Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Es aquella en la que no se modifican los elementos básicos del currículo (objetivos, contenidos y
criterios de evaluación). En cambio sí se modifican o adaptan:
La metodología.
La organización.
El ambiente.
También puede modificar ligeramente los contenidos, pero sin existir un desfase curricular de más de
dos cursos.
Las modificaciones en el currículo afectarán a elementos tales como la metodología, el tipo de
actividades, los instrumentos y las técnicas de evaluación. Sin embargo, no afectan a los
objetivos educativos, que seguirán siendo los mismos que para el resto de sus compañeros.
Esta medida no tendrá ninguna repercusión en la evaluación y promoción del niño con dicha
adaptación, ya que esto no afectara a los objetivos esenciales. Generalmente cuando un profesor
aplica esta medida se refleja en el boletín de la notas con las siglas (RE).
Los profesores son los que detectan en el alumno determinadas dificultades que están interfiriendo
para que el alumno no alcance de manera global los objetivos generales de etapa.
Siguiendo la línea del continuo diremos que si una vez aplicadas estas medidas no fueran
suficientes, nos plantearíamos el siguiente tipo de adaptación.
Los niños que nacen prematuramente tienen más riesgo de sufrir problemas emocionales
y de conducta al llegar a la edad escolar, lo que afecta a su rendimiento académico y a
sus relaciones sociales, según un estudio.
los 4 o 5 años de edad, los niños que fueron bebés prematuros tienen más
probabilidades de sufrir trastornos emocionales y problemas de conducta en
el colegio, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de
Groningen(Países Bajos). En otros estudios anteriores se había observado que
la prematuridadaumentaba el riesgo de desarrollar trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH), ansiedad, depresión, y problemas sociales.
Además, cuanto antes hubiera nacido el niño más se incrementaba el riesgo de que
desarrollara estos problemas, y de que estos persistieran y, como ha señalado Dieter
Wolke, de la Escuela Médica de Warwick (Reino Unido), la persistencia de un
problema sugiere que podría tratarse de algo crónico, y otros estudios han indicado
que los trastornos podrían prolongarse hasta la adolescencia.
Jorijn Hornman, autor del estudio, ha explicado que el cerebro del feto experimenta un
rápido desarrollo en las últimas semanas de la gestación, especialmente en la
diferenciación de las redes neuronales que acaban de formarse, y que por ello
un parto prematuro puede alterar el proceso e incrementar el riesgo de la aparición de
trastornos emocionales y conductuales más adelante, que además pueden tener
consecuencias muy negativas sobre el rendimiento escolar de los niños y sus
relaciones sociales, por lo que sería conveniente detectarlo antes de que comiencen a
asistir a la escuela
El nacimiento prematuro conlleva una falta de madurez de los sistemas biológico, social y psíquico
del recién nacido, lo cual requiere una adaptación del entorno a dicha particularidad. Pero también
comporta una falta de preparación de los padres, pues ellos también se convierten en padres
prematuros, antes del tiempo previsto.
Presentan algún riesgo antes de nacer, entorno a su nacimiento o después del mismo.
Presentan algún dańo neurológico.
Están sanos, pero presentan factores de riesgo (como método de prevención).
59
familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a
las necesidades transitorias o permanentes que presentan los nińos con trastornos
en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que
deben considerar la globalidad del nińo, han de ser planificadas por un equipo de
profesionales interdisciplinar o transdisciplinar.”
Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del nińo o nińa.
Optimizar, en la medida de lo posible, el curso de desarrollo del nińo o nińa. Ayudar a desarrollar sus
capacidades al máximo.
Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados a los producidos por un
trastorno o situación de alto riesgo.
Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y del entorno en el que vive el nińo o nińa.
Atender las necesidades de las familias que tienen un menor con riesgo a presentar, o que de hecho
presenta ya, algún problema en su desarrollo.
De esta forma, la Atención Temprana tiene como finalidad evitar las secuelas derivadas de las
circunstancias de vuestro hijo o hija al nacer o, si éstas finalmente se producen, de atenuar sus efectos.
Sus programas incorporan recursos, ejercicios, tareas o actividades específicas según sean las
necesidades de rehabilitación y educativas del nińo o nińa. Igualmente, en función de qué áreas del
desarrollo se muestren alteradas, será necesario aplicar distintas terapias de:
Estimulaciòn precoz.
Rehabilitaciòn motora (fisioterapia y terapia ocupacional).
Psicomotricidad.
Desarrollo de la comunicaciòn y logopedia.
Psicoterapia.
Igualmente, entre sus métodos y objetivos generales se incluyen la información y orientación a los
familiares, así como favorecer su implicación, participación y entrenamiento en las pautas y técnicas a
realizar en casa con su nińo o nińa.
La atención temprana será mucho más eficaz si cuenta con una adecuada implicación de la familia,
porque lo que se hace en las sesiones de tratamiento debe luego tener continuidad y aplicación en casa.
Profesionales y madres y padres deben colaborar para que las expectativas sean las adecuadas y para
canalizar todas las dudas y propuestas que puedan surgir. Si se da esa buena colaboración el bebé lo
agradecerá con sus logros y avances.
La estimulación temprana debe iniciarse lo antes posible y puede alargarse hasta los 6 ańos de edad del
nińo o nińa, siendo el periodo desde su nacimiento hasta los 3 ańos de edad el más decisivo, ya que es
el momento en que la plasticidad cerebral es más dinámica y fuerte, y el cerebro tiene más capacidad
para buscar rutas nuevas y alternativas para compensar posibles déficits del desarrollo.
Estas discapacidades más sutiles, incluyen los siguientes: problemas de aprendizaje, cocientes bajos de
inteligencia (CI), trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH), déficits neuropsicológicos
específicos (p. ej., la integración visual motora, disfunción ejecutiva) y problemas de conducta (problemas
de internalización, dificultades sociales
Temas de FC
S. Ares Segura, C. Díaz González
Servicio de Neonatología. Hospital Universitario La Paz. Madrid
Resumen
Inmunológicos
El sistema inmune del recién nacido pretérmino es incompetente respecto al recién nacido a
término. La inmunidad inespecífica o general es ineficaz, con: vulnerabilidad de la barrera
cutánea, mucosa e intestinal; disminución de la reacción inflamatoria; e incompleta fagocitosis y
función bactericida de los neutrófilos y macrófagos. La inmunidad específica, muestra una
disminución de IgG, que es de transferencia materna, con práctica ausencia de IgA e IgM. La
respuesta de la inmunidad celular es relativamente competente.
Enfermedades gastrointestinales
Los problemas digestivos más frecuentemente encontrados en los bebés prematuros son: el
reflujo gastroesofágico y las complicaciones derivadas de la enterocolitis necrotizante (NEC). Se
puede sospechar la presencia de reflujo gastroesofágico (RGE) en recién nacidos prematuros
que tienen cualquiera de las siguientes manifestaciones: regurgitación repetida o vómitos
después de las comidas, apnea coincidiendo con las tomas, irritabilidad o llanto durante o
después de las comidas o arqueo de la cabeza y el cuello durante o después de las tomas. Cada
uno de estos signos o síntomas adquiere una importancia adicional si el crecimiento del niño es
inadecuado.
Se han probado varios tratamientos para el RGE, aunque los agentes procinéticos, los alimentos
espesados y el posicionamiento han tenido un éxito relativo. Aunque el RGE puede ser un
problema de toda la vida en algunos niños (p. ej., niños a término con lesión cerebral profunda,
debido a la encefalopatía hipóxico-isquémica), los bebés prematuros, generalmente, tienen
enfermedad autolimitada que mejora a medida que el esfínter gastroesofágico y la motilidad
gastroduodenal maduran.
Enterocolitis necrotizante
El médico de Atención Primaria debe estar alerta para problemas posteriores. Las
complicaciones de la NEC incluyen: necesidad de cuidado de la ostomía, malabsorción,
alteración de la motilidad intestinal, necesidad de nutrición parenteral, colestasis, infecciones del
tracto biliar ascendente, cálculos biliares, obstrucción intestinal y síndrome del intestino corto.
Algunas de estas complicaciones, pueden estar presentes en el momento del alta, y algunos
requieren una vigilancia continuada, sobre todo, para valorar la posible malabsorción y el retraso
en el crecimiento. Hay pruebas de que la NEC se asocia con una mayor incidencia de resultados
neurológicos adversos. La cicatrización después de una cirugía gastrointestinal neonatal puede
causar obstrucción intestinal parcial o completa después del alta. Los vómitos de repetición,
sobre todo, si son biliosos y/o la aparición repentina de la distensión abdominal, siempre deben
ser valorados. Un gastroenterólogo pediátrico debe controlar a los bebés que tienen
complicaciones clínicamente significativas. En particular, el síndrome del intestino corto ocurre
en recién nacidos de muy bajo peso al nacer (EBPN) como una complicación de la NEC y tiene
una alta tasa de mortalidad.
Crecimiento y nutrición
El patrón de crecimiento postnatal está asociado, significativamente, con la
evolución del neurodesarrollo a los 2 años de edad. De aquí, se deduce la
importancia de la nutrición en este grupo de niños.
Casi todos los niños con peso <1.500 g van a experimentar una importante desnutrición
posnatal, que conlleva un descenso en el rango de percentiles en que se encontraban en el
momento del nacimiento. Posteriormente, y a lo largo de los tres primeros años de vida, tienen
un crecimiento superior al normal, que permite una recuperación de los parámetros de
crecimiento hasta situarse, aunque no en todos los casos, en percentiles normales.
La ventana para recuperar el retraso del crecimiento suele ser de un año para el perímetro
cefálico (PC) y hasta los tres años para la talla; si bien, hay estudios que describen
recuperaciones más tardías.
Deberemos tener en cuenta las necesidades nutricionales especiales, según las características
de nuestros pacientes. Los pretérminos CIR (Crecimiento Intrauterino Retardado) tienen un
riesgo importante de presentar un crecimiento deficiente, así como, aquellos niños que hayan
experimentado una importante desnutrición postnatal. Aquellos niños con displasia
broncopulmonar, intestino corto, alteraciones neurológicas importantes…, van a requerir
mayores aportes proteicos y calóricos.
Las normas de nutrición, así como la curva ideal de crecimiento, no están claras. Se suelen
utilizar las curvas de crecimiento intraútero y, posteriormente, las del niño a término,
adaptándolas a su edad corregida.
El perímetro cefálico (PC) es el parámetro mejor conservado. Los niños con PC dentro de
percentiles normales a los 8 meses de vida tienen mejor pronóstico neurológico.
Alimentación complementaria
No existe evidencia de que sea mejor la introducción de la alimentación complementaria a los
seis meses de edad cronológica que a los 6 meses de edad corregida; por lo que, se suele
recomendar la introducción de la misma en función del apetito, curva de peso, etc.,
individualizando los aportes en función del crecimiento. En ocasiones, la introducción de sólidos
puede ser dificultosa; por lo que, se recomienda retrasar la misma si ello conlleva una
disminución de la ingesta que vaya a repercutir en el desarrollo ponderal. Se debe introducir el
gluten a partir de la edad corregida o edad cronológica dependiendo de forma individualizada y
retrasar la leche de vaca hasta los 2 años.
Suplementos
• Hierro: el alta de los recién nacidos prematuros irá acompañado con suplemento de hierro (3
mg/kg/día), que se debe mantener hasta que se consolide la alimentación complementaria.
• Vitamina D: se recomienda administrar 400 UI diarias, en forma de polivitamínico o como D3,
hasta el año de vida.
Osteopenia y raquitismo
Hacia las 6-9 semanas de edad, como consecuencia de las escasa reservas y de una fase de
crecimiento acelerado, pueden observarse concentraciones extremadamente bajas de calcio y
fósforo. Esto conduce, a la formación de un hueso pobremente mineralizado, frágil y que puede
fracturarse con facilidad. Este problema se ve agudizado en aquellos niños extremadamente
inmaduros con déficits nutricionales o problemas de malabsorción, o en aquellos tratados con
diuréticos que favorecen la eliminación del calcio. La osteopenia del prematuro se manifiesta con
valores elevados de fosfatasa alcalina (>900 U/L) y fósforo bajo (<4,5mg/dl). En la exploración
clínica, pueden presentar craneotabes. Para evitarlo, durante las primeras semanas de vida,
debemos aportar aproximadamente 150 mg/kg/día de calcio y 75 mg/kg/día de fósforo. En
general, las fórmulas para prematuros aportan cantidades suficientes. Si no es así o está con
lactancia materna, debemos suplementar durante su estancia en el hospital. La terapia con
diuréticos también puede causar alteraciones en el equilibrio de calcio y fósforo, disminuyendo el
contenido de fósforo en plasma y elevando la actividad de la fosfatasa alcalina en la sangre.
Estos hallazgos químicos en la sangre, con frecuencia reflejan la osteopenia en los bebés
prematuros.
Problemas endocrinos
En los niños prematuros, las alteraciones de la función tiroidea son frecuentes. Así mismo, en
pretérminos gravemente enfermos, se puede producir un hipotiroidismo secundario transitorio.
Debe realizarse la monitorización de la función tiroidea de los niños prematuros desde la prueba
de detección precoz del hipotiroidismo congénito, y cada 15 dias hasta el alta si pararecen
alteraciones tiroideas relacionadas con la prematuridad.
Tambien hay que vigilar la posible aparición de síndrome metabólico en los niños con
antecedentes de PEG y la obesidad en niños sobrealimentados.
Otros problemas
La aparición de hernias inguinoescrotales es más frecuente cuanto menor es la edad de
gestación. La cirugía está indicada y debe ser programada.
La plagiocefalia es frecuente y se produce por apoyo lateral mantenido secundario a la hipotonía
cervical del pretérmino. La hipoplasia maxilar y el paladar ojival son también frecuentes, y,
posteriormente, favorecen la malposición dental y maloclusión, con necesidad de ortodoncia a
los 5 o 6 años de vida. Las deformidades craneales acentuadas de origen prenatal, como ocurre
en los pretérminos gemelares, deben ser referidas para valoración ortopédica.
En algunas ocasiones, estas deformidades precisan la colocación de una órtesis craneal o
“casco” antes de los 6 meses de vida.
Retinopatía de la prematuridad
La retinopatía del prematuro (ROP) es un problema importante que precisa seguimiento a largo
plazo. El cribado de la ROP consiste en realizar una exploración de fondo del ojo en recién
nacidos prematuros, menores de 1.250 g y/o <30 semanas; sobre todo, si recibieron
oxigenoterapia prolongada y/o ventilación asistida. El subespecialista debe programar el
seguimiento del paciente hasta que la retina esté completamente vascularizada.
Los niños con antecedentes de ROP, que requirieron laserterapia o no, tienen mayor riesgo de
sufrir un desprendimiento de retina y glaucoma, en cualquier momento a lo largo de su vida. Los
recién nacidos prematuros que han tenido ROP, también, deben ser evaluados para trastornos
de refracción (miopía, astigmatismo) y de ambliopía a los 6 meses del alta, a la edad de 2-3
años, antes de que comiencen la escuela, durante la escuela primaria y durante la adolescencia.
Dificultades en el lenguaje
En los niños que fueron prematuros, muchas funciones del lenguaje están en el rango promedio,
especialmente el vocabulario, la fluidez verbal y la memoria. Sin embargo, en comparación con
los recién nacidos a término, los prematuros demuestran deficiencias en los procesos(14,15)
verbales relativamente complejos y sutiles: comprensión y producción verbal (lenguaje
expresivo), habilidades verbales abstractas, discriminación auditiva, habilidad para seguir
instrucciones complejas, organización y razonamiento. Estos déficits tienen un impacto en el
funcionamiento social y académico.
Problemas visomotores
Las siguientes habilidades pueden verse afectadas: la capacidad de copia, la adaptación
perceptual, el procesamiento espacial, la organización espacial, la memoria visual secuencial y
la velocidad de escritura y legibilidad.
Una mayor proporción de pacientes prematuros son zurdos. Además, la probabilidad de
necesitar gafas es 3 veces mayor que la de los recién nacidos a término sanos. Estos déficits
pueden contribuir a los problemas con la expresión escrita.
Los padres suelen comenzar a preocuparse cuando observan que su hijo aprende a
caminar o hablar con retraso. Pero un retraso no es sinónimo de problema, porque cada
niño es un mundo. "Es importante tener en cuenta la variabilidad dentro de la normalidad
para detectar cualquier signo de alarma", explica Ruiz. Ese intervalo de normalidad en
que los bebés adquieren algunas conductas es amplio. "Hay niños que a los 11 meses ya
dicen sus primeras palabras. Otros lo hacen a los dos. Algunos dan sus primeros pasos a
los 9 meses y otros a los 17", dice Ruiz. La valoración del desarrollo del prematuro, hasta
los 2 años, siempre debe basarse en su edad corregida, descontando de su edad
cronológica el tiempo que faltaba para su nacimiento a término.
Pero antes de que empiecen a hablar o caminar, hay problemas relacionados con la
cognición que ya se pueden observar. Como las alteraciones en la comprensión del
lenguaje o el déficit de atención. El bebé ya puede entender alguna cosa, pero no
escucha, lo que puede traducirse en un TDA que en un futuro interfiera en su vida
escolar y social. "Estas alteraciones pueden ser transitorias, y si se tratan mejoran",
afirma Ruiz. Para estimularlos, los profesionales utilizan herramientas que les permiten
introducirse en el mundo del bebé, como el juego o actividades de la vida diaria, en las
que la participación activa de los padres es fundamental.
Los grandes prematuros también pueden ser adultos con un corazón frágil, sobre todo
aquellos que durante el embarazo han sufrido además insuficiencia placentaria. "Tienen
un riesgo entre cuatro y cinco veces superior a sufrir problemas cardiovasculares en la
edad adulta", afirma Gratacós. "Si hay una restricción de oxígeno y glucosa también se
altera el mecanismo de contracción de las células cardiacas. Si éstas trabajan con estrés
y el ritmo del latido no es suficientemente relajado, instauran un patrón de funcionamiento
que predispone a sufrir insuficiencia cardiaca o hipertensión", explica.
La clave está en evitar la prematuridad. Carreras reconoce que aún queda mucho por
saber sobre las causas y cómo evitarla. "En la mujer que se queda embarazada con
mayor edad la probabilidad de prematuridad es mayor, ya que son más frecuentes los
problemas asociados, como la diabetes o la hipertensión del embarazo", explica José
Figueras, director del informe SEN 1500 de la Sociedad Española de Neonatología. Un
tercio de los casos de prematuridad se debe a una rotura prematura de membranas, un
20% a insuficiencia placentaria, un 10% a gestaciones múltiples y otro 5% a una
combinación de causas. Queda otro tercio de origen idiopático, lo que significa, explica
Carreras "que no se sabe realmente por qué ocurre".
Allotey et al. 2017, realizó una revisión sistemática con un metaanálisis posterior sobre este tema. Se
investigó los efectos asociados a niños con distintos grados de prematuridad, en varias épocas de la vida del
niño: desde la etapa de preescolar hasta más allá de la edad escolar. Se compararon las puntuaciones
cognitivas de cohortes de niños prematuros incluyendo <28 semanas , de 28-33 semanas y de 34-36 semanas
comparado con recién nacidos a término (≥37 semanas). Para medir el rendimiento cognitivo, habilidades
motoras, rendimiento académico y conductual, se compararon niños prematuros con niños nacidos a término
en varias etapas de su vida, clasificados por año de edad escolar: 2-4 años (edad preescolar),> 4-11 años
(escuela primaria),> 11-18 años (escuela secundaria) y > 18 años (educación superior).
Como conclusión, los niños prematuros presentaron un peor rendimiento cognitivo, motor y académico.
Concretamente, en el área cognitiva, presentaron un peor rendimiento en tareas de memoria y velocidad de
procesamiento, cuyos déficts se mantuvieron hasta la educación secundaria. También se encontraron
puntuaciones más altas en problemas de comportamiento. Es por esto que la mayoría eran más propensos a
ser diagnosticados de TDAH (trastorno por déficit de atención/ hiperactividad) que los niños no prematuros.
Según los autores, existe una fuerte relación entre la edad gestacional y el momento de desarrollo de las funciones
cognitivas. Los déficits neurológicos mulidominio presentes en el desarrollo de niños prematuros persisten mas allá
de la edad escolar primaria. Debido a ello es de gran importancia tener en cuenta las necesidades académicas,
emocionales y conductuales adicionales en estos niños. Con esto, los investigadores españoles participantes en
este estudio, Javier Zamora y David Arroyo de la Unidad de Bioestadística Clínica del Hospital Universitario Ramón
y Cajal (IRYCIS) y del CIBERES, hacen una llamada de atención a los sistemas educativos y sanitarios para
considerar estos posibles déficits que pueden comprometer el desarrollo normal de los niños nacidos en gestaciones
prematuras y, poder tomar las medidas necesarias para estos niños.
Los niños que nacen con muy bajo peso son una población vulnerable
que pueden presentar dificultades relacionadas con el desarrollo de las
funciones ejecutivas, debido a la inmadurez del cerebro, los estímulos
que debe recibir para poder sobrevivir y las complicaciones que puede
presentar, esto puede dejar secuelas a lo largo de la vida (
APRENDUZAJE
Los trastornos del aprendizaje también son mucho más frecuentes entre la población
de niños nacidos pretérmino, con un riesgo que alcanza el 30% de los casos frente al
10-15% de la población escolar general. Además se estima que a los 6 años, entre un
30-40% de los niños que fueron prematuros presentan un incremento considerable de
trastornos del lenguaje, memoria y visuopercepción; que sumados a los trastornos
específicos del aprendizaje dificultan un correcto desempeño académico, y aumentan
el riesgo de fracaso escolar de estos chicos. Y no debemos olvidar que la
prematuridad y el bajo peso al nacer también son factores de riesgo biológicos
conocidos que incrementan el riesgo de desarrollar un trastorno por déficit
atencional e hiperactividad (TDAH).
Lamentablemente los programas de atención y seguimiento de esta población de
niños prematuros y/o de bajo peso al nacer no suelen continuar hasta la adolescencia,
como sería esperable. E incluso en muchos casos ni siquiera se llega a la primaria
con un estudio neuropsicológico completo que permita conocer el perfil de habilidades
y dificultades cognitivo-conductuales de cada caso en particular, para así elaborar un
abordaje psicopedagógico adaptado a sus necesidades. Por lo cual en nuestro medio
existe una “fractura” en la atención especializada de estos chicos, que junto al
desconocimiento generalizado que existe de la problemática que padecen,
promueven indirectamente el fracaso escolar y actúan en detrimento del correcto
desarrollo socio-emocional de esta población de niños y adolescentes que una vez
fueron prematuros.