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El capitalismo y su capacidad para tomar las críticas que se le

han hecho y convertirlas en los principales factores de cambio e


innovación.

El libro “El nuevo espíritu del capitalismo” es sobre la relación entre el capitalismo,
y las formas de justificación y críticas a este régimen de acumulación. Tal como
indica el título del libro, la idea principal del texto es resaltar como en los últimos
años el capitalismo habría encontrado un tercer espíritu. El de salir airado de todos
sus contradictores y críticos. Muestra como el capitalismo tiene que justificarse
continuamente, pues, debe ser legítimo para sus diferentes actores que participes
en la actividad económica como los trabajadores y los consumidores y, también
como agentes centrales que necesitan de una justificación que haga crecer las
ganancias.

Las críticas de diferentes corrientes sociales como centrales obreras,


comunidades, progresistas, ambientalistas... y criticas de académicos y artistas
que supusieron la principal reacción al capitalismo en la segunda mitad del siglo
XX, en lugar de provocar la caída del capitalismo se han convertido en su mayor
fortaleza, por la capacidad de “mutación” o de reinventarse y , dando paso al
nuevo capitalismo de hoy día, en el que los principales actores son empresas
creadas por jóvenes con culturas y mentalidades muy distintas a las de los
capitalistas de generaciones anteriores.

En las grandes empresas cada vez es más frecuente el desarrollo, fomento y


conciencia del balance social y medioambiental, la “empresa social”, la atención al
bienestar laboral, hasta llegar a los recientes conceptos de “capital simbólico” o
incluso “espiritual y humanizado” de la empresa. En contraprestación a la inclusión
y transformación de las críticas sociales, este capitalismo ha interiorizado también
las críticas sectores académicos y de las artes, dando gracias a esto el nacimiento
o resurgimiento de una fase del capitalismo antes desconocida y es esa “fase
creativa”.

El capitalismo se transforma constantemente sin dañar su esencia y razón de


existencia desde tiempos inmemorables, alimentándose de todo lo que encuentra
por su paso, de todo lo que se le atraviesa , como en la antigüedad una
civilizaciones conquistaban a las más débiles, le van proponiendo, casi que
imponiendo sus leyes, su cultura y su religión.
Con lo anteriormente señalado podríamos afirmar que estamos asistiendo a una
progresiva y silenciosa transformación y cambio del ámbito meramente cívico por
el económico, sin que opongamos ninguna resistencia cultural. La fuerte tendencia
de nuestra sociedad actual a desechar la ética y la moral de nuestra sociedad nos
están quitando la capacidad de reaccionar ente semejantes cambios e imposición
del sistema económico actual, a tal punto que nos estamos viendo todos envueltos
en ello, como si ya hiciera parte invectívale de nuestras vidas como sociedad y
como cultura negándonos cada día mas a ver sus falencias y por ende a criticarla
un poco más directa y de frente. Mientras tanto los grandes flujos financieros
dominan el mundo.

Por tales motivos, podríamos afirmar que la cultura de la economía y de la


empresa se está convirtiendo en la cultura de nuestra vida cívica y como sociedad.
Ganadores y perdedores, meritocracia, eficiencia, velocidad… son ya términos de
la escuela, la sanidad, la cultura y la política, e incluso están ya a las puertas de la
Iglesia y las familias.

Está claro que hace falta el renacer de una nueva fase crítica del capitalismo, pero
no del capitalismo de la época de nuestros abuelos, es el capitalismo de hoy, el de
nosotros, el de esta generación “millennials”. Pero para ello antes hay que
entender el capitalismo, estudiarlo, penetrar en sus entrañas, en su lógicas e
incluso tratar de orientar su gran potencial a la solución de los grandes problemas
de la sociedad actual. Hoy vemos que nuestras grandes ciudades siguen pobladas
por demasiados pobres y la desigualdad cada día va aumentando más y más. No
es hora de callar, y dejar que todo pase como si nada, como si fuera algo
inevitable e irrefutable de la vida misma

El orden actual de la vida cotidiana provocada por la alianza del poder del dinero
y del capital, junto con la burocracia, y a una «crítica social» que, es incapaz de
llevar una línea de ruta vigilada de las decisiones arrogantes protagonizadas por
las nuevas modalidades de explotación, esclavitud y dominación propuestas por
del capitalismo moderno, ha impedido que los diferentes sistemas de producción
evolucionen y se modernicen del todo. Este gran libro tiene la pretensión
contribuir al resurgimiento de estas dos críticas complementarias del capitalismo,
así como a inspirar y enriquecer la oleada de luchas e iniciativas en contra del
“sistema” que rige la vida de las personas en esta “sociedad moderna”.

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