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DERECHO PENAL
EL ITERCRIMINIS.
Enero 2019
Desarrollo del Tema Nº VI.
Ahora bien, algunos autores consideran que las causas de justificación, a pesar de
ser objetivas, exigen esta referencia a la motivación o al ánimo. Otros, niegan tal
exigencia, argumentando que el ordenamiento jurídico para hacer posible la vida
comunitaria no puede hacer depender su intervención de las más íntimas
motivaciones de los individuos transformándose en una religión. En relación a la
ley positiva venezolana, sólo se puede mencionar que no hay referencia expresa a
tal requisito, y que la expresión en defensa, sólo constituye una referencia objetiva
a la exigencia de que se trate de una verdadera defensa y no de una defensa
putativa.
Legítima Defensa.
Se ha afirmado que la legítima defensa no es más que una causa que justifica la
realización de una conducta sancionada penalmente, eximiendo de
responsabilidad a su autor, y que en caso de cumplirse todos sus requisitos,
permite reducir la pena aplicable a este último. En otras palabras, es una situación
que permite eximir, o eventualmente reducir, la sanción ante la realización de una
conducta generalmente prohibida.
Jurisprudencia
En ese orden debe recordarse la sentencia de fecha 11 de mayo del año 2010,
Exp.-09-0318 emanada de la Sala de Casación Penal del TSJ, máximo y último
órgano jurisdiccional de la justicia penal en nuestro país que determino que:
El delito Circunstanciado.
Los delitos circunstanciados son aquellos en los cuales la perpetración del
hecho delictivo está acompañada de ciertas circunstancias, además de tener los
elementos esenciales del mismo que son la Acción, la Tipicidad, la Antijuridicidad,
la Imputabilidad y la Culpabilidad; acompañadas de aquellas circunstancias que
son las que determinan la mayor o menor pena, según indiquen mayor o menor
grado de perversidad. Tal seria, por ejemplo, el delito de parricidio, que es el
homicidio perpetrado por el agente en la persona de su padre o de algún otro
ascendiente, previsto en el inciso A del ordinal 3ro. del Art. 408 del Código Penal.
(No consiste en dar muerte a una persona cualquiera, sino al padre del sujeto
activo, y ésta es una circunstancia que agrava o aumenta la pena.)
Igualmente, el código Penal hace referencia a la autonomía de la acción civil, que
no se extingue cuando se agota la responsabilidad penal o la pena, no
produciendo la exención de responsabilidad penal la exclusión en forma
automática de la responsabilidad civil, de conformidad con las reglas que fija el
propio Código Penal.
El Itercriminis:
Iter criminis es una locución latina, que significa «camino del delito», utilizada en
Derecho Penal para referirse al proceso de desarrollo del delito, es decir, las
etapas que posee, desde el momento en que se idea la comisión de un delito
hasta que se consuma.
Por lo tanto, el ter criminis es un desarrollo dogmático, creado por la doctrina
doctrina jurídica, con idea de diferenciar cada fase del proceso, asignando a cada
fase un grado de consumación que permita luego aplicar las diferentes penas.
El iter criminis o camino del delito son las diferentes fases que atraviesa una
persona desde que en su mente se produce la idea de cometer un delito hasta que
efectivamente lo lleva a cabo. Lo importante de estas fases es diferenciar cuál de
ellas es relevante para el Derecho Penal. Diferenciamos por tanto dos fases: fase
interna y fase externa del camino del delito.
El iter criminis, más conocido como el camino del delito en la cual se representa el
camino que un sujeto activo (o delincuente) atraviesa desde el momento en que
idea llevar a cabo un delito, pasando por la preparación y ejecución de los pasos
intermedios del mismo hasta acabar en la consumación del acto criminal.
El delito, es un fenómeno psíquico-físico, pues este nace en la mente del autor y
se consuma materialmente a través de la ejecución de una acción que produce un
resultado, el delito también es una infracción del deber ético-social. A esta
estructura que sigue el delito se le denomina, iter criminis, y se inicia desde la
idea delictiva hasta la consumación del delito, en este trayecto pueden distinguirse
varios momentos.
Palabras claves: delito, tentativa, consumación y punibilidad.
El delito no aparece de improviso, obedece a un proceso, lo que los clásicos
denominaban, el "camino del delito" o iter criminis.
Para llegar a la consumación del delito, es necesario seguir un camino, que va,
desde la idea de cometerlo que surge en la mente del sujeto, hasta la
consumación, ese conjunto de actos para llegar al delito, se denomina iter criminis
o camino del delito.
¿Qué debe entenderse por Iter criminis o camino delictivo?: La serie de etapas, de
fases, por las cuales atraviesa la vida del delito, desde el momento en que el
sujeto activo concibe la idea de perpetrarlo hasta la consumación del delito.
Teniendo en cuenta lo mencionado, se podría afirmar que el iter criminis es un
proceso que se inicia con la toma de decisión por parte del individuo de cometer
un hecho delictivo y culminaría con la ejecución del acto en sí.
Pero, además, engloba una suerte de fases, en las que la persona avanza hacia la
culminación del delito, alcanzando en cada una de ellas un grado de consumación
por las que se podrá aplicar la pena correspondiente, siendo alguna de estas
irrelevantes penalmente hablando y otros actos serán punibles.
Al respecto de esto, también se señala es el conjunto de actos sucesivos que
sigue el delito en su realización. En muchos casos el delito no aparece de pronto,
sino que sigue un proceso que los clásicos denominaban “iter criminis” o “camino
del delito”. Antes de producirse el resultado, partimos de la simple idea de cometer
un delito, idea que surge en la mente del delincuente o agresor, y que termina con
la consumación de ese ilícito penal. Todos los actos que van desde la ideación del
delito, hasta su consumación es el “iter criminis”. Por lo tanto, desde el surgimiento
de la idea acerca del hecho criminal en la mente del sujeto, hasta el agotamiento
del delito, existen diversos momentos o etapas que se dan en la realización del
mismo. La importancia de las distintas fases reside en que algunos de los actos
son punibles, pero otros no los son. Con relación al denominado “iter criminis” el
derecho penal interviene en el momento en que comienza a exteriorizarse la
voluntad del autor.
Fases del Delito:
Fase interna
La fase interna del delito es la que sucede en la mente del autor y no
puede, en ningún caso, ser objeto del Derecho penal, porque es necesaria la
exteriorización mediante acciones u omisiones de ese hecho delictivo. Todo ello
se basa en el principio cogitationis poenam nemo patitur, aforismo latino que
significa que con el mero pensamiento no es punible (sancionable). Se produce la
ideación, la deliberación y la resolución del delito.
La fase interna se halla constituida por todos los momentos del ánimo a
través de los cuales se formaliza la voluntad criminal y que preceden a su
manifestación. Se distinguen: la ideación del delito, la deliberación y la resolución
criminal. La fase interna es por sí sola irrelevante, el derecho penal interviene a
partir de la manifestación de la voluntad. Como sabemos el derecho penal
sanciona conductas y no pensamientos.
Fase externa
En cuanto a la fase externa es la materialización de la idea, y en esta fase
sí que ya puede intervenir el Derecho Penal. El problema en este caso es
determinar a partir de qué momento nos encontramos ante una acción u omisión
punible, y para ello la doctrina ha diferenciado dos grandes grupos, los actos
preparatorios y los actos ejecutivos.
Actos preparatorios:
En esta fase el autor del delito se provee de los materiales o conocimientos
necesarios para llevar a cabo su delito. Éstos son actos equívocos y multívocos:
es decir, tienen varios significados y varios sentidos posibles, siendo actos
susceptibles de varias interpretaciones. Los actos intermedios se consideran un
momento intermedio entre la fase interna y la ejecución del delito, y pueden ser
considerados punibles. Tienen tal consideración los siguientes:
1. Conspiración: se trata del concierto entre dos o más sujetos para ejecutar
un delito y resolución ejecutable. Para que se produzca es necesario :
1. El concurso de dos o más personas que reúnan las condiciones
necesarias para poder ser autores del delito
2. El concierto de voluntades entre ellas o pactum scaleris
3. La resolución ejecutiva de todas y cada una de ellas, o decisión
sobre la efectividad de lo proyectado
4. Que dicha resolución tenga por objeto la ejecución de un delito
concreto, y que este sea de los que el legislador ha considerado
especialmente merecedor de punibilidad
5. Que exista un lapso relevante entre el proyecto y la acción que
permita apreciar una mínima firmeza de la resolución, ya que no
puede ser repentina y espontáneamente
6. Que no se haya dado comienzo a la ejecución delictiva, pero sí se
haya tomado la decisión de iniciar una actividad concreta que
manifieste la voluntad de delinquir
Actos ejecutivos:
En cuanto a los actos ejecutivos: el principio es contrario, es decir, que todos
los actos son punibles. Se han utilizado varias teorías para diferenciar los actos
preparatorios y los actos ejecutivos:
1. Teorías subjetivas: serían aquellas para las cuales lo determinante es la
opinión del autor sobre su plan criminal.
2. Teoría objetivo-material: según esta teoría, los que se encuentran unidos
a los actos ejecutivos de manera que son parte de aquellos.
Los actos ejecutivos, en definitiva, son aquellos en que el sujeto comienza la
ejecución del delito, independientemente de que este se termine produciendo o
no: es decir, que sea consumado (parcial o totalmente) o que se quede en
tentativa de delito.
Tentativa de delito
Con respecto a la tentativa, puede ser de dos tipos, acabada (donde el
sujeto realiza todos los actos para la comisión del delito), como inacabada (en la
que el sujeto realiza solo una parte de los actos). La diferencia entre estas dos
clases de tentativa deviene con respecto a la determinación de la pena, es decir,
en el plano práctico, ya que según el art. 62 del CP, «a los autores de tentativa se
les impondrá una pena inferior en uno o dos grados a la señalada por la Ley para
el delito consumado, en la extensión que se estime adecuada».
La tentativa consta de una estructura diferenciada por dos tipos, tipo
objetivo que es el comienzo de ejecución propiamente dicho; y el tipo subjetivo o
dolo, es decir, la voluntad del sujeto de querer realizar el tipo objetivo. Podemos
por ello confirmar que posee la misma estructura que el delito consumado.
En este punto, hemos de hacer referencia al desistimiento del delito en
grado de tentativa, que se produce cuando un sujeto renuncia a la consumación
del delito iniciada ya la fase ejecutiva, y al que se considera una causa personal o
excusa absolutoria. Para que se produzca ese desistimiento, se exigen dos
requisitos:
1. Ha de ser una decisión voluntaria del sujeto: se trata de una actitud
psíquica del que desiste. Hay que distinguir entre: si el intento aún no ha
fracasado y depende de la voluntad del que desiste conseguir la voluntad;
o si por el contrario, si el sujeto, tras un primer intento fracasado, puede
aún conseguir su objetivo. Lo importante por tanto es que además de
posible sea también definitivo, es decir, basta con que desista de su
propósito originario, siendo independiente que en el futuro vuelva a
intentarlo de nuevo. Si embargo, hay que diferenciar si el desistimiento es
voluntario (se desiste por motivos éticos), que sea involuntario (se desiste
por motivos interesados), en cuyo caso no exime de responsabilidad penal.
2. Ha de evitar la consumación del delito: se puede desistir en dos
situaciones, cuando ya estamos ante tentativa acabada o en supuestos de
tentativa inacabada. Si a pesar de desistir, el resultado consumativo se
produce, se ha de tratar como concurso real entre tentativa del delito
doloso con la atenuente de arrepentimiento u otra análoga y el resultado
consumado por imprudencia, si se dan los requisitos.
En estos casos de desistimiento, los sujetos quedarán exentos de responsabilidad
penal, salvo que hayan ejecutados actos constitutivos de otros delitos o faltas. En
caso de desistimiento, la eficacia excluyente de responsabilidad penal alcanza
únicamente al que desiste, ya que es una excusa absolutoria personal.
El coautor: Es cuando ya no es uno, sino que son varias personas las que van a
participar en dentro del delito. El autor es uno solo, pero cuando hay varios dentro
del delito debe llamárseles coautores. El coautor, es cuando varias personas en
condiciones físicas y mentales son imputadas por participar como autor
conjuntamente con otras personas en la perpetración del hecho punible.
Lo que quiere decir, que cada uno de los coautores tiene la misma pena, y no se
hace rebaja de pena de ningún tipo. Al ser coautores a todos se les pone la misma
pena por el hecho cometido, no se establecen diferencias en cuanto a la
aplicación de la pena.
El Código Penal no habla del autor, pero sabemos que es cuando es uno solo el
que comete el hecho punible. El Art. 83 habla de coautoría (Varias personas). Los
autores materiales son los que van directamente a la perpetración del hecho
punible. El autor intelectual es el que va a participar pero de otra forma, no va
directamente a la perpetración del hecho punible.
Dentro de los coautores, hay unos que son coautores necesarios y otros que son
coautores circunstanciales.
Los coautores son necesarios cuando dos o más personas participan en un hecho
punible y el delito establece que para poderlo cometer se necesitan dos o más
personas para poderlo cometer, y no puede ser una sola persona. Como serían
todos los casos de agavillamiento, previsto en el Art. 286 C.P. “Cuando dos o más
personas se asocien con el fin de cometer delitos, cada una de ellas será penada,
por el solo hecho de la asociación, con prisión de dos a cinco años”.
Una sola persona no puede hacer agavillamiento; sino que dos o tres se reúnan y
planifiquen un atraco, por lo que allí se estará dando una coautoría; lo cual sería
un robo agravado, y al momento de sancionar el Juez se sanciona por el delito
principal que es el de robo agravado, por ese delito establece la pena y luego es
cuando establece la pena por agavillamiento.
Si tres personas se ponen de acuerdo para matar a otra, y los tres van al acto y lo
matan. Estaríamos hablando de una coautoría circunstancial como el Art. 405 C.P.
¿Por qué? Porque matar a una persona es un delito individual y no se necesitan
de dos o más para matar a uno; pero en un robo, si pueden estar dos o más
personas; Por ejemplo, si van a atracar a un camión blindado, por lo general no va
una sola persona a perpetrar el hecho punible, sino que se ponen de acuerdo
varias “asociados”, como sería el caso de una banda de delincuentes: están
asociados para cometer delitos; por ello cuando los cuerpos policiales hablan de
que fulano pertenece a la banda de “Pedro de los palotes” estamos hablando de
que están asociados para cometer delitos, lo que quiere decir que cuando la
agarren se les debe aplicar el Art. 286 C.P. del agavillamiento. No lo es lo mismo
que dos personas circunstancialmente se encuentren y decidan cometer un hurto,
es algo circunstancial, no están asociados por lo que no se aplica el
agavillamiento. Cuando ustedes vean en la prensa por ejemplo, que a se coloca el
delito y además le dan la sanción del agavillamiento, eso implica que es una
banda, están asociados, sirva de ejemplo el caso de la banda de Avendaño. Ya
que es un hecho notorio que están asociados para cometer delitos por lo que se
les aplica la coautoría, que no es algo circunstancial; como en el caso del
homicidio. Para el agavillamiento hay que demostrar lo que dice la norma
“asocien” asociación que no puede ser circunstancial sino que se conozca que
esas personas están y andan juntas, por eso hay tanto el autor material como el
autor intelectual.
El autor material es el que va con el arma y mata; pero el intelectual, tiene dos
formas de actuar: En una forma intelectual “moral” y en una forma material. En la
forma intelectual, es cuando llega y le dice a la persona. Mira, hay que matar a
fulanito y le va metiendo la idea en la cabeza, y lo le da y prepara intelectualmente
para que vaya a matar y luego le da los medios, los recursos para que ejecute el
hecho. Actualmente sirva de ejemplo el caso Anderson, en el cual hay autores
materiales e intelectuales, es decir, hay coautorías, se señalan dos posibles
autores materiales, pero también se están buscando a los autores intelectuales. El
autor intelectual es más difícil de encontrar que al autor material, por que este
último ejecuta el acto, no así el intelectual. En un juicio se debe demostrar dónde
hubo esa parte intelectual, donde éste le dijo al autor material, hay que matarlo,
hay que hacerlo, etc. Que es lo que en el caso Anderson se pretende hacer a
través del testigo. El testigo no dice que lo mataron, lo que dice es que estuvo en
una reunión donde se planificó el hecho y da los nombres de los presentes; por
que en el delito intelectual hay que demostrar que antes de que se consumara el
hecho manifestó su voluntad de que ese hecho se sucediera, ocurriera. Hay que
demostrar de que en verdad ocurrió la reunión, que es la parte intelectual y
después demostrar la parte material que sería “aquí está el dinero para lo
ejecuten”, ¡aquí está el arma, los explosivos, el C4, etc! No es fácil demostrar la
parte intelectual, hay que hacerlo con muchas evidencias. Por eso la coautoría
tiene dos vertientes: Una parte material y una parte intelectual. Ver la norma del
Art. 83 C.P. Son cooperadores todos los que van a estar allí. De acuerdo al Art. 83
C.P. Tanto el autor material como el intelectual tendrían la misma pena; sólo que
se tendrá que señalar por ejemplo en el caso del Art. 405 C.P. a uno como
culpable del delito de homicidio intencional simple y al otro como homicidio
intencional simple en grado de instigador o en grado de ser el autor intelectual del
hecho.
Clases de partícipes:
Estos tres tipos no tienen nada que ver con el autor intelectual, ni con la coautoría.
Porque ya hay una decisión tomada el lo que está es facilitando los medios para
que se haga. Estos son los cómplices necesarios, por que sin su ayuda el delito no
se podría cometer.
En el Art. 85 C.P. quiere decir que las circunstancias agravantes o atenuantes son
personalísimas, es decir que pertenecen únicamente a la persona que va a la
perpetración del hecho punible. Es decir sólo van a favorecer o perjudicar a
aquellos que tengan esa agravante o atenuante. Por ejemplo, el Art. 481 C.P. A, B
y C. A es hijo de D, A hijo de D, se pone de acuerdo con B y con C para estafar a
D; La estafa (Art. 462 C.P.); tiene una pena de 1 a 5 años, la media aplicar es de 3
años; que circunstancias se van a ver. A por este hecho, queda sin
responsabilidad de acuerdo al Art. 481, 2º C.P. Pero la situación que favorece a A
no favorece a B ni a C, que deben correr con la sanción del hecho punible
cometido. S. A tiene una excusa absolutoria, no tiene la pena por que se la quita el
parentesco con D.
El Art. 85 dice “Los que consintieren en la ejecución material del hecho o en los
medios empleados para realizarlos, servirán para agravar la responsabilidad
únicamente de los que tuvieron conocimiento de ellas en el momento de la acción
o en el de su cooperación para perpetrar el delito”
Lo que quiere decir la perpetración material, real del hecho, que no es la parte
personal (como en el caso de A), es decir que son coautores y todos responden
por ese hecho material, porque todos tienen responsabilidad por el hecho material,
en este caso la sanción sería igual para A, B y C.
Las circunstancias personales son las que se ven como en el caso de la edad que
puede favorecer a alguno, pero no a todos. Los hechos punibles son
personalísimos.
La Complicidad correspectiva:
Art. 424 C.P. “Cuando la perpetración de la muerte o las lesiones han tomado
parte varías personas y no pudiere descubrirse quien las causó, se castigará a
todos con las penas respectivamente correspondientes al delito cometido,
disminuidas de una tercera parte a la mitad.