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Salud y calidad de vida
Autora:
Mª del Carmen Mejías Paneque
Licenciada en Antropología Social y Cultural.
Matrona. Hospital Valme, Sevilla.
Dirección de contacto:
C/ Olimpo, 29, bloque 7, dúplex B.
41927 Mairena de Aljarafe, Sevilla.
E-mail: maikacir@hotmail.com
Fecha de recepción el 8/06/2010.
Aceptada su publicación el 1/03/2011. Abordaje del duelo perinatal
Resumen / Abstract
La muerte perinatal es un proceso biológico que marcará la vida so-
cial, familiar y de pareja durante toda la vida y no es un proceso ais-
lado o que ocurra raras veces en la práctica asistencial, ya que tan
solo en el primer semestre de 2010 se produjeron 744 muertes fe-
tales tardías a nivel nacional. Por ello, algunos servicios de salud de
las Comunidades Autónomas, como el de Andalucía, incluyen la
“atención y apoyo al duelo perinatal” como uno de los objetivos a
cumplir por el profesional sanitario dentro del Proyecto de Humani-
zación de la Atención perinatal.
La situación de duelo perinatal no es fácil de abordar para los pro-
fesionales sanitarios, por lo que con este trabajo se pretende pro-
porcionar a las enfermeras las herramientas básicas para poder abor-
dar los casos de duelo perinatal de manera efectiva en los primeros
momentos de su diagnóstico, describiendo cuáles son las principa-
les características de este tipo de duelo y lo que es adecuado decir
y hacer y lo que no, de manera que consigan ayudar a las familias y
puedan ayudarse a sí mismos mediante el control de sus emociones
y conductas.
Palabras clave
Duelo; mortalidad perinatal; duelo perinatal; atención psicológica;
acompañamiento; salud mental.
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Addressing perinatal bereavement
Perinatal death is a biological process that will mark the social, fa-
mily and intimate partner life of individuals who experience it th-
roughout their entire lives. It is not an isolated or rare process in he-
althcare delivery practice, as evidenced by the 744 late foetal deaths
that occurred in the first semester of 2010 nationwide. For this re-
ason, some health services of certain Autonomous Communities,
such as Andalucía, include “perinatal bereavement care and sup-
port” as one of the objectives to be met by the healthcare profes-
sional within the framework of the Perinatal Care Humanization Pro-
ject.
Perinatal bereavement is not an easy situation for healthcare workers
to approach, which is why this work aims to provide healthcare pro-
fessionals with the basic tools to effectively address perinatal bere-
avement in the first few moments following its diagnosis. To this
end, they are educated on the main characteristics of this type of be-
reavement and what should and should not be said and done, in
order to help families, and themselves, learn to manage their emo-
tions and behaviours.
Key words
Bereavement; perinatal mortality; perinatal bereavement; psycholo-
gical care; advocacy; mental health.
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Mejías Paneque MC. Abordaje del duelo perinatal
Introducción
Tanto el embarazo como el parto son los acontecimien-
tos vitales más importantes y significativos en la vida de
una mujer. Conforme avance la gestación la mujer afian-
zará sus lazos afectivos con su futuro bebé e irá elabo-
rando junto con su pareja planes de futuro (1).
Todas estas ilusiones se verán truncadas con la muerte
perinatal, convirtiendo la ilusión en choque e increduli-
dad y sumiendo a la pareja en una situación de duelo,
que es diferente al del adulto porque la relación con la
persona fallecida no se basa en la experiencia o en los
recuerdos, sino que está constituida por las expectativas
y el sueño de futuro que los padres tenían con el feto no
nacido (2).
La muerte perinatal no es un proceso aislado o raro den-
tro de nuestra práctica asistencial, ya que en el primer se-
mestre de 2010 se produjeron 744 muertes fetales tardí-
as a nivel nacional (3).
En España, el Instituto Nacional de Estadística (INE) (4)
cifra la mortalidad perinatal en el año 2005 en 4,9 por mil
nacimientos. Sin embargo, el concepto de duelo perina-
tal se extiende a los abortos, partos de fetos inmaduros
y las reacciones al tener un hijo con anomalías congénitas;
incluyendo tales casos, el duelo por muerte perinatal se
produciría en el 43% del total de embarazos.
Por ello, algunos servicios de salud de las Comunidades
Autónomas han incluido la “atención y apoyo al duelo
perinatal” como uno de los objetivos a cumplir por el
profesional sanitario, como es por ejemplo el de Anda-
lucía, que lo incluyó dentro del Proyecto de Humaniza-
ción de la Atención perinatal del año 2007.
No hay que olvidar que muchas de estas mujeres volve-
rán a quedarse embarazadas y serán padres y madres
cuyo marco de referencia para vivenciar el nuevo em-
barazo es la pérdida de la anterior gestación (5), se tra-
tará, por tanto, de parejas que vivenciarán el nuevo em-
barazo con “ un pie dentro y otro fuera” (6), con miedo
a establecer el apego y con dificultad para mostrar sen-
timientos positivos hacía la nueva gestación.
La situación de duelo perinatal no es fácil de abordar
para los profesionales sanitarios, por lo que con este tra-
bajo se pretende dotar al profesional de las habilidades
necesarias en un primer momento para tratar este tipo de
situaciones, orientadas a conseguir disminuir la sensa-
ción de soledad experimentada por las familias y a con-
trolar la sensación de fracaso, resentimiento o sensación
de culpa que experimenta el propio profesional ante el
duelo perinatal.
Características del duelo perinatal
Por muerte perinatal se entiende la suma de la muerte
ocurrida a partir de la semana 28 de gestación (muerte
fetal tardía) y la muerte del recién nacido en los prime-
ros 28 días de vida (muerte neonatal) (7). El duelo peri-
natal sería el que ocurre en las muertes producidas en es-
tas edades gestacionales.
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Durante décadas, cuando se producía una muerte peri-
natal, la madre era sedada en el expulsivo y cuando el
bebé nacía era rápidamente retirado del paritorio con la
intención de que la madre no tuviera ningún contacto con
el bebé y así el dolor de perderlo fuera menor. La in-
tención era evitar el apego con el hijo perdido y la eli-
minación de cualquier señal de su existencia. Además, se
recomendaba a la madre buscar otro embarazo cuanto
antes para que un hijo sustituyera a otro. El padre pasa-
ba aún más desapercibido y se le negaba su derecho al
duelo (7).
Las investigaciones de Borune (9) y Kennell (10) a fina-
les de la década de 1960, empezaron a poner de mani-
fiesto que este tipo de duelo es muy complejo y diferente
del producido por otras pérdidas. Es único en cuanto
que se pierde un sueño, todo un proyecto de futuro y se
vive con sensación de fracaso biológico y hasta de la es-
tima personal, pues se está haciendo algo antinatural:
sobrevivir a los hijos. Además, este duelo se ve envuel-
to en un clima de soledad debido a la falta de com-
prensión por el entorno familiar y social (incluido el sa-
nitario) y por eso entra dentro de la categoría de “duelo
desautorizado” (11), ya que se trata de una pérdida no
reconocida socialmente, ni expresada por la persona de
forma abierta, ni apoyada por el entorno, como ocurri-
ría con cualquier otra pérdida.
Son duelos difíciles de elaborar porque el luto les es ne-
gado. El luto no es más que la manifestación pública y re-
conocimiento social de la pérdida de un familiar a través
del color de la ropa, las misas o los enterramientos. ¿Qué
luto puede haber si los restos fetales terminan en anato-
mía patológica o en una tumba sin nombre porque el
feto no logró vivir las reglamentarias 24 horas para con-
siderarlo “persona” e inscribirlo en el Registro Civil?
Sin embargo, lo cierto es que el duelo se produce, los pa-
dres se sienten aislados, evitados y marginados ante un
proceso para el cual muchos profesionales sanitarios no
estamos preparados para afrontar y tratar y, al cual, la so-
ciedad prefiere negar o mira hacia otro lado por lo duro
y difícil de la pérdida.
Otra característica asociada a este tipo de duelo es la de
“duelo olvidado”(11), en un doble sentido: olvidado por
el sistema sanitario que durante mucho tiempo ha negado
esta realidad y las negativas consecuencias de sus ac-
tuaciones sobre la mujer, al evitarle o prohibirle el con-
tacto con el mortinato. Por otro lado, es un es un “due-
lo olvidado” por la propia pareja, porque la negación y
el paso del tiempo por sí solos no logran sanarlo.
Sintomatología del duelo perinatal
Ante la pérdida perinatal el cuerpo experimenta una
reacción física y emocional donde el dolor experimentado
tendrá unas connotaciones muy especiales y personales.
Los síntomas más frecuentes experimentados por los pa-
dres, fundamentalmente por la mujer, son (12):
• Tristeza.
• Alta emotividad: predominan la culpa, la rabia y la ira.
• Vulnerabilidad.
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• Sensación de vacío.
• Rumiación con lo sucedido.
• Evitación social.
• Ambivalencia hacia un nuevo embarazo: la mujer ex-
perimenta sentimientos encontrados, por un lado, la
ilusión y el apego hacia la nueva vida que está cre-
ciendo en su interior, por otro lado, el miedo a per-
derlo de nuevo hace que prefiera rechazar o ignorar
la nueva vida.
• Alucinaciones de dolor (percibe movimientos fetales
o siente al hijo llorando dentro de la cuna).
Impacto emocional de la muerte
perinatal en los profesionales
sanitarios
Un porcentaje significativo de los profesionales sentirán
emociones semejantes a las de la mujer, experimentan-
do fracaso, resentimiento y sensación de culpa. Entre to-
dos los sentimientos y emociones predomina la sensación
de ansiedad.
Esta respuesta emocional hace que el propio profesional
actúe de dos maneras muy diferentes (13):
• Conducta de evitación: para evitar los sentimientos de
culpa y ansiedad el profesional intenta animar a la pa-
reja con frases, en muchas ocasiones, poco indica-
das o limitándose a la atención puramente técnica,
buscando distancia emocional.
• Conducta de sobreimplicación: se pone de manifies-
to cuando el profesional asume como propio el do-
lor de la madre, adopta actitudes paternalistas y de
sobreprotección o sufre desolación pasando por
fases similares a las de la madre.
Obviamente, las conductas anteriores no son las correc-
tas para ayudar emocionalmente a los padres que han su-
frido la muerte del feto. El equipo sanitario ha de favo-
recer la descarga de emociones y tensiones de los padres,
así como encontrar momentos para hablar con el resto
del equipo y descargarse ellos mismos de las tensiones.
Para saber hasta qué punto nos estamos sobreimplican-
do o evitando a la madre hay que hacerse dos pregun-
tas básicas: ¿cómo me hace sentir esta situación? y ¿qué
recursos utilizo yo para mantener una distancia emocio-
nal saludable y a la vez útil?
Actuaciones terapéuticas
A menudo los profesionales no saben qué decir ante
unos padres que han sufrido una muerte perinatal. De ma-
nera casi automática, y con la mejor voluntad de todas,
suelen decir frases que en vez de dar consuelo o apoyar,
lo cual es el objetivo, provocan mayor dolor, sufrimien-
to e ira en los padres.
A continuación se enuncian a modo de ejemplo algunas
frases y actitudes que se han de emplear con los padres
para mostrar apoyo y ayudarlos en la elaboración del due-
lo, así como aquéllas que no tienen que utilizarse (14).
Qué decir y hacer
• Expresar a los padres que no podemos quitarles el
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dolor, pero sí podemos compartirlo y ayudarlos no de-
jándolos solos (al menos que no se sientan solos).
• Llamar al bebé por su nombre.
• Tratar a la pareja por igual, los padres necesitan tan-
to apoyo como las madres.
• Estar disponibles para escuchar, ofrecer ayudar para
manejar la situación con los familiares, prestar asis-
tencia como alivio del dolor físico.
• Decir “lo siento” sobre lo que les ha pasado y sobre
su dolor.
• Aceptar los cambios bruscos de humor.
• Permitir a los padres hablar del bebé cuando lo
necesiten.
• Ante mortalidad neonatal precoz o tardía, asegurar a
los padres que hicieron todo cuanto estuvo en sus ma-
nos y que recibió el mejor cuidado posible.
• Los familiares y amigos tienen que saber que es acon-
sejable que los inviten a salir, pero deben entender
que rechacen la oferta o cambien de opinión en el úl-
timo momento y que aún así han de seguir invitán-
dolos a salir otras veces.
• Es importante decir frases como: “me imagino cuán-
to querían a este bebé”, “No me molesta que lloren”,
“ La verdad, no sé muy bien qué decirles”.
Qué no decir y hacer
• Pensar o decir que la edad gestacional determina el
valor o impacto en la familia.
• Tener miedo de tocar a los padres. El contacto físico
dice palabras.
• Evitar a los padres por nuestro propio sentimiento
de impotencia o de incomodidad.
• Cambiar de tema cuando ellos mencionen el bebé.
• Presionar a los padres durante el proceso de luto (lle-
va mucho tiempo curar heridas).
• Invitarles a consumir alcohol o drogas.
• Preguntar cómo se sienten si no se está dispuesto a
escuchar.
• Decir que saben cómo se sienten si no han pasado
por algo similar.
• Utilizar frases como: “lo mejor es que tengan otro”,
“ha sido voluntad de Dios”, “por lo menos no lo co-
nocieron, hubiera sido peor más adelante”, “en rea-
lidad no era un auténtico bebé”, “sé valiente y no
llores”.
Conclusión
El embarazo es signo de felicidad y plenitud en la pare-
ja, es un sueño de futuro e ilusión que se ve truncado ante
un hecho implanteable para ambos por su crueldad: la
muerte perinatal.
La muerte perinatal conllevará un duelo que presenta no-
tables diferencias con el duelo habitual, pues se trata de
la pérdida de un “sueño de futuro”, además, puede ge-
nerar un sentimiento de culpa y ansiedad en el sanitario
que lo lleve a actuar de manera errónea ante la pareja.
Muchos padres estarán confundidos, perdidos y sin sa-
ber qué les hace falta. Necesitarán tiempo, un ambiente
adecuado y mucha ayuda para entender lo que les está
pasando y cómo afrontar esta situación.
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Mejías Paneque MC. Abordaje del duelo perinatal Salud y calidad de vida

Los profesionales sanitarios tienen que estar preparados cer cuidados adecuados que formarán el núcleo de su pe-
para afrontar esta situación, pues son los enfermeros/as, sar y ayudarán a los padres a tener un duelo más salu-
matronas, obstetras, auxiliares, etc., los que pueden ofre- dable.

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