Sunteți pe pagina 1din 1

LA CAÍDA Y EL ASCENSO DE LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA

La lectura inicia contando cómo se esperaba que los sistemas de planificación produjeran las
mejores estrategias, así como las instrucciones paso a paso para llevarlas a cabo, de manera que los
que las hacían, los dirigentes del negocio, no lo hicieran mal, y cómo en realidad esto nunca paso.
Aunque no está muerta, ciertamente ha caído de su pedestal, y la principal razón es que
Planificación Estratégica no es lo mismo que Pensamiento Estratégico.

Posteriormente afirma que la planificación estratégica como se ha venido practicando ha sido


realmente una programación estratégica, la articulación y elaboración de estrategias o visiones que
ya existen.

El verdadero proceso de hacer estrategia, por el contrario, debería girar en torno a capturar lo que
el gerente aprende de todas las fuentes como sus ideas y experiencias, como datos obtenidos de
investigación de mercado, y sintetizar lo aprendido en una visión sobre la dirección que la empresa
debe perseguir.

Identifica tres premisas falsas o falacias de la planificación estratégica.

- La falacia de la predicción: el entorno futuro no puede predecirse, ya que es imposible predecir el


comportamiento de los competidores.

- La falacia de la independencia: la formulación de la estrategia no puede separarse del proceso de


dirección; un departamento de planificación no puede captar toda la información necesaria para la
formulación estratégica. Tampoco debe tratarse de un proceso formal periódico, sino que se trata
de un proceso dinámico.

- La falacia de la formalización: los procedimientos formales de planificación estratégica son


insuficientes para hacer frente a los cambios constantes del entorno. Para ello, las organizaciones
precisan de los sistemas informales y deben promover el aprendizaje juntando el pensamiento y la
acción.

También nos habla de los planificadores Zurdos o Derechos. Uno es el pensador analítico, que está
cercano a la imagen convencional del planificador. Se dedican a poner orden en la organización.
Sobre todo, esta persona programa las estrategias prometidas y velan porque se comuniquen
claramente. También llevan a cabo estudios analíticos para asegurar que se consideren los datos
duros necesarios y escruta cuidadosamente las estrategias prometidas para su implementación.
Podemos etiquetarlos como planificadores derechos.

El otro es menos convencional, pero de todas formas está presente en muchas organizaciones. Este
planificador es un pensador creativo que busca abrir el proceso de elaboración de estrategias. Como
“analista suave” este planificador está preparado para conducir estudios más rápidos y sucios, les
gusta buscar estrategias en lugares extraños y a alentar a otros a pensar estratégicamente. Podemos
llamarlos planificadores zurdos.

Las organizaciones necesitan personas que traigan orden al revuelto mundo de la dirección, así
como que desafíen las convenciones que los dirigentes, y especialmente sus organizaciones
desarrollan.

S-ar putea să vă placă și