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Tema 6

La acción
6.0. El concepto de la acción
Es el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho, de acudir a los órganos
jurisdiccionales para reclamar la satisfacción de una pretensión. Es un medio
de plantear la solución pacífica de los conflictos de intereses jurídicos y
derechos aparentes ante el órgano judicial.
Aquí el asunto jurisdiccional lo examinamos desde el punto de vista del
ciudadano y las personas jurídicas que piden justicia y no desde el punto del
Estado que cumple con la función de administrar justicia o sea desde el punto
de vista de la jurisdicción.
La palabra acción se utiliza con muchos significados diferentes en el campo del
Derecho Procesal y varía tanto en el espacio, como en el tiempo, es decir, en
leyes procesales sucesivamente vigentes (una actual y otra u otras derogadas).
El sentido de la palabra acción ha evolucionado en el tiempo ya que el
significado actual no es el mismo significado que teniía la actio romana. Y en
la actualidad tampoco tiene el mismo significado entre los países
angloamericanos y los países de herencia latina.
154 Vicente J. Puppio

6.7 La acción como forma típica del derecho de petición


Ésta es la concepción de Couture sobre la acción. La fundamenta diciendo que
“si la acción es a través del proceso histórico de su formación. Un modo de
sustituir el ejercicio de los derechos por acto propio, mediante tutela por acto
de la autoridad”, y toda vez, que esa sustitución se hace a requerimiento de
parte interesada, hay que concluir que forma parte del poder jurídico que
tiene toda persona de acudir ante la autoridad para reclamar lo que considere
justo.
Éste es el mismo derecho de petición que consagra la Constitución en el Art.
51. para acudir ante cualquier autoridad.
En principio fue un derecho privado, pero luego el derecho de peticionar
adquirió un carácter público de garantía constitucional.
La violación de ese derecho se consuma cuando se le niegue al individuo su
posibilidad material de hacer llegar sus peticiones a la autoridad, ya sea
negándole la admisión, o no respondiendo indefinidamente. Y en esto no
difiere la acción civil que viene a ser una especie del género, o sea del derecho
a peticionar en general.
Se le crítica que el derecho de petición no es la acción, en el sentido de la
relevancia que la acción tiene en el proceso; sino su base, o sea su presupuesto
de derecho constitucional. El derecho de petición es un poder de derecho
público, genérico e indeterminado.

9 RENGEL ROMBERG (91): O.C., p, 109 y s.


La acción 155
6.8. Resumen del concepto
Sintetizamos el concepto de acción, como explanó Devis Echandía, así:
 Es una actividad jurídica que origina relaciones jurídicas, deberes,
derechos y cargas.
 Es un derecho subjetivo que pertenece a todas las personas
naturales, jurídicas-agregados públicas para incluir al Fiscal del
Ministerio Público- que pueden o deben acudir al órgano
jurisdiccional.
 Es un derecho autónomo que conforma el derecho de peticionar
garantizado por la Constitución.
 El sujeto pasivo es el Estado, en el sentido de existir la obligación de
proveer a través del juez.
 El fin principal es proteger el orden jurídico, la paz y armonía social.
 El objeto es iniciar un proceso para que lo resuelva una sentencia
condenatoria o absolutoria.
6.9. Acción y justicia
La primitiva tendencia de hacerse justicia por si mismo, se sustituye por el
deseo de obtener un reacción lógica y reflexiva del órgano jurisdiccional
para que cumpla con su función de impartir justicia. La acción en justicia,
dice Couture, es en cierto modo el sustitutivo civilizado de la venganza.
La acción se desenvuelve en el orden actual, por la presencia del Estado,
con el propósito de asegurar la paz social mediante el imperio del derecho.
Esta consideración resalta el carácter público de la acción, la cual no sólo
procura satisfacer un interés particular, sino también un interés público:
Que se cumpla ley para que haya paz social.

10 DEVIS ECHANDIA (84) Teoría General del Proceso I, p. 195 y s.


156 Vicente J. Puppio
6.10. Acción y derecho subjetivo
Luego de diferenciada la acción del derecho material algunos conciben a la
acción como un derecho subjetivo material, porque su contenido es hacer
prevalecer el interés del accionante en el litigio, quien tiene como sujeto
pasivo a la contraparte. Frente a estas tesis tenemos a quienes consideran
a la acción como un derecho subjetivo procesal de las partes, que tiene
como interés la composición del litigio y por sujeto pasivo al juez que va a
proveer la demanda.
Este interés es un interés colectivo, público, a diferencia del interés
anterior que propone a la acción como un derecho subjetivo material.
6.11. Acción y pretensión
(Cf. Tema 20. 20.2)
La pretensión es la afirmación de un sujeto de derecho de merecer la tutela
jurídica y de la aspiración de que se haga efectiva.
Couture dice que la presentación no es la acción, y considera que: “La
acción es el poder jurídico de hacer valer la pretensión”.
La pretensión la define Carnelutti como “la exigencia de la subordinación
de un interés de otro a un interés propio”.
Este interés propio se muestra alegado la supuesta existencia de un
derecho subjetivo material propio, porque se considera que ha sido
enervado. La existencia o no de ese derecho subjetivo material, la
determinará el juez en la sentencia.
De allí que la pretensión puede ser planteada por quien tenga derecho por
quien no lo tenga y en el primer caso será fundada y en el segundo, será
una pretensión infundada.
La acción 157
Tanto la ley como la doctrina suelen usar los vocablos acción y pretensión
indistintamente, al igual que también confunden acción y demanda.
6.12. Acción y demanda
La demanda es un acto procesal, materializado era el escrito por el cual se
inicia un procedimiento. Así lo establece el artículo 339 del Código de
Procedimiento Civil.
Para Couture el derecho de demandar es la acción. Él dice que todo sujeto
de derecho junto con sus derechos materiales o sustantivos, tiene su poder
jurídico de acudir a la jurisdicción; y la acción es ese poder jurídico.
El derecho de mandar es el ejercicio concreto del derecho de acudir a la
jurisdicción.
La demanda tiene un doble contenido, pues en ella se reúnen el ejercicio
del derecho de acción y la pretensión.
Con la resolución o la sentencia favorable del juez satisfacen ambos
aspectos o sea el derecho de acción y la pretensión. S i la demanda no es
fundada, sólo queda error de Chiovenda, al afirmar que la acción es el
derecho de obtener una sentencia favorable.
La naturaleza jurídica del escrito contentivo de la demanda es la de un
documento privado de adquiere fecha cierta desde su presentación ante el
secretariado del tribunal. La doctrina sostiene que aunque el libelo sea
registrado con la orden de comparecencia del demandando no adquiere el
carácter de documento público.

11 COUTURE (81): O.C., p.73


12 RENGEL ROBMBERG (91): O.C., P.113.
13 Art. 1.369 C.C.
14 ESCOVAR LEÓN (87): La Demanda, p. 99.
AMILCAR APONTE OCHO

Sin embargo, entendemos que todos esos logros deben estar en


consonancia a la orientación de la Ley basados en sus principios, tal como
fue ordenado por el constituyentista del año 1999, y es lo que pretendemos
establecer en éste trabajo, si esa orden fue cumplida.

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PROPUESTA PARA LA REFORMA DE LA L.O.P.T

CAPÍTULO III
DE LOS PRINCIPIO LABORALES
Denominamos así, al elenco de principios laborales que se encuentran
establecidos en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, siendo los facilitadores
de su interpretación, y a los cuales se debe su orientación, es decir. Le
indican el camino a seguir.
A la memoria fluyen las reiteradas consejas oídas en las aulas de pregrado
de nuestros profesores, recalcando la necesidad de precisar los principios
de una ley con la finalidad de interpretarla a cabalidad, principios
generalmente ubicados en los primeros artículos de la misma.
La Ley Orgánica Procesal del Trabajo y es de recordar, pues ya se ha
analizado en líneas anteriores, tiene la instrucción del constituyentista de
estar orientada por los principios de gratuidad, celeridad, oralidad,
inmediatez, prioridad de la realidad de los hechos, la equidad y rectoría del
juez o jueza en el proceso, que los denominamos “principios laborales de
origen constituyentista”, sólo a efectos pedagógicos. Sin embargo, los
proyectistas no se conformaron con los indicados, sino que le agregaron
uniformidad brevedad, publicidad, y concentración, señalándolos como
“principios laborales de origen legal”, sin que esto signifique importancia,
validez o jerarquía. Se pudiera decir, que desde el artículo de 1 hasta el 11
de la ley en comentario ubican esos principios laborales.

Veamos la significación de cada uno de los principios laborales y como


deben comportarse en el proceso laboral.

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AMILCAR APONTE OCHOA

III.a.- Principio de Oralidad.


La oralidad es un principio procedimental que conjuntamente con los
restantes, es útil para la consecución del bienestar social como fin último
del proceso. Pareciera ser esta la orientación que le da el legislador en la
Ley, al indicarse en la exposición de motivos (2003) lo siguiente:
“La oralidad como principio básico, rige y condiciona
todas las actuaciones procedimentales. La manera
más clara en que se concentra este principio se
encuentra en la propia existencia de un proceso
oral, en el que de forma verbal se expone todas las
alegaciones de las partes. La oralidad es el instituto
procesal fundamental, en virtud de cual, el proceso
del trabajo es un instrumento que permite la
efectiva realización de la justicia y el cumplimiento
del fin social de la mism”. (pag:27)
Sólo agregaríamos que siendo la palabra conjuntamente con el raciocinio,
nuestros elementos distintivos del resto de los integrantes del reino animal,
cobra capital importancia su desarrollo en un juicio, donde debe el juez
escudriñar, buscar la verdad y la palabra, la expresión oral sobre la
escritura, contribuyen a alcanzar ese cometido. Sim embargo, debemos
recordar que al inicio de nuestra humanidad los juicios eran orales pues,
primero aprendíamos a hablar y luego a escribir.
III.b.- Principio de Uniformidad
La uniformidad del proceso responde también al mandato constitucional, y
prevé que las leyes procesales tendrán a consagrar la uniformidad del
proceso, es decir el proceso representa un todo, una sola unidad a través
de la cual se resolverán los asuntos contenciosos de trabajo, la suma de las
partes, que son los actos determinados en el procedimiento dan como
resultado el proceso. Al respecto y únicamente para clarificar, en cuanto al
proceso al procedimiento, Ortiz-Ortiz (2004), hace la siguiente distinción.
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PROPUESTA PARA LA REFORMA DE LA L.O.P.T
“El proceso es una relación jurídica que se produce por la
acción de los particulares y la jurisdicción del Estado para la
tutela de intereses jurídicos; el procedimiento, en cambio, es
la manera en que exteriormente se cumple los actos o
actividades tendentes a lograr la tutela que el proceso
promete” (pag: 442)

Según lo anterior tenemos entonces, que el principio de uniformidad


consagrado en el proceso laboral, es el cumplimiento de los actos o
actividades tendentes a lograr la tutela que el proceso promete; estamos
de acuerdo con ello.
III.c.- Principio de Inmediatez o Inmediación.
Principio de la Inmediatez o Inmediación, este principio se encuentra
estrechamente vinculado al principio de oralidad lo apunta Chiovenda “no
está solo unido estrictamente al de oralidad en cuanto que sólo en el
proceso oral puede plena y eficazmente ser aplicado, sino que
verdaderamente constituye la esencia del proceso oral”. Con él se
pretende la vinculación de las partes, el juez y las pruebas durante el
proceso con el objeto de constatar la verdad material.
En la inmediación tenemos la participación directa del juez en el proceso,
ya que sólo cuando el proceso es vivido por el juez puede considerar la
reacciones, los gestos de las partes, para evidencia la veracidad de sus
expresiones. Además, el juez cuando recibe las pruebas hace su apreciación
en la definitiva de modo que es estrecha la relación de éste, con las
personas cuyas declaraciones debe valorar. En la Ley se destaca, que el juez
para pronunciar la sentencia debe presenciar el debate y la evaluación de
las pruebas para dictar también en forma oral la sentencia. De otro lado,
también en este principio vemos que en las audiencias tanto en la
preliminar, como la de juicio, debe estar presididas por el juez (arts. 129 y
152 cuidem), lo que implica que si él no está presente no puede celebrarse
la audiencia. Los alegatos de las partes deben exponerse frente al juez, y la
evaluación de las pruebas también se realiza en su presencia con
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AMILCAR APONTE OCHOA

el fin de que tenga un conocimiento exacto de contenido de las mismas,


pueda observar los hechos y las conductas directamente de las partes de
permitiéndole obtener conclusiones y elementos de convicción.
En la exposición de motivos de la ley, este principio tiene la finalidad de:
“… imponerle al juez, el deber de actuar junto con las partes, en
contacto directo con ellas, sin intermediario. Este principio va
permitir que haya identidad entre el que sustancia y el que
decide, pues la Ley establece dos categorías en Primera
Instancia, los Tribunales de Sustanciación, Mediación y Ejecución
y los Tribunales de Juicio.” (pag:38)
III.d.- Principio de concentración.
Consiste en la sustanciación del procedimiento en el menos tiempo posible,
sin dilaciones. Con la concentración se pretende reunir los actos procesales
de modo que en un breve lapso se cumpla con la sustanciación de todo el
procedimiento, como alegatos, promoción de evacuación de las pruebas, y
la sentencia, así tenemos que la Ley dispone que deben realizarse en una
sola audiencia o en el menos número de ellas, con el propósito indicado en
la exposición de motivo (2003):
“… de evitar retardos innecesarios, a din de
garantizar, por parte del juzgador, un
conocimiento rápido efectivo y actual del
debate procesal y el poder de obtener así una
sentencia inmediata.” (pag: 32)

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PROPUESTA PARA LA REFORMA DE LA L.O.P.T

Entonces, la concentración conlleva el acercamiento de los actos en el


menor tiempo posible.
III.e.- Principio de Brevedad.
El principio de brevedad, no está deslindado del todo con el de
concentración busca que los actos procesales sean simplificados, de
trámites sencillos con el fin de que se introduzca, sustancie y decida en los
lapsos legalmente establecidos. En la exposición de motivo se indica que se
espera, que el tiempo de duración del proceso sea a lo sumo de ocho meses
agotando incluso el procedimiento en todas las instancias.
III.f.- Principio de Publicidad.
Permite la posibilidad de que la ciudadanía pueda tener acceso al proceso
junto con las partes con el fin de que pueda hacerse su propio criterio sobre
el caso tratado, con lo que se busca transparencia en el proceso.
Finalmente, a través de la publicidad se puede realizar el control popular
de administración de justicia, base de todo sistema democrático.
La Ley establece cuales de los actos serán públicos, señala la exposición de
motivo (2003) lo siguiente:
“Hay una excepción a este principio, es el caso de la
audiencia preliminar que se realiza de manera privada con
el objetivo de facilitar la mediación y conciliación, también
por motivos de decencia pública, o de protección de la
personalidad de algunas de las partes, cuando así lo
determina el Tribunal”. (pag: 35)
III.g.- Principio de Celeridad.
Se encuentra representado por la improrrogabilidad de los lapsos
procesales, garantizándole así una justicia expedita, sin dilaciones
indebidas, como constitucionalmente está concebida. Con este

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AMILCAR APONTE OCHOA

principio se acelera la sustanciación del procedimiento, sin que ello


menoscabe el derecho a la defensa y el debido proceso, y descansa en el
cumplimiento de los lapsos procesales sin poder retrasarlos
indefinidamente.
Así tenemos que los artículos 158 y 165 eiusdem, establecen que el juez de
juicio puede diferir una sola vez la oportunidad para dictar la sentencia, por
un lapso no mayor de 5 días sólo cuando el asunto presente complejidad y
por caso fortuito o fuerza mayor. Constituyendo casual de destitución si no
decide dentro de la oportunidad prevista en la Ley.
Al respecto la exposición de motivo (2003), indica:
“La celeridad, por su parte, como manifestación particular del
principio de economía procesal, procura la obtención de la
verdad y la justicia, como fines fundamentales del proceso, con
el mínimo de esfuerzo y de tiempo. Por ello se consagra en la Ley
un trámite breve y concentrado; e profundiza su empleo,
mediante la acumulación impropia o intelectual reconocida por
nosotros por la doctrina y jurisprudencia.” (pag: 32)
III.h.- Principio de Gratitud.
El principio de gratitud, se refiere al acceso a la justicia laboral sin costo
alguno, de acuerdo como lo dispone el articulo 8 eiusdem de que no se
podrán establecer tasas, aranceles ni exigir el pago alguno por sus servicios,
en el mismo sentido que los Registradores y Notarios no podrán cobrar
tasas, aranceles, ni exigir pago alguno en los casos otorgamiento de
poderes y registros de demanda.
Bajo este principio tiene fundamento la creación de la Defensoría Pública
de Trabajadores que tiene como objetivo, el de asistir a los trabajadores
ante los tribunales del trabajo gratuitamente. Principio que se aplica
también a otros supuestos entre los que tenemos el contenido en el artículo
94 eiusdem, al permitirle al juez ordenar la
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experticia a funcionario público cuando la parte no tenga medio


económicos; el 143 eiusdem consagra que, si el arbitraje es solicitado por
el trabajador y no pudiere pagar los horarios, estos serán cancelados por el
Estado, entre otros artículos.
III.i.- Principio de la primacía de los hechos sobre las formas.
Según lo ha definido el maestro Uruguayo Américo Pla:
“la primacía de los hechos sobre las formas” implica que ocurre
en la práctica más que lo que las partes hayan pactado en formas
más o menos solemne o expresa, o lo que luzca en los
documentos, formularios, instrumentos de control”.
En consecuencia, en materia procesal laboral este principio implica que
cuando el juez del trabajo verifique en la realidad la existencia de una
presentación de servicio, debe declarar la existencia de una relación de
trabajo, independientemente de la apariencia o simulación formal que las
partes puedan haberle dado a dicha relación. Es de destacar su condición
de principio constitucional, al indicarse en el artículo 89 en su numero 1,
que determina: “…En las relaciones laborales prevalecen la realidad sobre
las formas o apariencias.”
III.j.- Principio Protectorio.
Quizás uno de los principios laborales que ha sido objeto de señalamientos
contrarios a su aparición en el cuerpo legal, sea el principio protectorio
referido en el artículo 1, al indicar que: “La presente ley garantizará la
protección a los trabajadores en los términos previstos en la Constitución
de la Republica Bolivariana de Venezuela y las leyes……(Omissis)”

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AMILCAR APONTE OCHOA

A este respecto es conveniente traer a colación lo que opina Oquendo


Rotondaro (2007), al indicar:
“Esta norma parte de una redacción discriminatoria, pues si bien
el trabajador merece una especial tutela, la cual efectivamente
se le da a través de todas las normas sustantivas existentes, todo
también en oportunidad el patrón requiere de tal tutela ante el
abuso de algún trabajador.” (pag: 591)
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, conoció de varios
recursos que se interpusieron con el alegato, de que el indicado artículo 1
contenía visos de inconstitucionalidad, derivado de su redacción
proteccionista alejado de los principios constitucionales de la “Igualdad
ante la Ley”, y “Discriminación”, sin que los pronunciamientos hayan
favorecidos a los recurrentes.
Sim embargo, la doctrina ha sido unánime en cuanto a que una ley procesal
laboral, no debe ser protectora de los derechos de los trabajadores, entre
ellos:
Trueba Urbina, citado por Marín (2003), indica que:
“La teoría de la interpretación de las normas procesales del
trabajo, nunca han sido objeto de estudio particular. Sin
embargo, las reglas de interpretación existieron en el Derecho
Romano en el Digesto. Afirma, que se cuenta con una teoría
interpretativa de la legislación procesal, apoyado en la finalidad
de la norma y en la conveniencia social, encaminada hacia la
concepción de un estado social de derecho, libre de prejuicios,
normativo, humanitario y justo en el que estén socializados el
capital, la tierra y el trabajo.” (pag:57)

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PROPUESTA PARA LA REFORMA DE LA L.O.P.T

Para el autor citado, “El derecho procesal del trabajo es proteccionista de


una de las partes, de la parte obrera, cuando su lucha aflora en los
conflictos del trabajo, y esta se lleva a la jurisdicción laboral, no solo para
la aplicación del precepto procesal, sino para la interpretación tutelar del
mismo a favor de los trabajadores.”
Continúa señalando el autor, que:
“La función reivindicatoria la deben ejercer los tribunales del
trabajo en el proceso laboral, en donde pueden advertir
fácilmente las injusticias y aplicar los principios reivindicatorios
de los derechos de los trabajadores en el propio juicio laboral,
para el aplazamiento del ejercicio del derecho a la resolución
proletaria. Agrega que, la ineficacia de la justicia del trabajo
provoca el estallido social reivindicatorio.” (pag: 58)
De lo anteriormente señalado se desprende que para éste doctrinario, el
derecho procesal laboral debe ser proteccionista para el trabajador,
correspondiéndole al Juez apreciar las injusticias que en esos juicios se
presentan, y aplicar los principios reivindicatorios; concluye en que la
ineficacia de la justicia del trabajo provoca el estallido social reivindicatorio,
en consecuencia, pareciera aceptar la protección al trabajado en el derecho
procesal laboral y no sólo en el derecho sustantivo, como lo señalaba el
anteriormente citado autor.
Parafraseando a Couture (1979), quien sentenciaba: “El procedimiento
lógico de corregir las desigualdades es el crear otras desigualdades”, es
harto conocido, y no admite discusión, pues la misma se encuentra
zanjeada, el débil no solo jurídico, sino también económico, social, cultural,
etc., el trabajador; y de nada valdrá ser igual de derecho cuando no se es
de hecho, aunque la afirmación parezca contradictoria.

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AMILCAR APONTE OCHOA

Couture, también señala:


“Esta fórmula- desigualdad compensa con otra desigualdad-
parece ser la primera en el orden lógico frente al fenómeno en
estudio.
De la misma manera, el derecho procesal del trabajo es un
derecho elaborado totalmente en el propósito de evitar que el
litigante más poderoso pueda desviar y entorpecer los fines de
la justicia.” (pag: 276)
Por su parte el tratadista patrio Henríquez La Roche (2003), tercia en la
controversia, y expone una tesis racional al sostener:
“El Juez laboral aplica en forma parcial, normas de juicio
“parcializadas”, es decir, proteccionista. Pero en el orden
procesal, no puede descartar la igualdad de las partes, las
garantías del debido proceso, y asumir una magistratura
patrocinante de los intereses patrimoniales del actor.”
En consecuencia, de todo lo anterior, consideramos que el principio
protectorio señalado no implica discriminación alguna.
III.k.- Otros Principios.
Vale la pena mencionar que en la ley se consagra figuras procesales como:
- Impulso de oficio, consagrado en artículos 6 y 11 eiusdem, establece
que el juez es el director del proceso y debe impulsarlo de oficio hasta
su conclusión, con ello se adapta la doctrina según la cual, el proceso
una vez iniciado no es asunto exclusivo de las partes supone también
que el juez va a participar directa y personalmente, no a través de
intermediarios, en la sustanciación del proceso y en el debate.

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- La sana crítica en la valoración de la prueba, prevista en el artículo 10


eiusdem, otorga al juez la posibilidad de valorar la prueba
observando las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las
máximas de experiencia; con el importante añadido de norma
protectora de que, en caso de duda, en cuanto a la valoración se
refiere, se preferirá la más favorable al trabajador, tal como lo señala
el citado artículo.
- La lealtad procesal: que exige a los partes actuar en el proceso con
probidad y lealtad, con el fin de impedir cualquier conducta que
tipifique fraude procesal, en cualquiera de sus formas tales como el
dolo, la colusión, la simulación y el abuso del derecho. La Sala
Constitucional de nuestro Tribunal Supremo en sentencia N° 909 del
4 de agosto del 2002 define el fraude procesal: “como los
maquinaciones y artificios realizados en el curso del proceso, o por
medio de éste, destinados mediante engaño o sorpresa en la buena
fe de uno de los sujetos procesal, a impedir la eficaz administración
de justicia, en beneficio propio o de un tercero y en perjuicio de
parte o de un tercero”. Con miras a garantizar este principio el
artículo 48 eiusdem, autoriza al juez a imponer a las partes, sus
apoderados o terceras multas entre 10 U.T y de 60 U.T, como
máximo, pudiéndose convertir en arresto domiciliario hasta de 8
días, si no se pagare la multa en el tiempo establecido.
Aparte de la enunciación de los principios laborales y su
comportamiento en el proceso laboral, lo que se quiere significar es la
importancia de ellos como orientadores de la Ley, considerando que el
procedimiento establecido en las mismas por muy novedoso que es,
debe supeditarse a ellos, no puede ese procedimiento significar la
conculcación, desconocimiento o violación de ellos, pues están
íntimamente ligados a lo establecido en el artículo 257 constitucional;

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y queremos dejar constancia que el procedimiento laboral actual no se


ajusta a la orientación de ninguno de las dos, como se demostrará el
desarrollo presente trabajo.

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CAPÍTULO IV
PRIVILEGIOS Y PRERROGATIVAS LABORALES
En este capítulo se abordará lo concerniente a los privilegios y prerrogativas
de la República, tal como está concebido en el artículo 12 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo el cual será objeto de análisis interpretativo, legal,
doctrinal y jurisprudencial, haciendo la propuesta al final de lo que debería
será el destino de dicho artículo.
IV.a.- Privilegios y Prerrogativas de la República.
A los efectos de poder entrar al análisis del artículo 12 eiusdem, es
importante que se transcriba se relación, la cual es así:
Artículo12.- En aquellos procesos en los cuales se
encuentren involucrados los derechos, bienes o intereses
patrimoniales de la República, los funcionarios judiciales
deberán observar los privilegios y prerrogativas
consagrados en leyes especiales.
Se trata nada más de los privilegios y prerrogativas procesales que tiene la
República, cuando es parte en el juicio laboral.
Privilegios y prerrogativas de los cuales goza la República, y que están
claramente establecido en la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la
República, así como en otras leyes.
IV.b.- Algunos privilegios y prerrogativas.
Recordemos algunos privilegios y prerrogativas que tiene la República y de
la actuación de la Procuraduría General de la República en juicio, contenido
en la Ley anteriormente citada:
1.- Irrenunciabilidad y aplicabilidad de los privilegios y privilegio y
prerrogativas procesales de la Republica. (art: 65)

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