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enterrada en las profundidades del ser.

Sobre este horizonte se desplegaron los trabajos de la psicología experimental, la medicina y la


fisiología, por ejemplo de autores como Johann Friedrich Herbart, Hermann von Helmholtz, Gustav Fechner, Wilhelm Wundt (1832-1920) e
incluso Carl Gustav Carus (1789-1869).

Procesos inconscientes y la mente inconsciente


Algunas investigaciones neurocientíficas apoyan la existencia de la mente inconsciente.1 Por ejemplo, investigadores del Centro Médico de la
Universidad de Columbia, han encontrado que imágenes fugaces de rostros -imágenes espeluznantes que aparecen y desaparecen tan
rápidamente que escapan a la conciencia consciente- producen ansiedad inconsciente, la cual puede ser detectada en el cerebro con las más
recientes máquinas de neuroimagen.2 La mente consciente es por lo tanto cientos de milisegundos más lenta que procesos inconscientes.

Para entender este tipo de investigación, una distinción tiene que ser hecha entre procesos inconscientes y la mente inconsciente (los
neurocientistas suelen examinar más los primeros). La mente inconsciente y sus contenidos psicoanalíticos supuestos3 4 5 6 7 8 también
difieren de la inconsciencia, el coma, y el estado mínimo de conciencia. La diferencia en el uso de los términos puede ser explicada, hasta cierto
grado, por las diferentes hipótesis sobre el sujeto. Una conjetura tal es la teoría psicoanalítica.9

Psicoanálisis

El inconsciente en la obra de Sigmund Freud


La historiografía experta, desde Lancelot Whyte hasta Henri Ellenberger, ha demostrado que Freud no fue el primer pensador que utilizó el
término inconsciente para designar un concepto de su teoría. Sin embargo, fue él quien terminó por convertirlo en uno fundamental para su
disciplina, asignándole una significación muy distinta de la que le atribuían sus predecesores.

Al combinar tradiciones de la psiquiatría dinámica y la filosofía alemana, Freud elaboró una concepción inédita del inconsciente. Realizó en
primer lugar una síntesis de las enseñanzas de Jean-Martin Charcot, Hippolyte Bernheim y Josef Breuer, que lo llevó hacia el psicoanálisis y,
en un segundo momento, proporcionó un andamiaje teórico al funcionamiento del inconsciente a partir de la interpretación de los sueños.

En efecto, para Sigmund Freud el inconsciente ya no es una "supraconsciencia" o un "subconsciente", situado sobre o más allá de la consciencia;
se convierte realmente en una instancia a la cual la conciencia no tiene acceso, pero que se le revela en una serie de formaciones como los
sueños, los lapsus, los chistes, los juegos de palabras, los actos fallidos y en los síntomas. El inconsciente, según Freud, tiene la particularidad de
ser a la vez interno al sujeto (y a su consciencia) y exterior a toda forma de dominio por el pensamiento consciente.

Partiendo del concepto de inconsciente de la filosofía alemana de principios del siglo XIX y que el científico Eduard von Hartmann había
recapitulado en su obra Filosofía del inconsciente, aparecida en 1868, Freud define el inconsciente de una manera completamente original que
ya no es simplemente lo opuesto al consciente: El inconsciente freudiano es una noción tópica y dinámica; es un sistema psíquico que tiene
contenidos y que posee mecanismos que se pueden describir como específicamente inconscientes; es un sistema que se rige por leyes y posee
una economía de energía que le son propias.

La observación de la vida normal de vigilia parecía validar esa concepción clásica del inconsciente. Pero el análisis de las formaciones
psicopatológicas de la vida cotidiana y del sueño había hecho aparecer al inconsciente como "una función de dos sistemas muy distintos". En
adelante, junto al consciente había que concebir dos tipos de inconsciente, ambos inconscientes en el sentido descriptivo, pero muy distintos en
cuanto a su dinámica y al devenir de sus contenidos: los del inconsciente propiamente dicho no podían llegar nunca a la conciencia, mientras
que los contenidos del otro, denominado por tal razón preconsciente, alcanzaban la conciencia en ciertas condiciones, sobre todo después de
pasar el control de una forma de censura.

Dentro de la primera teoría de Freud acerca de la constitución del aparato psíquico, que también se suele denominar "la primera tópica
freudiana", el inconsciente designa uno de los tres sistemas psíquicos que conforman el psiquismo (los otros dos son el consciente y el pre-
consciente). El sistema inconsciente está constituido en gran parte (pero no solamente) por contenidos reprimidos a los que se les ha impedido
el acceso a la conciencia, justamente por obra del mecanismo de la represión. El contenido del inconsciente son los "representantes psíquicos"
de las pulsiones. Estos representantes, al estar investidos con energía pulsional, buscan permanentemente abrirse paso hacia la consciencia, en
lo que se denomina retorno de lo reprimido. La única manera en que logran acceder al sistema preconsciente y a la consciencia es a través de
formaciones de compromiso, procurando el máximo de satisfacción pulsional, pero logrando burlar la censura.

Evidentemente, el inconsciente sólo se puede conocer cuando ya no es inconsciente. Lo que podemos llegar a saber del inconsciente es lo que ya
ha "experimentado una transposición o traducción a lo consciente". El psicoanálisis consistiría según Freud justamente en eso: "El trabajo
psicoanalítico nos brinda todos los días la experiencia de que esa traducción es posible. Para ello se requiere que el analizado venza ciertas
resistencias, las mismas que en su momento convirtieron a eso en reprimido por rechazo de lo consciente".10

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