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“El proceso redaccional requiere sutileza, toda vez que escribir es mucho más que
plasmar algo sobre un papel, va más allá de eso; escribir es depositar todo el
conocimiento, la sabiduría, el intelecto, el alma y el corazón que se poseen, la
personalidad toda del redactor entra en juego en el escrito, es reflejo de lo que él es
y de los conocimientos que tiene.” (http://www.redalyc.org/pdf/1942/194220464011.pdf)
A.- Claridad: Es una de las más importantes. La forma de redacción del texto debe
entenderse sin dificultad por el público al que se dirige. Si el público objetivo abarca
diferentes ramas del conocimiento, es importante ser claro y transparente en la
redacción; si el lector tiene la necesidad de releer el texto una o varias veces,
evidencia oscuridad o rareza en la transmisión del mensaje. Si el escrito es para un
grupo selecto o trata alguna materia más específica, es importante el uso de
términos técnicos propios del tema o ciencia, evitando usar palabras rebuscadas.
b. Concisión:
c. Cohesión: Consiste en unir las oraciones que componen el texto, de tal forma
que exista continuidad en lo que se desea transmitir. La cohesión se refiere a los
mecanismos sintácticos y semánticos utilizados para la redacción de un texto,
formando una red compleja de relaciones.3 Si no existe esta última, la lectura del
documento se ve interrumpida y se pierde la inmersión del lector en el mismo.
d. Coherencia: La redacción del texto debe estar estructurada de forma que tenga
sentido, en función de lo que se está desarrollando y de los objetivos que se desea
lograr. Requiere la colaboración de elementos que son el hilo que enlaza las partes
de lo que se escribe, como el ambiente, tema, etc. 2, 3
1. Planeación o pre-escritura
1. Planeación o pre-escritura
De la misma forma en que se revisan las fuentes de información para hacer
un planteamiento de un problema de investigación, al redactar un texto se
debe iniciar leyendo el material que proporciona la información a desarrollar.
Se debe subrayar lo que más nos llama la atención del material revisado,
seguido de la elaboración de fichas de trabajo para ordenar y clasificar el
material con rigor científico, obteniendo entonces una síntesis de los textos.
3. Revisión o pos-escritura
Como su nombre lo indica, es la revisión final del texto que se elaboró.
Aunque durante el desarrollo del escrito se detectan algunos errores, no es
necesario retornar con cada uno de ellos para corregirlo. Se pueden anotar
para su revisión posterior, debido a que, al releer la obra, se descubrirá
muchos más defectos que antes. Es recomendable esperar un tiempo
prudencial entre la terminación del trabajo y su revisión; un lapso de 24 horas
es aconsejable, si no existe premura.
Se debe iniciar con la revisión del cuerpo de trabajo, seguido de las
conclusiones e introducción, dado que estos últimos constituyen la estructura
global de la obra. Cuando sea necesario, se solicitará a un experto en el tema
la revisión final del escrito.
file:///D:/Downloads/ecitydoc.com_caracteristicas-de-la-redaccion.pdf
https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/8728/LopezPecesMirian.pdf
1. La disortografía
Este trastorno puede definirse como un problema no específico que,
frecuentemente, los alumnos encuentran para aprender la ortografía.
Asimismo, García Vidal, 1989, lo define como “el conjunto de errores de la
escritura que afecta a la palabra y no a su trazado o grafía”. Según esta
definición, dejamos al margen la dificultad de tipo grafomotor (trazado, forma
de las letras) y nos centramos en los mecanismos necesarios para transmitir
el código por medio de los grafemas, respetando la asociación entre los
fonemas y sus grafemas, las peculiaridades de algunas palabras en las que
no es clara la correspondencia (palabras con “b” o “v”, palabras con o sin “h”)
y las reglas de ortografía. En ocasiones se ha diagnosticado erróneamente
como disléxicos a niños que presentaban errores en la escritura, sin tener
presente que la dislexia también implica errores en la lectura, no solo en
escritura. En cambio, la disortografía, al ser un trastorno específico, solo
incluye errores en la escritura, sin necesidad de que haya errores en la
lectura. Un niño que presente disortografía no tiene por qué leer mal .
DIAGNÓSTICO
Como sigue explicando dicho autor, es importante detectar qué tipo de
disortografía padece el sujeto para así poder realizar el tratamiento
adecuado. Con el fin de diagnosticar este trastorno, se debe dar atención a
lo siguiente:
Observar si se trata de mala ortografía que afecta a la articulación del
lenguaje.
Comprobar si el niño no ha automatizado la adquisición de la
ortografía.
Habilidades perceptivas:
Percepción de discriminación auditiva: se evalúa a
través de pruebas de discriminación de sonidos. Consiste
en percibir e identificar fonemas, especialmente aquellos
que pueden presentar dificultades por su similitud (p-b, d-t).
Percepción y discriminación visual: pruebas de
discriminación de figuras similares.
Percepción espacial-temporal: diferenciación de figuras
en función de su disposición en el espacio (dentro-fuera,
derecha-izquierda…).
Memoria auditiva: pruebas de reproducción de ritmos,
repetición de dígitos o series de palabras y letras.
Memoria visual: se puede evaluar indicándole al alumno
que reproduzca un modelo gráfico, ya sea una figura o una
serie de signos.
Habilidades lingüísticas:
Nivel de vocabulario del sujeto: pedir al niño que defina y
escriba palabras comunes de acuerdo a su edad.
Problemas del lenguaje: registrar fonemas alterados a
nivel articulatorio y comprobar si también se distorsionan al
establecer la correspondencia fonema-grafema en la
escritura.
Habilidades lógico-intelectuales: la evaluación del nivel de
inteligencia general, que puede influir en el aprendizaje de la
escritura, pasa por el dominio de ciertas operaciones lógicas como
la correspondencia significante-significado, operaciones de
inclusión de fonemas, sílabas y palabras, etc.
TRATAMIENTO
Por otra parte, existen dos técnicas que puede utilizar el alumno con problemas en
la ortografía:
Listados cacográficos: registrar los errores cometidos por el
alumno. Debe copiar todo error ortográfico que cometa al escribir
y, al lado, poner la palabra escrita correctamente. Seguidamente,
puede realizar actividades de memorización de dichas palabras y
formar frases con ellas.
Fichero cacográfico: el alumno debe elaborar unas tarjetas con
palabras de cierta dificultad ortográfica. Por la parte delantera
aparecerá la palabra bien escrita, y en el reverso la palabra
incompleta, eliminando la letra en la que radica la dificultad, con el
fin de que el alumno pueda completarla.
DIGRAFÍA
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
A la hora de realizar una intervención con un alumno disgráfico, hay que tener
presente los objetivos que se persiguen, como son recuperar la coordinación global
y manual y la adquisición del esquema corporal, estimular la coordinación
visomotriz, corregir la ejecución de los movimientos que intervienen en la escritura
(rectilíneos, ondulados…), mejorar la fluidez a la hora de escribir, corregir la postura
del cuerpo, la mano y el brazo, y cuidar la posición del papel. En cuanto a la
recuperación visomotriz se recomienda efectuar con el niño actividades de
perforado con punzón, recortado con tijera, rasgado con los dedos, modelado con
plastilina, y rellenado o coloreado de modelos. Y para el objetivo de mejorar la
fluidez se pueden realizar actividades de unión de letras y palabras, inclinación de
letras y renglones, y trabajar con cuadrículas. Lo primero que un alumno disgráfico
tiene que reforzar son aspectos que tienen que ver con la psicomotricidad global y
fina, tales como una posición adecuada para escribir (sentarse bien, no acercar
mucho la cabeza a la hoja, acercar la silla a la mesa); coger el lápiz correctamente
(no poner los dedos muy separados de la punta del lápiz, ni tampoco acercarlos
mucho, ya que sino no se ve lo que se escribe); inclinar ligeramente el papel.
Por otra parte, como señala Mª. H. García, algunas actividades que se pueden
llevar a cabo en el tratamiento de un niño con disgrafía son las siguientes: