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La zoofilia es una práctica sexual bizarra que ha sido expresamente prohibida en países
como Chile, Reino Unido y Alemania. Sin embargo, en otros lugares del mundo es
tolerada o abiertamente legalizada. Estos son los principales.
1. Canadá
Este año Canadá ha sorprendido el mundo con una decisión judicial sin precedentes. El
Tribunal Supremo de este país ha determinado que no es delito tener sexo con animales,
siempre que no haya penetración. De esta forma, ha legalizado los encuentros sexuales
entre animales y personas.
El Tribunal ha argumentado que no existe una definición exacta del término zoofilia en
las leyes canadienses y que, por lo tanto, solo está prohibido que un ser humano penetre
a un animal o viceversa. El tribunal falló por una mayoría de siete contra uno.
La normativa surge a raíz del caso de un hombre condenado por 13 delitos de agresión
sexual a sus hijastras. El acusado había grabado en vídeo a su perro mientras lamía los
genitales de sus víctimas, previamente untados con mantequilla.
2. Estados Unidos
En 16 estados de este país no es considerado delito tener relaciones sexuales con animales.
Las heridas que los animales puedan sufrir como consecuencia de las violaciones son
catalogada como “simples” actos de maltrato.
En EE UU también se practica el llamado turismo sexual con animales. Bastante conocido
es el caso de Douglas Spink, un entrenador de caballos y perros también involucrado en
el tráfico de drogas. En 2010, Spink fue arrestado en el Estado de Washington, cuando
que se encontraba en libertad condicional, por promover turismo sexual con animales en
su propia granja, al sur de la frontera con Canadá.
3. Dinamarca
Es otro país que tolera este tipo de conducta. De hecho, se ha convertido en un destino de
turismo sexual con animales para clientes de Noruega, Alemania, Holanda y Suecia, todos
deseosos de tener sexo con caballos y otros animales y dispuestos a pagar por ello.
4. Líbano
En Líbano también está permitido a los hombres tener relaciones sexuales con animales
de forma legal, siempre y cuando sean hembras. De lo contrario, el acto está castigado
con la muerte porque es visto como una práctica homosexual.
5. España
Finalmente, en España la zoofilia no está prohibida expresamente. El Código Penal
español no prevé delito ni falta alguna para esta práctica. Solo el artículo 337 establece
penas de tres meses a un año de prisión “para quienes maltraten con ensañamiento a
animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones”.
“Y luego aprobarán la pedofilia y el
matrimonio con artefactos”
Muchos contra el matrimonio igualitario dicen que es la puerta para legalizar parafilias. Una
breve verificación de datos alrededor del mundo demuestra que no hay ningún fundamento
legal, científico o histórico en esos argumentos.
Susana Roa Chejín · 8 de julio del 2019
Los primeros en hacerlo fueron los Países Bajos, hace 19 años. Cuando todavía algunos
estados de Estados Unidos penalizaban los actos homosexuales, la legislación holandesa
cambió para dar a las parejas del mismo sexo el derecho a casarse, divorciarse y adoptar
hijos. Se modificó una sola frase en el estatuto de matrimonio civil existente, para que
dijera “Un matrimonio puede ser contraído por dos personas de diferente sexo o del
mismo sexo”. Tres años después, Bélgica siguió sus pasos y con la aprobación del
matrimonio igualitario les dio a las parejas de gays y lesbianas los mismos impuestos y
derechos de herencia que a las heterosexuales. En 2006, su parlamento aprobó a las
parejas del mismo sexo el derecho a adoptar. Pero desde entonces, en ninguno de los dos
países se ha legalizado la pedofilia y los tres países tomaron medidas para prohibir la
zoofilia, los Países Bajos la prohibieron en 2010 y Bélgica en 2007.
Aunque Canadá empezó a aprobar el matrimonio entre parejas del mismo sexo en
2003, se tomó un par de años más en lograr que sea legal a nivel nacional, hasta que
finalmente en sucedió, dos años después. A pesar de un parlamento dividido, España
también lo legalizó en 2005. Y cambió el estatuto matrimonial existente a: “El
matrimonio tendrá los mismos requisitos y resultados cuando las dos personas que entren
en el contrato sean del mismo sexo o de diferentes sexos”.
Desde 2016 circulan rumores que afirman que la comunidad LGBTI iba a agregar una ‘P’
a sus siglas— P, de Pedosexuales. Pero eso no es cierto. Los activistas antiderechos
promovían la idea de que la homosexualidad y la pedofilia están conectadas, a pesar de
que no existan pruebas científicas al respecto. Incluso comenzó a circular un cartel falso
con esas siglas.
Este cartel fraudulento fue el trabajo de una campaña de desinformación que comenzó el
23 de junio de 2016 con una cadena de información en el sitio web 4archive sobre cómo
engañar a los activistas LGBT para que apoyen a los pedófilos. Entre las
“recomendaciones” estaban ubicar los carteles en lugares públicos, como escuelas, o
utilizar ciertas frases para evitar sospechas.
Existe el mito de que la mayoría de los adultos que abusan sexualmente de los niños son
homosexuales, pero no hay evidencia científica que respalde tal afirmación.
Desde hace más de 20 años varios investigadores se han dedicado a analizar esta pregunta
para determinar si los homosexuales son más propensos a ser pedófilos que los
heterosexuales.
Los datos dijeron, con claridad, que no. Por ejemplo, en un estudio de 1989 dirigido por
Kurt Freund del Instituto Clarke de Psiquiatría en Canadá, los científicos mostraron
imágenes de niños a adultos heterosexuales y homosexuales y midieron la excitación
sexual y concluyeron que no hubo diferencia en la reacción entre ambos. Un estudio de
1994, dirigido por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado,
examinó 269 casos de niños que fueron agredidos sexualmente por adultos. En solo dos
de esos casos, el agresor fue identificado como gay o lesbiana.
La edad de consentimiento sexual es la edad mínima que una persona “se considera
legalmente competente para consentir en actos sexuales”. Si una persona adulta perpetra
actos sexuales con alguien menor de la edad de consentimiento, incluso si el acto fuese
supuestamente consentido por la ley, hay varios países cuyas legislaciones lo consideran
una violación.
Cuando las edades de consentimiento no están definidas o son bajas se crea un área de
oportunidades para los pedófilos. Como en Francia en marzo de 2018, cuando un caso
que involucraba a un hombre de 30 años y a niñas de 11 años provocó una discusión sobre
la edad mínima para consentir sexualmente. Como resultado, Francia cambió sus
legislación para que el sexo con cualquier persona menor a 15 años sea clasificado como
violación.
Según las leyes previas país, cualquier acto sexual entre un adulto y un menor de 15 años
puede ser procesado como un delito sexual, pero el fiscal debía probar que no fue
consensual. En otros países, como el Reino Unido, la ley es más clara: la edad de
consentimiento es de 16 años y existe “una presunción irrefutable de falta de
consentimiento” en casos que involucran a alguien más joven que eso.
España tenía una de las menores edades de consentimiento en Europa, pero la elevó de
13 a 16 en 2013, ocho años después de aprobar el matrimonio igualitario. En realidad,
pasó exactamente lo contrario de lo que anuncian quienes se oponen al matrimonio
igualitario
De esta forma, alineó su edad de consentimiento con las del Reino Unido, Rusia, los
Países Bajos, Noruega, Finlandia y Bélgica, países en los que también el matrimonio entre
personas del mismo sexo es legal . Además, en Malta, donde el matrimonio igualitario es
legal desde 2017, la edad de consentimiento es mucho mayor: 18 años.
Nigeria, donde los derechos LGBTI no son reconocidos y en algunas partes se castiga con
lapidación hasta la muerte, tiene la edad de consentimiento más baja del mundo: 11 años.
Japón, el país con la edad de consentimiento más baja de Asia (13 años), tiene una visión
bastante progresista bajo estándares asiáticos sobre la homosexualidad, pero todavía no
ha legalizado el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Las parafilias son tendencias sexuales atípicas y que tienen un componente de rareza y de
perversión. Una de las más conocidas es la zoofilia o bestialismo. En este trastorno de la
inclinación sexual hay atracción sexual consistente a lo largo del tiempo hacia otros
animales no humanos. Se la llama bestialismo cuando el sujeto consuma sus fantasías. La
zoofilia es una práctica penada por ley en múltiples países por al abuso que se comete con
el animal en cuestión, las enfermedades y las lesiones que pueden provocar.
En marzo de 2018, Malcom J. Brenner se dio a conocer por su romance con Dolly, un
delfín. Pero Brenner aclaró que solo se sentía atraído por animales hembras y que es
heterosexual. Brenner afirma que se “enamoró” de Dolphin Dolly y que comenzó una
relación sexual que llamó “consensual” con ella. “Como adulto, soy heterosexual, aunque
cruzo líneas entre especies”.
Hay países donde la ley establece claramente que este tipo de actos están prohibidos. Pero
no es así en todos los países. En algunos las leyes que la prohíben no son claras, incluyen
solo ciertos actos sexuales o no existen. Algunos, como Costa Rica, los prohibieron hace
menos de cinco años. Y en países como Zimbabwe, Sudáfrica y el Reino Unido, donde la
bestialidad ha sido ilegal durante siglos, todavía se registran casos.
Incluso las religiones varían en su tolerancia a la bestialidad. Todas las ramas del
cristianismo y el judaísmo, por ejemplo, prohíben completamente el sexo entre humanos
y animales. El Islam, sin embargo, no tiene prohibiciones específicas contra estos actos
y, en la práctica, los países islámicos han sido indulgentes al momento de castigar a los
que se involucran en ellos, siempre que el animal no sufra daños. Lo mismo ocurre con
el hinduismo, una religión que tiene a varios animales como deidades.
Cada vez menos países están aceptando estas prácticas sexuales. En 2015, tres años
después de aprobar el matrimonio igualitario, Dinamarca se convirtió en uno de los
últimos países europeos donde la bestialidad no estaba prohibida. Hungría, Finlandia y
Rumania son los únicos países de la Unión Europea donde la zoofilia es
legal. Españatambién la prohibió en 2015 y se castiga con hasta un año de prisión. Otros,
como Estados Unidos, están avanzando un estado a la vez para prohibirla a nivel
nacional.