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GESTIÓN DE LA CARTERA DE

VALORES
Ensayo

Descripción breve
Explicación de tres estrategias de gestión de carteras de inversión
Gestión de Cartera Valores
En el mundo de las inversiones como hemos estado aprendiendo, existen puntos críticos de control
que deben analizarse con lupa. Entre estos elementos de control se encuentra la gestión de cartera
de valores. Un eslabón indispensable de conocer en un espacio lleno de alzas y bajas. Es así como en
este ensayo se tratará de plasmar 4 tipos de gestión y sus diferentes formas de lograr su único
objetivo, generar rendimientos.

Dos de estas estrategias de gestión han existido en la inversión desde hace muchos años
(tradicionales), y entre ellas existe prácticamente total diferencia a la hora de abordarlas. En este
sentido, probablemente los inversionistas que se enfocan en una de ellas, verán arriesgado o
incomprensible la contraparte. Estas estrategias corresponden a la gestión activa de cartera y su
contrincante la inversión ligada a un índice. Unido a esto, hablaré de una tercera estrategia fomentada
por Warren Buffett (WB), la inversión focalizada, una estrategia diferente que puede incluso socavar
con las ideas de un inversor convencional.

En primera instancia, hablaré de la estrategia de gestión activa de cartera. Una estrategia basada en
un inversionista emprendedor, es decir, una persona activa en el mercado de valor, que con frecuencia
busca rendimientos aceptables, mucho más que un inversor pasivo. De esta forma, una de sus
mayores deficiencias, es el alto costo que posee la supervisión activa de valores y las proyecciones
continuas de cómo se moverá el mercado, siendo arriesgado y teniendo gran probabilidad de pérdida.

Por otra parte, se encuentra la gestión en base un índice. Una estrategia que demanda mucho menos
recursos a pesar de que no deja de ser riesgosa, posee mayor relación con un inversionista pasivo.
Como su nombre lo indica un índice da vida a este sistema, en donde las inversiones enfocan sus
esfuerzos por mantenerse al margen de un índice que es movido por el mercado de valores.

De allí subyace una de las limitantes/inconvenientes de este proceso, por ejemplo, una
recomendación contundente que hemos podido apreciar en ese curso es, la negación al imperativo
institucional, es decir, limitarnos a no siempre seguir las tendencias que marca el mercado, por las
consecuencias que se han podido observar en el tiempo. Y como segundo punto, la limitación
existente en los rendimientos que se pueden obtener al estar ligado a un índice.

Como tercera estrategia, tomare en cuenta la teoría moderna de la cartera de valores que tiene sus
fundamentos en tres pilares la diversificación, la eficiencia de los mercados y riesgos. La diversificación
busca lograr coeficiencia positiva, logrando un equilibrio entre pérdidas y ganancias relacionadas con
la variedad de valores en cartera, además parten del hecho que los mercados siempre siguen una
tendencia y por ende debería ser seguido, por medio de indicadores como la Beta de un sector o
empresa. Además, esta teoría, centra su riesgo como la volatilidad de que tiene una cotización de la
acción.

Esta teoría tiene tanto su beneficio como limitación en un punto específico, el hecho no ser más, ni
menos que la media. Ya que se enseña a los inversores a ser un inversor que espera y rinde como la
media de los inversores, lo que puede inducir a estabilidad en el mercado, pero no una ventaja
competitiva con respecto a otros.

Al analizar esta situación WB determina que no siempre estas tres estrategias están en lo cierto, es
ahí donde el empieza a estructurar una forma de apreciar y entender la cartera de valores. Esta se
basa en la focalización de empresas realmente excelentes, entre diez a veinte, no más. Una pizca de
paciencia y el realismo en saber que habrá momentos de bonanza y de otros de aprendizaje.
WB deja claro que la inversión no debe darse con premura porque acabará en decepciones, debe ser
metódica y centrada, tomando en cuenta todos los factores que pueden influir para lograr los mayores
rendimientos. Además, argumenta dos ventajas de este hábito, reducción en los costes implicados en
las transacciones que terminan desgastando los rendimientos, y el aumento de los rendimientos
después de impuestos al no monetizarlos y no inducir en pago de impuesto.

Hemos podido analizar tres tipos de estrategias de gestión de carteras de valores, que destacan de
manera popular en la dimensión de las inversiones, pero es importante señalar como punto final, que
independientemente de la forma en que se administre una cartera, dejando de lado si eres un inversor
experto o aprendiz, existe probabilidad muy alta de tener momentos de baja. De ahí la importancia
de analizar y proyectar con la mayor certeza posible para lograr minimizar los efectos/infortunios
causados en el tiempo.

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