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UNIVERSISDA NACIONAL ABIERTA

CENTO LOCAL TRUJILLO ESTADO TRUJILLO

LOS DERECHOS HUMANOS A TRAVES DEL TIEMPO.

PARTICIPANTE:

VILLEGAS PERDOMO, JESÚS FRANCISCO

CI: V-19.427.636

Trujillo, Enero de 2020


El proceso de transformación política, social económica y cultural que ha
vivido la sociedad tiene como objetivo primordial lograr la vigencia plena de
los derechos humanos para todos, a través del cambio de las relaciones de
exclusión, subordinación y explotación a la que han sido sometidos durante
décadas: pobres, indígenas, campesinos, trabajadores, mujeres y niños a lo
largo de los años.

Los derechos humanos son aquellos inherentes a cada persona. Todo ser
humano, por el mero hecho de serlo, posee sus derechos, sin ningún tipo de
discriminación. Aún más: los derechos humanos son inalienables, lo cual
significa que nadie puede otorgar o quitar esos derechos y que éstos son
igualitariamente aplicables en todo el mundo. Todos los tratados de derechos
humanos y otros documentos reflejan la noción de que es un deber
primordial de los Estados y sus autoridades o representantes el proteger,
respetar y fomentar todos los derechos humanos.

Sin embargo, la realidad es otra, algunas naciones, se han dado a la tarea


de destruir a otros países, con la finalidad de aumentar su poder territorial en
el mundo, ya sea con la finalidad de nutrir su economía o simplemente por el
hecho de sentirse con más poder. Estas acciones son realizadas sin importar
las victimas que se vean involucradas en medio de los conflictos armados, ya
que al momento de ejercer algún ataque, no se mira raza, sexo o edad;
siendo por consiguiente los más afectados la población más vulnerable, ya
que pierden familiares o peor aún, pierden la vida.

La realidad es que la impunidad aumenta cada vez que los


responsables de violentar los derechos humanos actúan de manera arbitraria
contra la sociedad. Es por ello que la tarea de evidenciar las desiguales
relaciones de poder que prevalecen en la sociedad y empoderar a los
sectores excluidos, exigiendo que cada ser humano pueda conocer, reclamar
y exigir sus derechos. De esta manera, fortalecer la formación de la sociedad
en materia de derechos humanos es clave fundamental para la consolidación
del reconocimiento de los mismos.

A lo largo de los años los derechos humanos, por ser evidentemente


amplios, se puede evidenciar que no hay una única concepción que defina
los mismos, porque no existe en el mundo una única concepción de dignidad
humana, por esta razón se corresponden con la satisfacción de las
necesidades humanas, tomando en cuenta que son productos socio
históricos derivados de las luchas políticas frente a los abusos de poder. En
consecuencia su fundamento son las luchas reivindicativas de los sectores
sociales excluidos o sometidos, en búsqueda de asegurar su dignidad y la
justicia social.

Partiendo de una perspectiva histórica derechos tan importantes como


el derecho a la vida tuvo su reconocimiento recientemente, prueba de ello es
que no se encuentra mención alguna del mismo, en la Declaración de
Derechos de Virginia o en la del Hombre y del Ciudadano de 1789, tal vez
porque la posibilidad de disponer de la vida se vincula como una
manifestación radical del poder y la sociedad, más aun si se asume que una
de las renuncias fundamentales del hombre a cambio de lograr vivir en
sociedad, está la posibilidad de que el Estado pueda privarle incluso de lka
vida para el logro del bien común.

A diferencia del resto, el Derecho a la vida no puede ser concebido en


un escenario iusfundamental clásico, como un derecho reaccional frente a los
poderes públicos. Obliga a expresar una renuncia del propio Estado a la
posibilidad de privar de la vida a toda persona. La dificultad de dicha renuncia
puede evidenciarse en el hecho de que ningún Estado es obligado a ello. De
ahí que el derecho a la vida desde su tardío nacimiento en las constituciones,
se haya visto sometido a una evolución para la que no estaba ni concebido ni
preparado. Aun así, en la actualidad existe vulneración del derecho a la vida,
tomando en consideración que a pesar de las innumerables luchas anivel
mundial, existe en algunas naciones la pena de muerte, la tortura, los presos
políticos, entre otras vulneraciones que van en contra de los tratados
internacionales de Derechos Humanos.

Es importante destacar, que se puede hablar de derechos humanos en


las naciones cuyos principios devienen de la democracia, ya que bajo otros
regímenes, la vulneración de los mismos es abismal, en consecuencia se
puede decir que a pesar de las grandes debilidades de las instituciones
democráticas y su vulnerabilidad a las relaciones de poder, los modelos
democráticos brindan la oportunidad para la construcción progresiva de una
sociedad en la que las preocupaciones y necesidades de todos los sectores
tengan efectiva cabida.

Por esta razón, los sistemas de democracia representativa han servido


para mantener las relaciones de poder, debido a que el ejercicio del poder
político ha quedado supeditado al poder económico, es decir, los países bajo
sistemas democráticos se suceden las actuaciones autoritarias, mostrando
que más allá de la efectividad de la democracia liberal para regular un mayor
nivel de participación de todos los sectores sociales, sin importar el nivel de
su poder real, como herramienta para luchar contra las desigualdades y los
abusos de poder.

Es de mencionar que para llegar al reconocimiento actual de los


derechos humanos, se ha pasado por una larga lucha social, la cual ha
logrado paso a paso la consolidación de los mismos en la sociedad. Las
luchas por la libertad fueron sostenidas por los oprimidos, por aquellos que
buscaban nuevas libertades en oposición con los que tenían privilegios que
defender. Al luchar una clase por su propia liberación del dominio ajeno creía
hacerlo por la libertad humana con tal y, por consiguiente, podía invocar un
ideal y expresar aquella aspiración a la libertad que se halla arraigada en
todos los oprimidos.

A partir del siglo XIX, con la crítica socialista a la concepción liberal


pura de los derechos fundamentales, se incorpora un componente igualitario
que matiza y completa esa idea de los derechos fundamentales como
derechos de libertad sin hacerla imposible y sin desvirtuarla. Es importante
mencionar que al mirar la historia de los derechos humanos a partir de la
segunda guerra mundial, no es difícil concluir que las políticas de derechos
humanos han estado en gran parte al servicio de los intereses económicos y
geopolíticos de los Estados capitalistas hegemónicos.

Cuatro décadas después de la independencia, en muchos de los


países del Tercer Mundo la disparidad entre ricos y pobres es más
pronunciada que nunca. Se ha acrecentado enormemente el número de
personas con hambre, sin empleo, sin hogar y sin tierra, trayendo como
resultado el aumento de la marginación y el padecimiento de grupos sociales
que ya eran vulnerables. Resulta inadmisible que en algunas partes del
mundo ciertos derechos estén aún desatendidos como sucedía en el pasado.
Por ejemplo, la falta de atención de los derechos económicos, sociales y
culturales es un triste reflejo de sociedades marcadas por flagrantes
injusticias y diferencias sociales.
Apenas puede existir un estado de derecho en políticas públicas que
infligen la humillación del desempleo y la pobreza a sectores cada vez más
amplio de la población, lo cual equivale a negar la totalidad de los derechos
humanos en numerosos países.

A lo largo y ancho del mundo, millones de personas y cientos de ONG


han estado luchando a favor de los derechos humanos, a menudo con riesgo
incluso para sus vidas, en defensa de las clases y grupos sociales oprimidos
que se han convertido en víctimas de Estados autoritarios. Esta historia es
progresista, porque demuestra que la voluntad inconforme de los individuos y
los poderes creadores de los pueblos han derrumbado progresivamente las
barreras que levanta la sociedad de clases en el camino hacia la libertad y la
igualdad de hombres y mujeres.

En consecuencia, se puede decir que los derechos humanos emanan


de la dignidad y tienen como fundamento los atributos de la persona humana.
Esto significa que los derechos humanos no son concesiones de la sociedad
o prebendas del Estado, y que no dependen del reconocimiento por parte de
este, sino que se desprenden de la condición humana común a todos los
miembros de la sociedad.

Estas apuntan al logro progresivo de la aceptación universal de las


normas internacionales, y la adopción de mecanismos internos para
garantizar y cumplir con los derechos. Asimismo, no es lícito que el Estado
argumente necesidades o particularidades de una sociedad concreta ara
desconocer estos derechos.

El progresivo desarrollo de una noción de dignidad a partir de la


condición humana cuestiona los fundamentos que sustentan las
desigualdades existentes, por encima de las contingencias de nacimiento o
de poder. El reto es propender a un modelo de sociedad que garantice que
todos puedan gozar en igualdad de condiciones y oportunidades de los
derechos inherentes a todos.

El propio contenido de los derechos está sujeto a una definición


progresiva, en la medida en que se producen nuevas situaciones que los
afectan y los órganos competentes revisan y adecuan las normas, las
doctrinas y las jurisprudencias relativas. En cualquier caso, las
transformaciones que se produzcan deben estar siempre orientadas a hacer
más eficaz la protección de los derechos de la persona, no solo en lo referido
a su consagración normativa, sino en la identificación de mejores y más
adecuados mecanismos para garantizar su vigencia y supervisar el
cumplimiento por parte de los Estados, así como en la determinación de las
medidas más apropiadas para el cumplimiento de las obligaciones
correlativas.

Si bien el progresivo reconocimiento jurídico de la igualdad de


derechos significa una conquista fundamental, por cuanto redistribuye los
poderes en el plano de la ley, tanto el desequilibrio en las relaciones de
poder como la manipulación ideológica del discurso de derechos humanos y
de las instituciones de protección por parte de los sectores de poder han
convertido al régimen de derechos humanos en un proyecto
permanentemente postergado en su concreción en las realidades.

En conclusión, a pesar de las grandes debilidades de las instituciones


democráticas y su vulnerabilidad, éstos brindan oportunidades para la el
reconocimiento de los derechos humanos en la sociedad; la profundización
de la democracia a través de la participación se convierte en un reto
fundamental hacia la vigencia de los derechos humanos de todas las
personas, independientemente de su condición económica y social;

Es importante destacar que el reconocimiento se ha incrementado en


los últimos años, enfocándose en la igualdad entre hombres y mujeres,
enalteciendo el reconocimiento de los derechos de la mujer por separado,
sin embargo, es de destacar, que a pesar de que el reconocimiento de los
Derechos Humanos ha aumentado, cada vez surgen nuevas maneras de
vulneración de los mismos. Por tal la razón la aplicación de los tratados
internacionales sobre Derechos Humanos es clave fundamental para
garantizar los mismos, siendo indispensable la actualización de dichos
tratados debido a los cambios constantes de la sociedad.

Referencias bibliográficas:

Magendzo, Abraham (1989) “Educación formal y Derechos Humanos.”


En: Educación y Transición Democrática, propuesta de políticas
educacionales, PIIE. Santiago de Chile.

Pérez A, Luis (1985) “Educación para la Paz y Derechos Humanos en


Uruguay”. Santiago de Chile.

Declaración de Derechos de Virginia o en la del Hombre y del


Ciudadano de 1789

Declaración Universal de los derechos humanos de 1948

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