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T. 291 PS. 62/65 Santa Fe, 2 de julio del año 2.019.

VISTA: La queja por denegación del recurso de


inconstitucionalidad interpuesto por la actora contra la sentencia nro. 190, de fecha 27 de agosto de 2014, dictada
por la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Laboral de la ciudad de Rosario, en autos "ALFANO,
MARíA C/ECHESORTU, IGNACIO - DEMANDA ORDINARIA RECONSTRUCCIÓN - (EXPTE. 123/13 -
CUIJ 21-05093067-7), C.S.J. CUIJ: 21-00512054-0; y, CONSIDERANDO: 1. Surge de las constancias de la causa
que la Sala rechazó el recurso de nulidad e hizo lugar parcialmente al de apelación interpuestos por la accionante.
En consecuencia, revocó la sentencia en lo referente al rechazo de la indemnización del artículo 8 de la ley 24013,
que admitió. Impuso las costas a la parte actora (art. 102 C.P.L.). Contra tal decisorio interpuso la compareciente
recurso de inconstitucionalidad por considerar que el mismo resulta arbitrario y violatorio de sus derechos
constitucionales que detalló. Preliminarmente prestó disconformidad por cuanto la Alzada entendió que no hubo
una justa causa para denunciar el contrato de trabajo, y rechazó: las diferencias salariales, la indemnización del
artículo 15 de la ley 24013, las vacaciones de 1998, el subsidio por desempleo y la sanción al demandado por
conducta obstruccionista y dilatoria. A continuación, expresó los agravios que consideró constitucionales. En
primer término cuestionó la decisión del Tribunal A quo por cuanto -a su entender- resolvió en violación a los
artículos 55 y 57 de la Ley de Contrato de Trabajo que consagran presunciones "juris tantum" en contra del
empleador, en virtud de que la demandada habría incumplido con la orden judicial de exhibir el libro especial del
artículo 52 en el primer caso y guardado silencio ante la intimación al cumplimiento de obligaciones a su cargo
(diferencias salariales, s.a.c., vacaciones y registración del contrato). Frente a ello, alegó, la Alzada contradijo
abiertamente la legislación vigente en la materia e invirtió sin duda alguna la carga de la prueba. Asimismo, se
quejó de que la Cámara haya confirmado la imposición de costas a la actora, en contradicción al artículo 102 del
Código Procesal Laboral. Explicó en tal sentido que, ante el vencimiento recíproco y atento a que los rubros
admitidos equivaldrían el 35,95% del total demandado (según el cálculo que llevó a cabo) y hasta "casi el 50%" si
se contempla también la condena a entregar el certificado de trabajo previsto en el artículo 80 de la Ley de
Contrato de Trabajo, el A quo -remarcó- tendría que haber distribuido las costas conforme la normativa señalada.
Finalmente, manifestó que la resolución del Tribunal: a) afectó el derecho de propiedad de su parte, en virtud de
que -a su criterio- los rubros rechazados forman parte de su patrimonio; b) vulneró el principio de la norma más
favorable al trabajador (art. 9, LCT) al soslayar su aplicación frente a la duda del Sentenciante en cuantificar cuál
era el salario de la actora y rechazar las diferencias salariales; c) omitió -o valoró erróneamente- prueba
contundente al desestimar la conducta maliciosa del demandado, como ser -señaló-, que el accionado al contestar la
demanda haya negado deber a la actora suma alguna cuando anteriormente lo había reconocido en el intercambio
epistolar; y d) le impuso a la actora la producción de una prueba imposible, la demostración de la iniciación del
trámite ante la ANSES para el subsidio por desempleo. La Alzada, mediante resolución número 69 dictada el
04.04.2018, denegó la concesión del remedio extraordinario intentado, por lo que la perdidosa ocurrió en forma
directa ante esta sede. 2. Se adelanta que la presente queja no puede prosperar, pues, la confrontación de los
agravios formulados, tal como han sido traídos ante estos estrados, con los fundamentos de la sentencia impugnada,
evidencia que aquellos sólo traducen la particular perspectiva del impugnante en relación con lo resuelto por el
Tribunal A quo, sin que pueda vislumbrarse que a través de dicho pronunciamiento se hayan puesto en crisis
derechos constitucionales o vulnerado elementales pautas de razonabilidad y logicidad en su fundamentación, que
ameriten su descalificación por arbitrariedad. En efecto, a la luz de las constancias del caso, se evidencia que lo
resuelto gira mayormente en torno a cuestiones fácticas, probatorias y de derecho común que, por referirse a
materias propias de los jueces ordinarios de la causa, resultan ajenas a la órbita de remedio extraordinario -y por
ende, de excepción- intentado. Sin que, por su parte, el compareciente demuestre un supuesto de falta de
fundamentación en lo decidido. Ello así, por cuanto del análisis íntegro del fallo cuestionado surge que la Cámara
proporcionó argumentos suficientes en orden a aclarar el alcance de la presunción prevista en el artículo 55 de la
ley 20744, al señalar -con cita de doctrina- que la misma se limita sólo a las afirmaciones efectuadas por el
trabajador al promover la demanda que debían constar en los asientos inexistentes u ocultados, es decir, "no todos
los rubros reclamados se presumen viables por el mero hecho de no exhibirse el libro especial". En ese orden de
reflexión, confirmó el rechazo del juez de grado respecto a las diferencias salariales por entender que las mismas
no eran alcanzadas por la alegada presunción. Y frente a ello, advirtió que la reclamante no había aportado
elementos suficientes que permitieran, siquiera, intuir la diferencia entre lo percibido y lo que debía percibir.
Respecto al despido indirecto por falta de pago de rubros remuneratorios (diferencias salariales, vacaciones y s.a.c.)
y falta de registración -y las indemnizaciones derivadas del mismo-, si bien entendió la Cámara que le asistía razón
a la accionante en cuanto a la fecha cierta del distracto -por valoración del despacho telegráfico en cuestión-, tuvo
en cuenta también: a) La inexistencia de las diferencias salariales; b) Que el reconocimiento y la actitud de pago de
la empleadora de las deudas anteriores (sueldos anuales complementarios y vacaciones de dos años atrás, cuyo
pago no es exigible, arts. 152 y 164, LCT) no ostentan entidad como para desplazar el principio de conservación
del contrato (art. 10, LCT). Ello, sin perjuicio de admitir la percepción de esos rubros; y c) Que "las especiales

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circunstancias de la relación habida entre las partes, en la que la empleadora no se resistía a registrar a la actora
sólo que no lo estaba haciendo de manera adecuada y completa, tal incumplimiento no ostenta entidad para
justificar la disolución del vínculo, habida cuenta que el art. 14 dispone que para la percepción de las
indemnizaciones previstas en los arts. 8, 9 y 10 no será requisito necesario la previa extinción de la relación de
trabajo". En lo que respecta al subsidio por desempleo, surge del pronunciamiento impugnado que la Cámara
motivó su rechazo en que, conforme criterio anteriormente sostenido por la propia Sala, la trabajadora debería
haber demostrado la iniciación del trámite correspondiente y, entre otros, que se encontraba desocupado. En cuanto
a las costas, la Sala confirmó la imposición determinada por el Juez de grado, con fundamento en el éxito obtenido
en ambas instancias y al criterio tanto aritmético como jurídico. Y en ese aspecto, los agravios de la quejosa no
logran desvirtuar los argumentos del Sentenciante, toda vez que el cálculo que efectuó para alegar que los rubros
admitidos arribaban a un 35 o 50% del total de su pretensión, la misma resulta infundada, al no encontrarse
detallado de qué modo determinó -o qué base de cálculo estimó- para las cifras indicadas. Por último, en lo
referente al rechazo de la sanción por conducta maliciosa confirmado por la Alzada y que la recurrente insiste en
endilgarle al demandado, es criterio de este Tribunal que debe obrarse en forma restrictiva, reservándose dicha
sanción sólo para cuando luce probada y fuera de toda duda la malicia. Frente a ello, no lucen desvirtuados los
argumentos de la Sala para desechar la queja de la actora al entender que "el demandado no exhibió en el proceso
conductas obstruccionistas que excedieran el normal ejercicio de la defensa... que se ve abonada por la suerte
adversa que han corrido la mayoría de los reclamos de la accionante". Nótese, además, que la impugnante se
conformó con efectuar una mera postulación genérica de su disconformidad, aunque sin refutar las consideraciones
allí expuestas. Frente a los fundamentos analizados, la recurrente no alcanza a demostrar suficientemente un
supuesto de arbitrariedad, en tanto sus cuestionamientos, de por sí genéricos y globales, se diluyen al dejar
incólume el núcleo sentencial de la Alzada antes expuesto. Sin que se revele tampoco un apartamiento de los
extremos de la litis ni tampoco de las constancias que existirían en la causa pero que no intenta siquiera desarrollar
a fin de dar algún sustento -incluso "prima facie"- a su postulación. Y más allá de su menor o mayor grado de
acierto, la conclusión a la que arribó la Cámara podrá o no ser compartida por el recurrente, pero en la medida que
no se demuestre un apartamiento del derecho a la jurisdicción no puede descalificarse por inconstitucional. Por ello,
la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, RESUELVE: Rechazar la queja interpuesta. Regístrese, hágase saber
y oportunamente remítase copias al Tribunal de origen. FDO.: GASTALDI - ERBETTA (en disidencia) -
GUTIÉRREZ - NETRI - SPULER - FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA). DISIDENCIA DEL SEÑOR
MINISTRO DOCTOR ERBETTA: 3. Se advierte que la postulación de la recurrente guarda suficiente conexión
con las constancias de autos e importa, desde el punto de vista constitucional, articular con seriedad planteos con
idoneidad suficiente como para operar la apertura de esta instancia de excepción. Dicho ésto, en una apreciación
mínima y provisoria, propia de este estadio y sin que ello implique adelantar opinión sobre la sustantiva
procedencia de la impugnación. Por ello, debe declararse admisible la presente queja. FDO.: ERBETTA -
FERNÁNDEZ RIESTRA (SECRETARIA). Tribunal de origen: Sala Segunda de la Cámara de Apelaciones
Laboral de Rosario. Tribunal que intervino con anterioridad: Juez de Primera Instancia de Distrito en lo Laboral
Nro. 7 de Rosario.

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