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La política económica en Adam Smith

Adam Smith y sus actitudes hacia la política económica formaban parte de un todo.
Consideraba el crecimiento económico como el fin básico, cuya deseabilidad estaba más allá
de todo disputa. Y, por ello, la pertinencia de cualquier política particular debería medirse por
sus efectos sobre el crecimiento económico y, particularmente, sobre la acumulación de
capital y la especialización del trabajo.Las subvenciones, los derechos de aduana, las
prohibiciones respecto al comercio exterior, las leyes de aprendizaje y establecimiento, los
monopolios legales, las leyes de sucesión, que obstaculizaban el libre comercio de la tierra.

Bajo estos criterios, la regulación y el control estatal, en términos generales, eran vistos como
perjudiciales. Pues, su efecto final era impedir una ampliación del mercado y desviar la
actividad económica de su curso natural. De modo que toda intervención gubernativa no era
bien vista. Al oponerse a muchas de las prácticas de los gobiernos de la época, Smith era
coherente con su sistema analítico. Pero las críticas a los gobiernos no se derivaban
directamente de su análisis, pues cuestionaba en ocasiones el que el laissez faire condujera al
mejor de los mundos posibles. A veces, los intereses privados no regulados -tanto como los
gobiernos- podrían comportarse de modo que suprimieran el progreso.

En su análisis general de las funciones propias del Estado, Smith dejó bien claro que restringiría
las actividades del gobierno. De acuerdo con el sistema de la libertad natural, el soberano
tiene únicamente tres deberes: primero, el deber de proteger a la sociedad de la violencia y la
invasión de sociedades independientes; segundo, el deber de establecer una administración de
justicia exacta; y, tercero, el deber de erigir y mantener ciertas instituciones públicas y
determinadas obras públicas.

Por otra parte, Smith -de acuerdo con Viner (1927)- hizo importante concesiones a la
posibilidad de la promoción por parte del gobierno del bienestar general mediante obras e
instituciones públicas. En muchas ocasiones, Smith apoyó las restricciones gubernativas sobre
la iniciativa privada donde no estuvieran involucradas la justicia o la defensa, y donde el único
objetivo fuese mejorar la dirección que la iniciativa privada daba a la inversión de capital, el
curso del comercio y la utilización del trabajo.

La política económica en Malthus

Malthus se opuso a la corriente principal de la tradición clásica, mientras que la mayor parte
de sus compañeros clásicos estuvieron a favor del libre comercio, Malthus defendió la ley de
granos es decir a los aranceles a este tipo de especies.

El concordaba con la realización de gastos gubernamentales también llamados improductivos,


estuvo a favor del control de la población ante sus temores de una explosión demográfica
además de de promover la expansión de la producción de alimentos.

Celebro la protección a la agricultura, pues pensó que altos precios en este tipo de productos
alentarían más la producción, esta actitud estaba apoyada en el razonamiento de que si
existiera una guerra y no había alimentos, la nación se encontraría en una situación vulnerable.

Estuvo de acuerdo con la posición ortodoxa, aunque en general fue un defensor del mercado
libre y se opuso a las restricciones gubernamentales. Atacó las leyes de pobres, el a través de
su teoría poblacional intento buscar corregirla.
La política económica en Malthus

Fue un ardiente liberal, partidario de políticas económicas que impulsaran el crecimiento


económico a base de garantizar a los capitalistas altos márgenes de beneficio, de manera que
vino a teorizar el proceso de la revolución industrial británica. Razonó sobre la base de suponer
que los salarios no podían -ni debían- elevarse sobre el nivel de la mera subsistencia; y criticó
hasta la saciedad a los terratenientes, describiendo la renta de la tierra como un ingreso
parasitario que no contribuía a la producción, pero que frenaba el crecimiento. Por la ley de los
rendimientos decrecientes, creía inevitable un proceso de elevación de las rentas de la tierra y
de los salarios de los trabajadores, que iría reduciendo los márgenes de ganancia hasta provocar
el fin del crecimiento capitalista (el estado estacionario).

Con su teoría de la ventaja comparativa argumentó de manera convincente en favor del


librecambismo; y propugnó la abolición de las Leyes de Granos británicas, mecanismo
proteccionista que contribuía a enriquecer a los terratenientes (que dominaban el Parlamento
y la vida política) en detrimento de los verdaderos creadores de riqueza, que eran los
empresarios capitalistas. Ricardo fue, por tanto, un portavoz cualificado de los intereses
empresariales surgidos al calor de la «revolución industrial»; y así se explica su influencia sobre
el resto de la escuela clásica (hasta John Stuart Mill) y sobre el pensamiento económico
ortodoxo del mundo capitalista hasta el siglo XX (actualizado por revisiones como la de Alfred
Marshall).

La política económica en Mill

La propiedad privada para Mill es un derecho que no debe ser considerado como absoluto
así que la sociedad puede interponer sus criterios cuando se genere un conflicto con el
bien público. Los elementos de la discusión de la propiedad privada, responden al
eclectisismo de Mill. Respecto al modelo de política económica Mill acepta algunos
elementos de la cátedra socialista pero no todos. Mill inicia por afirmar que al observar la
situación del modelo capitalista, prefería un modelo socialista de desarrollo, pero luego se
retracta considerando que en comparación al modelo socialista prefiere al capitalista en su
esplendor.

Siguiendo con la economía Ricardiana, aceptó la furia del estado estacionario pero su
amplitud filosófica lo llevó a que ese lúgubre final se convirtiera bajo sus ojos en un estado
deseable en la medida que la sociedad se transformara en una entidad más bondadosa y
menos materialista, preocupado por el bienestar social y no económico de los agentes.

Regresemos a las leyes de la distribución; con respecto a esto, Mill señala que aparte de
la competencia, las costumbres reflejadas en las instituciones que habían prevalecido a
través de la historia eran las responsables de la distribución del ingreso y no solo la
primera, como generalmente lo asume la economía clásica.

Su teoría del valor la presentó en función de los costos de producción en la que los costos
monetarios representan fundamentalmente a los costos reales de las desutilidades del
trabajo y la abstinencia del consumo de los capitalistas.

La política económica en Marshall

En el segundo volumen realizó una exposición del funcionamiento de los mercados, un


análisis de oferta y demanda y expuso su teoría del equilibrio parcial, de la formación de
la oferta, la incidencia de los monopolios y la distribución de la riqueza nacional. Los
problemas más destacados que analizó fueron el de la formación de los precios y la
distribución de la renta.
En el primer caso estableció como determinantes del valor de un bien tanto el coste de
producción como la utilidad. A partir del valor del bien, la formación de los precios vendría
dada por la confluencia de la oferta y la demanda; la primera, determinada por los costes
de producción, y la segunda, por la utilidad marginal. También estableció una relación
entre precio y cantidad demandada cuya sintaxis gráfica (curvas de oferta y de demanda)
sigue vigente hoy día.2

La política económica en Keynes

El keynesianismo se basa en el intervencionismo del Estado, defendiendo la política


económica como la mejor herramienta para salir de una crisis económica. Su política
económica consiste en aumentar el gasto público para estimular la demanda agregada y
así aumentar la producción, la inversión y el empleo.
El objetivo de la ciencia económica es estudiar la asignación de recursos. Hasta entonces
la mayoría de los economistas se habían centrado en la escasez de recursos. Keynes, por
el contrario, se centró en el exceso de recursos. Años antes, Karl Marx ya había dicho que
“la crisis es el resultado de la imposibilidad de vender”. Keynes se preguntó cómo era
posible que habiendo demasiados recursos hubiera crisis. ¿Cuál fue su solución para que
no hubiera exceso de recursos?, estimular la demanda para que se consuman esos
recursos sobrantes.

El desempleo es uno de los principales problemas de las crisis, Keynes argumentó que el
paro no existe debido a la escasez de recursos, sino por la escasez de demanda, que
provoca que no se consuma los suficiente como para tener que producir una cantidad de
bienes que de trabajo a todos. Dicho de otra manera, el problema del paro es la falta de
demanda y no la falta de recursos.

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