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ESCUELA NACIONAL DE
INSTRUCTORES
Formación
Pedagógica
Los principios y objetivos de la Formación Profesional Integral, en adelante (FPI), fundamentan el quehacer pedagógico institucional para el logro
del cumplimiento de su misión, acorde con el Proyecto educativo institucional (SENA, 2013, p.15)
“Principios de la FPI
El Trabajo Productivo: La aceptación de que el desarrollo de las facultades humanas se logra fundamentalmente a través del trabajo, esto es,
mediante la transformación intencional que el hombre hace de su entorno físico y social.
La Formación Permanente: El reconocimiento del derecho y el deber del sujeto de formación de ser gestor de su propio desarrollo en todas las
dimensiones, a través de toda la vida, en razón a su cotidiana interacción con los demás y con el medio productivo.
La Equidad Social: Ofrece una gama de opciones formativas en condiciones adecuadas de acceso, permanencia o tránsito, según las posibilidades,
inclinaciones y conveniencia de las personas de manera gratuita y oportuna.
La Integralidad: Concibe la formación como un equilibrio entre lo tecnológico y lo social; comprende el obrar tecnológico en armonía con el
entendimiento de la realidad social económica, política, cultural, estética, ambiental y del actuar práctico moral.
Objetivos de la FPI
El Aprender a Aprender, que se orienta hacia el desarrollo de conocimientos significativos técnicos, la capacidad crítica, el aprendizaje por procesos
y la formación permanente.
El Aprender a Hacer, en el cual se involucra ciencia, tecnología y técnica, en función de un adecuado desempeño en el mundo de la producción.
El Aprender a Ser, que se orienta al desarrollo de actitudes acordes con la dignidad de la persona y con su proyección solidaria hacia los demás y
hacia el mundo. Dada la naturaleza de la Formación Profesional Integral, el eje de la misma es el Aprender a Hacer”.
Los principios al ser reglas claras establecidas por la sociedad en la cual se desarrolla el individuo, donde pueden obtener y fomentar los valores con
los cuales podrá regir sus comportamientos y su personalidad. Es así como se puede decir que los programas de formación que el SENA ofrece tienen
como base los valores que brindarán la posibilidad de tomar decisiones y juicios para su quehacer los cuales regirán su comportamiento a lo largo de
la vida.
Por este motivo el SENA es una institución que se ha comprometido con la formación integral de sus aprendices, quienes serán los ciudadanos activos,
que se desarrollen a nivel productivo de forma eficaz capaces de transformar su entorno, manejando una Unidad técnica la cual se explica a
continuación: Según. (Sánchez, L. 1986).
El hecho de que el SENA busca no sólo brindar conocimientos técnicos sino formar personas capaces de transformar su entorno utilizando estrategias
y habilidades comunicacionales que le permitan explotar su comportamiento ético; esto se logra mediante la interacción con otros lo que fomenta
el aprendizaje en el individuo.
La estructuración social de cualquier cultura requiere de reglas y parámetros de comportamiento adquirido, el cual se ve influenciado por la difusión
y transformación del conocimiento, la importancia y calidad de la información, los avances científicos y tecnológicos, afectando de forma significativa
en la transformación del entorno y en la calidad de vida de las personas, en su economía y el trabajo. Estos cambios también afectan de forma
significativa la educación y las instituciones en las cuales se imparte el proceso formativo, en las cuales se deben estructurar, desarrollar e
implementar estrategias que les permitan satisfacer las necesidades de estos nuevos contextos.
Contexto Internacional.
Actualmente, la mayoría de países incluido Colombia, se encuentran viviendo transformaciones gracias a la globalización, a la modernización
tecnológica, más los tratados y alianzas que aumentan la comercialización de productos, servicios y tecnología, que les permita entrar en un mercado
competitivo, aumentando la tasa de empleo en la población y mejorando su calidad de vida.
El contexto nacional
El Gobierno Nacional ha demostrado preocupación por la alta tasa de desempleo y las bajas oportunidades de conseguir trabajo para los jóvenes,
razón por la cual fueron planteadas unas estrategias con los empresarios que permitirán disminuir estas tasas de desempleo; los cuales han propuesto
el desarrollo de programas de formación pertinentes que satisfagan las necesidades del medio laboral, además promover y apoyar personas
emprendedoras que tenga posibilidades de generar empleo.
El SENA asumió la responsabilidad de ofrecer programas de formación que garanticen procesos de Enseñanza, Aprendizaje y Evaluación que brinden
a los aprendices capacidades y destrezas necesarias para desempeñarse en su puesto de trabajo; además que sean oportunos para dar respuesta a
las necesidades cambiantes del medio productivo. Estos programas se estructuran con empresarios, sindicato y otros actores los cuales se encuentran
contextualizados con las demandas presentes en el campo social, el mercado laboral y los sectores económicos, dando respuesta a la población que
desea inscribirse; además es importante que el SENA se encuentre a la vanguardia utilizando herramientas tecnológicas que faciliten el proceso de
aprendizaje.
Desde sus inicios el SENA se ha distinguido por manejar una alta calidad en la formación profesional de sus aprendices utilizando estrategias creativas
e innovadoras, además de herramientas tecnológicas que permitan la actualización y modernización promoviendo personas emprendedoras capaces
de crear empresas y originar el autoempleo.
Por este motivo se creó el Acuerdo 12 de 1985, en donde se establece que el SENA es un organismo que el Estado pone al servicio de la sociedad
para orientar y apoyar técnica y pedagógicamente, con el fin de estructurar Formación Profesional Integral enfocado al trabajo productivo.
Es responsabilidad del Sena diseñar y mantener actualizadas las tecnologías educativas utilizadas, garantizando así la adquisición de conocimiento,
el desarrollo de habilidades, cualificación y calificación de los instructores, además de identificar y promover los valores universales que fomenten
un comportamiento consciente que promueva soluciones a los cambios que se presentan en el mundo actual.
Es así como, las transformaciones sociales y económicas han generado nuevos retos que son necesarios validar y abordar de forma organizada,
además estos cambios exigen la actualización constante de la Formación profesional integral. Estos cambios han generado una amplia demanda de
servicios, en los que el SENA ha tenido que crear diversas modalidades de formación y estrategias pedagógicas y presupuestales, que permitan el
aumento de la cobertura de la población que maneja, siempre con estándares de alta calidad y garantizando igualdad en la población para el acceso
a la educación.
La formación profesional integral del SENA se enmarca, desde su origen de creación en 1957, en la necesidad de formar personas calificadas para las
necesidades del sistema productivo nacional, sin obligación de regirse por los requerimientos formales del sistema educativo. Es por ello que después
de la constitución de 1991 el marco normativo nacional definió un régimen especial para el SENA (Ley 119 de 1994), como líder para el país del
sistema nacional de formación para el trabajo, paralelo al sistema educativo nacional tradicional (Ley 30 de 1992 y Ley 115 de 1994). Este último
ligado al reconocimiento vía títulos de la educación formal y el primero ligado al reconocimiento vía certificados de la educación no formal –ahora
educación para el trabajo y el desarrollo humano-, Ley 1064 de 2006- e informal.
A nivel internacional (clasificación- UNESCO CINE-, Clasificación Internacional Normalizada de Educación) se distinguen dos naturalezas educativas:
la General o Académica y la Vocacional o Técnica-Práctica; y el concepto profesional, como concepto general, en muchos casos a nivel internacional
-por el desarrollo de sus sistemas educativos-, da cuenta de estas dos naturalezas, por lo que la Formación Profesional Integral del SENA, como parte
de la concepción Vocacional o Técnica, no constituye la concepción profesional que refiere la educación académica en Colombia.
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, Profesión (del Latín professionis ) significa:
Acción y efecto de profesar.
Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución.
Conjunto de personas que ejercen una misma profesión.
Ceremonia eclesiástica en que alguien profesa en una orden religiosa.
Y Profesional significa:
adj. Perteneciente o relativo a la profesión.
adj. Dicho de una persona: Que ejerce una profesión. U. t. c. s.
adj. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive. Es un relojero profesional. U. t. c.
Es un profesional del sablazo.
adj. Dicho de una persona: Que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes. U. t. c. s.
adj. Hecho por profesionales y no por aficionados. Fútbol profesional.
Teniendo en cuenta que se le ha de llamar Profesional a aquella persona que ejerce una Profesión y que son Profesiones todas aquellas
actividades clasificadas dentro de una misma categoría, poseedora de sentido económico y social, podría establecerse, por lo tanto, que
Profesión es la acción y efecto de profesar y/o ejercer un oficio, una ciencia, una disciplina o un arte. Y que por esta clasificación con sentido
resulta ser el empleo o el trabajo que alguien ejerce y por el cual recibe una retribución económica, de acuerdo con el grado de responsabilidad
y autonomía que le amerita su ejercicio profesional.
Por lo anterior, el concepto de la Formación Profesional que desarrolla el SENA, e Integral como una auto-responsabilidad declarada para
humanizar la formación técnica, conlleva a formar y calificar (cualificar), desde el hacer práctico, personas para el ejercicio pleno de
actividades productivas, clasificadas con sentido económico y social, de acuerdo con requerimientos y perfiles ocupaciones. De allí que esta
concepción de formación profesional no se contrapone con la concepción de títulos profesionales que desarrolla el sistema educativo
nacional (Técnicos Profesional, Tecnólogos y Universitarios), ya que éstos títulos académicos perfilan –como promesa- la capacidad
profesional de una persona mediante un proceso formativo desde el abordaje y concepción académica; y no práctica como el primero.
La formación profesional integral que desarrolla el SENA tiene esa relación e intencionalidad directa entre el deseo y la generosidad del
maestro por enseñar y formar en la práctica, desde el que-hacer de su experticia, al aprendiz que tiene el interés y la motivación por recibir
y aprender, dejarse enseñar, generosamente, desde el proceso formativo del instructor para un desarrollo profesional equivalente al del
instructor; en experticia, conocimientos, habilidades y destrezas. Y para el caso de la formación académica, este qué-hacer está ligado más
al proceso de enseñanza-aprendizaje-aplicación a partir del desarrollo teórico y disciplinar de los conceptos, como apuesta asertiva, desde
el conocimiento, para un ejercicio profesional en su práctica acorde con su formación académica que le define su título (cualificación).
Por lo anterior se puede colegir que para ser instructor de formación profesional integral deberá tenerse en cuenta lo siguiente:
Comprender y aplicar la Ley 119 y los decretos reglamentarios de la educación técnica o formación para el trabajo y el desarrollo humano.
Su finalidad formativa es preparar para el trabajo, que el aprendiz quede apto para el empleo o generar un trabajo.
Que instruya los significados que puede aplicar el aprendiz en el contexto laboral.
Que base la orientación de los procesos educativos en el hacer, en el dominio de lo procedimental.
Que sus contenidos básicamente provengan de las ocupaciones, y en ellas de sus procesos, procedimientos y funciones ocupacionales.
Que sus orientaciones apunten al logro del perfil del egresado en cuanto a expectativas específicas del medio productivo.
Que concentre, principalmente, la evaluación del aprendizaje en las habilidades y destrezas desarrolladas por el aprendiz para el logro de
los resultados de aprendizaje.
Que oriente la formación al logro de las competencias laborales específicas, transversales, técnicas y básicas
Que comprenda y aplique las relaciones interpersonales y didácticas con jóvenes y personas adultas.
Que su asesoría y seguimiento al aprendiz sea para que estos lleguen a dominar su desempeño laboral a corto plazo.
Que vele para que los ambientes de aprendizaje simulen el entorno laboral real.
Que encauce los aprendizajes significativos y sus resultados según las normas y estándares de las competencias laborales
Que priorice la funcionalidad de los contenidos de la formación en su aplicación inmediata y el dominio de las técnicas y procedimientos.
Que comprenda su participación en los equipos de desarrollo curricular interdisciplinarios, que debe hacer equipo para poder atender el
desarrollo de competencias.
Que su reflexión sobre los saberes verse básicamente sobre lo procedimental y lo técnico y mantenga actualizado sus programas con estos
parámetros.
Que estructure los contenidos de la formación según su concreción y sus posibilidades de ser demostrables y aplicables.
Que adapte y ajuste sus estrategias didácticas a la juventud o la adultez de sus aprendices.
Que los diseños curriculares donde participe, tenga en cuenta los parámetros empresariales del sector de la producción donde se inserta
el programa.
Que la investigación que adelante en los centros de formación sea prioritariamente aplicada y de carácter formativo.
Que siga los lineamientos de acompañamiento, pedagógica, capacitaciones e inscripciones en el banco de instructores de acuerdo a su
especialidad.
Los trabajadores formados y certificados por competencias encuentran en el mercado ventajas, porque pueden acceder más fácilmente a la demanda
con pertinencia frente a los perfiles ocupacionales establecidos. En un proceso formativo generalmente se desarrollan competencias amplia
aplicación en el contexto laboral, es decir que sean pertinentes para el desarrollo de funciones generales en las áreas ocupacionales, estas
competencias se conocen como genéricas. Es lógico que en el desarrollo de diferentes desempeños en el mundo laboral se requieren competencias
comunes, es decir, no son exclusivas de una ocupación y son apropiadas para la ejecución de las actividades relacionadas con los diversos puestos
de trabajo, los cuales responden a las diferentes áreas ocupacionales.
La formación profesional para el trabajo y desarrollo humano con esta orientación hará que las competencias del trabajador se aprovechen en
amplias opciones laborales. En este sentido la formación y certificación de competencias es una alternativa que contribuya y apoya la empleabilidad.
En el desarrollo de las organizaciones, un trabajador que sabe lo que se espera de él, es más eficiente y motivado que aquel a quien se le asigna un
puesto y no se le ubica en el desarrollo de las funciones de la organización. Los planes de formación y capacitación en los que participará se orientarán
al mejoramiento de su desempeño y procesos de evaluación del desempeño cobran sentido en cuanto a su aporte a los objetivos de la organización.
Para generar procesos de movilidad laboral es necesario contar con un amplio análisis de los mapas ocupacionales de las diferentes áreas del sector
productivo, siendo importante identificar además las diferentes competencias requeridas por otras áreas ocupacionales de la organización.
Algunas de las competencias asociadas al área de desempeño actual, se transfieren a los nuevos empleos, si éstas se reconocen y certifican, por los
organismos certificadores; se dinamizan los procesos de promoción y se logra la motivación permanente de los trabajadores interesados; en relación
con las empresas que realizan acciones de capacitación, se logra establecer planes de entrenamiento, capacitación y formación acorde con las
expectativas del mundo laboral y garantizando ofrecer al mercado talento humano que esté en condiciones de ser elegibles para las nuevas
posiciones.