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Estándares para producción de biocombustibles

Diciembre 2008

El biodiesel y el bioetanol son los dos principales


biocombustibles tendientes a reducir el consumo de
combustibles de origen fósil. Encuentre aquí los procesos básicos para su producción.

Biodiesel. A través de una reacción de transesterificación catalizada por una base, un ácido o una
enzima, un aceite vegetal o una grasa animal reacciona con metanol para producir ésteres metílicos
ácidos grasos (FAME, biodiesel) y glicerina como subproducto. La transesterificación catalizada con base
se considera el proceso de producción más prometedor. Debido a la naturaleza reversible de la reacción
un gran exceso de alcohol mueve el equilibrio hacia el lado del producto asegurando la total conversión de
los ésteres. Después de la transesterificación, la fase de biodiesel se separa de la fase de glicerina más
densa por asentamiento gravitacional o centrifugación. Subsecuentemente, los ésteres metílicos, que
todavía contienen grandes cantidades de alcohol residual, trazas de glicerina dispersa e hidróxido de
sodio sin reaccionar o jabones, se limpian con un lavado de agua. El agua remanente y las impurezas
poco solubles en agua, como ser materia prima sin reaccionar y el mono y di glicérido, se retiran en etapas
posteriores de destilación y despojamiento.

Bioetanol. El bioetanol se produce generalmente a partir de productos que contienen, azúcar, almidón o
biomasa lignocelulósica. La fermentación microbiana de azúcares de la biomasa a través de levaduras es
una tecnología bien establecida aplicada comercialmente en gran escala. Por otro lado, la biomasa de
almidón, con sus carbohidratos de cadena larga, no es fermentable directamente. Antes de la
fermentación inducida por levaduras, la materia prima que contiene almidones debe convertirse en
azúcares. La fermentación rinde soluciones acuosas relativamente diluidas de etanol, que por su uso
posterior como combustible se destilan para dar 95% de etanol. El etanol de 99% (anhidro) se produce
principalmente mediante la absorción física del agua usando tecnología de tamices moleculares.

Pese a sus ventajas, los biocombustibles no han sido aceptados fácilmente. Los informes de problemas en
los motores debidos a biocombustibles de baja calidad desacreditaron la prometedora ruta biogénica. No
fue hasta que se definieron normas confiables de calidad para los biocombustibles que mejoró la
confianza de los consumidores y de la industria. Las normas principales para el biodiesel que sirven de
referencia para otras normas son la ASTM D 6751 de la Sociedad Estadounidense de Pruebas y
Materiales (ASTM) y la Europea EN 14214. Adicionalmente existe la norma separada EN 14213 que
define los requisitos mínimos para el biodiesel usado como aceite de calefacción o como componente para
mezclas de aceite de calefacción.

Índices de estructura/índices de calidad. Estas normas incluyen propiedades inherentes a los


combustibles como la estabilidad de oxidación o el valor de yodo. Estos llamados índices de estructura
sirvieron originalmente para excluir el uso de ciertos aceites vegetales o grasas animales como materia
prima. Por otro lado, hay propiedades que están básicamente relacionadas al proceso de producción.
Estos parámetros, que también se denominan índices de calidad, señalan el contenido de material inicial
no reaccionado presente en el biodiesel.

Los parámetros relacionados con el proceso incluyen el número de ácido y los contenidos de glicerina,
metanol, agua y sodio. Las determinaciones tanto del agua como del número de ácido son cruciales para
el control de calidad de la materia prima y para optimizar el proceso de producción.

Aunque la estandarización del biodiesel en Europa ha sido bien establecida por la norma EN 14214 desde
el 2003, la norma europea para el bioetanol, la prEN15376, está actualmente bajo proceso de aprobación.
Por otro lado, los principales productores de bioetanol – EE.UU. y Brasil -- disponen de dos normas bien
establecidas, la ASTM D 4806 y la ASTM D 5798 para el alcohol desnaturalizado solo y para mezclas de
bioetanol con gasolina (Ed75-Ed85), respectivamente.

En vista que el control de calidad del biodiesel comienza con la refinación del aceite vegetal usado como
materia prima hay que recalcar la importancia que tiene la determinación del número ácido y el contenido
de agua de la materia prima. Sin embargo, debe hacerse hincapié en las especificaciones y los métodos
de prueba prescritos por las dos normas para el biodiesel: la determinación de la estabilidad de oxidación,
el yodo y el número ácido, así como el contenido de agua, metales alcalinos y metales alcalino-térreos.
Para esto se destacan por su utilidad el análisis titrimétrico y cromatográfico de iones mencionado en la
norma ASTM D4806 para el bioetanol.
Otros análisis. Se han mencionado varios métodos establecidos y directos para probar la calidad de los
biocombustibles y sus materias primas. Sin embargo, existen otras técnicas de análisis como la detección
cromatográfica de iones para la glicerina. Otras técnicas promisorias, como la detección voltamétrica de
cobre en el etanol o la medición del pH en el etanol probablemente surgirán con la adopción de la norma
europea prEN 15376 para el etanol.

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