YESID PINTOR

CAROLINA LÓPEZ
NICOLL ORTEGA

ENSAYO LA ECONOMIA EXPLICADA A MIS HIJOS

Los seres humanos hemos manejado diferentes métodos o transacciones entre nosotros para lograr
obtener aquello que necesitamos o que nos satisface, ya sea en productos o servicios, lo que en términos
económicos demandamos y alguien nos pueda ofertar; situación que impulsa la economía en determinado
lugar, mejorando las condiciones de vida e incrementando así el flujo de materias entre culturas.

Este tipo de actividad económica inicia con las diferentes civilizaciones que viajan tratando de buscar
mejores tierras para su subsistencia y con el tiempo comienzan a intercambiar aquello que es novedoso
en cada lugar al que van, formando así, los inicios del mercado como lo expone Martín Krause, en el
ejemplo del comercio de cocos, donde nos deja ver como un producto tan básico es muy apetecido y
novedoso en esos lugares donde no se da, así nos explica cómo se mueve el mercado y las diferentes
formas de abarcarlo, el surgimiento de la competencia entre los diferentes ofertantes, con el fin de
satisfacer las necesidades cumpliendo con las expectativas que cada persona tenga.

Decimos entonces que la oferta es lo que impulsa la economía, es el modo de abarcar mercados y lograr
solucionar o impulsar esos mercados desatendidos con ideas o productos innovadores teniendo en cuenta
que los consumidores somos volubles y el mercado siempre estará encaminado a cumplir con las
preferencias de los mismos.

En el mercado también se pueden apreciar diferentes clases de competencia, como lo son la competencia
natural y artificial. La primera es aquella que surge a raíz de una idea de servicio o de una cosa que es
capaz de ofrecer al mercado al precio competente y la segunda es creada y protegida por el gobierno con
fines de beneficio en común con el comerciante.

En este sentido vemos que la competencia en los mercado todos tienen las mismas oportunidades y cada
uno se define por lo que logre satisfacer a su mercado y para lograr esto debe tener en cuenta en qué
aspecto es mejor y que las condiciones donde se situé lo pueden favorecer, es decir, él nos da el ejemplo
de la producción de cada isla, cada una de ellas se puede dedicar a una sola cosa en la que sea mejor y
su entorno lo facilite para producir determinado producto, esto quiere decir que cuente con la materia prima,
que los tiempos de elaboración no sean largos y cada vez hacerlo mejor y más rápido y luego comercializar
con otra ya sea productos, bienes o servicios para los cuales no son buenos y con esto lograr que el
comercio se mueva.

Con esto vemos que la competencia es sana ya que cada mercado cumple con las exigencias de
determinado público y el manejo de este, y los consumidores valoran diferentes cualidades entre productos
que motivan a las industrias a ofrecer mejores cosas para abarcar mejores y mayores mercados, de no
ser así no tendría sentido ofrecer lo mismo que otra empresa o que todas ofrecieran lo mismo como explica
mediante un fragmento de Alicia en el país de las maravillas; si nadie tiene un punto de salida y uno de
llegada, nadie tiene la claridad de lo que vende o de lo que compra o qué es mejor y qué no, al igual que
en una cadena de producción no todos pueden hacer lo mismo debido a que no avanzarían en la
producción, por lo tanto cada persona se debe encargar de una actividad para que al final se obtenga un
producto.

Gracias a estas formas de mercado es que vemos los diferentes métodos de comercializar los productos
y servicios hoy en día, las características que debemos tener en cuenta del lugar en donde vamos a ofertar
que no será solo lo que haga falta, sino que todo conlleva a una investigación más profunda como la
conducta de las personas, la religión, y hasta la política que en muchos lugares tiene gran importancia.

De esta forma podemos evidenciar la forma en que el autor plantea diferentes escenarios en los cuales
cita con ejemplos prácticos con los que pretende dar una visión natural sobre tres temas fundamentales
dentro de los mercados: la competencia, la producción y el consumidor. Es así como los tres juegan un
papel fundamental dentro la cultura mundial enfocada a los negocios y la satisfacción como lo
mencionamos anteriormente.

En la actualidad podemos ver que estos factores influencian la economía de los países, quienes
dependiendo de ciertas ideologías políticas y culturales favorecen a alguno de los tres elementos
anteriores. En el caso de Colombia, aún se mantiene políticas restrictivas para el libre comercio y la libre
empresa en beneficio de algunos productores que ya se encuentran posicionados en el mercado y que
influencian con su capital algunas decisiones del estado; caso puntual en las bebidas azucaradas, donde
un competidor ha logrado registrar un color a favor de su marca, monopolizando una bebida con la que
deja por fuera a sus competidores menores.

También podríamos decir que entre los grandes competidores a nivel mundial se ha tornado una
competencia “en comité” – como lo plantea el autor en su ejemplo donde cita a Lewis Caroll en el País de
las Maravillas – donde las grandes petroleras, productores de plástico y extractores de recursos naturales
se han encargado de no competir entre ellos, sino que simplemente mantienen en reserva sus mejores
secretos, pero consiguieron el “monopolio” y la influencia sobre todas las naciones en donde operan sin
hacerse daño entre ellos, repartiendo de forma equitativa el negocio.

Esto como un factor en donde el consumidor está prácticamente obligado a hacer uso de sus productos y
servicios sin tener opción alguna, impulsando a que de la misma manera pero en menor medida, se
establezca en cada país un control absoluto de la producción y de los precios de algunos productos
llevando a la cartelización de los mismos.

Sin embargo, e nivel de producción y oferta de productos que se consumen habitualmente en el mundo,
se ha creado una oferta variada con múltiples tipos de calidad, donde el consumidor final tendrá la opción
de escoger de acuerdo a su capacidad de pago y a sus gustos personales.

En este sentido y de forma muy ilustrativa el autor nos pone el ejemplo de una conversación donde se
habla de progreso a través de la ganancia de tiempo como beneficio adicional a la producción habitual que
tienen si se realiza un negocio de determinada forma; de tal forma que si lo ponemos en un contexto
contemporáneo, podremos encontrar similitud en la forma de actuar, más no en el significado del progreso.

Es evidente que esta particularidad la tienen los TLC efectuados entre las grandes potencias y países en
desarrollo, donde los últimos han dejado de producir sus productos y servicios bajo la falsa promesa del
progreso, mientras los primeros han inundado el mercado con mano de productos elaborados bajo mano
de obra económica y tecnologías que suplantan al ser humano. Caso observable en la manufactura
nacional de textiles, donde producimos las materias primas pero se vuelve más económico exportar esta
materia y recibir a cambio productos con valor agregado a un mayor costo; teniendo en cuenta que si se
produjeran aquí mismo el valor final superaría al importado.

Podemos decir que los planteamientos sencillos del autor con los que nos ilustra nos permiten llevar a la
práctica y comparar con lo que sucede en la actualidad mundial encontrando similitudes en los contextos
del día a día y de nuestra realidad nacional comparada con la economía del mundo, donde hemos entrado
en una etapa de consumo y no de producción, desperdiciando las materias primas con las que
geográficamente estamos privilegiados y que nos ponen en un nivel inferior de la economía global, incluso
bajando la calidad de productos en los que por décadas fuimos grandes productores especializados.

La tecnología como factor diferencial y que aplica a los tres temas que abarcamos en el presente escrito,
aunque quedaron excluidos de forma explícita en el texto del autor, también puede ser considerada como
parte importante en el coste de oportunidad para el cambiante mercado mundial.