud y para la sociedad. (2)
FACTORES DE RIESGO
Deben distinguirse los factores de riesgo para el desarrollo de asma de los factores
desencadenantes de síntomas de asma. Los factores de riesgo de desarrollo de asma son
aquellos que se relacionan con la aparición de la enfermedad asmática; en cambio, los factores
desencadenantes de síntomas de asma son aquellos cuya exposición origina la aparición de
síntomas en pacientes con asma, pudiendo llegar a causar una exacerbación asmática. Muchos
de los factores relacionados con el huésped son perinatales, mientras que los factores
ambientales son muy variables y pueden actuar en diversas edades del paciente. (1)
En cuanto a los factores desencadenantes de síntomas, su importancia estriba en que las
medidas para evitarlos son fundamentales en el tratamiento de la enfermedad asmática.
Curiosamente, se ha observado que algunos factores ambientales que son reconocidos
desencadenantes de síntomas de asma se comportan como factores protectores para el
desarrollo de la enfermedad cuando la exposición a los mismos se produce en la infancia. Los
factores genéticos pueden contribuir al desarrollo de asma, modular la respuesta individual a
otros factores de riesgo para desarrollar la enfermedad o influir sobre la acción de otros
desencadenantes. Los factores genéticos pueden contribuir al desarrollo de asma, modular la
respuesta individual a otros factores de riesgo para desarrollar la enfermedad o influir sobre la
acción de otros desencadenantes. (3)
FISIOPATOLOGÍA (1) Las características distintivas de la enfermedad son las siguientes:
mayor reactividad de las vías respiratorias frente a toda una diversidad de estímulos, que se
traduce en una broncoconstricción episódica; inflamación de las paredes bronquiales; y
aumento de la secreción de moco.
Asma atópica.
Los principales factores causales del asma atópico son una predisposición genética a la
hipersensibilidad de tipo I («atopia») y la exposición a algún detonante ambiental que sigue sin
precisarse del todo.
Existe una tendencia de desarrollar potentes reacciones Th2 contra alérgenos. Los Th2 segregan
citocinas que favorecen la inflamación alérgica y activan los linfocitos B para fabricar IgE y otros
anticuerpos. Entre estas citocinas figuran IL4, que pone en marcha la síntesis de IgE; IL5, que
activa los eosinófilos de procedencia local; e IL-13, que induce la secreción de moco por las
glándulas submucosas bronquiales y además fomenta la producción de IgE por los linfocitos B.
La IgE recubre los mastocitos de la submucosa y la exposición reiterada al alérgeno desencadena
la expulsión del contenido de sus gránulos y la producción de citocinas y otros mediadores, que
en conjunto suscitan las reacciones de las fases temprana (hipersensibilidad inmediata) y tardía.
La reacción de la fase tardía consta en gran medida de una inflamación con reclutamiento de
leucocitos, en particular eosinófilos, neutrófilos y más linfocitos T. La atracción de los leucocitos
está estimulada por las quimiocinas generadas por los mastocitos, las células epiteliales y los
linfocitos, además de por otras citocinas.
“Algunos pacientes con asma pueden tener un buen control de los síntomas y de la función
pulmonar y al mismo tiempo tener exacerbaciones frecuentes, por el contrario, otros pacientes
presentan síntomas diarios y muy pocas exacerbaciones.”
Las principales alteraciones funcionales del asma son la obstrucción del flujo aéreo, su
reversibilidad, la variabilidad y la hiperrespuesta bronquial.
La espirometría es la prueba diagnóstica de primera elección, tal como recoge el algoritmo del
proceso diagnóstico propuesto.
Los principales parámetros a determinar son la capacidad vital forzada (FVC) y el volumen
espiratorio forzado en el primer segundo (FEV1). La obstrucción se define como un cociente
FEV1 /FVC por debajo del límite inferior de los valores de referencia, que arbitrariamente se
sitúa en 0,7. Un FEV1 reducido confirma la obstrucción, ayuda a establecer su gravedad e indica
un mayor riesgo de exacerbaciones. Por otra parte, muchos enfermos con asma pueden tener
una espirometría con valores en el margen de referencia o incluso con un patrón no obstructivo
(restrictivo) por atrapamiento aéreo.
Un criterio de broncodilatación alternativo es un aumento del flujo espiratorio máximo (PEF) >
60 l/min o >20 %
La reversibilidad también puede ser identificada por una mejoría del FEV1 o del PEF tras 2
semanas de tratamiento con glucocorticoides sistémicos o2-8 semanas de glucocorticoides
inhalados.
EL ESTUDIO DE LA ALERGIA
La medición de IgE específica sérica frente a alérgenos completos, con el mismo significado que
el prick, posee menor sensibilidad y mayor coste.
TRATAMIENTO (3)
PRINCIPIOS GENERALES
Consejería para dejar de fumar: en cada visita, aliente de forma enérgica a los fu-
madores a que dejen de fumar. Brinde acceso a consejería y recursos. Aconséjeles a los
padres y a los cuidadores a que no fumen en habitaciones/vehículos utilizados por niños
asmáticos
Actividad física: aliente a las personas asmáticas a que participen en actividad física
regular dados sus beneficios generales para la salud. Brinde asesoramiento sobre el
manejo de la broncoconstricción inducida por el ejercicio.
Asma ocupacional: pregúnteles a todos los pacientes con asma de comienzo en la edad
adulta acerca de sus antecedentes laborales. Identifique y elimine los sensibili- zadores
ocupacionales lo antes posible. Refiera a los pacientes a un asesoramiento por expertos,
si está disponible.
AINE, incluida la aspirina: pregunte siempre por la presencia de asma antes de
recetarlos.
Para obtener los mejores resultados, se debe iniciar el tratamiento que contiene ICS tan
pronto como sea posible después de establecer el diagnóstico del asma, porque:
Los pacientes con asma -incluso leve- pueden tener exacerbaciones severas
Los ICS a dosis bajas reducen notablemente las hospitalizaciones y la muerte por
asma
Los ICS a dosis bajas son muy efectivos para prevenir exacerbaciones severas,
reducir los síntomas, mejorar la función pulmonar y prevenir la broncoconstricción
inducida por el ejercicio, incluso en pacientes con asma leve
El tratamiento temprano con ICS a dosis bajas conduce a una mejor función
pulmonar que si los síntomas han estado presentes por más de 2-4 años
Los pacientes que no toman ICS y que presenten una exacerbación severa tienen
una función pulmonar a largo plazo menor que la de quienes ya han iniciado el
tratamiento con ICS.
PASO 1:
Tratamiento controlador preferido: ICS-formoterol a dosis bajas según sea necesario (fuera de
indicación)
PASO 2:
Medicamentos controladores preferidos: Tratamiento diario con ICS a dosis bajas más SABA
según sea necesario, O ICS-formoterol a dosis bajas según sea necesario (fuera de indicación).
La opción de control preferida para los niños. Otras opciones de control menos efectivas para
los niños son LTRA diarios, o tomar ICS a dosis baja cada vez que se toma SABA.
PASO 3:
El medicamento controlador preferido para este grupo de edad es ICS a dosis intermedias o
ICS-LABA a dosis bajas, que tienen beneficios similares.
PASO 4
PASO 5
El tratamiento guiado por el análisis de esputo, si está disponible, mejora los resultados en el
asma de moderada a severa. Los tratamientos complementarios incluyen tiotropio en inhalador
de niebla fina para los pacientes ≥6 años con antecedentes de exacerbaciones; para el asma
alérgica severa, anti-IgE (omalizumab SC, ≥6 años), y para el asma eosinofílica severa, anti-IL5
(mepolizumab SC, ≥6 años o reslizumab IV, ≥18 años), anti-IL5R (benralizumab, ≥12 años) o anti-
IL4R (dupilumab SC, ≥12 años).
Otras opciones: Algunos pacientes podrían beneficiarse del uso de OCS a dosis bajas, pero los
efectos secundarios sistémicos a largo plazo son frecuentes y onerosos.
A la hora de hablar con los pacientes, se prefiere el término «crisis». También suelen emplearse
los términos «episodios», «ataques» y «asma aguda severa», pero tienen significados variables,
particularmente para los pacientes
Todos los pacientes deben recibir un plan de acción para el asma por escrito que sea apropiado
para su nivel de control del asma y sus conocimientos en salud, de modo que sepan reconocer
y responder a un empeoramiento del asma.
Cambios en la medicación para los planes de acción para el asma por escrito (consulte el
Cuadro 4-2 de la GINA)
ICS: En adultos y adolescentes cuadriplique la dosis. Sin embargo, en niños con una
adherencia adecuada, un aumento de 5 veces no es efectivo.
ICS-formoterol de mantenimiento: Cuadriplique la dosis de ICS-formoterol de mante-
nimiento (hasta la dosis máxima de formoterol de 72 mcg/día).
ICS-otro LABA de mantenimiento: Aumente a la formulación con una dosis más alta o
considere agregar un inhalador de ICS aparte para alcanzar una dosis cuádruple de ICS.
ICS-formoterol de mantenimiento y rescate: Continúe la dosis de mantenimiento;
aumente las dosis de medicamento de rescate según sea necesario (máxima dosis de
formoterol 72 mcg/día).
Evalúe la severidad de la exacerbación mientras inicia el tratamiento con SABA y oxígeno. Evalúe
la disnea (p. ej., si el paciente es capaz de decir frases o solo palabras), la frecuencia respiratoria,
la frecuencia de pulsaciones, la saturación de oxígeno y la función pulmonar (p. ej., PEF). Revise
si hay anafilaxia.
Considere causas alternativas de falta de aire aguda (p. ej., insuficiencia cardíaca, disfunción de
las vías respiratorias superiores, inhalación de cuerpo extraño o embolismo pulmonar).
GRUPO 3
EPIDEMIOLOGÍA
Datos y cifras
FACTORES DE RIESGO
● Tabaquismo
● Reactividad de las vías respiratorias
● Infecciones de las vías respiratorias
● Exposición laboral
● Exposición pasiva o secundaria al humo del tabaco
● Consideraciones genéticas: Deficiencia de antitripsina α1, la función principal de
la A1AT es proteger el tejido pulmonar de la inflamación ocasionada por las
infecciones y los irritantes inhalados, como el humo de cigarrillo.
PATOGENIA
FISIOPATOLOGÍA
La capacidad de ejercicio suele estar limitada en los pacientes con EPOC debido a:
Técnicas de imagen
En la primera evaluación del paciente se debe obtener una radiografía de tórax que puede
ser normal o presentar anomalías mínimas hasta en el 50% de los casos. Los hallazgos
radiográficos más característicos incluyen:
Evaluación
mMRC
CAT
Versión revisada de la evaluación de la EPOC
TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO.
GRUPO 4
Concepto
Las enfermedades intersticiales difusas del pulmón constituyen un grupo de afecciones
con manifestaciones clínicas, radiológicas y funcionales respiratorias similares, en las
cuales las principales alteraciones anatomopatológicas afectan a las estructuras
alveolointersticiales. El termino enfermedad intersticial difusa no describe realmente el
sustrato anatomopatológico de dichas entidades clínicas, puesto que estas afectan no solo
a las estructuras alveolointersticiales, sino también, en muchas ocasiones, a las pequeñas
vías aéreas, así como a las arterias y a venas pulmonares. (Farreras, 2016)
Etiología
.La etiología de las enfermedades intersticiales difusas del pulmón es muy variada,
aunque solo en el 35% de los casos es posible identificar el agente causal. Se clasifican
en tres grupos: neumonías intersticiales idiopáticas, las de causa conocida o asociadas a
otras entidades clínicas bien definidas, y las primarias o asociadas a otras enfermedades
no bien definidas. El 6%-10% son inclasificables, debido a la presencia de datos clínicos,
radiológicos o anatomopatológicos inadecuados o discordantes, por tratamiento previo
que puede alterar los datos radiológicos o patológicos, o bien por la presencia de
características que puedan corresponder a entidades diferentes. (Farreras, 2016)
Patogenia
La mayoría de las enfermedades intersticiales difusas del pulmón tienen una patogenia
similar. Como consecuencia de la acción de un agente causal (conocido o no), células
inflamatorias y mesenquimatoso (fibroblastos, células epiteliales alveolares) secretan
mediadores celulares que actúan de forma autocrina y/o paracrina entre sí, lo cual da lugar
a inflamación alveolar (alveolitis) y a la aparición de fibrosis pulmonar.
Cuadro clínico
disnea de esfuerzo
tos seca
En las fases iniciales los pacientes pueden estar asintomáticos o presentar disnea con
radiografía de tórax normal. Los datos más relevantes de la exploración física son los
estertores crepitantes y la acropaquia, aunque no están presentes en todas las
enfermedades. A medida que la enfermedad progresa, puede aparecer hipertensión
pulmonar que ocasiona signos y síntomas de cor pulmonale. (Farreras, 2016)
Diagnostico
Rx de tórax
Exploración funcional respiratoria
TC de alta resolución
valorar la realización de fibrobroncoscopía con biopsia transbronquial y lavado
broncoalveolar
Exámenes complementarios
Análisis de sangre
Las eosinofilias pulmonares cursan con eosinofilia. La LDH esta elevada en la proteinosis
alveolar y puede estarlo en la fibrosis pulmonar idiopática. En la sarcoidosis, pueden estar
elevadas las concentraciones de calcio en sangre y orina.
Exploraciones complementarias
Rx de tórax
TCAR:
Muestra una anormalidad reticular periférica bibasal predominante con broquiectasia por tracción y
patrón en panal de abejas.
Capacidad de difusión
Tratamiento
evitar la exposición al agente causal
administración de fármacos para tratar las lesiones pulmonares
En la actualidad, existen fármacos antifibróticos para el tratamiento de la fibrosis
pulmonar idiopática, pero no para otros tipos de fibrosis pulmonar. El tratamiento varía
según el tipo de enfermedad. El trasplante pulmonar se ha practicado con buenos
resultados en neumonías intersticiales que no responden al tratamiento farmacológica.
(Farreras, 2016)
Es una entidad clínico-patológica que actualmente se considera bien definida, ya que las
características histológicas de la fibrosis pulmonar son bien diferenciadas de las de la
fibrosis de la neumonía intersticial usual. Se distinguen dos formas:
Celular (predomino de inflamación en el parénquima pulmonar)
Fibrótica (predominio de fibrosis).
Cuadro clínico:
Disnea de esfuerzo y tos seca, de inicio insidioso o subagudo
Estertores crepitantes están presentes en el 12% de los casos
Acropaquia, en el 25%. Puede ser idiopática o asociada a enfermedades del colágeno,
neumonitis por hipersensibilidad, inhalación de sustancias tóxicas y administración de
fármacos. (Rozman, 2016)
La forma idiopática es más frecuente en mujeres no fumadoras.
Rx de tórax:
Infiltrados intersticiales o alveolointersticiales de predominio en los lóbulos inferiores.
No existe ningún patrón específico en la TC
Los hallazgos del lavado broncoalveolar son variables y no son diagnósticos. El
diagnóstico debe establecerse por biopsia pulmonar quirúrgica.
El pronóstico depende de la etiología y del grado de inflamación en el parénquima
pulmonar. El pronóstico es mejor en los casos en que la enfermedad se asocia a otras
entidades y cuando el estudio histológico muestra predominio de la inflamación.
(Farreras, 2016)
Tratamiento
Glucocorticoides p.o. en dosis de 1 mg/kg de peso y día durante 1 mes, que se disminuye
de forma progresiva hasta 5-10 mg en días alternos, pauta que se mantiene hasta la
resolución clínica y la estabilización de las pruebas funcionales. (Farreras, 2016)
En caso de ausencia de respuesta a los glucocorticoides, es recomendable añadir
azatioprina en dosis de 50-150 mg/día p.o. En las formas asociadas a enfermedades del
tejido conectivo, el micofenolato mofetilo en dosis de 2-3 g/día p.o. se ha mostrado eficaz.
(Farreras, 2016)
Es una enfermedad poco frecuente, caracterizada por la presencia de daño alveolar difuso
en el parénquima pulmonar. El daño alveolar difuso es la característica
anatomopatológica del síndrome de distrés respiratorio agudo. (Farreras, 2016)
Cuadro clínico
Disnea de aparición aguda o subaguda, precedida por síntomas similares a los
ocasionados por una enfermedad vírica: astenia, mialgias, artralgias, fiebre y
escalofríos.
La enfermedad evoluciona a la insuficiencia respiratoria grave en pocos días.
Rxde tórax
Infiltrados alveolares bilaterales con broncograma aéreo
TC
Imágenes en vidrio deslustrado y de consolidación. En las fases avanzadas de la
enfermedad pueden aparecer bronquiectasias de tracción e imágenes en panal.
El lavado broncoalveolar muestra marcada neutrofilia. Es una enfermedad con mal
pronóstico, ya que la supervivencia es del 50% a los 2 meses del diagnóstico. En algunos
casos, la enfermedad puede resolverse por completo, presentar recaídas o evolucionar a
fibrosis pulmonar. (Farreras, 2016)
El diagnóstico debe establecerse por biopsia pulmonar quirúrgica. Cuando ello no es
posible por el estado clínico del paciente, el diagnóstico puede establecerse por el cuadro
clínico y los hallazgos de la TC y del lavado broncoalveolar. (Farreras, 2016)
Tratamiento
Consiste en metilprednisolona 1 g/día i.v. durante 3 días seguida de prednisona 1 mg/kg
de peso y día i.v. durante 4 semanas con disminución progresiva de la dosis. (Farreras,
2016)
BRONQUIOLITIS RESPIRATORIA ASOCIADA A ENFERMEDAD PULMONAR
INTERSTICIAL
Es una entidad clínica poco frecuente. La bronquiolitis respiratoria es una lesión común
en fumadores y consiste en el acúmulo de macrófagos hiperpigmentados en los
bronquíolos. En ocasiones, las lesiones se extienden a los espacios alveolointersticiales y
dan lugar a enfermedad intersticial. Es una enfermedad relacionada con el consumo de
tabaco y afecta a fumadores de más de 30 paquetes/año, con edad entre 40 y 50 años.
Puede representar la fase inicial de la neumonía intersticial descamativa. (Farreras, 2016)
Cuadro clínico
Consiste en tos y disnea de esfuerzo, aunque en ocasiones la enfermedad es asintomática.
Rx de tórax
Muestra imágenes reticulonodulillares
TC
Engrosamiento de las paredes bronquiales, nodulillos centrolobulillares e imágenes en
vidrio deslustrado, que pueden orientar al diagnóstico. (Loscalzo, 2010)
En el lavado bronco alveolar se observan macrófagos hiperpigmentados, hallazgo
frecuente en los fumadores sin enfermedad respiratoria. (Farreras, 2016)
El diagnóstico se establece por biopsia pulmonar quirúrgica. En las muestras obtenidas
por biopsia, no es infrecuente la coexistencia de lesiones de la histiocitosis de células de
Langerhans, bronquiolitis respiratoria asociada con enfermedad y neumonía intersticiales
descamativa, lo que demuestra el espectro de enfermedades intersticiales relacionadas
con el tabaquismo. El pronóstico es bueno, con curación de la enfermedad en la mayoría
de los casos. No obstante, en algunos pacientes la enfermedad es persistente a pesar del
tratamiento, aunque es excepcional la progresión a insuficiencia respiratoria. (Farreras,
2016)
Tratamiento
Abandono del hábito tabáquico. En caso de persistencia de alteraciones radiológicas o
funcionales se recomienda la administración de glucocorticoides a las mismas dosis que
las utilizadas en la neumonía intersticial no específica. (Farreras, 2016)
LINFANGIOLEIOMIOMATOSIS
Es una enfermedad poco frecuente caracterizada por la proliferación de células inmaduras
de la musculatura lisa (células LAM) en vasos linfáticos, bronquíolos y vasos pulmonares,
anqué puede afectar a otros órganos como es el riñón, hígado, útero y páncreas. (Rozman,
2016)
Se observan múltiples quistes de paredes finas que ocupan la práctica totalidad del parénquima de forma bilateral.
En la base izquierda se observa un aumento de densidad, correspondiente a una proliferación linfática local.
Tratamiento:
A partir del diagnóstico la persona tiene una mediana de supervivencia 8 a 10 años a partir
del diagnóstico. Ningún tratamiento brinda beneficio probado en LAM. Al parecer:
PROTEINOSIS ALVEOLAR
Enfermedad rara de etiología desconocida caracterizada y producida por el depósito en
los alvéolos de exudado lipoproteináceo, por lo que tiene 3 formas clínicas: (Rozman,
2016)
-Congénita: Propia del recién nacido y primeros años, por mutaciones genéticas.
(Rozman, 2016)
-Idiopática: Existe Disminución del surfactante por la inhibición del GM-CFS en los
macrófagos. (Rozman, 2016)
Figure 2 Radiografía posteroanterior de tórax de una paciente con proteinosis alveolar. Se puede
observar un patrón intersticial de predominio reticular, con distribución hiliófuga y afectación pulmonar bilateral
extensa.
Clinica: Cuadro clínico suele cursar con fiebre, tos seca, disnea, dolor torácico e
infiltrados pulmonares (Rozman, 2016)
Concepto
La neumonitis por hipersensibilidad (HP), también denominada: alveolitis alérgicas
extrínsecas, constituye un grupo de enfermedades cuyo denominador común es la
bronquioloalveolitis, es decir, una reacción inflamatoria en la pared alveolar y
bronquiolar, así como en el intersticio, con acúmulo predominante de linfocitos, células
plasmáticas y presencia de macrófagos de tipo espumoso (1).
Es una neumopatía que proviene de exposición por inhalación a diversos antígenos, que
culmina en una respuesta inflamatoria de los alveolos y vías respiratorias finas. Las
manifestaciones generalizadas como fiebre y fatiga acompañan a los síntomas del aparato
respiratorio (2).
La sensibilización a un antígeno inhalado, como se manifiesta por la presencia de
anticuerpos circulantes específicos de tipo IgG, es necesaria para la génesis de HP, pero
la sola sensibilización no basta como característica definitoria, porque muchas personas
sensibilizadas no terminan por presentar HP (2).
Epidemiología
La prevalencia e incidencia de la neumonitis por hipersensibilidad es baja aunque con
toda seguridad una de las razones es el infradiagnóstico. Además los datos varían en
función de la definición de caso, la presencia de ciertas industrias en las cercanías y los
factores de riesgo del huésped. Solo unos pocos individuos de toda la población expuesta
desarrollan la enfermedad y en ello influyen factores genéticos, ambientales y las
características del propio antígeno (3).
El pulmón del granjero es una de las formas más comunes y afecta al 0,4-7% de todos los
granjeros. La prevalencia cambia mucho por regiones, dependiendo claramente de la
humedad de la zona (3).
El tabaquismo se asocia con una disminución del riesgo de padecer la enfermedad, sin
embargo, una vez que ésta está instaurada no atenúa su severidad y puede predisponer a
la cronicidad (1).
Etiología
La HP puede ser causada por un gran número de posibles antígenos inhalados lesivos
(Ver tabla 1). Los antígenos y las situaciones ambientales heterogéneas descritas y
vinculadas con HP han originado una lista cada vez más amplia de nombres aplicados a
formas específicos de HP. Se ha achacado a antígenos derivados de hongos, bacterias,
micobacterias, proteínas de pájaros y sustancias químicas, ser la causa de HP.
Las categorías de individuos expuestos al riesgo particular de exposición a antígenos
incluyen granjeros, propietarios de pájaros y aves, trabajadores industriales y usuarios de
instalaciones que usan agua caliente (2).
- El llamado “pulmón de granjero” surge como consecuencia de exposición a una
de las fuentes posibles de antígenos bacterianos o micóticos como granos, heno
con mohos o materiales en silos, entre los posibles antígenos nocivos los
actinomicetos termófilos o especies de Aspergillus.
- El llamado “pulmón de criador de pájaros” y “pulmón de criador de aves de
corral” son una entidad que debe ser considerada en individuos que señalan el
antecedente de criar pájaros en su hogar y que es desencadenado por la exposición
a antígenos provenientes de plumas, excrementos y proteínas séricas.
- El llamado “pulmón de trabajador de industria química” es inducido por la
exposición a antígenos químicos laborales como el diisocianato de difenilmetano
y el diisocianato de tolueno.
Fisiopatología:
La fisiopatología de la HP no se ha dilucidado en detalle a nivel inmunológico, aunque
se ha confirmado que la HP es una entidad mediada por mecanismos inmunitarios que se
producen en reacción a antígenos inhalados que son lo suficientemente pequeños como
para depositarse en la porción distal de las vías respiratorias y los alvéolos. Desde la
perspectiva de los linfocitos se ha definido a la HP como un trastorno con características
inflamatorias TH1 (2).
Sin embargo, datos recientes sugieren que subgrupos de linfocitos TH17 pudieran
participar también en la patogenia de la enfermedad. La presencia de anticuerpos de tipo
IgG desencadenantes contra antígenos específicos en HP sugiere una participación
decisiva de la inmunidad adaptativa en la fisiopatología de HP, pero también hacen una
contribución importante los mecanismos inmunitarios innatos; lo anterior se esclarece por
la observación de que en HP se activan los receptores tipo Toll y las proteínas
señalizadoras anterógradas como MyD88. No se ha definido una base genética neta en
caso de HP, pero en cohortes específicas se han observado polimorfismos en genes que
participan en el procesamiento y presentación de antígenos, que incluyen TAP1 y el
complejo de histocompatibilidad mayor tipo II (2).
Patogenia
Tanto los mecanismos que comportan la activación del tipo III de la clasificación de Gell
y Coombs de las enfermedades inmunológicas que traduce la respuesta de anticuerpos
específicos (precipitinas), como la del tipo IV, o sea activación de los linfocitos T, se
hallan imbricados en los mecanismos patogénicos de estas entidades (1).
Anatomía Patológica
Las lesiones histológicas características constituyen la triada formada por: 1) infiltrados
linfocitarios e histiocitarios en el intersticio y en el alveolo; 2) granulomas en el
intersticio, menos numerosos y más laxos que los de la sarcoidosis, y 3) bronquiolitis, por
inflamación de la pared bronquiolar con eventuales formaciones endobronquiales típicas
de la bronquiolitis obliterante. En muchas ocasiones, los granulomas no se observan en
las muestras tisulares obtenidas mediante biopsia transbronquial, ni en la mitad de las
biopsias quirúrgicas. En la fase crónica se pueden observar lesiones de fibrosis intersticial
(a veces indistinguible de la neumonía intersticial usual), lesiones de neumonía intersticial
no específica, lesiones de neumonía organizativa, agregados linfoides (sin centros
germinales) y lesiones que predominan en el centro del lobulillo (1).
Cuadro Clínico
- Forma aguda: Se presenta tras la inhalación de grandes cantidades del agente causal.
La sintomatología se inicia unas horas después de la inhalación, en general 4-8 h, con
sensación de mal estado general, tos seca, disnea de grado variable, pero que puede
llegar a ser muy intensa, acompañada no infrecuentemente de hipoxemia, fiebre que
puede ser alta y, por último, dolor torácico pre esternal en forma de tirantez, muy
característico, aunque inconstante. Se pueden auscultar estertores crepitantes, sobre
todo en las bases; las sibilancias mesoinspiratorias son características, pero no
frecuentes. La radiografía de tórax y la TC de alta resolución revelan un patrón
micronodulillar o reticular, y también alveolar (vidrio deslustrado). La función
pulmonar demuestra un patrón restrictivo, o bien mixto con disminución de la DLCO.
Los síntomas ceden espontáneamente al desaparecer el contacto con el antígeno,
entre 1 y 3 días, para reiniciarse si se produce una nueva exposición (1).
- Forma Subaguda: Ocurre tras inhalaciones continuadas, pero no masivas, del agente
causal (ejemplo, en un cuidador de una sola ave); los síntomas son astenia, mal estado
general, pérdida de peso, febrícula, tos en general seca, pero no infrecuentemente
productiva, y disnea de esfuerzo. Se auscultan estertores crepitantes bibasales y,
ocasionalmente, sibilancias mesoinspiratorias, y la radiografía revela un patrón
intersticial, en ocasiones miliar. En algunos casos la radiografía es normal; la TC
torácica de alta resolución mostrara un típico patrón nodulillar centrolobulillar y
zonas de vidrio esmerilado, siendo características las zonas de hiperclaridad
indicativas de la presencia de bronquiolitis (imagen en mosaico). Si tras la repetición
de episodios de agudización o de la forma subaguda continua el contacto con el
antígeno causal, algunos pacientes evolucionan a la forma crónica (1).
- Forma Crónica: Caracterizada por un cuadro similar al de la fibrosis pulmonar
idiopática (o bien, muy ocasionalmente, por una forma clínica con obstrucción al
flujo aéreo y expectoración); puede también mostrarse con una clínica de neumonía
intersticial no especifica y, más raramente, de neumonía organizativa (1).
Criterios Mayores y Menores (Ver tabla 2)
Criterios Mayores (mínimo 2)
- Síntomas compatibles con NH
- Exposición a un antígeno por HC o detección de anticuerpos en suero o en LBA
- Rx de tórax o TAC con hallazgos compatibles
- Linfocitosis en LBA
- Biopsia compatible
- Reproducción de síntomas, alteraciones pulmonares y de laboratorio después
de exposición al antígeno sospechado
Diagnóstico
No se cuentan con un conjunto de criterios aceptados de forma unánime para confirmar
el diagnóstico de HP, pero este último depende predominantemente de corroborar el
antecedente de exposición a un antígeno nocivo, que guardó correlación con síntomas
respiratorios y sistémicos. Es importante obtener datos laborales y de exposición
doméstica cuidadosos, por medio de anamnesis y complementarios si es necesario (2).
Un estudio multicéntrico ha demostrado que puede sustentarse el diagnostico en el 98%
de los casos que cumplen los seis criterios siguientes: 1) exposición a un antígeno
conocido; 2) historia de síntomas a las 4-8 h de la exposición; 3) episodios de síntomas
recurrentes; 4) crepitantes; 5) anticuerpos IgG específicos, y 6) pérdida de peso (1).
Cuando se sospecha la existencia de HP con base de datos en la anamnesis, las
investigaciones adicionales tienen como objetivo confirmar una respuesta inmunológica
o fisiológica a la exposición de antígenos por inhalación y para ello se recurrirá a:
ESTUDIOS DE IMAGEN DE TÓRAX, PRUEBAS DE FUNCIÓN PULMONAR,
ESTUDIOS SEROLÓGICOS, BRONCOSCOPÍA Y EN OCASIONES BIOPSIA DE
PULMÓN (2).
Estudios de Imagen de Tórax: (Ver Imagen 1)
- Los datos de las radiografías de tórax en caso de HP son inespecíficos e incluso
sin anomalías discernibles. En casos de HP aguda y subaguda, los signos pueden
ser transitorios e incluir opacidades alveolares en “vidrio esmerilado”. Los datos
en las radiografías de tórax terminaran por mostrar resolución cuando se aleja a la
persona del antígeno nocivo, aunque la duración de la resolución es variable. En
el caso de HP crónica, las anomalías observadas en la radiografía de tórax a
menudo tienen naturaleza más bien fibrótica y puede ser difícil diferenciarlas de
las observadas en IPF (2).
Imagen 1: Dos ejemplos de radiografías postero-anterior en HP en sus fases aguda y
subaguda, en donde observamos imagen en vidrio despulido (5).
Imagen 5: Corte tomográfico en el cual se observa una imagen en vidrio despulido alternando
con zonas de consolidación en parche en forma difusa en un caso de HP aguda (5).
Imagen 6: En esta imagen de TCAR además de observar múltiples nódulos de distribución
broncocéntrica, encontramos la presencia de una imagen quística, imagen que se puede
presentar hasta el 13% de los casos con HP en sus formas subagudas y crónicas (5).
Diagnóstico Diferencial
Fibrosis Pulmonar idiopática, tuberculosis miliar, micotoxicosis (2).
Tratamiento
El elemento básico del tratamiento de HP es evitar el antígeno. Hay que tener datos
cuidadosos de antecedentes de exposición, en un intento de identificar el posible antígeno
nocivo y también el sitio en que estuvo expuesto el paciente. Una vez identificados los
dos factores anteriores se harán intentos de modificar el entorno, para llevar al mínimo la
exposición del paciente y ello se logra con medidas específicas de cada caso. Se utilizará
equipo protector personal que incluye respiradores y cascos ventilados, pero es posible
que las personas sensibilizadas no obtengan con ello protección adecuada. En algunos
casos se necesita el alejamiento absoluto de los entornos específicos, aunque tal
recomendación debe ser compensada con los efectos en el modo de vida de la persona o
su ocupación. Es frecuente en el caso de pacientes con HP por exposición a aves caseras
su poco deseo de desterrarlas del hogar (2).
- La HP aguda suele ser una enfermedad auterremitente después de una exposición
poco intensa a un antígeno nocivo y por ello no suele ser necesaria la farmacoterapia.
- En las formas subagudas y crónicas son útiles los glucocorticoides, en individuos con
síntomas particularmente intensos como consecuencia de HP subaguda tal vez no
baste evitar el antígeno después de confirmar el diagnóstico, los glucocorticoides no
modifican los resultados a largo plazo en tales pacientes, pero aceleran la resolución
a los síntomas (2).
Se advierte notable variación en la estrategia de la glucocorticoterapia por parte de
clínicos individuales, pero es posible iniciar la administración de prednisona a razón
de 0.5 a 1 mg/kg de peso corporal ideal, al día (que no rebase los 60 mg/día o el
equivalente de otros glucocorticoides), en el transcurso de uno o dos semanas, para
seguir con una etapa de disminución progresiva en las dos a seis semanas siguientes.
En HP crónica, cabe recurrir a una etapa similar de prueba con corticosteroides,
aunque el componente variable de afectación fibrótico puede ser irreversible (2).
Imagen 8: Neumopatía intersticial con patrón radiológico de FPI en varón con artritis
reumatoide de larga evolución. TCAR, cortes axiales. Se observa una reticulación bilateral
y simétrica, de predominio subpleural y basal, asociada a bronquiectasias por tracción
(cabezas de flecha) y panalización (flechas) (8).
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune que causa una
inflamación generalizada con una expresión clínica muy diversa, ya que puede afectar
a cualquier órgano (6).
Afección pleural
La pleuritis con o sin derrame es la manifestación pulmonar más frecuente.
El derrame pleural suele presentarse con disnea, dolor pleurítico, tos y fiebre.
Generalmente es pequeño o moderado, y predominantemente bilateral. Puede ser
recurrente. Tiene características de exudado con niveles de glucosa normales o
ligeramente bajos, en general más altos que en la AR (7).
Afección parenquimatosa
Manifestaciones pulmonares como: Neumonitis aguda, neumonitis intersticial
crónica, Hemorragia alveolar difusa (6).
Afección Vascular
Como Hipertensión pulmonar, Hipoxemia aguda reversible.
Otros
Otras manifestaciones pulmonares son: atelectasia, disfunción diafragmática con
pérdida de volúmenes pulmonares, edema pulmonar urémico, neumonía infecciosa y
BOOP; es rara la neumonitis lúpica aguda, caracterizada por capilaritis pulmonar, que
produzca hemorragia alveolar (7).
POLIMIOSITIS Y DERMATOMIOSITIS
Ambas entidades son miopatías inflamatorias idiopáticas secundarias a lesión
autoinmune en la musculatura estriada. Predominan en mujeres y se caracterizan por
debilidad muscular proximal. Tienen signos y síntomas similares con la excepción de
que en la dermatomiositis aparecen manifestaciones cutáneas típicas (exantema
heliotropo y pápulas de Gotton). Más del 50% de los pacientes presentan
manifestaciones pulmonares. Las más frecuentes son la neumonía aspirativa, la
hipoventilación y la enfermedad pulmonar intersticial difusa (EPID) (6).
Afectación parenquimatosa
Enfermedad Pulmonar Intersticial
La EPID ocurre en el 10% de los pacientes con PM y DM, los hallazgos clínicos son
similares a los de la fibrosis pulmonar idiopática. Los hallazgos radiológicos
concuerdan con la histología, y los más usuales son el vidrio deslustrado, la
reticulación intralobulillar, las bronquiectasias por tracción y la consolidación; todo
ello muestra un predominio por lóbulos inferiores. La patología pulmonar puede
preceder a las lesiones musculares o cutáneas en el 33% de los casos, sin que exista
relación entre la intensidad de los síntomas cutáneo/musculares y la aparición de
enfermedad intersticial pulmonar (7).
Imagen 10: Patrón radiológico de NINE en un paciente con polimiositis. TCAR, corte axial.
Patrón reticular fino y vidrio deslustrado con distribución basal y peribronquial (flechas
gruesas), asociado a bronquiectasias por tracción (cabezas de flecha). La preservación del
parénquima subpleural es sugestiva de NINE (flechas largas) (8).
SÍNDROME DE SJOGREN
GRANULOMATOSIS DE WEGENER
Es una vasculitis sistémica con inflamación granulomatosa necrosante clasificada
dentro de las vasculitis de vasos de pequeño calibre. De etiología desconocida, afecta
principalmente a las vías respiratorias superiores e inferiores y a los glomérulos
renales, afecta fundamentalmente a adultos (máxima incidencia mayores 65 años),
con ligero predominio en hombres.
Dentro de las manifestaciones respiratorias, las más comunes son las que afectan a las
vías respiratorias superiores (fosas nasales, senos paranasales y oídos): rinusinusitis
crónica, secreciones purulentas y sanguinolentas nasales, epifora, mucoceles
paranasales, otitis media serosa, deformidad y obstrucción de tabique nasal.
Las manifestaciones clínicas de las vías respiratorias inferiores incluyen tos,
hemoptisis, disnea, estridor y dolor pleurítico. Varían en función de si existe
enfermedad traqueobronquial, nódulos parenquimatosos pulmonares, enfermedad
pulmonar intersticial o hemorragia alveolar. En más de la mitad de los casos aparecen
nódulos pulmonares múltiples, con tendencia a la cavitación y predominio en campos
pulmonares inferiores (7).
SARCOIDOSIS
SÍNDROME DE CHURG-STRAUSS
La edad media de diagnóstico se sitúa cercana a los 40 años, con ligero predominio
en el varón. La etiopatogenia exacta es desconocida, aunque algunos factores
genéticos pueden predisponer a su aparición.
Entre las vasculitis con infiltrados pulmonares y eosinofilia, la más característica es
la granulomatosis eosinofílica con poliangitis o enfermedad de Churg-Strauss, en la
que puede evidenciarse eosinofilia pulmonar, acompañada de asma, rinitis y
enfermedad eosinófila extrapulmonar con vasculitis de pequeños vasos. El 40% de
los pacientes presentan valores de ANCA elevados (la mayoría p-ANCA con
especificidad antigénica antimieloperoxidasa). Se ha descrito también eosinofilia
pulmonar en algunos casos de granulomatosis de Wegener y poliarteritis nudosa (2).
GRANULOMATOSIS DE LANGERHANS