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Nombre: Astrid Elizabeth Cáceres Aparicio

Año 2019
Comentario crítico del artículo “Lecturas poscoloniales y decoloniales de la analítica
foucaultiana para el análisis en contextos de herencia colonial” de Andrea Gigena

Comenzando con la lectura poscolonial y decolonial propiamente al análisis de Michel


Foucault, es importante tomar en cuenta que el haber nacido en el corazón de la
Modernidad fue un elemento determinante en cuanto al análisis que el pensador desarrolló
durante su vida. Y es que quizás a Foucault no le correspondía hacer una lectura diferente.
No obstante, si bien puede que el análisis microfísico del poder no le haya permitido
generar una teoría que pudiese abordar la macroestructura capitalista, tal y como critica
Said, Spivak, Mbembe, entre otros, en efecto cada uno de los niveles de análisis del poder
que Foucault plantea (microfísico, mesofísico y macrofísico) pueden ser extrapolables al
análisis de la estructura colonial y capitalista a nivel macro. ¿En qué sentido? Pues, si bien
cada experiencia colonial (hablando en este caso de la Colonialidad, pero solo es uno de
muchos ejemplos) posee características propias (como ocurrió en la dominación colonial en
América Latina, y por otra parte en la dominación de África y Asia) esto no quiere decir
que sean independientes totalmente, o sea, no quiere decir que las diferencias a nivel micro
son precisamente también diferencias sistémicas o del nivel macro, como lo entiende
Babha, Said, Spivak, entre otros.

En este sentido, y partiendo de la comparación entre la teoría del sistema mundo y la


teoría heterárquica de Foucault (que centra su análisis en prácticas locales concretas), puede
que el paradigma cepalino haya tenido limitaciones al momento de obliterar el nivel micro
y generalizar el análisis de la estructura como un todo homogéneo y homogenizante, pero
podría decirse que la segunda es más acertada que la primera, o tal vez la acertada, pues a
partir del desarrollo de la Modernidad y la Ilustración se da lugar a la consolidación de un
sistema capitalista a nivel mundial que delinea y delimita una estructura que da lugar a
efectos (in)dependientes dentro de ella, pero que, en efecto, le es imposible tener el control
de cada uno de los niveles del poder. Y en este sentido puede explicarse también la
aparición de las corrientes poscolonial y decolonial, las cuales se traducen en resistencias
hacia la perpetuación de las tecnologías de subjetivación, regularización y perpetuación de
la dominación colonial, las cuales se desarrollan como consecuencias propias de un mismo
hecho, aunque con características diferentes.

Sin duda, pues, las formas de resistencia hacia las estructuras de dominación, entendidas
a nivel micro o nivel macro, o ligadas entre sí, (entendidas como especificidades dentro de
una mismidad, tal cual trató de explicarse anteriormente); deben responder a criterios de
análisis propios del pensamiento tanto poscolonial como decolonial; poscolonial en el
sentido de identificar y reflexionar en torno a la dominación, y decolonial en tanto exigen
una alternativa diferente: “un paradigma otro”, el cual a partir del reconocimiento de la
estructura dominante reflexione, pero también estructure proyectos políticos que permitan
cuestionar y deconstruir los conceptos articulados al eurocentrismo desde su historicidad.

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