En general, en nuestro país se observa una mayor libertad en el núcleo
familiar (comparando con épocas anteriores): se es más libre a la hora de tomar la decisión de continuar o no con la relación de pareja y de tener o no hijos/as (así como la forma de tenerlos). Igualmente, los hijos y las hijas gozan también de mayor libertad de acción y de toma de decisiones en el ámbito familiar. •• Bienestar. A diferencia del núcleo familiar “tradicional”, en donde primaba la idea de sacrificio, hoy en día predomina la idea de la búsqueda de la felicidad y del bienestar de todos y cada uno de los miembros de la familia. •• Igualdad. Ya hablemos de los miembros adultos de la familia o de los menores, todos son considerados iguales ante la ley; y lo mismo ocurre sean nacidos dentro o fuera del matrimonio. •• Solidaridad. Seguimos manteniendo este valor, que ya estaba intensamente arraigado en la familia tradicional, pues las familias ponen sus recursos en común: “En la familia se intercambian recursos económicos, trabajo doméstico, servicios, se intercambian afectos, relaciones sexuales, en una palabra, todo. Este intercambio trasciende generalmente los límites del hogar doméstico, a través de lo que llamamos la familia amplia, las redes de parentesco que vinculan unos hogares y otros porque se sienten pertenecientes a un mismo grupo” (Alberdi, 1999, p. 37). •• Tolerancia con la diversidad. Mayor que en épocas pasadas. “La aceptación del matrimonio sin hijos, de la convivencia sin matrimonio o del nacimiento de hijos fuera del matrimonio está generalizada consagrando estas conductas como formas alternativas y legítimas de vida personal. Tanto más sorprenden estas actitudes cuando se advierte que algunas de estas formas de convivencia están poco extendidas entre nosotros” (Alberdi, 1999, p. 39). •• Individualismo y privacidad. Actualmente, en nuestra sociedad prevalecen valores (el individualismo, el valor de la vida privada, el sentido de fugacidad de la vida, la urgencia de las gratificaciones inmediatas, etc.) más o menos positivos, que tienen una incidencia notable sobre la familia. Así, por ejemplo, el valor del individualismo se ve reflejado en la aparición e incremento del divorcio por mutuo acuerdo en los países europeos. El que la voluntad individual prime sobre la supremacía de la institución es un interesante indicador del cambio de valores