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Moralización es un proceso típicamente humano, por el cual se acepta la norma y la ley, como
explicación de la conducta humana, que se responsabiliza de cumplirla o transgredirla. No es
un simple proceso de maduración, porque no es el resultado de transformaciones iniciadas en
la etapa embrional, por más que presuponga fundamentación biológica. La moralización no es
innata o constitucional; se adquiere, en virtud del aprendizaje. El hombre, cuando nace, no es
moral; es amoral. A lo largo de la vida se moraliza. Aprende a responsabilizarse de sus actos.
Moralización en la familia.
La familia desde una perspectiva interdisciplinar; evalúa su papel en la configuración de la
personalidad moral, social y cultural del individuo. A pesar de sus múltiples
transformaciones, se pretende resaltar su permanencia e influencia aun en sociedades
complejas y diferenciadas como la nuestra. Sin embargo, la familia, como todo lo humano,
lleva la impronta de la ambigüedad, y aunque las tendencias destructivas se pueden
desarrollar al margen de ella o en el seno de una familia desestructurada, por el contrario,
sólo en la familia es posible desarrollar en los individuos las potencialidades propiamente
humanas y humanizantes.
Moralización en la sociedad del estado
La Ética del Desarrollo es una de estas éticas aplicadas, y como su nombre indica,
pretende orientar los comportamientos de las personas involucradas en los asuntos
del desarrollo de los países que conforman nuestro mundo ( Martínez Navarro, 2000).
Referencias: